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Su naturaleza humana.
Su naturaleza divina.
La interrelación entre estas dos naturalezas, cómo interactuarían y se afectarían
entre sí.
Índice
1 Controversias respecto a los que niegan la naturaleza divina de Cristo Jesús
2 Controversias respecto a los que niegan la naturaleza humana de Cristo
3 Otras posturas y controversias cristológicas
4 Posturas cristológicas reflejadas en los nombres y títulos de Jesús
o 4.1 Cristo el Rey
o 4.2 Rey de Reyes y Señor de Señores
o 4.3 Rey del Cielo
o 4.4 (H)O ON
o 4.5 Abreviaciones
5 Véase también
6 Bibliografía
o 6.1 En español
o 6.2 En otras lenguas
7 Enlaces externos
Se pueden describir la mayoría de estos en términos de si ellos creían que Cristo tiene
naturaleza divina, naturaleza humana o ambas; y de ser ambas, en términos de cómo
ambas naturalezas coexisten o interactúan.
Una postura que tienen muchos que creen en el Binitarianismo es que Jesús era el
Verbo, y por lo tanto Dios (Juan 1), antes de su nacimiento, y que no era completamente
Dios mientras estuvo en la Tierra en el sentido de que no haría nada sobre esa naturaleza
(Juan 5,19.30;8,28), y que Jesús se hizo completamente Dios luego de la resurrección
con toda autoridad (Mateo 28,18) y poder de Dios como lo tenía antes de su
Encarnación. Hoy en día esto se considera por la mayoría de la ortodoxia cristiana como
una herejía moderna.
Otros puntos de vista disminuyen la extensión a la cual Jesús era divino, uno de los
cuales es el del arrianismo, donde Cristo no es totalmente divino, sino que fue creado
por Dios para el propósito de realizar la salvación.
La mayoría de los que encarnacionistas citan el texto bíblico de Filipenses 2:6 y afirman
que "Jesús existía en la forma de Dios antes de venir a la Tierra (Filipenses 2:6), lo que
no implica que era igual a él". Sin embargo una lectura objetiva de ese texto deja en
claro que el texto no menciona jamás que los acontecimientos que narra sucedieran
antes del nacimiento de Jesús y es poco probable que los cristianos de origen judío a
quienes fue dirigida la carta entendieran que el texto aludía a alguna forma de existencia
previa. Dado que el texto no menciona lugar (el cielo según los encarnacionistas) o
momento (antes de nacer según los encarnacionistas) dependemos del contexto para
establecer estas dos realidades objetivas. El texto refiere a "Jesucristo". La mención de
"Jesucristo" remite inmediatamente al lector Filipense al ser humano llamado Jesús y
considerado Cristo (Mesías) por sus seguidores. Este Jesús tenía forma de Dios ante los
hombres tal como la propia Biblia hebrea dice que Moisés tenía forma de Dios ante
Faraón. ([Éxodo]] 7:1,2) Pese a tal autoridad , Jesús se humilla como un esclavo tal
como dice el texto "en su condición de hombre" y no en una condición previa a ser
hombre. El hecho de que la palabra griega original "morphos" alude a autoridad, rango
o categoría y no a naturaleza queda claro en el propio texto donde es empleada para
referirse a "forma de esclavo" siendo que el ser esclavo no implica una naturaleza sino
una categoría o rango. Este empleo de la palabra "morphos" era habitual en el griego
koineé en el cual fue escrito el Nuevo Testamento.
Jesús era completamente humano de acuerdo a las escrituras, y según sus seguidores no
tenía la mancha del pecado heredado de Adán, por lo que no tenía ninguna tendencia
propia de sí mismo al pecado, sino que tenía que ser impulsado por una fuerza externa
para inducirle a pecar (Satanás el Diablo). El relato de las tentaciones de Jesús que
aparece en el capítulo 4 de Mateo y en el capítulo 4 de Lucas indican que fue el Diablo
quien intentó hacer que Jesús pecara, y no una tendencia al mal existente dentro de él;
esto es lo mismo que experimentaron Adán y Eva, solo que en el caso de estos dos
últimos, Satanás tuvo éxito al inducirlos a pecar contra Dios. Como consecuencia la
muerte de Jesús, al no ser consecuencia del pecado (pues Jesús nunca pecó, según
Hebreos 4:15) y por lo tanto ser totalmente inmerecida (pues son los pecadores los que
merecen morir, según Romanos 6:23), adquiere un valor redentorio (como el de un
sacrificio, según 1 Juan 2:1, 2), pues paga a Dios el precio del pecado heredado de
Adán, y posibilita a los seguidores de Jesucristo tener la esperanza segura de que Dios
los liberará de la esclavitud al pecado y a la muerte usando el valor del sacrificio de
Jesús para ello. A esto se le conoce como "rescate".
