El valor del juego radica en su práctica diaria. Sólo así se traduce en
beneficios para los niños y los adultos, que al hacerlo parte de su estilo de vida:
1. Desarrollan la imaginación, creatividad y un sano sentido del humor.
2. Descansan de las tensiones del día a día en un clima de diversión y esparcimiento al experimentar placer, relajación y alegría. 3. Expresan emociones y sentimientos, lo que posibilita un movimiento emocional que favorece la salud mental. 4. Resuelven conflictos, ansiedades e inseguridades sin sentirse amenazados. 5. Crean lazos afectivos duraderos que les permiten sentirse acompañados y seguros. 6. Muestran sus cualidades individuales y despliegan su personalidad única.
Jugar para crecer
Ayuda de Estudio
7. Activan el lenguaje y otras capacidades como la toma de decisiones,
memoria, atención, reflexión, empatía. 8. Ponen en práctica, casi sin notarlo, su perseverancia, constancia, atención, esfuerzo e iniciativa. 9. Viven la cultura a través de la interacción con personas, objetos y materiales que les ayudan a comprender y hacer suyo lo que ocurre en su entorno. 10. Practican valores y normas de convivencia, esperan su turno para participar, escuchan con atención a sus compañeros de juego, enriquecen su vocabulario y manejan la frustración en un entorno amable.
El juego es un apoyo para esos momentos que pueden tornarse difíciles como irse a dormir, la hora de la comida o ir al baño.