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INTRODUCCIÓN
Son las motivaciones de este grupo las que promovieron la preocupación por la
narrativa. De allí, se detecta que resulta ser una categoría tratada por la filosofía,
aunque desde diferentes perspectivas. De esta manera, en la exploración
bibliográfica desarrollada por Synetairos, se observó que la palabra narrativa en
nuestro ámbito académico filosófico local, y en el idioma español, recibía un
tratamiento en relación con el ejercicio literario o en relación con las reflexiones
sobre el lenguaje. Posteriormente, en la actividad de profundización de dicha
exploración bibliográfica, se detecta, por reiteración, la importancia del pensador
Paul Ricoeur, de quien tratará esta monografía.
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Con respecto a este pensador, se llevó a cabo un estado del arte, igualmente en el
idioma español, del cual deseo mencionar lo siguiente: aunque su obra es extensa
en cantidad, en el idioma español los títulos “La memoria, la historia y el olvido”
(2004), “El conflicto de las interpretaciones” (2003), “Del texto a la acción” (2001),
“La metáfora viva” (2001) y “Sí mismo como otro” (1996) resultan ser los más
resaltados. Es a partir de estos libros que, en su mayoría, se viene generando una
serie de reflexiones sobre la importancia del pensamiento de Paul Ricoeur. En el
caso específico de la narrativa, además de los libros mencionados, en los que
Ricoeur hace ciertos desarrollos de esta categoría, se encuentra tan sólo material
de artículos de revistas o artículos compendiados en libros. Nombres como Mario J.
Valdés, David Wood, Elizabeth Monasterios, Alejandro Fernández y Rodolfo
Fernández, José M. Rubio Ferreres, Jaime Rubio Angulo, José Ábel Sierra Parra
S.J., Guillermo Zapata Diaz S.J., Juan Masia Clavel S.J., Beatriz Melano Couch,
entre otros, pertenecen a algunos autores que han publicado artículos que
interpretan directamente el pensamiento de Ricoeur, y que han desarrollado de
alguna manera la categoría narrativa. Es a partir de esta revisión bibliográfica que
se considera apreciable un aporte al desarrollo de esta categoría, teniendo como
base un libro de Ricoeur poco desarrollado en este sentido: “Texto, Testimonio y
Narración” (1983).
Para este caso, esta monografía da cuenta de un autor, un texto y dos categorías
de estudio. Se aborda el libro de Paul Ricoeur “Texto, testimonio y narración”, para
estudiar de allí dos categorías: hermenéutica y narrativa. Las categorías se explican
en los dos primeros capítulos y se desarrolla un tercer capítulo que pretende arrojar
a un campo práctico la reflexión teórica desarrollada y de esta manera realizar la
articulación con el trabajo de campo hecho en Tierralta – Córdoba.
textos: se hace un breve recorrido histórico por la evolución que ha tenido dicha
categoría dentro del pensamiento filosófico haciendo claridad en la reducción que
se le hizo a la hermenéutica como una técnica de interpretación de textos, para
pensarla, como propone Ricoeur, como un modo de ser, no un simple modo de
conocer; también se evidencia la importancia de las nuevas propuestas de
comprensión sobre el lenguaje, como un elemento de vital importancia para la nueva
concepción de la hermenéutica, pues para que la hermenéutica pueda ser entendida
como un modo de ser, se debe asimilar la propuesta de la lingüística del discurso
(o de la frase), la cual trae una reformulación para lo que se entiende por texto o
discurso, símbolo y sentido, todos elementos esenciales de la categoría
hermenéutica. El capítulo I termina demostrando la reformulación de dichos
conceptos, concluyendo que existe una relación de doble vía entre hermenéutica y
existencia: se interpreta para descubrir un modo de existir y porque esta acción
(interpretar) sería responder a nuestra condición de ser.
recupera de manera valiosa la obra del poeta de Callejas, de la cual hasta ahora no
existe ningún registro. Y en la sección de “Conclusiones” se recogen las principales
ideas desarrolladas durante la monografía y se esbozan algunas implicaciones que
tiene la relación hermenéutica-narrativa para dejar abierto un horizonte de trabajo,
especialmente cuando éste se lleva a cabo con comunidades reales.
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Se usa la palabra hombre, para designar la figura humana en general. Dentro de ella cabe un reconocimiento
a los dos géneros, tanto el masculino como el femenino.
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Para emprender una reflexión sobre los conceptos propuestos, no debe perderse
de vista la propuesta de Ricoeur sobre la hermenéutica que pretende liberarla de
ser únicamente un método de conocimiento, para proponerla como un modo de ser.
Se trata de posicionar a la comprensión hermenéutica como una condición
ontológica nuestra. De manera sencilla podría decirse que todo ser humano posee
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Debido a que tenemos en nuestro lenguaje la capacidad de decir cosas con doble
sentido, es que surge la necesidad de interpretar. Éste lenguaje es el que se conoce
como simbólico. Con la interpretación se puede llegar a ser partícipe de un sentido,
pero de manera curiosa es, también, con la interpretación que se reconoce dónde
se encarna un sentido. Por esta razón, "la interpretación se da ahí donde hay
múltiple sentido, y es en la interpretación donde la pluralidad de sentido se pone de
manifiesto" (Agis, 2000: 99). Comprender sería entonces reconocer un sentido que
no me pertenece donde hay múltiples sentidos, para hacer que me pertenezca, y de
esta manera reconocerme existente. "Comprender es el modo de ser del ser que
existe al comprender" (Ricoeur, 2003: 13).
1 Téngase presente que los conceptos de interpretación y comprensión se asumirán como sinónimos para el
desarrollo del capítulo I. Sin embargo, desde el pensamiento de Paul Ricoeur, y la evolución teórica de la
hermenéutica, se puede hacer una diferencia de suma importancia entre estos dos términos. Grosso modo, se
puede decir que la interpretación tiene que ver más con una tarea técnica, que relacionada con el estudio de
textos, es como esa especie de desciframiento que se logra a través de distintas herramientas para lograr el
posible sentido de un símbolo. Mientras, que por otra parte, la comprensión, tiene que ver con la apropiación
que se logra en el pensamiento de dicho símbolo ya interpretado, de tal modo que el comprender se vuelva un
pensar con símbolos, hacer uso de ellos de una manera consciente. La traducción más estricta de las obras de
Ricoeur, opta por el uso del término Comprehensión.
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de doble sentido, es decir, que tiene un sentido literal y un sentido más allá, y que
está en las raíces de nuestro lenguaje.
Esta manera de concebir el símbolo lleva a pensar cuáles podrían ser las
manifestaciones tangibles en que éste se encuentra y que se convierten en objeto
de estudio para la hermenéutica. La respuesta es: el lenguaje simbólico, el cual está
en nuestra base humana antes que el lenguaje conceptual. De esta manera,
constituye un tesoro de expresiones apropiadas a la experiencia en su especificidad
propiamente humana. Aquí se empieza a encontrar la relación del símbolo-sentido
con la existencia que en un dado momento llevará a volcar la vista sobre la narrativa,
pues ésta es por excelencia simbólica.
Pero ¿hay diferencia en que el sentido esté fijado por la instancia discursiva escrita
que por la palabra oral? El que el sentido sea inscrito crea la posibilidad de que haya
siempre posibilidad de actualización del mismo. La escritura crea un sentido trans-
eventual que forma depósito, del cual, gracias a la interpretación podemos ser
partícipes. Sin embargo, la instancia escrita tiene radicales diferencias frente a la
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palabra hablada, que hacen que la hermenéutica esté siempre ligada a la exégesis
de textos por el reto interpretativo que ello representa. Véanse las diferencias entre
las dos instancias discursivas extraídas del libro Texto, testimonio y narración (1983)
de Ricoeur, a través de un cuadro comparativo. En la primera columna se
encontrarán las cuatro características del acontecimiento de palabra en general,
para verlas de manifiesto de manera comparativa tanto en la palabra hablada como
en la escritura:
Características
del
Palabra hablada Escritura
acontecimiento
de palabra
Subjetividad y Es un recubrimiento que hace También cabe decir que el sentido auxilia al
personalidad que "qué quiere decir usted" sea sentido, sin la presencia psicológica y carnal
igual a "qué significa eso". del autor.
