Está en la página 1de 5

ENSAYO REFORMA TRIBUTARIA DEL 2018

LEANDRA VANESA HERNÁNDEZ GUEVARA

ROSEMBER DE JESÚS DORIA URANGO

ANGÉLICA MARÍA ARÍSTIZABAL CORREA

MARÍA JOSÉ CÁRDENAS ANAYA

FREDDY ANAYA YANCES

DOCENTE

UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS, JURÍDICAS Y ADMINISTRATIVAS

PROGRAMA DE ADMINISTRACIÓN EN FINANZAS Y NEGOCIOS


INTERNACIONALES

VII SEMESTRE

LORICA- CÓRDOBA

2019
ENSAYO REFORMA TRIBUTARIA DE 2018

La reforma tributaria de 2018, es la llamada reforma de la economía naranja, esta se dio en el


mandato del presidente Iván Duque, quien hizo varios ajustes con el fin de incentivar e impactar
en gran magnitud los distintos sectores de la economía de nuestro país, generando mayores
oportunidades para todos, enfocándose en la legalidad, emprendimiento y las industrias creativas,
sin embargo; esta con el paso del tiempo ha demostrado ser poco beneficiosa. Esta reforma gira
en torno a tres puntos claves, que son la reducción de la evasión, modificaciones de la renta
empresarial y de personas naturales, y cambios en el IVA, donde la tarifa de este no se tocará. El
fin de esta reforma es aumentar el recaudo de impuesto en 3 billones de pesos; la evasión
disminuiría cerca de 25 billones de pesos (el 50 %), en donde los protagonistas de esta tarea es
más que toda la clase media, ya que ha aumentado en los últimos años.

La Reforma Tributaria de 2016 estableció que los contribuyentes debían calcular por primera
vez su impuesto de renta a través de un sistema cedular que clasificaba sus ingresos de acuerdo
con su origen. Las rentas se dividían de la siguiente manera: rentas de trabajo, de pensiones, de
capital, no laborables y de dividendos y participaciones. “Estamos cumpliendo con el tema de
unificar las rentas cedulares en una sola que es la general. Se mantiene la cédula de pensiones
porque finalmente se decidió no gravarlas y la de los dividendos y participaciones porque
también están gravados”, explicó a LR el director de la Dian, José Andrés Romero.

Esta reforma de cierto modo tendría un efecto positivo, Entre las positivas sobresalen sus
propósitos centrales, especialmente el de propender por una política tributaria progresiva y el de
mejorar la competitividad del aparato productivo. Los bemoles están en algunos de los
mecanismos propuestos para alcanzar esos objetivos. Otro punto positivo seria el aumento del
recaudo y debido a esto serían más las inversiones que se harían para el crecimiento del país, en
cuanto a infraestructura y otras cosas, siempre y cuando se esté administrando e invirtiendo
correctamente; pero no sería muy positivo para las personas de bajos recursos y los de la clase
media, por lo que a estos son los que deberían aportar más de sus ingresos declarando y pagando
impuestos, para que así el recaudo crezca.
Se establece que las personas que tengan ingresos desde 0 a 1.090 UVT no pagarían renta; las
que obtengan entre 1.090 y 1.700 UVT tendrían una tarifa de 19%; a las que se embolsen al mes
entre 1.700 y 4.100 UVT se les aplicaría una tasa de 28%; para las que ingresen entre 4.100 y
8.670 UVT ascendería a 33%; para las que ganen entre 8.670 y 18.970 UVT la tarifa sería de
35%; para las de entre 18.970 y 31.000 UVT sería de 37% y de 31.000 UVT en adelante quedaría
una tarifa de 39%.

Además, si bien la Reforma Tributaria de 2016 también estableció que las exenciones y
deducciones se limitaron a 40% del ingreso total, la nueva reforma tributaria propone establecerlo
en 35%. “Nos dimos cuenta que muchas personas no estaban aprovechando este límite, solo eran
unas pocas. Y ahora será más fácil, sin menos trámites se podrá acceder a estas deducciones”,
dijo el viceministro de Hacienda, Luis Alberto Rodríguez.

Por otro lado lo que busca, como en reformas anteriores es la baja de los impuestos de las
empresas para así lograr una mayor generación de empleo, pero lo que no saben es que están
perjudicando indirectamente a estas, pues si las empresas no tienen buena economía o una gran
utilidad es porque su demanda está disminuyendo, esto porque las personas no cuentan con
muchos ingresos para gastar en sus consumos, gran parte de estos se va para el recaudo. Son
muchos los puntos que se deben tratar, ahora no es conveniente que solo una parte se debe
beneficiar, mientras que otras están perjudicándose cada vez más.
Todas las reformas tributarias generan inconformidad porque se trata de que alguien pague más
impuestos. En el caso de la recientemente aprobada Ley de Financiamiento se espera un recaudo
adicional por $7,5 billones. En la práctica, empresas y personas naturales tendrán que aportar
estos recursos que hasta hoy entraban a sus respectivos bolsillos. Desde el 2019 esa plata irá a las
arcas del Estado.

