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EL AÑO NUEVO Y EL AÑO VIEJO

AÑO VIEJO
(Personaje fantástico, aparece como mendigo)
Voy llegando al fin de mi jornada; doce meses volaron
presurosos del Nuevo Año se acerca la alborada con destellos
sublimes y gloriosos.
Trescientos sesenta y cinco días fenecieron, ocho mil
setecientos setenta horas ya pasaron muy felices serán los
que supieron vivir con Dios y el tiempo aprovecharon.
Mas los otros, ¿qué cuenta al fin darán? Si imposibles,
ociosos y confiados no pensaron en los días que se van y a
los vicios vivieron entregados?
Voy veloz, y conmigo marcharán, los indignos, los pobres
fracasados; sus conciencias torturas sufrirán no encontrando
lugar con los salvados.

(Pasan dos niños)


Primer Niño: Adiós, año viejecito, ya te vas quedando atrás,
y yo marcho despacito porque espero un año más; yo te
llamo el abuelito sin que pueda despreciarte, ¡fuiste
afable mi viejito! Quiero siempre recordarte.
Segundo Niño: Un adiós hoy exclamamos; mil aventuras,
abuelito, que el otro año ya abrazamos y seguimos
despacito.

AÑO NUEVO
(Personaje joven y elegantemente vestido)
Soy Nuevo Año que visto esplendoroso, portador de mil planes
y esperanzas; hoy prometo y ofrezco un fin glorioso al que
lucha contra el mal y la venganza.
Soy el precursor de paz perfecta, guardará y vivirá en
seguridad el que observe una vida bien correcta, descansando
confiado en la verdad.
No obstante habrá en mi transcurso días fatales ya que hoy
reina por doquiera la impiedad; mas serán vencedores de los
males los que sigan la fe y la caridad. ¡Adelante,
peregrinos! Marchad con la frente siempre erguida que el
Nuevo Año venturas os ofrecen en la ruda jornada de la vida
redimid el tiempo que os presento; sin cesar en Dios seguir
confiando, y obtendréis en la lucha fiel portento al Señor
por los siglos alabando.

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