Con ello, el sentido fijado puede ser comunicado sin importar la distancia cultural o
epocal, reclamando, claro está, una tarea interpretativa responsable y respetuosa,
que le permita al intérprete o lector ser partícipes del sentido actualizándolo y no
repitiéndolo. El texto está abierto a cualquiera que sepa leer y su sentido es
omnitemporal, abierto a toda lectura, como sucede con el arte literario, pero cuando
los lectores y lecturas superan el primer acontecimiento, estos son novedosos.
Gozan de la posibilidad hermenéutica de recorrer el camino que inicia en la palabra
(como tradición), a la escritura (como sentido inscrito) y nuevamente a la palabra
(como actualización y no repetición).
da una ampliación del concepto de texto, debe también darse una ampliación al
verbo leer. Se leen textos. Leer puede pensarse como término análogo a interpretar,
siempre y cuando, el objetivo sea dirigirse a los modos posibles de ser-en-el-mundo
que el texto me ofrece para descubrirme:
El lector debe poseer la suficiente sensibilidad como para desplegar delante del
texto una tarea que facilite la propensión de éste a desvelar un mundo. Se trata de
adentrarnos en el sentido del texto, más que en la personalidad de su autor, en su
intención creadora o en las circunstancias epocales. (Agis, 2000: 106)
El concepto de texto y de leer, puede llegar a ser trasladado hasta los campos de la
acción humana siempre y cuando conserven su carácter simbólico, el de lanzar
junto, reunir realidades. Así, el texto puede organizar un sentido reuniendo muchos
más elementos que lo inscrito en los libros y seguir siendo el objeto de la
hermenéutica. El mejor ejemplo lo podemos ver en el caso del testimonio. Para
Ricoeur, el testimonio es dado por un testigo. Es decir, que alguien relata algo que
ha visto u oído y constituye un relato justificado por la experiencia de lo vivido. Así
el testimonio no es una simple percepción sino la narración del acontecimiento. Pero
éste debe estar al servicio del juicio para que sea verdaderamente testimonio; la
contrastación y el relato constituyen informaciones sobre el sentido de lo que ha
ocurrido. Es una base para pensar, para juzgar, y no en vano, el testimonio funciona
como una prueba para influenciar la sentencia del juez, en situación de discurso
(proceso). Resuelve una discrepancia entre partes. Pero hemos retomado el
testimonio para demostrar a manera de ejemplo, cómo el texto que hasta ahora
parece reducirse a un relato que dice lo que se vio, puede superar el campo de las
letras.
hombre a una causa, que tiene sentido en conjunto con lo relatado en primera
instancia. Así el testimonio, como texto, ya no sólo abarca el relato de las cosas
vistas, sino que cobija al mismo tiempo las acciones del testigo a favor de una causa
justa, donde se llega a arriesgar hasta la propia vida por un sentido que también
exigirá ser interpretado. Con este ejemplo se observa, entonces, cómo una
comprensión del texto puede ir más allá de los manuscritos o de la imprenta para
enriquecer la labor interpretativa, llevándola hasta, incluso, el ámbito de la acción o
praxis humana, donde también existe un sentido para interpretar.
Se concluye, por tanto, que se interpreta para descubrir un modo de existir y porque
esta acción (interpretar) sería responder a nuestra condición de ser. Dicho de otra
forma, interpretar es un modo de ser que hace más responsable el existir, ya que le
brinda un sentido. Todo apunta a un momento de auto-conocimiento dado por la
comprensión del otro, un otro que es texto.
Existir para ser, o mejor, para saber ser siendo, cuidando tres dimensiones: ser-en-
el-mundo, ser-juntos y ser-yo. Este es el punto central al que le apunta y sobre el
cual se dimensiona la hermenéutica moderna inspirada por Ricoeur. Consiste en
lograr una comprensión que permita jugarse la vida en un estado de apertura a las
cosas, a los demás y a sí mismo. Comprensión que supera distantemente un ámbito
interior, para construir un modo de ser con sentido en la praxis. Es la tarea de la
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construcción del yo que deviene por la problematización del mismo, ¿quién soy yo?,
y que es visible en la manifestación de un testimonio de vida, no sólo en una
construcción teórica.
Esta distinción, se presta como un soporte válido, para que se considere la idea de
que el saber narrativo, constituye también una parte de eso que llamamos “saber”
en términos generales. Los pueblos, han creado depósitos diferentes de sabiduría
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al del dato científico. Y el más claro de ellos es el narrativo. Las culturas, por más
occidentalizadas que sean, no han desechado el depósito narrativo como un
depósito de sabiduría. Hablamos entonces de un saber narrativo, que está más
relacionado a un mundo práctico que a un mundo epistemológico.
¿No les ha sucedido que cuando culminan una buena obra literaria quedan
pensativos por lo contado? Se parte de esta pregunta para lanzar la hipótesis
perseguida desde los argumentos propuestos por Paul Ricoeur: la narrativa es una
mediación para la construcción del yo.
Encontrar una definición certera de lo que podría ser la narrativa, puede correr el
riesgo de limitar su riqueza. Por tanto, en vez de intentar definir se desea mostrar
algo de dicha riqueza, poniendo especial atención en lo que Ricoeur denomina la
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De tal manera, el ser se ofrece a todos por medio del lenguaje-tiempo. No pertenece
de manera exclusiva al mundo del discurso filosófico. ¿No sería injusto que el ser
se manifestara sólo a unos? ¿no sería injusto que el ser sólo se manifestara en una
época? La razón por la que el ser nos pertenece a todos, es porque se manifiesta a
través del lenguaje más sencillo, el narrativo. Y en este caso, este tipo de lenguaje
no se refiere sólo a la concreción de un género literario, es más, no se limita a lo
escrito. Se trata de todo lo que puede ser contado, relatado.
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Son los acontecimientos que suceden en el tiempo los susceptibles de ser contados.
Tanto las acciones como las experiencias pueden ser contadas, pero pertenecen a
la narrativa siempre y cuando el relato donde se enmarquen contenga un tiempo
configuracional y una intriga.
1 Ricoeur recuerda que en el inglés existe una diferencia entre historia (story) e historia (history). “Una historia
(story) describe una sucesión de acciones y experiencias hechas por un cierto número de personajes, sean reales
o imaginarios […] Comprender las acciones, los pensamientos y los sentimientos sucesivos es comprender una
historia (story)” (Ricoeur, 1983: 63). Mientras que la historia (history) se refiere a la disciplina del historiador
cuyo punto de partida es el acontecimiento histórico, ante el cual se dirá «lo que ocurre realmente» y «lo que
ocurre lejos de nosotros». Mientras la historia (story) puede tener como referencia última el nivel más profundo
de la experiencia con el tiempo, la temporalidad, la historia (history) centra su atención sobre el pasado.
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Temporalidad
Historicidad
Intra-temporalidad
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Debido a que existe un «tiempo para» hacer esto o lo otro, debido a que se
distingue de un tiempo favorable o desfavorable para algo, es que se puede
contar con el tiempo. Ya se ha dicho que su medida natural es el día, pero es
más que linealidad por poseer una significación existencial, entonces se debe
decir también de la intra-temporalidad que es en este nivel donde se habla
de un ahora existencial que está determinado por el presente de la
preocupación que es un «hacer-presente», inseparable de la espera y de la
retención. De este modo los héroes del relato cuentan «con» el tiempo. Esto
es la intra-temporalidad del relato.
