Está en la página 1de 5

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.

net/publication/258981043

Codorniz común Coturnix coturnix Common Quail

Chapter · January 2007

CITATIONS READS

0 163

2 authors:

Rubén Barone J. A. Lorenzo

188 PUBLICATIONS   287 CITATIONS   


Sociedad Española de Ornitología
76 PUBLICATIONS   150 CITATIONS   
SEE PROFILE
SEE PROFILE

Some of the authors of this publication are also working on these related projects:

Ecology and conservation of steppic birds View project

Naturalized Cacti View project

All content following this page was uploaded by Rubén Barone on 01 June 2014.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


Codorniz común · Coturnix coturnix
Common Quail
Codorniz, alcorniz, cuarterón, cuascuará

Codorniz común (Fotografía: Domingo Trujillo)

Ocupa terrenos abiertos, más o menos llanos y preferentemente en las zonas bajas y de medianías, con la con-
dición de que posean un estrato herbáceo bien desarrollado, ya sean herbazales o cultivos de cereales y legu-
minosas anuales (Martín & Lorenzo, 2001), e incluso viñedos. También llega a habitar las zonas boscosas abier-
tas de carácter mixto y los pinares de repoblación (Cullen et al., 1952; Martín & Lorenzo, 2001), y ha sido cap-
turada en zonas de matorral de cumbre en los meses de agosto y septiembre (K.W. Emmerson, com. pers.).
Nidifica entre los meses de diciembre y agosto, y ubica los nidos en el suelo, perfectamente ocultos entre la vegeta-
ción herbácea (Martín & Lorenzo, 2001). No obstante, el período reproductor es tremendamente variable en función
de las precipitaciones, siendo corto y a veces escaso en las islas orientales, y más prolongado en las restantes islas.
Asimismo, se trata de un ave con fuerte tendencia migratoria, aunque sus movimientos son casi desconocidos y han
sido objeto de controversia (véase Martín & Lorenzo, 2001, y referencias allí dadas). Siguiendo a estos autores, y a
modo de resumen, la población canaria puede considerarse como parcialmente migratoria, en distinta medida según
el régimen de precipitaciones, de forma que abandonan las islas orientales después de criar, mientras que en las otras
islas pueden permanecer todo el año, sobre todo en las zonas más húmedas y adecuadas. Además, al archipiélago arri-
ban efectivos continentales de paso, y como tales se consideran los ejemplares detectados en los islotes orientales
durante el verano, algunos de ellos formando presas de los halcones de Eleonora (Hernández et al., 1985; Martín et

197
Atlas de las aves nidificantes en el archipiélago canario (1997-2003)

Distribución de la codorniz común en el archipiélago canario durante el período de estudio (1997-2003) según las categorías de
nidificación (cuadrículas UTM de 5 x 5 km).

al., 2002). Los períodos de migración de estas aves a lo largo de la vecina costa atlántica africana tienen lugar desde
finales de febrero hasta abril para el paso prenupcial, y de agosto a octubre en el postnupcial (Thévenot et al., 2003).

DISTRIBUCIÓN
Mundial. Se distribuye ampliamente por el Paleártico occidental, así como en ambos extremos de África y
en Madagascar, estando también presente en los archipiélagos macaronésicos de Azores, Madeira, Canarias y
Cabo Verde (Del Hoyo et al., 1994; Snow & Perrins, 1998).
España. Ocupa la práctica totalidad de la península Ibérica, excepto la zona central de la cornisa cantábrica,
la región de Murcia, Almería y buena parte de Huelva (Rodríguez-Teijeiro et al., 2003). De acuerdo con estos
autores, en los últimos años se ha advertido una reducción en su areal en ciertas comunidades, especialmen-
te en las costeras, y sin embargo parecen experimentar un notorio incremento en Castilla-La Mancha y
Extremadura, tal vez por una mayor intensidad de búsqueda y no por un verdadero aumento poblacional.
La población peninsular ha sido incluida dentro de la metapoblación atlántica, que comprendería las aves distribui-
das por el Sáhara Occidental, Marruecos, norte de Argelia, Francia, Países Bajos, Inglaterra e Irlanda (Rodríguez-
Teijeiro et al., 2003), correspondiendo a los dominios de la forma nominal, C. c. coturnix (Del Hoyo et al., 1994).
La población canaria, junto con las de Madeira y Azores, pertenecerían a la forma C. c. confisa (Del Hoyo et al.,
1994), aunque otros autores no reconocen dicha subespecie y consideran las poblaciones de Madeira y Canarias den-
tro del rango de la forma nominal (Cramp & Simmons, 1980; Fontoura & Gonçalves, 1995; Snow & Perrins, 1998).
Previamente, Bannerman (1963) apunta la presencia de ambas subespecies, de forma que C. c. confisa corresponde-
ría a los efectivos sedentarios de las islas occidentales y C. c. coturnix a los migratorios de las orientales.

