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Evangelización Sanadora

La cosmovisión de Jesús

¿Qué significa cosmovisión? La palabra es compuesta de Cosmo, que significa mundo y


visión, lo cual quiere decir ver. Entonces cosmovisión es el como vemos el mundo que
nos rodea. La cosmovisión son las suposiciones, validaciones y compromisos que nuestra
cultura familiar, nacional y religiosa a estructurado, aunque nadie a recibido una clase de
cosmovisión todos la tenemos detrás de nuestra percepción de la realidad.

La cosmovisión la podemos comparar con unos lentes o espejuelos que nos permiten ver
la realidad. Todo lente o espejuelo tiene una estructura, forma o estilo definido. Es algo
concreto y dependiendo de su fabricación tiene mayor o menor aumento en el cristal.
Estos cristales afectan, aumentan o disminuyen nuestra visión o percepción de la
realidad.

Es por esto que la cosmovisión afecta nuestra fe. La cosmovisión son los lentes que nos
hacen pasar por alto ciertos versículos bíblicos pues nuestra percepción de la realidad no
acepta lo que esos versículos dicen. La cosmovisión son los lentes que nos impiden ver al
Padre actuar en una asamblea y no vemos lo que Jesús veía que el Padre está siempre
trabajando, sanando, liberando a alguien. La cosmovisión son esos lentes que permitían a
Jesús ver al enemigo caer cuando los discípulos salieron a proclamar el Reino aquí,
sanado a los enfermos y liberando a los atacados por los demonios.

Me atrevería a decir que vivimos en mundos paralelos, coexistentes. La realidad (con r


minúscula) y la Realidad (con mayúscula). La Realidad es espiritual y la realidad es lo que
percibimos. Jesús tenía sus lentes, es decir su cosmovisión, no eran los mismos lentes
que tenían los habitantes de la época pues en muchas ocasiones chocaba su percepción
de la realidad no sólo con los fariseos que rechazaban a Jesús sino que en ocasiones
difería hasta con los discípulos que sí aceptaban plenamente a Jesús. Creo que el cambio
de mentalidad, que nos exige Jesús para entrar o ver el Reino de Dios es adaptar Su
REALIDAD a nuestra realidad o adoptar Sus lentes. Convertirnos a Su cosmovisión.
Meter su manera de ver la REALIDAD a este plano o realidad que nos toca vivir.

A continuación haremos como un viaje dentro de la cosmovisión de Jesús, pues esto nos
ayudará a adoptarla, a convertirnos y así ver Su Reino poderosamente actuando en
medio nuestro:

1. Jesús daba por sentado la existencia de Dios. Teniendo una percepción muy
definida sobre su naturaleza, carácter y su manera de actuar. Veía a Dios como:

a) Un Padre con absoluta autoridad sobre sus hijos. Es decir un padre pendiente de
sus hijos, con un humor siempre favorable hacia sus hijos y que a la vez requiere
lealtad y obediencia. Dios Padre es amorosamente poderoso. Su poder y Su amor son
dos caras de la misma moneda, son inseparables. Sus hijos son siempre bienvenidos a
Su presencia aún cuando estos se hayan alejado, si quieren regresar El está dispuesto
a recibirles (Lc 15, 11-32).
b) Un Dios que está activamente involucrado con la creación. (Jn 5,17) El Dios y
Padre de Jesús no es como un terrateniente ausente que no se involucra con lo que
está sucediendo aquí y ahora. A El le interesa todo lo de nuestra vida, está cerca y
quiere ayudar (Jn 15,16). Es más le gusta cuando sus pequeños pasan tiempo con El
así como Jesús apartaba tiempo para estar con El.
c) Un Dios que enfrenta a los opresores. (como a los fariseos, que oprimían con sus
ideas) pero tierno con las víctimas (como la mujer sorprendida en adulterio Jn 8,1-11).
Miguel Horacio
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d) Un Dios que valora con amor a cada persona. Dios es un amante, con una mirada
favorable hacia la humanidad no como es percibido por muchos como un juez negativo
hacia los humanos.
e) Un Dios que mira los motivos del corazón más que la conducta superficial o
condición exterior. Para los líderes religiosos de la época de Jesús los pobres y
enfermos eran así por sus pecados. Pero los que eran ricos y posicionados estaban
favorecidos por Dios. Jesús mostró que la actitud de Dios era contraria a la de ellos. (Lc
5,17-25, Mt 23,1-36).

