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Cristología

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La cristologia es la parte de la teología cristiana que dedica su estudio al papel que


desempeña Jesús de Nazaret (desde los puntos de vista tanto humanos como divinos,
bajo el título de Cristo o Mesías). Sin embargo, los detalles menores de su vida no son
tan importantes para la cristología, y sí lo son más bien el quién era, la Encarnación y
los eventos más importantes de su vida (su nacimiento, su muerte y su resurrección)

Algunos puntos clave de la cristología incluyen:

 Su naturaleza humana.
 Su naturaleza divina.
 La interrelación entre estas dos naturalezas, cómo interactuarían y se afectarían
entre sí.

La cristología también abarca cuestiones concernientes a la naturaleza de Dios como el


trinitarismo, el unitarianismo o el binitarismo, y sobre lo que Cristo habría logrado para
el resto de la humanidad. Hay tantos puntos de vista cristológicos como hay variantes
del cristianismo. Los diferentes puntos de vista cristológicos de las diversas corrientes
cristianas han llevado a acusaciones mutuas de herejía y, menos frecuentemente, a
subsecuentes persecuciones religiosas. En muchos casos, la cristología particular de una
rama es su característica distintiva, en estos casos es común que a la corriente se le
conozca bajo el nombre de su visión cristológica. El resumen del pensamiento cristiano
que hace que sea cristiano para la mayoría de ellos: protestantes, evangélicos,
ortodoxos, carismáticos, conservadores, católicos y los apostólicos y también romanos,
de armenia, coptos, etc. etc:

 Jesucristo es Verdadero Dios;


 Jesucristo es Verdadero Hombre;
 Jesucristo es Uno y el Mismo

Esto es el resumen simplificado en solo tres puntos.

Índice
 1 Controversias respecto a los que niegan la naturaleza divina de Cristo Jesús
 2 Controversias respecto a los que niegan la naturaleza humana de Cristo
 3 Otras posturas y controversias cristológicas
 4 Posturas cristológicas reflejadas en los nombres y títulos de Jesús
o 4.1 Cristo el Rey
o 4.2 Rey de Reyes y Señor de Señores
o 4.3 Rey del Cielo
o 4.4 (H)O ON
o 4.5 Abreviaciones
 5 Véase también
 6 Bibliografía
o 6.1 En español
o 6.2 En otras lenguas
 7 Enlaces externos

Controversias respecto a los que niegan la naturaleza


divina de Cristo Jesús
Varias controversias importantes incluyen la existente con los arrianos sobre la
divinidad de Cristo y su relación con el Padre, lo que llevó a la adopción del Símbolo
Niceno-Constantinopolitano (Credo de Nicea-Constantinopla); también la controversia
con el Nestorianismo, y aquella con el Monofisitismo (y sus variantes, el Monotelitismo
y el Monoenergismo), que llevaron al primero de siete Concilios Ecuménicos y sus
varios decretos, cánones y profesiones de fe. La adopción en el Concilio de Calcedonia
del punto de vista Cristológico fue clave para el comienzo de la discusión cristológica.
Otras controversias cristológicas incluyen la de los docetistas y la de los adopcionistas.

Se pueden describir la mayoría de estos en términos de si ellos creían que Cristo tiene
naturaleza divina, naturaleza humana o ambas; y de ser ambas, en términos de cómo
ambas naturalezas coexisten o interactúan.

Una de las más antiguas disputas en el cristianismo se centra en si Jesús es Dios. Un


número de ramas cristianas primitivas creían que Jesús no era divino, sino simplemente
un profeta, Moshiach humano, como está prometido en el Antiguo Testamento (ver, por
ejemplo, Deuteronomio 18). Esta doctrina, originada en la comunidad judeocristiana en
Nazaret, de Jesús como un simple profeta como está prometido en el AT, y en realidad
sin Unidad con el Padre, como la segunda persona de la Trinidad, Dios verdadero y
Hombre verdadero, se conoció como la herejía ebionita por parte de la ortodoxia que
prevaleció, no porque lo considera profeta, ni porque lo considera humano, sino porque
solamente lo considera un hombre común y corriente pecador y no Hijo de Dios como
también está prometido en la Tanaj (que incluye la Torah). Las inclusiones de las
genealogías de Jesucristo en Mateo 1,1-17 y en Lucas 3,23-28 se usaron para explicar la
creencia de que Jesús es el Cristo en la línea de David. Una explicación alternativa es
que las naturalezas de Cristo estaban en oposición una con la otra, que Jesucristo sólo
tenía la ilusión de un cuerpo humano y que, por lo tanto, no tendría ancestros humanos.
Esta doctrina parece ser que perteneció a los cristianos gnósticos, que después fueron
calificados de herejes por las autoridades ortodoxas de la iglesia.

