Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Toda empresa de negocios, como cualquier otro tipo de organización humana, está
formada por un conjunto de personas cuyas acciones se coordinan para obtener unos
determinados resultados en los que todos están interesados, aunque su interés pueda
deberse a motivos muy diferentes.
Lo importante para que exista organización es, pues, que la acción conjunta esté
coordinada y dirigida hacia el logro de una meta o finalidad.
Los distintos estilos y formas de dirigir esa actividad pueden ser variadísimos, pero todos
ellos suponen -seamos o no conscientes de ello- una concepción de base sobre las
personas, sobre sus necesidades y sobre sus motivaciones.
Todos estamos de acuerdo en que las personas trabajan para satisfacer necesidades y,
probablemente, el desacuerdo sólo empiece a aparecer en el momento en que inten-
temos concretar cuáles son esas necesidades.
Sin ser demasiado conscientes, estas son las ideas de fondo -el paradigma de base-
sobre las que luego pensamos en términos prácticos.
Por ello, si preguntamos a una persona sobre la motivación por la que trabaja, es
probable que su respuesta sea: «para ganar dinero».
En seguida se dará cuenta de que hay muchas otras razones que la mueven a realizar
ese trabajo concreto, en lugar de otro diferente que podría tener la oportunidad de
desempeñar.
Por este camino, es fácil que le vengan a la mente razones tan variadas como las
siguientes:
Las condiciones de trabajo.
El estilo de dirección de su superior jerárquico.
El tipo y la calidad de los productos o servicios que la empresa ofrece a sus clientes, las
Administración de CO-OPERAR:
Av. Corrientes 5143, 1er piso “B” (1414) - Capital Federal, Bs. As. - Argentina
TEL/Fax: (54.11) 4.855.1189 mail: co-operar@co-operar.com.ar
Copyright 1999-2004 - Lic. Victoria Schvartzman.
posibilidades de aprendizaje.
El porcentaje de reto que conlleva su puesto de trabajo, etc.
Tres son los modelos o concepciones de base sobre las personas y las organizaciones que
subyacen a las más variadas prácticas directivas. Veámoslos uno por uno.
La siguiente tabla ordena los conceptos básicos que vamos a ir desgranando a lo
largo de este artículo
MODELO MECANICISTA
Dentro del modelo mecanicista de la empresa, el problema de la motivación de las per-
sonas se contempla como un problema de qué hay que darle a una persona, y cuánto,
para que se decida a realizar un trabajo que la empresa le pide.
Este modelo parte de la base de que el dinero es un motivador universal y que, por
tanto, el problema se reduce a la cuantía de incentivos a ofrecer.
De hecho, toda relación entre personas queda reducida a una relación de «roles» o
funciones, y la organización aparece como una máquina más o menos complicada que
produce algo y consume algo.
La única finalidad de la empresa, según este modelo, es la eficacia -la maximización del
beneficio-, y el único mecanismo motivador que reconoce es el sistema de premios y
castigos, vulgarmente conocido como la zanahoria y el garrote.
Vemos, pues, que una concepción mecanicista de la empresa implica una visión muy
parcial de la misma. En realidad, está viendo sólo la punta del iceberg; es decir, la
organización formal (los roles, los procedimientos, los sistemas...) e ignorando todos
Administración de CO-OPERAR:
Av. Corrientes 5143, 1er piso “B” (1414) - Capital Federal, Bs. As. - Argentina
TEL/Fax: (54.11) 4.855.1189 mail: co-operar@co-operar.com.ar
Copyright 1999-2004 - Lic. Victoria Schvartzman.
aquellos aspectos no formalizados que son tanto o más decisivos para la buena marcha
de la empresa (necesidades, motivaciones e interacciones entre los miembros de la
organización).
A veces, para intentar comprender mejor estos conceptos, se recurre a un símil que rela-
ciona la empresa con el cuerpo humano y, así, se dice que el sistema formal de la
empresa es el esqueleto de la misma (su parte más rígida), mientras que el sistema
espontáneo sería su musculatura (lo que le permite adaptarse a las circunstancias e irse
desarrollando).
Todos somos conscientes, a poco que razonemos, de que la realidad es mucho más
compleja que la visión reduccionista que nos presenta este modelo.
Un ejemplo claro de que sólo cumpliendo las normas del sistema formal las empresas
pueden quedar paralizadas, situaciones en las que los empleados se dedican a cumplir
estrictamente lo que está recogido en los manuales de funciones y reglamentos.