198
CODORNIZ COMÚN · COTURNIX COTURNIX

Canarias. Cría en la totalidad de las islas, pudiendo observarse también durante las épocas de migración,
incluso en ambientes poco adecuados (Martín & Lorenzo, 2001).
Alegranza. Se han visto aves de paso (Martín & Nogales, 1993). En el pasado llegó a nidificar aprovechan-
do los cultivos de cebada existentes (A. Pallarés in Martín & Lorenzo, 2001), pero actualmente sólo se obser-
va en migración (Martín et al., 2002).
La Graciosa. Aunque unos pocos efectivos podrían nidificar en ciertas áreas adecuadas y en los meses inver-
nales, la mayor parte de los avistamientos corresponden a ejemplares de paso, sin haberse detectado indicios
de cría durante el período de estudio.
Lanzarote. Se distribuye por zonas con cultivos, prados y herbazales del norte de la isla. Las localidades clásicas
se ubican pues en el entorno de Famara, y en concreto en Haría, Guinate, Ye e incluso en el propio llano o jable
de Famara (Martín & Lorenzo, 2001). Las observaciones en lugares poco apropiados, como playas, jardines, lla-
nos xéricos, etc., se han atribuido a individuos de paso. A finales del siglo XIX y principios del XX parecía ser
muy numerosa en la isla, según las indicaciones de Meade-Waldo (1890) y Bannerman (1914 y 1963). Tal y
como señalan Martín & Lorenzo (2001), sus números fluctúan de manera importante según los años, pudiendo
no criar en los más secos. En febrero y marzo de 2005 es mencionada por Carrascal & Alonso (2005) en las loca-
lidades septentrionales de Teguise (148,15 aves/km2), Guatiza (34,01), Zonzamas (31,25) y Famara (3,55).
Fuerteventura. Ocupa zonas con cultivos, prados y herbazales en ambientes rurales, incluyendo gavias cultiva-
das, plantaciones de forrajeras, etc. Las localidades clásicas se ubican en la mitad septentrional, y en particular en
áreas de La Oliva, Triquivijate y Antigua, entre otras. En ellas, algunos años con inviernos lluviosos llega a ser
abundante (Bannerman, 1963; Martín & Lorenzo, 2001). También aquí las observaciones en lugares poco apro-
piados, como playas, jardines, llanos terrosos y pedregosos, se han atribuido a ejemplares migratorios. No se dis-
pone de estimas concretas de su población, si bien el régimen de lluvias condiciona su abundancia. En la prima-
vera de 2005, y en concreto en febrero y marzo de ese año, se han obtenido densidades de esta especie en distin-
tas localidades con ambientes esteparios del centro y norte (Carrascal & Alonso, 2005), como Triquivijate (20,44),
Tefía y La Ampuyenta (2,61), Fimapaire y Fenimoy (1,91), montaña de la Lengua (1,65), Cotillo y Majanicho
(0,66), Lajares y La Oliva (0,29) y Tindaya (0,19), faltando en las localidades visitadas en la mitad sur.
Gran Canaria. Está presente en las zonas de medianías con cultivos, prados y herbazales de la mitad septen-
trional, tales como los altos de Guía, Gáldar y Arucas, así como en las localidades de Teror, Santa Brígida y
San Mateo, mientras que en la parte central se detecta en Tejeda, donde es citada previamente por Martín &
Lorenzo (2001). Es muy posible que la escasez de precipitaciones en el período de estudio se relacione con
los resultados sobre su distribución, pudiendo ocupar en años más lluviosos parte de la mitad meridional de
la isla. Así, después de algunas lluvias se detectaron aves en las inmediaciones de Cuatro Puertas y de
Temisas, zonas situadas hacia el sector oriental de la isla. No se conocen estimas de su población, aunque la
presión cinegética y el régimen pluviométrico limitarían su abundancia.
Tenerife. Habita áreas de medianías con cultivos, prados y herbazales, en diferentes núcleos separados entre
sí. En la zona de Los Rodeos y La Esperanza se ha destacado la importancia de sus efectivos, siendo un encla-
ve tradicional para la especie debido a su especial abundancia, tal y como han señalado distintos autores duran-
te el siglo XIX (Webb et al., 1842; Serra & Moratín, 1880; Reid, 1888). Esta situación se ha mantenido hasta
fechas actuales (Martín & Lorenzo, 2001), aunque los números no son tan altos como antaño. También está
presente en otros sectores, como la Vega Lagunera y Tegueste, Tacoronte, El Sauzal y La Matanza, Icod el Alto,
El Palmar y Erjos del Tanque. La distribución actual es similar a la obtenida hace dos décadas por Martín
(1987), con una ocupación del 14 y 15,3% de las cuadrículas consideradas, respectivamente. No obstante, en
la mayor parte de los enclaves se aprecia una importante reducción de efectivos, coincidiendo con una desta-
cada reducción de su hábitat. En este sentido, durante la temporada de 2002, en un estudio con el objetivo
de conocer su abundancia, se encontró con más frecuencia en los pastizales de Los Rodeos y La Esperanza (0,97
contactos/estación de censo), seguidos de las medianías de La Orotava, Los Realejos, San Juan de la Rambla y
La Guancha (0,37) y las superficies con viñedos de Tacoronte, El Sauzal y La Matanza (0,20), sin llegar a detec-