Una postura que tienen muchos que creen en el Binitarianismo es que Jesús era el
Verbo, y por lo tanto Dios (Juan 1), antes de su nacimiento, y que no era completamente
Dios mientras estuvo en la Tierra en el sentido de que no haría nada sobre esa naturaleza
(Juan 5,19.30;8,28), y que Jesús se hizo completamente Dios luego de la resurrección
con toda autoridad (Mateo 28,18) y poder de Dios como lo tenía antes de su
Encarnación. Hoy en día esto se considera por la mayoría de la ortodoxia cristiana como
una herejía moderna.

El punto de vista de Calcedonia está resumido en el credo Niceno-Constantinopolitano,


que fue aceptado ecuménicamente en el Concilio de Calcedonia. Este punto de vista
indica que Cristo "posee dos naturalezas", divina y humana, que están unidas en una
misma persona, Jesucristo, sin que ninguna de las naturalezas pierda sus propiedades ni
su individualidad pero sin estar separadas. Este credo fue adaptado en este concilio, y
fue influenciado en gran parte por el Tomo de León, que el papa León I envió para ser
leído en este concilio. Es el dogma de las iglesias Católicas y Ortodoxas, y también es el
punto de vista de la Comunión anglicana (que no obliga dogmas), y de la gran mayoría
de las iglesias Protestantes. Una de las doctrinas relacionadas en profundidad con la
naturaleza de Jesús en la tierra es la de la kenosis.

Otros puntos de vista disminuyen la extensión a la cual Jesús era divino, uno de los
cuales es el del arrianismo, donde Cristo no es totalmente divino, sino que fue creado
por Dios para el propósito de realizar la salvación.

Controversias respecto a los que niegan la naturaleza


humana de Cristo
En cambio otras posturas proclaman que Jesús fue completamente divino pero no
completamente humano. La postura estrictamente Monofisista establece que la
naturaleza humana de Cristo se disolvía o era consumida por la divina, mientras que la
postura monotelista establece que Cristo existe con una naturaleza híbrida,
simultáneamente humana y divina, única en el universo. La postura Docetista establece
que Cristo era nunca completamente humano, sino sólo aparentemente humano. El
semi-docetismo niega parcialmente la humanidad, usualmente afirmando que Cristo no
fue sujeto a tentación ni a ninguna debilidad humana de hambre, fatiga o miedo a la
muerte.

Otras posturas y controversias cristológicas


Otras posturas aceptan la idea de Jesús como hombre, por ejemplo la postura nestoriana
establece que lo divino, y lo humano, compartían el mismo cuerpo pero retenían dos
separadas personalidades. La postura adopcionista establece que Jesús fue nacido como
hombre, pero se convirtió en hijo de Dios por adopción al ser bautizado en el río Jordán.
La postura del psilantropismo establece que Jesús es literalmente "solamente humano" y
en ninguna forma divino.

Existe también la postura Judío-Mesiánica de que Yeshuwah y YHWH son la misma


entidad, y Roah haQodesh y 'Elohiym son partes separadas de Dios. YHWH aparece en
el TaNaKh, mientras que Yeshuwah es la forma encarnada de YHWH en Briyth
Chadasha. En esta postura, Yeshuwah nace completamente humano y se vuelve
completamente Dios en su bautismo por Roah haQodesh (simbolizando nuestra
inclusión en la familia de Dios en nuestro propio bautismo con Roah haQodesh).

