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SANTA FE

APUNTE DE VIAJE
2012

HISTORIA I-II-III - CATEDRA PERNAUT


FADU – UBA
SANTA FE LA VIEJA (CAYASTÁ).
Primer asentamiento de la ciudad de Santa Fe en el fue el sexto templo que tuvo Santa Fe la Vieja.
sitio elegido por Juan de Garay para su fundación, el 15 Las primeras construcciones correspondieron al
de noviembre de 1573, a orillas del actual rio San Javier, periodo en que se desarrolló una arquitectura precaria,
uno de los brazos del Paraná. De allí fue trasladada a su urgida por la emergencia de la situación. A medida que
actual emplazamiento, entre 1651 y 1660, ante las la ciudad se consolidó como punto de enlace de
dificultades que el sitio original ofrecía (entorno comunicaciones entre el Paraguay, la salida al RÍO de la
anegadizo, avances indígenas, erosión de la costa, etc.). Plata y el Tucumán, se generó una producción
Luego de su abandono, recibió el nombre de Santa Fe la arquitectónica basada fundamentalmente en la
vieja, para diferenciarla de la nueva ciudad emplazada aplicación de la tapia para los muros y teja o paja para
en el pago de la Vera Cruz, ochenta km hacia el sur. El las cubiertas. la madera se constituyó en el otro material
topónimo de Cayastá, con que hoy se conoce el preponderante, lo que dio protagonismo a los artesanos
yacimiento arqueológico, data de fines del siglo XVIII. carpinteros en la construcción.
A partir de 1949, después de tres siglos de
abandono, los restos arqueológicos de Santa Fe la Vieja
fueron exhumados por el Dr. Agustín Zapata Gollán. Los
vestigios de cimientos y muros, acompañados de otros
testimonios arqueológicos y antropológicos, ofrecen un
documento único sobre la ciudad española en América
durante el siglo XVII. El avance de la erosión de la
barranca por acción del río ha provocado, sin embargo,
la pérdida de una tercera parte de la traza fundacional.
Las tres iglesias (San Francisco, Santo Domingo y La
Merced), hoy en ruinas, eran de una sola nave, con
gruesos muros de tierra apisonada y planta profunda en
relación con su ancho. Se conserva también el convento
franciscano con su claustro, que define un patio
cuadrangular, recostado sobre el templo. Los restos
óseos de los vecinos que recibieron sepultura en esos
recintos constituyen un conjunto singular para estudios
bioantropológicos de los primeros años de la conquista.
El Cabildo responde a una construcción modesta en
el lado sur de la Plaza, cuya singularidad está dada por
su implantación atípica en el contexto, orientado de
este a oeste y con una galería desaparecida, sobre la
calle.
Los vestigios de las viviendas más importantes de la
ciudad tienen su correlato en las fuentes documentales
de la época, y permiten identificar un tipo caracterizado
por tiras de habitaciones dispuestas de norte a sur. con
una o dos galerías a sus lados, y ubicadas en forma
exenta en medio de amplios solares; de esta manera se
definen y califican los espacios libres como patios de
La planta de la ciudad fue la primera traza diversa jerarquía, corrales y huertas pobladas con
urbanizada del litoral argentino; corresponde al clásico árboles frutales.
modelo hispanoamericano a manera de cuadrícula. A Las ruinas de Santa Fe la Vieja, expropiadas por el
una cuadra del río se dejó una manzana vacía para Gobierno de la Provincia, fueron declaradas Lugar
Plaza Mayor. Histórico Nacional (Decreto Nº 112.765/42) y, más
Las manzanas enteras (cuadras) más alejadas de la tarde, Monumento Histórico Nacional (Decreto del
Plaza fueron destinadas al cultivo de viñas, y quedaron 25.03.1957).L.M.C.
desiertas cuando se hizo innecesario continuar
produciendo vino para el abastecimiento de la ciudad.
Inmediatas al ejido, en los "Pagos de Arriba y de
Abajo", se ubicaban las tierras de labor o chacras,
donde se produjo trigo y maíz. En el resto del territorio
se adjudicaron tierras para estancias, dedicadas a la cría
de ganado vacuno y mular. En el acto fundacional,
Garay repartió los solares para que los vecinos
construyesen sus viviendas. Desde un comienzo, frente
a la Plaza, reservó terrenos para el Cabildo y la Iglesia
Matriz; y a los pocos anos comenzaron a instalarse otras
órdenes religiosas (franciscanos, mercedarios y jesuitas)
que edificaron sus iglesias y conventos. La Iglesia
Parroquial de San Roque, para la doctrina de naturales,

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SANTA FE DE LA VERA CRUZ
Mg. Arq. María Laura Bertuzzi y Dr. Arq. Luís María Calvo

