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Acto jurídico

El acto jurídico es la declaración o manifestación de voluntad, sancionada por el Derecho, destinada


a producir efectos jurídicos queridos por su autor o por las partes, que pueden consistir en crear,
modificar, transferir, transmitir o extinguir derechos y obligaciones.1

La doctrina alemana distingue el acto del negocio jurídico, siendo este último una especie de acto
jurídico, caracterizado por tener una declaración de voluntad, a diferencia del acto jurídico como
concepto más amplio que abarca los hechos voluntarios (tanto lícitos como ilícitos).2

En cuanto a la doctrina francesa que dan origen al acto jurídico, mantiene la esencia de la
manifestación de voluntad, encargada de tomar en cuenta que las partes al ser sujetas a las
actuaciones de su voluntad, vinculadas a su vez a los contratos, estás forman parte del hecho en
tanto sea adecuado a las relevancias de su celebración.3

Acto jurídico deriva del latín actus, -us, de verbal de ago -ere; así en el mismo sentido se nos señala
que acto jurídico es " todo comportamiento humano valorado por el derecho".

Para que se dé el acto jurídico no basta con que haya un sujeto y un objeto con bastante capacidad,
se necesita algo que los ponga en relación, estableciendo un lazo o un vínculo que los una, haciendo
pasar la relación jurídica del estado de posibilidad al estado de existencia. Este tercer elemento es
un hecho, que por ser productor de efectos jurídicos se denomina hecho jurídico, cuando tal hecho
procede de la voluntad humana recibe el nombre de acto jurídico.

Usualmente la doctrina indica que son actos jurídicos solamente los típicos o formales previstos y
descritos explícitamente por la ley.

Elementos del acto jurídico

Los elementos del negocio jurídico se clasifican en esenciales, naturales y accidentales. Los sujetos,
o partes, que pueden ser uno o varios, son aquellas personas físicas o jurídicas que realizan el acto
y se verán afectados por el mismo, ya que en su virtud, adquirirán, modificarán, transferirán o
extinguirán derechos. Los que no forman parte del acto jurídico se denominan terceros.

Elementos esenciales

Los esenciales son aquellos sin los cuales el negocio jurídico no puede darse aún. Son los
componentes imprescindibles de todo acto jurídico, sin que la autonomía de la voluntad pueda
soslayarlos, además estos elementos son los que permiten que un acto jurídico se concretice y
pueda alcanzar su denominación distinguiéndose de otros actos jurídicos. La doctrina y la ley en casi
todos los países de sistema de derecho contines uniforme en señalar que estos requisitos son la
manifestación de la voluntad, la capacidad, el objeto, la causa y la forma o solemnidad. Sin embargo
debe distinguirse entre los elementos esenciales de carácter general (los ya expuestos) y los de
carácter especial que son los que requieren cada acto jurídico en particular, pero que deben
concurrir con los elementos de carácter general, en una compra-venta por ejemplo los elementos
esenciales especiales serían el bien que se vende y el precio que debe ser pactado.
Requisitos de existencia

Los requisitos de existencia son aquellos sin los cuales el acto no genera efecto alguno y su omisión
acarrea la inexistencia o nulidad absoluta del acto. Son requisitos de existencia:

Sujeto.

Forma.

Objeto.

Causa.

Solemnidades esenciales cuando la ley así lo requiera.

Véase también: Perfeccionamiento (Derecho)

Requisitos de validez

Los requisitos de validez son aquellos que no obstan a la generación del acto jurídico, pero su
omisión no le brinda una existencia sana al acto, por lo que puede acarrear la nulidad relativa del
acto.

Voluntad exenta de vicios.

Objeto Lícito

Causa lícita

Capacidad de ejercicio.

Formalidad

Algunos autores sostienen que las solemnidades que la ley impone a ciertos actos también son
requisitos de validez, como también lo sería la ausencia de lesión.

Elementos naturales

Los elementos naturales son lo que normalmente llevan consigo cada negocio jurídico, a no ser que
sus autores los eliminen. Son los que están insertos en la naturaleza de un acto jurídico concreto y
determinado, de tal manera que el derecho se los atribuye aún cuando las partes no los hayan
incluido. Su presencia en el contenido de un acto jurídico determinado con prescindencia de la
voluntad de las partes es lo que los hace elementos naturales. Messineo señala que se les suele
considerar así, pues no son verdaderos y propios elementos sino más bien efectos implícitos de
determinados negocios. No obstante que la ley reconoce la presencia de estos elementos, la
autonomía de la voluntad puede separarlos del acto jurídico sin que su separación afecte la validez
del acto jurídico. En un préstamo de dinero, por ejemplo, los intereses.

Elementos accidentales o modalidades

Los elementos accidentales son los que solo existen cuando las partes los determinan y agregan
expresamente al negocio. Son incorporados al acto jurídico por voluntad de las partes en ejercicio
de su autonomía sin que esto afecte la validez del acto jurídico, pero siempre que no se desvirtúe la
esencia del acto y no exista prohibición de la ley. Los elementos accidentales se diferencian de los
naturales porque son ajenos al acto jurídico, así estos serán modalidades alternativas de realizar el
acto jurídico. Algunos de los elementos accidentales (o modalidades) del negocio jurídico son:

Condición es el acontecimiento futuro e incierto del que depende el nacimiento o extinción de un


derecho o de una obligación.

Se clasifica en:

Resolutoria: es aquella condición que, una vez cumplida pone fin a un derecho o a una
obligación ( "te daré mil dólares mensuales "hasta" que te cases" en este caso, el derecho del deudor
se extinguirá cuando el acreedor contraiga matrimonio).

Suspensiva- aquella condición que superdita el nacimiento de la obligación al cumplimiento de


un hecho futuro. ("te regalo mi carro "cuando" te cases". Hasta que no se verifique la condición
(matrimonio), la persona a la que se le regalaría el carro no tiene derecho a exigir su entrega).