Historicidad: “acento puesto sobre la carga del pasado y, sobre todo, por la
capacidad de retomar la extensión entre vida y muerte en operaciones de
repetición” (Ricoeur, 1983: 53). La historicidad, se refiere a aquel tiempo que
ya está desplegado entre la vida y la muerte. En la historicidad se carga el
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acento sobre el “haber-sido”. Pero este nivel echa raíces en los rasgos
fundamentales de la temporalidad.
Resulta importante aclarar que Ricoeur en su texto, no discute con Kant sobre la
relación tiempo-historia, simplemente encuentra que existen algunas ideas de Kant
sobre el concepto del tiempo que por su interpretación tienden a truncar el concepto
de cambio, que para Ricoeur enriquece y hace más interesante el concepto mismo
de tiempo y por ende los conceptos de reconocimiento, identidad y memoria.
efecto, considerando además que el «cambio» resulta ser una prueba evidente de
que el tiempo no es sólo un asunto subjetivo, pues es de fácil evidencia observar
que tanto a las cosas como a las personas les pasa el tiempo. Tanto las cosas como
las personas son seres que cambian, y dicho cambio no puede ser más sino la
prueba efectiva que se puede hablar de un tiempo, si se quiere, sensible. Un tiempo
que acontece y que es una experiencia efectiva del cambio:
En el tiempo las cosas y las personas cambian. Los seres se instalan en el tiempo
porque se inscriben en el decurso constante del «ahora» y el «después». Lo que
quiere decir que los seres, en últimas, son temporales y que el devenir acentúa la
experiencia de lo vivido como la potencia que tiene el tiempo para cambiar las cosas
y las personas. (González, 2007b: 20)
Fuera de las síntesis subjetivas, el tiempo aparece como un devenir marcado por la
huella incesante del presente hacia el pasado que dificulta la identificación de las
cosas y las personas. Es un hecho radical: los seres cambian porque en el tiempo
nunca son los mismos o porque simplemente desaparecen y mueren […] se tiene
que enfrentar el hecho de que los seres cambian y, con ello, se hacen irreconocibles.
(González, 2007b: 3)
El pasado, en virtud del presente, cobra gran importancia como punto de partida
para el reconocimiento. Como sujetos, tenemos el poder para ir hacia el haber-sido
en búsqueda de la identificación de algo que ya se conocía y que ha cambiado. El
reconocimiento retrospectivo nos demuestra que tenemos una identidad temporal.
Por ello tenemos conciencia del pasado: “en el pasado me encuentro, o sea, me
reconozco en lo que hice, en el momento y el lugar en que lo hice, así como en la
impresión sentida cuando lo hice” (González, 2007: 5).
La identidad como mismidad tomando en cuenta un término que procede del latín:
idem. Es en este nivel donde hablamos de idéntico como “sumamente parecido” y
por tal razón inmutable a lo largo del tiempo, diríamos entonces que un rasgo que
disminuye a la identidad-mismidad es su permanencia en el tiempo, su duración.
Por otro lado, hablamos de la identidad como ipseidad remitiéndonos también a un
término latino: ipse. Nos referimos a la identidad como ipseidad con el término
“propio”. En esta medida su contrario es: otro, extraño. En este segundo sentido, la
identidad-ipseidad no implica ninguna afirmación sobre algún aspecto no-
cambiante-de la personalidad. (2000: 67)
1 El «sí», en Ricoeur, se entiende como la actuación reflexiva humana en el mundo. No en vano recuerda
Ricoeur a Heidegger aludiendo a nuestra situación en el mundo con la afirmación siguiente: “sólo un ente que
es un sí es «en» el mundo”. Es el ser del sí, el que supone la totalidad de un mundo que se constituye como el
horizonte de su pensar, de su hacer, de su sentir, etc. (Cf. Sánchez, 2000: 50).
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[el famoso Cogito cartesiano] es una verdad que se postula a sí misma, por lo cual
no puede ser verificada ni deducida; es, simultáneamente, el planteo de un ser y de
un acto, de una existencia y de una operación de pensamiento; yo soy, yo pienso;
existir, para mí, es pensar; existo en tanto que pienso. Sin embargo, esta verdad es
una verdad vana. Es como un primer paso que no puede ser seguido de ningún otro,
hasta que el ego del ego cogito no se capte nuevamente en el espejo de sus objetos,
de sus obras y, finalmente, de sus actos […] El Cogito sólo puede ser vuelto a captar
por el desvío de un desciframiento de los documentos de su vida (Ricoeur, 2003:
21-22).
Con esto Ricoeur quiere decir, que aunque es deseable que todos puedan decir con
certeza yo soy…tal o cual cosa, es necesario hacer un proceso para captarse a sí
mismo, y configurar un yo. Dicha captación, se dará pues en el lenguaje simbólico,
y por ende, en la narrativa. “La existencia sólo da testimonio de sí misma en los
documentos de la vida” (Ricoeur, 2003: 22). Debido a que yo soy el resultado del
1 Ante la discusión con el Cogito de Descartes, considero de gran valor las preguntas sugestivas que propone
María Sánchez: “¿Cómo puede aparecer como «alguien» el que duda si este yo que duda aparece desligado de
todas las referencias espacio-temporales? ¿Cómo puede otorgarse existencia al sujeto que habla si el quien de
la duda se pierde tanto en el momento que se queda sin cuerpo como en el momento que pierde las condiciones
de interlocución?” (2000: 67).
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El hombre puede decirse en sus actos. Las obras humanas y su significado son
elaboraciones históricas del yo. Y dentro de esas obras se encuentra la narrativa.
El hombre tiene la posibilidad por tanto de narrarse, y de que lo narren, de tal
manera que él mismo constituya la vida del personaje del relato de su propia vida o
que se encuentre identificado con el personaje o la historia de una narración
cualquiera. Estamos llamados a contar y contarnos a sí-mismos a través de la
construcción del relato de nuestra propia vida, pero también a sustraer la riqueza
que traen las narraciones de otros para nuestra tarea del yo y con esto, la posibilidad
de ser-en-el-mundo. ¿Quién olvida las historias y los personajes de obras como La
metamorfosis, El principito o El Quijote de la Mancha? La riqueza de la narrativa es
infinita, pero es tarea de nosotros explotarla y aumentarla.
Me cuestiono
Hermenéutica Narrativa
Me cuento o me cuentan
Me interpreto
1 Se habla de síntesis en el sentido kantiano, donde se entiende a ésta como una representación de
representaciones, unificación de lo diverso. No en vano, se trata de un concepto asociativo que es inseparable
del concepto de «esquema» (Cfr. Crítica de la razón pura. Alfagura, Madrid, 1986: 104, 178)
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1 Tierralta, es un municipio de aproximadamente 50.000 habitantes, que se encuentra dentro del departamento
de Córdoba. Es una zona que en un dado momento fue catalogada como zona roja, debido al conflicto armado
que allí se presenta. Actualmente no han cesado los actos violentos y la situación del conflicto armado ha
tomado nuevos matices: narcotráfico, inmovilización, muertes selectivas, terratenientes, desplazamiento
forzado, entre otros. Es una zona que se considera rica en términos geográficos, ya que está atravesada por el
río Sinú y donde los terrenos de sabana se prestan para la ganadería y la siembra de una gran cantidad de
productos agrícolas: algodón, arroz, plátano. Sin embargo, su riqueza ha sido causa de diversas luchas y por su
ubicación entre una zona de violencia, ha sido una tierra testigo de la muerte y albergue del desplazamiento de
poblaciones de tierras aledañas igualmente violentadas.