La ciudad colonial después del traslado una localización y medidas idénticas a las que habían
tenido en el sitio fundacional, de manera que la
Desde su traslado, la ciudad recibió la ubicación física del entramado social se reiteró,
denominación de Santa Fe de la Vera Cruz para replicando asimismo las situaciones de vecindad de
diferenciarla del sitio anterior; sin embargo, no medió los pobladores. Las tipologías y morfologías
otra fundación sino que formal, jurídica y socialmente arquitectónicas, las técnicas constructivas, los
la nueva ciudad fue continuación de la vieja. El lugar patrones de ocupación del suelo y los procesos de
elegido para el traslado se ubica a ochenta kilómetros producción ensayados y practicados en Santa Fe la
al sur del primero, en un rincón o lengua de tierras Vieja continuaron desarrollándose en Santa Fe de la
formada por la confluencia del riacho Santa Fe y la Vera Cruz: la casa de los Diez de Andino (hoy Museo
desembocadura del río Salado. La ciudad se asentó en Histórico Provincial) y la Iglesia y Convento de San
la parte más alta del terreno, recostándose en el Francisco, cuya construcción comenzó poco tiempo
borde del este, sobre unas barrancas bajas que la después del traslado, son los mejores exponentes de
protegían de las crecientes, y dejando libre un arenal esa continuidad.
inundable formado por una vuelta del riacho, En la ciudad nueva se produjo una incipiente
conocido más tarde como el Campito. El agua que complejización de la sociedad que se manifestó en el
rodeaba a la ciudad actuaba como una defensa aumento de las viviendas modestas, aunque en las
natural y sólo hacia el norte, donde se repartieron las casas principales mantuvieron su convivencia
tierras de labor (las chacras), en ocasiones hubo que patronos, criados, indios y esclavos. Los tipos de
buscar algún recurso para defenderla de probables arquitectura doméstica de la ciudad vieja tuvieron
asedios. Hacia el oeste, el río Salado y sus anegadizos continuidad en la nueva pero se diversificaron,
tenían que ser vadeados para alcanzar los caminos básicamente, a partir de dos formas de implantación
terrestres que comunicaban con Córdoba y Buenos en el lote. Una, la tradicional, en torno a un primer
Aires. patio que se separaba de la calle por medio de un
En el nuevo sitio se trazó una cuadrícula idéntica a alto cerco y al que se accedía directamente
la que se había abandonado, aunque se agregó una atravesando la puerta de calle (la mencionada Casa
fila de manzanas por el lado del este, que alejó una de Diez de Andino es un ejemplo). La otra forma
cuadra más a la Plaza del río. El Cabildo y las significó la ocupación del frente de los solares con la
instituciones religiosas recibieron solares de idéntica construcción de algunas habitaciones sobre la calle,
posición a la que habían tenido en el pueblo viejo, tal disposición que, a su vez, reconoce dos modalidades
como puede reconocerse en la ciudad actual en de diferente escala: las casas modestas, con sus
aquellas que subsisten hasta el día de hoy: la iglesia únicas piezas alineadas sobre la calle, y las más
parroquial (hoy Catedral), San Francisco, Santo importantes, con un zaguán que se abría entre
Domingo y la Compañía de Jesús. Las otras (San cuartos de alquiler y que comunicaba con el patio
Roque y La Merced), aunque también se mudaron, alrededor del cual, nuevamente, se organizaba la
desaparecieron durante el período colonial. En tanto, vivienda principal.
la Casa de Gobierno ocupa el solar del viejo Cabildo Desde 1660 hasta principios del siglo XIX, la
frente a la plaza. ciudad tuvo momentos de auge económico,
También los particulares recibieron terrenos con especialmente en tiempos del Puerto de Preciso, es
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decir, obligado, en el corredor fluvial del Paraná, en ese tramo. Se señalan el puerto viejo y hacia el
alternados con otros de profunda depresión causados noreste el puerto nuevo, donde el riacho hacía una
por la retracción de las fronteras en épocas de guerra curva (hoy Parque Alberdi). Al noroeste aparece
con mocovíes y abipones y la consecuente representada la capilla de San Antonio. Y, mientras la
interrupción del tráfico comercial. En la década de ciudad había seguido creciendo y consolidándose
1740 las paces con ambas etnias y la estabilidad de hacia el norte, las lagunas que se formaban en
las fronteras posibilitaron un nuevo período de terrenos bajos impedían que hubiera crecido por el
crecimiento y bienestar que se reflejó en la oeste más allá de la actual calle 4 de Enero.
terminación de la iglesia v el colegio de la Compañía
de Jesús (el más importante complejo arquitectónico
que tuvo Santa Fe colonial, del cual se conserva sólo
el templo), en la construcción de una nueva iglesia
parroquial (origen de las tres naves de la actual
Catedral) y en las viviendas de los ricos vecinos
vinculados al comercio. Sin embargo, en 1780 la
supresión del puerto preciso primero y la creación del
Virreinato del Río de la Plata después, sumieron a
Santa Fe en una decadencia económica y urbana que
repercutió en la producción arquitectónica, tal como
lo testimonia la imposibilidad de finalizar las obras de
un nuevo Cabildo. De esta época data el primer plano
conocido de Santa Fe, fechado en 1787, en el cual se
muestra que la traza apenas había crecido después de
dos siglos de la fundación y que la estructura había Plaza 25 de Mayo con la Catedral y la casa de Iriondo
permanecido sin variaciones. (demolida) a su lado. Fotografía José María Iriondo, década
de 1880. Fuente: SIPAR. Banco de Imágeneí Florión Paucke.
La ciudad en las primeras décadas del
período republicano Durante el gobierno del brigadier Estanislao
López, apenas alcanzada una relativa estabilidad
Al producirse la Revolución de Mayo, la ciudad ya política y de paz, se pudo promover la terminación del
había superado la traza que se le señaló en el edificio del Cabildo, la construcción tantas veces
momento de su fundación, tal como lo documenta el postergada del Hospital y la transformación de la
plano de Eustaquio Giannini, dibujado en 1811 con el iglesia Matriz (actual Catedral), todas éstas obras
proposito de estudiar y prever su defensa ante asociadas a la nueva condición de capital provincial
posibles ataques realistas de la guerra de asumida por la ciudad desde 1815. Sin llegar a
independencia. Las guerras de la independencia plantearse conscientemente un programa de
primero y las interprovinciales después actuaron transformación de la ciudad en ese sentido, en las
como factores de una mayor desaceleración obras del Cabildo y luego en la iglesia Matriz se
económica, interrumpiendo algunas obras manifestaba la voluntad de renovación simbólica de
comenzadas a fines del período colonial. los edificios más emblemáticos; la incorporación del
A finales del siglo anterior, el Cabildo había lenguaje neoclásico en un contexto que mantenía las
comenzado a otorgar terrenos con medidas muy morfologías coloniales, marcaba una ruptura y
inferiores a los primeros solares (una cuarta parte de potenciaba a ambos edificios como exponentes de
ellos), cedidos en merced a individuos y familias de una nueva época y de valores republicanos. La fuerza
pocos recursos económicos que progresivamente de estas motivaciones promovió la venida oficial de
fueron emancipándose de las estructuras Cario Zucchi, arquitecto de la provincia de Buenos
tradicionales, en gran parte criollos, mestizos y Aires y activo intérprete de esos ideales, quien diseñó
pardos Ya en las primeras décadas del siglo XIX se la renovación neoclásica de la iglesia Matriz (hoy
hizo evidente el crecimiento producido a lo largo de Catedral) tal como actualmente se presenta en su
las calles hoy denominadas San Jerónimo, San Martín fachada. Desde la iniciativa privada, las principales
y 25 de Mayo, hacia el norte de la actual Juan de viviendas adoptaron definitivamente los techos de
Caray. En el noreste, el puerto actuaba como un polo azotea, los volúmenes netos y las fachadas planas,
de tensión urbana y congregaba grupos humanos despojadas de molduras, que permitían enfatizar y
asociados a una activa dinámica económica: contrastar la presencia de los principales edificios
navegantes, calafateros, tenderos y artesanos. Hacia públicos. La renovación de las ideas también se
el noroeste, en el entorno de la capilla de San manifestó incipientemente en el campo de la higiene
Antonio (donde hoy se ubica el Colegio Nacional), se pública con la concreción de la obra del Hospital ya
nucleaba una población compuesta mayoritariamente mencionada y con la creación, en 1830, del
por descendientes de antiguos esclavos que habían Cementerio General de San Antonio junto a la capilla
podido adquirir su libertad. de ese nombre, con cuya habilitación se buscó
Un conocido plano de 1824, dibujado por Marcos erradicar la costumbre colonial de enterrar en el
Sastre, representa la traza y la forma en que estaban interior de las iglesias y de los conventos.
ocupadas las manzanas. Se puede ver la importancia
que todavía tienen los conjuntos conventuales,
aunque desde 1819 las dos manzanas de la
Compañía de Jesús habían sido separadas para
permitir la prolongación de la actual calle 25 de Mayo
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proceso de transformación tanto demográfico como
arquitectónico en continuo aumento, pues
comenzaron a llegar al puerto de Santa Fe los
primeros inmigrantes europeos que marcharon a las
colonias agrícolas que se iban fundando en el vasto
territorio provincial o que se quedaron en la ciudad en
busca de nuevas perspectivas de progreso. El centro
institucional fue complementado por un centro y
barrio portuario, consolidándose simultáneamente la
doble espina comercial de las calles San Martín y San
Jerónimo que organizó a la ciudad.
La población no dejó de crecer, pues pasó de unos
10.500 habitantes en1869 a un poco mas de 44.000
1907, y trepó de un 11 % de extranjeros a un 28% en
un lapso de menos de 40 años. Italianos y españoles
predominaban sobre el resto de las nacionalidades,
pero llegaron a la ciudad inmigrantes de muchos y
diversos países tal como lo atestiguan las tiendas
abiertas y dedicadas a las ciudades de Roma,
Estambul, París, Mesina, etcétera.