Con la finalidad de proteger a que la condición no sufra interferencias se ejercen "actos


conservatorios" (llamados en algún sector de la doctrina efectos prolegómenos o prodrómicos).

Plazo es el tiempo que se fija para el cumplimiento de una obligación, también se la define como
un hecho futuro y cierto del que depende la exigibilidad o extinción de una obligación y del derecho
que le es correlativo.

Modo o cargo es una obligación accesoria impuesta al adquirente de un derecho con la finalidad
de fijar como debe conducirse para su ejecución - por ejemplo, un millonario puede donar una
herencia para una fundación con el fin de que ésta destine el dinero a la construcción de una escuela.
Clasificación del acto jurídico

El negocio jurídico es una manifestación de voluntad que tiene por objeto la producción de ciertos
y determinados efectos jurídicos. Es un acto integrado por una o varias declaraciones de voluntad
privada, dirigidas a la producción de un determinado efecto jurídico y en el que el derecho objetivo
reconoce como base, cumplidos los requisitos y dentro de los límites que el ordenamiento
establece.

Actos positivos y negativos

En los primeros, el nacimiento, modificación, extinción, etc. de un derecho, depende de la


realización del acto; tal es, por ejemplo, la firma de un pagaré, la entrega de una suma de dinero, la
realización de un trabajo o de una obra de arte. En los segundos, en cambio, la conducta jurídica
consiste en una omisión o abstención; tal es el caso de las obligaciones de no hacer. El propietario
de una casa alquilada a un tercero debe abstenerse de perturbarlo en el goce de ella; en este hecho
negativo, en esta abstención, consiste el cumplimiento de su obligación.

Actos unilaterales y bilaterales

Los actos jurídicos son unilaterales cuando para su perfección, requieren de la voluntad de una sola
parte, que puede ser una sola persona, en el caso del testamento; o la voluntad de varias personas
pero que son una sola parte, pues su voluntad es expresada con el mismo sentido, como por ejemplo
en el caso de las comunidades que son representadas por un administrador. Dentro de los actos
unilaterales se pueden clasificar entre actos recepticios y no recepticios. Son bilaterales cuando
requieren el consentimiento de dos o más voluntades (consentimiento), como los contratos.

Esta clasificación no debe confundirse con la de contratos que son unilaterales y bilaterales. Los
contratos son siempre actos jurídicos bilaterales, desde que no existen sin el concurso de
voluntades; pero en orden a sus efectos, se llama unilaterales a los que crean obligaciones a cargo
de una sola de las partes, tales como el depósito, la donación y bilaterales a aquellos que las crean
para ambas, como la compraventa y el contrato de trabajo.

Actos entre vivos y actos mortis causa

Los actos jurídicos cuya eficacia no depende del fallecimiento de aquellos de cuya voluntad emanan,
se llaman actos entre vivos, como son los contratos. Cuando no deben producir efectos sino después
del fallecimiento de aquellos de cuya voluntad emanan, se denominan actos mortis causa o actos
de última voluntad, como son los testamentos.

Actos gratuitos y onerosos

Actos a título gratuito o simplemente gratuito son aquellos en que la obligación está a cargo de una
sola de las partes y responden a un propósito de liberalidad; tales los testamentos, la donación, la
renuncia sin cargo a un derecho. En cambio, en los actos onerosos las obligaciones son recíprocas y
cada contratante las contrae en vista de que la otra parte se obliga a su vez; así ocurre en la
compraventa, la permuta, etc.

Actos formales y no formales


Actos formales o solemnes son aquellos cuya eficacia depende de la observancia de las formalidades
ordenadas por la ley. Son no formales o no solemnes aquellos cuya validez no depende del
cumplimiento de solemnidad alguna. Los actos jurídicos, en general, pueden ser formales o no
formales. Son formales aquellos actos jurídicos para cuya existencia o validez es necesaria la
manifestación de ciertos caracteres externos, en vista a producir plenos efectos jurídicos. Ejemplo
de esto son los contratos solemnes, que requieren de una solemnidad propiamente tal, o los
contratos reales, que requieren de la entrega de todas.

Las formalidades, tal como las reconoce la doctrina, pueden ser:

Formalidades ad solemnitatem: Se refiere a aquellas formalidades que constituyen requisito de


existencia o validez del acto en cuestión, y ante cuya omisión el acto es nulo, inexistente, o no
produce efecto jurídico alguno. Por ejemplo, en la mayoría de los países, la compraventa de bienes
raíces debe celebrarse en escritura pública, sin la cual se entiende que la venta es nula. Dichas
solemnidades se establecen en consideración a la naturaleza del acto, dada la importancia que el
determinado negocio jurídico tiene para el ordenamiento jurídico nacional.

Formalidades habilitantes: Son aquellas formalidades establecidas en consideración de las


personas incapaces o ausentes, en vistas de proteger su patrimonio con ciertas cortapisas legales
que impiden a sus representantes disponer libremente de su patrimonio. Tal es el caso, por ejemplo,
de las restricciones de los guardadores de la venta de bienes raíces de sus pupilos, la que, en la
mayoría de los países, debe hacerse en pública subasta previa autorización de juez competente. Su
omisión implica la nulidad del acto en cuestión.

Formalidades ad probationem: Aquellos requisitos externos al acto jurìdico que se exigen en


consideración a la acreditación formal de un acto ante la sociedad o las autoridades. Por regla
general, se traduce en la escrituración del determinado acto, como es en el caso de los contrato de
trabajo, donde es de interés del legislador que dichos actos se mantengan escriturados o
registrados, en protección de los trabajadores. Su omisión jamás acarrea la nulidad, sino que formas
distintas de ineficacia de los actos jurídicos, tales como la inadmisibilidad de la prueba testimonial.

