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IERNE5 18 MARZO DE 1969 LA VANGUARC A F«BAÑOLA Pagino 13

EN LA ACADEMIA DEL FARO DE SAN CRISTÓBAL


EN LAS HORAS DEL CESAR

EHEU, FUGACES... ¿EUGENIO D'ORS, POETA?


§í. Priestley acierta: La mitad de —tantas veces . sucio— por teléfo- puede a veces más la aprehensión
J^JI discurso de ingreso en la Academia del Faro de San Cristóbal, el día
28 de febrero, trató de «La ironía i l'humorisme d'Eugeni d'Ors». Ya
nuestra angustia proviene de no, no reposar, batir «records» fi- del daño y mal que se representa dije que no se trataba de la ironía en el sentido vulgar de la palabra, o sea,
pensar que el tiempo está crono- nancieros de ganancia, constituyen que la misma presencia y sufri- disimulo o fingimiento, sino como dice él mismo: «La Ciencia acepta, da
metrando sin cesar nuestra exis- para el hombre de negocios mo- miento». una manera marginal e implícita, una ulterior contradicción. Si la Ciencia
tencia. «Eheu, fugaces»... Sí, hay derno el «ideal» de vida. Tan sólo No pareció sufrir en trueque el define no sabría dogmatizar. Se sirve de fórmulas porque reconoce, como
un aran demonio sobre el Univer- en una cosa no se parecen a los Emperador, ya que a la tarde si- Fichte, qiue la fórmula es para el hombre el más grande de los beneficios,
so y le llamarnos tiempo. Por ello niños. Precisamente en aquello que guiente, que fue treinta y uno de pero no tiene la superstición de las fórmulas y sabe que por encima de
del fondo de los siglos el lamento quería Cristo para poder hallar agosto, llama a su confesor, Fray ellas está el Espíritu que las ha creado». No obstante, teniendo en cuenta
horadarlo nos turba, nos ronda, nos cabida en el reino de los cielos... Juan Regla, manifestándole «cuan que el creador de la ironía fue Sócrates, empleaba el «recurso» de huir
hiere, nos hiende, nos ofende; hoy La antigua dignidad en el ocio alegre estaba de haber hecho estas diciendo que no sabía bastante. Aristóteles definía la ironía como simulación.
más que nunca, ya que el tiempo es cosa ya absolutamente perdida, exequias, y que sentía un consue- La ironía se contrapone a la presunción, a la jactancia y ambas son extre-
ha perdido todo sosiego y los años, como también son cosas perdidas lo en el alma que le parecía redun- mos del justo medio que es la veracidad.
a tono con la era atómica y super- el placer de la conversación y el daba aún en el cuerpo». Ojeando al azar el «Nuevo Glosario» de los años 1942 y 43 he encon-
sónica, pasan y se desvanecen con de la sobremesa. Hoy se come de Por cierto que estando el César trado unos versos del maestro que son realmente unas muestras de finísima
loca rapidez de vértigo. «Sicut so- pie, sintéticamente, y se habla a una mañana entretenido con sus ironía. En uno de ellos, dedicado a un amigo algo aventurero regalándola
les, Sicut navis, Velut umbra», hu- gritos, cuando no por señas. Sólo relojes vino a visitarle desde Va- el día de su santo unas pantuflas y un libro de piedad, se descuelga diciendo;
ye irreparablemente el tiempo. quedan los discursos de los ban- lladolid Juan de Vega, presidente
Boucart solía grabarlo en buen la- quetes, cada vez, por cierto, más del Consejo Real, quien preguntó- Hasta para navegar
tín sobre sus relojes. «Vulnerant monqtonos , y detestables. No hay le, como de cumplimiento, si ser- cientos y cientos de millas
omnes, ultima necat». ya que la úl- tiempo, se dice, y como no hay vían á Su Majestad los de aquella conviene, junto a un hogar,
tima es, efectivamente, la que mata tiempo acabará perdiendo el hom- tierra con el debido cuidado. «To- tener unas zapatillas.
y antes ya Jorge Manrique, a ca- bre el angélico don del lenguaje. dos lo hacen bien si no son los de
ballo de sus coplas para la eterni- Ya hace también tiempo que el Cuacos, que algunas veces me eno- Y también al peregrino
dad, nos dijo en hermoso verso «robot», cada vez más perfeccio- jan», respondióle el rey. (Entre de tierras y de pasiones
castellano la caducidad de las her- nado, está en marcha. otras cosas los descomedidos de le vale para el camino
mosuras todas. Pero ahora, ¿no Cuacos le pescaban las truchas en saber unas oraciones.