Hasta mediados de siglo el panorama urbano


santafesino mantuvo las características de una ciudad
definida todavía básicamente con un tejido y morfología
coloniales, con episodios arquitectónicos renovadores
y una muy modesta complejización funcional. En 1847, Así como para la sociedad se inició un momento
William Mac Cann todavía se sorprendía de «la quietud de coexistencia de etnias y costumbres, el mayor
de Santa Fe, cuyas manifestaciones de actividad son impacto en el tejido urbano fue la llegada de las líneas
muy escasas, tratándose de una capital de provincia y ferroviarias y sus estaciones: Ferrocarril Santa Fe, con
sede de gobierno», aunque reconoce que había un su muelle sobre el río (cuya construcción se inició en
puerto con buenos embarcaderos y unos cincuenta 1884, conocida mas tarde como Estación del
barcos matriculados que pertenecían «casi todos a Ferrocarril Francés y demolida a inicios os la década
italianos», y agrega, justamente acerca de la aún de 1960 del siglo pasado); Ferrocarril a Buenos Aires
escasa presencia de extranjeros: «Los únicos y Rosario con la estación ubicada en el sur de la
extranjeros de la localidad son italianos, aunque hay ciudad, construida uno años después de la anterior
también una media docena de franceses y un (hoy Estación Mitre) y Ferrocarril Central Norte
escocés, ebanista». Argentino (hoy Estación del Ferrocarril General
Belgrano), cuya construcción comenzó en la primera
Transformación y modernización de la década del siglo xx, sobre Boulevard Gálvez, y fue
ciudad abierto en 1887.