Formalidades de publicidad: Aquellas formalidades destinadas a dar publicidad al determinado


acto jurídico, y que por regla general se traducen en la inscripción del negocio en un registro público,
de modo que todas las personas tengan acceso al conocimiento de su contenido y efectos. Su
violación acarrea, como norma general, la inoponibilidad del acto frente a tercero.

Actos patrimoniales y extrapatrimoniales

Los primeros son los que tienen un contenido económico, y los segundos se refieren a derechos y
obligaciones que no son susceptibles de apreciación en pecuniaria.

Son aquellos que versan o son relativos a patrimonios o bienes, es decir, son cuantificables en dinero
o de naturaleza pecuniaria. Esta clasificación se asemeja un tanto a aquellos actos jurídicos simples,
por cuanto engloba a los que generan consecuencias dentro del patrimonio de los celebrantes y,
que por cierto son la generalidad de contratos civiles.

Actos de administración y de disposición o enajenación


En el acto de administración sólo se transfiere la tenencia, el uso; por ejemplo, el arrendamiento,
comodato, este acto no saca de la esfera de actuación del sujeto al bien en cuestión, objeto del acto
por el contrario. En los de disposición se transmite el dominio, la propiedad de la cosa por ejemplo:
la enajenacion y el gravamen.

Actos abstractos de causa y causados

El acto abstracto no obstante de constituir una declaración de voluntad que revela el ánimo de
generar efectos jurídicos que, interesen al agente, no llevan la causa incorporada en si, ejemplo: el
giro de una letra que conteniendo una obligación de pago, es independiente de su causa. El acto
causado tiene causa evidente y notoria. Ejemplo: el arrendamiento.

Ineficacia del acto jurídico

La ineficacia del acto jurídico es la privación de los efectos del acto jurídico, sea como resultado de
no cumplir los requisitos legales, como resultado de una sanción o como vía consecuencial.4 Son
causales de ineficacia:

La caducidad.

La inexistencia.

La inoponibilidad.

La nulidad.

La resciliación.

La rescisión.

La rescisión por lesión.

La resolución.

La revocación.

La simulación.

La caducidad, en Derecho, es una figura mediante la cual, ante la existencia de una situación donde
el sujeto tiene potestad de ejercer un acto que tendrá efectos jurídicos, no lo hace dentro de un
lapso perentorio y pierde el derecho a entablar la acción correspondiente.

Aspectos

Al igual que la prescripción, la caducidad se compone de dos aspectos:

 La no actividad. La no actividad es la inacción del sujeto para ejercer su derecho de acción


jurídica. Lá única forma de evitar la caducidad de la acción es estableciéndola formalmente
ante la instancia judicial competente.
 El plazo. Se producirá la caducidad de instancia cuando no se instare su curso dentro e los
siguientes plazos: 1) De seis meses, en primera o única instancia. 2) De tres meses, en
segunda o tercera instancia y en cualquiera de las instancias en el juicio sumarísimo, en el
juicio ejecutivo, en las ejecuciones especiales y en los incidentes. 3) En el que se opere la
prescripción de la acción, si fuere menor a los indicados precedentemente. 4) De un mes,
en el incidente de caducidad de instancia. La instancia se abre con la promoción de la
demanda aunque no hubiere sido notificada la resolución que dispone su traslado y termina
con el dictado de la sentencia.

 La prescripción extingue la acción o el procedimiento iniciado.

o La caducidad operada en primera o única instancia no extingue la acción, la que


podrá ejercitarse en un nuevo juicio, ni perjudica las pruebas producidas, las que
podrán hacerse valer en aquél. La caducidad operada en instancias ulteriores
acuerda fuerza de cosa juzgada a la resolución recurrida. La caducidad de la
instancia principal comprende la reconvención y los incidentes; pero la de éstos no
afecta la instancia principal.

Diferencias con la prescripción

Aunque muy similar a la prescripción, la caducidad presenta diferencias importantes, a saber:

 Inactividad

o Prescripción: se trata de una inactividad genérica.

o Caducidad: se trata de inactividad con respecto a un comportamiento específico.

 Término

o Prescripción: el término es susceptible de variación mediante la suspensión o la


interrupción.

o Caducidad: el término es rígido.

 Eficacia

o Prescripción: tiene eficacia preclusiva.

o Caducidad: tiene eficacia extintiva.

 Operatividad

o Prescripción: opera solamente ante solicitud de parte, no puede ser apreciada por
los tribunales.

o Caducidad: puede operar de oficio.

 Renunciabilidad

o Prescripción: es renunciable por el sujeto activo

o Caducidad: Es irrenunciable
De igual manera la caducidad extingue tanto la pretensión como el Derecho, mientras que la
prescripción sólo extingue la pretensión.

Otra diferencia determinante es que la prescripción puede ser adquisitiva y extintiva mientras que
la caducidad sólo es extintiva. Cabe notar que la llamada "prescripción adquisitva" nace en el
Derecho Romano con el nombre de Usucapión.

En Venezuela la caducidad se estudia como una sanción del legislador ante la actividad del sujeto,
mientras que la prescripción es entendida como un medio de extinción de las obligaciones.

En el Derecho Administrativo

En el derecho administrativo argentino, brasileño y latinoamericano, tiene dos significados. Es la


extinción de un acto, dispuesta por la administración en virtud del imcumplimiento grave y culpable,
por parte del particular, a las obligaciones que el acto le creba. Es pues una sanción, una pena
administrativa (Agustín Gordillo, Celso Antônio Bandeira de Mello). Otro significado, es la extinción
del acto administrativo por un cambio en el ordenamiento jurídico también llamado Decaimento de
lo acto administrativo (Hugo Augusto Olguín Juárez, Enrique Sayagués Laso, Antônio Carlos Cintra
do Amaral, Fábio Mauro de Medeiros, Márcio Camarosano y Régis de Oliveira).