Una vez resucitado, Jesús , su cuerpo desaparece de la tumba y pese a que los primeros
discípulos al verlo creen que Jesús resucitó como un espíritu, Jesús los corrige y les dice
explícitamente : "Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque
un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo" (Lucas 24:39) Luego de
su resurrección, Dios lo ensalza a un puesto superior al que tenía durante su ministerio
en la tierra. (Juan 17:5, Filipenses 2:8-10). Este ensalzamiento pone a Jesús por encima
de cualquier otro ser, excepto a su Padre (1 Corintios 15:27, 28). (Juan 17: 1. Estas
cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado;
glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; Juan 17:5. Ahora pues,
Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el
mundo fuese. Juan 17:10. y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en
ellos. Juan 17:11. Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a
ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así
como nosotros. Juan 17:21. para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en
ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
Juan 17:22. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como
nosotros somos uno.]])
Los católicos y calvinistas siguen las enseñanzas de San Agustín de Hipona sobre el
pecado original en cuanto a que el ser humano no sólo hereda la tendencia a pecar, sino
la culpa del pecado también. Comúnmente citan a Pablo: "Y así el pecado entró al
mundo a través de un hombre y la muerte por el pecado, y así la muerte se les legó a
todos los hombres, porque todos los hombres pecaron" (Rm 5,12) Sin embargo, esto no
resuelve la cuestión sobre Jesucristo. Si todos nacimos con la culpa del pecado, Cristo
también nacería pecador.
De acuerdo al dogma, María la madre de Jesús fue preservada por Dios del pecado
original, naciendo así sin pecado. Así se dice que María nunca pecó en su vida. El
resultado neto es que cuando Jesús nació, no heredó la naturaleza pecadora de la
humanidad. Nació con la naturaleza de Adán antes de la caída, no luego de la misma
como el resto de nosotros.
- "Ya que Dios ha hecho lo que la ley, debilitada por la carne, no pudo hacer: enviando
a su único Hijo en la semejanza de la carne pecadora, condenó al pecado en la carne,
para que el justo requerimiento de la ley se cumpliera en nosotros, que caminamos no de
acuerdo a la carne sino de acuerdo al Espíritu" (Rm 8,3-4)
- "Ya que los hijos tienen carne y sangre, él también compartió en su humanidad para
que con su muerte pudiera destruir a aquel que mantiene el poder de la muerte—es
decir, el diablo— y liberar a aquellos cuyas vidas estaban esclavizadas por su miedo a la
muerte. Pues ciertamente no es a los ángeles a los que ayuda, sino a los descendientes
de Abraham. Por esta razón tenía que ser hecho como sus hermanos en todos los
sentidos, para que pudiera hacerse misericordioso y el fiel alto sacerdote al servicio de
Dios, y que pudiera interceder por los pecados de la gente. Pues él mismo sufrió cuando
fue tentado, y es capaz de ayudar a aquellos que han sido tentados" (Hb 2,14-18)
De seguro María no creía que ella misma estaba libre de la mancha del pecado original,
puesto que ella y José cumplieron con un requisito de la Ley establecido en Levítico
12:1-8, que dice claramente el procedimiento para purificarse del pecado cuando nacía
un bebé (cosa que sería innecesario hacer si ella tuviera la misma pureza que tenía Eva
antes de pecar, pues a esta última más bien se le había bendecido y se le había ordenado
que llenara la Tierra con Adán su esposo, según dice Génesis 1:28, lo que implicaría
tener muchos hijos). Este simple hecho registrado en la Biblia pone en seria duda la
validez de la doctrina de la "Inmaculada Concepción" de acuerdo con algunos, pero
otros arguyen que igual que hizo Jesucristo al bautizarse, siguiendo la Tradición, María
acudió a purificarse como signo de obediencia y respeto a la Ley vigente en ese
momento, como una judía más que era.
Otras iglesias, como la Iglesia Ortodoxa o Protestantes como los Adventistas del
Séptimo Día dicen que los católicos y calvinistas fallan en entender la verdadera
naturaleza del pecado original. Dicen que hay una gran diferencia entre la tendencia al
pecado (es decir la tentación) y el actual acto de pecar.
La ortodoxia oriental y los adventistas argumentan que Pablo dice que Cristo, como
cualquier otro ser humano, heredó la misma debilidad del cuerpo humano como el resto
de la humanidad. Ni Cristo ni ningún otro ser humano heredaría en sí la culpa del
pecado. Lo que Cristo heredaría sería la tendencia al pecado. Las tentaciones de Cristo
serían el testimonio de esto. Sintió la misma clase de hambre, la misma debilidad.
- "Por esta razón [Jesús] tuvo que ser hecho como sus hermanos en todo aspecto, de
forma que pudiera ser misericordioso y fiel alto sacerdote al servicio de Dios, y que
pudiera interceder por los pecados de las personas" (Hb 2,17).
