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Dependientes de Dios PDF
Dependientes de Dios PDF
Introducción:
Como ciudadanos del reino de los cielos es importante conocer el estándar moral y ético del reino para poder
ajustar nuestro estilo de vida a la voluntad del Rey. Jesús nos enseña una serie de principios y bienaventuranzas
en el sermón del monte que nos ayudan a comprender mejor la dinámica de la vida cristiana que dista por
completo de lo que el sistema del mundo dicta. Para poder disfrutar de las bondades del reino de Dios, se
requiere depender completamente de Dios y poner en práctica sus principios, que nos acercan al diseño de un
ciudadano celestial.
Mateo 5:1-3
Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba,
diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
La primera de las nueve bienaventuranzas que Jesús enseñó a sus discípulos en el sermón del monte tiene que
ver con alguien “pobre en espíritu”. Veamos qué es lo que Jesús quiso decir respecto a ser dichoso cuando nos
hayamos en esta condición:
Desarrollo:
1. Significado de “pobres en espíritu”:
La palabra “pobre” en el griego original (ptojos) denota una pobreza absoluta y pública. Se refiere al mendigo
que depende de la bondad de otros para su existencia, uno que no tiene recursos propios. Jesús está describiendo
al discípulo que reconoce en su corazón que no tiene recursos espirituales o méritos propios. Los pobres en
espíritu son los humildes de corazón que no confían en sí mismos como autosuficientes, sino que se aferran a
Jesucristo como única fuente de seguridad y felicidad. Se someten a Cristo como rey soberano. Es una total
Dependientes de Dios.
dependencia de Él, más allá de lo que tenemos o carecemos. Tiene que ver con entender que separado de Cristo
nada podemos hacer (Juan 15:5).
Una persona pobre en espíritu en labios de Jesús es alguien que: reconoce su estado y necesidad espiritual en la
presencia de Dios. Es quien sabe que está necesitado espiritualmente cuando esta sin Dios. Es quien que está
desprovisto de toda virtud y que sabe que la única forma de salir de ella es únicamente con la ayuda de Dios.
Se refiere a la profunda humildad de reconocer la absoluta bancarrota espiritual de sí mismo, cuando estamos
apartados de Dios. Los pobres en espíritu exhiben una genuina humildad y están despojados de todo orgullo.
Conclusión:
La bienaventuranza de los pobres en espíritu termina con la promesa: porque de ellos es el reino de los cielos
(Mateo 5:3). Es decir que solo aquellos que entienden su condición pecaminosa y reconocen su ruina espiritual
y que dependen de Dios para ser levantados, son quienes se acercan humillados a Él y son recibidos en Su reino.
Un corazón contrito y humillado, dependiente de El, Dios no despreciará nunca (Salmos 51:17).