La inexistencia, en Derecho, es una figura doctrinal que determina la plena ineficacia del acto
jurídico que carece de alguno de los elementos esenciales impuestos por la norma. Excluye incluso
la mera apariencia del acto o negocio jurídico, pues carece de cualquiera de los elementos esenciales
propios del primero, ya sea el consentimiento, el objeto, la forma, la causa (en los ordenamientos
que contemplen este último elemento) u otro. Un ejemplo de inexistencia sería un contrato de
compraventa en el que las partes contratantes no hayan dado su consentimiento, sin cosa vendida,
o sin precio.

Antecedentes

La teoría de la inexistencia está estrechamente vinculada con la institución del matrimonio. En el


Derecho canónico se distinguía entre matrimonium nullum (matrimonio nulo) y matrimonium non
existens (matrimonio inexistente), sobre la base de considerar al consentimiento como elemento
esencial al acto del matrimonio, por lo que su ausencia provocaba que aquél no fuera nulo sino
inexistente.

Modernamente, la teoría de la inexistencia matrimonial se debe al jurista Karl Zachariae, de la


escuela exegética, que la fundó en el artículo 146 del Código Civil Francés: Il n'y a pas de mariage
lorsqu'il n'y a point de consentement ("No hay matrimonio sin consentimiento matrimonial"),
disposición incluía en dicho cuerpo legal, por recomendación del propio Napoleón, y quien la amplió,
distinguiendo entre requisitos o condiciones esenciales y requisitos o condiciones de validez.

Posteriormente, la teoría de la inexistencia se ampliaría a todos los actos jurídicos, aunque hubo
juristas que la mantuvieron restringida al ámbito matrimonial.
Polémica doctrinaria

Dentro de la doctrina jurídica existe polémica sobre esta figura. Los juristas partidarios de la
categoría argumentan que estos supuestos actos aparentan ser jurídicos pero no lo son, no por un
vicio inherente en los elementos esenciales sino por la inexistencia de ellos. Esto trae aparejada la
falta de efectos jurídicos, es decir, no se pueden imputar consecuencias a algo que no tiene
existencia jurídica.

Por el contrario, los detractores de la figura concluyen que debido a la escasa trascendencia práctica,
y la indeterminación de la frontera entre nulidad e inexistencia, no es conveniente contemplar esta
última como una categoría distinta a la nulidad radical.

La inoponibilidad es la ineficacia de un acto jurídico o la ineficacia de su nulidad, respecto de ciertos


terceros, por no haber cumplido las partes algún requisito externo, dirigido precisamente a proteger
a los terceros.1

La inoponibilidad dice relación, no con quienes celebraron el acto jurídico, sino con quienes no
han intervenido con su perfeccionamiento, el acto jurídico produce consecuencias eficaces entre las
partes.

Ahora bien, las causales de inoponibilidad son variables. Otras causales en las cuales no se
producen los efectos del acto jurídico, es decir otras causales de ineficacia,también que algunos
autores distinguen entre la invalidez y la ineficacia.

El acto jurídico no produce todos sus efectos por una irregularidad interna o intrínseca del acto
jurídico, porque falta un elemento de validez, por ejemplo cuando la voluntad está viciada por algún
vicio del consentimiento, en ese caso no hay validez, lo que provoca una ausencia de consecuencias
de Derecho.

Estamos frente a la ineficacia propiamente tal, cuando el acto jurídico no produce efectos por una
razón externa a él mismo.

Ahora bien la palabra ineficacia también se emplea en un sentido amplio, comprensivo tanto
respecto a la eficacia como a la validez, cada vez que un acto jurídico no produzca efectos ya sea
por un defecto interno o por un defecto externo a dichos actos o contratos. Analizamos otros
motivos distintos de la inexistencia la nulidad y la inoponibilidad en las que en definitiva el acto
jurídico no produce sus efectos jurídicos.

La nulidad es, en Derecho, una situación genérica de invalidez del acto jurídico, que provoca que
una norma, acto jurídico, acto administrativo o acto procesal deje de desplegar sus efectos jurídicos,
retrotrayéndose al momento de su celebración. Para que una norma o acto sean nulos se requiere
de una declaración de nulidad, expresa o tácita y que el vicio que lo afecta sea coexistente a la
celebración del mismo.

Tiene por fundamento, proteger intereses que resultan vulnerados por no cumplirse las
prescripciones legales al celebrarse un acto jurídico o dictarse una norma. acto administrativo o
judicial.

Antes de que se produjera la declaración de nulidad, la norma o acto eran eficaces. Por ello, la
declaración de nulidad puede ser ex nunc (nulidad irretroactiva, se conservan los efectos producidos
antes de la declaración de nulidad) o ex tunc (nulidad retroactiva, se revierten los efectos producidos
con anterioridad a la declaración de nulidad).

La nulidad en la historia constitucional de Estados Unidos es una teoría legal bajo la cual un estado
tiene derecho a declarar nula o a invalidar cualquier ley federal que ese estado considere
inconstitucional.

Características

Es legal, aunque es declarado judicialmente; no es creado por los jueces sino que es creado por
una la ley.

Sólo es aplicable a actos jurídicos, sólo ellos son susceptibles de nulidad.

El defecto tiene que ser originario, intrínseco y esencial.

Casos de nulidad

La nulidad de un acto puede producirse por muchos motivos, entre los cuales podemos mencionar:

Ausencia de consentimiento real en un acto jurídico que lo requiera.

Incumplimiento de requisitos formales en un acto jurídico que lo requiera.

Ausencia de causa que da origen al acto jurídico. Simulación del acto sin verdadero ánimo de
realizarlo (ius jocandi).

