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En la práctica es el acto que pone fin a la vida de un enfermo terminal a su

solicitud, de quienes él depende o por decisión del médico que lo atiende; es


también definida como la muerte intencional del paciente, producida por acto u
omisión de quienes lo tienen a su cuidado.

¿Cuáles son los tipos de eutanasia?


La eutanasia puede clasificarse en voluntaria e involuntaria. La primera es aquella
en la que el paciente acepta que se le suspendan los tratamientos terapéuticos
que le prolongan la vida y/o solicita que se le suministren medicamentos que le
produzcan la muerte. Este tipo de eutanasia se caracteriza porque el paciente
presta su consentimiento para la acción (suministrar fármacos) o la omisión
(suspensión de tratamientos o desconexión de aparatos), cuyo resultado esperado
es el fin de su vida.

Por otra parte, la eutanasia involuntaria es aquella en la cual el paciente no presta


su consentimiento para la muerte. En ella el fin de la vida se produce ya sea sin el
consentimiento del paciente o bien contra su voluntad. En estos casos se habla de
dar una “muerte piadosa”.

Ambas clases de eutanasia pueden, a su vez, sub-clasificarse en activa, positiva o


directa y pasiva, inactiva o indirecta.

La eutanasia activa es aquella en la que existe una acción positiva tendiente a


producir la muerte, como por ejemplo proporcionar una sobredosis de píldoras
conciliadoras del sueño o suministrar una inyección de cloruro de potasio.
La eutanasia pasiva inactiva o indirecta es la producida por la omisión de los
tratamientos o medicamentos o terapias o alimentos que prolongan el proceso de
morir. Están, las más clásicas para los enfermos incurables, atormentados por el
dolor.

Pasando a las formas más modernas, se da por ejemplo la eutanasia de los niños
nacidos deformes, también una eutanasia prenatal, que interviene sobre el feto
antes de su nacimiento; así como la eutanasia de los ancianos inválidos y que son
concebidos como una carga.

¿La eutanasia es legal en México?


En México, la eutanasia o muerte por piedad, no se permite. Aquí, el artículo 312
del Código Penal impide el suicidio asistido de un enfermo terminal. En el código
penal lo podemos encontrar como delito, enunciado a partir del tipo penal de
“Participación en el suicidio”. Esto es, comete el delito mencionado aquella
persona que determine a otra a quitarse la vida, lo convenza, le otorgue los
instrumentos necesarios, lo auxilie, o bien, llegue al grado de causar él mismo la
muerte (a petición del fallecido).

En México, la eutanasia es una práctica de los pacientes de escasos recursos. La


pobreza, que impide proporcionar un tratamiento adecuado a familiares con
enfermedades terminales, lleva a solicitar el alta voluntaria para llevarse al
enfermo a morir en su domicilio, para que así tenga una muerte digna.

¿Qué está pasando en los tribunales?


La eutanasia es una decisión individual, pero es necesario que se legisle para
evitar abusos y satisfacer más allá de ideas filosóficas, religiosas, culturales y
políticas.

¿Existe alguna alternativa para la eutanasia?


La alternativa real para la eutanasia es cuidar con amor y adecuadamente a los
moribundos.

El enseñamiento terapéutico es un intento de retardar lo más posible la muerte,


gracias a una intervención médica. Los cuidados paliativos, surgidos como
modalidad de abordaje específica para estas circunstancias y adoptados como
especialidad en varios países del mundo, aportan a la medicina un caudal de
nuevos conocimientos, habilidades y actitudes que resultan particularmente
propicias para facilitar alivio y confort a quienes padecen sufrimiento asociado a
una enfermedad incurable, ya sea propia o de un ser querido. La medicina puede,
incluso, eliminar el dolor.

Eutanasia en el mundo
Esta práctica se encuentra penada, legal y moralmente, en la mayor parte del
mundo debido a que las diversas tradiciones religiosas establecen la santidad de
la vida.

Para las religiones teístas la vida es un don de Dios, no del hombre, y por lo tanto
no tienen derecho alguno a disponer de ella. En la medicina científico-técnica el
Código Hipocrático compromete a todos los médicos a no administrar droga letal
alguna a nadie, aunque la pida, ni permite sugerir su uso.

