Resumen tomados del libro: La ciudad del arquitecto., Bofill, Ricardo, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 1998.
a Gutenberg, Barcelona, 1998. Prólogo de Eduardo Punset. 1
Únicamente para uso académico, no puede comercializarse. Resumen libre y no textual, preparado por Rafael Atehortúa Arroyave.- Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia.
Prólogo.
« Vilella Baixa... un pueblo con cuatrocientos habitantes, colgado en las
estribaciones del Montsant, en la provincia de Tarragona,... Hace más de veinte
siglos, cuando los griegos desembarcaron en Ampurias, era muy raro encontrar
ciudades mayores de cuatrocientos habitantes. Vilella Baixa es, según los
estándares de hace dos mil años, una gran ciudad.
La diferencia más aparente entre Vilalla Baixa y una megalópolis moderna es la
separación entre la vida y trabajo en la primera, y entre casco urbano y suburbios
en la segunda. En el pueblo se busca cobijo, se descansa, y la gente se relaciona
socialmente. En el campo, se trabaja. La arquitectura de las casas, el diseño de las
calles, el emplazamiento global se idearon en función de la protección que se
buscaba contra los elementos y las exigencias de la vida cotidiana, al margen del
trabajo. La explotación de los recursos agrarios constituye una actividad ajena,
ubicada a distancia. La salida del sol por la mañana, y las seis campanadas en la
torre de la iglesia por la tarde, marcaban la ida y el regreso del trabajo, que
contaminaba las manos y acaso las almas, pero no las casas. Un porcentaje
modesto del trabajo total se efectuaba en casa: secaderos domésticos de frutas y
hortalizas, pequeñas reparaciones, mantenimiento de animales de labranza, o
preparación del combustible de las estufas de cáscara de avellana para protegerse
del frío en invierno.
En las grandes urbes,... se trabaja en el casco urbano, ocupado por el creciente
sector de los servicios y se tiende a vivir en las afueras. Cuando no es así, trabajo y
vida personal se han fosilizado,... de manera inextricable. Las megalópolis se
configuran en función de dos factores superpuestos, pero contradictorios y hasta
excluyentes: la explotación de los recursos económicos y la vida personal.
Extirpar el trabajo de las ciudades, y rediseñarlas para vivir, constituirá la esencia del
urbanismo del siglo XXI. La separación nítida entre trabajo, y vida personal y social,
requerirá cambios decisivos y simultáneos en el sector de transporte que, ocupa el
último lugar en la carrera de la ciencia y tecnología.
La vida urbana de Vilella Baixa se centraba hasta en cinco puntos principales. La
plaza de la Iglesia,.... era algo parecido la sala grande... un espacio
desproporcionadamente amplio con relación al resto, dedicado... a bautizos,
bodas, entierros y, si acaso,... el pago.... semanal a los empleados y trabajadores del
señor feudal.
Además de la plaza de la Iglesia, en la era se arremolinaba medio pueblo cuando
llegaba la siega. .... su utilización durante el mes de la siega era tan intensa y
alborozada,... que nadie dudaba de la magia de aquel lugar, y de las esperanzas y
decepciones que allí se cristalizaban.
El a tercer espacio estelar... era la parada del autobús.... llegaba todos los viernes a
las seis de la tarde... era la estación central, por donde llegaban todas las
sensaciones del universo exterior.
[El cuarto]....acceder al café,... se trataba del único espacio decididamente frívolo...
se jugaba al dominó y se bebía... anís. Estaba abierto todos los días, incluidos fines de
semana, para la población adulta. El entoldado [el quinto], sólo se abría los
domingos y fiestas de guardar; dedicado... al baile que amenizaba la modesta
orquesta del pueblo.
Londres es la única capital del mundo donde, gracias a sus jardines, no se ha
perdido todavía el vínculo con la naturaleza. Cuando después del caos llegue el
momento.... se buscarán en Londres muchas de las soluciones.
La reinmersión en la naturaleza,... será imprescindible. El jardín... reconcilia al
ciudadano con la tierra,...facilita su comunicación con las plantas y los animales, le
señala las estaciones que palpitan en sus biorritmos internos.... La solución de la
ciudad está en el campo.
¿Por qué el calor el Caribe conduce a una sociedad abierta, y en cambio en el
Mediterráneo a clausurar las viviendas con [pórticos de acceso], cortinas...en los
[vanos], y puertas semicerradas? Mientras unos se deshacen de la ropa y establecen
corrientes de aire para refrescar el ambiente, los otros se arropan para protegerse
del calor y confían en la magia de las sombras. El cálculo alambicado de las
sombras en el Mediterráneo hace proliferar los porches, y desde muy temprano
aprendamos a distinguir entre la sombra de un laurel, o la infinitamente más
reconfortante de un nogal que al ser menos tupido, deja que el aire penetre y
circule.
Durante años creí que la respuesta era la diferencia entre la temperatura exterior y la
del cuerpo. Si la temperatura exterior fuera... superior a los treinta y seis grados
centígrados, convendría cubrirse. Si fuese idéntica o ligeramente inferior, lo lógico
sería andar ligero de ropa. Pero la explicación de comportamientos distintos en
función de la diferencia entre la temperatura exterior y la del cuerpo no aclara por
qué en la banda fronteriza de los treinta y siete grados unos abren puertas y
ventanas y se desnudan, y los otros las cierran y se cubren. Actitudes culturales y
convicciones religiosas son razones plausibles. En el Caribe, la naturaleza es el valor
primario que todo lo envuelve, incluido a los dioses. En Europa, los valores son otros y
hay que protegerlos no solo del sol sino sobre todo de lo demás.
Barcelona es la ciudad del mundo donde más se habla de arquitectura y urbanismo.
Normalmente, un elevado nivel de cultura técnica es el requisito indispensable para
que se produzca la innovación. Los innovadores sólo proliferan en un entorno
técnico adecuado. Una población sensibilizada con los proyectos urbanísticos, una
Escuela de Arquitectura consolidada, un número denso de profesionales, revistan
que mantengan vivo el cultivo del pensamiento y la cultura heredada, una gran
apertura y comunicación con los arquitectos y urbanistas del resto del mundo, una
masa de obra suficiente, el desarrollo de actividades afines con el diseño, la
restauración y las artes plásticas, así como el correspondiente sector industrial que
pueda sustentar el esfuerzo urbanístico, configuran entre todos el nivel de cultura
técnica.
En Barcelona todo eso existe y probablemente por ello ha ganado la partida en
prestancia y atractivo a ciudades históricamente rivales como Madrid. ....
paradójicamente, no está claro que esté más cerca de resolver los grandes desafíos
de futuro con que se enfrentan las megápolis de todo el mundo. ¿Por qué al
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contemplar soluciones de futuro se hace referencia a Curitiba, la capital de Paraná,
en mayor medida que a Barcelona?
La torre de Foster,... es de una belleza insólita,... pero... es irrelevante para afrontar el
drama de la vivienda, la degradación del entorno, las amenazas letales de los
residuos, de las contaminaciones atmosférica, acústica y electromagnética, la
congestión del tráfico, o para cubrir siquiera las ingentes necesidades de
infraestructuras invisibles de la nueva sociedad de la información.
Siendo el campo la única solución a medio plazo de los problemas de la ciudad,...
sólo la... cultura convivencial de los pueblos impide descalificar a la gran ciudad. La
vida en los pueblos es mucho peor.
Agricultores... contra el mercado mundial; producción intensiva de carne violando
exigencias sanitarias y medioambientales; matanzas de animales domésticos como
vacas, cerdos y gallinas para fabricar comida para otros animales domésticos algo
más afortunados, como gatos, perros o tortugas; especuladores de la construcción
generando niveles alarmantes de inseguridad ecológica.
Una minoría... de arquitectos, urbanistas, y gestores municipales, está dispuesta a
admitir... que las soluciones espectaculares exclusivamente técnicas constituyen
soluciones sólo aparentes y, en todos los casos, excesivamente costosas. La
inversión exclusiva en el hardware urbanístico pudo tener su justificación en el
pasado, pero está fuera de contexto en la actualidad. Los japoneses pusieron de
moda para la formación de capital fijo, físico o social, una especie de « cultura del
remiendo », en virtud de la cual no se procede a la sustitución de un activo fijo, hasta
haber agotado todas las posibilidades de rendimiento de los activos ya instalados.
Es en el software – reordenación del tráfico, nuevas tecnologías de gestión, políticas
de recursos humanos, apertura de nuevos cauces de participación e integración,
gestión del cambio cultural y de la sociedad de la información – donde se van a
centrar los esfuerzos de regeneración y reforma.
El clima del urbanismo del futuro no va a perfilar las grandes obras públicas, sino las
programaciones articuladas en el conocimiento y las nuevas tecnologías. .... este
cambio de énfasis supondrá una verdadera revolución, el abandono definitivo de
técnicas autodestructivas, como las de aumentar la capacidad del tráfico en el
centro urbano con el único fin de acelerar la generación de, y dar paso a, un tráfico
adicional que agota de inmediato los objetivos iniciales situando, las futuras
soluciones a un nivel de complejidad mayor.
El primer sector beneficiado por este cambio de orientación será la vivienda.
Cuando se construyen casas en la actualidad, cuestan más que antes, se degrada
el entorno, no se reciclan los residuos y se despilfarra energía. Tanto la edificación
de viviendas como el transporte, dos sectores cuya incidencia en la vida urbana es
importantísima, figuran en la cola del progreso tecnológico.
¿Por qué no se han podido aplicar a la vivienda las técnicas de producción en masa
que han permitido a sectores de la población acceder a un coche? La
complejidad técnica de una vivienda no es significativamente mayor que la de un
coche. En el caso de la vivienda hay obstáculos de orden institucional y cultural que
dificultan sobremanera la competencia y, la innovación. Una casa o es muy sólida –
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como en la fábula de los tres cerditos – o no es una casa. Su construcción conlleva,
mucho tiempo: seis meses o un año como mínimo, y se hace para toda la vida, y
hasta más allá. El valor psicológico de una vivienda puede ser, muy especial. Pero
ni aquella parte..., que llega a transformarse en sobreprecio puede desvirtuar
totalmente las leyes del mercado, ni es imposible que cambie la cultura heredada
sobre el alojamiento.
La aplicación de las técnicas de la producción en serie a la vivienda es
incompatible, con los prolongados períodos de entrega que rigen en la actualidad;
con la construcción [actual]; con los pedidos sobre diseño específico; con los
bajísimos niveles de investigación y de desarrollo de nuevos materiales de las
empresas constructoras; con la concepción de la morada como un espacio en el
que concentrar durante veinte años esfuerzos, dinero y legado a la posteridad.
¿Por qué no experimentar con otros materiales de construcción más baratos, como
ha ocurrido en Estados Unidos, en donde cerca de un noventa por ciento de las
casas unifamiliares son de madera?
Contra esta alternativa se esgrimen razones de climáticas o de tipo ecológico. La
verdad es que tanto España como Estados Unidos muestran una gran diversidad
climática. En cuanto a los argumentos ecológicos,.... industrializar la oferta de
madera para fabricar casas, como se ha hecho en los países escandinavos.
Abandonar el concepto de vivienda petrificada [en nuestro caso enladrillada],
conforme a un diseño individualizado, y explorar las posibilidades de producir en
serie viviendas fijas o móviles, de entrega inmediata, con nuevos materiales, a
precios asequibles; y hacerlo en consonancia con la nueva cultura que exige
preservar el medio ambiente, el reciclado de sus propios residuos y una utilización
eficiente de la energía.
... sabiendo que la gente comparte con mayor facilidad la vivienda con un gato
que con un vecino, tampoco parece que se hayan explorado suficientemente las
posibilidades de ahorro que representaría una mayor utilización de equipamientos
semicomunitarios para oficinas, gimnasios, garajes o bibliotecas.
La prioridad el transporte colectivo sobre el privado, y del peatón sobre el vehículo,
será el segundo principio orientador de la convivencia en las ciudades. Curitiba,
demuestra que la insistencia en el transporte colectivo – no necesariamente público
– es compatible con la renuncia a inversiones faraónicas que, comporta la creación
de una red de metro. La organización de un sistema de transporte colectivo en
superficie exige, supeditar los intereses de los fabricantes de vehículos privados a los
intereses ciudadanos. ... la situación actual en al mayoría de las grandes ciudades
ya es insostenible... ya... sea por motivos de salud pública, por la contaminación
atmosférica y acústica... [por] la probada ineficacia del sistema actual para
desplazarse en un tiempo razonable de un lado a otro de la ciudad.
El urbanismo... debería aplicar las nuevas tecnologías a los desplazamientos de los
ciudadanos, gestionar con inteligencia la enorme diversidad de demandas y
ampliar los medios de transporte colectivos.
... la convergencia de tres tecnologías: informática, telecomunicaciones y
audiovisual... han planteado la entrada en la sociedad de la informática... [hoy]
cualquier proyecto se asienta sobre tres pilares: la red de usuarios, los contenidos o
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productos que circulan por la red y los diseñadores de los formatos adecuados para
que los contenidos puedan circular. Parte de las soluciones a la congestión del
tráfico está en las comunicaciones. El urbanismo del siglo [XXI] consistirá en convertir
las ciudades en redes que serán las protagonistas de la sociedad de la información.