De la época en que el Congreso reunido en el


Cabildo sancionó la Constitución Nacional de 1853
data el plano dibujado por José Germán Niklison que
representa a una ciudad que había crecido muy poco
en los últimos treinta años y en la cual, por primera
vez, se procuró formalizar la nomenclatura de las
calles. Corresponde, además, a un momento de
inflexión en la historia urbana porque en esta década
se activaron políticas de inmigración y colonización
que durante la segunda mitad del siglo habrían de
transformar profundamente el entorno territorial
santafesino, con repercusión directa en la propia
ciudad capital. A partir de entonces se inició un
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El Ferrocarril Santa Fe fue promovido por el
gobierno provincial ante la necesidad de garantizar
los vínculos con el territorio. Hasta entonces era el río
-mediante la navegación fluvial- el principal eje de
comunicación, complementado con una red de
caminos que unía a la ciudad con su entorno y con
las demás regiones del país. Esta primera linea
provincial fue concesionada primero y luego adquirida
por empresarios franceses y posibilitó que la
producción agrícola de las colonias y la resultante de
la explotación de los bosques naturales del norte de
la provincia fueran embarcados en el puerto de Santa
Fe con dos terminales: una en la ciudad y otra
distante a 12 Km, sobre el río Colastiné, que a su vez
tenía dos puntos de carga, uno norte y otro sur. Para
llegar a ellos se debía atravesar la laguna Setúbal,
operación que se realizaba gracias a la construcción
de un puente de madera que debió ser reconstruido
en varias oportunidades posteriores debido a las
frecuentes inundaciones.
Consejo de Educación (demolido). Fuente: SIPAR, Banco de
El ferrocarril a Buenos Aires y Rosario, cuya
Imágenes Florián Paucke
estación se ubicó sobre calle General López, al oeste
del área fundacional, salvaba mediante un puente el
La necesidad de más espacio y nuevos lotes
rio salado y vinculaba a la ciudad con Santo Tomé,
completó el cambio en el patrón catastral. Las nuevas
Rosario y Buenos Aires, mientras que el Ferrocarril
parcelas eran estrechas y largas, diferenciándose
Central Norte Argentino permitió la conexión con las
substancialmente de las generosas coloniales. Las
provincias de Santiago del Estero y Tucumán.
tipologías edilicias eran variadas con el claro
Así, la ciudad quedó conectada con el territorio a
predominio de la casa lineal para la residencia y con
pesar de estar rodeada de ríos por tres de sus lados;
la aparición de tipologías específicas según usos,
estaba circunvalada por vías férreas que pronto se
resueltas con las pautas estilísticas del eclecticismo.
convirtieron en un estorbo para su extensión, a
En el centro de la ciudad, las plantas bajas cedieron
medida que fueron requeridas nuevas áreas para uso
su espacio al comercio y a la producción, mientras
urbano. Y pese a ser capital provincial, las funciones
que las plantas altas se reservaron para vivienda.
públicas estaban dispersas en edificios que -incluso-
Espléndidas residencias se levantaron a lo largo del
no habían sido diseñados para albergarlas. Desde
Boulevard Gálvez, mientras que en los barrios se
entonces tanto el Estado provincial como el municipal
multiplicaron las casas chorizo, retiradas del frente,
fueron construyendo importantes obras para
con amplios patios y quintas al fondo.
consolidar su imagen como cen-tros de gobierno. El
proyecto de traslado del Centro Cívico a la Plaza San
Martín (1897) fue un paso en esa dirección que, sin El desarrollo urbano en el siglo XX, la
embargo, quedó truncado en su concreción final. ciudad del Centenario
Impulsado por el gobernador Luciano Leiva, se trataba
Para el centenario de la Revolución de Mayo,
de un nuevo centro simbólico del cual sólo llegaron a
Santa Fe reforzó los rasgos antedichos. Descartado el
construirse el Consejo de Educación (hoy demolido) y
nuevo centro cívico, aumentó la presión sobre la Plaza
las primeras obras de la nueva catedral, proyectos
25 de Mayo, que en un breve lapso, en la segunda
ambos del prestigioso arquitecto Juan Bautista
de-cada del siglo xx, fue radicalmente transformada.
Arnaldi. La construcción de la Catedral nunca se
En la vereda sur, el edificio del Cabildo y la Jefatura
terminó y hoy pueden verse algunas de sus partes
de Policía fueron demolidos y reemplazados por la
inconclusas. Además, puede mencionarse la ejecución
Casa de Gobierno, que ocupó toda la fachada sur de
de importantes obras para la salud pública (Hospital
la plaza, con su imponente volumetría y poderosa
Italiano de Santa Fe y Colonias; Hospital de Caridad,
mansarda. De igual modo se construyeron la Casa de
actual Cullen); J.B. Iturraspe), para la educación
Justicia al oeste y un nuevo edificio para el Colegio de
(Escuela Industrial Superior) y para la cultura (Teatro
la Inmaculada al este.
Municipal 1º de Mayo), entre otras. Los últimos años
Tres lados de la Plaza se transformaron
del siglo XIX fueron asimismo el momento de
sustancialmente, y a ello se sumó otro
modernización en cuanto al diseño y extensión de las
emprendimiento en el solar de la Aduana Vieja, en
redes de infraestructura urbana y servicios. Se
donde se construyó la Legislatura Provincial. Así
adoquinaron las calles céntricas (1886), se iniciaron
quedó definido el eje este-oes te -sobre General
los primeros servicios de tranvías a caballo (1885) y
López- que unía la Plaza y la estación del Ferrocarril
posteriormente se comenzó con los tendidos de
Central Argentino y que habría de ensancharse en la
alumbrado eléctrico, agua corriente y cloacas. En la
década de 1920. Claro que la transformación más
primera década del siglo xx la red de servicios era
importante en los años del Centena-rio fue la
casi coincidente con la efectiva extensión de la ciudad
construcción del Puerto de Ultramar como parte de la
que contaba -también- con varios paseos ajardinados:
ciudad. Esta operación infraestructural y urbana de
el mencionado boulevard, la Avenida de la República
gran magnitud fue concretada después de un arduo
(en el borde de la Laguna Setúbal), el Parque Nicasio
debate entre los intereses de la Compañía Francesa
Oroño y varias plazas.
de Ferrocarriles, que propugnaba por la construcción
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de un gran puerto sobre el río Colastiné, y la voluntad material de frente tipo «Piedra París» y las rejas de
de la sociedad santafesina de hacer un puerto planchuelas cedieron lugar a balcones de hierro y
moderno en la capital. Se trató de una decisión bronce. El ambiente social y cultural santafesino no
fundamental para su destino mediante la cual se propiciaba, por otra parte, experiencias
prefirió una solución técnicamente más compleja, que antiacademicistas que, por excepción, se
salvara las desfavorables condiciones de implantación materializaron en obras como la Casa Cingolani,
del puerto en la ciudad antes que dele-gar el valor construida entre 1914 y 1916. El tejido urbano
simbólico del mismo. Se temía, según la crónica generado por la arquitectura doméstica en las áreas
periodística de la época, que -de realizarse la primera de mayor densidad de población se jalonó con obras
iniciativa- se perdiera la oportunidad de ser «vasto singulares.
centro comercial y de embarque» y quedara Santa Fe
«soterrada en el riacho que lleva su nombre». Se La renovación de la ciudad: la
pensaba al puerto como el gran transformador de la arquitectura moderna
región y de la provincia, y sobre todo de la ciudad.
La concreción del Puerto de Ultramar -inaugurado Los principios del urbanismo moderno se
en 1911- modificó un amplio sector urbano, antes evidenciaron sobre todo en los planes de reforma
ocupado por el recodo del riacho Santa Fe y la isla urbana pensados para la ciudad en 1927 y 1944. Uno
Tacurú. Desapareció el Paseo del Puerto, se de los problemas que más aparecía en ellos era la
desguasaron los muelles existentes para cargas y necesidad de unir y ampliar las infraestructuras
pasajeros y fundamentalmente se alteraron el borde ferroportuarias que condicionaban la extensión de la
costero y la relación entre la ciudad y el agua, planta urbana y que debían ser optimizadas a favor
mediada ahora por un gran artefacto moderno. del desarrollo de la ciudad. De igual manera eran
En los terrenos ganados al río se previó un amplio expresos la preocupación por la vivienda obrera y el
parque urbano -el Parque Escolar-, el segundo zoning como principio de organización funcional.
después del Parque Nicasio Oroño. La decisión de Mientras que en el plan de 1927 todavía se
centralizar las actividades portuarias fue también una manifestaban principios compositivos historicistas, en
inflexión en la relación ciudad-territorio, ya que, con el de 1944, de Miguel C. Roca, se tomaba una clara
