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Acerca de estos tiempo

I
Es cierto que desde finales del siglo 19, y durante el siglo 20, con el surgimiento del movimiento
Sionista, que propendía por buscar un hogar para el pueblo judío, y con la fundación de la nación
de Israel a mediados de siglo, hubo un despertar en la iglesia en cuanto a buscar en las Escrituras
el papel que Israel tendría en los eventos proféticos. Antes de ese tiempo se aceptaba la doctrina
católica del "reemplazamiento", que decía que todas las profecías que hablaban acerca de Israel,
se cumplirían en la iglesia. Esa búsqueda trajo mucha claridad a cientos de pasajes del Antiguo
Testamento, y dio como resultado, entre otros, un entendimiento más claro del marco profético
de los eventos finales; marco que incluía eventos tales como:
- El reino milenial de Cristo en esta tierra, luego de su venida.
- La gran tribulación, antes de su venida.
- El hecho de que Israel volvería a ser el pueblo de Dios, el pueblo del pacto (y ya no la iglesia),
durante los últimos siete años inmediatamente anteriores a la venida de Cristo.
- La guerra de Rusia contra Israel, por lo menos siete años antes de su venida.
- El arrebatamiento de los cristianos vencedores en el instante en que iniciarían los siete años del
pacto de Dios con Israel.
- Las 7 iglesias como significado las 7 etapas de la historia de la iglesia. Siendo éstas: Primero, la
iglesia apostólica (la que está en Éfeso) [Siglo 1]. Segundo, la iglesia perseguida por el imperio
romano (con sus 10 edictos que la proscribían: la que está en Esmirna) [Siglos 2 y 3]. Tercero, la
iglesia oficial del imperio romano (que al acercarse al trono, quiso cristianizar el mundo, pero
terminó paganizando el cristianismo: la que está en Pérgamo) [Siglos 4 y 5]. Cuarto, la iglesia
católica (o más bien, los pocos creyentes que se han levantado dentro de la católica: {porque en
griego dice:} la que está entre los deTiatira) [Siglo 6 en adelante]. Quinto, la iglesia protestante (la
de la Reforma, que se creían ya salvos y que no podrían ser borrados del libro de la vida: la que
está en Sardis) [Siglo 16 en adelante]. Sexto, la iglesia evangélica (la del avivamiento de santidad y
generosidad, y la de las misiones: la que está en Filadelfia) [Siglos 18, 19 y primera mitad del 20].
Y séptimo, la iglesia actual o postevangélica (la que se cree enriquecida y avivada, pero que será
vomitada: la que está en Laodicea) [Segunda mitad del siglo 20 y comienzos del 21].
II
Pero esto trajo también muchos excesos y errores; tales como:
1. Suponer que los sucesos catastróficos del fin serán un resultado natural de las condiciones
sociales, políticas y tecnológicas de hoy; y dedicarse obsesivamente a estar analizando la
actualidad, a fin de intentar detectar en qué momento sucede otra cosa relacionada con la
profecía. Y se preocupan más de lo que hacen los demás, que de su propia vida espiritual. De tal
manera que muchos, con cierto fanatismo, viven pendientes de las noticias que acontecen en
Israel, en la iglesia católica, o en Europa; se informan de todos los efectos posibles de las armas
nucleares, de la destrucción de la capa de ozono, de la contaminación; etc. Siendo su tema, en
realidad, lo que yo llamo, "el apocalipsis de los científicos"; o sea, sus temores ante lo que la
propia humanidad o la naturaleza podrían provocar, trayendo algún grado de destrucción fatal.
Pero, según el Apocalipsis, los eventos finales serán una manifestación pública de los juicios de
Dios, como en los días en que Moisés enfrentó al Faraón; juicios que vendrán, uno a uno, tras ser
conminados los pueblos al arrepentimiento, por los siervos de Dios; y tras ser profetizados, si los
pueblos no se vuelven al Dios verdadero; o sea que no son sucesos naturales, sino sobrenaturales,
y toda la humanidad lo sabrá así; pues el tiempo final será el gran día del Señor. Por tanto, más
que tener nuestra mente llena de la actualidad del mundo, para saber lo que podría acontecer;
deberíamos tener nuestra mente llena del pensamiento de Dios y tener nuestro corazón
sintonizado con el corazón de Dios; porque es él quien hará el próximo movimiento, y los que le
continuarán; y no la humanidad.