La mayoría de los que encarnacionistas citan el texto bíblico de Filipenses 2:6 y afirman
que "Jesús existía en la forma de Dios antes de venir a la Tierra (Filipenses 2:6), lo que
no implica que era igual a él". Sin embargo una lectura objetiva de ese texto deja en
claro que el texto no menciona jamás que los acontecimientos que narra sucedieran
antes del nacimiento de Jesús y es poco probable que los cristianos de origen judío a
quienes fue dirigida la carta entendieran que el texto aludía a alguna forma de existencia
previa. Dado que el texto no menciona lugar (el cielo según los encarnacionistas) o
momento (antes de nacer según los encarnacionistas) dependemos del contexto para
establecer estas dos realidades objetivas. El texto refiere a "Jesucristo". La mención de
"Jesucristo" remite inmediatamente al lector Filipense al ser humano llamado Jesús y
considerado Cristo (Mesías) por sus seguidores. Este Jesús tenía forma de Dios ante los
hombres tal como la propia Biblia hebrea dice que Moisés tenía forma de Dios ante
Faraón. ([Éxodo]] 7:1,2) Pese a tal autoridad , Jesús se humilla como un esclavo tal
como dice el texto "en su condición de hombre" y no en una condición previa a ser
hombre. El hecho de que la palabra griega original "morphos" alude a autoridad, rango
o categoría y no a naturaleza queda claro en el propio texto donde es empleada para
referirse a "forma de esclavo" siendo que el ser esclavo no implica una naturaleza sino
una categoría o rango. Este empleo de la palabra "morphos" era habitual en el griego
koineé en el cual fue escrito el Nuevo Testamento.

En la teología neo testamentaría , Jesús era el equivalente a Adán. Los judíos


aguardaban el nacimiento en la tierra de un Mesías , profeta o líder humano enviado por
Dios o nacido mediante intervención milagrosa de Dios y no el descenso de una criatura
celestial pre existente. Los primeros cristianos identifican a ese Mesías con Jesús de
Nazaret del cual se dice que era equivalente a Adán, el primer ser humano sobre el cual
ningún grupo (excepto el mormonismo) considera pre-existente al nacimiento. 1
Corintios 15:21, 22).

Jesús era completamente humano de acuerdo a las escrituras, y según sus seguidores no
tenía la mancha del pecado heredado de Adán, por lo que no tenía ninguna tendencia
propia de sí mismo al pecado, sino que tenía que ser impulsado por una fuerza externa
para inducirle a pecar (Satanás el Diablo). El relato de las tentaciones de Jesús que
aparece en el capítulo 4 de Mateo y en el capítulo 4 de Lucas indican que fue el Diablo
quien intentó hacer que Jesús pecara, y no una tendencia al mal existente dentro de él;
esto es lo mismo que experimentaron Adán y Eva, solo que en el caso de estos dos
últimos, Satanás tuvo éxito al inducirlos a pecar contra Dios. Como consecuencia la
muerte de Jesús, al no ser consecuencia del pecado (pues Jesús nunca pecó, según
Hebreos 4:15) y por lo tanto ser totalmente inmerecida (pues son los pecadores los que
merecen morir, según Romanos 6:23), adquiere un valor redentorio (como el de un
sacrificio, según 1 Juan 2:1, 2), pues paga a Dios el precio del pecado heredado de
Adán, y posibilita a los seguidores de Jesucristo tener la esperanza segura de que Dios
los liberará de la esclavitud al pecado y a la muerte usando el valor del sacrificio de
Jesús para ello. A esto se le conoce como "rescate".

Una vez resucitado, Jesús , su cuerpo desaparece de la tumba y pese a que los primeros
discípulos al verlo creen que Jesús resucitó como un espíritu, Jesús los corrige y les dice
explícitamente : "Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque
un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo" (Lucas 24:39) Luego de
su resurrección, Dios lo ensalza a un puesto superior al que tenía durante su ministerio
en la tierra. (Juan 17:5, Filipenses 2:8-10). Este ensalzamiento pone a Jesús por encima
de cualquier otro ser, excepto a su Padre (1 Corintios 15:27, 28). (Juan 17: 1. Estas
cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado;
glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; Juan 17:5. Ahora pues,
Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el
mundo fuese. Juan 17:10. y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en
ellos. Juan 17:11. Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a
ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así
como nosotros. Juan 17:21. para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en
ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
Juan 17:22. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como
nosotros somos uno.]])

