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1
F. FLANNERY; C. SHANTZ; R. WERLINE (eds.), Experientia, 1. Inquiry into Religious Experience in Early
Christianity, Society of Biblical Literature, Atlanta, 2008, 2.
2
J. DUNN, Jesus and the Spirit: A Study of the Religious and Charismatic Experience of Jesus and the First
Christian as Reflected in the New Testament, SCM, Philadelphia-Westminster, 1975; L.T. JOHNSON,
Religious Experience in Earliest Christianity: A Missing Dimension in the New Testament Studies, Fortress
Press, Minneapolis, 1998; J. ASHTON, The Religion of Paul the Apostle, Yale University Press, New Haven
and London, 2000; L. HURTADO, Religious Experience and Religious Innovation in the New Testament, The
Journal of Religion 80 n.2 (2000) 183-205; C. TIBBS, Religious Experience of the Pneuma. Communication
with the Spirit World in 1 Corinthians 12 and 14, WUNT 2. Reihe, Mohr Siebeck, Tübingen, 2007. T.
GARCÍA HUIDOBRO, Experiencias religiosas y conflictos en el IV Evangelio, Verbo Divino, Estella, 2012.
3
FLANNERY; SHANTZ; WERLINE, (eds.), Experientia, I; C. SHANTZ; R. WERLINE. (eds.), Experientia 2,
Linking Text and Experience, Society of Biblical Literature, Atlanta, 2012; L. NASHRALLAH; C., BAKIRTZIS;
S. FRIESEN (eds.), From Roman to Early Christian Thessalonike. Studies in Religion and Archaeology,
Hardvard University Press, Cambridge, 2010.
2
contexto ritual y la relación entre emoción y lenguaje religioso.4 Existe una amplia variedad
de ensayos sobre las formas en que las emociones religiosas se han desarrollado tanto en las
grandes tradiciones religiosas como el budismo, el cristianismo y el islam como también en
otras experiencias religiosas.5 En la investigación del tema en el Nuevo Testamento, a
excepción de los estudios que vinculan emoción y crítica retórica6 o las pasiones y el
progreso moral en comparación con los filósofos griegos,7 el estudio de las emociones en el
cristianismo primitivo apenas ha comenzado.8 Respecto a 1Tes hay dos artículos pioneros
sobre cómo Pablo usa convenciones retóricas al uso para motivar la emoción de gratitud
como medicina para calmar la ansiedad de los creyentes,9 y otro, desde las ciencias sociales
estudia la relación entre escatología y emociones, particularmente el dolor y el duelo por
los seres queridos muertos.10 Este trabajo ensayará una aproximación a las emociones
religiosas, desde las ciencias sociales, en la sección 1Tes 1, 4-10.
4
J. CORRIGAN; E. CRUMP; J.M KLOOS, Religion and Emotion: A Critical Assessment and Annotated
Bibliography, Greenwood Publishing Group, 2000. CORRIGAN, J., Religion and Emotion: Approaches and
Interpretations, Oxford University Press, New York, 2004.
5
J. CORRIGAN (ed.), The Oxford Handbook of Religion and Emotion, Oxford Handbooks, 2008.
6
T. OLBRIGHT; J. L. SUMNEY (eds.), Paul and Pathos, SBL, Atlanta, 2001.
7
D. AUNE, Passions in the Pauline Epistles: The Current State of Research, en FITZGERALD, John. (ed.),
Passions and Moral Progress in Greco-Roman Thought, Routledge, London-New York, 2008.
8
S. VOORWINDE, Jesus’ Emotions in the Fourth Gospel: Human o Divine, Bloomsbury Academic, 2005; M.
ELIOTT, Faithfull Feelings: Rethinking Emotion in the New Testament, Kregel, Grand Rapids, 2006.
9
M. WHITENTON, “Figuring Joy: Gratitude as Medicine in 1Thessalonians 2, 1-20,” Perspectives in Religious
Studies 39.1 (2012) 15-20.