2. Suponer que Israel es el reloj profético de Dios, y que a él deberíamos estar mirando para
visualizar cómo se están aproximando los tiempos finales. Esto lo afirman, leyendo mal la parábola
de la higuera. Pero antes de plantear algún significado de esta parábola, le invito, hermano, a que
tengamos en cuenta una sencilla forma de analizar, forma que nos ofrece la matemática: En
aritmética nos enseñaban a usar la regla del tres, para resolver ciertos tipos de problemas; por
ejemplo se nos preguntaba: ¿Si Juanito compró 7 panes con 300 pesos, cuántos panes podría
comprar con 500 pesos? Y la forma de plantear el problema consistía en elaborar un sencillo
diagrama con las variables en cuestión: colocando los datos en dos filas, de tal modo que en la fila
superior se registraba el caso ya conocido, y en la fila inferior se registraba el caso que tocaba
averiguar; y colocando los datos en dos columnas, de tal modo que cada columna debía contener
solo datos afines, o sea los que se expresan en la misma magnitud; en este caso, las cifras de
panes irían bajo una columna y las cifras de pesos irían bajo otra; pero bajo una misma columna
no debería colocarse una cifra de panes y otra de pesos. Miremos, pues, el diagrama del ejemplo
de Juanito comprando pan:
pesos ] panes
Caso inicial (punto de partida): 300 ] 7
Caso final (aplicación): 500 ] ?
La advertencia más grande que nos daban los profesores, era que no fuéramos a equivocar el sitio
que se le asigna a cada dato; pues si, por ejemplo, cambiáramos de fila o de columna un solo dato,
el resultado sería totalmente equivocado. Y eso fue lo que pasó con los intérpretes de la parábola
de la higuera; que hicieron mal su diagrama mental; pues toda parábola admite un diagrama
similar. Veamos, pues, la parábola, extractándola de una armonía de los evangelios, y veamos
también, cuál sería el diagrama de esta parábola:
Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra
redención está cerca. También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando
ya brotan, viéndolo, reconocéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca.
De la higuera aprended la parábola:
- Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, reconocéis que el verano está cerca.
- Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, reconoced que el reino de Dios está
cerca, a las puertas.
Suceso inicial clave ] Suceso esperado
En la naturaleza: Cuando la higuera echa hojas ] El verano está cerca
En los tiempos finales: Cuando sucedan estas cosas ] Su venida está cerca
Entonces, así como lo que asegura que el verano está cerca, es que en la higuera empiecen a
brotar las hojas; así, lo que asegura que su venida está cerca, es que veamos que están sucediendo
las cosas que Jesús predijo que pasarían. Por tanto, la higuera echando hojas es una
representación de las señales cumpliéndose. Pero los interpretes de esta parábola intercambiaron
de fila, erradamente, en el diagrama, lo de la higuera; haciendo que la primera frase quedara
como un sinsentido, y dándole a la segunda frase un sentido totalmente diferente:
Suceso inicial clave ] Suceso esperado
En la naturaleza: Cuando sucedan estas cosas ] El verano está cerca
En los tiempos finales: Cuando la higuera echa hojas ] Su venida está cerca
Al leer así esta última frase, tuvieron que suponer que la higuera brotando era algo simbólico; y,
buscando, encontraron un solo versículo que compara a Israel con una higuera; y concluyeron que
el surgimiento de Israel era la higuera brotando. Pero si hubieran leído bien, habrían entedido que
la higuera brotando eran las primeras señales cumpliéndose. Definitivamente, aquellos
interpretes, al usar mal la regla del tres, se rajaron en aritmética de primaria.
Pero, ciertamente, el reloj profético de Dios, no es Israel, sino la Iglesia. Y a ella es a quien hay que
mirar pendientes, para saber si estamos en los tiempos finales, o no.
- Pablo dice: "Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y a nuestra reunión con
él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os
conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que
el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes
venga la apostasía." Pablo, pues, está diciendo que sin importar lo qué acontezca en Israel, o en el
mundo, no comamos cuento cuando nos dicen que Jesús viene pronto. Pues solo cuando veamos
la apostasía en la iglesia cristiana, entonces sí podemos decir que ya viene. (Nota: la palabra
"apostasía", en griego, viene del verbo "apartarse", y se refiere al pecado de aquellos que, ya
siendo cristianos, abandonan el cristianismo; o de aquellos que, declarándose aún cristianos,
siguen un evangelio pervertido; el cual será el caso de los tiempos finales). Entonces, podemos ver
grandes terremotos y maremotos; podemos ver que Europa se está uniendo; podremos ver que
Israel ha vuelto a ser nación; pero si no vemos la apostasía, todavía no viene el Señor. Es cierto
que algunos de estos eventos deben ocurrir antes, para tener todo listo; pero no indican la
inminencia de su venida, pues estos eventos podrían ocurrir, y faltar aún otros 50 o 100 años más.