Las comunicaciones tenderán a sustituir el tráfico rodado mediante trámites
electrónicos: banca, compras y trabajo a domicilio ».
Eduardo Punset
« La ciudad del arquitecto.
1. Recorridos.
Mis orígenes catalanes, periféricos, me hicieron más disponible, más atento a las
civilizaciones alejadas del centro,... que resultaron esenciales para en mi oficio de
arquitecto. Y ello debido, a que esta disciplina se apoya en la lectura de los paisajes
que se remontan al inconsciente de las gentes que los pueblan. Una ciudad
suministra todo tipo de información: uno puede la estructura de la propiedad a
través del tamaño o la decoración de las casas; la relación entre pobre y ricos a
través de la distribución de los barrios; el estilo de vida, extravertido o introvertido; el
valor que una comunidad atribuye al encuentro.
Ser arquitecto significa saber entender el espacio organizado por el hombre,
descodificar [sic] los comportamientos y movimientos espontáneos de una
población y, percibir las necesidades de cambio que ésta pueda expresar
inconscientemente. Es preciso localizar estas carencias para poder aportar una
contribución propia.
Pero para leer cada gesto como un signo es necesario sumergirse totalmente en una
cultura, descender de los detalles nimios, conservando al mismo tiempo la
exterioridad de la mirada. ....hay dos modos de ser arquitecto: uno el tradicional – el
de Gaudí o Palladio – y otro más contemporáneo y que implica el riesgo de ser
arquitecto del mundo.
Todo lo anterior se ha referido a recorridos espaciales. En una misma y sola obra es
posible reconocer influencias distintas sin que por ello tener que cambiar el objetivo
del proyecto. Dentro de una obra de creación se pueden utilizar elementos
diferentes heredados de épocas pasadas, sin tener que realizar necesariamente un
collage. ...el arte consiste en saber interiorizar los elementos formales que
pertenecen a la obra conservando al mismo tiempo la indispensable distancia
crítica. Si se convierten en un proceso consciente quiere decir que el artista las
controla y posee un dominio de su propio proceso de creación. En mi caso
personal. Éste tuvo como centro la arquitectura. Más que una... elección, se debió
a una cuestión de origen. Mi padre era constructor y de niño me llevaba a las obras.
En el trabajo a pie de obra descubrí un universo que difícilmente podría enseñarme
la universidad. Hablando con los capataces, traté de comprender y aprender....
procuraba captar los límites de la manufactura, del «saber hacer», sintiéndome
muchas veces impotente para superar la tradición.
Convertirse en arquitecto y construir requiere superar la postura del espectador, del
analista de las conductas sociales. Se trata de asumir el punto de encuentro de
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nuestra propia personalidad y los diferentes contextos de la realidad. Por eso, es
necesario adquirir un gran rigor metodológico.
No creo en el mito de la inspiración pura, del hálito delirante, de la visión alucinada
de un mundo al alcance de la mano. El talento, incluso el genio, existen, pero se
apoyan en una trayectoria que se afirma día a día.
El análisis.... no sería completo sin una reflexión sobre el poder que nos proporciona
la tradición. Un arquitecto no es Dios... no por ello tiene.... menos responsabilidades,
responsabilidades que es preciso conocer para asumirlas mejor.
Las últimas décadas han constituido un desastre para nuestro hábitat. Sabemos
construir ciudades, pero hemos olvidado el arte con que se embellecían nuestros
centros históricos. Hemos inventado materiales nuevos, pero las edificaciones siguen
exhibiendo su... fealdad... es hora de volver a pensar el mundo en términos
arquitectónicos.
Para ello, el arquitecto tiene que recuperar su lugar en el seño de lo cotidiano,
respetando, el orden económico y comercial.
La cualidad cultural del arquitecto frente a otras disciplinas es la de poder viajar,
leer y entender las distintas civilizaciones a partir de la forma de las ciudades y de los
edificios, de la dimensión de la propiedad y del vocabulario de sus fachadas. El
arquitecto puede recorrer la historia y la cultura en vertical o en horizontal, puede
atravesar el tiempo y el espacio alejado de la cronología, puede vivir la
intemporalidad. El arquitecto puede vivir las ciudades y los edificios históricos como
obras del presente y su mente está libre para proyectar el futuro formal de la
sociedad.
De este modo he atravesado distintas civilizaciones. Desde Alvar Aalto hasta Gaudí y
desde la arquitectura vernacular mediterránea hasta las ciudades sin arquitecto en
los bordes del Sáhara. La Alhambra de Granada y la pirámide de Saqqara han sido
referencias importantes y sucesivas en mi modo de pensar, concebir y sentir el
espacio, la relación entre lo vacío y lo lleno que define para mí la esencia de la
arquitectura.
Desde mi posición de nómada, desde la admiración a sucesivos maestros vivos y
muertos, pensando y construyendo en distintos países, intentando entender otras
civilizaciones, he analizado nuestra propia civilización occidental, sus características
y su identidad. Identidad de la cual me siento parte integrante, pero que intento
entender distanciadamente en el conjunto de un mundo plural, complejo y
dinámico.
Algunos trazos sobre los momentos culminantes de la historia reciente de la
arquitectura serán elementos para dar mi opinión, hoy, frente al debate técnico,
artístico y filosófico. Nuestra historia reciente empieza en Italia durante el
Renacimiento. Las ideas utópicas sobre una nueva sociedad individualista, la
ciudad-estado, se tradujeron en dibujos de ciudades ideales de imposible
realización. El tratado de Alberti, junto a Piero della Francesca, descubrió la
perspectiva y definió armonías y proporciones. Aparecieron las estructuras y la
simplicidad de Brunelleschi. Se volvió al humanismo y a la observación de la
arquitectura antigua: Roma como elemento de análisis para desarrollar un nuevo
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Únicamente para uso académico, no puede comercializarse. Resumen libre y no textual, preparado por Rafael Atehortúa Arroyave.- Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia.
estilo. Las ciudades... no pudieron realizarse jamás, pero cuyos diseños sirvieron para
construir partes de ciudades reales: plazas sobre el campo y edificios armónicos y
cultos. Palladio... cubre el atrium de la casa romana y escribe un nuevo tratado,
más depurado y armónico, y que desde Vicenza, sistematizará e influenciará la
arquitectura nórdica durante siglos, convirtiéndose en el constructor más influyente y
poderoso de la historia.
Pero esta pureza y simplicidad, el racionalismo constructivo de Palladio, tenía que
romperse. Miguel Ángel se ocupará de hacerlo. Desde la pintura, la escultura y la
arquitectura, rompe las leyes de la composición: invierte los órdenes, crea falsas
perspectivas, cambia la percepción del espacio e inventa el manierismo.
... la ciudad tiene que ser construida y Roma vuelve a ser centro de
experimentación... aparece el barroco, como la introducción del movimiento en el
arte. Los puntos de vista no son únicos y las fachadas cambian en función del
espacio urbano. Cóncavo y convexo se encuentran en la misma fachada. Bernini y
Borromini se erigen como grandes maestros. La genialidad llega al paroxismo, y las
formas y los detalles se exaltan hasta la sublimación.
... este nivel de calidad no puede seguir aumentando y una época racional,
sistemática, inteligente y ponderada se instala en la Francia del siglo XVIII. Cambiar
la escala de la ciudad, construir jardines como grandes parques, trazar plazas y
realizar obras públicas de ingeniería significa, en el Siglo de las Luces, la expresión de
la construcción del Estado. El arte es una manifestación del poder y la grandiosidad
y el gesto urbano ayudan al trazado de la ciudad.... la agricultura y el paisaje
estaban dominados por la mano del hombre.... la geometría se transforma en
decoración. La inventiva se acaba y el arte se institucionaliza.
... el cambio de siglo adquiere especial importancia [en] Viena... nueva filosofía,
música, pintura y psicología que inspirarán la totalidad del siglo XX, dos arquitectos
expresan y se anticipan a su época: Adolf Loos y Otto Wagner. Adolf Loos destruye
la idea de que la arquitectura es arte y sostiene que lo único que le preocupa es la
construcción y la función. Wagner intenta recoger lo mejor de la tradición Beaux-Arts
y mezclarlo con las nuevas tecnologías y materiales. La modernidad... no se instala...
hasta... la Bauhaus, encarnada en Le Corbusier y Mies van der Rohe. ... aparece
como consecuencia de una idea de sociedad, más higienista, más igualitaria, como
odio a la ciudad existente, caduca y desigual. La modernidad entendida como una
utopía que crearía una manera distinta de vivir y, en definitiva un hombre nuevo. Le
Corbusier proyecta nuevas ciudades arrasando tejidos existentes, inventa el bloque
colectivo y trabaja con un nuevo material: el hormigón. Mies destruye la vieja idea
de fachada, crea fluidez del espacio, trabaja con el acero y el vidrio... produce un
nuevo estilo. Le Corbusier... influenciará Europa y las divulgaciones de su « máquina
para vivir » se realizarán... en Moscú, Varsovia,... el Tercer Mundo. Mies inventa un
nuevo vocabulario. Hombre tremendamente inteligente y racional, reduce la
sintaxis y la composición a muy pocos elementos mientras establece las reglas de
juego de la arquitectura internacional.
... el individualista y solitario Frank Lloyd Wright encarna la poética americana, exalta
la relación con la naturaleza y, a partir de la escuela de Chicago, inventa el
organicismo que, adquirirá gran fuerza en la realidad constructiva. .... aparece Alvar
Aalto en Finlandia, artesano y poeta, se aleja de las ideologías y de la ambición
desmesurada para construir edificios pequeños, a escala humana, espacios
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confortables que dan libertad al hombre. ....y Louis Khan intuye que la arquitectura
internacional no puede trasladarse de Chicago a Barcelona, de Nueva York a
Abiyán, y tratar de recuperar una cierta idea del arte en la arquitectura: la luz, el
espacio, la armonía, el clasicismo.
Después de la segunda guerra mundial, Europa se reconstruye y se destroza en una
fiebre constructiva y en una total falta de cultura y tecnología.
Los años sesenta... decisivos para entender lo que ocurre hoy: la necesidad... de
crear nuevas utopías. La utopía nórdica, inglesa, tecnológica. El Archigram recoge
la mejor tradición tecnológica: toman como modelo el Cristal Palace y los puentes
de Eiffel e inventan un nuevo diseño técnico donde, trabajando la idea de
movilidad y la apariencia de las estructuras y exaltando la belleza de los materiales,
se produce una nueva estética funcional.
....surge el « regionalismo crítico »... aparecen arquitectos que no siguen la tradición
internacional y que continúan insertos en sus propias culturas locales. Coderch en
Barcelona, Barragán en México, Scarpa en Venecia son algunos ejemplos que
indican un alto nivel de preocupación arquitectónica, un sentido del realismo
constructivo y un arraigo en otras culturas. El mundo es poliforme y múltiple y, por lo
tanto, se destruye, momentáneamente, la idea de centro.
La historia [del] Taller de Arquitectura, empieza a principios de los años sesenta. La
necesidad de crear un grupo polivalente y multidisciplinario... para afrontar la
complejidad de la disciplina arquitectónica. Había que considerar cada proyecto
como el invento de una metodología de trabajo, había que recuperar distintas
estéticas alejadas de las grandes tendencias arquitectónicas. .... significaba inventar
y crear constantemente, hacer de nuevo de la arquitectura el arte de construir el
espacio.
La primera casa en Ibiza... un ensayo organicista y popular; el Barrio Gaudí, como la
destrucción del bloque racionalista; Walden 7, como un monumento habitado...
estos edificios son los ejemplos construidos entre tantos y tantos dibujos, proyectos e
ideas.
La arquitectura internacional no tenía en cuenta los problemas urbanos, el
vocabulario era tremendamente reducido. Los procesos industriales eran la excusa
para destruir las ciudades históricas.
Durante los setenta creamos la postmodernidad. La sociedad postmoderna era
mucho más compleja y la tecnología no podía resolver todos sus problemas.
Europeos y americanos, en una extraña coincidencia, volvimos a leer la historia. ... la
arquitectura no había empezado en los veinte y terminado en los sesenta,... tenía
nueve mil años de historia... grandes culturas estaban presentes en nuestra
conciencia, que la arquitectura era un arte y que los grandes maestros de la historia
estaban vivos junto a nosotros mismos. ....aparece una serie de arquitectos.... que,
desde posiciones muy diversas, defienden la autonomía de la arquitectura como
arte mayor.
.... el postmodernismo se convierte en una moda y las vulgarizaciones aparecen
antes que los originales.
Resumen tomados del libro: La ciudad del arquitecto., Bofill, Ricardo, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 1998. Prólogo de Eduardo Punset.
Únicamente para uso académico, no puede comercializarse. Resumen libre y no textual, preparado por Rafael Atehortúa Arroyave.- Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia.
.... los antiguos modernos intentan recuperar una estética camuflada en la dificultad
de volver aprender dibujo y tecnología.
