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that the time has come to find a way of Pereira, Gustavo. “Eticidad demo-
thinking about spirituality and ethics crática y lucha por el reconocimiento:
beyond religion altogether. Dalai Lama5 una reconstrucción de la influencia de
Hegel en la democracia deliberativa”,
Areté [Pontificia Universidad Católica
Bibliografía del Perú] XXIII/1 (2011): 125-158.
Cepeda, M. “Una ética de la escucha”.
Conferencia plenaria durante el IV A partir de dos conceptos clave: eti-
Congreso Colombiano de Filosofía, cidad y reconocimiento, el autor de este
Manizales, 2012. artículo se propone mostrar la influen-
Dalai Lama. Facebook. Web. 10 Sep. 2012, cia y vigencia de Hegel en la filosofía
4:25 a.m. política contemporánea que versa so-
From, E. Marx y su concepto del hom- bre la deliberación, siguiendo para ello
bre. Bogotá: Fondo de Cultura la lectura que de estas nociones hacen
Económica, 1982. Albrecht Wellmer y Axel Honneth,
respectivamente. Para Gustavo Pereira,
Marchart, O. El pensamiento político pos-
fundacional. La diferencia política la filosofía política de Hegel da herra-
entre Nancy, Badiou, Lefort y Laclau mientas para explicar la democracia
[2007]. Buenos Aires: Fondo de y la dinámica social contemporáneas.
Cultura Económica, 2009. El concepto de eticidad democrática
Retamozo, M. “Sujetos políticos: decisión permite integrar derechos subjetivos y
y subjetividad en perspectiva pos- participación ciudadana sin vulnerar
fundacional”, Ideas y valores LX/147 libertades individuales. Por su parte, la
(2011): 51-64. dinámica social puede ser explicada a
través de la necesidad de reconocimiento
David Espinel recíproco, la cual implica la constitu-
Institución Educativa Compartir /
ción de la subjetividad y, seguidamente,
Universidad Nacional de Colombia
la motivación moral de las luchas de los
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grupos sociales. Estas dos grandes tesis
son desarrolladas por Pereira a través de
su artículo, cuyos argumentos serán re-
construidos de aquí en adelante.
La filosofía política de Hegel presen-
5 “Todas las más grandes religiones del
ta dos obstáculos que deben superarse:
mundo, con sus énfasis en el amor, la
compasión, la paciencia, la tolerancia y cierto autoritarismo que parece estar
el perdón, pueden y de hecho promue- presente en su Filosofía del Derecho y la
ven valores interiores. Pero la realidad posibilidad de caer en una filosofía de la
del mundo actual hace que ya no re- historia cuando se intenta abordar la ex-
sulte adecuado fundamentar la ética plicación de la dinámica social. Estos dos
en la religión. Por eso estoy cada vez
retos deben enfrentarse por los mismos
más convencido de que ha llegado el
medios que se intenta recuperar el pen-
momento de encontrar una manera de
pensar la espiritualidad y la ética más samiento político de Hegel. Primero que
allá de toda religión”. todo, la solución que el pensador alemán

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le intenta dar al problema de la libertad tegración de ciudadanos libres en una


