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Aprendiendo A Meditar
Aprendiendo A Meditar
Sentados cómodamente en una silla con las piernas ligeramente separadas, el cuerpo
erguido, dejando que las manos descansen sobre las rodillas.
También podemos encender una vela blanca que se situará delante de nosotros.
Si es posible, poner delante de nosotros una bola o una punta de cuarzo blanco (cristal de
roca).
Es conveniente que los primeros días de meditación no se excedan los 5 minutos y que al
cabo de unos días se vaya aumentando el tiempo poco a poco hasta llegar a los 15 o 20
minutos.
Con la meditación diaria llegaremos, entre innumerables otras cosas, a poder controlar
nuestros propios pensamientos, adquirir una gran fuerza de voluntad, poder intelectual,
serenidad, equilibrio físico, mental y espiritual.
La práctica diaria de la meditación nos dará tranquilidad, fuerza de ánimo, paz, reforzará
nuestro sistema nervioso y consecuentemente hará que mejore nuestra salud.
También podríamos después de la vista de cada uno de los componentes del paisaje,
acercarnos a uno de ellos, como por ejemplo una montaña y ver el color de la tierra, los
matorrales, las hojas de los matorrales, las flores que hay en sus ramas, sus más mínimos
detalles e incluso tratar de olerlas, etc.
Al realizar este tipo de meditación veremos la cantidad de ideas que tenemos dispersas en
nuestra mente a raíz de haberlas visto en diferentes momentos de nuestra vida y que en ese
momento las reunimos en una sola experiencia.
Este ejercicio que habremos realizado durante un tiempo nos ayudará a que nuestra mente
funcione con profundización.