En estos años, empiezo a trabajar en Francia y entro en contacto con la industria y
el hormigón. Mi pensamiento deja de ser utópico y realista para convertirse en
racionalista, cartesiano y paradójico. La Petite Cathédrale como proyecto, y
Meritxell y Le Lac como primeras construcciones me relacionan con la idea de
ciudad, de plaza y de calle, con la industria de la construcción prefabricada, con el
hormigón como piedra artificial y con la historia del arquitectura y del arte como un
todo.
...la sociedad industrial está en plena mutación, existe una nueva necesidad de
calidad, y una clarificación de las ideas, una necesidad de identidad y, la tradición
como punto de apoyo para construir la modernidad del [comienzo] de siglo. La
arquitectura es un arte intemporal que responde a la necesidad permanente el
hombre de construir el espacio. Las proporciones, las armonías y la geometría son
necesarias para la industria. El arquitecto es además un tecnólogo que debe
dominar los procesos industriales. Los maestros se destacan del conjunto y se
presenta la paradoja de un cruce entre el clasicismo, o una cierta idea de
perfección, y la tecnología, conocimiento de los procesos industriales: el hierro y el
acero en Estados Unidos y el hormigón y la prefabricación en Europa.
Cergy-Pontoise, los Templos del Lago y Les Échelles de la Ville perteneces a este
período, depurado, mínimo, repetitivo, donde existe un intento insatisfecho de
realizar una obra de arte: la perfección imposible. Cada proyecto desarrolla su
propia lógica y cada parte se relaciona con la totalidad.
El acero y el vidrio son materiales nuevos frente a la piedra o el hormigón. El
programa tiene una poética propia y las conexiones entre materiales se convierten
en la articulación necesaria. El diseño de la arquitectura se asemeja al de una
máquina sofisticada. ....esta tendencia puede existir solamente fuera del contexto
urbano, no es capaz de crear ciudad, reafirma la teoría del objeto y es
excesivamente cara debido a la fabricación especial de cada una de sus piezas....
estos dos universos aparentemente opuestos, terminarán por encontrarse, siendo
uno contrapunto del otro. El hormigón se usará para construir lo lleno y el vidrio para
componer lo vacío, como positivo y negativo de un sistema urbano. Hormigón y
acero se combinarán en otra estética complementaria.
La arquitectura clásica me ofrece la posibilidad de estudiar la ciudad desde dentro
de una tradición europea, de conciliar creación con variación y, de aportar una
solución a los riegos impuestos por los magros presupuestos en el campo del hábitat
social.
Una ciudad europea. Resulta casi una tautología: una ciudad está hecha de calles;
a lo largo de esas calles se alinean casas unidas entre sí. En el mejor de los casos,
estas casas tienen una personalidad propia y se integran en un conjunto. Las
ciudades más hermosas, como Florencia, se han creado dentro de una trama como
esta: hay intervenciones, sucesivos agregados, a veces contradicciones, pero jamás
ignorancia. Allí, cada arquitecto, cada escultor, aportaron su obra. Brunelleschi
trastornó la escala pero no la suprimió. La belleza de su cúpula tiene en cuenta el
contraste con las callejuelas que la rodean.
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Son dos las lecciones que extraigo de la observación de la ciudad mediterránea
clásica: es posible hacer marcados gestos arquitectónicos sin despreciar no
obstante el contexto y romper las relaciones de perspectiva y armonía; además, es
posible conciliar el individuo, la creación y la lógica urbana.
Orden, creación y variación. El clasicismo – arte de organizar el espacio según
dimensiones humanas, visión deliberadamente antropomórfica del mundo – se
define entonces como una búsqueda siempre insatisfecha de perfección.
¿Una nueva estética industrial? Arcadas, muros ventanas, puertas: hoy, cada uno
de estos elementos puede construirse por separado, en serie y, en conformidad con
los imperativos económicos de la producción industrial. El edificio está formado por
una estructura de base sobre la cual se implantan elementos moldeados en fábrica.
Para ser rentables, los moldes deben amortizarse al máximo. Por consiguiente, el
objetivo es crear una cantidad restringida de elementos, lo que obliga a una
depuración muy severa de lo decorativo. ...nos corresponde a nosotros armonizarlos
según una geometría propia.
... puedo ser fiel a la arquitectura clásica, que proporciona las leyes de composición
y la base del vocabulario, al tiempo que me someto a las exigencias de la
fabricación industrial. Pero también puedo diversificar las alturas de base, introducir
variaciones en la disposición de los elementos, hasta producir un número
prácticamente infinito de edificios. ...realizada esta depuración teórica, puedo
cambiar el tamaño de los elementos de base o su disposición. Pero siempre dentro
de las exigencias de un sistema económico. Desde siempre he tratado de superar el
estadio artesanal para entrar en el proceso industrial. Cuando diseño una mesa,
resuelvo un problema de articulación entre verticales y horizontales. Lo que me
interesa no es tanto la mesa en cuestión como el problema abstracto que plantea.
La arquitectura moderna está amenazada por la copia, una copia sin alma, que se
contenta con reproducir – casi siempre bastante mal – obras originales. Las
viviendas sociales, repiten mal lo que Le Corbusier proclama con talento. El
conformismo de los discípulos y la avaricia de los vendedores siempre amenazan a
quien crea un estilo. El clasicismo permite no imponer un tipo de edificio, sino
proporcionar los principios necesarios para inventar edificios nuevos. En Francia he
podido demostrar que la vivienda social no es sinónimo de brutalidad o resignación,
sino que, por el contrario, adquiere, un sentido del ritmo y de la belleza. El hormigón,
puede ser noble. Lo he dicho: no volvería a construir, exactamente iguales, nuevas
Antigones o nuevas Arcades du Lac. El tiempo de la polémica ha pasado y las
posiciones extremas resultan inútiles.
2. El estado de las cosas
El dinero, el éxito material y el reconocimiento social se han convertido en las nuevas
referencias del individuo; el fundamentalismo religioso, el nacionalismo en estado
bruto y la lucha por el poder son en adelante las de la colectividad. Pero las
preguntas sobre la pobreza, la enfermedad, el hambre, el analfabetismo, la
destrucción del entorno y de nuestras ciudades enfermas continúan planteándose
de manera más insistente que nunca. Se estudian medidas, pero no llega a
encontrar una visión del conjunto, a proponer soluciones globales, ni a comprender
simplemente lo que sucede. Es aquí donde estamos. Ahora, nuestro tema, el de la
Resumen tomados del libro: La ciudad del arquitecto., Bofill, Ricardo, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 1998. Prólogo de Eduardo Punset.
Únicamente para uso académico, no puede comercializarse. Resumen libre y no textual, preparado por Rafael Atehortúa Arroyave.- Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia.
ciudad. Queremos hablar de urbanismo, para intentar dar un sentido a las
ciudades, para enfrentarnos con el desastre urbano actual y ayudar a establecer las
bases de una acción eficaz.
La planificación del Estado, ha tenido un fracaso definitivo. Pero la economía de
mercado, la creencia irreflexiva en la regulación automática mediante la oferta, la
demanda y el progreso técnico ininterrumpido, son impotentes para dar cuenta del
conjunto de las sociedades del planeta. Se dejan fuera del sistema civilizaciones,
pueblos que creen en otros valores, en otros mitos, en otras formas de vivir.
Lentamente se borran la diversidad, las posibilidades entrecruzar sistemas de valores
y de inventar nuevas arquitecturas económicas, sociales o urbanas. Razonamos
desde el centro, intentamos aplicar a los demás nuestros métodos y nuestros
esquemas, intentamos extender nuestro modelo como si fuera el único susceptible
de poner orden en el caos de lo real, y no somos capaces de comprender lo que
está en juego en los márgenes.
Un intento hegemónico, una lógica técnico-económica querría imponerse a todos
sin distinción, con los valores convencionales y fragmentarios se pone en marcha
para uniformar a la sociedad. Los suburbios a la americana se generalizan en los
cinco continentes, como si constituyeran la mejor forma posible de urbanización, y
dan nacimiento a un estilo internacional sin alma que se asienta en una ilusión de
tecnología, y se impone en París como en Chicago, en Barcelona como en Hong
Kong, en Río de Janeiro como en México o El Cairo. La explosión urbana se ha
traducido en la invasión del territorio por la ciudad. La escala de ésta se ha
acrecentado, destruyendo el paisaje y causando daños sin precedentes al entorno.
El territorio ha cambiado, convirtiéndose en el lugar de la explotación desenfrenada
de los recursos naturales.
Ahora bien, otras civilizaciones han producido otros tipos de urbanización que no son
menos válidos que los nuestros. En este momento parece que sólo existen dos tipos
urbanos que se oponen: la ciudad europea y la ciudad americana. ... nos interesa
la ciudad europea. La arquitectura institucional del edificio comunitario aún se
busca.... las ciudades serán cada vez más los protagonistas clave. La riqueza de
este continente es la diversidad, la diferencia cultural, la variedad lingüística que
definen su civilización. La ciudad, con su forma y sus características, encarna la
idea europea.
El modelo urbano europeo, a pesar de sus defectos continúa siendo ideal, la ciudad
europea se muestra como una ciudad terminada, con centros que se preservan y
barrios periféricos en los que se acumulan los problemas sociales de la marginación y
el racismo. La reconquista de estos suburbios, la recalificación de estos espacios, la
creación de nuevos centros, la acción sobre causas son los temas que nos interesan
aquí.
Hoy, la ciudad es el reflejo de las aspiraciones, de los sueños y de las utopías de sus
habitantes, pero también es el lugar de la marginación, del no-derecho, de la
corrupción.
Los proyectos y las realizaciones con el Taller de Arquitectura se explican mediante
mecanismos descritos en este trabajo. Más de quinientos proyectos en cincuenta
países distintos y otras tantas propuestas alternativas al desarrollo urbano. Los
problemas de la ciudad me han obligado a proponer en cada situación soluciones
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diferentes, que hoy parecen como aplicaciones concretas de una reflexión más
amplia. Estos proyectos urbanos o arquitecturales, realizados en las condiciones
económicas, sociales y culturales más variadas, son como piezas o fragmentos de
una ciudad inacabada, imposible. Después de todos estos años, todas esas obras,
la ambición personal, la voluntad de gloria y el deseo de notoriedad se desvanecen.
Incluso la razón de ser de la arquitectura: el desafío a la muerte, el intento de
trascender su propia vida se borran para dar paso a la exigencia de perfección, a
la realización de la obra bien hecha, a la voluntad de contribuir al despertar de un
mundo en el que el hombre podría ser actor de su obra, el constructor de su propia
ciudad, en lugar de ser sólo la víctima pasiva de una sociedad y de una ciudad que
le imponen sin discusión su vida y su comportamiento.
El recorrido del Taller ha permitido probar y utilizar las técnicas más diversas. Desde
la construcción de adobe hasta la combinación de cristal y acero, desde el
artesanado hasta la prefabricación industrial. Estos proyectos y realizaciones deben
ser entendidos como la búsqueda de un método, de una lógica para transformar y
modernizar armoniosamente las ciudades. Hemos desarrollado una dialéctica
permanente entre la experimentación y la teoría, un replanteamiento en cada final
de proyecto, una permanente interrogación sobre la obra y su pensamiento
subyacente. Cada obra es la materialización de una esperanza, de una búsqueda
de la mejor solución para la ciudad. Intento de método para unificar los
parámetros económicos, sociales, jurídicos y constructivos de la ciudad.
La belleza urbanística y arquitectural, el arte de vivir en la ciudad son [sic]
independientes del lujo y la riqueza. La identidad entre lujo y belleza es falaz, hay
que combatirla si se quiere acometer los problemas de la ciudad.
3. La arquitectura del espacio
La educación de la mirada
En arquitectura no hay niños prodigio, porque se define precisamente como el arte
de componer el espacio. Aquí, más que en cualquier otro oficio, los golpes de
genio exigen paciencia y trabajo. Es un gusto – el la armonía de la formas y del
vacío – que se forma [y adquiere] con el oficio; es una mirada que se educa día a
día: el placer físico de estar en el espacio no puede saborearse más que después de
una ardua educación. El reconocimiento de las formas, su aprehensión en sus
distintas dimensiones, pasa por una construcción intelectual que va afirmándose
permanentemente.
Cada arquitecto tiene sus propios secretos para llegar a esa aprehensión del
espacio. Yo descubrí los míos en sucesivas experiencias. Por ejemplo, extender el
campo de visión hasta sus límites fisiológicos. El uso cotidiano reduce las
posibilidades de nuestro ojo: percibe un objeto, pero delimita de inmediato todo lo
que lo rodea. Sólo queda lo esencial. Por el contrario, yo me ejercito en captar
aquello que la mirada, que generalmente se fija en el centro, deja en los márgenes.
Obtengo una primera imagen en la cual el objeto ocupa el máximo espacio que lo
rodea.
Luego, como en el desplazamiento de una cámara, está el movimiento. Con el
Resumen tomados del libro: La ciudad del arquitecto., Bofill, Ricardo, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 1998. Prólogo de Eduardo Punset.
