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“AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA

CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD “

UNIVERSIDAD NACIONAL DE PIURA


Facultad de Ingeniería Industrial

TEMA

SÓCRATES Y NIETZSCHE

AUTORES
 SEMINARIO JIMÉNEZ FRANK KENNEDY
 VILELA FARÍAS EDSON PIERO
 YOVERA ROMAN ROLIN STEWAR
 MEDINA RETO OMAR ERICK
 ZAPATA MEDINA PIERRE EDUARDO

DOCENTE

 Mg. Irene Merino Flores

AÑO

2019

Piura, Perú
INDICE

1. INTRODUCCION ..................................................................................................................... 1
2. CUERPO ................................................................................................................................. 2
2.1.Sócrates ............................................................................................................................... 2
2.1.1. El método socrático..................................................................................................... 3
2.1.2. La mayéutica ............................................................................................................... 3
2.1.3. La filosofía de Sócrates ................................................................................................ 4
2.2. Friedrich Nietzsche ............................................................................................................. 6
2.2.1. La Crítica a la cultura occidental ..................................................................................... 6
2.2.1.1. Crítica a la moral. ......................................................................................................... 6
2.2.1.2. Crítica a la religión cristiana. ........................................................................................ 7
2.2.1.3. Crítica a la filosofía tradicional. .................................................................................... 7
2.2.2. Lo dionisiaco y lo apolíneo .......................................................................................... 7
2.2.3. El eterno retorno ......................................................................................................... 8
2.2.4. La transmutación de los valores tradicionales: el nihilismo. ...................................... 8
2.2.5. La moral de los señores ............................................................................................... 9
2.2.6. El superhombre ........................................................................................................... 9
3. CONCLUSIONES ................................................................................................................... 11
4. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS ........................................................................................... 12
5. ANEXOS ............................................................................................................................... 13
1. INTRODUCCION

La presente, se llevó a cabo a través de un plan de trabajo y una búsqueda de


información, la cual nos proporcionó el contenido para su desarrollo.
Sabido es que Sócrates ha marcado una historia a través de los siglos gracias
a su pensamiento y método de enseñanza, yendo en contra de muchos
pensadores y reglas establecidas en su época.
Su manera de enseñar era el diálogo y en realidad no creía ser portador del
saber, por el contrario plantea su saber en base a aquello que no sabe con su
emblemática frase sólo sé que no sé nada.
Por otro lado Nietzsche filósofo, poeta, músico y filólogo alemán del siglo XIX,
considerado uno de los filósofos más importantes de la filosofía occidental, nos
muestra su pensamiento haciendo una crítica de la cultura, la religión y
la filosofía occidental mediante la genealogía de los conceptos que las integran,
basada en el análisis de las actitudes morales (positivas y negativas) hacia la
vida. Este trabajo afectó profundamente a generaciones posteriores
de teólogos, antropólogos, filósofos, sociólogos, psicólogos, politólogos, historia
dores, poetas, novelistas y dramaturgos.
Nietzsche es el filósofo de la Voluntad de Poder; captó en este concepto (que
entendió fundamental para explicar el estado actual del mundo) la fuerza, el
impulso; de la creación y de la satisfacción; la alegría y el deseo de poder.
El trabajo tiene como obejtivo ……………………………………tiene como finalidad
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2. CUERPO

2.1.Sócrates
(Atenas, 470 a.C. - id., 399 a.C) Filósofo griego. Pese a que no dejó ninguna obra
escrita y son escasas las ideas que pueden atribuírsele con seguridad, Sócrates es
una figura capital del pensamiento antiguo, hasta el punto de ser
llamados “presocráticos” los filósofos anteriores a él. Rompiendo con las
orientaciones predominantes anteriores, su reflexión se centró en el ser humano,
particularmente en la ética, y sus ideas pasaron a los dos grandes pilares sobre los
que se asienta la historia de la filosofía occidental: Platón, que fue discípulo directo
suyo, y Aristóteles, que lo fue a su vez de Platón.