A pesar de ello, muchas decisiones tomadas por directivos en no pocas empresas de hoy
en día, siguen teniendo como fundamento esta visión incompleta de las organizaciones y
de las personas que las componen.
Cuando nos encontramos ante una organización dirigida con esta filosofía de base,
estamos ante una empresa que, en rigor, podríamos calificar de simple negocio finan-
ciero, que irá cambiando su rumbo según dicte el entorno, mediante estrategias «de
adaptación oportunista».
Cada vez se hace más evidente que hay que profundizar en los motivos que llevan al
hombre a trabajar y, en consecuencia, en las necesidades que el ser humano busca
satisfacer a través de su trabajo.
Administración de CO-OPERAR:
Av. Corrientes 5143, 1er piso “B” (1414) - Capital Federal, Bs. As. - Argentina
TEL/Fax: (54.11) 4.855.1189 mail: co-operar@co-operar.com.ar
Copyright 1999-2004 - Lic. Victoria Schvartzman.
Como clara muestra de esta toma de conciencia, en el trabajo de Chester I.
Barnard, «The Functions of the Executive» -tal vez la obra que más ha influido en las
concepciones modernas sobre las organizaciones humanas-, encontramos aseveraciones
como las siguientes:
La tentación es evitar este tipo de cuestiones tan difíciles de contestar, dejando que
sigan tratando con ellas los filósofos o los científicos, que aún siguen sin ponerse de
acuerdo tras siglos de discusión.
Sin embargo, se da uno cuenta rápidamente de que, aunque tratemos de evitar dar una
respuesta definitiva a tales preguntas, no podemos eludir enfrentarnos a ellas.
Las estamos contestando siempre, aunque sea de modo implícito, al formular cualquier
juicio sobre la actuación de las personas; y, lo que es más importante, todo el mundo, y
especialmente los líderes, directores y ejecutivos, actúan sobre la base de unos
supuestos que implican que ya han dado una respuesta a aquellas cuestiones, aunque
sólo raras veces sean conscientes de ello.
Así pues, un organismo no sólo se preocupa del lado objetivo de las acciones; es decir,
de los resultados del trabajo en el plano económico -de la eficacia- y
de la satisfacción por lo que se recibe, sino también de su lado subjetivo; es decir, de su
mayor o menor atractivo para quien realiza el trabajo, de la satisfacción derivada de lo
que se realiza, puesto que el grado de atractividad del trabajo y de la organización van a
afectar la motivación de sus miembros y, por tanto, su futura supervivencia como tal
organización.
Las finalidades de las organizaciones, según este modelo, son dos: eficacia y
atractividad, lo cual es un avance hacia una visión más completa de la realidad que la
contemplada en el modelo mecanicista.
1.- Este enfoque de la empresa implica, en el fondo, una concepción utópica del hombre
y de la sociedad que, en ocasiones, puede ser más corrosiva que un mecanicismo
meramente técnico que se limite a ignorar los planos psicológicos y morales de las
personas, puesto que la manipulación psicológica, aunque sea bien intencionada, puede
ser más destructiva que la búsqueda de la simple eficacia apoyada en un esquema
Administración de CO-OPERAR:
Av. Corrientes 5143, 1er piso “B” (1414) - Capital Federal, Bs. As. - Argentina
TEL/Fax: (54.11) 4.855.1189 mail: co-operar@co-operar.com.ar
Copyright 1999-2004 - Lic. Victoria Schvartzman.
técnico riguroso.
2.-Otro de los peligros de esta concepción de la empresa consiste en que los directivos,
que se mueven en un entorno poco paciente para las utopías, interpreten las ideas que
aparecen en el modelo orgánico en clave mecanicista.
Así como en la visión mecanicista se contemplaban sólo las «cosas que la empresa
hace», y en la orgánica las que hace y «cómo» las hace, en una institución, aparte de
esos dos planos, se contempla también el plano de «para qué» se hacen.
En este sentido, toda organización tiene unos valores, explicitados o no en políticas, que
se van haciendo patentes a lo largo de su vida a través de las decisiones que se van
tomando en las más diversas circunstancias.
Según cuáles sean estos valores, provocarán la identificación de las personas con los
objetivos de la empresa, o su alienación.
Hasta aquí habíamos visto que la motivación de las personas podía ser provocada por la
búsqueda de unas consecuencias extrínsecas a la acción del individuo (incentivos) o por
la búsqueda de unas consecuencias intrínsecas a la acción (satisfacción por un trabajo
bien hecho).
Si reflexionamos acerca de este concepto, veremos que la acción de una persona tiene
otro tipo de consecuencias que no quedan incluidas en ninguna de las anteriores
categorías y que, sin embargo, constituyen una poderosa fuente de motivación.