10
S. BARTON, “Eschatology and the Emotions in Early Christianity,” JBL 130 (2011) 571-591
11
J. CORRIGAN (ed.), Religion and Emotion: Approaches and Interpretation, Oxford University Press, 2004,
7-10.
3
12
J. CORRIGAN, J., Introduction: Emotions Research and the Academic Study of Religion, en J. CORRIGAN
(ed.), Religion and Emotion, 3-31.
13
M. ROSALDO, “Towards an Anthropology of Self and Feelings,” en SHWEDER, Richard A.; LEVINE, Robert
A. (eds.), Culture Theory: Essays on Mind, Self and Emotion¸ Cambridge University Press, Cambridge, 1984,
137-138.
14
GARCÍA HUIDOBRO, Experiencias religiosas, 25.
15
E. MIQUEL, Qué se sabe de…El Nuevo Testamento desde las ciencias sociales, Verbo Divino, Estella,
2011, 202.
16
O. RIIS; L. WOODHEAD, A Sociology of Religious Emotion, Oxford University Press, Oxford, 2010.
4
17
RIIS-WOODHEAD, Introduction, 12-13.
18
Ibid, 22.
19
Ibid, 27.
5
20
M. NUSSBAUM, Paisajes del pensamiento: la inteligencia de las emociones, Editorial Paidós, Barcelona,
2008, 21-22. (original en inglés: Upheavals of Thought, Cambridge University Press, Cambridge, 2001)
21
RIIS-WOODHEAD, A Sociology, 30.
22
Ibid, 31.
23
Ibid, 10-12; 47-51.
6
los otros y sobre sus circunstancias más amplias. Educan y estructuran la sensibilidad no
solo en relación a los deberes y tareas cotidianos sino a lo largo del curso de la vida y
ayudan a navegar a través de las crisis. De este modo, en lugar de caracterizar la emoción
religiosa como sentimiento o estado mental de asombro, estremecimiento y fascinación
(Rudolph Otto), o como el sentimiento individual de dependencia (William James) o como
sentido de paz y calma asociado con la espiritualidad, se la puede comprender en términos
de las relaciones socio culturales que ayuda a constituir.
24
S. VIDAL, El primer escrito cristiano. Texto bilingüe y comentario de 1Tesalonicenses, Sígueme,
Salamanca, 2006, 15 y 17.
25
Ibid, , 16.
26
C. DOUGLAS, “Look both Ways: Studying Emotion in Ancient Greek”, Critical Quarterly, vol. 50, n° 4, 46.
27
NUSSBAUM, Paisajes, 22-23.
7
Esta historia de relación con los objetos valiosos y relevantes se desarrolla, desde el
punto de vista retórico, en la narratio (1Tes 1, 4-10).28 Los acontecimientos fundantes de la
predicación (1,5) -la conversión (1,9) y la expansión del evangelio en la región en medio de
conflictos y dificultades (1,6-8)- implican grandes cambios sociales vividos a través de
diversas relaciones intersubjetivas de transformación, expresadas en términos de un proceso
originante y expansivo (1, 5-7).29 Las nuevas relaciones surgidas ante la llegada del
evangelio origina y produce cambios en la trama de relaciones sociales: una nueva
asociación en la ciudad con relaciones de tipo familiar entre los predicadores y los
tesalonicenses (1,5) y procesos de liderazgo a través de la imitación del Señor y los
apóstoles que conducen a la expansión del evangelio en toda la región de Macedonia y
Acaya. A partir del modelo propuesto, se podría plantear que el repertorio emocional
enunciado en 1Tes 1,4-10 describe la experiencia socio religiosa como un todo integrado de
interacciones entre los creyentes y la sociedad greco romana, entre los creyentes y el
evangelio y entre el evangelio y la sociedad. Tres dimensiones de relaciones
intrínsecamente vinculadas (a nivel micro individual, social medio y macro social) que solo
se desagregan a los fines analíticos. Se podría enunciar de la siguiente manera:
a) En un contexto generalizado de profundo pesimismo en la sociedad greco
romana,30 las emociones religiosas que experimentaron los tesalonicenses ante la llegada
del evangelio a la ciudad (1,5) -certidumbre y plenitud y gozo y alegría del Espíritu Santo-
dan cuenta de la inteligencia emocional individual impregnada de juicios éticos de valor