Pocas cosas se conocen con certeza de la biografía de Sócrates. Fue hijo de una
comadrona, Faenarete, y de un escultor, Sofronisco, emparentado con Arístides el
Justo. En su juventud siguió el oficio de su padre y recibió una buena instrucción;
es posible que fuese discípulo de Anaxágoras y de la escuela de Pitágoras.
Aunque no participó directamente en la política, cumplió ejemplarmente con sus
deberes ciudadanos. Sirvió como soldado de infantería en las batallas de Samos
(440), Potidea (432), Delio (424) y Anfípolis (422), episodios de las guerras del
Peloponeso en que dio muestras de resistencia, valentía y serenidad
extraordinarias. Fue maestro y amigo de Alcibíades, militar y político que cobraría
protagonismo en la vida pública ateniense tras la muerte de Pericles; en la batalla
de Potidea, Sócrates salvó la vida a Alcibíades, quien saldó su deuda salvando a
Sócrates en la batalla de Delio.

Con los bienes que le dejó su padre al morir pudo vivir modesta y austeramente,
sin preocupaciones económicas que le impidiesen dedicarse al filosofar. Se tiene
por cierto que Sócrates se casó, a una edad algo avanzada, con Xantipa, quien le
dio dos hijas y un hijo. Cierta tradición ha perpetuado el tópico de la esposa
despectiva ante la actividad del marido y propensa a comportarse de una manera
brutal y soez. En cuanto a su apariencia, siempre se describe a Sócrates como un
hombre rechoncho, con un vientre prominente, ojos saltones y labios gruesos, del
mismo modo que se le atribuye también un aspecto desaliñado.

La mayor parte de cuanto se sabe sobre Sócrates procede de tres


contemporáneos suyos: el historiador Jenofonte, el comediógrafo Aristófanes y el
filósofo Platón. Jenofonte retrató a Sócrates como un sabio absorbido por la idea
de identificar el conocimiento y la virtud, pero con una personalidad en la que no
faltaban algunos rasgos un tanto vulgares. Aristófanes lo hizo objeto de sus sátiras
en una comedia, Las nubes (423), donde es caricaturizado como engañoso artista
del discurso y se le identifica con los demás representantes de la sofística, surgida
al calor de la consolidación de la democracia en el siglo de Pericles. Estos dos

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testimonios matizan la imagen de Sócrates ofrecida por Platón en sus Diálogos, en
los que aparece como figura principal, una imagen que no deja de ser en
ocasiones excesivamente idealizada, aun cuando se considera que posiblemente
sea la más justa.

2.1.1. El método socrático

Contra el relativismo de los sofistas, cuya escuela era la más prestigiosa en aquel
momento, Sócrates opuso el punto de vista contrario: creía en la existencia de
verdades absolutas y accesibles a la razón, no sólo en temas físicos, sino también
morales y políticos. Una de las innovaciones de Sócrates consistió en centrar la
reflexión filosófica en el ámbito de la vida humana, inaugurando así la filosofía
antropológica y colocando a la ética en un lugar central. El método de Sócrates
consistía en preguntar constantemente a sus conciudadanos acerca de todas las
cuestiones, especialmente aquellas de orden moral. En casi todos los diálogos
platónicos se formula una pregunta (por ejemplo: ¿qué es la virtud?) y los
interlocutores exponen sus puntos de vista, que siempre son opuestos. Guiados
por las preguntas socráticas, los interlocutores terminan finalmente por reconocer
sus contradicciones y por llegar a una definición del concepto sobre el que
discuten. Este método consta de dos partes; la ironía y la mayéutica. La ironía es
la primera parte, en la que se investiga el asunto a tratar a través de las preguntas.
La palabra “mayéutica” hace referencia al arte de las comadronas, que ayudan a
parir a las mujeres embarazadas (oficio que la madre de Sócrates desempeñaba).
Así, la mayéutica socrática consistía en ayudar a “alumbrar” o “hacer parir” la
verdad.
Sócrates comenzaba todas sus investigaciones con un reconocimiento de su
propia ignorancia (sólo sé que no sé nada), algo que ya le diferenciaba, desde el
inicio de cada diálogo, de sus interlocutores, la mayoría sofistas, que afirmaban
tener una respuesta a cada cuestión planteada. Como Sócrates partía de un
supuesto estado de ignorancia, no trataba de imponer un determinado punto de
vista, sino que se limitaba a interrogar a sus oponentes para que ellos mismos
reconocieran sus propios errores y llegaran a la conclusión correcta.

