culpan a otros.
Si el empleo va mal, culpan al
La forma de encarar los
problemas es lo fundamental
para superarlos
En el transcurso de la vida estamos
constantemente enfrentando una serie de
problemas. En la familia, el trabajo, en nuestras
comunidades, etc. El Buda original Nichiren
Daishonin, fundador de la filosofía budista en la
que se basa nuestra organización, pasó frío,
pasó hambre, fue exiliado y hasta casi
decapitado. Arriesgó su vida por sus
convicciones. Entonces, ¿cómo pretendemos
vivir sin problemas nosotros?
Como budistas tenemos una manera diferente
de encarar las dificultades de la vida cotidiana.
El presidente Ikeda nos enseña con su vida a
transformar nuestros obstáculos en grandes
beneficios.
Basados en una publicación de Brasil Seikyo,
veamos algunos puntos en la forma de encarar
nuestros problemas.
1- ESCOJA CAMBIAR
En verdad, cuando optamos por cambiar ya es
el comienzo del proceso del cambio. El
presidente Ikeda afirma: “La actitud de una
persona puede transformar totalmente una
situación. La cuestión está en decidir pasar cada
día de forma feliz y productiva – dondequiera
que estemos. Una persona con sabiduría puede
crear valor en cualquier circunstancia”.
2- TÓMELO COMO UNA
OPORTUNIDAD
Un budista considera un problema o una
dificultad como una valiosa oportunidad. El
presidente Ikeda afirma: “Me gustaría citar una
frase de mi poeta argentino favorito, el gran
educador Almafuerte (1854-1917): 'Para los
débiles, la dificultad es una puerta cerrada.
Para los fuertes, en cambio, es una puerta
esperando ser abierta'. Las dificultades impiden
el progreso de los débiles. Pero, para los
fuertes, ellas son una oportunidad para abrir las
puertas de un brillante futuro. Todo está
determinado por nuestra actitud, por
nuestra decisión”.
3- NO CULPE A OTROS, NO VALE LA
PENA
Es claro que si alguien comete un crimen o
una injusticia, debe ser responsable por sus
actos. Pero ese no es el caso. Ocurre que
muchas personas se quejan de sus problemas y
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jefe. Si la familia va mal, culpan al cónyuge, a
los hijos o a los hermanos. Cuando culpamos a
los demás, automáticamente desistimos de
resolver nuestros problemas y esperamos que
los otros los resuelvan por nosotros. Una vez
más la sabiduría del presidente Ikeda es
contundente: “No debemos culpar a los otros,
todo comienza por nosotros mismos. Cuando
crecemos y maduramos podemos vivenciar un
cambio positivo en nuestro ambiente”.
4- UN BUDISTA NO ESPERA, PERO
SABE ESPERAR
Un budista precisa actuar con urgencia, con
acciones rápidas. Esta característica es esencial
para resolver el problema. No esperar a que
surja una solución, actuar rápidamente basados
en una estrategia bien dirigida por la fe y la
oración, es la llave para el éxito. Entonces, un
budista no se impacienta, sabe esperar. El
presidente Ikeda orienta, especialmente a los
jóvenes: “Si plantamos en la primavera, no
esperemos cosechar en tres días. Tenemos que
esperar hasta el próximo otoño. Esto está de
acuerdo con la razón”. Continúa diciendo: “En
todo, la paciencia es la llave para la victoria. Los
que no son capaces de soportar todo con
paciencia no podrán ser victoriosos. El triunfo
final pertenece a los que son capaces de
mantener esa firme convicción”.
5- ESCOJA SU ESTADO DE VIDA
El primer punto afirma que al enfrentar el
problema, lo primero es optar por cambiarlo.
Cuando eso sucede, la persona también opta
por el estado de vida con el cual resolverá el
problema. El estado de vida de una persona, en
la mayoría de las veces, influencia en la
solución del problema. El presidente Ikeda
afirma: “Nuestro estado de espíritu determina
nuestra vida. La consecuencia de todo lo que
realizamos – si seremos felices o miserables,
está decididamente afectada por nuestra actitud
básica”.
Conviene recalcar que no se trata de
minimizar los problemas – ellos realmente
pueden ser grandes o no. La forma de
encarar es lo fundamental para
superarlos.