Pues el Espíritu Santo nos dice que el único evento que sí es un indicio seguro de que su venida es
inminente, es la apostasía de la iglesia.
- Es notorio que todos los apóstoles hablan de los últimos tiempos en sus cartas, pero nada dicen
acerca de Israel; sino que solo se ocupan en señalar cómo será la última generación de creyentes;
y describen cómo será que la apostasía entrará en la iglesia; y describen en qué consiste; y dan
detalles de la confrontación final que habrá entre los pocos cristianos que sigan fieles a toda la
verdad del evangelio y la institución cristiana apóstata, la cual será seguida por la mayoría. El
propósito de los apóstoles no fue, pues, satisfacer nuestra curiosidad intelectual de saber cómo
sucederían los eventos finales en este planeta tierra; sino que su propósito fue darnos las armas
espirituales para no dejarnos arrastrar por el error, y para vencer en estos "tiempos peligrosos". El
propio Apocalipsis no nos fue dado para que nos enteremos acerca de su venida, sino para que
nos preparemos para su venida: "Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta
profecía, y guardan las cosas en ella escritas." El objetivo primario de leerlo no es, pues,
dedicarnos a buscar la interpretación de cada uno de sus símbolismos, sino dedicarnos a buscar la
aplicación de este libro para nuestras vidas; que la interpetación correcta vendrá por añadidura.
- Jesús responde a los que le preguntan cuándo vendría el Reino: "El reino de Dios no vendrá con
advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque el reino de Dios está entre (o dentro de)
vosotros". (Nota: La palabra griega que se traduce aquí como "advertencia", tiene una
connotación de algo que se descubre por realizar una observación hacia el exterior). Por tanto, la
clave para determinar cuándo vendrá el reino de Dios, no está en mirar hacia los acontecimientos
del mundo exterior, sino hacia lo que acontece en el seno de la iglesia; porque es dentro de
nosotros donde se mueve el reino de Dios, y allí es donde se pueden detectar los tiempos de Dios.
La iglesia, pues, es el reloj profético de Dios.
A propósito, en este pasaje, Jesús menciona dos grandes tendencias que caracterizarán la
apostasía de los tiempos finales: El sobrenaturalismo y el terrenalismo. El primero tiene que ver
con el surgimiento de predicadores enfatizando solo los milagros, y afirmando que es posible
volver a "ver uno de los días del Hijo del Hombre"; milagros con los cuales arrastrarán a la mayoría
de los creyentes detrás de ellos; los cuales, habrán olvidado que el método bíblico para distinguir
los profetas falsos de los verdaderos, es por el fruto del Espíritu, no por los dones del Espíritu;
como dijo Jesús: "Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas,
pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis… Muchos me dirán en aquel día:
Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu
nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí,
hacedores de maldad." La segunda tendencia que caracterizaría la apostasía final, tiene que ver
con la búsqueda de riquezas, bienes materiales y la buena vida; olvidando que Jesús prohibió
hacer tesoros en la tierra, pues no es posible servir a dos señores; pues el que ama a Dios aborrece
las riquezas, y el que ama a las riquezas aborrece a Dios; y el que ama las riquezas deja de ser
considerado "siervo de Dios", pues solo sirve a las riquezas. ]Ante esta situación de la iglesia de los
tiempos finales, la orden de Jesús es: "no vayáis a donde están ellos, ni los sigais" y "huid, sin mirar
atrás" de estas tendencias y de las iglesias que las predican; huir a tomar nuestra cruz con gozo.
Porque nuestra salvación no provino de sus milagros, sino de su cruz; y nuestro llamado no es a
pasarla bien en esta tierra, obteniendo todos nuestros deseos, sino a negarnos a nosotros mismos
y tomar nuestra cruz.