multiplicamos nosotros mismos la deNos viene al recuerdo, a través
una de las más limpias prosas los pozos que estaban en Gargan-
huidiza herida del tiempo? ta la Olla para su servicio y mesa, No puede negarse el sabor irónico de estos versos.
castellanas que pueden ser leídas, Y a continuación dedica otros versos al gran pintor Ignacio Zuloaga,
No nos engañemos. El hombre el ejemplo del emperador Carlos V, lo que le disgustaba bastante, pues
era tan gustoso de esas truchas en los que dice:
moderno, sobre todo el que gusta que gustaba de meditar sobre el
de llamarse, o ser llamado, de em- tiempo, como gran aficionado que como de las perdices de Gama, que Fuego que Eibar encendió
presa,^ se nos muestra con igual in- era al juego de los relojes. Fray cuando andaba por Alemania, y París alimentó,
consciencia ante la vida que el ni- José de Sigüenza nos lo relata en Francia o Flandes con los nego- y la ancianidad no apaga:
ño. Este, ya es sabido, deja un ju- su ejemplar «Historia di: la Orden cios políticos del Imperio le remi- ¡feliz quien pudo admirar
guete por otro, comienza un traba- de San Jerónimo». tían de Extremadura. esta energía sin par
jo y lo abandona 'sin terminarlo, Corría el año de mil quinientos El presidente se enojó mucho con del dibujar y el pintar, ,«.
también por otro, a su vez aban- aquellos villanos y quiso castigar- y el trabajar y el ganar,
donado. Aquel hace, «mutatis mu- cincuenta y cuatro y se hallaba el
César en Bruselas, apretado de los con severidad. Pero Su Majes- y el comer, y el torear
tandis», lo mismo, aunque inven- indisposiciones, con gota en los tad, a ruego de los frailes y pasado de don Ignacio Zuloaga.
tando una palabra; le llama a esto pies y en las manos, aunque sin el primer malhumor, los perdonó
«sensación». Y la vida, contagia- otros achaques mayores, cuando a todos. Ya en el mismo discurso me referí al humorismo de que Eugenio d'Ors
da, baila la más extraordinaria de resolvió renunciar a sus Esladox, Siguió con sus rezos y relojes hacía gala muchas veces en sus escritos y en sus conversaciones. El humo-
las danzas antes del morir. En los venirse a España y recogerse en tranquilamente, hasta su ejemplar rismo no deja de ser un estilo literario que tiende a simulaciones y a her-
mismos bailes, en los negocios, en una casa de la Orden Jerónima. muerte, acaecida a las dos y poco
la moda, en los inventos, lo que más de la noche del día de San manar la gracia con la ironía.
hoy es «sensacional» mañana se Ya sabemos cómo en Yuste pa- Mateo, de mil quinientos cincuen- Otros versos, más humorísticos que irónicos, publicó Eugenio d'Ors. No
transformará en antigualla, como saba el tiempo Su Majestad, pre- ta y ocho. puede negarse el humorismo de la siguiente fabulita:
sucede con los modelos de coches. parándose sin prisa ni pausa para Entonces no se había inventado
la segura muerte. El antiguo «'Fes- la angustia y en las horas del Cé- A Sophie Vichatzky
Tener éxito en el lenguaje de tina lente» parece haberse quiri-
tantos significa sobrepasar siempre tariamente acuñado para su uso, sar había tiempo para todo, inclu- Dijo la Flor al Libro,
a los demás —las cifras estima- cuando con cirio en la mano, luto so para bien morir. de feria a feria:
rán su etsfuerzo—, aunque su vida en el vestido y niebla en la. mi- Deseo aclarar que en mi anterior —¿Por qué tan serio? ¿Aburr»
interior, si la tienen, no se dife- rada, sale el pío monarca a verse artículo, publicado hace una se- tanto la Ciencia?
rencia, de las pobres otras vidas. enterrar en vida y celebrar sus mana, la dedicatoria rezaba así: Y el libro respondióle:
También el niño muestra admira- propios funerales. ¿Se pararían en «A Ramón Carau y a su. cá- —¡Si usted supiese
ción hacia el adulto, y más aún aquel momento los relojes del Em- tedra del buen comer», cuando
ante el gigante. y0 quería decir «Ramón Cabau», la guasa que, en el cuerpo,
perador?... Fue un espectáculo que que es como se llama el gran me traigo a veces!