2.1.2. La mayéutica
Al parecer, y durante buena parte de su vida, Sócrates se habría dedicado a
deambular por las plazas, mercados, palestras y gimnasios de Atenas, donde
tomaba a jóvenes aristócratas o a gentes del común (mercaderes, campesinos o
artesanos) como interlocutores para sostener largas conversaciones, con
frecuencia parecidas a largos interrogatorios. Este comportamiento correspondía,
sin embargo, a la esencia de su sistema de enseñanza, la “mayéutica”.

El propio Sócrates comparaba tal método con el oficio de comadrona que ejerció
su madre: se trataba de llevar a un interlocutor a alumbrar la verdad, a descubrirla
por sí mismo como alojada ya en su alma, por medio de un diálogo en el que el

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filósofo proponía una serie de preguntas y oponía sus reparos a las respuestas
recibidas, de modo que al final fuera posible reconocer si las opiniones iniciales de
su interlocutor eran una apariencia engañosa o un verdadero conocimiento.

En sus conversaciones filosóficas, al menos tal y como quedaron reflejadas en


los Diálogos de Platón, Sócrates sigue, en efecto, una serie de pautas precisas
que configuran el llamado diálogo socrático. A menudo comienza la conversación
alabando la sabiduría de su interlocutor y presentándose a sí mismo como un
ignorante: tal fingimiento es la llamada ironía socrática, que preside la primera
parte del diálogo. En ella, Sócrates proponía una cuestión (por ejemplo, ¿qué es la
virtud?) y elogiaba la respuesta del interlocutor, pero luego oponía con sucesivas
preguntas o contraejemplos sus reparos a las respuestas recibidas, sumiendo en
la confusión a su interlocutor, que acababa reconociendo que no sabía nada sobre
la cuestión.
Tal logro era un punto esencial: no puede enseñarse algo a quien ya cree saberlo.
El primer paso para llegar a la sabiduría es saber que no se sabe nada, o, dicho de
otro modo, tomar conciencia de nuestro desconocimiento. Una vez admitida la
propia ignorancia, comenzaba la mayéutica propiamente dicha: por medio del
diálogo, con nuevas preguntas y razonamientos, Sócrates iba conduciendo a sus
interlocutores al descubrimiento (o alumbramiento) de una respuesta precisa a la
cuestión planteada, de modo tan sutil que la verdad parecía surgir de su mismo
interior, como un descubrimiento propio.

2.1.3. La filosofía de Sócrates


Al prescindir de las preocupaciones cosmológicas que habían ocupado a sus
predecesores desde los tiempos de Tales de Mileto, Sócrates imprimió un giro
fundamental en la historia de la filosofía griega, inaugurando el llamado periodo
antropológico. La cuestión moral del conocimiento del bien estuvo en el centro de
las enseñanzas de Sócrates. Como se ha visto, el primer paso para alcanzar el
conocimiento consistía en la aceptación de la propia ignorancia, y en el terreno de
sus reflexiones éticas, el conocimiento juega un papel fundamental. Sócrates
piensa que el hombre no puede hacer el bien si no lo conoce, es decir, si no posee
el concepto del mismo y los criterios que permiten discernirlo.

El ser humano aspira a la felicidad, y hacia ello encamina sus acciones. Sólo una
conducta virtuosa, por otra parte, proporciona la felicidad. Y de entre todas las
virtudes, la más importante es la sabiduría, que incluye a las restantes. El que
posee la sabiduría posee todas las virtudes porque, según Sócrates, nadie obra
mal a sabiendas: si, por ejemplo, alguien engaña al prójimo es porque, en su
ignorancia, no se da cuenta de que el engaño es un mal. El sabio conoce que la
honestidad es un bien, porque los beneficios que le reporta (confianza, reputación,
estima, honorabilidad) son muy superiores a los que puede reportarle el engaño
(riquezas, poder, un matrimonio conveniente).

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El ignorante no se da cuenta de ello: si lo supiese, cultivaría la honestidad y no el
engaño. En consecuencia, el hombre sabio es necesariamente virtuoso (pues
conocer el bien y practicarlo es, para Sócrates, una misma cosa), y el hombre
ignorante es necesariamente vicioso. De esta concepción es preciso destacar que
la virtud no es algo innato que surge espontáneamente en ciertos hombres,
mientras que otros carecen de ella. Todo lo contrario: puesto que la sabiduría
contiene las demás virtudes, la virtud puede aprenderse; mediante el
entendimiento podemos alcanzar la sabiduría, y con ella la virtud.