Únicamente para uso académico, no puede comercializarse. Resumen libre y no textual, preparado por Rafael Atehortúa Arroyave.- Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia.
oficio, la primera imagen no se borra, sino que se compone, se mezcla con las que le
siguen. La construcción del espacio se elabora a partir de esta superposición de
planos. La tercera dimensión, el volumen, la profundidad, adquieren de esta
manera un valor físico, material.
No hay como un paisaje familiar para cegar una mirada. ¿Quién podría describir
con exactitud las fachadas de su calle? ... el hecho de verlas todos los días nos las
ha disimulado.
Lo que funciona con un paisaje o una calle funciona también con formas más
abstractas: el ojo percibe aquí un triángulo, allá el cilindro de una columnas o incluso
un trapecio. Se identifica la figura. Pero ya es más difícil saber si está bien
proporcionada. ....quebrar la comodidad de la mirada, por ejemplo inclinar la
cabeza, o mirando al revés, con la cabeza colocada entre las piernas. ....ejercicios
indispensables para aguzar la mirada y ejercer la facultad que constituye la esencia
de nuestro oficio: imaginar con precisión, a partir de un dibujo, de unos trazos sobre
papel calco, lo que será, en última instancia y en todas sus dimensiones, el espacio
final.
Cómo abordo el espacio de una ciudad
Esta búsqueda de la abstracción, esta voluntad de superar lo anecdótico, de ir más
allá de las curiosidades que producen sobre un edificio las manchas de color, los
elementos decorativos, me conducen a abordar mis proyectos mediante
aproximaciones sucesivas.
Cuando tengo que intervenir en una ciudad, proceso siguiendo tres etapas
indispensables y complementarias: el paseo de peatón atento, el recorrido en
coche y la vista a vuelo de pájaro.
Así, la primera aproximación es a pié. Indispensable para mirar cómo vive la gente,
para ver cuáles son sus hábitos, su relación con la calle, la plaza, la circulación
automovilística. ¿Les gusta vivir fuera de sus casas? ¿Encontrarse en lugares
públicos? ¿Cuáles son los trayectos habituales que escogen al salir del trabajo? ¿A
dónde van por la noche? En la calle puede leerse todo: las relaciones que
mantienen los individuos con la colectividad, con el dinero o con el poder. Más allá
de este aspecto sociológico, va operándose en mi cabeza el paso lo concreto,
múltiple y diverso, a algunos esquemas más marcadamente abstractos.
Si recorro un barrio de Nueva York, trato de ver, más allá de la trama ortogonal
regular que parece ofrecer, a primer golpe de vista, como la clave de la ciudad, la
estructura más sutil que forma el ritmo en la altura, de las construcciones en calles y
avenidas. Más allá de la diversidad de estilos, analizo al pasar a la composición
recurrente de los edificios, las tres partes distribuidas de manera más o menos
armoniosa: primero la base de piedra, luego el cuerpo de ladrillo y, en las alturas, los
remates de tejados y terrazas.
Obtengo así un destilado del dibujo de la ciudad y del ritmo de los edificios. Aunque
falta el contexto: la articulación de esos pocos metros recorridos a pie con el resto
de la ciudad. Entonces hago el trayecto en coche. Las calles, las avenidas, que
entreví de manera fragmentaria, adquieren ahora principio y fin. Sus fachadas
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diferentes me dicen cuál ha sido la historia de la ciudad. Para comprender la
evolución de Nueva York, es necesario bajar por Broadway desde Central Park hasta
el extremo sur de Maniatan, seguir la yuxtaposición de los distintos tejidos, estudiar las
fachadas como un catálogo de formas. De este modo van dibujándose poco a
poco los ejes de la ciudad, sus perspectivas, su estructura.
La visión aérea permite la última síntesis, la de la abstracción. ...los volúmenes
aparecen en su conjunto. Descubro, como en una maqueta, la trama del tejido que
un edificio mal colocado o una calle mal construida podían disimular todavía a nivel
del suelo. ... percibo la forma general de la ciudad, los lugares respetados que han
permitido su desarrollo, las zona enfermas.
Únicamente entonces puedo insertarme en el contexto o, por el contrario,
contradecir sus datos. Tanto en un caso como en otro, la realización el proyecto no
será entonces un simple trazado de un punto, sino una reflexión sobre un espacio
general. Tener en cuenta este espacio es, indispensable tanto para construir un
edificio, un interior, como para hacer evolucionar la ciudad. Por ahí es por donde
pasa la línea de demarcación entre los distintos tipos de arquitectura.
Lo lleno y lo vacío
... hay dos maneras radicalmente opuestas de abordar el espacio: desde lo lleno o
desde lo vacío. El espacio es el infinito que nos rodea. El ser humano sólo toma
conciencia de él a través de las líneas. Es preciso que lo estructuren un horizonte, un
acantilado y, por qué no, un muro. Entonces el espacio se materializa ante nuestros
ojos: como el juego de lo lleno y lo vacío.
El arquitecto de lo lleno piensa primero en el objeto. Un rascacielos, un monumento
aislado, una torre del barrio de la Défense o el Centro Beaubourg. En el mejor de los
casos, el resultado es Nueva York; en el peor, la explanada de la Défense.
En efecto, la Défense de París representa un esfuerzo desafortunado por practicar en
Francia la arquitectura del objeto. Es el edificio el que cuenta y no el espacio que
contiene o que lo contiene. Sin embargo, el objeto no consigue afirmarse por
completo. ...[se] quiso preservar la identidad parisina. Para no destruir en la lejanía la
perspectiva de la capital, donde la altura de los edificios está limitada a unos treinta
metros, la talla de las torres se organizó según un abanico complejo. Resultado: los
promotores desearon una arquitectura del objeto porque las empresas que se
instalaban allí lo hacían, cambiando sus inmuebles situados en el centro pero
dispersos, mal concebidos y, sobre todo, inadaptados a sus personalidades, por
torres independientes e identificables. De manera que querían un objeto hecho a
medida que exaltara su imagen. Pero las proporciones posibles de este objeto se
desorganizaron. La capital francesa nunca tuvo su Chrysler Building y los edificios de
esta city truncada han terminado pareciendo extrañas criaturas de patas cortas.
Además Francia, poco acostumbrada a este tipo de arquitectura, no supo manejar
la articulación mutua de estos objetos.
A causa de la separación, entre el coche y el peatón, en la Défense es
prácticamente imposible desplazarse utilizando las señales naturales que se perciben
del espacio. Todos los edificios están elevados por una losa de hormigón, los coches
circulan por el subsuelo y son dirigidos hacia estacionamientos numerados que
Resumen tomados del libro: La ciudad del arquitecto., Bofill, Ricardo, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 1998. Prólogo de Eduardo Punset.
Únicamente para uso académico, no puede comercializarse. Resumen libre y no textual, preparado por Rafael Atehortúa Arroyave.- Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia.
dejan al visitante desamparado, inseguro sobre el punto preciso en el que va a
emerger.
Si se ha equivocado de salida, su desdicha sólo acaba de comenzar: concebida
como una ciudad de oficinas, es decir, de personas sedentarias demasiado
aficionadas a su propia sociedad como para ocurrírseles ir a ver la del vecino, es
imposible recorrerla a pie. Se ve un edificio y se intenta llegar a él. Imposible. Las
señales establecidas naturalmente por el hombre son inaplicables. Se ve obligado a
ir en contra de sus percepciones espontáneas. El espacio está desorganizado. No
hemos logrado reproducir Chicago entre nosotros.
Nueva York: rascacielos y calles
Por el contrario, la conciliación del objeto y el espacio es lo que constituye la belleza
de Nueva York. Esta ciudad exalta la arquitectura del objeto. El edificio, que cuesta
millones de dólares, tiene un nombre y constituye una entidad. El Chrysler Building,
el Seagram Building e incluso la torre AT&T, llevan el nombre de la compañía que los
encargó. ... cada una de las construcciones exhibe sus señales distintivas, procura
diferenciarse de su vecina.
El riesgo de este tipo de arquitectura, que prefiere el objeto en sí mismo, consiste en
desdeñar el espacio público. La Park Avenue es de una extraña perspectiva, que se
apoya en el reflejo de un rascacielos... proyectado sobre los cristales de la Pan Am
Tower. Una de las avenidas más famosas del mundo es un callejón sin salida.
Pero Nueva York ha sabido hacer una excepción de este caso límite. Se ha
respetado el trazado riguroso de las avenidas y calles pese a la carrera del dinero y
la altura. Es posible pasear por las calles como por las calles de Europa. No hay
plazas ni explanadas, sino un sistema particular de compensaciones y resarcimientos
que obliga a los promotores a disponer, dentro de las torres, de vastos vestíbulos de
entrada, de atrios climatizados y cuidadosamente decorados, donde se pueda
entrar a pasear por ellos. La ciudad ha conseguido interrumpir el desarrollo regular
de la trama... para arreglar Central Park, ese microcosmos de naturaleza y campo
en el corazón mismo de la urbe.
... en el interior de la ciudad se ha respetado la luz. El sol se hunde en calles apenas
más anchas que callejuelas florentinas y sin embargo flanqueadas por torres que
dan vértigo. ...vista desde el exterior, la ciudad tiene un orden. La suma de todos
sus objetos ha terminado por formar un todo. Esos elementos dispares, esos edificios
que exhiben su identidad a toda costa, forman, vistos desde el otro lado del Hudson,
un objeto mágico. La ciudad más sofisticada de nuestra civilización ha
reencontrado las leyes y la belleza de los peñascos del desierto.
La arquitectura del espacio
... en caso de la Défense: barrio financiero tiene el mérito de haber obtenido ciertos
logros. Aunque lo más grave es haber creído que se podía hacer vivir a la gente en
tales objetos fuera de todo contexto, aislados, puestos en medio de terrenos
indefinidos, sin haber pensado en su articulación mutua. Es el fin de la calle, el fin de
la plaza... a una visión mediterránea de la ciudad. El arquitecto ya no concibe una
sola fachada del edificio, sino los cuatro lados porque la casa ya no da a la calle.
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Adoptamos la arquitectura del objeto cuando nuestra cultura y nuestra tradición nos
empujan hacia la composición del vacío. Europa, ha desarrollado la tradición en la
que la organización del espacio prima sobre la valoración de la propia materia. Esta
manera de abordar la arquitectura reaplica tanto a la forma de cada edificio,
como a la ciudad, con sus ejes, avenidas y perspectivas. Es el espacio el que dicta
a la piedra sus formas y funciones.
Es indispensable vincular el desarrollo de la arquitectura clásica a esta aprehensión
especial y selecta del espacio. Basta entrar en un templo antiguo para
comprenderlo. ...se entra en un recinto, a través de las columnas la mirada se
desliza hacia los cipreses y olivos. ...la naturaleza recortada, encuadrada así, parece
hecha a nuestra escala. Los arquitectos han sabido encontrar las proporciones que
hacen del exterior un espacio doméstico, hecho a la media del hombre. La
arquitectura es este triunfo del hombre sobre lo irracional.
Lo que en principio importa de un templo es esa armonía oculta que representa la
clave de toda la composición. ...nace de un vaciamiento progresivo, de una
desaparición orquestada de la materia: se parte del plano, de la simple pared
vertical; después se agujerea ese muro: son ventanas, que a veces se alargan hasta
el suelo para crear puertas. Después se fracciona el propio muro, se recorta casi
hasta desaparecer. Entonces se obtienen las alineaciones de columnas que
caracterizan a los edificios clásicos. Progresivamente, van organizándose... la
dimensión de los espacios entre las columnas, la altura, calculada en función del
resto del edificio. Se crea un vocabulario para puntualizar las direcciones esenciales.
El cielo no es equivalente de la tierra. Ni el alba del crepúsculo.
Esta manera de concebir el edificio se extiende al tejido urbano. Las plazas,
explanadas, bulevares y avenidas, los parques y jardines, regidos por leyes de
armonía y perspectiva, determinan el emplazamiento y la configuración de los
objetos que los rodean. ...la historia de la arquitectura no es más que la expresión de
un sueño: hacer de nuestro marco de vida un espacio armónico.
La reconciliación con el Mediterráneo
Geográficamente, antes del advenimiento de la arquitectura internacional que
borra diferencias y particularidades, dos concepciones, la mediterránea y la
nórdica, tienen su implantación específica. Es una cuestión de intensidad lumínica:
junto al Mediterráneo, algunos centímetros de relieve bastan para recortar una
fachada. Con tanta mayor razón entre las columnas de un templo, reino del
claroscuro, reparto de sol y sombra. Es ahí donde el espacio adquiere toda su
densidad y recompensa al arquitecto que lo trabaja.
En Ámsterdam o Bruselas, la luz no marca suficientemente los contrastes y los
volúmenes no despliegan toda su profundidad. Una alineación de columnas, de
arcos, tiene problemas para destacarse, adquirir un volumen, vibrar. Allí una media
columna, colocada en pilastra contra la fachada, no es más que un elemento de
ritmo que estructura el espacio, sin animar por ello el vacío que lo rodea.
