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Es inevitable que, cuando disponemos una serie de personajes sobre el tablero, creen relaciones y
vínculos entre sí. Les guste o no forma parte de su naturaleza y hasta el personaje más independiente
En ningún momento hay que perder de vista el propósito inicial de una conexión, ni mucho menos el por
qué esos personajes han llegado a ser lo que son. Sería incoherente y absurdo que dos personajes que
han sido amigos toda la vida, desde niños, no fuesen lo suficientemente comprensivos el uno con el otro. Si
les une una amistad de treinta años, hará falta algo terrible para separarlos o deberá ocurrir algo que les
cambie las vidas para llegar a sustituir esa relación por otra distinta.
En el caso de los dos buenos amigos, en el supuesto de que el escritor necesitase crear un conflicto que
rompiese su amistad, necesitará un motivo de una gravedad equivalente al grado de amistad que
pretende destruir. Lo mismo ocurre con cualquier tipo de relación sentimental. Incluso con relaciones
negativas, dos enemigos acérrimos necesitarán de un gran cambio o un gran motivo para replantearse su
Este tipo de lazos son combinables entre sí. Dos eternos rivales pueden ser amantes y estar unidos a la
vez por una causa común. Un escritor siempre debe justificar el porqué de cada relación relevante de la
LOS AMANTES
Probablemente el vínculo más fuerte entre dos personajes sea el amor. Dos enamorados son capaces de
hacer cualquier cosa por el ser amado, incluso sacrificar su propia vida. Obviamente existen distintos grados
de amor, desde un simple capricho amoroso hasta un intenso idilio que roza la obsesión y la locura. El
ejemplo perfecto y más representativo de Los Amantes es Romeo y Julieta, de la obra teatral homónima de
William Shakespeare.
ahora la condición de amigo ha quedado relegada a lo que antes se denominaba como conocido. Un buen
amigo, en referencia a este concepto literario, habla de alguien que estará ahí hoy y siempre, cubriendo el
hombro de su compañero, siendo leal y defendiéndose mutuamente en todo momento. Es una relación tan
fuerte y poderosa como podría ser el vínculo entre dos hermanos, o incluso más.
LA DEUDA
Algo externo conecta a los personajes y no tiene nada que ver con lo que sienten el uno por el otro. Quizá
uno tiene una deuda de juego que saldar, por lo que se crea un vínculo económico entre ellos. O puede que
uno le salvara la vida al otro, creando un vínculo de favor, donde el otro personaje se ve en la obligación
moral de devolverle el favor. Las posibilidades son casi infinitas, limitándose únicamente al hecho de que
dicha relación no puede despertar (al menos al principio), ningún interés personal o emocional entre ambos.
LOS ETERNOS RIVALES
Este tipo de relación no siempre es necesariamente nociva. Puede existir una relación de rivalidad sana,
donde los dos compiten por algún objetivo que ambos anhelan y no se puede compartir. Esto crea una
relación de amor-odio muy interesante, que deja al escritor un amplio abanico de posibilidades, pues
posibilita cualquier reacción por parte de los rivales, por extrema que sea. Si la parte del rival cobra más
fuerza que la del amigo, la situación podría ofrecer a un valiosísimo antagonista. A la inversa las
posibilidades también son muy jugosas, donde la amistad prevalece sobre la rivalidad y desencadena un giro
inesperado en la trama.
LOS FAMILIARES
Simple y llanamente: los personajes comparten lazos de sangre. Aunque no necesariamente tiene que existir
una conexión biológica, también es válido que éste sea adoptado, acogido, o que tenga una relación de
primo lejano… cualquier parentesco es válido para conectar a dos personajes. Aunque es un lazo demasiado
externo, por lo que siempre suele ir acompañado de alguno de los siguientes. Por ejemplo, dos hermanos
que son muy buenos amigos. Aún así, a veces basta con ser familia de alguien para cubrir una función
EL HUÉRFANO ASISTIDO
Todos los personajes sufren pérdidas y a menudo encuentran en otros una forma de llenar ese hueco.
Aunque el concepto hace referencia principalmente a una madre o padre que han perdido un hijo y cooperan
con alguien porque les recuerda a él, existen multitud de formas de cubrir esto. Estas alternativas reúnen a
alguien que se parece al hermano difunto, al amigo perdido, a la ex-novia que nunca se llegó a olvidar,
etcétera. Una frase muy típica que se suele oír en este tipo de relaciones es eso de: “Mi hijo tendría tu misma
edad”, «Te parece mucho a alguien que conocí una vez…». En tramas dramáticas es un modelo de relación
El tutor y el alumno es un modelo de relación donde uno de los personajes es un experto y avezado
conocedor del mundo, mientras que el otro es inexperto. No es obligatorio, pero suele existir una diferencia
de edad entre ambos, siendo el adulto o anciano quien da lecciones al joven. Es la clásica relación entre
Arturo y Merlín.
necesario cooperar para alcanzarlo, brinda al escritor la posibilidad de formar un lazo de unión y hermandad
entre personajes que no tienen absolutamente nada que ver. Incluso pueden ser enemigos acérrimos que,
en pos de un fin mayor, deciden dejar de lado sus diferencias. En estos casos, cada personaje tiene unos