el puerto desdoblado, las vecinas poblaciones de San opción por la arquitectura moderna. En la ciudad
José y Colastiné estaban integradas a la dinámica material esa opción ya estaba presente desde
urbana de la capital y conectadas mediante el mediados de la década de 1930 con la aparición de
ferrocarril, con una frecuencia de hasta cuatro viajes viviendas unifamiliares, apartamentos para la renta e
diarios. Después de la inundación de 1905, y tras el incluso sedes de edificios públicos que comenzaron a
descarte de una solución mixta entre capitales renovar tanto los modos de habitar como la misma
privados y públicos para la construcción de un nuevo imagen urbana. Es necesario aclarar que se trató de
puerto en Colastiné, estas poblaciones manifestaron acciones puntuales, insertas en el tejido urbano
decrecimiento y abandono, en tanto recuperaron preexistente que tuvieron, sin embargo, una gran
hacia la década de 1950 interés como balnearios y fuerza renovadora.
áreas de recreación y viviendas finisemanales.
También en la segunda década del siglo se hizo
manifiesta la voluntad de crear un parque para la
clase obrera, el cual recién se inauguró en 1923, al
oeste de la ciudad, con el nombre de Parque Juan de
Garay. Al este, y sobre la Laguna Setúbal, se
consolidó la villa de Guadalupe con la apertura de la
Avenida Francisco Javier de la Rosa y con la plaza y el
rosedal, vecinos a la basílica, construida en los
primeros años del siglo xx. Otro aspecto del proceso
modernizador se expresó en el aumento de calles
pavimentadas, el servicio de alumbrado público, la
provisión de aguas corrientes y desagües cloacales, el
reemplazo de los tranvías de tracción a sangre por los
eléctricos, entre otras mejoras notables en la calidad Esquinas de San Martín y 1° Junta. Fuente: SIPAR. Banco de
de vida urbana. Imágenes Florián Paucke.
Las viviendas de clase media ocupaban en toda su
extensión los frentes de los lotes en los cuales se En Barrio Candioti, Barrio Constituyentes y el
implantaban, aportando a la definición espacial de las propio Boulevard Gálvez se construyeron viviendas
calles. Las fachadas eran tratadas en función del unifamiliares, apartamentos de planta baja y uno o
ámbito urbano; desde mediados del siglo XIX, con la dos pisos que, manteniendo las escalas de la ciudad
intervención de constructores idóneos y albañiles heredada, cambiaron radicalmente el paisaje urbano
italianos, se había venido vistiendo de ropajes que alternaba los rasgos del eclecticismo con los
clasicistas mediante la aplicación de pilastras, blancos volúmenes, la carpintería metálica y las
cornisas, balaustradas, frontis, guirnaldas y un amplio barandas marineras de la nueva arquitectura. En el
repertorio de formas que denotaban la influencia centro aparecieron los primeros edificios modernos en
neorrenacentista de raíz italianizante. En los inicios del altura, entre los que es relevante mencionar los
'900 y en la década de 1910, en cambio, se tendió a edificios José B. Rodríguez y Primicias, sobre calle San
apelar a recursos lingüísticos del academicismo Martín.
francés: los revoques pintados fueron sustituidos por El cambio, en la escala doméstica, estuvo
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acompañado por la construcción de una importante inaugurado en 1969. No sólo unía a las ciudades y a las
cantidad de edificios públicos escolares y provincias, sino que tenía una importancia estratégica
administrativos que contribuyeron a subrayar la idea -todavía hoy vigente- al vincular a la Mesopotamia con
de un Estado y una sociedad dinamizados. Entre las demás regiones del país. En 1958 se habían iniciado
ellos, se pueden destacar las escuelas Colón, López y gestiones desde la Universidad Nacional del Litoral
Planes, Pizarro, Drago, Arzeno y Santiago de Chile. (UNL) para que el municipio cediera sus terrenos
Sobre el Boulevard, el Instituto Experimental de ubicados en las inmediaciones del paraje El Pozo para
Investigación y Fomento Agrícola, la sede del Cuerpo la construcción de la Ciudad Universitaria.
de Bomberos Zapadores, el Palacio Municipal, la sede Aprobado por el Concejo Municipal en 1964 y
del Honorable Concejo Municipal, entre otros. ratificado en 1970, este hecho dio lugar al diseño, por
parte del Departamento de Construcciones de la UNL
del edificio del nuevo campus universitario que
significó el traslado, instalación y concentración de
varias Facultades dispersas en la ciudad en un solo
predio y la ocupación de la orilla este de la Laguna
Setúbal tras previas operaciones de refulado. En la
otra orilla, se construyeron la sede de la Universidad
Tecnológica Nacional y, en Guadalupe, la nueva de la
Universidad Católica de Santa Fe.
A fines de esa década se inició la construcción de
un gran barrio de viviendas sociales (El Pozo)
gestionadas por la Nación en vecindad a la misma,
con lo que se completaba el proceso de
artificialización del borde este de la laguna. Así como
Esquinas de Mendoza y San Martín. Sin fecha. Fuente: se fueron materializado las reiteradas ideas de
Archivo General de la Nación. crecimiento de la ciudad hacia la orilla este de la
laguna Setúbal propuestas por varios planes urbanos,
Con relación a los espacios públicos, además de la también se fue transformando el borde oeste de la
renovación y ampliación del Parque Juan de Caray, es ciudad con infraestructuras viales tanto como con el
necesario resaltar la construcción del Parque del Sur, crecimiento de barrios informales.
proyectado inicialmente por el arquitecto Ángel Guido, Entre 1964 y 1972 se construyo la Autopista Santa
en el marco de una transformación más amplia del Fe-Rosario, que generó -en la escala metropolitana-
Centro Cívico de la ciudad. Al demandar la demolición un nuevo nexo con Santo Tomé; y en los inicios de la
de varias antiguas manzanas del Barrio Sur, el década del '70 se construyó el Barrio Las Flores,
proyecto fue modificado y reducido en su extensión, completado en los años '80. Ese barrio de vivienda
perdiéndose así la idea de generar una mayor social de mediana y alta densidad se ubicó al noroeste
integración espacial entre la Plaza de Mayo y el nuevo de la ciudad, lo cual estimuló el estiramiento de los
parque conmemorativo de la Constitución Nacional. servicios y de la urbanización en esa dirección, Al sur,
en el tradicional Barrio Centenario, se construyó otro
Nuevas infraestructuras y nuevos conjunto de viviendas sociales.
Las décadas de 1980 y 1990 tuvieron como obras
fragmentos urbanos
más significativas el rediseño de la Costanera -con la
Desde las construcciones del Puente Colgante y el estabilización de la orilla con tablestacados y
Puente Carretero, a fines de las décadas de 1920 y terraplenes-, la construcción del Hospital de Niños y la
1930, respectivamente, no se habían producido Costanera Este, entre otros. La conformación de
grandes operaciones de conexión territorial, aunque varios anillos defensivos y la circunvalación oeste
desde mediados del siglo xx venía manifestándose posibilitaron la rápida ocupación de gran cantidad de
cada vez con mayor insistencia la necesidad de suelo a cota inferior a la considerada segura de
mejorar la conectividad de la ciudad. La población riesgos hídricos. Por la Ruta Provincial Nº 1 se
urbana, que era de 170.000 habitantes en 1947, formalizaron extensiones suburbanas y, hacia el oeste
creció a 200.000 en 1960 y a 245.000 en 1970, -en Santo Tomé- se generaron varios clubes de
cuando la planta urbana llegó al noreste hasta calle campo. También en el ámbito de la arquitectura
Azcuénaga ante crecientes demandas de tierra privada, desde la dé-cada del '90, sobre todo entre
urbanizable. bulevares, se multiplicaron los edificios en altura entre
La aspiración de mejorar la infraestructura medianeras, lo cual modificó la densidad edilicia y
circulatoria se vio parcialmente satisfecha con la habitacional del centro y alrededores.
construcción de la Avenida de Circunvalación sur que Las cuatro últimas décadas han sido asimismo la
une el Puente Carretero con el puerto, cuyo primer etapa del diseño y construcción de una importante
tramo se inauguró en 1969. La misma se continuó cantidad de planes de vivienda pública que se han
luego hasta el viaducto y Puente Oroño, inaugurados emplazado mayoritariamente al sur, oeste y, sobre
en 1970, facilitando el paso de la laguna hacia el este. todo, al norte de la ciudad, cambiando las primeras
Estas importantes intervenciones se opciones tipológicas de densidad alta a media y baja.
complementaron con la gran obra que desde 1962
venía ejecutándose por convenio de las provincias de Perspectivas actuales
Entre Ríos y Santa Fe: el Túnel Subfluvial Hernandarias,
renominado como Uranga-Silvestre Begnis, en honor a Una de las transformaciones urbanas que aún se
los gobernadores de las respectivas provincias e encuentra en realización es la refuncionalización del