Debemos tener en cuenta todos los principios para poder crear una reforma, la equidad y la
progresividad debe ser entre los principios los más importante, debido a estos todo se debe ir
manejando de la mejor manera para todos, es decir un beneficio unánime, todos estando bien,
esto lo lograríamos con una reforma que no busque el beneficio solamente de unos pocos y de las
empresas, sino también de una sociedad en general, y no exonerar a los ricos de estos recaudos y
pagos, todos deben ser intervenidos por cada beneficio o perdida que se presente en la reforma
tributaria.

Una reforma tributaria que consagre los principios de la constitución política, debe estar
estructurada de tal forma que las partes involucradas tributen de forma equitativa y progresiva, y
que la calidad de vida e ingresos de quienes lo hacen no se vean mayormente afectados. En la
reforma de 2018 se propuso la disminución de la base de cotización para la declaración del
impuesto de renta para las personas naturales, donde los mayormente perjudicados son estas
personas que seguramente buscan con su salario tener una mejor calidad de vida y ofrecerles a
sus hijos una mejor educación. Aquí lo que se plantea ajustar es la base de cotización, la cual
debió haber quedado igual, ya que aquí la clase media se está viendo afectada.

El gobierno nacional en su afán por recaudar más tributos e incentivar la inversión ha


cometido un sin número de errores con esta tributaria, pues al sector empresarial se le
concedieron una cantidad de beneficios en materia de impuestos, que van desde la disminución
hasta la exención de varios de ellos, no obstante, el acuerdo pactado con estas generadoras de
empleos era que para poder aplicar a estos beneficios tributarios, ellos debían generar un mínimo
de empleos formales, lo cual no se ha visto materializado pues para agosto del presente año, la
tasa de desempleo en el total de las 13 ciudades y áreas metropolitanas fue 11,4%, lo que
representó un aumento de 1,3 puntos porcentuales en comparación con agosto de 2018 (10,1%).
La tasa global de participación se ubicó en 65,3%, y la tasa de ocupación fue 57,9%. Comparado
con agosto de 2018, estas tasas se ubicaron en 65,7% y 59,1%, respectivamente.

Como podemos ver, son cifras muy preocupantes, pues aún con todos los beneficios que se les
ha otorgado a los nuevos empresarios tanto nacionales como extranjeros por la llamada
economía naranja, quienes han invertido en nuestro país, pero que no han respondido con lo
acordado y que hoy por hoy se ve reflejado en un alza bastante considerable en la tasa de
desempleo con respecto al año anterior. Ahora bien, el gobierno tiene una gran tarea, y es reducir
esta brecha, pues hay muchas personas trabajando en la informalidad, recordemos que en su plan
de gobierno, él siempre le apostó a la legalidad y a la formalidad. A todo esto añadimos la
exención del impuesto de renta por cinco años a quienes hagan inversiones efectivas en empresas
de la llamada economía naranja y por 10 años para los nuevos empresarios del campo, aunque es
una propuesta bastante atractiva para inversionistas nacionales y extranjeros, lo cierto es que ellos
vienen a lucrarse a nuestro país, aquí lo recomendable sería manejar una base del impuesto de
renta para ellos de manera gradual para así incentivar la inversión, pero no dejarlos por fuera de
estos tributos, pues son estas mismas exenciones las que están afectando el bolsillo de los que
menos tienen y en gran medida beneficiando a aquellos que más tienen. En pocas palabras, esta
no sería una reforma ni equitativa ni progresiva, quizá sea por la ausencia de estos dos principios
que esta reforma no ha sido exitosa, pues somos más los colombianos los que pertenecemos a la
clase media, y somos nosotros quienes a partir de nuestro salario buscamos una mejora constante
en nuestra calidad de vida, los cuales van desde estudios superiores, maestrías, doctorados,
especializaciones, vivienda propia, estudios para nuestros hijos, entre otros.

Esta reforma tributaria también debe invertir mayores recursos en tecnología y personal integro
para la identificación de evasores de impuestos, pues estos están dejando un gran hueco fiscal en
nuestro país, se les debe atacar agresivamente, ya que de esto dependerá lograr recaudar los
impuestos proyectados y lograr hacer inversiones sociales y subsanar en gran parte el déficit
fiscal en el que se encuentra nuestro país.

En definitiva, a esta reforma tributaria se le deben realizar ajustes que contribuyan a recaudar
muchos más impuestos, no se deben exonerar de obligaciones tributarias a aquellos que deseen
invertir en nuestro país, lo que se debe hacer es implementar impuestos graduales, se deben
implementar muchos más mecanismos tecnológicos que ayuden a mitigar la evasión de los
impuestos, también se debe aumentar la base de cotización del impuesto de renta para las
personas naturales, para que estás logren mantener su calidad de vida y no se vea afectada su
capacidad adquisitiva, todos estos ajustes son necesarios a esta reforma, para lograr en lo posible
sea una reforma justa, basada en los principios de la constitución política de nuestro país.

También podría gustarte