Ausencia de la capacidad de las personas que realizan el acto: menores de edad o incapaces (El
acto jurídico se estima nulo cuando es celebrado por persona absolutamente incapaz, salvo se trate
de incapaces no privados de discernimiento que pueden celebrar contratos relacionados con las
necesidades ordinarias de su vida diaria).
Objeto ilícito, es decir, está prohibido por ley. Si el propósito para el cual se crea el acto jurídico
fuese ilícito, el acto sería nulo, la ilicitud del fin va en contra del ordenamiento jurídico de cada país.

Hay que tener en cuenta que la nulidad es la sanción más grave que se puede imponer a un acto
jurídico. Por lo tanto los órganos jurisdiccionales son muy estrictos a la hora de interpretar estas
causas.

Clasificaciones

La nulidad se puede clasificar doctrinariamente:

Nulidad expresa o nulidad virtual.

Nulidad manifiesta o no manifiesta, que coincide con la nulidad y anulabilidad respectivamente.

Nulidad absoluta y nulidad relativa.

Nulidad total y nulidad parcial.

Es totalmente relativa

Actos nulos y actos anulables

Cuando el defecto está determinado a priori por la ley, y el vicio es rígido en la mayoría de los
casos, se trata de actos nulos y de nulidad manifiesta. En los actos nulos el vicio se encuentra patente
en el acto y no es susceptible de confirmación.

Cuando el acto es afectado por un vicio no manifiesto y flexible en la mayoría de los casos, se está
ante un acto anulable y de nulidad no manifiesta. En los actos anulables es requisito realizar una
investigación previa a la sanción de nulidad y es susceptible de confirmación.

Nulidad absoluta y nulidad relativa

Cuando un acto es nulo, afectando una norma de orden público y vulnerando a toda la sociedad,
no tiene ningún efecto jurídico, y cualquier juez, puede por lo general, declarar la nulidad de oficio.
Se le conoce como nulidad absoluta o insaneable.

Cuando un acto es de nulidad relativa, existen unos interesados que pueden pedir su anulación.
Mientras tanto, el acto es válido. También se le conoce como nulidad saneable o susceptible de
subsanación.

Nulidad total y nulidad parcial

La nulidad total afecta a todo el acto, y es amplia en materia contractual, ya que la nulidad de una
de las cláusulas conduce generalmente a la nulidad de las demás.

Supuestos en que no es nulo todo el contrato sino que puede ser nula una determinada cláusula
del mismo. Se admite por la jurisprudencia la posibilidad de la nulidad parcial de los contratos.

La nulidad parcial afecta a parte del acto, es requisito indispensable que el negocio sea divisible, que
separadas las cláusulas nulas el negocio no pierda su esencia, que conserve su naturaleza y
economía. Es amplia en materia testamentaria y restringida en materia contractual.
Nulidad de Derecho Público y Nulidad de Derecho Privado

Especie de inexistencia civil, propia del Derecho Público Chileno, en razón de la cual la única
circunstancia (fundamento), por la que un acto que será nulo, es el imperio de la Constitución de
1980, al actuar el funcionario estatal fuera de sus competencias, en una forma distinta a la prescrita
en la ley o sin investidura regular. Las características de ella son: opera de pleno derecho, es
insaneable e imprescriptible.

La resciliación o mutuo disenso es un modo de extinguir las obligaciones que consiste en una
convención en que las partes interesadas, siendo capaces de disponer libremente de lo suyo,
consienten dejar sin efecto un acto jurídico, válidamente celebrado, por mutuo consentimiento de
todos los que intervinieron en su celebración. 1

Supone que, por la autonomía de la voluntad de las partes contratantes, se acuerda que el acto
jurídico que se acordó en su momento, se deja sin efecto. Por lo tanto, al tratarse de un nuevo
contrato ha de reunir los requisitos generales establecidos, además como persigue privar de eficacia
a una relación obligatoria preexistente, habrá de reunir los mismos requisitos con los que se firmó
el acuerdo: por ejemplo, si se trataba de un contrato solemne, es normal que la resciliación se haga
cumpliendo las mismas formalidades.

La rescisión1 es un concepto que hace referencia al negocio jurídico por el que se deja sin efecto,
mediante declaración judicial, un negocio, contrato o acto jurídico. También conocida como la
acción de nulidad de los contratos o negocios jurídicos, y en derecho notarial, como acción
proforma.

Se entiende principalmente con respecto a los contratos, negocios o actos jurídicos que están
afectados de la nulidad relativa, de la cual en la mayoría de las legislaciones anglosajonas, solo le es
permitida intentarla a la persona en cuyo favor se ha establecido, a menos que sea ésta la que
reporta un provecho o enriquecimiento. En consecuencia, la rescisión no se encuentra establecida
en el interés de la moral y de la ley. No protege los superiores intereses de la colectividad, sino los
de ciertas y determinadas personas, en cuyo beneficio el legislador la establece.2

Algunos sistemas jurídicos la consideran como uno de los modos de extinguir las obligaciones, como
por ejemplo, el Código Civil chileno y el salvadoreño.

Clases

Existen tres clases de rescisión:

Voluntaria: debe estar pendiente de cumplimiento y hacerse por mutuo consentimiento de las
partes.

Judicial: por lesión patrimonial o perjuicio sufrido, que traerá una consecuencia emitida en
sentencia por órgano judicial. Para que proceda, la rescisión necesariamente debe ser declarada por
un órgano jurisdiccional, que conocerá y fallará a petición del interesado.

Fortuita: ocurre a consecuencia de circunstancias ajenas a la voluntad del obligado por


circunstancias forzosas en las cuales el cumplimiento de la obligación se torna imposible (muerte de
uno de los socios, muerte de los mandatarios, y en el caso que los herederos no deseen mantener
la obligación, renuncia por causa justa). En este caso, sin embargo, tampoco puede hablarse
propiamente de rescisión, puesto que lo mismo no implica necesariamente la nulidad del contrato,
sino la extinción de la obligación.