Los católicos y calvinistas siguen las enseñanzas de San Agustín de Hipona sobre el
pecado original en cuanto a que el ser humano no sólo hereda la tendencia a pecar, sino
la culpa del pecado también. Comúnmente citan a Pablo: "Y así el pecado entró al
mundo a través de un hombre y la muerte por el pecado, y así la muerte se les legó a
todos los hombres, porque todos los hombres pecaron" (Rm 5,12) Sin embargo, esto no
resuelve la cuestión sobre Jesucristo. Si todos nacimos con la culpa del pecado, Cristo
también nacería pecador.

Para resolver esto, se reconoció el dogma católico sobre la Inmaculada Concepción de


María. Este dogma no debe confundirse con el del nacimiento virginal de Cristo, que es
común pero incorrectamente denominado la concepción inmaculada.

De acuerdo al dogma, María la madre de Jesús fue preservada por Dios del pecado
original, naciendo así sin pecado. Así se dice que María nunca pecó en su vida. El
resultado neto es que cuando Jesús nació, no heredó la naturaleza pecadora de la
humanidad. Nació con la naturaleza de Adán antes de la caída, no luego de la misma
como el resto de nosotros.

El problema se encontraría en que negaría la misma naturaleza luego de la caída en la


que los demás vivimos. Parece también inconsistente con otras citas de Pablo:

- "Ya que Dios ha hecho lo que la ley, debilitada por la carne, no pudo hacer: enviando
a su único Hijo en la semejanza de la carne pecadora, condenó al pecado en la carne,
para que el justo requerimiento de la ley se cumpliera en nosotros, que caminamos no de
acuerdo a la carne sino de acuerdo al Espíritu" (Rm 8,3-4)

- "Ya que los hijos tienen carne y sangre, él también compartió en su humanidad para
que con su muerte pudiera destruir a aquel que mantiene el poder de la muerte—es
decir, el diablo— y liberar a aquellos cuyas vidas estaban esclavizadas por su miedo a la
muerte. Pues ciertamente no es a los ángeles a los que ayuda, sino a los descendientes
de Abraham. Por esta razón tenía que ser hecho como sus hermanos en todos los
sentidos, para que pudiera hacerse misericordioso y el fiel alto sacerdote al servicio de
Dios, y que pudiera interceder por los pecados de la gente. Pues él mismo sufrió cuando
fue tentado, y es capaz de ayudar a aquellos que han sido tentados" (Hb 2,14-18)

En armonía con lo mencionado en los tres anteriores párrafos, la Biblia sostiene


claramente que la concepción de Jesús en el viente de María no se debió a relaciones
sexuales (Lucas 1:34), sino al poder del espíritu santo de Dios (Lucas 1:35). De seguro
para Dios no es nada difícil encargarse de que María, aun siendo imperfecta, concibiera
a un hombre perfecto. Es por esa razón que tuvo que ser una virgen (Lucas 1:27), para
que después no se adujese que Jesús era hijo de un padre humano, y por lo tanto
imperfecto también. Asimismo, lo que hizo Dios no creó a un nuevo ser, sino que formó
a un ser humano en el vientre de María tal como lo describe el ángel Gabriel en el
evangelio de Lucas. Ese ser, luego de nacer (y no antes) sería llamado por esta razón
"hijo de Dios" dado que no tendría padre humano. Es muy concluyente que según las
escrituras el ángel Gabriel le diga a María que Jesús "Será grande y será llamado Hijo
del Altísimo" y no que "Es grande y es llamado hijo del altísimo". Esto coincide con la
teología, el credo y la esperanza judía de aquel entonces: el Mesías sería un ser humano
nacido milagrosamente y no un ser celestial encarnado en un cuerpo humano un
concepto proveniente del pensamiento griego posterior.

De seguro María no creía que ella misma estaba libre de la mancha del pecado original,
puesto que ella y José cumplieron con un requisito de la Ley establecido en Levítico
12:1-8, que dice claramente el procedimiento para purificarse del pecado cuando nacía
un bebé (cosa que sería innecesario hacer si ella tuviera la misma pureza que tenía Eva
antes de pecar, pues a esta última más bien se le había bendecido y se le había ordenado
que llenara la Tierra con Adán su esposo, según dice Génesis 1:28, lo que implicaría
tener muchos hijos). Este simple hecho registrado en la Biblia pone en seria duda la
validez de la doctrina de la "Inmaculada Concepción" de acuerdo con algunos, pero
otros arguyen que igual que hizo Jesucristo al bautizarse, siguiendo la Tradición, María
acudió a purificarse como signo de obediencia y respeto a la Ley vigente en ese
momento, como una judía más que era.