- Igualmente, en el mismo pasaje en que menciona la parábola de la higuera, cuando Jesús
enumera todas las señales que vendrán antes de su venida, no solo menciona la gran tribulación,
sino que menciona el cumplimiento de la gran comisión, en la cual se predicará el evangelio
verdadero a todas las naciones; y se menciona la gran persecución que se levantará en el mundo
contra el remanente vencedor del cristianismo. Además se menciona el gran engaño que
sobrevendrá en la iglesia de los tiempos finales. A propósito, este gran engaño es la primer señal
que Jesús anuncia que vendrá; y es, por tanto, la señal que indicará que empezó la cuenta
regresiva; y es, por tanto, la primera hoja que brotará de la higuera; y por tanto, de la generación
que vea esta primera señal, es de la que se dice que no pasará, hasta que todo acontezca. Pues la
generación de la que habla Jesús, la última, no es la que vea a Israel surgiendo, sino la que vea la
Apostasía surgiendo. De paso, así inicia Jesús aquella célebre profecía: "¿Qué señal habrá de tu
venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe, porque
vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy ungido; y a muchos engañarán… Porque se
levantarán falsos ungidos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que
engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos."
- El apocalipsis también pone a la iglesia como el primer objetivo a mirar en su palabra profética,
pues comienza sus predicciones hablando de las siete iglesias; o sea relatando el panorama
histórico de lo que sucedería en la iglesia. Siendo el surgimiento de la última iglesia, Laodicea, la
señal de que los tiempos finales empezarían; pues tras hablar de Laodicea, se le mostraron a Juan
"las cosas que sucederían después de éstas". Los cristianos de esta iglesia final creerán ser los
ricos, pero Jesús les dice que ellos son los pobres y miserables, porque a los que él ama, él los hace
padecer; por esto les exhorta a que le pidan oro refinado en fuego para que sean ricos de verdad;
y el oro refinado en fuego son las aflicciones. Estos se creían avivados, pero él les dice que son
tibios. Estos creían tener su presencia, pero él les dice que él está afuera queriendo entrar en
aquel creyente que le abra la puerta. Ellos se creían muy cristianos, pero él les dice que los va a
vomitar de su boca.
3. Desde la época de Lutero (siglo 16), tomando el Apocalipsis solo como algo que predecía la
historia intermedia de la iglesia, y no como el que hablaba principalmente del final del tiempo, se
creía que la Gran Ramera era la iglesia católica, y que el Anticristo era el Papa. En el siglo 20, los
cristianos se dieron cuenta que el anticristo sería otro personaje; pero muchos siguieron dando
por hecho que la iglesia católica era la gran ramera; por esto se la pasan indagando todo lo que
acontece en la iglesia católica y en su tendencia ecumenista. (Nota: Hermano, es curioso que así
como en uno de estos correos que me envió, se obsesionaban por mirar a Israel, en el otro se
obsesionaban por mirar a la iglesia católica; pero en ninguno miraban el estado espiritual de la
iglesia evangélica y el estado espiritual de ellos mismos; y en ninguno nos conducían a amar lo
eterno y a desprendernos de lo material).
- Pero, lo cierto es que la gran ramera, la madre de las rameras; debería surgir en el futuro, y la
católica era apenas una ramera del pasado. Además, a la gran ramera se le acusa de fornicar con
los reyes de la tierra (búsqueda de poder político), con los mercaderes de la tierra (búsqueda de
poder económico) y con grandes multitudes (búsqueda de hacer megaiglesias); pero no se le acusa
de fornicar con los ídolos, el principal pecado de los católicos. Y no es posible que a Dios se le haya
pasado por alto denunciar ese horrendo pecado. Por tanto, la ramera final tiene que ser una
iglesia que no adore las imágenes; una iglesia como la evangélica.
- Todas las profecías de los apóstoles, acerca de la iglesia, anuncian el surgimiento de la apostasía
abominable de la última iglesia; y Apocalipsis nos anuncia, finalmente, la aparición de esta gran
ramera, de la cual debemos salir los que verdaderamente somos de su pueblo, si no queremos
participar de sus pecados y de sus plagas. Y nosotros, los cristianos verdaderos, hemos
pertenecido hasta ahora, a la iglesia evangélica, la misma que hace unos 35 años éstá apostatando
detrás de los ungidos y sus milagros, y detrás de la doctrina de prosperidad. La única conclusión
posible es que es la evangélica, la que teminará volviéndose en la gran ramera; y sabemos que
solo cuando la gran ramera sea juzgada y aniquilada, la esposa estará lista para las bodas.