La rescisión por lesión es una acción que tienen los vendedores o sus herederos para rescindir las
transferencias de inmuebles que han sido traspasados por un precio inferior a la mitad del valor de
mercado de dicho inmueble. Los requisitos para su ejercicio son que se trate de transferencias de
bienes inmuebles y que el precio de transmisión sea inferior a la mitad del valor que el inmueble
tenga como precio de venta. El plazo para ejercer esta acción es de cuatro años desde la fecha del
contrato. El adquirente puede evitar la rescisión de la transmisión pagando la diferencia entre lo
que abonó y el precio de mercado.

¨La lesión es el daño económico que experimenta una persona en contratos bilaterales
(sinalagmáticos) perfectos de carácter oneroso y conmutativo por haber desproporción entre la
prestación y la contraprestación de la otra parte, siempre y cuando se haya aprovechado de la
ignorancia, ligereza, inexperiencia o estado de necesidad de la parte perjudicada.¨(MACHICADO).

La lesión, en Derecho civil, es una institución jurídica según la cual, las prestaciones podrán
modificarse o extinguirse de acuerdo a dos factores, uno psicológico y otro objetivo. En cuanto al
psicológico se considera como un vicio del consentimiento, el cual evita la contratación en
circunstancias similares porque una de las partes se coloca en los supuestos de suma ignorancia,
notoria inexperiencia o extrema necesidad. El elemento objetivo, es el monto de las prestaciones,
su excesiva onerosidad, la notable diferencia entre lo que se da y lo que se recibe.

La lesión únicamente puede darse en los contratos conmutativos y onerosos. Esta figura jurídica no
existe en el Derecho mercantil.

Fundamento legal

"El artículo 17 del Código Civil Federal mexicano dicta: "Cuando alguno, explotando la suma
ignorancia, notoria inexperiencia o extrema miseria del otro, obtiene un lucro excesivo que sea
evidentemente desproporcionado a lo que él por su parte se obliga, el perjudicado tiene derecho
de pedir la rescisión del contrato, y de ser ésta imposible la reducción equitativa de su obligación,
más el pago de los correspondientes daños y perjuicios."

La resolución por incumplimiento', es un efecto especial que se produce en los contratos


bilaterales, es decir, donde las partes se han obligado recíprocamente, y que consiste en que frente
al incumplimiento de una de las partes, nace para la otra el derecho de pedir que se deje sin efecto
el contrato reparándosele los perjuicios sufridos.

El contrato bilateral o sinalagmático es aquel contrato que genera obligaciones recíprocas


para ambas partes contratantes.1

El término sinalagmático deriva del griego synallagma (συνάλλαγμα) "contrato, estipulación",


mismo que está compuesto de sin (σύν) "juntos" y alagmo (ἀλλάσσω) "tomar o dar a cambio,
intercambio". Se le agrega ico (ικός) "característico de, similar a, típico de" y concluimos que, por
sus raíces, sinalagmático significa "lo que es característico del intercambio mutuo".
Es un tipo de contrato que se contrapone al contrato unilateral, en el cual sólo nacen obligaciones
para una de las partes (por ejemplo, el de donación).

Ejemplos

El ejemplo más clásico es el del contrato de compraventa en que:

Una parte (el vendedor) se obliga a la entrega de un bien, y la otra (el comprador) al pago de su
precio;

Una parte (el comprador) se obliga a pagar el precio a otra (el vendedor) que se obliga por su
parte a transferir la propiedad de la cosa, situación propia del Derecho Francés.

Existen, sin embargo, multitud de contratos bilaterales, con obligaciones recíprocas, como los
arrendamientos, las permutas, las prestaciones de servicios o tantos otros.

En términos causalistas, la doctrina clásica afirma que en el marco de un contrato bilateral o


sinalagmático, la causa de la obligación de un contratante tiene por objeto la obligación del otro, y
recíprocamente. Esta visión permite considerar como nulo todo acuerdo carente de causa, es decir,
no poseyendo justificación jurídica. En este caso, un juez puede verse obligado a recalificar el
contrato con el fin de descubrir su verdadera naturaleza o podría incluso decretar la nulidad del
contrato.

En este tipo de contratos cabe aplicar la excepción de inejecución, mediante la cual una de las partes
puede a negarse a cumplir sus obligaciones amparada por el incumplimiento de la contraparte de
sus propias obligaciones.

Clases

Contrato bilateral o sinalagmático perfecto

Es aquel que genera obligaciones recíprocas para ambos contratantes desde su origen. Por ejemplo,
la compraventa, el arrendamiento, la permuta, el transporte.

Contrato bilateral o sinalagmático imperfecto

Es aquel contrato que nace originalmente como contrato unilateral, pero que deviene con
posterioridad en bilateral por generarse obligaciones al acreedor. Por ejemplo, el mandato es un
contrato naturalmente unilateral, pero si el mandatario debe desembolsar dinero suyo por gastos
imprevistos en el encargo, el contrato devendrá en bilateral (imperfecto, claro está), porque ahora
el mandante tendrá la obligación de reembolsarle dichos gastos al mandatario.