(la eticidad) se puede tomar como pla- comunidad éticamente integrada. A
taforma para explicar la democracia partir de Hegel, puede afirmarse que
moderna. Tal concepto es decisivo para la libertad, vista desde el liberalismo,
afrontar una interpretación desde el au- se concentra en la particularidad de un
toritarismo de la Filosofía del Derecho. sujeto que simplemente defiende sus
En segundo lugar, como criterio para derechos individuales. Pero esta con-
explicar la dinámica social, puede ser cepción sólo da lugar a una racionalidad
tomada la necesidad de reconocimiento estratégica de la acción que, a su vez,
recíproco. Este concepto permite supe- produce un antagonismo social general;
rar el riesgo de depender de una filosofía pero los sujetos tienen que ser algo más,
de la historia a la hora de explicar dicha algo distinto. Esa libertad no es pensa-
dinámica social. ble coherentemente sin su integración a
Al final de la sección introductoria, un contexto de libertad pública; esto es,
Pereira formula tres tesis. Primero, el una universalidad que sea fundamento
concepto de eticidad, entendido como necesario de la particularidad, poder
cultura deliberativa, provee las con- sobre esta y fin último de esta. El Estado
diciones de posibilidad para que una sería la esfera de esa eticidad sustan-
razón pública densa dinamice la lógica cial, en la cual se supere el mencionado
de la democracia deliberativa. Segundo, antagonismo y se proceda al restable-
el derecho, la literatura y los recursos cimiento de la libertad común bajo las
morales son medios idóneos para rea- condiciones de la modernidad. Allí, las
lizar la eticidad. Tercero, la democracia instituciones políticas son el lugar de esa
deliberativa se puede beneficiar de una libertad comunitaria y racional. En ese
relación interna entre eticidad demo- entorno será posible la realización de la
crática y lucha por el reconocimiento, libertad misma.
que explique la motivación para la ac- En la sociedad civil, el Estado tiene
ción de quienes comparten una cultura la forma solo de una externalidad, así
deliberativa. que, para asegurar la auto-integración
Karl-Heinz Ilting sostiene que Hegel de la sociedad, Hegel apela a la corpo-
busca, en su Filosofía del Derecho, sinte- ración. Esta forma de organización,
tizar la libertad negativa del liberalismo pensada por Hegel, es sustancialmen-
moderno y la libertad positiva del repu- te diferente a las corporaciones en el
blicanismo. Según esta lectura, Hegel Antiguo Régimen, por lo que supera
se propone criticar y, a la vez, superar las críticas liberales y revolucionarias
el concepto de comunidad formulado a las corporaciones. Para el filósofo
desde el derecho natural moderno, el alemán, las funciones primarias de las
cual la ve como una unidad de muchos, corporaciones son la socialización y la
como una conexión de sujetos singula- educación. Es por eso que tal asocia-
res aislados que no se compadece con ción combina la capacitación para los
una comunidad ética. Para tal crítica y negocios con la capacitación para la
superación, el filósofo alemán apunta ciudadanía. Así se reduce la brecha en-
al desarrollo de una propuesta de in- tre burgueses, orientados para la vida

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de los intereses, y los ciudadanos, de las decisiones sobre asuntos comu-


orientados para la vida en común. Allí nes; segundo, de una opinión pública
opera una transición desde la corpo- deliberante en términos de clarificación,
ración hacia el Estado. Es el Estado, transformación y crítica de opiniones,
entonces, el que resulta ser condición preferencias e interpretaciones indivi-
de posibilidad de la corporación, a la duales; y, tercero, de un igual derecho
vez que la corporación propende por la de los sujetos a influir y cooperar en la
formación del espíritu de Estado. configuración de la vida colectiva y el
En la dinámica de las corporaciones establecimiento de fines. Así, la libertad
puede verse un proceso de delibera- negativa queda convertida en positiva.
ción que supera el típico atomismo de En tal escenario se restablecen, en un
la democracia representativa, dirigido nuevo nivel, las relaciones comunitarias
al único acto político de elegir a los re- entre individuos. Allí hay eticidad, en
presentantes. En la corporación se vive cuanto praxis comunitaria que atraviesa
el proceso de reflexión que termina en las instituciones de la sociedad, y se con-
la Asamblea de los Estamentos, es decir, vierte en un componente del carácter, las
aquí no es la Asamblea la que delibera y, costumbres y los sentimientos morales
como resultado, toma las decisiones. Tal de los sujetos. De ese modo, el proyecto
función de la corporación hace posible de Hegel sienta unas bases que se pueden
la identidad política de los sujetos. La radicalizar a partir de Tocqueville, quien
construcción de la ley es resultado de la ha hecho aún más posible hablar de cul-
expresión material y real de la opinión tura deliberativa.
pública. Esta opinión pública, a su vez, La conexión entre derechos y par-
experimenta un proceso constante de ticipación es inestable. Los derechos
transformación, de tal manera que al- amenazan una vida comunitaria, ya
cance un nivel superior. En todo caso, que su formulación apunta a llevar una
Hegel ve que la opinión pública debe ser vida desligada, separada, que diga no.
controlada para evitar la manipulación. Uno de los espacios en los que se pue-
Pero es la opinión pública la que hace de lograr equilibrio entre derechos y
posible la vida pública, a través de los participación está en las estructuras
mecanismos de diálogo en los que solo no-centrales, plurales, es decir, en las
triunfan los mejores argumentos y la asociaciones, instituciones y espacios
verdad surge del debate mismo. públicos autónomos situados por fue-
La vigencia de la propuesta de Hegel ra del Estado. Allí, la participación
está en su respuesta a las condiciones de se vuelve costumbre; se conjugan los
posibilidad de la libertad moderna, la valores y principios del liberalismo
cual implica una tensión entre la perspec- con la legitimidad emanada de la par-
tiva individualista de la tradición liberal ticipación. Así hay eticidad, pero una
y la perspectiva comunal del republica- eticidad no-subordinada a lo político.
nismo. Sin embargo, una propuesta más La propuesta de la doble dimensión
radical está en Alexis de Tocqueville. de la ciudadanía excluye la democracia
Este filósofo pensó en una libertad indi- representativa, que reduce al ciudada-
soluble, primero, de la toma en común no a un mero elector, y la democracia