- Nuestra obsesión no debe ser, pues, mirar la iglesia católica y todo lo que hace; porque, aunque
es una iglesia falsa, de la cual hay que denunciar su idolatría; y el ecumenismo con ella es pecado,
el gran peligro de los tiempos finales no proviene, según dice Judas, de las religiones falsas de
afuera, sino de los pastores de adentro; como dice Pedro, "los cuales introducirán
encubiertamente tendencias de perdición, negando aún al Señor que nos compró". Ellos, que
"andarán conforme a sus deseos y codicias", no negarán a Jesús como Salvador, sino como Señor;
al pretender ponerlo a su servicio, para que les dé sanidad, bendición y prosperidad, y para
reclamarle que cumpla todos sus sueños y sus planes terrenales; en lugar de ponerse ellos mismos
al servicio de Dios, como esclavos, sin derechos, para obedecerlo hasta la muerte.
- Me pregunto yo: ¿cuál es más grande ramera? ¿La católica que Lutero enfrentó, o la evangélica
de hoy en día? (1) Cuando Lutero se levantó a protestar contra las indulgencias, le parecía
escandaloso que la ramera católica le sonsacara plata a la gente para construir la catedral de San
Pedro en Roma y para sostener los lujos de la corte papal. Pero hoy, a pesar de que ya sabían de
aquel engaño, la ramera evangélica le sonsaca plata a la gente para construir sus grandes iglesias y
para sostener los lujos de los pastores. (2) Aquella generación entregaba su dinero a la iglesia,
pretendiendo ganar, con esto, el cielo (Los que confían en sus bienes, y de la muchedumbre de sus
riquezas se jactan, ninguno de ellos podrá en manera alguna dar a Dios su rescate, para que viva
en adelante para siempre, y nunca vea corrupción; porque la redención de su vida es de gran
precio, y no se logrará jamás; ¿pues qué recompensa dará el hombre por su alma?). Pero hoy, a
pesar de que ya sabían de aquel engaño, esta generación entrega su dinero a la iglesia,
pretendiendo ganar, con esto, la tierra y sus riquezas (Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la
perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al
hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? Tu dinero perezca contigo, porque has
pensado que el don de Dios se obtiene con dinero).(3) La iglesia católica consideraba que el peor
pecado era atreverse a cuestionar lo que el Papa enseñaba, y apartarse de la iglesia; y echaba al
fuego a aquellos que hicieran tal cosa. Pero hoy, a pesar de que ya sabían de aquel engaño, se
considera que el peor pecado es cuestionar lo que el pastor enseña, y es salirse de la iglesia. ]Pero
la Biblia dice que debemos salir de ella; que no debemos ir detrás de aquellos ungidos; que
debemos "apartarnos de aquellos que toman la piedad como fuente de ganancia; porque están
envanecidos, su entendimiento ha sido corrompido, han sido privados de la verdad, y deliran; pues
la verdadera ganancia es la piedad acompañada de contentamiento (conformismo) con lo poco
que tenemos; porque los que quieren ennriquecerse caen y se hunden en ruina(espiritual) y
perdición (eterna); porque el amor al dinero es la raíz de todos los males".
- Además, la Biblia profetiza a la iglesia de Tiatira, que Jezabel y sus hijos (la iglesia católica) y los
que fornican ecuménicamente con ella, serían destruidos ante los ojos de las otras iglesias; o sea
cuando todavía la iglesia sea el pueblo de Dios; o sea antes del arrebatamiento. Pero profetiza que
la gran ramera será destruida para que así el anticristo pueda reinar; o sea solo tres años y medio
antes de su venida. Por tanto, la iglesia católica y la gran ramera son dos cosas diferentes; aunque
ambas son iguales de abominables y ambas serán igualmente destruidas.