7
área portuaria. La misma fue iniciada dada la también se ha planteado una agenda de
obsolescencia del puerto y sustentada en un master intervenciones que propone la construcción de
plan cuya propuesta, tras importantes modificaciones, edificios públicos significativos, la recuperación de
comienza a hacerse hoy visible con la transformación otros y el desarrollo territorial por regiones.
de los edificios portuarios para nuevos usos y con el Santa Fe tiene todavía importantes retos
rediseño y arquitecturización del borde de la Avenida pendientes vinculados tanto al bienestar de sus
Alem. La ciudad se rige al día de hoy por un Plan ciudadanos como a la asunción de sus procesos de
Urbano (2008) que propone la construcción de un crecimiento e integración metropolitana y a la
nuevo puerto, un nuevo puente Santa Fe-Santo Tomé aceptación de sus particularidades geográficas que
y la reactivación ferroviaria, entre otros proyectos determinan fuertemente su expansión y desarrollo.
capitales. Desde el ámbito del gobierno provincial

CRONOLOGÍA HISTÓRICA
15 de noviembre de 1573: La ciudad de santa Fe es extiende hasta 1884, cuando se establece el límite
fundada por el vizcaíno Juan de Garay, algualcil mayor norte de la Provincia con el Chaco.
de la gobernación del Río de la Plata, en un
1889: Nace la Universidad Provincial de Santa Fe,
emplazamiento ubicado a orillas del río Quiloazas (hoy
creada y presidida por el Gobernador José Gálvez.
San Javier), cercano a la actual localidad de Cayastá.
Podían realizarse estudios de derecho, ciencias
1º de junio de 1580: Primer levantamiento de sociales, ciencias físico-matemáticas y más tarde de
criollos contra la autoridad española. Es dirigido por farmacia y obstetricia. Punto de partida para pensar la
siete mestizos que, amotinados, reclaman el derecho a nueva Universidad Nacional del Litoral.
gobernar. El nombre de este acontecimiento es
10 de octubre de 1904: Colocación de Piedra
“Revolución de los 7 Jefes".
Fundamental del Puerto de santa Fe.
13 de julio de 1594: El cabildo de la Asunción
1906: Demolición del Cabildo santafesino. Se proyecta
designó por primera vez a un criollo, Hernando Arias
la construcción de un nuevo palacio gubernativo y, a
de Saavedraa, conocido como Hernandarias, teniente
tales efectos, al año siguiente se declaran de utilidad
de Gobernador y Justicia Mayor. Desde entonces y
pública la casa del Doctor Félix Pujato y la de la
hasta su muerte en 1634, ejerció varias veces el
Sociedad de Crédito Territorial, ambas contiguas al
gobierno de la ciudad destacándose por su acierto y
edificio del Cabildo, ubicadas en calle 3 de febrero y
prudencia.
San Jerónimo, es decir hacia el oeste.
21 de abril de 1649: El alcalde Capitán Juan Gómez
1919: Bajo la Presidencia de Hipólito Irigoyen, se
Recio comenzó las gestiones para que se autorice el
promulga la ley 10.861 donde se autoriza la creación
traslado de la Ciudad.
de la Universidad Nacional del Litoral. La misma,
1650 a 1660: Traslado de la ciudad a su actual cuenta con cinco facultades en nuestra Provincia, una
emplazamiento. en Paraná, y otra en Corrientes.
1960: Muchos fueron los avatares y pérdidas en este 8 de junio de 1928: Con el nombre de su propulsor
proceso, sin embargo para este año, estaba “Ingeniero Rafael Marcial Candioti”, se habilita al
oficialmente asentada oficialmente Santa Fe de la Vera público el Puente Colgante, que se había comenzado a
Cruz. construir cuatro años antes. El mismo se derrumbó en
1983 y fue reconstruido en el 2002.
31 de diciembre de 1662: Se le otorga a Santa Fe
el privilegio de “puerto preciso” que conserva hasta 19 de septiembre de 1942: Se inaugura la primer
1780. parte del edificio de la Municipalidad de Santa Fe. Ante
una nutrida concurrencia, el Intendente Don Hugo
1668: Las tribus originarias de la Región reinician sus
Freyre deja inauguradas las obras de ampliación de
luchas –que habían originado en parte el traslado de la
diversas oficinas comunales, como también la
ciudad – en las estancias más alejadas de la Ciudad de
remodelación de lo que sería el despacho de
Santa Fe de la Vera Cruz.
Intendencia.
1º de enero de 1833: Se suprime el Cuerpo
1949: Se descubren las Ruinas de Cayastá. Este había
Municipal del Cabildo en Santa Fe. Durante 260 había
sido un proyecto encarado por Zapata Gollán.
cumplido funciones judiciales y político-administrativas.
13 de diciembre de 1969: Inauguración del Túnel
1º de mayo de 1853: Se jura la Constitución
subfluvial Hernandarias, actualmente llamado Túnel
Nacional en el Cabildo de nuestra ciudad.
subfluvial Uranga - Silvestre Begnis.
1861: Asume la gobernación de la Ciudad el primer
10 de marzo de 1971: Se ponen en marcha dos
intendente de Santa Fe: Dr. Simón de Iriondo.
obras de gran importancia para la ciudad: la
18 de marzo de 1882: por una ley de la Suprema Universidad Tecnológica Nacional y la Ciudad
Corte de Justicia, se establecen los límites de la Universitaria.
Provincia de Santa Fe con las provincias vecinas de
1994: Reforma de la Constitución. Entre el 25 de
Buenos Aires y Córdoba. No obstante la expansión
Mayo y el 22 de Agosto de 1994, sesionan en Santa Fe
territorial y ocupación definitiva del territorio se
y Paraná los concejales que llevarán adelante la
reforma constitucional.
8
PERIODO COLONIAL
Templo y Convento de San Iglesia de Nuestra Señora de una sola nave cuya estructura, en
Francisco (1673-88) pocos años, presentó graves deterioros.
de los Milagros –
Recién al promediar el siglo XVIII se
Compañía de Jesús (1697- emprendió un proyecto de magnitud más
CALLE AMENABAR 2557 1700) ambiciosa, en el que optaron por un
esquema de tres naves.
CALLE SAN MARTIN 1580 En 1934, el edificio adquirió el rango de
Catedral Metropolitana. A partir de ahí, se
transformó el cielorraso plano de la nave
central en bóveda de cañón y el de las
laterales en bóvedas de arista. La fachada,
cuyos rasgos neoclásicos evidencian las
concepciones del período de la
arquitectura poscolonial en que fue
concebida, presenta un frontis
flanqueado por dos torres macizas y tres
arcos enmarcados por pilastras y
Concretado el traslado de la ciudad en
entablamento. Se trata de una
1660, la nueva iglesia de San Francisco
arquitectura de volumetría sólida y gran
fue, en un principio, una precaria Es el único edificio que subsiste del austeridad decorativa, que establece un
construcción de barro y pala. En 1673, amplio conjunto que alojó a la Orden de punto de inflexión entre el empirismo de
se iniciaron los trabajos de la actual la Compañía de Jesús antes de la los ejemplos del período hispánico y los
iglesia y las obras terminaron en expulsión en 1767. modelos académicos de la etapa
setiembre de 1688 pero todavía se El templo actual comenzó a posterior.
prosiguió con las de los claustros. Hasta construirse en 1697. En ese momento,
fines del siglo XIX el templo se conservó contaba con una torre que flanqueaba la
en su estado pnmitivo. En 1918, se le Casa de Estanislao López
fachada por el norte, que se derrumbó en
adosó una nueva fachada cerrando el 1714. Luego, se encaró la torre que hoy (1812)
atrio semicubierto con una pantalla que se conserva, cuya factura da muestras de
pretendía 'Italianizar' el exterior. En la intervención del Hermano Antonio AV. GRAL. LÓPEZ 2792
1938, el gobierno provincial encomendó Harls.
al arquitecto Angel Guido la En el origen, el interior se resolvía con
sistematización del área inmediata a San una sola nave, pero se le añadieron dos
Francisco, dentro del proyecto del Parque capillas laterales que configuraron una
del Sur. Guido restauró la iglesia pero planta de cruz latina. En 1925, la obra
respetó las modificaciones que sufrió alteraciones con el agregado de las
presentaba la fachada. naves laterales y se produjo el reemplazo
En 1942, el conjunto fue declarado de la antigua y valiosa bóveda de madera.
Monumento Histórico Nacional. Desde La torre, de sólido volumen y austera
1949 se ejecutó, a través de la Dirección decoración, completa la imagen del
Nacional de Arquitectura, una segunda monumento.
restauración según proyecto del Pese a todas las modificaciones que
arquitecto Mario Buschiazzo, que devolvió alteraron las características espaciales de Ubicada en el centro histórico de la
al edificio su imagen original, la obra, mantiene rasgos de la ciudad, su origen se remonta al año
reconstruyendo el ala norte del convento arquitectura jesuíta. 1812, cuando el Protomédico Manuel
para alojar el museo.
Rodríguez adquirió en subasta pública
El templo es de planta de cruz latina de
una sola nave de gran profundidad, con
Catedral Metropolitana un solar que había pertenecido a la
(1747) Orden de la Merced, en el que
fuerte direccionalidad hacia el altar.
construyó esta casa. En 1819 el
Inmediatas a la nave de la iglesia hacia el
Constr. SXVIII: Manuel Maciel Gobernador de la Provincia, Estanislao
este, las tres alas de celdas del convento
López, se casó con una de las hijas del
definen un patio cuadrado rodeado por
AV. GRAL. LÓPEZ 2672 Protomédico, y a partir de aquel
corredores.
momento la casa estuvo estrechamente
ligada a importantes acontecimientos
de la historia de Santa Fe y su máximo
prócer. Allí celebró importantes
entrevistas con prestigiosos caudillos
federales, como Quiroga, Bustos,
Rosas, Ibarra y Mansilla. López murió
en 1838, y en la casa se instaló la
capilla ardiente. Cuando Urquiza visitó
Santa Fe en 1852, se alojó en este
edificio, donde aún se conservaban
muebles, objetos y cuadros que
pertenecieron al brigadier López. En
Hacia 1665, se iniciaron las obras de la 1872, los herederos de López
iglesia. Se construyó un modesto edificio vendieron la propiedad. No obstante
9
haberse modificado sustancialmente su balcón con galería y tejaroz, y un dintel como Guadalupe, al noroeste del
imagen en las últimas décadas del siglo con la inscripción "Año -Jesús, María, centro de la ciudad de Santa Fe, tuvo
XIX, es el principal rastro material de Joseph- 1711" labrada en sobrerrelieve. originariamente todas las
un período clave de la historia Actualmente luce un patio anterior, construcciones típicas de un
santafesina. La casa responde a una totalmente enladrillado, en donde se establecimiento rural, de las que hoy
arquitectura común en la Santa Fe pos- destaca un sobrio aljibe. El patio sólo se conserva el casco principal. En
colonial, con patio central y cubierta de remata en una verja de hierro sobre la 1843 el Brigadier Echagüe la compró a
azoteas, diferente a las que línea municipal. En la actualidad es don Pedro de Larrechea, y en la
caracterizaron las viviendas de la época sede de la Junta Provincial de Estudios escritura de venta se hace referencia a
de la Colonia, ya que omite las típicas Históricos de Santa Fe. una casa en estado ruinoso. La casa
galerías de tradición española e consta de tres grandes habitaciones
incorpora interiores más introvertidos. Casa de Diez de Andino cuadradas dispuestas en hilera,
Los muros de la planta baja son de formando un solo cuerpo rodeado en
adobe y los de planta alta -
(museo E. López) sus cuatro lados por galerías; el pesado
ampliaciones posteriores a 1870- son tejado está sostenido por una
de mampostería de ladrillos. En la parte SAN MARTIN 1490 estructura de palmas y se prolonga
posterior, donde se ubicaba la huerta, desde la cumbrera, sin interrupciones,
se conserva un muro de tapia, resabio hasta los bordes de las galerías este y
de las construcciones mercedarias. La oeste, en tanto que por sus lados
fachada, de lineamientos clasicistas, no menores lo interrumpen parapetos de
corresponde al momento de la perfil curvo, reforzados con una doble
construcción original; la incorporación moldura que constituye uno de los
de la ochava es un síntoma de la escasos detalles ornamentales del
adecuación del edificio a la nueva austero edificio. Los muros, de noventa
situación urbana. Actualmente la casa centímetros de espesor, son de adobe,
es sede del Archivo General de la asentados sobre ladrillones de tierra
Provincia. cocida. La amplitud y proporciones de
las galerías, en relación con el cuerpo
Casa de los Aldao (1711) central, las convierten en elementos
fundamentales de esta arquitectura
sencilla. Respecto de la baja altura de
VICENTE ZASPE 2861
las mismas, se supone que obedecería
a la necesidad de protección, puesto
que impedía que un asaltante montado
a caballo, mediante ancazos, pudiera
violentar las puertas de acceso. Por su
ubicación sobre una de las líneas de
penetración a la ciudad, la estanzuela
Estanzuela de Echagüe fue escenario de numerosos malones
indígenas, y en sus inmediaciones se
AV. PASCUAL ECHAGÜE s/n instalaron dos fortines y se construyó
un largo foso defensivo. Después de
Caseros, Echagüe partió con Rosas a
Inglaterra, y la estanzuela fue
Está ubicada en el centro histórico de embargada. En 1857 la propiedad fue
la ciudad y es uno de los escasos restituida a Pascual Echagüe, y a su
exponentes de la arquitectura muerte la heredaron sus
doméstica del período hispánico que se descendientes, de apellido Funes. En
conserva en el país. El proyecto de la 1943 las tierras fueron expropiadas por
casa, que se remonta al año 1694 en el Ministerio de Guerra, que instaló en
que Bartolomé Márquez contrató a el sitio el Grupo de Artillería de Defensa
Juan de Vera y Luján, sirvió de base Antiaérea 121.
para la definitiva construcción
terminada en 1711 por Juan Antonio
Márquez Montiel. En 1930 pasó a
Josefa Aldao, última descendiente de la
familia, de la cual la casa tomó el
nombre desde fines del siglo XVIII. En
la actualidad se conserva sólo una
pequeña parte de la vivienda original,
construida con paredes de tapia, A 7 km. por la Av. Gral. Echagüe s/n,
cubierta de tejas sobre estructura de camino a Guadalupe, a 1 km. al norte
madera y con un cielorraso de yeso con del cruce de la Av. Gral. Paz. Fue la
motivos fitomorfos. El edificio de dos residencia de verano del Brigadier
plantas, de aspecto señorial, rememora Pascual Echagüe, que gobernó Entre
las casas del paisaje andaluz. Dentro Ríos y Santa Fe, entre 1832 y 1851. La
de la austeridad de una fachada propiedad, ubicada en el distrito que
encalada se destaca la presencia del desde la época colonial se conoce