2. Jesús daba por sentado la existencia de un mundo espiritual.

El asumía la existencia de ángeles (Mt 4,11; 25,31) y demonios. Para la influencia del
mundo espiritual sobre este era muy clara. El mundo espiritual para El era probablemente
más real que mundo físico. ¿No debería ser igual para nosotros sus discípulos?

3. Jesús creía en la existencia de dos reinos, el Reino de Dios y el reino de satán.

Son opuestos pero no iguales en poder. El Reino de Dios es superior, es poderoso. El


reino del enemigo tiene fuerza, pero no se iguala al poder de Dios.

Jesús pone bien claro que hay una guerra entre estos dos reinos. (Mt 12, 22-29). La
victoria del Reino de Dios ya está asegurada gracias a la muerte y resurrección de Jesús
(Col 2,15; 1Jn 3,8). Pero Jesús no le niega al enemigo su declaración de soberanía sobre
este mundo:

“Yo te daré todo este poder y la grandeza de estos países. Porque yo los he recibido, y se
lo daré al que quiera dárselo. Si te arrodillas y me adoras, todo será tuyo.” (Lc 4, 6-7)

Jesús aceptó el hecho de que “los reinos de este mundo” fueron puestos “bajo el dominio
del enemigo” y que ahora “todo el mundo está bajo la autoridad del maligno” (1 Jn 5,19).
No sabemos si Jesús entendía que este permiso fue dado por Adam, el primer hombre
traspasó su dominio al caer en la tentación de la serpiente lo que sí sabemos es que
Jesús no negaba la influencia del enemigo sobre este mundo y asumía que tanto Su
misión como la de Sus discípulos es la de establecer el Reino de Dios aquí.

Es como si Jesús hubiese caido en paracaidas en terreno enemigo, reune seguidores, los
entrena para luchar y los dispersa en la tierra enemiga con la intención de ir tomando más
y más territorio para el verdadero Rey. Para que esto sea posible debemos tener el
Espíritu del Rey en nosotros (Lc 3, 21-22) y así en Su poder y autoridad dar libertad a los
cautivos, sanar a los ciegos, etc...Nosotros al igual que Jesús estamos llamados a usar el
poder de Dios para mostrar el Amor de Dios.

4. Jesús asume como normal el conflicto.

Jesús es muy amoroso cuando se trata de quienes hay que rescatar pero cuando se trata
de Satán y sus demonios Jesús ejercita Su poder y autoridad sobre ellos tanto en Su
enseñanza (Lc 4,32) como en Sus sanaciones (Lc 4, 36.39)

El envió a sus discípulos de la misma forma que el Padre le envió a El, dándonos poder y
autoridad para confrontar al enemigo sacando a sus demonios, sanando a los enfermos,
en otras palabras comunicando el Reino de Dios (Lc 9,1-2; 10,9; Mt 10,1.7-8). Es más nos

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manda a hacer más que lo que El mismo hizo (Jn 14,12). Somos llamados Embajadores
de Su Reino (2 Cor 5,20).

5. Jesús asumía que tanto El como Sus discípulos recibían el poder del Espíritu
Santo.

Jesús aparentemente no realizó ninguna acción sobrenatural antes de que “Dios le llenara
de poder y del Espíritu Santo... para hacer el bien y sanar a los que sufrían bajo el poder
del diablo. Esto pudo hacerlo porque Dios estaba con él”. (Hch 10,38) Jesús antes de
resucitar era un ser humano como tu y como yo, el poder que ejerció al sanar y liberar no
fue el poder de su “ser igual a Dios” pues “renunció a lo que era suyo”...”haciendose como
todos los hombres y presentándose como un hombre cualquiera”. (Fil 2, 6-7). Tampoco
nosotros podemos hacer nada de lo que El ha prometido (Jn 14,12) si nosotros no somos
empoderados por el mismo Espíritu Santo que le empoderó a El. (Lc 3, 21-22; 24,49 y
Hch 1,8).