Otras iglesias, como la Iglesia Ortodoxa o Protestantes como los Adventistas del
Séptimo Día dicen que los católicos y calvinistas fallan en entender la verdadera
naturaleza del pecado original. Dicen que hay una gran diferencia entre la tendencia al
pecado (es decir la tentación) y el actual acto de pecar.

La ortodoxia oriental y los adventistas argumentan que Pablo dice que Cristo, como
cualquier otro ser humano, heredó la misma debilidad del cuerpo humano como el resto
de la humanidad. Ni Cristo ni ningún otro ser humano heredaría en sí la culpa del
pecado. Lo que Cristo heredaría sería la tendencia al pecado. Las tentaciones de Cristo
serían el testimonio de esto. Sintió la misma clase de hambre, la misma debilidad.

- "Por esta razón [Jesús] tuvo que ser hecho como sus hermanos en todo aspecto, de
forma que pudiera ser misericordioso y fiel alto sacerdote al servicio de Dios, y que
pudiera interceder por los pecados de las personas" (Hb 2,17).

Véase también: Intercesión de Cristo

Un ortodoxo oriental y un adventista podría argumentar que entender la naturaleza


humana de Cristo es tan crucial como entender su misión y su ministerio en la tierra,
tanto como su naturaleza divina.

- "Muchos que engañan, que no reconocen a Jesucristo como de carne, han ido al
mundo. Cualquiera de esas personas son el engañador y el anticristo" (2Jn 7)

En relación con esto, se puede argumentar que tener hambre no es una debilidad. De ser
así, entonces a los perfectos Adán y Eva no se les habría puesto en un jardín paradisíaco
en el cual tuvieran a su disposición todos los frutos de casi todos los árboles (excepto el
de la ciencia del bien y del mal, según Génesis 2:16, 17) para satisfacer sus necesidades
alimenticias y las de sus futuros hijos. La sensación de hambre (más bien el apetito,
pues nunca fue la intención de Dios el que la humanidad sufriera hambre) es un
mecanismo fisiológico creado por Dios que permite al ser humano saber cuál es el
momento adecuado para alimentarse, el cual, al igual que otras necesidades humanas
como el sexo, puede ser mal empleado, degenerándose en trastornos alimenticios como
anorexia, bulimia o glotonería. Por lo tanto, el que Jesús sintiera hambre después de
ayunar ¡40 días! (Lucas 4:1, 2) muestra que era humano, no que había heredado la
tendencia al pecado.

Lo que hace necesario que los seres humanos sean rescatados de la esclavitud al pecado
heredado de Adán es el simple hecho que, aunque no son culpables directamente de lo
que hicieron Adán y Eva, sí llevan en sus cuerpos el defecto que esta mala acción
produjo en todos ellos, lo que los induce a su vez a pecar. Pero dado que los
descendientes de Adán y Eva no son directamente culpables, a ellos Dios les puede
mostrar misericordia y limpiarlos de sus pecados por la fe de ellos en Jesús, cosa que es
imposible hacer con Adán y Eva, puesto que su decisión de rebelarse contra Dios fue
tomada de manera deliberada, estando en perfección, y por lo tanto sin la pesada
influencia del pecado heredado que ha oprimido a los demás seres humanos.

Posturas cristológicas reflejadas en los nombres y


títulos de Jesús
Cristo el Rey

En la teología católica, un título dado a Jesús es "Cristo el Rey", y existe un día festivo
asociado con el otorgamiento de este título. Este título está conferido para indicar que
Cristo debería gobernar sobre todos los aspectos de la vida, incluyendo la vida política.
De esta manera, este título se opone al concepto del secularismo.

Rey de Reyes y Señor de Señores

Handel se refería a Jesús como el "Rey de Reyes" y "Señor de Señores" en su oratorio


El Mesías, una referencia al pasaje bíblico Timoteo I 6:15.