10
ECLECTISISMO
Casa de Gobierno En los primeros años del siglo, la en edificios alquilados, pero
de la Provincia (1908-11) ciudad reclamaba un teatro que se rápidamente se verificó la necesidad de
pusiera en sintonía con el clima contar con una sede, que fuera
cultutral de la época. La iniciativa de representativa de la relevancia de la
Arq. Francisco Ferrari
construirlo fue tomada por la institución y a la vez que simbolizara
Municipalidad, que aprobó la propuesta los valores que ésta sustentaba. Uno
CALLE 3 DE FEBRERO 2649
del arquitecto Augusto Plou. Y el de los primeros pasos fue la compra -
edificio se inauguró en 1905. en 1926- de una manzana completa de
El partido se organiza en base a un eje tierras en lo que por entonces era un
de simetría que conecta los tres borde del área urbana consolidada: el
espacios principales: hall, sala y esce- Boulevard Pellegrini. En el mismo año
nario, que conforman el cuerpo central, se colocó la Piedra Fundamental y en
hacia el que se vuelcan dos alas 1928 la Dirección Nacional de
laterales de servicios y circulaciones. La Arquitectura dio inicio a las obras del
sala mayor, en forma de herradura, se edificio del Rectorado en base a un
ubica simétricamente sobre ese eje de proyecto del Arq. Manuel Torres
composición y se halla estratificada en Armengol, quien por entonces era Jefe
cuatro niveles (palcos, gradas, tertulia de Proyectos de la repartición.
y paraíso), además de la platea. Dentro Al momento de iniciarse la obra que
Emplazada en el predio que, desde la de la sala, merece una mención se concluye definitivamente recién en
fundación de la ciudad ocupó el especial la cúpula, decorada con una 1942, la ciudad de Santa Fe vivía una
antiguo Cabildo, la Casa de Gobierno inmensa pintura de Nazareno Orlandi, de sus etapas de transformación más
posee una localización privilegiada realizada sobre tela. La fachada repite significativas. La consolidación de los
cercana a la Plaza 25 de Mayo. Con el la estructura simétrica de la planta barrios aledaños al centro comercial, la
arquitecto Francisco Ferrari a la organizándose en un cuerpo central y franca expansión hacia el territorio
cabeza, la obra comenzó en 1911. dos laterales. suburbano y el crecimiento de la
El planteo resultó netamente población, se vieron acompañados por
simétrico, con patios rodeados por Rectorado UNL una amplia variedad de propuestas
galerías a ambos lados del núcleo arquitectónicas, que incluían todo el
Fac. de Ciencias Jurídicas
principal, que aloja el hall de acceso, la repertorio historicista proveniente del siglo
escalera y, en planta alta, el Salón y Sociales (1928-35) XIX, al que sumaban las variantes del
Blanco. La fachada se ordena a partir neocolonial, los modernismos art
de un cuerpo central flanqueado por Arq. Manuel Torres Armengol nouveau y art déco y, a partir de 1935, el
sendas alas que culminan en dos BVL. PELLEGRINI 2750 racionalismo abstracto.
cilindros cupulados esquineros. El edificio completo presenta un
En cuanto al manejo del lenguaje volumen neto organizado según un eje de
ecléctico, cabe destacar que conviven simetría especular con cinco patios
en la composición elementos interiores que ordenan el partido
borbónicos como mansardas, ojos de espacial; el frente principal con el ingreso
buey y medallones, con loggias, al rectorado se dispuso sobre el Bv.
balaustradas y almohadillados Pellegrini, en cuya parte central se
característicos del academicismo encuentra el atrio y el hall de ingreso con
italiano. En 1947 fueron cegados los la escalera y el ascensor anexo, y locales
patios, lo que significó una grave adyacentes con dependencias
alteración de la espacialidad del administrativas; continuando el eje
edificio. Esto fue subsanado en 1989. principal de la composición luego del hall
se ubica el salón de actos (paraninfo) en
La Universidad Nacional del Litoral
Teatro Municipal el que se destaca el casetonado del
fue creada en 1919 tomando como
1o de Mayo (1903-05) base a la Universidad Provincial de
cielorraso de influencias moriscas; en
planta alta se ubica el local del Consejo
Santa Fe, que existía en la capital de la Superior, despacho y un departamento
Arq. Augusto Plou
Provincia desde 1889. Fue de las pri- para el rector, sala de comisiones y
meras universidades nacionales dependencias de apoyo; a ambos lados
CALLE SAN MARTIN 2020
surgidas con posterioridad al
del paraninfo se ubican dos patios
movimiento estudiantil que provocó la llamados "de las palmeras" con
Reforma Universitaria. Ese carácter
tratamiento clásico en forma de claustro
reformista dejó fuertes improntas tanto y jardines rodeados de galerías con
en su constitución académico-
arcadas y columnas dóricas y jónicas. La
administrativa como en las fachada principal, recedida, ofrece una
características del que habría de ser su
gran escalinata y rampa vehicular
edificio emblemático: la sede del (agregada posteriormente) presentando
Rectorado y la Facultad de Ciencias un cuerpo continuo con un riguroso ritmo
Jurídicas. de ventanas donde se destaca el paño
El funcionamiento de la nueva Casa central de ingreso con tres portales en
de Estudios se inició provisoriamente arco y ventanas superiores de traserías
11
(tomadas del plateresco) y un remate esto impuso una transformación. En el arquitectura religiosa finisecular en
que contiene una valva cóncava sobre el proceso, se definió una clara Santa Fe.
reloj, flanqueado por dos esculturas contraposición estilística entre los
clásicas como lo son el Crepúsculo y la sectores destinados a público y
Aurora, ambas en referencia a Miguel empleados y aquéllos específicamente
Ángel. afectados al movimiento de trenes. El
La obra de estructura académica primero de ellos aportó la imagen
presenta elementos propios del repertorio urbana más relevante mostrando un
Neocolonial, combinando tejados y rejas despliegue arquitectónico sobrio y
españolas con motivos zoomórficos y equilibrado, aunque no desprovisto de
guardas geométricas, arcos lobulados monumentalidad.
típicamente islámicos, medallones, Morfológicamente, se trata de un
pináculos y un perfil de balaustradas volumen simple y continuo que, en los
platerescas que oficia de coronamiento extremos, presenta sendos cuerpos
del conjunto; características que facilitan la rotación de la esquina,
arquitectónicas que, sumado al prestigio algo más avanzados y coronados por
de la institución que alberga, lo hacen un tímpanos. Este edificio principal se
ejemplo destacado del patrimonio de prolonga en dos alas paralelas a las
Santa Fe. vías: así, la planta adopta una forma de
"U". La estructura de la nave es un
Catedral Nueva (1897- sistema de arcos metálicos articulados
1930) que arrancan a nivel del piso, con una
cubierta de chapas, que aporta la
reconocida imagen de la arquitectura
Arq. Juan B. Arnaldi
de la Revolución Industrial. Puente Colgante (1922-28)
1° DE MAYO 2451
Templo de Nuestra Obras Sanitarias de la Nación,
Señora del Rosario y Dr. Técnico Ing. Antonio
Convento de Santo Paitoví
Domingo (1892-1905)