4. Los cristianos del siglo 20, (1) comprendieron que justo antes de la venida del Señor, habría un
período de 7 años, en los cuales, Israel sería el pueblo de Dios, y no la iglesia. (2) También
comprendieron que justo antes de la venida del Señor, sucedería la gran tribulación. ]Estos dos
eventos serían, pues, eventos paralelos, al menos durante siete años, pues terminarían
simultáneamente, a la llegada del Señor. Por lo cual, muchos supusieron, sin ninguna base, que la
gran tribulación eran los mismos 7 años. Por eso surgieron dos posiciones opuestas: La una decía
que como el arrebatamiento vendría en el instante inmediatamente anterior a los 7 años,
entonces, los cristianos no pasaríamos por la gran tribulación. La otra decía que como el
arrebatamiento estaba programado para que ocurriera en la mitad de la tribulación, entonces, el
arrebatamiento sería tres años y medio antes de su venida. ]Ambas posiciones tenían razón, pero
ambas partían de la suposición errada de que la tribulación y los 7 años de Israel eran lo mismo. Lo
cierto es que la tribulación empieza algún tiempo antes de los 7 años, y en la mitad de la
tribulación, o sea, al dar inicio a los 7 años, vendrá el arrebatamiento. Lo cierto es que los
cristianos estaremos en la primera parte de la tribulación, los llamados "principios de dolores de
parto", y nos iremos en la mitad de la tribulación, justo antes de iniciar los últimos 7 años.
5. Aunque tengo mucho más que decir, quisiera solo mencionar otro de los trágicos errores de
interpretación de la profecía; y es el de suponer que el próximo evento profético es el
arrebatamiento. Pero si hubieran mirado los escritos de los apóstoles, y las palabras de Cristo: (1)
Sabrían que antes del arrebatamiento, habrá una persecución mundial contra el remanente fiel
del cristianismo. (2) Sabrían que antes de la persecución, y durante ella, habrá una poderosa
evangelización mundial acompañada de espantosos juicios sobrenaturales; cumpliendo, así, la
verdadera gran comisión, y levantando la última cosecha de convertidos; y levantando, ante esos
juicios, un implacable odio en su contra. (3) Sabrían que antes de la evangelización, habrá un
último avivamiento de santidad, entre el remanente vencedor. (4) Sabrían que antes del
avivamiento, habrá un juicio de Cristo sobre la iglesia; vomitando la institución cristiana apóstata
de su boca, y seleccionando a los cristianos que estuvieron sumergidos solo en su palabra
(dejando de lado los libritos, los cassettes, los videos, los cursos, los predicadores de moda, etc.);
seleccionando a los cristianos que se habían negado a sí mismos, habían tomado su cruz con gozo,
y habían seguido solo al Señor, y no a las instituciones; y seleccionando a los cristianos que habían
echado mano a la vida eterna, amando lo celestial, y no se habían dejado arrastrar por aquellos
que solo aman esta vida, el bienestar físico y las riquezas materiales. (5) Sabrían que antes del
juicio a la iglesia, habrá una confrontación pública entre los genuinos siervos de Dios y los
engañadores, venciendo aquellos rotundamente, y dejando al descubierto delante de todos la
falsedad de estos; ante lo cual, algunos cristianos se arrepentirán, pero la mayoría preferirá negar
las Escrituras y volverse en contra de los que las predican con fidelidad; antes que aceptar tener
que renunciar a sus ansias de poder sobrenatural y de riquezas. Por esto, porque han rechazado la
verdad, habiendo ya sido vencidos y convencidos por ella, Dios los deshecha y los entrega a un
mayor engaño, para que se pierdan. (6)Sabrían que antes de esta confrontación, vendrá la
apostasía, cuando surjan dentro de la iglesia famosos predicadores rodeados de milagros y
ofreciendo riquezas de parte de Dios, a cambio de llevar ofrendas a la iglesia; y cuando la mayoría
de los creyentes se dejen arrastrar por sus anhelos de poder sobrenatural, y por sus codicias de
riquezas. Pero, mientras tanto, unos pocos creyentes empezarán, en secreto, a crecer en la
palabra, a crecer en santidad, a crecer en celestialidad, a crecer en gozo y contentamiento en
medio de las aflicciones y la pobreza, y a crecer en verdadero poder espiritual (poder para cambiar
vidas, no para arreglar circunstancias). Por tanto el próximo evento profético no es el
arrebatamiento, sino la apostasía; solo que ya estamos en medio de ella, y Dios ya está
empezando a llamar a los verdaderos vencedores hacia la renuncia, la comunión personal y la
entrega total de la vida al Señorío de Cristo; y es tiempo de que tomemos la decisión por él o
pereceremos; porque el siguiente evento profético, luego de que los cristianos apóstatas sean
confrontados por la verdad, es que serán vomitados de su boca, y serán entregados al engaño del
propio anticristo.
Su hermano en Cristo,
Edgard

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