Para que el parecido se perfile causó a todos los presentes infini- amigo e insigne restaurador. Mi
más, tampoco saben estarse quie- dad de lágrimas y suspiros, nos mala, endemoniada letra, tiene Y no hablemos de la Epístola «a Octavio de Romeu» titulada: «Librea
tos, como sucede a los niños; ro- dice el bendito Fray José, «y no la culpa de la errata, perdónen- viejos y jóvenes», que no me atrevo a reproducir por su extensión.
me ustedes y él.
dar a 130 por hora, tomar el avión pudieran llorarle tanto cuando de Que en Eugenio d'Ors había, además de un pensador, un poeta, no cabe
más rápido, conducir un negocio hecho le vieran muerto, porque José Muría CASTROVSEJO duda alguna. Su inteligencia abarcaba todas las modalidades de la expre-
sión humana y por tanto, aunque no posase de poeta, tenía el suficiente
talento para expresar en versos ideas, imágenes y aun sátiras mordaces.
VIVENCIA Y
COMUNICACIÓN SÍMBOLO Y SIGNO Pocos como él apreciaron el valor de los poetas, sobre todo de los catalanes,
y tuvo íntima relación con poetas como Gerardo Diego, Rubén Darío y no
digamos Juan Maragall. De tal manera que habló de los poetas con tal fer-
JA dificultad esencial con que tro- También ha de admitirse qiue, entre realidad creyó Cari Gustav Jung y a vor y penetración que puede decirse que tradujo en prosa maravillosas pro-
piezan las obras de simbología en el símbolo y el signo hay una relación la que dedicó un libro). Hay puntos ducciones poéticas de grandes vates.
España, donde carecen de tradición recíproca. Esto es, un signo puede ser de contacto entre ambas, pero son fí- «Necesitaba el maestro estar tranquilo», puesto que, como él dijo, «sólo
por causas qué no es el momento de ¿por qué no?— vivenciado simbóli- sicos. Por ejemplo, el signo de igual- entonces empezará para él la fiesta. Lo de ayer, lo de hoy, esta inquietud
discernir, se agrava con el hecho de- camente, y un símbolo tradicional dad en una operación matemática es no es, no puede ser más que preparación. Así, el desorden de la orquesta
terminado por el ambiguo empleo de (por ejemplo, una esvástica o una sólo un signo, pero si se sueña con él antes de empezar, cuando cada instrumento va por su lado y algún músico
la palabra «símbolo». Se habla con cruz de San Andrés) puede ser toma- en un contexto que lo torna innega- templa el suyo y otro apenas si acaba de llegar de la calle y a distancia se
frecuencia de «símbolos matemáticos» do como mero signo y de hecho así blemente significativo, se ha transfor- interpelan dos más, y alborotan y riñen... Pero ya el director dio con la
(el de igualdad, el de infinito, el de sucede con frecuencia. La delimita- mado en símbolo. Inversamente, los
multiplicación) y se debiera hablar de ción es, por tanto, ambigua, lo que la colores poseen un sentido simbólico batuta tres golpes ligeramente en el atril: ahora todo va a salir concertado».
signos matemáticos. Pero el problema hace aún más necesaria, Ha de esta- (multiforme, complejo y con profun- «¡Silencio!... No podemos prever con exactitud el instante en que esta
es más profundo, como veremos, y no blecerse más por la situación del ele*:;das resonancias en diversos estratos dulce milagro + se cumplirá. Que se acerca, sí, lo adivinamos, lo sabemos.
se reduce sólo a nuestro país, aunque mentó simbólico o signográfico, y por mentales), pero se pueden usar sig- Pero ¡el minu o exacto! Conviene hallarse apercibido para oír en seguida
en él se agudiza por la falta de cono- isu repercusión en la vida que por la nográfieamente con conocimiento de el percutir liviano de la batuta. La víspera de estar tranquilo se llama
cimiento en general, de lo que^ es el naturaleza intrínseca del elemento en su sentido simbólico más obvio. Es lo anhelo, se llama angustia, sé llama opresión.»
símbolo (en el verdadero concepto del cuestión. Con todo, es evidente que, que hacen los semáforos al poner el ¿Ya?... ¡Todavía no! Corazón, como esperas la serenidad, no has espe-
término). Así, el libro alemán de Port- periclitado el imperio de la «mues- rojo como «parada» y el verde como rado a amada ninguna...
mann, «Symbole und Sinnbilder» tra» figurativa, con que no hace aún «,paso», simple señalización (semiolo-
(1968) es una amplia y excelente com- cuarenta años se señalaban muchos gía). Volviendo a nuestro ejemplo, si Esta tranquilidad que esperaba el maestro es la que le hacía soñar en
pilación de signos gráficos, usuales en establecimientos, difícilmente entra- se sueña con un semáforo siempre la poesía de la vida, aunque su realismo y su penetración fuesen más allá
arquitectura, topografía, instalaciones rán en un repertorio de «Sinnbilder» rojo es probable que el signo se haya de todas las realidades.