Es esa fuerza que nos mueve a actuar por las consecuencias que nuestra acción tendrá
para satisfacer las necesidades de otra persona.
Administración de CO-OPERAR:
Av. Corrientes 5143, 1er piso “B” (1414) - Capital Federal, Bs. As. - Argentina
TEL/Fax: (54.11) 4.855.1189 mail: co-operar@co-operar.com.ar
Copyright 1999-2004 - Lic. Victoria Schvartzman.
A este tercer tipo de motivación se le viene llamando motivación trascendente.
Así pues, una visión completa de las motivaciones humanas tiene que recoger estos tres
tipos de motivos:
Extrínsecos.
Cualquier tipo de motivo que se atribuye a la realización de la acción por parte de una
persona distinta a aquella que realiza la acción.
Intrínsecos.
Cualquier resultado de la ejecución de la acción para la persona que la realiza, y que
depende tan sólo del hecho de realizarla.
Trascendentes.
Aquellos resultados que la acción provoca en otras personas distintas de quien ejecuta la
acción.
Por ejemplo, la ayuda que se presta a un compañero de trabajo o el dar un buen servicio
al cliente.
Lo normal es que en cualquier acción estén presentes estos tres tipos de motivos.
Veamos el caso de un vendedor. Por supuesto que al realizar una venta estará buscando
ganar algún dinero. También estará buscando algo que le gusta hacer y que le supone un
reto. Pero, si es un buen vendedor, también pensará en el servicio al cliente, en que está
ayudando al cliente a resolver un problema que éste tiene.
Es bien sabido que lo peor que le puede pasar a un equipo de vendedores es que pierdan
la confianza en el producto que venden y que lleguen a pensar que el cliente haría mejor
en comprar un producto competidor.
Pues bien, gran parte de esa frustración no es más que insatisfacción en el plano de los
motivos trascendentes. Saber que lo que hacemos es útil, que es algo que los demás
pueden apreciar y que les puede ser necesario, constituye un factor motivador nada
despreciable.
Es un curioso cliché de nuestra cultura el que lleva a pensar que un buen médico es
aquel que piensa en sus pacientes -aunque también les cobre honorarios por atenderlos-,
mientras que un buen empresario puede serlo pensando tan sólo en el dinero que va a
ganar con lo que hace.
Naturalmente que hay médicos, maestros y empresarios que parece que piensan sólo en
el dinero que van a ganar y que parecen ignorar todo otro tipo de motivos.
Lo que les ocurre a esas personas es que están todas enfermas del mismo mal: el
materialismo.
Por el contrario, decimos que una persona es muy egoísta o poco humana cuando tan
sólo busca en sus acciones la satisfacción propia, sin tener en cuenta el daño o las
dificultades que pueda causar a los demás.
Una teoría completa de la motivación humana, que reconozca que la motivación para
realizar cualquier acción ha de explicarse en función de los tres componentes que hemos
visto, implica un cambio profundo en nuestro modo de concebir las organizaciones.
Además, resultan de gran ayuda para poder reconocer cuáles son los supuestos de base
de los que partimos y con qué modelo nos sentimos más o menos identificados.
Está claro que nadie se dedica a hacer explícitos los modelos de los que parte a la hora
de tomar decisiones, pero es sumamente importante saber si estamos trabajando con
Administración de CO-OPERAR:
Av. Corrientes 5143, 1er piso “B” (1414) - Capital Federal, Bs. As. - Argentina
TEL/Fax: (54.11) 4.855.1189 mail: co-operar@co-operar.com.ar
Copyright 1999-2004 - Lic. Victoria Schvartzman.
algún modelo incompleto, por las consecuencias prácticas que se derivarán de su
utilización.
Si una persona trata de dirigir una institución aplicando las reglas que serían válidas para
manejar una máquina, se puede llegar a provocar un auténtico caos. Sería algo similar a
lo que le ocurriría a un niño que aplicase las reglas que utiliza para conducir su coche de
juguete a pedales a la conducción de un auténtico autobús.
- Misión externa: Necesidades reales de los clientes externos que la organización busca
satisfacer a través de su producto o servicio.
Administración de CO-OPERAR:
Av. Corrientes 5143, 1er piso “B” (1414) - Capital Federal, Bs. As. - Argentina
TEL/Fax: (54.11) 4.855.1189 mail: co-operar@co-operar.com.ar
Copyright 1999-2004 - Lic. Victoria Schvartzman.