Empiezo este resumen diciendo que el cambio depende de uno
mismo a partir de reconocer nuestros errores, para generar talento consciente.
En tiempos de Volatilidad, Incertidumbre, Caos y ambigüedad,
tenemos que construir el futuro, sin estancarnos en el pasado con agilidad y rapidez, pero al mismo tiempo con productividad e innovación. En este sentido, la presencia de líderes en todos los ámbitos que puedan ser posibles, se hace imprescindible, pero líderes trascendentes que perduren en el tiempo, que sean recordados por lo que dejan, por ser promotores del cambio que nuestra sociedad necesita y mucho, que sea solidario, disciplinado en fin que cultive y desarrolle valores, sobretodo en una sociedad cada vez más alienada por la tecnología.
A partir de lo anteriormente dicho, se plantea la siguiente
interrogante: ¿es viable desarrollar esas características en los lideres? Los profesionales de hoy, necesitan cuando no, aprender a desarrollar competencias sociales y emocionales, que puedan ser capaces de ser muy comunicativos y negociadores, el trato humano y empático interpersonal es fundamental, saber cuándo hay que retroceder un paso para avanzar dos, a la hora de liderar ya sea un grupo o una determinada situación. Un líder siempre tiene que enseñar a liderar al resto, tener la iniciativa, debe ser emprendedor, adaptarse a las nuevas situaciones que se presentan, que pueda ser capaz de capacitar permanentemente a su entorno.
Además de esto, los líderes deben adoptar los nuevos perfiles:
que desarrolle en sus colaboradores la motivación y el compromiso, confiando en crecer laboral y personalmente, que sus grupos de trabajo se empoderen de acuerdo a lo que se hayan propuesto, cambio constante en todo: relaciones interpersonales, y nuevamente puntualizo, la comunicación tiene que ser constante, asertiva y efectiva para poder manejar cuestiones que muchas veces afectan al equipo de trabajo, tales como la incertidumbre, la falta de adaptación y flexibilidad por parte de los colaboradores.
Frente a lo expuesto, es que aparece el Coaching, como un
proceso para ayudar a superar nuestros miedos, para cambiar cosas en la vida, en nuestra conciencia. El Coaching, nos plantea muchos retos, entre ellos el de poder deshacernos de nuestros esquemas mentales que muchas veces no nos permiten desarrollarnos ni como personas o profesionales, para que esto suceda, se hace necesario la presencia del Coach, es la persona que se encarga de despertar en uno mismo, la capacidad de entender y aprender a utilizar, todas las herramientas, que llevamos con nosotros, pero que no sabemos cómo utilizar, este Coach tiene más ventajas que nosotros, porque desarrolla la confianza que nos falta para superar los obstáculos que se presentan, entendiendo claro está, que no toma las decisiones por ti, simplemente te apoya y la decisión de dar el siguiente paso la tienes enteramente tú.
Liberar el potencial de una persona es posible mediante el
Coaching, para ayudar a las personas a producir extraordinariamente resultados en su vida, ya sea personal y profesional, y que va a estar siempre acompañado de una excelente calidad de vida. Coaching no es igual a Mentoría, ya que el Coach te ayuda a buscar las soluciones de tu desarrollo personal y profesional, mientras que el Mentor sabe cuál es la respuesta ante cualquier situación que se presenta. No confundir al Coaching con otras disciplinas como el entrenamiento deportivo, por ejemplo, ya que el Coaching siempre no va a enseñar a ganar o ganar.
El coaching pues para mí, es un proceso que me ayuda a superar
mis incertidumbres con sinceridad, pero sobretodo con alta sensibilidad humana.