El pacto comisorio es aquel que permite al acreedor, ante el incumplimiento del deudor, practicar
el comiso o apropiación directa e inmediata de la cosa que se halla especialmente vinculada en
garantía del cumplimiento de la obligación. De ese modo expeditivo, el acreedor escapa a la solución
normal que, en general, consiste en someterse a un proceso de realización del bien, justo, público,
formal, abierto a la libre concurrencia y con publicidad. Por su proclividad al abuso del derecho, la
prohibición legal de los pactos comisorios, o pactos de lex comisoria, es la regulación habitual en los
sistemas legislativos nacionales, en especial, los de procedencia o influencia romano-germánica. En
España, los negocios fiduciarios en clave de garantía, que no conlleven simulación contractual,
tienen que admitirse en derecho, pero sólo en tanto no habiliten al acreedor para adoptar posturas
comisorias injustificadas, que obstaculizarían su admisión, por influencia del art. 1255 del Código
Civil, dado que incurren en infracción legal al estar expresamente prohibidos los pactos comisorios
en el propio Código Civil (cfr. art. 1859 / Resolución de 26 de noviembre de 2008)1 Por otra parte,
es importante no confundir el pacto comisorio con el derecho de retención del acreedor pignoraticio,
que le faculta a continuar la posesión de la cosa empeñada hasta que el deudor haya saldado todas
las deudas (cfr. el art. 1866 del Cód. Civil español). Tampoco debemos confundir el pacto comisorio
con la facultad legal de resolver unilateralmente las obligaciones recíprocas, en favor de uno de los
contratantes, cuando el otro no ha cumplido la parte que le toca.

Índice

El pacto comisorio en la hipoteca

Tratándose de la hipoteca el pacto comisorio supone la posibilidad de que el acreedor hipotecario


haga suyo el bien sobre el que recae el derecho real de garantía en caso de incumplimiento de la
obligación que se garantiza.

En los países de influencia anglosajona la hipoteca se confunde con la prenda y el acreedor


hipotecario primero, tiene la posesión del título de propiedad del inmueble hipotecado que hace
suyo en caso de ejecución por falta de pago, a modo de comiso.

Está prohibida de modo expreso en derecho español, estableciéndose un procedimiento de


ejecución hipotecaria basado en subasta pública con libre concurrencia de compradores (artículos
1859 y 1884 del Código Civil).

Origen histórico

En Derecho romano, en la etapa más antigua, tras experimentarse la insuficiencia y crueldad de las
garantías personales de entonces, cuyo principal exponente, el apremio individual, podía conducir
a la esclavitud al deudor que no pagaba (que tenía que ponerse al servicio del acreedor), se produce
luego la dulcificación racional de estas garantías personales atroces y, para remediarlo, aparecen las
garantías reales, siendo su primera manifestación una especie de venta, con pacto de retro, a lo que
se llamaba fiducia (fiducia cum creditore), por la cual el dominio transferido se rescindía, volviendo
al deudor los bienes cuando pagase la deuda. Al lado de la fiducia o mancipatio fiduciaria nacida del
Derecho civil (que ofrecía el peligro de las enajenaciones que pudiera hacer el acreedor, puesto que
ganaba el dominio de la cosa), surgió la prenda. Por tanto, el comiso de un bien, al que podía dar
lugar la fiducia, venía a ser más eficaz y adecuado a la deuda, y más racional y justo respecto al
deudor, que el apremio individual el cual, además de infame era desproporcionado, pues podía
acabar destruyendo por completo el patrimonio del moroso esclavizado. El tiempo ha pasado desde
entonces, y el sistema de garantías reales se ha perfeccionado, de modo que actualmente, razones
de proporción y justicia distributiva han llevado la situación a un paulatino buen nivel de precisión
de las garantías reales, que deben ser proporcionales, en su valor de realización, a las deudas que
aseguran (véase, por ejemplo, el art. 584 de la Ley de Enjuiciamiento Civil española). Ello justifica la
prohibición del comiso a que dan lugar los negocios fiduciarios; de ahí que se entienda la justificación
de la prohibición de los pactos de lex comisoria a fin de que se halle la máxima exactitud entre el
pago y la entrega resultante de la realización de la garantía, dando lugar a toda una doctrina de la
aplicación de sobrantes que, después de la realización y pago, hay que distribuir entregando el
exceso realizado, por su orden, al deudor y a otros acreedores de éste que, de otro modo, quedarían
desprotegidos, sin posibilidad alguna de cobro, dejando al deudor privado también de quedar
liberado de otras deudas.

Regulación por países

Argentina

En Argentina los artículos 1083 al 1087 del Código Civil establecen el pacto comisorio en los
contratos bilaterales de prestaciones recíprocas (aquellos en los cuales nacen obligaciones para
ambas partes contratantes).

El Código Civil y otras leyes vigentes prohíben bajo pena de nulidad parcial o total -según el caso- la
aplicación del pacto comisorio. Algunos casos son:

 contrato constitutivo de la prenda (art. 1203 del Código Civil argentino);

 contrato constitutivo de la anticresis (art. 3252 íd.);

 venta de lotes de terreno en cuotas periódicas cuando se pagó el 25% del precio o se
introdujeron mejoras por el 50% del precio (ley 14.005).

Uruguay

En Uruguay el pacto comisorio está regulado en el Código Civil (Artículos 1737 a 1741) 2 y en la Ley
N° 8.733 de 17-VI-1931 sobre promesas de enajenación de inmuebles a plazo (No se encuentra en
la página del Parlamento Uruguayo por ser anterior al 13/09/1935).

En Derecho, la revocación es un modo de extinguir una relación jurídica o una causa de ineficacia
del acto jurídico.

Es cuando todo acreedor puede decidir la extinción del negocio celebrado por el deudor en
perjuicio. (la Revocación es solo para el acreedor.)

Características

No se puede hacer que en contratos bilaterales ambas partes pacten de antemano que sólo una de
ellas tendrá derecho a revocar.

Puede ser autorizada por la ley, por la voluntad de las partes y autoridades del Estado o Gobierno.
Ejemplos son el testamento, el mandato.

