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LA IMPORTANCIA DE LA RAZÓN

EN LO AMORAL DE LAS
MASACRES OBRERAS Y BREVE
ANÁLISIS PSICO-SOCIAL DE LA
HIPOCRESÍA DE JUZGARLAS
MORALMENTE
Por Deymian Sánchez

1 DE MAYO DE 2019
LICEO BICENTENARIO DE VIÑA DEL MAR
Andrés Lillo y Claudio Calderón
La importancia de la razón en lo amoral
de las masacres obreras y breve análisis
psico-social sobre la hipocresía de
juzgarlas moralmente
Por Deymian Sánchez

Curso: 3°B

Docentes:
Andrés Lillo
Claudio Calderón

Institución: Liceo Bicentenario de Viña del Mar


Introducción

Según Gustave Le Bon1, la masa es siempre intelectualmente inferior al hombre aislado, y en lo


que a sentimiento respecta, puede, según las circunstancias ser mejor o peor; todo depende, de la
manera en que sea sugestionada. Es por eso que, durante conflictos como la Segunda Guerra
Mundial, pícaros políticos de países supuestamente susceptibles, enfocaban sus discursos en
avivar sentimientos como la ira, el miedo y el amor (siendo el último solo dirigido hacia la patria)
en los rincones de cada nación. Con el objetivo de unir, a los individuos en una sola entidad
manejable.

En algún punto de la historia, las manipulables aglomeraciones de personas, se dieron cuenta de


lo abusos y de lo importantes que eran para nutrir las raíces de sus propios países; por lo que
(influenciadas por pensamientos oriundos del gran territorio rojo) una a una, las mayorías
desaventajadas (obreros) de todas partes del globo, comenzaron a exigir lo que se les había
quitado a lo largo de los años: respeto, preocupación y dignidad. Chile, no se quedó atrás, siendo
el país más conmovido por las ideas rojas. Y como en todo gobierno se teme a la revolución, este
trató de reprimir cada intento de queja o desorden; quitando vidas si fuera necesario. Ahora bien,
si se halla lógica en susodichos actos, es debatible. Al fin y al cabo, los avances se lograron, y los
obreros post-auge2; juzgan con fuerte moral las masacres y a sus ejecutores.

Sin embargo, cuando la cúspide situacional de cierto movimiento finaliza, se va perdiendo con el
paso de los años, el ideal colectivo que caracteriza a las masas, ya que, en este caso, los obreros
post-auge, no serían capaces de sentir las injusticias que antes frecuentaban. La única forma en
la que podrían comprender un poco, es comparándolas con eventualidades cercanas a ellos, ya
sea a nivel nacional o individual. Y, aun así, no serviría de mucho puesto que, en tiempos actuales,
las masacres son impensadas, las negligencias castigadas y las protestas aceptadas. Entonces,
siguiendo el párrafo anterior, si el obrero post-auge no puede relacionar dos líneas temporales en
un mismo sentimiento ¿Cómo pueden juzgar tan convencidos el pasado? Es simple. Los obreros
post-auge, no juzgan por conexiones sentimentales, sino por conductas morales y construcciones
éticas que son fáciles de confundir. Y a su vez, fáciles de manipular. Algo que demostraré en el
presente ensayo, pues la principal premisa que guiará, este escrito es: “Las masacres hacia
obreros, no fueron resultado de una mente trastornada por la guerra; tampoco por un
psicópata fascista o un ególatra capitalista. Fueron producto de estímulos sociales a los que
todos estamos expuestos y a los que inherentemente nuestro cerebro casi siempre cede. - Por lo
que, crímenes cometidos en la Escuela Santa María de Iquique, o los del Mitin de la Carne
pudieron haber sido llevados a cabo por cualquier persona ordinaria. Incluyendo: Emisor y
receptores de este ensayo.

1
Médico, etnólogo, sociólogo y psicólogo francés (1841-1931) / Gustave Le Bon. (1895). La Muchedumbre:
un estudio de la mente popular. Francia: Verbum.
2
Forma de referirse a las masas obreras actuales. Lejanas a los inicios del movimiento obrero.
La Cadena de Autoridades y Experimento Milgram

La base de toda nación es un sistema político estable, sumamente pragmático, que permita la
correcta vinculación entre las instituciones que lo conformen. Al menos, es lo que creo. No
importa en realidad con qué tipo de administración se llegue a tal fin, siempre que comparta el
mismo factor en común existente entre todos ellos: Las jerarquías de organizaciones como método
de organización. Es decir que, entre todas las instituciones gubernamentales; exista una sucesión
de mandatos, cada uno más “capacitado” que otro para influir sobre los demás. Factor
imprescindible para mantener el orden en las naciones, pero a la vez, una desventaja que podría
acarrear problemas serios; sobre todo en tiempos como los son el movimiento obrero. Sabiendo
también, que tal cadena de mandatos, está constituida por cerebros humanos, susceptibles al
entorno y propensos fallar todo el tiempo.