positivo sobre el reordenamiento social que proponía el evangelio. Las nuevas creencias y
prácticas enseñadas por Pablo, Silvano y Timoteo subvirtieron la incertidumbre y ansiedad
que permeaba las instituciones de la sociedad antigua (la familia, la polis, el imperio). En el
contexto de diversidad de expectativas, creencias, exigencias y oportunidades que ofrecían
los cultos existentes (al emperador; a numerosas deidades masculinas y femeninas: como
Dionisio y el popular Cabirus, las diosas Afrodita y Artemisa, y los cultos egipcios muy
populares a la diosa Isis y Serapis),31 estas emociones vinculadas a la escatología cristiana
evidencia la aceptación del marco cognitivo evaluativo constitutivo del régimen emocional
28
B. WITHERINGTON, 1 and 2 Thessalonians. A Socio-Rhetorical Commentary, Eerdmans Publishing and Co.,
Grand Rapids, Michigan, 2006, 60.
29
W. HACKENBERG, gi,nomai, DENT I, 744-746.
30
L. G. BLOOMQUIST, “Subverted by Joy in Paul’s Letter to the Philippians,” Interpretation (2007) 270-282.
31
Ch. EDSON, “Cults of Thessalonica,” Harvard Theological Review XLI n° 3 (1948) 153-204.
8
distintivo del evangelio y la palabra del Señor. Los indicadores retóricos “bien sabéis” y
“recordáis” (1,4.6) apuntan a mantener viva la memoria de la experiencia vivida;32 así
refuerzan el paisaje emocional que los tesalonicenses ya están “viviendo y actuando de
manera correcta.”33 Los cambios experimentados a nivel individual tienen su correlato
grupal en la resocialización innovadora a partir del abandono de las afiliaciones
socioreligiosas previas, la conversión al Dios vivo y verdadero (1,9), la aceptación de la
palabra en medio de dificultades, adhesión y propagación de una nueva afiliación religiosa
pesar de los conflictos sociales (1,6) y el consentimiento a la esperanza escatológica en la
venida del Hijo de Dios como liberador de la ira (1, 10).
b) En el nivel socio grupal, el evangelio propone un nuevo orden simbólico de
relaciones sociales, encarnadas en cuerpos concretos interactuando en la vida cotidiana. La
comunidad, vulnerable por los conflictos con los compatriotas y por el duelo por sus
miembros fallecidos, cuenta para afrontar estas situaciones con reglas de sentimientos que
regulan su vida cotidiana y modifican el campo de fuerzas emocionales que podrían
conducirla a la tristeza, al enojo, al abandono, a la dispersión o la desidentificación. La
carta construye un régimen emocional cuyo repertorio de emociones, aceptadas y no
aceptadas, concreta la nueva identidad creyente a partir de la conversión. De tono socio
religioso y corporativo, el programa emocional promueve vinculaciones cohesivas de amor
y solidaridad (1,3; 3,6; 4, 9-10; 5, 13) y de alegría (1,6; 2,19-20; 3, 9; 5, 16) donde es
posible ver la interacción entre lo humano y lo divino, entre los creyentes y los de afuera de
la comunidad, integrados en un nuevo sistema de relaciones de orden familiar, como
padres, madres y hermanos y hermanas (1,5; 2, 1-11). El amor, modelado a través de la
instrucción divina, también orienta las relaciones con los de afuera de la comunidad (4, 9-
10). La construcción de la identidad creyente distintiva incluye transformación emocional
en la práctica de la sexualidad prohibiendo las pasiones desordenadas (4, 1-8) con santidad
y el honor. La pérdida de los seres queridos provoca dolor y desestabilización de la fe
escatológica predicada. Pablo, responsable de la resocialización de los creyentes, ofrece
consolación para mitigar el dolor (4,18) y regula los sentimientos para controlar y limitar el
32
El llamado a la imitación forma parte de la retórica deliberativa, pero el llamado a recordar los valores que
ya están ha abrazado pertenecen a la retórica epidítica. Cf. WITHERINGTON, 1 and 2 Thessalonians, 71.