Revocación de los actos administrativos

La revocación de los actos administrativos es la facultad que compete a las Administraciones Pública
para sustituir un acto inválido, dejándolo sin efecto, por otro conforme a derecho. La Administración
Pública puede al declarar la nulidad, establecer la revisión del acto. En España en concreto, la
encontramos en el artículo 109 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento
Administrativo Común de las Administraciones Públicas, que establece que las Administraciones
Públicas podrán revocar, mientras no haya transcurrido el plazo de prescripción, sus actos de
gravamen o desfavorables, siempre que tal revocación no constituya dispensa o exención no
permitida por las leyes, ni sea contraria al principio de igualdad, al interés público o al ordenamiento
jurídico.

Tipos

La revocación opera ex nunc, para futuro, desde la manifestación de la voluntad de revocación, en


caso de tratarse de la revocación de un acto anulable mediante la declaración de lesividad. Sin
embargo, si la revocación se lleva al cabo mediante la revisión de oficio en los actos nulos de pleno
derecho, provocará efectos "ex tunc" es decir, hacia el futuro y hacia el pasado, de modo que se
retrotraen los efectos producidos por tal acto o reglamento nulo, hasta el momento en el que se
dictó el mismo (a excepción de los actos firmes respetando el principio de seguridad jurídica) de
modo que tal acto o reglamento nulo se tendrá por "no puesto".

La simulación es una declaración ficticia de voluntad, con la anuencia de ambas partes y buscando,
generalmente, fingir actos o contratos con el fin de perjudicar a un tercero. La causa del negocio
aparente será inexistente, y habrá que determinar de que manera no haya sido la culpable de todo
esto.

Se diferencia de la interposición de persona en el sentido de que en la simulación se hace uso de la


mentira para lograr el consentimiento de otros. En la interposición de persona, la influencia sobre
el consentimiento de otros ocurre por la ocultación deliberada de la verdad que sería esencial para
la formación de éste.

Requisitos

Hoy en día la doctrina comparada es unánime al considerar que los requisitos de la simulación de
los actos jurídicos son dos: el acuerdo simulatorio; el fin de engañar o perjudicar a terceros ya.

El acuerdo simulatorio puede ser unilateral, bilaterial o plurilateral, este puede ser verbal o escrito.
Su finalidad es garantizarse una de las partes contra el contenido ficticio o simulado del instrumento
principal. Así cuando se declara una deuda inexistente, el supuesto deudor suele exigir, del presunto
acreedor, el reconocimiento de que la deuda es fingida, cubriéndose así de cualquier intento de la
ejecución de la deuda.

Hecho jurídico
Hecho jurídico es todo fenómeno de la naturaleza o del comportamiento humano que el legislador
considere atribuible de consecuencia jurídica. 1 Tales consecuencias o efectos pueden consistir en
la creación, modificación, transferencia, transmisión o extinción de un derecho.2

Los hechos jurídicos son calificados por el derecho de acuerdo a ciertos valores, atribuyéndoles
determinadas consecuencias, configurándolos y tipificándolos objetivamente como integrantes del
supuesto de la norma, llámese ésta: ley, tratado, ordenanza, decreto, resolución, costumbre,
precedente judicial, principios generales del derecho, contrato, testamento, etc. Es decir, son esa
inmensa variedad de hechos naturales o sociales que por la trascendencia que tienen en la vida de
relación del ser humano son configurados abstractamente en el supuesto de hecho de las normas
que integran el ordenamiento jurídico, enlazándose determinados efectos, constitutivos,
modificativos o extintivos de relaciones jurídicas. Por eso se dice que los hechos jurídicos son los
que están previstos por el ordenamiento jurídico o, también, que son los hechos que están insertos
en la estructura de la norma, constituyendo el contenido del supuesto normativo.3

Índice

Clasificación

Los hechos son acontecimientos susceptibles de ser percibidos por nuestros sentidos. Todos ellos
pueden analizarse según distintos criterios:

De acuerdo con su origen, los hechos son humanos o naturales.

De acuerdo con las consecuencias que producen son hechos simples o hechos jurídicos (ambos
tipos pueden ser humanos o naturales).

Un hecho jurídico es el antecedente o la causa de una relación jurídica. Una norma jurídica parte
siempre de un presupuesto de hecho para posteriormente regular las consecuencias que ello tiene
en el área del Derecho. El presupuesto de hecho de la norma es un hecho jurídico. Es habitual que
en derecho procesal se establezca que una sentencia judicial explique dos aspectos: hechos jurídicos
que se entienden probados, y fundamentos de derecho a aplicar a tales hechos. Así, el fallo o
sentencia vendrá fundamentado por estas dos categorías. Según Ortolán: «La función de los hechos
en la jurisprudencia es función eficiente.»

Es importante distinguir, dentro de los hechos jurídicos en sentido amplio, los llamados actos
jurídicos y los hechos jurídicos en sentido estricto. Un hecho jurídico en sentido estricto no tiene
por qué ser voluntario ni controlable por la persona, mientras que en un acto jurídico, la voluntad
de la persona es esencial. Por lo tanto, todos los actos jurídicos son hechos jurídicos (en sentido
amplio), pero no todos los hechos jurídicos son actos jurídicos.

Ejemplos de hechos jurídicos:

La muerte.

La promulgación de una Ley.

El nacimiento de una persona.

Una declaración de guerra.

Una catástrofe humana (genocidios, golpes de estado, etc.).

Ejemplos de hechos jurídicos que además son actos jurídicos (Nota: todos los actos jurídicos son
además hechos jurídicos pero no a la inversa):

La firma de un contrato.

El otorgamiento del consentimiento matrimonial.

Otorgar testamento.
Las inscripciones registrales.

Regulación por países

Argentina

El Código Civil y Comercial de la Nación dispone en su artículo 257 la definición de hecho jurídico:

El hecho jurídico es el acontecimiento que, conforme al ordenamiento jurídico, produce el


nacimiento, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.4

Se diferencia del acto jurídico en que este último es voluntario, lícito y tiene por fin inmediato
producir la adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.4

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