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participativa, que limita al escenario la opinión en una esfera pública abierta.


político la realización de los sujetos. El Asimismo, amplía el diálogo político
modelo le apuesta a una esfera públi- más allá de la adjudicación legal. De esa
ca amplia donde tengan lugar luchas, manera, toda práctica colectiva resulta
asociaciones y grupos, además de percibida por los ciudadanos como re-
aprendizaje moral y político, así como sultado de su deliberación.
cambios en la valoración social. Esto, en La democracia deliberativa puede
conformidad con la reciprocidad igua- ser sintetizada en un modelo de doble
litaria, de acuerdo con la cual ninguna vía, que acepte la regulación e inter-
minoría va a restringir sus derechos; vención jurídica con métodos estatales
esto redunda en una autoadscripción y considere que la controversia y el diá-
voluntaria, que implica una apertura a logo son esenciales. Para tales efectos,
formas más amplias de pertenencia y tres principios son relevantes. Primero,
autodeterminación, y una libertad de reciprocidad: los participantes deben
salida, que permita desvincularse de valerse de razones y principios que otros
un grupo. Lo anterior implica tomar en estén dispuestos a aceptar. Segundo,
serio la libertad y autonomía en Kant, publicidad: deliberaciones abiertas en
las cuales llevan a profesar igual con- términos de posiciones públicamente
sideración y respeto por todos los seres defendibles. Tercero, responsabilidad:
humanos en cuanto libres y autónomos. posiciones y decisiones justificadas.
Este tipo de modelos generan dificul- Para Pereira, tres son los posibles
tades de aplicación. El concepto de razón medios para la promoción de la de-
pública, acuñado por Rawls, muestra mocracia deliberativa. El primero es el
esta dificultad, y afecta directamente el derecho: las normas jurídicas pueden
alcance de la democracia deliberativa. promover ciertas conductas y desesti-
Este concepto restringe el ejercicio de mular otras, sin embargo, es riesgoso
la razón pública a cuestiones de justicia, suscitar una cierta forma de vida bue-
opera como un principio regulativo acer- na a partir del Estado, ya que puede
ca de cómo debería razonarse (y no como violentarse la igual consideración y
proceso de reflexión), y restringe fuerte- respeto a otros estilos de vida. Es por
mente los espacios sociales en los que eso que los derechos y libertades perso-
se ejerce la razón pública. Frente a esto nales deben ser un campo invulnerable
último, resulta fuertemente separado el en cualquier modelo de democracia
ámbito público del ámbito doméstico, deliberativa. El segundo medio es la
que es en donde se manifiestan las dife- literatura: los textos literarios proveen
rencias sociales, culturales y religiosas a los sujetos de narraciones que pro-
de los sujetos, lo cual las excluye de la pician procesos de auto-comprensión,
reflexión política. En cambio, el modelo en cuanto promueven la empatía en
deliberativo incide directamente sobre términos de reconocimiento de los
las líneas demarcatorias entre lo público sentimientos morales del otro y sus ca-
y lo privado. Igualmente, no se centra en racterísticas culturales. El tercer medio
el poder coercitivo del Estado, sino en son los recursos morales: estos obran
procesos no-coercitivos de formación de como disposiciones de los sujetos y, a la