Arquitectura del norte y arquitectura del sur; espacio, composición, armonía, ciudad
como espacio organizado, como silueta, skyline, materia, volumen y tecnología
triunfantes.
Resumen tomados del libro: La ciudad del arquitecto., Bofill, Ricardo, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 1998. Prólogo de Eduardo Punset.
Únicamente para uso académico, no puede comercializarse. Resumen libre y no textual, preparado por Rafael Atehortúa Arroyave.- Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia.
Palladio construye en Vicenza, en Italia del Norte,...no en Brujas,... el gran trabajo
consiste en construir mansiones para los comerciantes enriquecidos por la expansión
económica de esas ciudades en la encrucijada de Oriente y Europa. El genio de
Palladio consiste en utilizar la estructura del templo antiguo para cubrir el patio de las
mansiones; en inventar un nuevo tipo de arquitectura que traslada al dominio de lo
profano las reglas de armonía utilizadas antes para glorificar lo sagrado. Palladio fue
uno de los grandes maestros capaces de elaborar una composición personal.
Cambio de lugares, cambio de funciones; aunque no por ello el espacio se inclinó
ante el objeto.
De golpe se comprende el sentido que atribuyo a ciertas búsquedas del Taller. La
utilización sabia del vidrio o de las estructuras metálicas nunca constituye un fin en sí
mismo. El vidrio, como el hormigón, no es más que un instrumento que permite
implantar en otra parte, y con todas las modificaciones indispensables, ese dominio
del espacio que se forjó en Florencia o Venecia. ...desearía, tal como lo consiguió el
maestro de Vicenza, dominar técnica y función para difundir algo más que ese
sentimiento mediterráneo de la arquitectura que hoy se nos escapa.
... elaboración del espacio no debe limitarse a la simple fantasía del arquitecto.
Para llegar a las raíces inconscientes de una comunidad y de nuestra voluntad de
trascendencia, debe inscribirse dentro de un proceso natural y aferrarse mediante
puntos de anclaje a nuestra memoria. Así pues, la exploración y utilización de la
naturaleza representan fuentes de inspiración fundamentales.
4. Lo lleno y lo vacío
La ciudad se aprehende ante todo con la mirada. Es un objeto visual, da lugar a
una percepción perpetuamente renovada. Más allá de las fuerzas técnicas y
funcionales que la influyen como proyectos superpuestos, es mediante el contacto
sensible, directo y tenaz como la vivimos a diario, mediante olores, ruidos, ante todo
mediante la diversidad de sus espacios. Recorriendo las calles, los patios, los pasajes,
nos medimos permanentemente con ella, y la relación que establecemos con sus
construcciones se modifica de modo continuo al ritmo de nuestros pasos. El
intercambio de sensaciones entre el espacio de la ciudad y los seres que la habitan
es materia prima de la vida urbana; a veces doloroso, jamás neutro, modela día a
día la existencia de los ciudadanos. Su comprensión es tan importante como la del
juego de las funciones urbanas. En vez de enfrentarse, la visión técnica y la visión
estética pueden y deben completarse una con otra.
...el espacio es el medio en tres dimensiones en el que vivimos, que delimita nuestra
libertad de desplazamiento y nuestro campo de visión. El espacio de una calle es el
volumen vacío que las fachadas delimitan a un lado y a otro de aquella,
enmarcando la mirada y limitando la superficie disponible al suelo. Vacío recortado
en el interior de la ciudad, el espacio es el sustrato privilegiado de las sensaciones
estéticas que hace nacer. Si el espacio no tiene calidad, la ciudad tampoco la
tendrá.
EL SENTIDO DEL ESPACIO URBANO
Hablar de la percepción espacial, de la facultad que tiene el hombre de
experimentar sensaciones estéticas en el universo urbano requiere algunas
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prevenciones: esta percepción no es independiente del individuo. Está sometida a
la paradoja de la apariencia urbana. Toda ciudad es, formalmente, un conjunto de
volúmenes llenos, de inmuebles y construcciones. Pero simétricamente, son los vacíos
y no los llenos, los espacios urbanos y no los volúmenes construidos, los que definen
los lugares y orientan nuestras percepciones. De ello resultan dos concepciones
irreductibles del urbanismo, según se le conceda prioridad a lo lleno o a lo vacío, al
ser o a la sensación.
Las condiciones de la percepción
...la percepción de la ciudad. ...toda relación con la ciudad es una relación íntima.
...dependen de las condiciones que pueden ser muy variables, independientemente
de la misma forma de la ciudad. ...la sensación depende tanto del objeto como del
sujeto. Lo que Einstein enunció en física con la teoría de la relatividad es igualmente
válido para la percepción de las ciudades: es el punto de vista del observador el
que determina la realidad. En la descripción relativista del mundo, dos observadores
en movimiento, uno con relación al otro no verán nunca realidad idéntica. De
manera similar, una ciudad revestirá rostros distintos, según las condiciones en las
que es percibida. Tres de estas condiciones son determinantes: la relación personal
entre ciudad y el individuo, las condiciones de luz y clima, y el movimiento en
relación al conjunto urbano.
La relación personal con la ciudad es determinante. La experiencia pasada influye
en nuestra percepción del a ciudad, y de los lugares que han sido testigos de
nuestras alegrías o de nuestras penas están marcados para siempre. Claro, los
sentimientos individuales no pueden guiar un urbanismo, una política urbana cuya
misma vocación está destinada a la mayoría. Pero la relación con la ciudad
comporta siempre un fuerte componente afectivo. La primera condición de calidad
de una intervención urbana será hacer que esta –relación sea lo más positiva
posible.
La mayor o menor familiaridad con una ciudad también determina la manera de
verla. Un visitante de paso no tendrá las mismas referencias de la ciudad que un
habitante veterano. ...como dice un proverbio chino: « Una casa no pertenece sólo
a quien la habita, sino también a quien la ve » El visitante reserva su atención para
los puntos visuales importantes, para los monumentos, las grandes plazas, los altos
edificios. ...en los planos turísticos las principales curiosidades sirven para orientarse
en la ciudad. En cambio, la aprehensión de la ciudad por un vecino es a menudo
más funcional que inmediatamente visual. ...preferirá tomar como referencias los
comercios, las líneas de transporte o los semáforos. ...su visión de la ciudad integrará
matices que el visitante de paso apenas puede percibir, como los diferentes status
sociales entre barrios. Colocados en un mismo lugar, el visitante y el habitante no
verán lo mismo.
Las condiciones externas, muy materiales e independientes de la psicología,
modifican el rostro de la ciudad, que podrá ser distinta según la hora del día, las
condiciones meteorológicas, la calidad de luz. La luz cambia el aspecto de una
ciudad, insensiblemente, pero a veces con tanto vigor como si la reconstruyeran por
entero.
Resumen tomados del libro: La ciudad del arquitecto., Bofill, Ricardo, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 1998. Prólogo de Eduardo Punset.
Únicamente para uso académico, no puede comercializarse. Resumen libre y no textual, preparado por Rafael Atehortúa Arroyave.- Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia.
Una de las mayores ilusiones del dibujo de arquitectura es presentar siempre sus
creaciones bajo un cielo límpido, envueltas por una suave luz de primavera. A la
arquitectura y al urbanismo les corresponde adaptarse a las condiciones de la vida
urbana, y no a la inversa. Las horas de sol, las de lluvia, el régimen de vientos y las
condiciones climáticas en general son parámetros determinantes en las formas
arquitecturales. Europa ha estado dividida entre países del norte con tejados en
punta y países del sur con tejados planos. La geometría del espacio siempre está
modificada por la luz y las sombras que lo alcanzan. El clima es uno de los factores
esenciales de la estética urbana.
...el movimiento influye en la percepción del peatón, el ciclista, el automovilista o el
usuario del metro sienten la ciudad que cruzan de modo radicalmente diferente.
Hasta el siglo XIX, sólo la mirada del peatón importaba. ...construían unas calles que
hoy nos parecen estrechas cuando están sometidas al estacionamiento y a la
circulación automovilística, pero cuya transformación en vías peatonales a veces les
ha devuelto su escala natural.
El peatón es sensible a los elementos del paisaje urbano que se modifican al ritmo
de sus pasos: a la amplitud de las fachadas y de las manzanas, a los comercios, al
mobiliario urbano. El automovilista tiene de la ciudad una percepción mucho
menos fina. Insensible a los detalles, la percibe más en la escala del barrio que en la
del inmueble o incluso de la manzana. Su velocidad le impide ver todo lo que es
transversal a su dirección. Sin embargo, el descubrimiento de la ciudad desde el
automóvil puede dar lugar a una sensación tan intensa como la del peatón. El
desfile de las fachadas, el rápido encadenamiento de las transiciones de un espacio
a otro, producen nuevos modos de percepción que el arquitecto puede querer
comparar.
Es paradójico pero se tiene en cuenta otro tipo de observador potencial, pese a no
estar muy presente en la realidad. El punto de vista aéreo, el que se tiene desde un
avión o un helicóptero, es el que adoptan las maquetas universalmente empleadas
para juzgar los proyectos de arquitectura o de urbanismo. Las maquetas no
permiten imaginar sino difícilmente un proyecto: a menudo ayudan a comprender
mejor la estructura y el funcionamiento, pero no el efecto producido en aquel que lo
contempla desde el suelo. Así una maqueta no permite advertir las leves diferencias
de nivel, el relieve de un parque o el declive de una calle. En cambio, corre el
riesgo de no expresar más que una coherencia ficticia.
La psicología del individuo, las condiciones climáticas, el movimiento y el punto de
vista: todo esto influye de manera decisiva en la percepción. ...lo que es percibido
es el espacio, los llenos y los vacíos de los que la ciudad está hecha. La estética
urbana es específicamente generadora de sensaciones de volumen, irreducible a la
forma plana de una representación en dos dimensiones, cuadro o fotografía.
Especificidad de la visión en el espacio
¿Por qué seguir hablando, de velocidad y de cambios acelerados, de formas
elementales, de llenos, de vacíos, de patios y de calles, de sentido del espacio,
nociones todas que podrían en un primer momento no estar ya de actualidad? ¿La
mutación radical de los modos de vida no las han vuelto caducas?
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No lo creemos. No se trata de analizar los fundamentos psicológicos de las
sensaciones estéticas que se pueden experimentar en un espacio urbano. Sólo
creemos que estas sensaciones, de orden psicológico y ancladas en lo más
profundo de nosotros mismos, no cambian tan de prisa como los modos de vida o los
marcos del pensamiento. El sentido puede muy bien ser nuevo, pero la percepción
permanece arcaica: así sucede tanto en la arquitectura como en las artes plásticas.
...nuestra percepción estética cambia muy poco. ...los objetos cambian, pero, en lo
esencial, la visión permanece idéntica.
Del mismo modo, el sentido del espacio es un fenómeno estable, que parece no
haber sufrido muchas mutaciones desde los zagalitos de Stonehenge o las pirámides.
Mientras la evolución técnica ha acortado realmente el tiempo, nosotros vivimos el
espacio de manera, tan arcaica como en el alba de la historia. Lo que ha
cambiado es el poder que detentamos sobre ese espacio: nuestros medios de
acción han sido multiplicados, las leyes de la gravedad son cada vez más fáciles de
desafiar. Pero las sensaciones que experimentamos han sido muy poco afectadas
por ello. El sentido del espacio depende del clima, del medio natural; no es el mismo
entre los sedentarios que entre los nómadas, en el bosque o en el desierto, en
Europa del Norte o en Europa del Sur. ...las variaciones han sido ínfimas. Un ejemplo,
el tamaño medio de las viviendas, la cantidad de espacio libre que un hombre
necesita para su vida cotidiana, no ha variado mucho desde los primeros vestigios
de casas conocidas, hace más de seis mil años.
...existe un dato fundamental de la visión del espacio en tres dimensiones, y en
particular el espacio urbano, que simultáneamente acciona dos modos de
percepción: la visión de lo hueco y lo visión en volumen. Estas formas
complementarias inducen las nociones de interior y de exterior, de apertura y cierre
que permiten una profunda comprensión de la realidad espacial urbana.
La percepción de lo lleno es preponderante en todas las formas de representación.
Una fotografía, o cualquier descripción bidimensional, es en general impotente para
dar la sensación del espacio vacío. ...escasos son los pintores que logran
comunicarlo, como Veronese, Velásquez o Vermeer. Su «perspectiva aérea»,
introduce variaciones infinitamente sutiles de nitidez de los detalles en función de la
distancia del observador, que sugieren la profundidad con una agudeza de la que
la fotografía es incapaz. En Las meninas, Velásquez utiliza esta perspectiva aérea
para materializar el espacio: cuanto más nos alejamos del plano del cuadro, más
borrosos son los contornos de las figuras y de los objetos, y la sensación de espacio
que de ello resulta es conmovedora. En arquitectura y urbanismo sucede lo mismo,
casi siempre el volumen está representado en los planos, alzados o maquetas,
mientras que el espacio vacío es a menudo el verdadero objeto de la obra: basta
pensar en las catedrales góticas, donde el vacío interior determina por entero la
forma llena exterior, y jamás a la inversa.