Rey del Cielo

Hay una larga tradición en la utilización de este nombre tanto para Cristo como para
Dios Padre, especialmente en el Catolicismo medieval. Por ejemplo, Juana de Arco
utilizaba frases como "Rey Jesús, Rey del Cielo y de todo el mundo, mi legítimo y
soberano Señor" (en una carta dictada por ella el 17 de julio de 1429).

Icono del tipo "Hecha Sin Manos ", con «ὁ Ὤν» inscritos en el halo de la cruz. La
abreviación "IC XC" aparece en las esquinas superiores.
(H)O ON

En el Éxodo 3 cuando Dios se aparece en la zarza ardiente, Moisés le pregunta acerca


del nombre por el cual debe ser llamado. En la traducción Septuaginta Dios responde
«ἐγώ εἰμι ὁ Ὤν». «Ὁ Ὤν» ((H)O ON) traducido del Hebreo «‫»אהיה‬, pero determinarlo
en la lengua inglesa ha sido considerado como un problema. Es ampliamente aceptada
como "YO SOY", "El Único Existente", "Él que es", "EL SER", o significados
similares. En los íconos de la Ortodoxia oriental Jesús es usualmente retratado con una
cruz inscrita en su halo, y por el modo de identificarlo con el Dios que se reveló a sí
mismo frente a Moisés con las letras ὁ, Ὤ, y ν están frecuentemente escritas en sus
brazos.

Abreviaciones

IHS o JHS Cristograma de la Cristianidad occidental.

Al iniciarse el tercer siglo la nomina sacra, los nombres de Jesús, fueron algunas veces
acortados por la contracción en las inscripciones Cristianas, resultando en secuencias de
letras Griegas tales como IH (iota-eta), IC (iota-sigma), o IHC (iota-eta-sigma) para
Jesús (Griego Iēsous), y XC (chi-sigma), XP (chi-ro) y XPC (chi-rho-sigma) para Cristo
(Griego Christos). Aquí la "C" representa la forma "alunada" medieval de la letra
Griega sigma; sigma podría también ser transcrita en el alfabeto latino por el sonido,
dando IHS y XPS. Algunos de estos monogramas griegos continuaron usándose en
Latín durante la Edad Media. Eventualmente el significado correcto fue mayormente
olvidado, y las interpretaciones erróneas del monograma IHS condujeron a la falta
ortográfica del "Jhesus". Casi al finalizar la Edad Media IHS llegó a ser un símbolo con
la "H" apareciendo como una cruz y bajo ella tres clavos, mientras que la figura entera
estaba rodeada por rayos. IHS llegó a ser la característica iconográficamente aceptada
de San Vincente Ferrer y de San Bernardino de Siena. Bernardino, al final de sus
sermones exhibiría este monograma devotamente a su audiencia por lo cual fue
criticado y más aún llevado ante el Papa Martin V. El fundador de la Compañía de Jesús
(Jesuitas), Ignacio de Loyola adoptó el monograma en su sello y este se convirtió en el
emblema de su institución. IHS fue algunas veces equivocadamente entendida como
"Jesus Hominum (o Hierosolymae) Salvator", es decir, Jesús, el Salvador de los
hombres (o de Jerusalem=Hierosolyma).

Véase también
 Teología secular
 Anexo:Advocaciones cristíferas
 Binitarianismo
Bibliografía
En español

 Karl Adam (1972). El Cristo de nuestra fe (4ª edición). Herder.


ISBN 9788425403736.
 Vicente Ferrer Barriendos (2002). Jesucristo, nuestro Salvador. Iniciación a la
cristología. Ediciones Rialp. ISBN 9788432134159.
 José Caba (1980). De los evangelios al Jesús histórico: introducción a la
cristología (2ª edición). La Editorial Católica. ISBN 9788422002840.
 José Antonio Sayés (2006). Señor y Cristo. Curso de Cristología. Ediciones
Palabra. ISBN 9788482399102.

En otras lenguas

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 Norris, Richard A. and William G. Rusch. The Christological Controversy.
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 Outler, Albert C. Christology. Bristol House, 1996. ISBN 1-885224-08-7
 Joseph Ratzinger Introduction to Christianity. San Francisco: Ignatius Press,
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