199
Atlas de las aves nidificantes en el archipiélago canario (1997-2003)

tarse en los cultivos del área de Icod, El Tanque, Buenavista, Los Silos y Santiago del Teide (Emmerson, 2004).
También merece destacarse la detección de dos ejemplares cantando en Acojeja (Guía de Isora), donde no se
conocía su presencia con anterioridad (Martín, 1987; Martín & Lorenzo, 2001; Lorenzo et al., 2003). Como
ya se ha señalado para otras islas, su población está sujeta a la presión cinegética y el régimen de lluvias, fac-
tores que condicionan una mayor o menor abundancia de la especie en función de los años.
La Gomera. Se trata de una especie muy escasa, tal y como indican Martín & Lorenzo (2001). En este sen-
tido, la misma situación pudo haber ocurrido durante el pasado, ya que Cullen et al. (1952) sólo detectaron
dos aves en el sector este de la isla. A veces ha sido escuchada en localidades como Vallehermoso, Arure y Las
Hayas, Chipude y Alajeró, y además ha sido observada igualmente en El Palmar en Hermigua (Martín &
Lorenzo, 2001). La referida escasez es probable que tenga mucho que ver con la escasa disponibilidad de hábi-
tats adecuados en una isla tan agreste, así como con el abandono progresivo de la agricultura tradicional.
El Hierro. Aún es común en distintas zonas de la isla, como La Dehesa, las partes bajas del sector de Echedo y
Guarazoca, etc., aunque en comparación es mucho más abundante en los llanos de la meseta de Nisdafe, tal y como
señalan Martín & Lorenzo (2001). A pesar de la referida abundancia, y como apuntan estos autores, muchos habi-
tantes coinciden en advertir el descenso de sus poblaciones de forma muy notoria con relación a hace 20 ó 30 años.
La Palma. Al igual que en otras islas del archipiélago, se encuentra en zonas de medianías con cultivos, pra-
dos y herbazales en diferentes núcleos, habiéndose destacado la importancia de sus efectivos en la zona de El
Paso (Martín & Lorenzo, 2001), aunque también ocupa determinadas áreas de Los Llanos y Las Manchas.
Además, está presente en ambientes similares en otras localidades de distintos sectores de la isla, como Mazo,
Puntallana, La Galga, Los Sauces y Barlovento, Garafía y Puntagorda. De acuerdo con Martín & Lorenzo
(2001), su distribución meridional incluye zonas como Montes de Luna. En el pasado se le señala como un
ave bastante común (Meade-Waldo, 1889; Koenig, 1890; Volsøe, 1951), mientras que ya a mediados del
siglo XX, a pesar de habitar diferentes ambientes no se le consideró tan abundante (Cullen et al., 1952). La
situación actual refleja claramente su declive generalizado en comparación con su antigua distribución.

POBLACIÓN
La estima existente para el conjunto del archipiélago canario de 2.500-10.000 parejas (BirdLife Internatio-
nal, 2004) debe tomarse con precaución por la dificultad que presenta el estudio de la especie atendiendo a
sus hábitos, y sobre todo a la hora de cuantificar sus poblaciones (véase Rodríguez-Teijeiro et al., 2003 y
Puigcerver et al., 2004, y referencias allí dadas), a lo que hay que unir las fluctuaciones motivadas por las
precipitaciones y la presión cinegética, incluyendo sueltas con ejemplares procedentes de cautividad.
La tendencia de las poblaciones canarias se considera en términos generales claramente negativa, debido sobre
todo a la pérdida de hábitat y a la incidencia de otros factores comentados en el siguiente apartado.

AMENAZAS Y CONSERVACIÓN
La destrucción y alteración del hábitat, en especial el abandono de áreas cultivadas adecuadas para esta espe-
cie, y los cambios en los sistemas tradicionales agrícolas y ganaderos, reducen su área de ocupación. A ello
hay que unir el empleo de sustancias tóxicas, la caza y la depredación por mamíferos introducidos, sobre todo
de ratas y gatos. También se producen muertes accidentales durante los desplazamientos nocturnos por atro-
pellos y colisiones con vehículos, e incluso con los cables de tendidos eléctricos (Lorenzo & Ginovés, 2007).
Por otro lado, la liberación de ejemplares criados en granjas, así como de efectivos de Coturnix japonica, con los que
llega a hibridar (Barilani et al., 2005; Puigcerver et al., 2007), representan un serio problema para su conservación.

Rubén Barone y Juan Antonio Lorenzo

200

View publication stats

También podría gustarte