La importancia del vacío ha sido negada por la mayoría de los arquitectos del siglo
XX, en particular por Le Corbusier, que ha definido la arquitectura como «el sabio
juego, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz», olvidarlos significa, hacer
abstracción de la mitad de nuestras sensaciones, en realidad, es sentido más
intensamente, pues es aquel en el que se inscriben nuestra libertad de movimientos y
el campo de nuestra visión: los volúmenes que lo rodean existen menos por sí mismos
que por lo que delimitan, y le dan los contornos que definen su identidad. Es en este
Resumen tomados del libro: La ciudad del arquitecto., Bofill, Ricardo, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 1998. Prólogo de Eduardo Punset.
Únicamente para uso académico, no puede comercializarse. Resumen libre y no textual, preparado por Rafael Atehortúa Arroyave.- Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia.
espacio «en negativo» por donde evolucionan los habitantes de la ciudad; así pues
es él en principio, más que los volúmenes, quien determina por su forma y sus
proporciones la calidad de los lugares.
Según el urbanismo elija uno u otro de estos modos complementarios de
percepción, la ciudad presentará rostros radicalmente diferentes. ...se puede
asociar al lleno y al vacío dos arquetipos urbanos, entre los cuales los elementos
estructurales de la ciudad como son las calles y las plazas representan estados
intermedios que se inclinan más o menos a un lado o al otro... siguiendo las épocas y
las civilizaciones. Éstos son los bloques, para el espacio, y el patio, para el espacio
hueco.
Lo lleno y lo vacío: bloques y patios
El «bloque urbano», la «manzana de casas», es un volumen puro, que se puede
observar independientemente de todo lo que lo rodea. Para el urbanista, el bloque
puede ser considerado como el ladrillo fundamental de la ciudad, cuya
multiplicación, variación y ensamblado permiten componer – o describir – el
conjunto urbano, a la manera de un juego de cubos o de lego. Según su forma, los
espacios intercalados entre bloques serán llamados calles, avenidas, jardines o
plazas; los espacios libres en el interior de los bloques se llamarán patios, calles
interiores o pasajes. Pero, en todos los casos, el bloque es la unidad de referencia, y
los espacios vacíos que lo rodean no tienen en relación con él más que un papel
subordinado. ...así dos bloqueas adyacentes no tienen más razón de semejanza
que dos bloques alejados uno del otro – incluso si sus fachadas están enfrentadas.
...el urbanismo de bloque es, el de Berlín, el de la ampliación de Barcelona por
Cerdà o el Ringstrasse de Viena. Es más cómodo definir una división del territorio en
zonas cuando se puede distinguir fácil y espacialmente las manzanas residenciales,
industriales o comerciales: la unidad volumétrica llama a la unidad funcional.
Teorizada por primera vez por el alemán R. Baumeister, esta manera de hacer
ciudad sostiene casi todo el arte urbano del siglo XX. ...los bloques y torres de la
posguerra son formas extremas del objeto urbano autónomo, que sólo forma ciudad
mediante su multiplicación y yuxtaposición. El urbanismo de bloques no sólo
representa fracasos; lejos de ello Nueva York es otro modelo de ciudad construida
por bloques regulares. ... el bloque se ha convertido allí en la unidad tipo para medir
las distancias: así, un vecino dirá que se encuentra «a cinco bloques de su casa». Lo
que proporciona tanto una información espacial (1 bloque = 60 metros) como
temporal (1 bloque = un minuto de marcha).
El término patio designa para nosotros todos los espacios interiores, un patio es un
espacio cerrado, cercado por muros. ...puede ser un patio en el sentido propio, o
también un espacio parcialmente abierto, por ejemplo, una plaza en la que
desembocan varias calles pero que da la sensación de estar cerrada, pues no
ofrece una perspectiva despejada hacia el exterior.
El patio es pues el arquetipo de lo que hemos llamado el espacio hueco:
delimitado y definido por los volúmenes llenos que lo rodean, sin unirse con ellos pero
constituyendo un volumen disponible. Así, Central Park está encerrado entre altas
fachadas de los bloques que lo rodean por sus cuatro costados. Éstos, bien visibles
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desde el parque, permiten situarse y lo humanizan. ...puede verse como un patio en
la escala de la isla de Maniatan.
El «urbanismo de los patios» obedecerá a exigencias muy diferentes de las del
«urbanismo de los bloques»: conduce a preferir la coherencia de los espacios a la de
las masas, a considerar una visión desde el suelo más que la vista aérea, a velar por
la correspondencia de las fachas enfrentadas más que las caras opuestas de un
mismo bloque. ...tiende a suscitar lugares cerrados o semicerrados con volumen
interior bien definido, plazas o patios, calles con perfil bien delimitado. Este
«urbanismo de los patios» gobierna a menudo la forma de las ciudades, ciudades de
desarrollo espontáneo y donde el personaje del arquitecto-creador, responsable de
la totalidad de la ejecución de un edificio, aún no existía. Esto ocurre también en
ciertas medinas islámicas. ...en ellas no hay perspectiva despejada, sino todo lo
contrario: los patios de los palacios y de las mezquitas, y el espacio angosto de las
callejuelas, constituyen los elementos fuertes.
El arquitecto Camilo Sitte analizó en profundidad estos dos urbanismos, poniendo en
evidencia las diferencias de fondo entre las ciudades de su tiempo y las de la Edad
Media. ...es el primero en observar que numerosas plazas medievales aparecen
cerradas, debido a que fueron construidas con un plano en laberinto en la que
ninguna de las calles desemboca frente a otra: el ojo jamás puede tener más de
una perspectiva del exterior desde la plaza, lo que la hace parecer más encerrada
de lo que es en realidad. ...lo esencial es la atención dedicada al espacio vivido,
más que a la geometría abstracta del plano. Habría pues dos urbanismos, el de los
bloques, que sería un urbanismo de papel, de acuerdo a un dogma teórico, y el de
los patios, pragmático y concreto como es esas plazas medievales que analiza Sitte,
que ponen en primer plano el espacio tal como es percibido en lo cotidiano.
...la distinción entre patio y bloque no agota la riqueza de las sensaciones que
puede suscitar el espacio urbano. Éste no es solamente abierto o cerrado; posee
una dinámica que le es propia, una dimensión temporal que forma un contrapunto
con la dimensión espacial.
LA DINÁMICA URBANA
Para calificar el espacio urbano vamos a necesitar estar atentos a cualidades de
simetría, de dinámica, de escala, que muy a menudo estamos acostumbrados a
experimentar inconscientemente.
El espacio (vacío) o el volumen (lleno) no existen jamás solos. ...vacíos y llenos
mantienen siempre entre ellos una dialéctica más o menos compleja. Lo que con
frecuencia define el carácter de un lugar es, la articulación que se opera entre
llenos y vacíos, sus relaciones geométricas, el equilibrio que se establece entre
simetría y desorden, entre horizontales y volúmenes. Estas características formales,
mediante una singular correspondencia entre espacio y tiempo, dan a los lugares y
a los edificios un ritmo, una dinámica: formas fijas que parecen responder a una
secuencia temporal. Paul Valery supo expresar esta equivalencia en un texto,
Eupalinos o el Arquitecto: « Música y arquitectura tienen con nosotros este profundo
parentesco [...] quiero oír el canto de las columnas, e imaginarme en el cielo puro el
monumento de una melodía». La relación con el tiempo es un factor determinante
esencial de la arquitectura y del urbanismo.
Resumen tomados del libro: La ciudad del arquitecto., Bofill, Ricardo, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 1998. Prólogo de Eduardo Punset.
Únicamente para uso académico, no puede comercializarse. Resumen libre y no textual, preparado por Rafael Atehortúa Arroyave.- Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia.
Para continuar nuestro intento de redescubrir las sensaciones urbanas, vamos a
visitar conjuntos urbanos coherentes, lugares donde estas cualidades son muy
identificables: lugares elementales de alguna manera, porque su desarrollo ha sido
el fruto de una voluntad consciente y no del azar más o menos dirigido por una
evolución secular. Estos fragmentos de ciudad fueron pensados antes de existir, son
ellos los que van a permitir representarnos, hacernos presentes las reglas formales del
espacio tal como pueden, hoy, ser rehabilitadas.
La fuerza de la simetría
De todas las reglas, la simetría es la más anclada en el lenguaje corriente. Ha
experimentado una evolución accidentada: considerada durante mucho tiempo
como el criterio distintivo de la arquitectura de calidad, se ha encontrado
violentamente desacreditada como una convención sin fundamento. Sin embargo,
la noción conserva una fuerza estructurante sin igual, y su toma en consideración
continúa guiando a un buen número de nuestras elecciones estéticas.
Summetrˆa (symmetría): esta palabra ha tenido varias significaciones durante su
larga historia. En la Antigüedad, era la armonía de un conjunto «la correspondencia
recíproca entre las partes y el todo». Con Decartes y Newton, empiezan a ser
formalizadas las relaciones geométricas. ...entonces toma la significación que
conserva para nosotros: una correspondencia en relación a una línea vertical,
donde cada mitad del conjunto es el exacto reflejo del otro a través de un espejo
imaginario. De calidad global de composición, se convirtió en un puro criterio
geométrico; pero ha conservado su connotación positiva y ha permanecido
asociada a un ideal de calidad estética.
En el origen de la simetría en arquitectura o en urbanismo existe la natural simetría
del cuerpo humano, es así una forma de encarnación del hombre en la materia
inerte. La simetría tranquiliza, permite orientarse y ordena a su manera el caos del
universo. ...desde la aparición de la arquitectura en Irak y en Egipto, la simetría
gobierna el plano de los primeros templos. ...la arquitectura romana lleva la simetría
a sus manifestaciones más grandiosas.
El academicismo del siglo XIX transformó el rigor de la composición simétrica en una
rigidez hasta arbitraria, olvidando así que la pureza geométrica queda subordinada
a una visión completa y concreta del espacio. El orden geométrico no puede ser
completamente ignorado en los grandes trazados urbanos. Lo que no ha querido o
no ha podido comprender es que la simetría no es nada cuando está sola. Ella es
sólo una de las cuerdas que puede hacer vibrar un proyecto urbano, para inspirar a
unos lugares una identidad y una dinámica.
Ritmos del espacio urbano
Los espacios de la ciudad poseen muy a menudo una dinámica propia que les es
conferida por su forma general, la composición de sus fachadas y muchos otros
detalles. El ritmo de la ciudad es un mecanismo que transforma un conjunto
espacial en sensación temporal, que cambia la materia estática de la ciudad en un
espacio dinámico, igual que la poesía imprime un movimiento rítmico al texto escrito.
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El ritmo de las fachadas, aparte de su anchura, depende de su misma composición,
acentuada por la alternancia de horizontales y verticales: las líneas verticales
estrechan, las horizontales ensanchan. Tales consideraciones que hoy pueden
parecer algo académicas representaban para los arquitectos de la época lo
esencial de su oficio.
Escala humana, escala urbana
La simetría, el ritmo urbano: dos cualidades del espacio de la ciudad que
condicionan la relación entre éste y el hombre que vive en él. Pero no hay relación
positiva si existe desproporción entre ambos. Que la escala urbana responda a la
escala humana: condición indispensable para un urbanismo de calidad.
La consideración de la escala es, el signo distintivo de la arquitectura. Mientras las
formas geométricas, el círculo, el rectángulo, se conservan en un cambio de
dimensión (dilatación o contracción), nada tiene que ver con la arquitectura, que
no pueda ser agrandada a voluntad «Todo cambia con el espesor. La forma no se
limita a seguir, simplemente, crecimiento. Ni la solidez de los materiales ni los
órganos de dirección lo soportarían. Si una cualidad de las cosas crece según la
razón aritmética, las demás crecen de distinto modo», anotaba Paul Valery. Esta
«no-inmutabilidad de escala», tiene explicaciones totalmente mecánicas. El
equilibrio de las fuerzas que se ejercen en el seno de un edificio, pesadez y
resistencia de los materiales, depende del tamaño; varían con éste. Por ejemplo, la
realización de una mesa con cuatro patas no representa una gran hazaña; pero
agrandarla quince veces, se convierte en el pabellón de Francia en la Exposición de
Sevilla, y en una hazaña arquitectural y técnica. Al revés que en la maqueta, al
reducir las dimensiones, la contemplamos impotente para describir adecuadamente
un proyecto urbano. La sensibilidad de la escala es el elemento clave de la
percepción arquitectural.
Las ciudades más antiguas estaban a escala del hombre por necesidad. No había
riesgo de desmesura cuando técnicamente, las casas apenas podían tener uno o
dos pisos. El problema empezó cuando la presión territorial y el progreso de las
técnicas de construcción hicieron crecer los inmuebles en altura, y la ciudad en
anchura: en Roma, ciertas casas llegaban a tener hasta diez pisos.
Este modelo se ha vuelto universal, donde la necesaria densidad introduce
permanentemente el riego de estar fuera de escala. ...cuando la escala se
rompe...ya no se pueden establecer una relación armoniosa: es por eso que el estar
fuera de escala es el más temible enemigo de la ciudad. Es la dislocación de dos
mundos, el divorcio entre el hombre y la ciudad. Aquel que no encuentra en ésta
señales a su medida no puede amarla. Por latas que sean las construcciones, por
anchas las avenidas y las plazas, es necesario un elemento de unión entre su
dimensión y la dimensión invariable del ser humano.