6. Jesús sólo hace lo que ve hacer al Padre (Jn 5,19).

Nosotros también estamos llamados a hacer sólo lo que el Padre está haciendo. Para
esto necesitamos pasar tiempo con Dios para sintonizar nuestros corazones con El y
aprender a verle, escucharle, percibirle y así obedecerle cuando nos inidique orar por un
ciego, mudo o paralítico. Al igual que Jesús no podemos hacer nada en nuestro nombre, o
en nuestra autoridad, sólo decir lo que el Padre nos ‘susurra al oido’ y siempre hacer lo
que le complazca (Jn 8,28-29).

Es importantísimo que aprendamos a escuchar a Dios. Si Jesús pasaba tiempo a solas


con Dios ¿No deberíamos nosotros hacer lo mismo?

7. Para Jesús creer es ver (Lc 8, 9-10).

El Reino está disponible sólo para los que creen y confían en el Rey. Los fariseos se
negaron, se cegaron y no vieron este Reino ¿Nos pasará lo mismo? Pero aquellos que
creen en el Rey ven sanaciones, liberaciones, etc... (Mt 9,22, Mc 10,52).

8. Para Jesús la verdadera sabiduría es la obediencia.

“¿Cómo es que este hombre sabe tanto si no es estudiado?” preguntaron los judíos (Jn
7,15). Jesús respondió:

“Mi enseñanza no es mía sino de aquel que me envió. Si alguien está dispuesto a hacer la
voluntad de Dios, podrá reconocer si mi enseñanza viene de Dios o si hablo por mi propia
cuenta” (Jn 7,16-17).

Hoy día le damos tanta importancia al saber y tan poca al obedecer a Dios. Así también
tanta importancia en favorecer a autoridades humanas y tan poca importancia en
obedecer a Dios. Para Jesús, el saber, la enseñanza no está en los cerebros sino en el
hacer, en la práctica. La forma en que conocemos y crecemos en Dios es arriesgándonos
a obedecerle, esa es la manera de Jesús para saber, para reconocer.

Miguel Horacio
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9. Para Jesús quien quiera ser grande en el Reino tiene que ser como “un niño” (Mt
18, 1-5).

Aunque no se sabe todo lo que Jesús quiso decir con esta analogía, pero podemos intuir
dependencia, un niñito depende totalmente de sus padres no es independiente ni
autosuficiente. Los niños también confían en sus padres, pero sobretodo están abiertos a
explorar y experimentar, no tienen miedo de fallar o de quedar mal. A los niños les gusta
más aprender por experiencia que aprender cerebralmente. Los niños son tiernos,
expresan sus emociones y no esconden lo que son. Repito no sabemos a ciencia cierta lo
que Jesús pensó cuando habló de los niños pero de seguro que para entrar y vivir en el
Reino hay que dejar a un lado nuestras actitudes y conductas de “adulto” para ser bebitos
delante de Dios.

10. Para Jesús el Reino de Dios debe estar por encima de todo (Mt 6,33).

Contrariamente a lo que el mundo enseña en el Reino debemos olvidarnos de nosotros,


Estamos llamados a seguirle confiadamente esperando Su provisión. No es necesario
competir por el primer lugar, pues el primer lugar es Suyo. (Lc 9,23-26; Mt 6,24-34).
Somos siervos (Mt 20, 25-28) al final de los tiempos reinaremos con El, mas ahora
nuestro servicio es brindar Su amoroso poder a todos los que necesiten.

Los 10 puntos anteriores no es un análisis teológico, es una mirada a los lentes de Jesús.
A su cosmovisión ¿Se parece a la nuestra? ¿Vemos el mundo como El? Lo anterior es
para reflexionarlo, pero sobretodo para aplicarlo pues en la práctica es que vemos si esta
enseñanza es de Dios o no. Poco sucede en nuestra vida porque nuestra cosmovisión
afecta nuestra fe. La fe como decía P.Emiliano es un amplio canal por medio del cual Dios
actúa, sin ella Dios no va a forzar Su acción. Para mí esta es la razón principal por lo cual
vemos tan poco poder de Dios en nuestras oraciones, tan pocas sanaciones y
liberaciones estamos tratando de meter a Dios en nuestra pobre cosmovisión en vez de
convertirnos a la suya.

Espero que lo que leiste aquí te sirva para arriesgarte a confiar y obedecer el mandato del
Señor:

“Sanen a los enfermos que haya allí, y díganles: El Reino de Dios está cerca de
ustedes” (Lc 10, 9).

Miguel Horacio

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