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Esta pregunta lleva a buscar una respuesta indagando el concepto de memoria. Por
ser el reconocimiento una acción que se hace con el tiempo, es precisamente la
memoria la herramienta que permite volver hacia un tiempo pasado. “La memoria
tiene que ver con la posibilidad del reconocimiento en el tiempo que va del «ahora»
al «antes»” (González, 2007: 1).
La memoria como capacidad de ir del presente hacia el pasado nos sitúa frente a
un sujeto temporal. Es por la memoria que el sujeto es capaz de transitar en el
tiempo, descubrir los cambios y levantar promesas1. De esta manera, la alusión que
se ha hecho a la categoría de «memoria» lleva a enlazar de nuevo con la pregunta
que se había dejado planteada: ¿qué sucede cuando el acto de hacer memoria lleva
1 Pese a los cambios, la promesa siempre está presente como intención de llevar a cabo acciones en el futuro.
Cuando me reconozco como ser que cambia en la experiencia del tiempo, erijo mi relación con la temporalidad,
pasado y presente se emergen gracias a la memoria, y la promesa produce la relación con el futuro. De esta
manera, el valor de la promesa se expresa en el lenguaje de la manera: «prometo ser…», donde su inseparable
relación con el ser nos expresa la intención de la construcción de la existencia de un yo.
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Como seres humanos, nos podemos encontrar con recuerdos que duelen por
diversas causas: porque el recuerdo y el entorno que lo enmarcaban ha
desaparecido violentamente; porque el paso del tiempo en el ser trajo consigo un
cambio violento que es mejor olvidar; o porque el recuerdo no nos permite
encontrarnos como ser. Hay recuerdos que duelen, aunque no todo dolor es
recuerdo. Y a partir de esta idea, se desea compartir un corto relato propio de un
campesino de Tierralta1 que evidencia el dolor que puede producir la memoria y
sirve como herramienta interpretativa para ver los cambios del sujeto en el tiempo:
1 Este relato se toma de las actividades investigativas y formativas que ha llevado a cabo el grupo de
investigación Synetairos, de la Pontifica Universidad Javeriana, en el municipio de Tierralta-Córdoba. Surgió
de un taller, donde se trabajaba con un grupo focal de campesinos para recuperar información acerca del trabajo
con la tierra. Por decisión del mismo campesino y del grupo de investigación se ha cambiado el nombre real
por el personaje “Juan Sin Tierra”.
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Le preguntamos muy asustados por qué hacía esa afirmación tan tajante. Y él nos
respondió con mucha tristeza en sus palabras:
- Una vaca tiene para vivir, movilizarse y alimentarse las mejores tierras y
los mejores pastos que existen en este país. Una vaca cuenta con agua
potable y con adecuados suministros para que no tenga sed. Una vaca
tiene a su servicio los mejores veterinarios de la región las veinticuatro
horas del día, ellos las cuidan y velan para que no se vayan a enfermar.
Una vaca es cuidada por muchos hombres, incluso con ejércitos
armados, para no ser robada, secuestrada, matada o dañada. Una vaca
no tiene que preocuparse por lo que va a comer en invierno o en verano,
ella siempre tendrá aseguradas sus tres comidas diarias.
En cambio, un campesino del Alto Sinú tiene para vivir, movilizarse y alimentarse
una pequeña parcela y no propiamente en las mejores tierras. En la cual tiene que
sembrar algunos productos para comer y para vender si cuenta con la suerte que se
los compren. Un campesino no cuenta con agua potable. Si quiere agua la tiene que
ir a traer al río, en bicicleta, burro o al hombro. En las veredas no contamos con un
acueducto que garantice la pureza del agua. Y le digo más, un campesino cuando
se enferma inicia todo un calvario. Se debe desplazar a la cabecera municipal
porque en la vereda no hay centro de salud. Si tiene dinero es atendido a medio día
si cuenta con suerte. Si no la tiene, debe esperar pacientemente a que llegue su
turno. Si no está afiliado a la seguridad social mejor que no se acerque por los
hospitales porque ahí mismo lo dejan morir en el piso. Para el campesino nunca hay
medicamentos, siempre están agotados o en el mejor de los casos se le pide que
los recoja el mes entrante. A los campesinos no los cuida nadie. Los campesinos
somos la carne de cañón que alimenta los diferentes grupos armados. A los
campesinos nos desplazan, nos torturan, nos matan, nos quitan las tierras y nos ven
dando plomo en el ejército, en la policía, en los grupos de autodefensa o en la
guerrilla. Un campesino tiene que preocuparse diariamente por lo que va a comer
con su mujer y sus cuatro pelaos… ¿Ahora sí entienden por qué en estas tierras es
mejor ser una vaca que un campesino?
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En este sentido, el campesino Juan Sin Tierra quien es el que nos trae a colación la
comparación con una vaca, ha de mostrarse como un sujeto temporal, que evoca
su capacidad de rememoración para contarnos por qué la crudeza de su afirmación:
es mejor ser una vaca que un campesino.
Aunque el relato no contiene lo que sucedió una vez hecha la intervención de Juan
Sin Tierra, mi condición de presente me permite recordarlo: el salón de la parroquia
quedó en un silencio profundo y el campesino respiró, también, profundo. Encontró
en el acto de contar la descarga de un peso que lo ahogaba. Fue el ejercicio de
contarse el que produjo el respetuoso duelo, pues aunque sus palabras cargaban
tristeza, y efectivamente evidenciaban un dolor, no se trató de un simple grito de
lamento, sino de la posibilidad posterior de encontrarse con un deseo de ser, una
necesidad de esforzarse por existir.
Este relato muestra la importancia de trabajar por el ser, donde no se es. Debido a
que no todo lo que se recuerda es gozo. El pasado carga con recuerdos que
torturan, que producen dolor, o con la amarga sensación que produce descubrir la
desaparición de los mismos. Ante dicho problema, la mejor alternativa, en lugar de
evadir lo que produce dolencia, resulta ser el duelo como esa posibilidad de superar
el dolor con la dinámica normal de la sensación humana que esto produzca: tristeza,
decaimiento. Todo en busca de la aceptación y en aras del crecimiento, donde la
sensación de bienestar regresa. Dicho de manera metafórica, se trata de buscar
que la herida sane de la mejor manera, donde la cicatriz que ahora marca el cuerpo
pueda ser tocada y ya no vuelva con ello el dolor que producía.
TESTIMONIO DE UN POETA
CAPÍTULO III
Conocida por ser una zona que ha recibido de frente el impacto y las consecuencias
del conflicto armado del país, Tierralta, cobra su importancia reflexiva porque
propone dos maneras de hacer historia que se vuelven identificables por la carga
acentuada que cada una lleva: la aceptación de una realidad de muerte, y la
posibilidad de la esperanza.
Desde allí, desde este lugar real, se abordará la categoría del testimonio. Y más
aún, desde la figura de una persona concreta: Pedro Nel Rodríguez, "El poeta de
Callejas". Es él quien nos permitirá entregar un recurso tradicional, como lo es la
décima costumbrista, invitando a descubrir cómo cobra importancia la narrativa para
interpretar, transmitir y testimoniar una realidad.
II IV
Soy blanco, indio y negro Soy el valle y la sierra
Mulato, zambo y mestizo Selva y rastrojo herido
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Y ¿qué es dar testimonio? Ricoeur, nos propone que lo pensemos desde tres
sentidos: el cuasi-empírico, el cuasi-jurídico y el cuasi-teológico. Sin embargo, antes
de explicar en qué consiste cada uno de éstos, es importante considerar que el
testimonio no es equivalente al "ejemplo". Puede considerarse de manera rápida
que "dar testimonio" es realizar una "acción ejemplar", con lo cual se estaría
incurriendo en un error, pues en el ejemplo se encuentran dos deficiencias, con
respecto al testimonio, que le hacen perder importancia en un estudio con
intenciones filosóficas: 1) en el ejemplo, o acción ejemplar prima la regla, la ley, la
norma, no la persona y esto, como se verá más adelante, es superado en el
testimonio ya que éste logra integrar a la persona que da testimonio como al relato
de los hechos testimoniados; y 2) el ejemplo a pesar de ser histórico no perdura, se
borra como el caso ante la regla, mientras que el testimonio, cuando alcanza
dimensiones teológicas, llega a ser el movimiento de una vida.