De este modo, la sabiduría, la virtud y la felicidad son inseparables. Conocer el


bien nos lleva a observar una conducta virtuosa, y la conducta virtuosa conduce a
la dicha. La felicidad no radica en el placer (la ética socrática no es hedonista), a
no ser que se considere como placer algo mucho más elevado: la íntima paz y
satisfacción que produce la vida virtuosa. En palabras de Sócrates citadas por
Jenofonte, ningún placer supera al de «sentirse transformado en mejor y contribuir
al mejoramiento de los amigos». La vida virtuosa lleva al equilibrio y a la perfección
humana, a la libertad interior y a la autonomía respecto a lo que nos esclaviza, y
mediante ella se consigue la paz del alma, el gozo íntimo imperturbable, la
satisfacción interior que nos acerca a lo divino.

Sin embargo, en los Diálogos de Platón resulta difícil distinguir cuál es la parte de
lo expuesto que corresponde al Sócrates histórico y cuál pertenece ya a la filosofía
de su discípulo. Sócrates no dejó doctrina escrita, ni tampoco se ausentó de
Atenas (salvo para servir como soldado), contra la costumbre de no pocos filósofos
de la época, y en especial de los sofistas. Si, como parece, las ideas éticas antes
expuestas son del propio Sócrates, su filosofía se sitúa en la antípodas del
escepticismo y del relativismo moral de los sofistas (Protágoras, Gorgias), pese a
lo cual, y a causa de su pericia dialéctica, pudo ser considerado en su tiempo
como uno de ellos, tal y como refleja la citada comedia de Aristófanes.
Con su conducta, Sócrates se granjeó enemigos que, en el contexto de
inestabilidad en que se hallaba Atenas tras las guerras del Peloponeso, acabaron
por considerar que su amistad era peligrosa para aristócratas como sus discípulos
Alcibíades o Critias; oficialmente acusado de impiedad y de corromper a la
juventud, fue condenado a beber cicuta después de que, en su defensa, hubiera
demostrado la inconsistencia de los cargos que se le imputaban. Según relata
Platón en la Apología que dejó de su maestro, Sócrates pudo haber eludido la
condena, gracias a los amigos que aún conservaba, pero prefirió acatarla y morir,
pues como ciudadano se sentía obligado a cumplir la ley de la ciudad, aunque en
algún caso, como el suyo, fuera injusta; peor habría sido la ausencia de ley. La
serenidad y la grandeza de espíritu que demostró en sus últimos instantes están
vivamente narradas en las últimas páginas del Fedón.

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2.2. Friedrich Nietzsche

2.2.1. La Crítica a la cultura occidental

Según Nietzsche, la cultura occidental está viciada desde su origen, porque el error más
peligroso de todos consiste en intentar instaurar la racionalidad a toda costa. El error de la
filosofía griega habría sido la invención del "estatismo del ser" (Parménides) y del "bien en si"
(Platón). La manera griega de ver el mundo, es interpretada por Nietzsche como un síntoma de
decadencia. Es decadente todo aquello que se opone a todos los valores del existir instintivo y
biológico del hombre. Hay que criticar a Platón para eliminar los errores de base; se trata de
una crítica total a los tres mundos que son inventados por el hombre occidental y que son
síntomas de su decadencia: El mundo racional, el mundo moral y el mundo religioso.

2.2.1.1. Crítica a la moral.

Uno de los argumentos fundamentales de Nietszche era que los valores tradicionales
(representados en esencia por el cristianismo) habían perdido su poder en las vidas de las
personas, lo que llamaba nihilismo pasivo. Lo expresó en su tajante proclamación "Dios ha
muerto". Estaba convencido que los valores tradicionales representaban una "moralidad
esclava", una moralidad creada por personas débiles y resentidas que fomentaban
comportamientos como la sumisión y el conformismo porque los valores implícitos en tales
conductas servían a sus intereses. Nietzsche afirmó el imperativo ético de crear valores nuevos
que debían reemplazar los tradicionales, y su discusión sobre esta posibilidad evolucionó hasta
configurar su retrato del hombre por venir, el 'superhombre' (übermensch).

El error de la moral tradicional se caracterizaría por su antinaturalidad, ya que impone leyes e


imperativos que van en contra de los instintos primordiales de la vida. Además, el ideal de esta
moral es el imperio de la virtud, o "hacer al hombre bueno", aunque sealmente convierta al
hombre en esclavo de esa ficción.

