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¿Qué es la lactancia materna?

La lactancia materna es el proceso por el que la madre alimenta a su hijo recién


nacido a través de sus senos, que segregan leche inmediatamente después del
parto, que debería ser el principal alimento del bebé al menos hasta los dos años.
Relación con el desarrollo Físico e inmunológico
Lactosa: estimula la producción de péptidos antimicrobianos (AMP). Estas proteínas
ayudan a luchar contra las infecciones gastrointestinales y a desarrollar la flora
intestinal, lo que permite el desarrollo del sistema inmune.
Inmunoglobulinas IgA: son anticuerpos que neutralizan los agentes infecciosos. Al
pasar de la madre al recién nacido a través de la leche materna, estos anticuerpos
confieren una protección adicional frente a infecciones.
Células inmunes: están presentes en grandes cantidades en el calostro
(aproximadamente 5×106 células/ml), especialmente macrófagos y neutrófilos. Los
linfocitos T, B, así como las células NK representan el 10% de los leucocitos
presentes en la leche materna, pero su número disminuye a medida que la leche
madura [1]. Estas células sobreviven al pasar a través del tracto gastrointestinal del
bebé e influyen en su respuesta inmune a las infecciones.
Oligosacáridos: son alimentos prebióticos, que promueven el desarrollo de bacterias
intestinales imprescindibles para el organismo, tales como las bifidobacterias.
La leche materna también puede transmitir a los lactantes muchas otras sustancias,
como el factor de crecimiento transformante beta (TGF-β), que favorece una
respuesta apropiada y equilibrada del sistema inmune.
¿Cuáles son los beneficios a largo plazo?
Un sistema inmunitario maduro es capaz de reconocer y atacar a los antígenos
perjudiciales, pero también de diferenciar a los antígenos propios o inocuos y no
actuar sobre ellos. Esta tolerancia es imprescindible a largo plazo, ya que estos
antígenos inocuos no causaran respuesta alérgica o inflamatoria, contribuyendo a
la prevención de alergias y enfermedades autoinmunes.

Trastornos psicosomáticos
En principio hemos de señalar que en la actualidad suele hablarse de "factores
psicológicos que afectan al estado físico" (DSM-3-R) para referirse a cualquier
trastorno físico en el que los factores psicológicos son considerados importantes, es
decir, cuando existen factores psicológicos que contribuyen a la iniciación o a la
exacerbación de una enfermedad física. Es lo que antes se denominaban
alteraciones psicosomáticas o psicofisiológicas. Sin embargo, en general podemos
utilizar indistintamente los diferentes términos ya que a nivel de cultura popular
significan lo mismo, aunque técnicamente existan diferentes críticas a cada uno de
ellos, pero entrando en un nivel mucho más científico.
También resulta muy importante señalar que actualmente la problemática de la
enfermedad física es bastante diferente de la de hace unos años; antes era
impensable y poco menos que sacrílego hablar de que ciertas enfermedades como
por ejemplo cáncer, diabetes, miopía, enfermedades coronarias, asma, alergias,
etc, pudieran estar influenciadas por factores psicológicos. Sin embargo, estudios
recientes demuestran que tales factores pueden desempeñar un papel esencial en
la historia natural de este tipo de enfermedades. Cuestiones tales como estrategias
de afrontamiento, estresores ambientales, características de personalidad,
creencias y factores culturales, etc, pueden juegan un papel muy importante tanto
en el origen como en el curso de la enfermedad.

Los síntomas de enfermedades psicosomáticas más


frecuentes por los que se consulta son:
Dolor de espalda
Mareos y vértigos
Dolor en las piernas o brazos
Dolor en las articulaciones
Molestias en el estómago
Dificultad al respirar
Palpitaciones, pulso acelerado (taquicardia)
Dolor en el pecho
Náuseas
Temblores
Sequedad de boca
Sudoración
Fatiga
Síntomas neurológicos

Prevención
La prevención de las enfermedades psicosomáticas se relaciona con una buena
gestión del estrés y de las emociones, practicar técnicas e relajación, tener un
descanso reparador, rodearse de relaciones sociales, familiares y laborales
positivas, administrar el tiempo entre ocio y trabajo, obtener apoyo con otras
personas y llevar en estilo de vida saludable en general, con una alimentación
equilibrada y actividad física regular.
ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL
GONORREA
La gonorrea es una enfermedad de transmisión sexual. Es más común en los
adultos jóvenes. La bacteria que causa la gonorrea puede infectar el tracto genital,
la boca o el ano. Puede contraerse a través del sexo vaginal, oral o anal con una
pareja infectada. Una mujer embarazada puede transmitírsela a su bebé durante el
parto.
Algunas veces, la gonorrea no provoca síntomas. En los hombres, la gonorrea
puede causar dolor al orinar y secreción proveniente del pene. De no tratarse, puede
causar problemas en la próstata y testículos.
Causa
Los gonococos colonizan las mucosas, preferentemente en los órganos sexuales y
urinarios (lo que se denomina aparato urogenital), así como el tejido conjuntivo del
ojo en los recién nacidos de madres infectadas.
Efecto
Los efectos de una gonorrea son secuelas en el hombre como dolores articulares o
prostatitis crónica en la Mujer casi siempre se tapan las trompas produciendo
esterilidad.
Consecuencias
Las personas con gonorrea pueden infectarse más fácilmente con el VIH, el virus
que causa el SIDA. Además las personas infectadas por el VIH que tienen gonorrea
pueden transmitir el VIH con mayor facilidad que las personas que no tienen
gonorrea.
Ventana de los Mil Días
La Ventana de los Mil Días tiene es una estrategia lanzada por el Ministerio de Salud
Pública y Asistencia Social y funciona como un paquete de atención en salud y
nutrición cuyo objetivo principal es reducir y prevenir la desnutrición crónica en
Guatemala (PAHO, 2013).
Se le llama “de los mil días” ya que este es el período que transcurre desde el
embarazo -270 días promedio- hasta los dos años de vida del niño -730 días-
(PAHO, 2013).
La Ventana se enfoca en reducir la mortalidad materno-infantil en garantizar
cuidados prenatales a madres, atención calificada del parto, buenas prácticas
alimentarias sin olvidar la lactancia materna, alimentación de menores, suplementos
de vitaminas y minerales, tratamiento de desnutrición aguda, etc. (PAHO, 2013).

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