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Pedagogicascriticas y FP
Pedagogicascriticas y FP
LINEA CONCEPTUAL
II
1
Borg, S. “Teachers’ Pedagogical Systems and Grammar Teaching: A Qualitative Study,” TESOL Quarterly 1 (32): 9-38 (1998).
Pruzzo, V. Transformación de la formación docente. Bs.As: Espacio Editorial, 2002.
2
Nunan, D. Research Methods in Language Learning. Cambridge: CUP, 1994.
3
Valles, M. Técnicas cualitativas de investigación social. Madrid: Síntesis, 1999. La experta consultada fue la Dra. Vilma Pruzzo de
la UNLPam
4
La Prof. Laura Sordelli, miembro del equipo de investigación indagó a la luz de las definiciones planteadas por la diversidad de
autores los conceptos de “buenos” y “malos” alumnos. Los comentarios de este artículo, recuperan ese trabajo.
5
Hedge, Barbara (2000) Teaching and learning in the language classroom, CUP, Cambridge.
procedimientos que el buen alumno desarrolla 6 : es un “adivinador” deseoso y
preciso; tiene un fuerte deseo de comunicarse, o de aprender por medio de la
comunicación; no se inhibe; piensa en la gramática correcta y en la estructura
de la oración cuando habla; busca practicar; monitorea su propia habla y
también la de los otros; piensa en el significado de las oraciones que produce y
escucha.
Nuevas investigaciones han determinado que no existe un conjunto de
estrategias que son usadas siempre por el buen alumno. Estos estudios
demostraron que alumnos menos capaces usan las estrategias de manera
azarosa, desconectada y descontrolada, mientras que los alumnos más
efectivos muestran una combinación más cuidadosa de estrategias dirigidas de
manera sistemática y relevante hacia tareas específicas en la lengua objeto. En
una investigación llevada a cabo por David Nunan (1991), se concluyó que los
alumnos más efectivos difieren de los menos efectivos en que poseen ‘una
mayor actividad para reflexionar y articular sus procesos de aprendizaje. 7
En nuestra investigación, coincidimos con Kaplan en que no existen
malos alumnos. Basamos la elección de los alumnos que participaron en la
investigación en dos fundamentos centrales:
- Aquellos alumnos que cumplían con requerimientos tales como la cantidad
de materias cursadas o finales aprobados así como también la cantidad de
años de permanencia en la carrera.
- Sin necesidad de encasillar a un alumno como bueno o malo, se
consensuó entre los integrantes del grupo una lista de alumnos avanzados
que hacían el mayor uso de las estrategias de aprendizaje (lo cual es
bastante difícil de determinar, porque muchas con son observables)
tomando como base una grilla que los docentes completaron mientras el
alumnado llevaba a cabo determinadas tareas de aprendizaje previamente
asignadas.
11
Con relación a la “buena enseñanza”, aparecen categorías importantes a retomar sobre la base del tercer enfoque al que hacíamos
referencia cuando hablamos de la agenda de la didáctica. Este enfoque se articula con el concepto “Configuraciones didácticas” que
nos permite definir lo que hemos denominado las categorías de la Nueva Agenda de la didáctica. Desde la perspectiva de la
reflexión, la comunicación y la moral, Litwin, (1997) ha estudiado variaciones narrativas de las clases expositivas de docentes y
construido con ellas una serie de configuraciones didácticas. La idea de configuración nos remite a un conjunto inacabado, abierto y
en construcción, nos remite, a variaciones en el arte de narrar. Entendemos por configuración didáctica: “la manera particular que
despliega el docente para favorecer los procesos de construcción de conocimiento”. (Litwin,1998:157). Esto implica una
construcción elaborada en la que se pueden reconocer los modos como el docente aborda múltiples temas de su campo disciplinar y
que se expresa en el tratamiento de los contenidos, su particular recorte, los supuestos que maneja respecto del aprendizaje, la
utilización de prácticas metacognitivas, los vínculos que establece en la clase con prácticas profesionales involucradas en el campo
de la disciplina de que se trata, etc.
Todo esto contribuiría a reivindicar el sentido de la acción docente. El
docente se convierte, de esta manera, en fundador de la relación educativa, ya
que no sólo transmite el contenido que tiende a la comprensión, sino que tiene
un papel definitorio en la manera de aproximarse a éste. Allí es donde reside la
importancia de investigar las “buenas prácticas”. Como afirma Schön (1992:
11): “Hay que describir lo que caracteriza a las prácticas cuando las cosas
funcionan bien, cuáles son las prácticas que son dignas de que se las tenga
como modelo”, para mejorar la enseñanza.
En este contexto, no quiero dejar de mencionar el carácter político de la
enseñanza y, por lo tanto el carácter político de la formación docente que lleve
a rupturizar la definición técnica de esa formación. Al respecto, Kenneth
Zeichner plantea esta preocupación cuando escribe:
“Se espera que el debate futuro en la formación de maestros estará mas
centrado en la cuestión de cuáles compromisos educativos, morales y políticos,
deben guiar nuestro trabajo en el campo, en vez de aquellas prácticas que
simplemente se refieren a cuáles procedimientos y arreglos organizativos nos
ayudarán más efectivamente a alcanzar fines tácitos y frecuentemente no
examinados. Sólo después de haber empezado a resolver algunas de estas
cuestiones prioritarias relacionadas con los fines, deberemos concentrarnos en
la resolución de problemas mas instrumentales relacionados con el logro
efectivo de nuestras metas”. (Zeichner, 1983:34, cit. en Giroux y Mc Laren,
1998:91).