La moral cristiana se consolidaría para Nietzsche como valor supremo, valor que no está en
este mundo. La moral tradicional, pues, postula otro mundo, que es el mundo del más allá o de
la perfección platónica, y por tanto, los valores que han prevalecidos hasta ahora son ficticios,
propios de los débiles.

El moralista desprecia todos los valores del yo, siendo el altruismo la norma suprema de
conducta. El altruismo es entregarse a los demás sin esperar nada a cambio. El altruismo no es
más que una justificación de decadencia personal.

En conclusión : la lógica de esta moral consiste en una alteración de la personalidad, porque


considera que lo poderoso y lo fuerte es algo suprahumano y en cambio lo débil y lo vulgar es
propio del hombre. Las acciones elevadas no son propias del hombre sino de otro yo más
perfecto que se denomina Dios.

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2.2.1.2. Crítica a la religión cristiana.

Dice Nietzsche que la religión nace del miedo y del horror que el hombre tiene de si mismo. Se
trata de la incapacidad de asumir uno su propio destino.

Cuando al hombre le invade un sentimiento de poder y teme quedar avasallado por el,
mediante un mecanismo de defensa patológico, lo atribuye a otro ser más poderoso que es
Dios. Y es que la religión nos llevaría a la alienación del hombre, puesto que el cristianismo
sólo fomenta valores mezquinos como la obediencia, el sacrificio o la humildad, sentimientos
propios del rebaño. El cristianismo sería para el filósofo una moral vulgar, que se opone a
todos los valores específicos de la virtud.

2.2.1.3. Crítica a la filosofía tradicional.

Su principal crítica está dirigida a la Metafísica clásica. La filosofía tradicional sería


principalmente la que creó Platón al afirmar la existencia de un mundo absoluto o perfecto;
pero esto es considerar al ser como algo estático o inmutable, frente al ser dinámico que
defendiese Heráclito.

Pero sus reproches también apuntan a la Lógica, representante de las pretensiones


racionalistas que hasta ahora ha tenido la tradición filosófica. Para el lógico, la verdad se
opone al error y Nietzsche rechaza esta oposición alegando la existencia de errores irrefutables
y verdades contradictorias. No atacará en general a la ciencia, sino más bien al mecanicismo y
al positivismo que con tanto éxito se consolidan en su época.

2.2.2. Lo dionisiaco y lo apolíneo


A través de la distinción de dos principios fundamentales, lo apolineo y lo dionisiaco, Nietzsche
ofrece una interpretación del mundo y la filosofía griega que tendrá un gran alcance en el
pensamiento contemporáneo, sobre todo en la estética y la literatura del siglo xx.

Los dos dioses griegos, Apolo y Dionisios, serán los representantes de esta original visión. El
primero representa la serenidad, claridad, la medida y el racionalismo, es la imagen clásica de
Grecia. Dionisios, sin embargo, es lo impulsivo, lo excesivo, lo desbordante, la afirmación de la
vida, el erotismo y la orgía como culminación de este afán de vivir, es decir sí a la vida a pesar
de todos sus dolores. La influencia de Schopenhauer cambia de signo y en lugar de la negación
de la voluntad de vivir, Nietzsche pone esa voluntad en el centro de su pensamiento.

"La verdad es aquella clase de error sin la que una determinada especie de seres vivos no
podrían vivir. El valor para la vida es lo que decide en última instancia". El platonismo
consistiría también en una cierta forma de voluntad de poder, consistente en defenderse del
cambio y la transformación de este mundo mediante la noción de un Universo imaginario o
suprasensible. Sin embargo, se opone a la postura de Nietzsche, ya que considera la verdad
como única e inmutable. Según éste, la filosofía platónica ha dado un valor desproporcionado
a los conceptos, provocando la aparición de un mundo ilusorio y falso que ha ignorado lo vital.

Hay que ser, por lo tanto, conscientes del valor relativo que tienen los conceptos. El proceso
de formación de un concepto para Nietzsche supone que una sensación pasa a una imagen

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mediante una metáfora intuitiva, y de la imagen se pasa al concepto mediante la fijación de
esta metáfora. Por lo tanto, el lenguaje tiene un valor metafórico, resultado de un proceso
creativo y estético, pero siempre tiene una verdad o validez relativa. No nos va a permitir
captar la verdad de una forma absoluta, sino tan sólo superar el caos que produce en nuestra
mente el intento de captar aquello que es de por sí cambiante.