Hecha la diferenciación, el camino a seguir consiste en explicar los tres sentidos del
testimonio y ubicar al Poeta de Callejas en alguno de ellos.
Ricoeur se refiere al testimonio del tercer nivel en los siguientes términos: “el testigo
es el hombre que se identifica con la causa justa, odiada por la muchedumbre y los
grandes, y por esta causa justa arriesga su vida […] Esto hace que el testimonio
sea el compromiso de un corazón y un compromiso hasta la muerte” (Ricoeur, 1983:
22). Se habrá de entender que el camino que buscamos, es el de invitar a considerar
que el testimonio del tercer nivel, el de la acción, es el adecuado para establecer
una relación con una reflexión teológica, debido a la profundidad que evidencia, y
que en dicha búsqueda es posible invitar a la proposición de ejercicios prácticos
narrativos, como el que se pretende en este capítulo al ubicar las palabras del Poeta
de Callejas como testimonio de una verdad.
¿Pero qué tipo de realidad vive el Poeta y cuál es su testimonio? Baste recordar
que Callejas, es un corregimiento de Tierralta – Córdoba, lo que permite que
ubiquemos rápidamente una tierra con una fuerte historia de violencia y muerte, y
que actualmente carga con las consecuencias de lo que ha dejado el conflicto
armado. De este espacio es de donde provienen las palabras del Poeta, de una
realidad que amenaza constantemente la vida misma haciendo particular la historia
de su gente:
SUCESOS EN EL ATACÓN
I Buscaban su protección
Hoy canto yo como sea Pero ellos tenían razón
Chabacano y atravesado Esto quién se lo aguanta
Pero es que estoy asustado el más valiente se achanta
Tiemblo cuando hay pelea Ante un tremendo atacón.
El pánico que hoy rodea
A toda esta población IV
Perturba la inspiración Efrandy Trejos al quedarse
De los poetas y escritores Sus hombres sin posiciones
Por ahí circulan rumores Corrían y daban instrucciones
Que habrá otro fuerte atacón. Y volvía de nuevo a situarse
II No vallan ustedes a acobardarse
El doce de julio a las dos Ni a malgastar munición
En punto de la mañana A pesar de la destrucción
Tembló la tierra sinuana En que se hallaba el cuartel
Bajo aquel combate feroz Confiaron todos en él
Le damos gracias a Dios Hasta que cesó el atacón.
Por su divina intervención
Su infinita compasión V
Por los seres inocentes Estaba el pueblo dormido
Nadie de nuestras gentes Un perro dio la alarma
Cayó en el fuerte atacón. Pero una potente arma
Dejó a Ringo tendido
III Se oyó un fuerte alarido
Treinta hombres bien armados Seguido de una explosión
Tenía sitiado al comando Despertando en la región
Se oían los perros aullando A todos sus moradores
Y corriendo por todos lados Y agentes auxiliadores
Los hombres más asustados Rechazaban el atacón.
47
Yolanda su compañera
VI Se acurrucó en un rincón
El perro cayó inconsciente A su hija Nuris el corazón
Víctima de un fusil Quería saltarle del pecho
Que despachó un proyectil Quien también dejó su lecho
Con precisión en su frente Por causa de ese atacón.
Esto cambió el ambiente
En medio de la estación XI
Creando una confusión Alejandro Castillo el gato
Difícil de comparar Perdió el conocimiento
Lo que he podido llamar Casi que no echaba el cuento
Sucesos en el atacón. De aquel temeroso rato
Si vuelven quizás me mato
VII O me largo de la nación
Estaba yo en el pilar En Miami o en Japón
Oí el primer fogonazo Nadie me irá a joder
Lógico en este caso Le comentó a su mujer
Opté por salvar mi hogar Un día después del atacón.
Las balas se oían silbar
Violentas sin dirección XII
La guerra sin compasión Eduardo Díaz se metió
Se apoderaba del pueblo Bajo de una nevera
Nadie podía creerlo Con una voz lastimera
De que fuese un atacón. Nos cuenta lo que sufrió
Cuatro horas permaneció
VIII Con todo el cuerpo en tensión
Es el quinto frente de las FARC Contenía allí la respiración
Se había tomado esta zona Los pulmones se le inflaban
Cayó el agente Cardona Y no cesaba el atacón.
Muy mal herido el auxiliar
Cuando quiso Díaz intentar XIII
De buscar mejor posición Carlos Arango no huyó
Recibió éste un chamuzcón No se apartó de la puerta
Bajo el peso del combate Más nervioso que alerta
Yo hoy les cuento el disparate Hasta el final espero
Que causó ese fuere atacón. Apenas los vio exclamó
Yo les brindo mi atención
IX Allí tengo un bodegón
Los civiles no esperaron Repleto de mercancía
De oír el tercer disparo Fingiendo que no sabía
Cuando buscaron amparo Nada de ese atacón.
El primer sitio que hallaron
Algunos abandonaron XIV
A la rústica población Vea usted que se destaca
Para muchos la solución Como servicial compañero
Fue alejarse de allí Tenemos poco dinero
Hasta yo también corrí Acredítenos una hamaca
Esa noche del atacón. Se apresura don Carlos y saca
Como veinte de un cartón
X Tranquilícese usted mi don
Hoy se que Elías Barrera Que solo queremos una
En el suelo amaneció Mi Dios vea su fortuna
El pobre se convirtió Y le libre de un atacón.
En una lombriz tierra
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XV Lo atrapa de un manotón
De la escena conmovedora Le metía en su ofuscación
Rubén Orozco se ausenta Los pies por los bolsillos
Se puso sin darse cuenta No era cosa de arrear novillos
La ropa de la señora Era a huir de un atacón.
Que le importaba ahora
Cual fuese su pantalón XX
El pellejo y la salvación Un gallo lanzó su canto
Estaban de por medio En el rancho de Etalislao
Denis no hay más remedio Infame me has delatao
Que alejarme del atacón. Dijo este con gran espanto
Ahora saben Diosito Santo
XVI Que se haya aquí una mansión
Esta exclamó enojada Se armó sin contemplación
No seas cobarde Rubén Casi al borde del desmayo
Llévame a mí también Y le cortó la cabeza al gallo
No me dejes aquí encerrada Esa noche del atacón.
Aguántese aquí callada
Sin ninguna murmuración XXI
Y a cada detonación Remberto Parra quedó
Tápese bien las orejas Casi clavado en la cama
Esto pasó en Callejas Hasta las seis de la mañana
La noche del atacón. Que la mujer lo levantó
Allí esa noche se orinó
XVII Hasta empapar el colchón
Doña Dora que no sabía El pobre no tuvo acción
Andar en la oscuridad Ni de levantarse siquiera
Y con tanta facilidad Por temor a una rastrera
Le sirvió a los hijos de guía Bala de aquel atacón.
Tan lejos que estaba el día
Para darle un empujón XXII
Porque daba la impresión Un hombre llamaba a Ena
Del planeta detenido Señora si usted es berraca
A causa del estallido Nos va a prestar una hamaca
De tan horrible atacón. Que esté limpia y buena
Señor me da mucha pena
XVIII No ceder a su petición
Cuan dichoso es Rebolledo Yo lo siento de corazón
Quien no escuchó el tiroteo Pienso marcharme ahora
Pero es se ha puesto feo No se preocupe señora
Nos dijo yo tengo miedo Ni le tema a este atacón.