eléctricas, etcétera. Hasta ahora se ha símbolos tradicionales como el «triple «apoderado» del símbolo y que el co-
venido diferenciando símbolo y signo recinto», el laberinto, el dragón, el lor tenga menos significado en sí que Luis VALER!
por el hecho de que entre el símbolo león rampante, etcétera. En el caso de el que posee como «señal» de deten-
y lo.simbolizado hay una relación dé que algún símbolo tradicional se in- ción, de alto. Puede ser entonces sím-
analogía o parentesco (una torre alta cluyera en el sistema signográfico uti- bolo equivalente al de un muro in-
simboliza la altura, el rojo anaranja- litario aumentaría la posibilidad de franqueable, al de una barrera.
do simboliza el fuego, que, a su vez, que el sujeto pasivo al que se ofrece Dentro de la simbolagía hay un am-
simboliza la pasión, etcétera), mien- el signo se «distrajera», más o menos plio dominio, poco analizado sistemá-
tras que, entre el signo y lo signifi- inconscientemente, con la repercusión ticamente aún: el de los símbolos grá-
cado, no hay sino una relación con- de esa imagen en su interior. Por tan- ficos (línea vertical, horizontal, án-
vencional, admitida, como la que rige to, la signografía utilitaria no gana gulo recto, grupo de tres, de cuatro,
los signos gráficos con que escribimos nada con aproximarse a la simbólica de x puntos, cuadrado inscrito en un
RAMÓN EUGENIO
y los mismos fonemas. y debe dejar a ésta su propio domi- círculo, etcétera). Estos símbolos ver-
nio, como reino de la psique (ante un
Pero la verdadera diferencia no re- juicio científico), y como reino del daderos (pues aluden a realidades me-
tafísicas),
side en la relación analógica —ya que espíritu (ante una vocación mística). signos utilitarios aunque se asemejen a. los
distan de serlo, pero
puede haber signos arbitrarios y sig- Pues el símbolo, además de ser una son una de las zonas que, formal y
DE GOICOECHEA
nos con analogía a lo que designan—, vivencia (un sueño, una imagen pen- aparentemente, se hallan más cerca de firmará ejemplares de su novelo
sino en el hecho de que el signo es, sada O escrita, algo que se ve en la ellos. Cabe incluso admitir que se use
con frecuencia, un esquema de algo realidad pero que se «desdobla» en un un signo gráfico en una técnica (por
real (por ejemplo, en la señalización significado segundo), y un método de ejemplo, electricidad) como «caso es-
del tráfico) y sirve sólo para lograr conocimiento, es una vía de acceso a pecial» de una situación general sim-
una comunicación visual lo más in-una concepción tradicional y espiri- bólica: conexión-desconexión, unión-
mediata posible, mientras que el sím- tual del universo, la que dice que las desunión. Por ello, al semiólogo no le
bolo no se detiene en la comunicación, cosas visibles son «máscaras» de ver- puede estorbar jamás el estudio de la
DINERO PARA MORIR
sino que es. de un lado una vivencia dades invisibles (afirmación aue, sin simbología; por ello, y para conocer publicada por EDICIONES NAUTA
(algo que inquieta, interesa, apasiona, remontarnos a la religión egipcia de la profunda diferencia de raíz y de
preocupa, y de lo que se intuye o no las primeras dinastías, «resuena» des- finalidad de ambas disciplinas, nece-
el significado), y, de otro lado, un de San Pablo a Melville). sarias ambas. Tanto como puedan ser-
medio de conocimiento. Asi, el antro- La semiología es >una práctica del lo el cálculo diferencial y la poesía. Hoy, viernes, a partir de las 7.30 de la tarde, en
pólogo, en sus contactos con pueblos esquema mejor para indicar una ac-
primitivos, o el psicoanalista en su tra- ción o una forma de realidad material
to con los pacientes, o el poeta en su o energética objetiva. La símbología
monólogo por imágenes: tropiezan cqn es una vasta teoría, en formación pa-
Juan-Eduardo CIRIOT LIBRERÍA ARGOS - Paseo de Gracia,30
:
símbolos frecuente cuando no constan ra interpretar tanto ei universo. 'fimo De i a Academia del Faro
'emente el alma humana (esa «alma» en cuya San Cristóbal

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