La filosofía occidental, encabezada por Platón y Aristóteles reprimió los planteamientos


dionisíacos para ofrecer una visión del mundo apolista. Frente a esto, Nietzsche niega los
ideales apolíneos y reclama el triunfo de los ideales dionisíacos mediante la utilización
metafórica del lenguaje como expresión de la voluntad de poder. La negación de los ideales
apolíneos implica la negación del principio de individuación, expresado en el platonismo por la
idea de uno y sustituida en el cristianismo por la idea de Dios. Si negamos a Dios, negamos al
uno, y si negamos la idea de uno, negamos los ideales apolíneos y afirmamos la multiplicidad
dionisíaca, de tal manera que cada cual pueda expresar su propia verdad y sus propios dioses.

2.2.3. El eterno retorno

Nietzsche depende en cierta medida del positivismo de la época y, a la vez que niega la
posibilidad de la Metafísica, representa la pérdida de la fe en Dios y de la inmortalidad del
alma. Esta vida que se afirma, que pide siempre ser más, que pide eternidad en el placer,
volverá una vez y otra.

Pero el aspecto temporal de la vida, tan exitoso entre los románticos alemanes, es el eterno
retorno de las cosas que ya se encontraba en las enseñanzas de Heráclito: Cuando están
realizadas todas las combinaciones posibles de los elementos del mundo, quedará todavía un
tiempo indefinido por delante, y entonces volverá a empezar el ciclo y así indefinidamente.
Todo lo que sucede en el mundo se repetirá igualmente una y otra vez, todo se repetirá
eternamente y con ello todo lo malo y lo miserable.

En este horizonte de tiempos futuros por elaborar desde lo ya dado aparece una de las figuras
fundamentales del pensamiento nietzscheano, el "superhombre". El hombre puede ir
transformando al mundo y puede transformarse a sí mismo mediante una transformación de
todos los valores, encaminándose hacia esa alegórica figura.

2.2.4. La transmutación de los valores tradicionales: el nihilismo.

La cultura europea ha llegado a su propia ruina, a la decadencia, hay que liberar al hombre de
todos los valores falsos, devolviéndole el derecho a la vida y a la existencia, dice Nietzsche.
Para ello, el 1er paso debe consistir en una transmutación de todos los valores de nuestra
cultura tradicional.

Así, el nihilismo no consiste en una teoría filosófica o en una proposición teórica, sino que es
un movimiento propio de nuestra cultura. La fuerza del espíritu de occidente, cansado y
agotado por los valores inadecuados y falsos de su "verdadero mundo" se vuelve nihilista.
<<¿Qué significa nihilismo?, que se desvalorizan los más altos valores, falta la meta y falta la
respuesta al por qué>>. El nihilismo del espíritu occidental es radical y absoluto, y una vez
perdida la fe en el "verdadero mundo", la cultura se queda sin sentido, sin guía o meta
aparente, entonces se llega a la decadencia o al pesimismo.

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Por lo tanto, el nihilismo es una fuerza destructora de la base de la cultura occidental, es decir,
de ese Dios cristiano en el que se apoya la moral y el conocimiento del hombre: <<¿Dónde se
ha ido Dios ?, yo os lo digo, nosotros lo hemos matado, todos nosotros somos sus asesinos. Lo
único que permanece en Dios muerto son la iglesias>>.

2.2.5. La moral de los señores

Nietzsche tiene especial enemistad con las éticas kantiana del deber, la utilitarista y sobre todo
con la ética cristiana y valora, por el contrario, la vida sana, fuerte, impulsiva y con voluntad de
dominio. Todo lo débil, enfermizo y fracasado es malo, pero definitivamente, la compasión es
el peor mal.

Distingue dos tipos de moral :

- Moral de los señores : la de las individualidades poderosas que tienen superior vitalidad y
vigor para consigo mismas. Es la moral de la exigencia y de la afirmación de los impulsos
vitales.

- Moral de los esclavos : la de los débiles y miserables, la de los degenerados ; regida por la
falta de confianza en la vida, porque valoran la compasión, la humildad y la paciencia. Es una
moral del resentido, que se opone a todo lo superior y que por eso afirma todos los
igualitarismos.