Me explico, a la par de la masacre de la Escuela Santa María de Iquique (1907), importantes


hombres debutaban en influyentes cargos en el gobierno:

Por un lado el general Roberto Silva Renard, el perpetrador; también el Ministro de Interior 3
Rafael Sotomayor, verdadero verdugo en la masacre, por haber tomado la decisión, y su
influencia: Charles Clarke (un cónsul inglés). En fin, si el lector presta atención, podrá objetar sin
mucho esfuerzo que todo se presenta como una cadena de autoridades. Cada una, influyendo
sobre la otra, y todo organizado para cometer el mismo crimen. Raro es que nadie en la cadena,
haya mostrado descontento ante la decisión ¿no? Pues es probable que si haya habido descontento
moral, sólo que pasó a un segundo plano en la mente de todos ellos. Lo que se demuestra en las
enseñanzas que nos ha dejado el experimento de Stanley Milgram. En el cual se concluyó con dos
postulados sobre la obediencia humana:

I. “Cuando un sujeto no tiene ni la habilidad, ni la maestría necesaria para tomar una


decisión, especialmente en una situación de crisis, delega la toma de decisiones al grupo
y su jerarquía”. - Teoría del Conformismo (Milgram)

II. “La esencia de la obediencia consiste en el hecho de que la persona se ve a sí mismo como
un instrumento que lleva a término los deseos de otro individuo y, por tanto, no se ven a
sí mismo como responsables de sus acciones”. - Teoría del Estado Agentico (Milgram)

Sabiendo entonces que el experimento de Milgram tuvo como problemática la siguiente pregunta:
¿Cuánto tiempo puede alguien seguir dando descargas eléctricas a otra persona si se le dice que
lo haga? incluso si creyera que se le pueden causar heridas graves. Y que se formuló la hipótesis
sobre que entre 1 y 3 por ciento de los sujetos, no dejarían de hacer las descargar, siendo
finalmente, el 65% de los participantes; la mayoría de ellos ciudadanos comunes, morales y justos

3
encargado de los asuntos relativos al orden público y la seguridad pública interior, para cuyos efectos
concentra la decisión política en estas materias. También coordina, evalúa y controla la ejecución de
planes y programas que desarrollen los demás ministerios y servicios públicos en materia de prevención
y control de la delincuencia, rehabilitación de infractores de ley y su reinserción social, en la forma que
establece la ley y dentro del marco de la Política Nacional de Seguridad Pública Interior.
¿Qué nos hace diferentes de caer en situaciones donde las decisiones que tomemos, sean, crueles
o amorales?

Después de todo, se comienza a comprender por qué ninguna autoridad hizo algo. Realmente no
importan tus principios morales, cuando una autoridad “capacitada” (influenciada a su vez por
otra) te ordena que hagas algo. No es la conducción militar, la psicopatía ni el fascismo. Es nuestra
mente, que, en momentos concretos, pese a no abandonar nuestros principios morales, hace caso
omiso de ellos.

Ron Jones y lo aburrido que es ser solo tú

Es un pensamiento recurrente en cada ser humano, el sentido que toma su vida en


determinados periodos de reflexión. A veces, es triste enfrentarnos a los vacíos de nuestra
existencia, e ideamos distintas estrategias para llenar los espacios vacíos. Una que otra religión,
algún hobby o varios grupos de falsos amigos; donde solo anhelamos pertenecer a algo más grande
e importante que nosotros mismos. Y de vez en cuando, la añoranza es tan poderosa, que nos
ciega, dejando otras funciones psicológicas como la razón o la moral, en total desuso. Verificación
de ello se halla en las conclusiones del Experimento de la Tercera Ola, llevado a cabo por el
profesor de historia Ron Jones. Que consistía en influenciar a sus alumnos con “valores” tales
como la disciplina, la fuerza en comunidad, el orgullo, la diferenciación, etc.; con el objetivo de
simular a las Juventudes Hitlerianas y poder explicar con hechos, una pregunta que un estudiante
le había hecho: “¿Cómo pudo el pueblo alemán alegar ignorancia sobre lo que estaba pasando con
los judíos?” Luego del experimento, fue fácil responder a la duda, sabiendo que la influencia había
sido expresamente demostrada por el comportamiento de los alumnos semanas después, que se
asemejaba bastante con las ideas fascistas alemanas. Es más, Jones nos hizo testigo de lo que dijo
a sus alumnos, en una entrevista: “Con lo que ha ocurrido durante esta semana, hemos podido
ver lo que suponía vivir en la Alemania nazi. Hemos aprendido a crear un entorno social
disciplinado, jurar fidelidad a esa sociedad especial y sustituir la razón por las reglas.
Habríamos sido buenos alemanes y nos habríamos puesto el uniforme, listos para traicionar a
amigos y vecinos. Ahora sabemos lo que es optar por la solución rápida y quemar las ideas,
sentirse fuerte y superior. Conocemos también el miedo a ser excluido, a quedarse fuera, pero
también el sentimiento de control y el placer de hacer lo correcto socialmente. Hemos visto que
el fascismo no es algo que otra gente hace. No, ha estado aquí, en esta sala, en nuestras
conductas y forma de vivir. Basta arañar la superficie para que aparezca 4” Jon demostró que
solo hace falta, la correcta implementación de distintos factores, para lograr manipular la mente
de un individuo y hacerlos partes de cosas que no querrían normalmente.