33
S. STOWERS, Letters Writings in Greco-Roman Antiquity, Westminster, Philadelphia, 1986, 103. Otros ven
una parénesis sutil animándolos a seguir imitando y perseverando. Cf. Ch. WANAMAKER, The Epistles to the
Thessalonians: A Commentary on the Greek Text, Eerdmans, Cambridge, 1990, 80.
9
34
BARTON, Eschatology and Emotions, 588.
35
DUNN, Jesús y el Espíritu, 323.
36
V. FURNISH, “The Spirit in 2 Thessalonians,” en G. STANTON; B. W. LONGENECKER; S. BARTON, The Holy
Spirit and Christian Origins, Eerdmans Publishing, Grand Rapids-Michigan/ Cambridge, 2004, 230.
37
WHITERINGTON, 1 and 2 Thessalonians, 76.
38
A. MALHERBE, The Letters to the Thessalonians, Doubleday, New York, 2000, 127-130.
10
39
denota el desequilibrio de poder provocado por la reconfiguración del mapa social 40 que
traía el orden simbólico del evangelio. El encomio paradojal41 del gozo del Espíritu Santo
en el sufrimiento sugiere pensar que se trató de una experiencia religiosa de gran
trascendencia y que podría verse como un ejercicio adecuado del poder en la intersección
entre individuos y sociedad.
5. Conclusiones
A partir del ensayo realizado, es posible concluir la importancia del estudio del régimen
emocional en 1Tes para comprender las experiencias religiosas que originaron tan grandes
cambios en los orígenes del cristianismo. El programa emocional bajo la acción del
Espíritu, por el cual algunas emociones son exaltadas (la certidumbre/plenitud, el amor y la
alegría, el aprecio por la profecía) y otras abajadas (las pasiones desordenadas, la tristeza y
la desesperanza), permite valorar las habilidades subjetivas y relacionales de los
evangelizadores y creyentes. Como actores sociales y agentes de cambio radical se revelan
capaces de evitar el abandono de la fe y la ruptura total del tejido social en contextos
adversos. El modelo ensayado, sin bien no en todas sus posibilidades, enriquece la
comprensión de la comunicación epistolar como mediadora de tramas emocionales
imprescindibles para afrontar el mundo empírico de la vida cotidiana en relación al orden
alternativo del evangelio. La vinculación entre emociones religiosas y fe escatológica
evidencia las habilidades teológicas y discursivas de Pablo para situar la vida humana en
una perspectiva relacional que se extiende más allá de la duración de la vida.
El estudio de las experiencias religiosas en la vida cotidiana de los primeros creyentes, nos
advierte sobre la relevancia actual del tema para contribuir a generar emociones religiosas
colectivas, situadas en el aquí y ahora de la historia que vivimos, enraizadas
simbólicamente en el evangelio de Jesús y que trasciendan a las personas y los grupos por
su capacidad para inspirar y empoderar para la transformación y el cambio social.
39
R. ASCOUGH, Paul’s Macedonian Associations: The Social Context of Philippians and 1Thessalonians,
Morh Seibeck, Tübingen, 2003, 165-168.
40
P. OAKES, “Re-mapping the Universe: Paul and the Emperor in 1 Thessalonians and Philippians” JSNT
27.3 (2005) 301-322.
41
W. WUELLNER, “The Argumentative Structure of 1Thessalonians as Paradoxical Encomium”, en R.
COLLINS (ed.), The Thessalonian Correspondence, Leuven University Press-Uitgeverij Peeters Leuven,
Leuven, 1990, 123-128.