Les juro que no me quedo
En esta puerca región XXIII
Ni si me dan un millón Ella no escuchó el concejo
De pesos en efectivos Ni uno ni otro detalle
Vean si tengo motivos La pobre salió a la calle
Yo presiento otro atacón. Con la agilidad de conejo
Por querer salvar el pellejo
XIX Se extravió de dirección
Cuando empezó la batalla Mezclándose en el pelotón
Patricinio se levantó Del grupo facineroso
El panatalón que agarró Fue a amanecer a un pozo
Fue un pedazo de toalla Esa noche del atacón.
Lo busca y al fin lo halla
49
XXIV XXVIII
Bajo esos mil estampidos La Nena Hoyos aguantaba
Baciliso empezó a rezar A Nubia por la garganta
Que no vayan a matar Le hizo tragar la manta
A mis hijos tan queridos Con que ella se tapaba
Se introdujo en los oídos Débora que ignoraba
Más de un kilo de algodón La terrible situación
Mañana me quito el don Al hacer su aparición
Para evitarme problemas Los heridos en la plaza
Llamándome ....aso1 apenas Se privó allá en su casa
Me libro de un atacón. El día después del atacón.
XXIX
Se oyó la voz aterrada
XXV De Villegas que dijo así
Con las manos sobre la faz Han lanzado sobre mí
Doris llamó a Agustín Una vaina negra y pesada
Yo vengo es con el fin Es una bomba o granada
De buscar el bien y la paz Alumbren con precaución
Mire vaya para atrás Resulta que era un ratón
Yo a ti no te doy perdón Que había caído del techo
Porque tú en una ocasión Hasta chocar con su pecho
Me hiciste pagar un multazo Esa noche del atacón.
Debía pegarte un balazo
Aprovechando el atacón. XXX
Todo esto le ocasionó
XXVI Un frio de calentura
¡Hay hombe! Mo Contrera En aquella noche oscura
Me han herido en la frente Por el susto que se llevó
Estoy sintiendo caliente Pero apenas el sol salió
De mi propia sangre por fuera Se puso el hombre en acción
Traígame a una enfermera No cogió ni el camellón
Que me haga la curación Monteadentro llegó al puerto
Tranquilo hombre sandón Nadie ha visto a Adalberto
Que no te vas a morir Desde la noche del atacón.
Ni ella podrá hoy venir
Con tan tremendo atacón. XXXI
Le dije yo a mi papá
XXVII Que vaina fea es la guerra
Pero tú no estás malograo Está temblando la tierra
La sangre es más espesa Y la casa nos va a aplastá
Tú metiste la cabeza Mira hijo es tu mamá
En la cántara del miao Que se aferró a un horcón
Yo también estoy mojao Los hombres valientes son
Tan estúpido y cabezón Y tiemblan ante la muerte
Le pegaste un estripón Yo soy un viejo fuerte
Sin culpa ala vacinilla Y no resisto otro atacón.
El diablo mismo se humilla
Si presencia un atacón. XXXII
Roberto Hernández saltó
1
Error por fallos de audio en la transcripción de la grabación del trabajo de
campo.
50
INSÓLITO SECUESTRO
I III
Don Marce salió cantar Una niña de aquel lugar
a un barrio monteriano princesa india Zenú
una mañana temprano mandó llevarlo al Pirú
y no volvió a regresar para escucharlo cantar
esto enlutó el hogar los miembros de aquel hogar
más digno de Montería con mucho honor lo trataron
se quebrantó la alegría de elogios lo coronaron
en un rincón del Dorado en su cortica estadía
decían han secuestrado de asuntos de economía
a Don Marceliano Mejía. a él nunca le preguntaron.
II IV
Habían pasado tres días Quería conocer Onomá
cuando salió una llamada al poeta Marceliano
que Marceliano se hallaba y mandó a echarle mano
en lo alto de Dos Marías de acuerdo con su papá
más bien en las cercanías en los días que estuvo allá
donde al Sinú lo taparon comía, cantaba y dormía
los suecos que exterminaron y Onomá se divertía
al bagre y al bocachico sin hablarle del secuestro
al Marce como a un rico sin preguntarle al maestro
sin culpa lo secuestraron. cuanto de plata tenía.
Es considerable el esfuerzo vital que hacen los relatos del Poeta por mantener viva
la cultura de un pueblo, los orígenes que lo gestaron, y denunciar a su vez
fenómenos que la amenazan.
52
I IV
Yo vengo de por allá Allá donde Tay existe
De Tierralta ciudad real Solo en una quebrada
La futura capital Donde una mujer amada
Del departamento de Urrá Nunca me ha visto triste
Donde Striffler y Onomá El panorama se reviste
Se conocieron un día De hermosa policromía
Donde el indio todavía El blanco con su osadía
Utiliza la barbacoa Llegó a la selva espesa
El blanco llegó en canoa Hacer dizque una represa
El Sinú esa es la tierra mía El Sinú esa es la tierra mía
II V
Donde sus gentes amables Allá donde baja el oro
Dicen que el río Sinú Escoltado por la jagua
Se besa con el Pirú Entre arena y el agua
Cual novios inseparables Formando el río un tesoro
Y las mujeres afables Ese hilo de cristal sonoro
Son el amor y poesía Que nos saluda noche y día
El sol es su lejanía La antigua riesgosa vía
Mira celosa al valle Para que el que viaja por él
Está mi nombre en la calle Donde sale con su tropel
El Sinú esa es la tierra mía El Sinú esa es la tierra mía
III VI
Allá donde el campesino Donde el cerro Murucucú
Escucha mi eco sonoro Se mira con el tres puyá
El macizo cerro del toro Testigos son de la bulla
Bebe agua en el remolino Que reina en el río Sinú
El río abandonó el camino Donde Tay le dice al Pirú
Que a él mi Dios le tenía ¡Espérame en la bahía!
Y la inmaculada María El emporio hoy desafía
Está parada en la peña A la ruina y a la escasez
El indio en la jungla sueña Onomá nació otra vez
El Sinú esa es la tierra mía El Sinú esa es la tierra mía
Son las palabras de este poeta y su capacidad narrativa las que permiten
comprender qué sucede en Tierralta. Sus palabras contribuyen para contar la
realidad de su pueblo, aportando elementos que son señal de su grado de
interpretación de lo que allí sucede. Aunque no todas sus respuestas las tiene en
décimas, ha hecho de la narrativa su capacidad por excelencia lo que le permite dar
testimonio de la realidad vivida y representar la voz de una comunidad. Ejemplo de
esto, se presenta a continuación con un fragmento de una de las entrevistas
realizadas al Poeta:
- ¿y por qué los grupos armados están peleando esta tierra? ¿qué tiene esta
tierra que les interesa?