En cuanto a la legalización de la eutanasia, el 1 de julio la Cámara de Senadores


aprobó una reforma al artículo 4 constitucional, señalando que “toda persona tiene
derecho a la protección de la salud en condiciones de dignidad”, incluyendo los
cuidados paliativos y la posibilidad de acceder a una “muerte digna”. Con ese
término, se disimula lo que es un verdadero suicidio u homicidio, aunque se
aleguen motivos de humanidad. Se intenta justificar ese recurso diciendo que lo
que se pretende es que no sufra tanto una persona que parece no tener remedio
ante una enfermedad incurable. Nos convertimos, así, en dueños de una vida que
se ha recibido del Creador. Los familiares que lo aprueben, si el enfermo está
inconsciente, quieren deshacerse de él y que no les dé más problemas, aunque
pongan como pretexto aliviar el dolor del paciente.
A lo largo de los años ha existido una severa confusión en cuanto al concepto de
eutanasia; se ha dicho que existen dos tipos: activa y pasiva. Por eutanasia pasiva
se entiende regularmente el acto de retirar el soporte vital a algún paciente o de
interrumpir algún tratamiento sin el cual la muerte sobrevendrá a consecuencia de
la ausencia de estos; sin embargo, esto no es eutanasia. La eutanasia es «el acto
o procedimiento, por parte de un médico, para producir la muerte de un paciente,
sin dolor, y a petición de éste». Lo que se entiende por “eutanasia pasiva” es, en
realidad, limitación del esfuerzo terapéutico. La eutanasia es activa o no lo es.
Ahora bien, en lo que respecta a la supuesta búsqueda de legalización de la
eutanasia con el gobierno de AMLO, y según la definición explicada líneas arriba,
esto resulta completamente falso. Lo que anunció Olga Sánchez Cordero -quien
se espera ocupe la Secretaría de Gobernación-, fue que el próximo gobierno
buscará promover “la ley de voluntad anticipada en todas las entidades federativas
que aún no cuenten con ella. reformas en los códigos civiles para consagrar el
derecho a una muerte digna”. Esto no tiene nada que ver con legalizar la
eutanasia. La LVA que propone Sánchez Cordero se define como “la decisión que
toma una persona de ser sometida o no a medios, tratamientos o procedimientos
médicos que pretendan prolongar su vida cuando se encuentre en etapa terminal
y, por razones médicas, sea imposible mantenerla de forma natural”. Decidir no
recibir más tratamientos o medios para prolongar la vida NO es eutanasia, ni
pasiva ni activa; decidir, de manera libre y autónoma, no someterse a medios o
tratamientos para prolongar la vida sabiendo que es inútil, es poner límites al
esfuerzo terapéutico, pero no es en lo absoluto eutanasia.

Hasta hace tiempo se utilizaban los términos de eutanasia pasiva y activa, pero de
algunos años para acá se ha llegado al consenso entre expertos teóricos sobre la
confusión que generan estos conceptos, por lo que seguir usando el término
“eutanasia pasiva” es ya un anacronismo puesto que hace tiempo no se utiliza. En
todos los países en donde es legal la eutanasia, ésta es activa o no se le llama
así.

Una vez aclarado lo anterior, resulta evidente que el gobierno de López Obrador
no pretende legalizar la eutanasia. Lo que se buscaría con la LVA en todo el país
sería ofrecer a los mexicanos la opción de decidir al final de su vida, de forma libre
y autónoma, si desean o no continuar con tratamientos médicos o retirar el soporte
vital que los mantenga con vida cuando sepan que en realidad su condición
médica no tiene ya oportunidad de mejora y por el contrario, todo irá en declive.

Finalmente, me parece necesario exhortar a los lectores a reflexionar, sin tabús,


sobre estos y otros temas que atañen al final de nuestros días. Pensar sobre lo
que queremos o no al final de la vida es necesario puesto que nadie está exento
de la muerte, ni de padecer una condición médica que pudiera coartar lo que para
cada uno dignifica la vida. Existen múltiples asociaciones que ofrecen información
veraz sobre estos temas, por ejemplo, la Asociación Por el Derecho a Morir con
Dignidad, cuyo fin es, al igual que el que buscamos muchos otros, promover los
cambios sociales y legales para poder tener al fin, la opción de morir dignamente.

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