Otro ejemplo reciente, de pérdida de razón (no muy vinculado al macro tema que pretendo tratar,
pero necesario para comprender mi punto) ante vacíos existenciales, son las feministas de la
tercera ola. Tan ensimismadas en sus inseguridades y rencores, al querer pertenecer a un

4
Entrevista realizada en 1972 acerca de sus vivencias como cabeza del experimento “La Tercera Ola”
movimiento del que no entienden; que acabaron cambiando, la percepción social hacia él. Porque.
donde antes se visualizaba el empoderamiento, la igualdad y el respeto; ahora se visualiza el odio,
la ignorancia una fuente de burlas. Han echado abajo años de esfuerzo y construcción social, solo
por querer esconder sus propios problemas internos. Ya lo había afirmado Theodore Kaczynski:
“El colectivismo de los nuevos movimientos izquierdistas, se debe a que sus individuos, solo
pueden sentirse fuertes como miembros de una organización grande o movimiento de masas5”
Se puede inferir entonces, que no importa realmente si sus acciones y demandas gozan de razón
o lógica, ya que de todas maneras, serán defendidas con agresividad solo por el hecho de
pertenecer a una causa que invisibiliza sus sentimientos de inferioridad.

En fin, si llevamos ahora todo lo planteado a las posibles repercusiones morales en


individuos como Renard, Sotomayor o los mismos soldados, en tensos momentos como lo son la
toma de Santiago en el Mitin de la Carne. Se infiere que todo sujeto ignora la moral y sobrepone
a ella, el orgulloso sentir de pertenecer a puestos de respectivos honores, tales como:
Administración nacional (Sotomayor), alta jerarquía militar, también pre-defensor patrio
(General Renard) e íntegros en la defensa nacional, impulsados también por la Cadena vista con
anterioridad (Soldados). Tanta responsabilidad en sus manos - por sobre todos Sotomayor y el
Presidente - obligaba a decidir por sobre la moral y poner los intereses del Gobierno por sobre las
personas. Si bien, el lector objeta que fue una pésima opción abarcar sólo los intereses del
gobierno y no los de sus trabajadores; debe entender que ese nunca fue el punto. Los conocidos
“amorales” nombrados, solo siguieron el anhelo de su mente y, ciegos, apoyaron al país; porque
era el país, la entidad que sostenía sus puestos de honor y vacíos existenciales propios de todos
nosotros. Cabe preguntarse para concluir: ¿Realmente el lector, se habría puesto de parte de los
obreros para asegurar la moral y las buenas costumbres, en puestos de prestigio como los
presentados; en tiempos de crisis y expuestos a las influencias de cadenas jerárquicas, en contra
de la naturaleza y las contradicciones de nuestra mente?

5
Theodore Kaczynski. (19 de septiembre de 1995). Sentimientos de Inferioridad. En Industrial Society
and Its Future (1). New York: New York Times.
Conclusión
En conclusión, podemos rescatar que, aunque siempre resulta tentador abordar periodos
conflictivos de nuestro país, (movimiento obrero en este caso) desde perspectivas morales y
especialmente éticas, siempre resulta ineficaz. Y menos aún, se debe juzgar decisiones ajenas
guiándose por tan volátiles conceptos. Porque son bases poco confiables y para nada estáticas,
que dependen bastante de distintos factores sociales, situacionales y mentales. Lo que se
evidenció en dos populares experimentos, contextualizados con ejemplos homogenizados de
historia universal, chilena y pensamiento propio. También, se planteó la reflexión, al demostrarse
que ningún individuo está realmente lejos de cometer actos crueles y apáticos.

Ahora bien, el impacto que se espera, a la lectura de este escrito, es la abolición de prejuicios
moralmente hipócritas, a decisiones controversiales a futuro en nuestro país. Además, se llama a
la visión lógica-razonada de las cosas, buscando siempre el “por qué” y no el “quién fue” ya que, a
mi visión, así es como realmente se resuelven los problemas históricos. Analizando,
comprendiendo, aceptando y luego: nunca repetirlos.

“Todos los intereses de mi razón, especulativos y prácticos, se combinan en las 3


siguientes preguntas: ¿Qué puedo saber? ¿Qué debo hacer? ¿Qué puedo esperar?”

-. Inmanuel Kant

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