- Figúrese usted, una de las tierras más fértiles. Porque figúrese que ya… y la
mayor parte del poder económico ganadero tiene abarcado todo lo que es el
bajo Sinú, entonces ya las tierras que han quedado… o sea lo último… el
desecho, algunos ya en el bajo Sinú tienen tanta tierra que tienen que
comprar el desecho pa’ esas tierras de la sabana donde no produce ni
papoche. Entonces el alto Sinú es un paraíso, las tierras son fértiles, los
potreros se producen casi solos, con muy poquita inversión, y ese es el
problema: primero el precio de la tierra, segundo su fertilidad. Un rico que
está acostumbrado a gastarse una millonada de dinero para organizar una
hacienda, y en el alto Sinú lo puede hacer por medio… apenas con la ayuda
de la naturaleza, con pocos jornales, con poca inversión. Le sale barato
organizar una hacienda, porque es que tiene un potrero y se pega de una
vez.
sacaban título, de ahí del título venían las escrituras. Bueno, entonces
después, a medida que el tiempo ha venido pasando, como yo he dicho que
el hombre destruye, sin darse de cuenta se enfrenta a la madre naturaleza,
hace unos daños que no debe hacer. Cuando ya las tierras se les van
esterilizando, que ya van teniendo poco dónde trabajar, que ya se
esteriliza… dice uno “se vuelve un recinto”, entonces optan por venderlas, y
a quién se las venden, a los ganaderos que vienen avanzando hacia
nosotros. Viene un ganadero… llega por esta región y le compra…eh…
seiscientas hectáreas de tierra a cualquier persona, cualquier finquita ya
hecha de potrero, porque el potrero esteriliza la tierra: donde hubo potrero
se acabó la agricultura. Entonces llega un rico por aquí y compra seiscientas
hectáreas de tierra, y de ahí le sigue comprando alrededor, alrededor,
alrededor. Y cuando nos venimos a dar de cuenta ya es propietario de dos
mil o tres mil hectáreas de tierra. Y eso ha sucedido en todo el departamento
de Córdoba, en todo el departamento. Inclusive que a estas tierras, del Alto
Sinú, que es el sur…al sur de Montería, las tierras más fértiles, de acá de
Urrá, ya están… llegaron los ganaderos, ya llegaron los ganaderos, llegaron
los ganaderos, y se han ido apoderando de nuestras tierras. O sea que la
mayor parte de las tierras, en grande, están en poder de los millonarios. Ya
nosotros no tenemos sino solares, e inclusive tenemos apenas la casita,
porque todo lo han ido vendiendo, la gente se ha ido yendo pa’ el pueblo,
unos por desplazados y otros porque les gusta el pueblo, en fin que nuestras
tierras está quedando en manos de los ganaderos. Actualmente ya mayor
parte está en manos de los ganaderos. Al respecto tengo una décima:
- Nooooo, el…el… que yo me haya dado cuenta, pues, si son como yo los
vecinos míos, el sufrimiento de nosotros ha sido la zozobra, la zozobra. La
zozobra por la violencia. Nosotros como no… uno no se atreve a hablar, uno
no se atreve a opinar, no se atreve a decir nada porque le da miedo…porque
le da miedo. Sí, ese ha sido uno de las... ¡lo que más no! Porque la gente se
tranquiliza, se conforma, con que no haiga tierra, con que no haiga trabajo;
lo primero que dicen es “ah, pero nadie se muere…de hambre nadie se
muere”, “No, que hoy no tememos para el arroz”, “No importa, que toda
escasez trae abundancia…y toda abundancia trae su escasez”. Entonces
por ese lado la gente tiene su conciencia tranquila, aunque no coma en la
tarde, pero duerme como tranquila, porque figúrese que dice “no importa que
no comamos hoy que toda escasez trae hambre… abundancia, y toda
abundancia trae su escasez”. El que… al que le van a dar de ------ que si
está lejos pa’ ver si lo esperan, ¡caramba! Lo que es pa’l perro------------------
-------- “no hombe, en Colombia nadie se muere de hambre”. Entonces yo
digo que el mayor sufrimiento de nosotros es la zozobra, que no sabemos
quién es el dueño de las tierras donde nosotros trabajamos, no nos
atrevemos a hablar…de cosas políticas que nos vayan a comprometer
porque de pronto cuando vienen que buscando a uno, o va uno para el
pueblo en la bicicletica y de pronto le atraviesan con una volqueta, lo
embarcan ahí y no viene más nunca…se pierde. Entonces uno…esas
cosas… uno vive con miedo. Miedo para opinar, miedo para hablar, miedo
para actuar. Entonces, porque uno lo ha visto, que algunos amigos de uno
en reuniones así han dicho “voy a decir la verdad, porque la verdad en la
cara es la que arde” y eso les ha costado que más nunca los hemos visto.
Entonces uno se va recogiendo, no puede protestar, no se atreve a reclamar,
no se atreve a opinar, no se atreve a denunciar, en fin. Es el sufrimiento más
grande que hemos tenido nosotros, osea hasta unos años, porque le estoy
contando que ahora en los días de estas desmovilizaciones para acá, ha
habido como una tranquilidad, pues hay una tranquilidad por esa parte, pero
ahora viene otra intranquilidad es que cada ratico nos vienen a decir que la
guerrilla está en tal parte, y que está diciendo que va a venir a ocupar las
tierras donde las autodefensas estaban, y que le van a mochar la cabeza a
los papás de los hijos que eran paramilitares, y que van a matar a la mujer
de la mae que era del paramilitar, a la mujer del paramilitar que ya está
recogido allá en Rialito, en fin, eso es una zozobra. Todo eso es una
intranquilidad. Todo eso es un sufrimiento.
57
Se continúa con una décima y un canto que entregó el Poeta de Callejas cuando se
le preguntó acerca de la esperanza de su pueblo: la décima llamada “Canto a la
paz” expresa el anhelo de un pueblo azotado por la violencia y el sufrimiento que
les ha causado; y la canción popular anónima y sin título, que el Poeta lleva en su
memoria y que considera que carga en sus palabras lo que se podría considerar la
esperanza de su pueblo.
CANTO A LA PAZ
I IV
Es mi canto cual un foro La paz se fue del país
Por la paz tan envidiable Por los males que encierra
De eso quería yo hablarle Ella huye de la guerra
Porque ella es un tesoro La paz hoy no es feliz
Igual que Colombia añoro Ella sufre mucho a raíz
Ver de nuevo su faz De un golpe duro y jamás
Soy un cantor audaz Veremos su bella faz
Luchando por mi derecho Cual luna llena plateada
En mi clamor aprovecho Allá en el campo violada
Que vuelva a reinar la paz. Vi un día llorando a la paz.
II V
La paz un campo parece Vi en su rostro una herida
Bajo un sol de primavera En su cuerpo unas huellas
Semejándose a una hoguera En sus manos tan bellas
Cuando todo se oscurece Los signos de la partida
Del país desaparece Me dijo en su despedida
Con el tiempo más y más Te cuidas si no te vas
Se fue alejando al compás De parte mía les dirás
Del mal que hoy nos rodea A todos los gobernantes
Cuan horrible es la pelea Del pueblo cuando le cantes
Cuan bellísima es la paz. Que adiós les dejó la paz.
III VI
Decidle ¡no! a la violencia Así la vi que partió
Decidle ¡sí! al reconcilio Con rumbo desconocido
Colombia nos pide auxilio Con su rasgado vestido
Hiriendo está su existencia Hasta el color blanco perdió
Hay una extraña potencia Ahora excusen si yo
Echando todo hacia atrás He sido muy pertinaz
Será la ira de Satanás Si no hayan nada verás
El amo y el señor del mal En lo que vi en mi vaivén
Que a nivel universal Llorando oí decir al bien
Le ha puesto fin a la paz. Se fue mi esposa la paz.
58
VII VIII
Clamaba el bien en su llanto La paz me envió a mí
Te fuiste paloma blanca Un lindo comunicado
La única esposa franca Diciéndome que ha pensado
Por eso me extrañas tanto Venir este año al país
Porque me niegas tu manto El cual no ha sido feliz
Escribe o dime dónde estás En estos años atrás
Que por ti yo seré capaz Ojalá brille al compás
De cruzar nadando el mar De nuestros bellos rostros
La pena me va a matar Ahora aquí entre nosotros
Yo quiero mucho a la paz. Me parece que veo la paz.
CANCIÓN POPULAR
¿Por qué?
