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equinodermos y esponjas
Introducción
A partir de la década de los 70´s, los organismos marinos se han convertido en una
importante fuente de nuevos productos naturales, debido a las novedosas
estructuras que presentan, muchas de las cuales no habían sido registradas
previamente de fuentes terrestres, así como también a las interesantes actividades
biológicas que exhiben y al hecho de estudiar un ambiente poco explorado en donde
los océanos abarcan más del 70% de la Tierra (Vargas-Betancourt, 2014).
Los invertebrados marinos sobre todo aquellos con poca o nula movilidad, (corales
blandos, esponjas, tunicados, equinodermos) están sujetos a una intensa
competencia y depredación, además de que habitan un medio hostil, con cambios
de salinidad, pH y temperatura, en donde medran incontables depredadores, virus
y bacterias. Por lo que han tenido que desarrollar mecanismos químicos de defensa;
estas adaptaciones les han permitido sintetizar diversos metabolitos secundarios,
cuya actividad ha demostrado ser mucho más potente que la de sus contrapartes
terrestres (Vargas-Betancourt, 2014).
Blandón et al, 2014. Describe la biología de las esponjas marina Las esponjas
marinas pertenecen al Phylum Porífera, son invertebrados sésiles que crecen sobre
un sustrato, no poseen tejidos, órganos ni sistemas, pero están conformados por
células especializadas que cumplen diversas funciones. En su mayoría, las
esponjas son de origen marino, sin embargo, en los ríos se ha reportado una
pequeña familia de la clase Demospongiae.
Taxonómicamente, las esponjas pertenecen a 4 clases, 21 órdenes, 107 géneros y
alrededor de 10.000 especies clasificadas como: Calcáreas o Calcispongiae,
Hexactinellida o Hyalpospongiae y Demospongiae.
Las esponjas pueden ser ovíparas (desarrollo del embrión externo) o vivíparas, las
cuales crían sus embriones en el mesohilo hasta su liberación a través de canales
acuíferos. En el invierno, ocurre la formación de gémulas liberadas de la esponja en
descomposición y pueden sobrevivir en condiciones extremas. En condiciones
favorables de la primavera, las células ameboides emergen de la gémula para
generar una nueva esponja.
En el medio marino, las esponjas (Phylum Porifera) son, hasta el momento, la mayor
fuente de metabolitos secundarios marinos bioactivos. Estos metazoarios son
sésiles, filtradores, por lo que circulan grandes cantidades de agua a través de su
sistema acuífero capturando partículas de materia orgánica y por consiguiente el
70% de las bacterias suspendidas en la misma. Por otro lado, las esponjas
sintetizan una gran variedad de metabolitos secundarios con fines defensivos
(defensa directa, indirecta e inmune) y competitivos (competencia por espacio). La
presencia y concentración de estos metabolitos secundarios dependen de factores
tales como: las condiciones del hábitat (luz, corrientes, profundidad, temperatura,
cantidad de nutrientes), el grado de depredación, competencia y factores internos
(estadio de desarrollo y reproducción) (Águila-Ramírez et al, 2011).
Las esponjas han sido, durante los últimos cincuenta años, un objeto atractivo de
estudio para la química de productos naturales marinos debido al gran número de
metabolitos secundarios producidos, a la novedad estructural que muestran y su
potencial terapéutico en el tratamiento de enfermedades humanas. El uso de las
esponjas en la búsqueda de productos naturales marinos inició en los años 50’s con
el aislamiento de los nucleósidos de arabinosa: espongotimidina y espongouridina
a partir de la esponja Cryptotethia cripta. Estos fueron usados como modelos para
la síntesis de los compuestos ara-A (Vidarabina®) y ara-C (Cytarabina®), los cuales
son compuestos antivirales y anticancerígenos. Estos arabino-nucleósidos, a su
vez, sirvieron de base para el desarrollo del antiviral AZT (Retrovir) y el antitumoral
gemcitabina (Águila-Ramírez et al, 2011).
Zamora et al. 2012 describe la biología de los equinodermos. Son animales dioicos,
marinos, bentónicos y sésiles; aproximadamente 6.000 especies. Los
equinodermos son un grupo de metazoos deuteróstomos fácil de reconocer por su
endoesqueleto de calcita y por su plan corporal pentarradiado, que es de adquisición
secundaria. De hecho, las larvas de todos los grupos, e incluso algunos grupos
antiguos de fósiles (Ctenocistoidea), son bilaterales. Este plan corporal simétrico
surge tras la metamorfosis de las larvas, en un proceso extremo que implica una
gran reabsorción de tejidos y la transformación radical de un plan corporal bilateral
(larvas) a uno radiado (adultos), pasando por un estadio asimétrico.
Los equinodermos (que incluye los grupos de estrellas, pepinos, erizos y ofiuros),
presentan un gran potencial como fuente de moléculas bioactivas con aplicaciones
terapéuticas en los campos de investigación del cáncer, en el control del crecimiento
bacteriano y en el contexto de aplicaciones técnicas como sustancias
antiincrustantes. Los primeros estudios químicos con equinodermos iniciaron a
mediados de los años 50´s con el aislamiento de naftoquinonas, y a partir de
entonces se han aislado y caracterizado compuestos de tipo ceramidas, esteroles
sulfatados, péptidos, triterpenos glicosilados (saponinas) (Vargas-Betancourt,
2014).
Aun cuando han sido menos estudiados en comparación con otros grupos, los
equinodermos son candidatos muy promisorios para el desarrollo de compuestos
con actividad antibacteriana y anticancerígena. En específico para pepinos de mar
se han identificado actividades anticoagulantes, antihipertensión, antiinflamatorias
y antitrombóticas. (Vargas-Betancourt, 2014).
Referencias