2.2.6. El superhombre
Piensa Nietzsche que el hombre es un ser miserable e inmundo, un ser a medio hacer, un
puente entre la bestia y el superhombre, un paso de la pura animalidad a la superhumanidad.
Es su destino, pero en su recorrido evolutivo poco ha sido todavía lo alcanzado: <<Habéis
evolucionado del gusano al hombre, pero todavía hay mucho de gusano en vosotros>>.

El hombre es como una enfermedad en el universo, y es el único animal que todavía no ha


llegado a consolidarse. La vida humana conlleva un grave riesgo: o vencer al hombre mediante
la superación, o volver a la animalidad primitiva. Mientras todos los animales han producido
algo superior a ellos, el hombre se resiste a evolucionar, no quiere abandonar lo valores del
pasado y dar un nuevo sentido a la humanidad. Está pues, a diferencia del animal, vuelto al
futuro y concibe ideales, cuenta destinos. Pues bien, habría según Nietzsche tres versiones del
ideal humano: El ideal estético, donde el ideal humano es interpretado como tragedia, donde
se armonizan lo dionisiaco y lo apolineo. Lo dionisiaco representa la embriaguez desenfrenada
de vivir y lo apolineo representa la armonía de forma y el resplandor de la belleza. Pero
también el ideal científico, que concibe el ideal humano como sabiduría: el hombre sabio
conoce la realidad del mundo con todas sus miserias, y por eso afirma enérgicamente la vida.
Por último, el mayor ideal, el superhombre, donde se integra y sintetiza el radical cambio de
valores que propone Nietzsche.

De acuerdo con Nietzsche, las masas (a quien denominaba "rebaño", "manada" o


"muchedumbre") se adaptan a la tradición, mientras su superhombre utópico es seguro,
independiente y muy individualista. El superhombre siente con intensidad, pero sus pasiones

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están frenadas y reprimidas por la razón. Centrándose en el mundo real, más que en las
recompensas del mundo futuro prometidas por las religiones en general, el superhombre
afirma la vida, incluso el sufrimiento y el dolor que conlleva la existencia humana. Su
superhombre es un creador de valores, un ejemplo activo de "eticidad maestra" que refleja la
fuerza e independencia de alguien que está emancipado de las ataduras de lo humano
"envilecido" por la docilidad cristiana, excepto de aquéllas que él juzga vitales.

Nietzsche sostenía que todo acto o proyecto humano está motivado por la "voluntad de
poder". La voluntad de poder no es tan sólo el poder sobre otros, sino el poder sobre uno
mismo, algo que es necesario para la creatividad. Tal capacidad se manifiesta en la autonomía
del superhombre, en su creatividad y coraje. Aunque Nietzsche negó en multitud de
oportunidades que ningún superhombre haya surgido todavía, cita a algunas personas que
podrían servir como modelos: Sócrates, Jesucristo, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel,
Shakespeare, Goethe, Julio César y Napoleón.

Para llegar al superhombre, el hombre europeo tiene que autosuprimirse, y este proceso
debería pasar por tres fases :

- El camello es el símbolo del hombre europeo actual, que todavía está impregnado de la moral
de esclavos y que soporta el peso de la carga con paciencia.

- El león en cambio es el símbolo del hombre revolucionario, el que se levanta contra la moral
de los esclavos. A su vez, el león después de romper las cadenas de la esclavitud tiene que
transformarse en niño.

- El niño simboliza la pureza e inocencia de la infancia, desde la que se recrea la nueva tabla de
valores.

El superhombre representa, pues, esa nueva tabla de valores: el amor a la vida, el sentido de la
Tierra y la exaltación de los instintos ascendentes. El hombre para convertirse en superhombre
ha de expulsar de su interior a Dios. No se trata de una divinización del hombre, sino todo lo
contrario, una sustitución de Dios por el superhombre, de tal forma que éste se convierta en
un ser con plenitud de poder y de dominio sobre sí y sobre los demás. Pero esta
transformación requiere, según Nietzsche, de una voluntad de dominio, de agresión y de
sentimientos hacia lo ajeno, la "voluntad de poder".

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3. CONCLUSIONES

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4. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

 https://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/socrates.htm
 https://desomedi.wixsite.com/filosofia/single-post/2014/01/12/S%C3%B3crates-El-
m%C3%A9todo-socr%C3%A1tico

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5. ANEXOS

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