Porque esta tierra… es mi tierra
Porque este cielo… es mi cielo (bis)
Se finaliza entonces con la décima “Sergio vive todavía” que está escrita para
mantener viva la memoria del Padre Sergio S.J., quien según se cuenta, trabajó
arduamente por las personas y a quien hoy día se le considera como un mártir en
Tierralta, ya que fue asesinado por ser considerado un obstáculo para uno de los
grupos armados de la región por llevar a cabo procesos de denuncia, concienciación
y organización comunitaria. Hasta aquí, se presenta y se considera valioso un
trabajo de recopilación de la narrativa depositada en la memoria del Poeta de
Callejas. El conjunto de sus décimas, son un reflejo de un “decir de otro modo”, y a
través de éstas expresa su interpretación de la realidad por él vivida y la de su
comunidad. Las décimas de éste hombre son un don, escapan a cualquier relación
mercantil, lo que las hace sin precio. Y al ser un presente para nosotros, debemos
cerrar el círculo y hacerle una acción recíproca, no con la intención de devolver lo
que se nos ha regalado, sino con la alegría de dar nuestro regalo al Poeta, se trata
de un intercambio de dones para nada mercantil. Recordemos que en el idioma
francés la palabra “gratitud” se dice también “reconocimiento”, por esto, y estando
con el Poeta en la misma línea de generosidad, digo: reconozco en el Poeta a un
responsable.
Por otra parte, queda constituido en dicho trabajo de recopilación un archivo que
continua ofreciéndose para ser interpretado por quienes lo leen. Sin embargo, para
quienes exigirían una mínima muestra de dicha interpretación, se ha dejado esta
última décima con ésta intención, debido a que en ella se expresa con fuerza el
tercer sentido del testimonio, el cuasi-teológico, y las dos formas de hacer historia
60
¿Por qué vive Sergio todavía si ya murió? Es fácil distinguir en esta décima que la
expresión más repetida es: “Sergio vive todavía”. Este tipo de décimas se denomina
Décimas pieforzado, es decir que con la línea de expresión o frase con que cierra o
finaliza el primer pie o estrofa deben finalizar todas. La repetición, en este caso, es
un indicio de dónde recae la mayor fuerza de significación de la décima. El Poeta
quiere contar en sus versos que algo sucedió con un muerto que aún pertenece al
mundo de los vivos.
elemento para mostrar e incluir en su retórica. Pero en este caso, la décima pretende
valerse de esa posibilidad de esperanza, ya mencionada, para decir que algo pasa,
que el muerto dejó vida.
La décima trae a Sergio a la memoria de todos con los que construyó una
comunidad fraternal, y de manera interesante lo hace valiéndose de metáforas que
usan palabras de elementos naturales, lo que resulta muy diciente si estamos
hablando de un contexto campesino por excelencia: sol, llano, luz, luna, cielo, ave,
planta, paloma, tarde, amanezca, viento, invierno, primavera, verano, otoño, campo,
retoño, enredadera, fuerza, río Sinú, montañas, quebradas, cerro. No sobra
recordar, que las décimas son de carácter popular y por tanto la construcción de
imágenes sencillas y de fácil comprensión, resultan útiles para transmitir un sentido.
En cada una de éstas imágenes se encarna la esperanza: se espera que la luna y
el sol brillen, se espera que el cielo esté azul, que el ave cante, que el día tenga luz,
que la planta florezca, que el viento lleve, que el campo retoñe, que la enredadera
envuelva… se espera lo mejor, y lo mejor es que todo puede suceder. Hay
posibilidad de esperanza. Las causa por la que dieron muerte a Sergio, la mantienen
viva los que sobreviven a Sergio, quienes sobreviven sus palabras y acciones
significativas. Sergio es considerado entonces como un mártir. Se ganó el
reconocimiento de quienes lo conocieron como un defensor de la verdad y
denunciante de la injusticia, a tal punto que lo hizo hasta con su propia vida. Su
fuente de convicción, es fuente para otros, supera la muerte; los vivos los traen a
su mundo por medio de las palabras y las acciones significativas que les dejó… lo
sobreviven, por eso Sergio vive todavía. Él genera aún una esperanza escatológica
para el pueblo frente a la muerte violenta e injusta, la muerte no es el fin. Los que lo
acompañaron en su muerte, así él estuviera sólo en su morir, optaron, como el
Poeta, por la mirada de la compasión, entendida como “sufrir con..”, o “luchar
con…”; no son simples espectadores. “Los vivos lo sobreviven al tomar su deseo de
ser, su esfuerzo por existir, en el tiempo de los vivos” (Cfr. Ricoeur 2008: 18).
63
CONCLUSIONES
Estas dos categorías cobran su mayor importancia por el valor que tienen para la
existencia. Así la filosofía, al manifestar una preocupación por el ser-en-el-mundo,
encuentra un valor especial en el uso que puede hacer de dichas categorías: es
64
Gracias a pensadores como Ricoeur, que se han dado a la tarea de ampliar las
reflexiones sobre el concepto de “lenguaje”, hoy se entiende que el hombre puede
decirse en sus actos. Las obras humanas y su significado son elaboraciones
históricas del yo. Y dentro de esas obras se encuentra la narrativa. El hombre tiene
la posibilidad por tanto de narrarse, y de que lo narren, de tal que él mismo
constituya la vida del personaje del relato de su propia vida o que se encuentre
identificado con el personaje o la historia de una narración cualquiera. Estamos
llamados a contar y contarnos a sí-mismos a través de la construcción del relato de
nuestra propia vida, pero también a sustraer la riqueza que traen las narraciones de
otros para nuestra tarea del yo y con esto, la posibilidad de ser-en-el-mundo.
Se puede concluir con esto que la tarea de la hermenéutica frente a la narrativa es:
tanto la interpretación de los relatos como la construcción de los mismos; hacer el
texto de la vida misma como leer los actos y experiencias en el texto de la vida
misma.
Es por esto, que la idea que se recalca con más fuerza en el capítulo primero, es la
de considerar a la hermenéutica como un modo de ser y no un modo de conocer.
Es parte de nuestro ser el que podamos interpretar. La interpretación ya no es algo
que compete sólo a especialistas, sino que la interpretación nos es algo propio y,
además, hace que seamos.
Por tanto, se interpreta para descubrir un modo de existir y porque esta acción
(interpretar) sería responder a nuestra condición de ser. Dicho de otra forma,
interpretar es un modo de ser que hace más responsable el existir, ya que le brinda
un sentido. Todo apunta a un momento de auto-conocimiento dado por la
comprensión del otro, un otro que es texto.
Por otra parte, se puede decir que, asumiendo como texto de base “Texto,
testimonio, narración”, la presente monografía ha constituido un aporte reflexivo de
las categorías narrativa y hermenéutica; se trata de un aporte al cúmulo de
interpretaciones hecho por otros, en el idioma español, frente a otros textos de
Ricoeur en cuanto a las categorías mencionadas. Sin embargo, además del
producto teórico, se ha buscado esbozar desde la reflexión de esta monografía, la
aplicación de estas categorías a enfoques investigativos de campo o de casos, los
cuales presentan una nueva perspectiva en los desarrollos que se le han dado al
66
RECOMENDACIONES
BIBLIOGRAFÍA
AGIS Villaverde, Marcelino (2000). <>. En: Con Paul Ricoeur: indagaciones
hermenéuticas. Barcelona: Monte Ávila Editores Latinoamericana. Pp. 91-114.
RICOEUR, Paul (1976). Interpretation theory. Discourse and the surplus of meaning.
Texas: texas Christian university press.
RICOEUR, Paul (1976). En: Introducción a la simbólica del mal. Buenos Aires:
Megápolis. Pp. 55-73.
VALDÉS, Mario J., Coor. (2000). «Hermenéutica y Ricoeur». En: Con Paul Ricoeur:
indagaciones hermenéuticas. Barcelona: Monte Ávila Editores Latinoamericana. Pp.
1-33
72
ÍNDICE DE CUADROS