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No existe cosa por para una sociedad que la solidaridad mal entendida, pero
¿qué es solidaridad? La solidaridad es el apoyo a una causa de manera
circunstancial en el tiempo, cuando hay situaciones difíciles de superar por
uno mismo y es un valor. Se dice que el primer paso en la evolución de la
ética es un sentido de solidaridad con otros seres, Durkheim definía de tres
formas a la solidaridad, pero en resumen podemos decir que la solidaridad es
un acto social del ser que en su libertad decide ser solidario y en ese proceso
cohesiona la sociedad. La solidaridad deja de ser tal cuando se nos impone
desde arriba. Esta forma de cuasisolidaridad lleva a manifestar apoyos
irracionales, carentes de razón .¿Es necesario que se muestre solidaridad con
alguien que está arremetiendo en contra de su pueblo, que está haciendo
uso de la fuerza para acallar disconformidades? ¿Es racional que se justifique
por parte de un Presidente las manifestaciones de otro Presidente distraer la
atención sobre denuncias de carencias y de corrupción? Nadie desmiente las
carencias que se vive en Venezuela, solo hablan de la “conspiración de la
derecha o del capitalismo de Estados Unidos”. El peor conspirador es la
incapacidad de gobernar, el desconocimiento de las tareas que por
obligación debe desempeñar y la selección de colaboradores también
incapaces. Y esta conspiración se la lleva dentro de cada uno, cuando no ha
estado preparado para desempeñar un cargo. Se empeora esta conspiración
con la corrupción cuando la misma no se erradica.
Pero, ¿existe alguna idea que va más allá de toda esta parafernalia solidaria
más allá de la mera intención de mostrarse ante los demás como buenos? Se
trata sin dudas de la dicotomía exclusión-inclusión. se está poniendo en
movimiento una lógica en donde sectores incluidos en un modelo
económico/afectivo van en rescate de las carencias de quienes han quedado
excluidos. Realmente ¿existe la férrea intención de hacer al otro parte de
nosotros, es decir, de incluir a los excluidos? Si queremos hablar de un plan,
solo con brindar alguna ayuda no resolvemos el problema en cuestión,
obviamente mirando desde afuera tampoco arreglamos la situación, la
solidaridad sólo es vista como un medio para aplacar los ánimos, para mitigar
las excesivas faltas de los excluidos pero de ninguna manera se le permite
que sean parte de la sociedad incluida; con este concepto d esolidaridad
hacemos en el fondo que permanezcan allí, con algunas pequeñas soluciones
que calmen sus reclamos y la violencia de no pertenecer.
Por consiguiente, podemos afirmar que la solidaridad está mal entendida
porque no implica ningún compromiso, ninguna intención de fortalecer los
vínculos entre unos y otros, si no que se convierte en una mera
superficialidad, en un relato lleno de eufemismos y aparentes buenas.
Deseo creer que en esta confusión de términos existe algo de inocencia, algo
de apatía, un fulgor de abandono y mucha manipulación. Globalizar la
palabra caridad es confundir: la caridad con la justicia, los derechos de las
personas con la filantropía, los compromisos políticos con el márketing
televisado (y a todo color), superhéroes con villanos y, al fin y al cabo, las
víctimas de un sistema injusto con un producto más de consumo.
Lo que observo ahora es una nueva y vieja figura del paternalismo y creo
fuertemente que la mejor caridad, la que trae dignidad y no sometimiento a
las personas no es darles subvenciones, limosnas, sino lograr que puedan
vivir sin recibirla y a eso debe apuntar el estado.
jucafevel