...estar fuera de escala puede ser a veces un efecto voluntario. ...la pirámide de
Keops, el coloso e Rodas, el faro de Alejandría, el templo de Artemisa en Éfeso, son
de escala gigantesca. ...Etienne-Louis Boullée soñaba y dibujaba monumentos en los
que el hombre se habría sentido más ínfimo que una hormiga, como ese «cenotafio
de Newton» tan inútil como sublime. Hoy, los nuevos materiales – por ejemplo, los
cristales de alto coeficiente de reflexión – permiten ocultar las divisiones entre los
Resumen tomados del libro: La ciudad del arquitecto., Bofill, Ricardo, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 1998. Prólogo de Eduardo Punset.
Únicamente para uso académico, no puede comercializarse. Resumen libre y no textual, preparado por Rafael Atehortúa Arroyave.- Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia.
pisos y hace del fuera de escala una pauta arquitectural que anula toda subdivisión
de fachadas. La torre ELF en la Défense aparece como un puro monocristal de
doscientos quince metros de altura. No hay ninguna relación definida con la
dimensión del cuerpo humano, en este caso es lo que crea su fuerza arquitectural.
Lo que puede ser bueno para la arquitectura no siempre lo es para el urbanismo. Es
necesario saber cómo atenuar la ruptura si se debe respetar una continuidad de
escala.
Construir en altura quiere decir apilar pisos. El Coliseo, en Roma tiene valor de
modelo: cuatro pisos, casi idénticos, pero con una sutil variación de los órdenes
arquitectónicos que crea una jerarquía entre ellos. Dórico en el primer nivel, jónico
en el segundo, corintio en el tercero. Es una primera respuesta: yuxtaponer unos
pisos sobre otros, cada uno a escala el hombre.
Pero entre estar fuera de escala y la interacción de la escala humana en la
superposición de los órdenes, la historia de las formas indica una alternativa: la
introducción e una escala de transición. Los grandes pilares de la plaza del
Capitolio, que permiten una transición entre la escala de cada piso y la de todo el
espacio urbano, han hecho escuela. ...la introducción de una escala de transición
para preservar la unidad del espacio urbano, debemos hoy reinventarlo para la
arquitectura de nuestro tiempo, para que ésta deje de producir objetos aislados,
demasiado grandes, sin contexto, que repelen el sentido urbano en vez de
suscitarlo.
Esta imprescindible aunque necesaria transición aparece como el principio mismo
de la inserción urbana armoniosa, no sólo entre escalas sino también entre lugares
distintos de la ciudad: un edificio o un barrio nuevo sólo pueden integrarse
correctamente en esta condición de respetar ciertos vínculos, si no la arquitectura
nueva aparece agresiva, se percibe como un desgarro en el entorno construido.
Sobre todo hemos considerado hasta aquí unos conjuntos tomados aisladamente:
ahora bien, no existen fragmentos de ciudad que puedan insertarse en un contexto
urbano preexistente.
CIUDAD IDEAL, CIUDAD REAL
...los espacios urbanos reales son rara vez de una pureza perfecta, ya se trate de su
geometría o de su estilo. Las ciudades tienen esta especificidad en relación a otras
creaciones humanas: son por esencia complejas, porque su desarrollo se inscribe
siempre en la duración. Incluso la ciudad mejor planificada se aparta siempre, al
cabo de diez o veinte años, del esquema inicial previsto para ella. Esta variabilidad
temporal se traduce directamente en una ausencia de homogeneidad espacial. En
la ciudad coexisten conjuntos construidos en épocas diferentes y por consiguiente
extraños, los unos de los otros. Es lo que define su identidad y su carácter.
...la creación urbana sólo puede pensarse en relación con el contexto, el
preexistente, el antiguo. No se trata de copiar servilmente unas formas antiguas:
nacidas en circunstancias superadas. Se trata de intentar comprender lo que
excluye o, lo que hace posible una integración armónica de tiempos históricos
distintos, salvaguardando la identidad del espacio de la ciudad.
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De las limitaciones a lo posible
El mantenimiento de esta identidad pasa a menudo por la definición de reglas de
urbanismo generales para todos. La identidad urbana es algo demasiado serio para
ser confiada únicamente a los arquitectos. Entre estos elementos reglamentables
de la creación urbana, los más fundamentales son aquellos que determinan el
exterior del volumen en hueco del espacio urbano, ese volumen que, es la materia
prima de la ciudad. Éstos son la continuidad y el alineamiento de las fachadas, así
como la línea de los tejados.
La continuidad de las fachadas define y ordena el espacio de la calle: el plano
vertical que define el hilo conductor entre unos edificios que, sin alineamiento, sólo
serían adyacentes. Este plano es fondo del espacio hueco; suprimirlo es quitar a éste
su coherencia. El alineamiento es un poderoso integrador de épocas diferentes:
establece continuidad... jamás excluye la variedad. Lo importante en el
alineamiento es garantizar la unión de fachada con fachada.
...no respetar el alineamiento pone a menudo en peligro la coherencia del espacio
urbano. Innumerables calles parisienses han perdido su carácter debido a rupturas
de continuidad entre fachadas, con la esperanza de incrementar progresivamente
el espacio vial, los ensanchamientos fueron suprimidos dejando fracturas en el
espacio de las calles y tristes remates ciegos.
Los pies en el suelo
El suelo es otra de las caras del espacio en hueco de la ciudad, con igual
importancia que las fachadas y la bóveda celeste, pero su función en la percepción
de la ciudad es diferente. Es a la vez un plano de referencia con relación a niveles
superpuestos de la ciudad y un lugar de vida y circulación. El suelo, es en principio
un plano de referencia que sirve de espejo a los edificios que lo rodean. En la plaza
del Capitolio de Roma: el dibujo en estrella del suelo de la plaza integra los palacios
en un conjunto dinámico que parece como si rotara alrededor de la estatua de
Marco Aurelio, colocada en el centro geométrico del conjunto. El empedrado
participa así de una metáfora del universo antiguo, en el que el emperador está en
el punto estable alrededor del cual se ordena el remolino del mundo. ... es un éxito
estético, que oficia de aglutinante entre los edificios, fraguándose así la unidad del
espacio. ...el empedrado y el tratamiento del suelo son sin duda tan importantes
como los palacios mismos.
Hoy, el nivel del suelo natural ha dejado de ser tan evidente. En la Defénse, el suelo
natural ha sido literalmente escamoteado, para dar lugar a un sistema de referencia
doble, un nivel para los coches y otro para los peatones,...la desaparición del «nivel
cero» engendra un profundo sentimiento de malestar.
Del mismo modo que las direcciones del espacio y sus puntos de referencia, el nivel
del suelo natural contribuye de manera decisiva a la apropiación de la ciudad por
sus habitantes. A menudo, es grande la tentación de resolver los problemas de la
ciudad, y en particular los problemas de circulación, combinando las vías y los
niveles superpuestos. Pero, cuando tales soluciones se hacen indispensables, la
inteligencia de la percepción espacial exige subrayar el nivel que desempeña el
Resumen tomados del libro: La ciudad del arquitecto., Bofill, Ricardo, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 1998. Prólogo de Eduardo Punset.
Únicamente para uso académico, no puede comercializarse. Resumen libre y no textual, preparado por Rafael Atehortúa Arroyave.- Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia.
papel del suelo natural: el error de la Défense, en el cual varios niveles diferentes
están asimilados al suelo natural, cosa profundamente desestabilizante para el
visitante y aún para aquellos que frecuentan el lugar regularmente. Si se trata el
pavimento superior como nivel principal, sería necesario dar al usuario la impresión
de que los niveles inferiores son subterráneos, para que el todo volviera a ser
inteligente.
Así pues, el suelo, poderoso elemento de identidad, es uno de los medios de crear
un vínculo, entre esos tiempos diferentes de los que está hecha una ciudad a través
de sus edificios.
El arte de la transición
Pocos arreglos urbanos son conjuntos unitarios, fruto de un único pensamiento
director: tales lugares existen pero siempre son la excepción en toda ciudad, en las
nuevas como en las antiguas. La disparidad de formas de la plaza de San Marcos,
reunión de construcciones añadidas a lo largo de siglos, es más corriente que la
unidad arquitectónica del Capitolio, surgida directamente del cerebro de Miguel
Ángel.
...para reencontrar esa unidad, se puede adaptar el espacio urbano al nuevo
edificio. En el siglo XVIII, Soufflot, el arquitecto del Panteón, previó una plaza
rodeada de columnas como complemento indispensable de su obra. Cien años
más tarde, Hittorf concibió igualmente los Hôtels Maréchaux según un modelo único,
para enmarcar el Arco del Triunfo de l’Étoile y dar unidad a la plaza. El monumento
no podía concebirse aislado, era necesario que su entorno le correspondiera y le
diera relieve. Pero raros son los casos en tal coherencia es posible, y casi todas las
construcciones nuevas se insertan en un entorno preexistente, deseado o no, A los
arquitectos les gusta considerar sus creaciones como obras autónomas, que
encuentran en sí mismas su finalidad y su justificación, pero al hacer esto, corren el
riesgo de desestructurar completamente el entorno, que se anula en la mente pero
no en la realidad.
Así pues, la preocupación por la continuidad urbana es la del tránsito entre los
edificios y los espacios concebidos según lógicas diferentes y, muy a menudo, según
escalas diferentes.
La arquitectura debe adaptarse a la ciudad. ... la problemática de la integración de
los nuevos proyectos en la ciudad: sea cual sea la voluntad de innovación y de
coherencia de los arquitectos, sólo pueden insertar sus creaciones armoniosamente
si retomamos parcialmente los ritmos, las formas, las escalas del entorno preexistente.
Por supuesto, el urbanismo no tiene como único objeto la integración. Su meta
última no es la uniformización progresiva de los fragmentos de ciudad, sino destacar
el surgimiento de una imagen coherente de ésta, que le dé su identidad de ciudad
y le evite convertirse en una reunión caótica de lugares indiferenciados, pues la
finura de la percepción que hemos descubierto en la relación del hombre con el
espacio urbano se extiende a escalas más grandes, y también vale para una ciudad
tomada en su globalidad.
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5. Perspectivas
Tengo la convicción de que las ciudades no van a uniformizarse, porque los hombres
hacen las ciudades a su imagen, y esta imagen no es igual en todas partes porque
los hombres son en todas partes diferentes. Los Japoneses construyen de acuerdo
con lo que creen debe ser una ciudad. Igualmente las ciudades americanas, son el
espejo de un modelo que cada americano lleva dentro.
Los modelos urbanos son diversos porque la manera en que los hombres perciben el
espacio, ese espacio en tres dimensiones en el que vivimos, está íntimamente ligado
a su cultura, a su civilización. Varía de un individuo a otro, pero mucho más de un
pueblo a otro. Por ese motivo no existe un modelo que sea mejor que todos
los demás en absoluto.
Lo norteamericano y lo europeo
No puede haber una visión del espacio a escala humana en las ciudades
norteamericanas: es precisamente su gigantismo lo que causa lo que causa la
fascinación de Nueva York o de Chicago. Pero incluso [ellas] son atípicas, porque
a pesar de su gigantismo, por ellas se puede pasear a pie. La verdadera ciudad
americana, es Los Ángeles, Houston o Miami, donde los desplazamientos se hacen
en coche debido a las distancias. ... toda percepción del espacio está diluida.
En Europa, el sentido del espacio es algo capital, más abstracto al norte, más sensual
en el sur. ...el arte de la perspectiva nació y se desarrolló en Europa. Debido a esto
el urbanismo es un arte local: no hay recetas que se puedan aplicar en todas partes
sin discernimiento.
La ciudad europea es un lugar de integración, en el que la gente y los artesanos se
codean de manera muy próxima. La iglesia se eleva ala lado del palacio, el
palacio es vecino del taller, de la tienda, del hospital. ...la estricta separación de las
funciones deseada por la división del territorio en zonas nos es insoportable. Los
americanos pueblo más joven, puede aceptar situaciones de segregación de las
actividades, también de las poblaciones.
Las ciudades americanas no son sólo más grandes por su escala, obedecen a una
estructura diferente: un barrio de negocios hiperdenso con una serie de rascacielos,
y alrededor ciudades-dormitorio, una para cada grupos social, a las que regresan
cada noche para habitar su casita individual. Europa tiene su propia tradición
arquitectónica y urbana, que le proporciona los elementos de respuesta a partir de
los cuales se puede construir la ciudad de mañana.
La ciudad europea
Los elementos constructivos de la ciudad europea son, tres. Primero, la mezcla de
funciones. Segundo, la referencia de la escala humana, que equivale al
humanismo, al respeto profundo por el individuo. Y tercero, la calidad y la estética
de los espacios públicos. La ciudad europea se define por los lugares vividos en
común. El análisis desarrollado sobre la percepción del espacio, en volumen y en
hueco, sobre la dinámica, los ritmos, la escala, todo esto es válido ante todo para
Europa.