- "Muchos que engañan, que no reconocen a Jesucristo como de carne, han ido al
mundo. Cualquiera de esas personas son el engañador y el anticristo" (2Jn 7)
En relación con esto, se puede argumentar que tener hambre no es una debilidad. De ser
así, entonces a los perfectos Adán y Eva no se les habría puesto en un jardín paradisíaco
en el cual tuvieran a su disposición todos los frutos de casi todos los árboles (excepto el
de la ciencia del bien y del mal, según Génesis 2:16, 17) para satisfacer sus necesidades
alimenticias y las de sus futuros hijos. La sensación de hambre (más bien el apetito,
pues nunca fue la intención de Dios el que la humanidad sufriera hambre) es un
mecanismo fisiológico creado por Dios que permite al ser humano saber cuál es el
momento adecuado para alimentarse, el cual, al igual que otras necesidades humanas
como el sexo, puede ser mal empleado, degenerándose en trastornos alimenticios como
anorexia, bulimia o glotonería. Por lo tanto, el que Jesús sintiera hambre después de
ayunar ¡40 días! (Lucas 4:1, 2) muestra que era humano, no que había heredado la
tendencia al pecado.
Lo que hace necesario que los seres humanos sean rescatados de la esclavitud al pecado
heredado de Adán es el simple hecho que, aunque no son culpables directamente de lo
que hicieron Adán y Eva, sí llevan en sus cuerpos el defecto que esta mala acción
produjo en todos ellos, lo que los induce a su vez a pecar. Pero dado que los
descendientes de Adán y Eva no son directamente culpables, a ellos Dios les puede
mostrar misericordia y limpiarlos de sus pecados por la fe de ellos en Jesús, cosa que es
imposible hacer con Adán y Eva, puesto que su decisión de rebelarse contra Dios fue
tomada de manera deliberada, estando en perfección, y por lo tanto sin la pesada
influencia del pecado heredado que ha oprimido a los demás seres humanos.
En la teología católica, un título dado a Jesús es "Cristo el Rey", y existe un día festivo
asociado con el otorgamiento de este título. Este título está conferido para indicar que
Cristo debería gobernar sobre todos los aspectos de la vida, incluyendo la vida política.
De esta manera, este título se opone al concepto del secularismo.
Hay una larga tradición en la utilización de este nombre tanto para Cristo como para
Dios Padre, especialmente en el Catolicismo medieval. Por ejemplo, Juana de Arco
utilizaba frases como "Rey Jesús, Rey del Cielo y de todo el mundo, mi legítimo y
soberano Señor" (en una carta dictada por ella el 17 de julio de 1429).
Icono del tipo "Hecha Sin Manos ", con «ὁ Ὤν» inscritos en el halo de la cruz. La
abreviación "IC XC" aparece en las esquinas superiores.
(H)O ON
Abreviaciones
Al iniciarse el tercer siglo la nomina sacra, los nombres de Jesús, fueron algunas veces
acortados por la contracción en las inscripciones Cristianas, resultando en secuencias de
letras Griegas tales como IH (iota-eta), IC (iota-sigma), o IHC (iota-eta-sigma) para
Jesús (Griego Iēsous), y XC (chi-sigma), XP (chi-ro) y XPC (chi-rho-sigma) para Cristo
(Griego Christos). Aquí la "C" representa la forma "alunada" medieval de la letra
Griega sigma; sigma podría también ser transcrita en el alfabeto latino por el sonido,
dando IHS y XPS. Algunos de estos monogramas griegos continuaron usándose en
Latín durante la Edad Media. Eventualmente el significado correcto fue mayormente
olvidado, y las interpretaciones erróneas del monograma IHS condujeron a la falta
ortográfica del "Jhesus". Casi al finalizar la Edad Media IHS llegó a ser un símbolo con
la "H" apareciendo como una cruz y bajo ella tres clavos, mientras que la figura entera
estaba rodeada por rayos. IHS llegó a ser la característica iconográficamente aceptada
de San Vincente Ferrer y de San Bernardino de Siena. Bernardino, al final de sus
sermones exhibiría este monograma devotamente a su audiencia por lo cual fue
criticado y más aún llevado ante el Papa Martin V. El fundador de la Compañía de Jesús
(Jesuitas), Ignacio de Loyola adoptó el monograma en su sello y este se convirtió en el
emblema de su institución. IHS fue algunas veces equivocadamente entendida como
"Jesus Hominum (o Hierosolymae) Salvator", es decir, Jesús, el Salvador de los
hombres (o de Jerusalem=Hierosolyma).
Véase también
Teología secular
Anexo:Advocaciones cristíferas
Binitarianismo
Bibliografía
En español
En otras lenguas