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vez, como convicciones que dan lugar diferentes formas de sufrimiento (ver-
a modos de entendimiento, diálogo y güenza social) y, segundo, posibilitan
acuerdo, no sólo para la satisfacción de identificar aquello que se requiere para
intereses, sino también en el escenario asegurar la identidad y la integridad del
de contradicciones y luchas. Es en este ser humano a través de la experiencia
último aspecto donde cobra relevancia del reconocimiento.
el reconocimiento. El sentimiento de vergüenza social
Para el Hegel del período de Jena, resulta clave, ya que a través de este es
según Axel Honneth, la vida social se posible hablar de reconocimiento y de
cumple bajo el imperativo de un reco- luchas por ese reconocimiento. La ver-
nocimiento recíproco, ya que sólo se güenza es problemática, porque deriva
constituye la identidad de los sujetos del hecho de que algunos sujetos son
si estos se conciben como compañeros minusvalorados, por alguna u otra ra-
de interacción. A partir de lo anterior, zón, a través de diversos mecanismos.
Honneth formula tres modos de reco- De este tipo de situaciones surgen
nocimiento recíproco: las relaciones las luchas por el reconocimiento, las
primarias de amor y amistad (naturale- cuales son crecientes en tiempos con-
za necesitada del sujeto); las de derecho, temporáneos. Estas luchas muestran
que aseguran el reconocimiento jurídi- que las condiciones para el logro de la
co (tratamiento igualitario asegurado autorrealización sólo son posibles en
por la positivización de los derechos); la interacción con otros. Además, el
y la adhesión solidaria que expresa la reconocimiento deja atrás modelos de
comunidad de valor (valoración social tolerancia pasiva, en virtud de los cua-
simétrica –toda persona es igualmente les no hay involucramiento en el mundo
valiosa– entre sujetos individualizados de la vida del otro, sino apenas indife-
y autónomos). Estas formas de reco- rencia frente a su estilo de vida. En ese
nocimiento se corresponden con tres sentido, la propuesta de Honneth le
formas de establecer relaciones consigo apuesta a la idea de respeto activo, que
mismo: la autoconfianza, el autorrespe- permite tener la experiencia de acceder
to y la autoestima. A su vez, en sentido a los criterios valorativos del otro para
contrario al anterior, están las formas así comprender cuánto le significan. De
de menosprecio o de negación del re- esa manera, burlas sobre los modelos
conocimiento: menosprecio práctico, de vida de otro se traducen, en último
en el que se le retira a un hombre la término, en un extrañamiento de ese
disposición sobre su propio cuerpo; me- universo valorativo que para ese otro es
nosprecio personal, que excluye al sujeto relevante. En una sociedad deliberativa
de ciertas pretensiones individuales que que le apueste al reconocimiento, los
puede reclamar en cuanto miembro de ciudadanos se negarían a incurrir en
la comunidad política; y menosprecio tales prácticas y, mucho menos, bajo la
del valor social del grupo, que des- excusa del ejercicio de la libertad de ex-
valoriza modos de vida individuales presión o la libertad de prensa.
y colectivos. Tales formas de menos- Pereira se interesa en retomar, para
precio permiten, primero, identificar tiempos actuales, la filosofía política de

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Hegel, debido a que esta, a través de los gar en las prácticas de los sujetos. Estos
conceptos de eticidad y reconocimiento, modelos terminan pensando a los seres
permite proyectar un programa de de- humanos alrededor de unos requisitos
mocracia deliberativa en el que ética y sin los cuales no se es sujeto hábil para
política se encuentran integradas. El ar- lograr la realización de un proyecto po-
tículo es honesto cuando da cuenta de los lítico u otro. Una vez se piensa en un
problemas de aplicación de este tipo de conjunto de requisitos, inmediatamente
propuestas, sobre todo desde el lado del se excluye a todo sujeto que no se com-
republicanismo. Una dificultad que se padezca con estos. Lo interesante es que
puede tomar como muestra para ahon- se le excluye por considerarlo contrario a
dar en la reflexión que propone Pereira los propósitos modernistas, libertarios y
se encuentra en la proposición de mo- democráticos. No obstante, se olvida que
delos de vida. Se ha pensado en diversas aquello que se busca con tales propuestas
ocasiones que los modelos de demo- políticas es incluir, respetar, promover,
cracia deliberativa requieren de cierto reconocer. En ese aspecto, entre otros, el
modelo de sujeto que los pueda llevar debate sigue abierto, así como también la
a la realidad. Cuando Pereira habla del búsqueda de nuevas y mejores prácticas.
derecho como medio para la realización
de la democracia deliberativa, recuerda Diego Nicolás Pardo Motta
este riesgo. Sin embargo, más que en el Universidad de los Andes - Colombia
derecho, los modelos de vida tienen lu- dn.pardo36@uniandes.edu.co

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