Resumen tomados del libro: La ciudad del arquitecto., Bofill, Ricardo, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 1998. Prólogo de Eduardo Punset.
Únicamente para uso académico, no puede comercializarse. Resumen libre y no textual, preparado por Rafael Atehortúa Arroyave.- Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia.
La mezcla de las funciones, la escala humana. El espacio público: éstos son tres
principios generales, muy sencillos y, muy estables y adaptables. Las formas viven su
vida. ...los principios generales son más duraderos que las formas que pueden
suscitar.
...no porque existan especificidades locales es necesario cerrarse a las influencias
exteriores. Éstas siempre son benéficas, a condición de no ser hegemónicas. Los
americanos, buscan crear en sus ciudades barrios céntricos, a la europea, con
calles, plazas y patios. El principio japonés de la coexistencia en un mismo lugar de
casas muy bajas y rascacielos, puede ser adaptado a [otros] lugares.
Los problemas de las ciudades
Aunque muchas ciudades del mundo están en dificultades, no se puede hablar de
crisis mundial. ...tener en cuenta la realidad siempre reduce el campo de acción.
Pero para el arquitecto, es una obligación saludable. La creación, para
proyectarse en el futuro, debe alimentarse siempre de la tradición, se quiera o no.
La historia tiene pues una influencia fecundadora, al tiempo que es una exigencia.
El urbanismo es así: muchos parámetros impuestos, bloqueados, y unos grados e
libertad que es necesario saber identificar. El urbanismo consta de aspectos
cualitativos y cuantitativos. Los cualitativos: la ocupación y el aprovechamiento del
suelo, la legibilidad de la estructura urbana, la calidad de los espacios y los
ambientes, el bienestar o malestar de los ciudadanos en su ciudad. También existen
parámetros cuantificables, como la seguridad, la polución, las aglomeraciones, el
tiempo medio pasado en transportes. Por supuesto, el urbanista únicamente tiene
poderes limitados, para bien o para mal, pero es una ardua responsabilidad. ...la
analogía con la economía es, porque tanto la ciudad como una economía, son
objetos que tienen una inercia increíble y que pueden sufrir evoluciones muy rápidas
e irreversibles.
Los centros urbanos, son el lugar d conflicto, de tensión: porque es el lugar más
denso y el mejor comunicado de la ciudad; tiene tendencia a acumular los males, la
criminalidad, la inseguridad. Si se abandona el centro a sí mismo, los habitantes que
tienen medios partirán hacia los alrededores para escapar a estos problemas, y éstos
no harán más que empeorar. Un buen día, incluso las empresas abandonarán el
centro a pesar de sus buenas comunicaciones, y ese día no quedará más que un
gueto. ...es lo que sucede en muchas ciudades de Estados Unidos, donde la ley del
mercado actúa casi sin restricciones. En Europa, no podemos aceptar esto, es
necesario que la colectividad intervenga en los centros para conservar su atractivo.
Actualmente esta acción sólo se lleva a cabo en los corazones históricos...las
ciudades no se modernizarán si se actúa sólo sobre estos centros. El trabajo de
valorización habrá que hacerlo sobre todos los núcleos secundarios que se esparcen
y estructuran los alrededores.
Nuestras ciudades son de todos modos demasiado grandes para tener un solo
centro vivo. Necesitan una jerarquía, con centros de distinta gradación. Puede
suceder que estos «centros de periferia» ya existan, pero lo habitual es que estén por
crear o por transformar. ...renunciar a esta jerarquía, que en la ciudad debe
pensarse como un modo de caos y como destrucción de los antiguos órdenes. ...hay
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que luchar para darán sentido a la ciudad, para combatir su tendencia espontánea
hacia el desorden y la indiferenciación.
La cuidad es memoria, un lugar donde el pasado está conservado, donde revive
siempre que se quiera mirar bien, y que se enriquece permanentemente mediante
nuevas aportaciones. Por ello cuando el Taller trabajó en ciudades nuevas intentó
crear lugares que fueran portadores de cierta memoria. ...cerca de París, la situación
es mucho más confusa, hay que hacer un trabajo de recomposición para que la
periferia deje de ser lo que es hoy: un territorio sin forma, sin memoria ni identidad,
completamente dominado por la ciudad intramuros.
Los suburbios
Hay un ejemplo actual: el Gran Estadio en Saint-Denis. Era una ocasión soñada.
Había que crear un gran equipamiento, en un lugar de las afueras, descuidado y
próximo a varios barrios «de riesgo». Justo enfrente, está el centro histórico de Saint-
Denis, con sus viejas calles y su basílica gótica. Lo tenía todo para tener éxito:
buenas comunicaciones, un lugar que podría volverse atractivo, y fuerte presencia
del pasado, de la memoria. Allí se habría podido hacer algo estructurante, que
habría dado un sentido a todo un sector. Existían ejes que había que resaltar,
trazados por descubrir, una comunidad que se podía volver a edificar entre París y
Saint-Denis. ...este asunto tuvo el mérito de mostrar que un auténtico urbanismo era
posible, incluso en la periferia más difícil.
Las ciudades son los crisoles de la ciudadanía. ...porque son reuniones
suficientemente densas para crear sentimiento de identidad, y al mismo tiempo
suficientemente flexibles para permitir la afirmación de la libertad. Sólo las ciudades
aseguran este equilibrio entre dos tendencias opuestas. Más unida, la sociedad se
volvería opresiva; más desligada, arriesgaría el regreso al estado natural donde a
falta de una pertenencia común, cada uno se sorprende siendo el enemigo de
todos.
Analizadas bajo este ángulo, los suburbios no son una parte periférica de la ciudad,
son lo opuesto de la ciudad. El aislamiento impuesto a sus habitantes, el anonimato
de su existencia cotidiana, la ausencia de relaciones de vecindario, el coche
individual, el supermercado impersonal, los lleva al estado de la naturaleza, donde
todo es posible, comenzando por la violencia. El modo de vida actual en la periferia
va al encuentro de una verdadera ciudadanía.
Se dice que nuestra sociedad es cada vez más individualista, que las personas están
cada vez más aisladas. Es verdad, pero esto no puede y no debe ser una fatalidad.
El urbanismo tiene un gran papel. Un niño que vive en una casa de la periferia
apenas tiene elección, pasar el tiempo en casa y mirar la televisión, si el espacio
público fuera más atractivo quizá iría a la calle a jugar con otros niños. El dinamismo
de la ciudad, la armonía de sus espacios, no es un factor de identidad abstracto. Es
algo que, empuja a salir de casa, a encontrarse con otras personas,... empuja a
construir una comunidad urbana renovable.
...la acción del urbanista no resolverá todos los problemas de las periferias. Las
tragedias de la marginación, de la falta de trabajo, la exclusión de ciertas
comunidades, no van a desaparecer de un día para otro porque el entorno
Resumen tomados del libro: La ciudad del arquitecto., Bofill, Ricardo, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 1998. Prólogo de Eduardo Punset.
Únicamente para uso académico, no puede comercializarse. Resumen libre y no textual, preparado por Rafael Atehortúa Arroyave.- Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia.
construido sea más hermoso y más amable. Hay lugares que son magníficos en el
plano urbano, donde no obstante existe marginación. Estos problemas sociales son
demasiado vastos, demasiado complejos para ser resueltos mediante una única
solución, aun cuando la solución urbana sea en verdad una e las más completas.
...la ciudad es el reino de la larga duración, del largo plazo. Lo que decidimos
construir ahora surgirá no antes de dos años, y empezará a funcionar con un ritmo
permanente, en diez años. Hay que esperar mucho tiempo para juzgar el éxito o el
fracaso de una operación. Las grandes opciones de urbanismo no aportan
mejoramientos a corto plazo. ...una reparación del suelo y el mobiliario urbano
puede mejorar en cierta medida el espacio público sin tocar lo construido.
...mientras más degradada esté la situación de un barrio, más pesada será la
inversión urbana y más necesario será aplicarla junto a otras acciones económicas y
sociales orientadas en el más corto plazo. Por ello no se hará nada sin una buena de
dosis voluntarismo. Aunque el derecho de vivir en la ciudad tiene ese precio.
El urbanismo democrático
Ha llegado la hora de concebir las ciudades o los barrios nuevos dejando hablar a
aquellos que serán sus habitantes, en lugar de querer imponerles una dicha ajena.
El urbanismo deberá ser más respetuoso con los valores urbanos, con ese sentido de
la ciudad y del espacio que hemos intentado esclarecer a lo largo de estas páginas:
tener en cuenta los intereses de la gente, realizar un compromiso, es también tener
en cuenta su visión del espacio.
...un urbanismo fundado en la concertación puede ser hermoso, pues corresponde
a la verdad de la sociedad contemporánea.
¿A que se parecerá el nuevo urbanismo? Difícil de decir, hablamos de urbanismo y
no de arquitectura: un trazado, un marco en el que la arquitectura pueda florecer.
Habrá una gran variedad de respuestas. Pero hay una cosa segura: el urbanismo
será más sutil y más complejo que aquel que lo precedido. Las ideas demasiado
sencillas no se sostienen. Como habrá sido concebido por sus habitantes, la escala
humana estará presente, el hombre podrá sentirse más fácilmente en casa.
El papel de cada cual
Es necesario que el estado proporcione los medios de acción en la política de la
ciudad, tal como ha proporcionado los medios de ordenación del territorio.
En Montpellier hemos velado para que el nuevo barrio Antigone, tuviera los espacios
públicos atractivos y familiares: los niños juegan en las plazas, a la gente le gusta
entretenerse, no hay problemas de inseguridad. Se han implantado comercios y
empresas, y el barrio es muy dinámico en el plano económico.
Y no es utópico pensar que el urbanismo pueda convertirse en un tema de debate
nacional. En Barcelona, hemos logrado esta evolución. A principios de los años
setenta, no había pensamiento urbano en Cataluña. Las arterias mayores de la
ciudad eran desfiguradas por una arquitectura agresiva, de cemento y cristal
ahumado. Y luego, poco a poco, unas voces empezaron a elevarse, para que
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Barcelona recuperara su calidad de vida de antaño. La gente se dio cuenta de
que los métodos de especulación inmobiliaria salvaje no los hacían felices. El
urbanismo, el mejoramiento de la ciudad, se convirtió en tema principal.
Arquitectos-urbanistas supieron traducir estas ideas en realizaciones y el rostro de
Barcelona se ha transformado. Primero mediante un «micro-urbanismo» hecho de
operaciones puntuales de mejora de los espacios públicos, de arreglo de plazas,
avenidas, muelles. Luego mediante una reflexión sobre la ciudad en su conjunto,
que condujo a abrirla al mar y crear unas «áreas de nuevos centros» para
reequilibrarla. Resultado de esta evolución es que hoy el urbanismo interesa a todo
el mundo en Barcelona.
A nivel individual, la calidad de la ciudad es calidad de la vida; el urbanismo
determina el marco de la existencia diaria de cada uno de los habitantes de las
grandes ciudades. A nivel colectivo, hemos analizado la cuestión urbana como
plataforma de infraestructura.
Finalmente
Lo que más me ha marcado – en cuanto a la ciudad – es la resolución del equilibrio
entre lo individual y lo social, entre la obligada creatividad y la necesidad de todos
de una ciudad habitable. Y esto plantea muchos problemas. Yo, como arquitecto y
urbanista, debo recorrer los pasos de la antropología filosófica de Cassier y
atenerme a ellos si quiero desarrollar una acción determinada en la realidad. Debo
armarme de paciencia y negociar con esa realidad, con sus poderes públicos y con
mucha gente para quienes los valores de la inteligencia y de la estética no tienen
una entidad cabal. Porque estos valores, representan un perfil elitista –subjetivo– de
la condición humana que, increíblemente, se plasma en realidades hermosas y
lúcidas.
Solo la inteligencia y la estética que, son valores poco asibles, deben,
paradójicamente, dar razón de los gestos que un artista realiza para actuar sobre el
mundo. Eso sí, a condición de que ambos criterios se encuentren en equilibrio con el
bien común. Entre utopía y la protervia existe un enorme campo de acción, que el
artista debe aprovechar para cambiar la vida, para cambiar la realidad. Este
problema me sumió en grandes perplejidades, para encontrar la semilla de la
ponderación, de lo posible. El enfrentamiento entre el yo y el otro debe ser
necesariamente «templado», armónico, pero no por ello menos apasionado.
Tenemos dos mundos frente a nosotros, un mundo hecho y un mundo por hacer. Un
mañana que no viviremos y en unas obras que sobrepasarán los términos de la
duración humana. Hacia allá camina el pensamiento, hacia esos hombres que aún
no existen y que juzgarán nuestras obras con menos complacencia que nosotros. Así
como decidimos en un momento cambiar nuestro alrededor, así también ese
alrededor nos arropa y consuela con certidumbres y aleja muchas dudas y titubeos,
prefigurando en nosotros, una ciudad prístina e ideal, la ciudad del arquitecto, en
la que seguiremos creyendo. »