Arq. Juan B. Arnaldi

CALLE 3 DE FEBRERO 2811

Entre los problemas que enfrentaron


los ingenieros desde el inicio de la
provisión de agua a la ciudad de Santa
Fe, estuvo el gran desafío de cruzar la
boca de la laguna Setúbal con un
acueducto.
Hacia 1890, el Fray Gregorio
Escudero comenzó a concebir la idea A principios de 1920, comenzó a
instalarse la idea de un puente
de un templo monumental y contrató
al arquitecto Juan Bautista Arnaldi. Las colgante, que debajo de su calzada
Estación Ferrocarril Central portara los conductos de agua. Bajo la
obras se iniciaron en 1892 y
supervisión del ingeniero Antonio
Norte (1912-19) concluyeron en 1905.
Paitoví, se decidió por un puente
El templo consta de una nave única
cubierta por una bóveda de cañón suspendido rígido y se resolvió por el
BV. GALVEZ 1150
diseño francés "Gisclard", que
corrido, interrumpida en el crucero
para dar lugar al elevado tambor de la aseguraba un producto racional y
económico, de imagen ligera. Las
cúpula. La ornamentación se
complementa con los medallones torres de suspensión fueron
pintados al fresco. El exterior, con sus construidas por partes en Francia y
esbeltas torres, las columnas y su trasladadas hasta su lugar de
cúpula, se destaca por la escala y el emplazamiento, donde fueron armadas
lenguaje clasicista en el contexto sobre apoyos móviles de acero fundido.
homogéneo del barrio Sur. Luego se procedió a tender los cables y
La fachada, al igual que el espacio el armado del tablero; se remacharon
interior, se organiza según rigurosos todas las piezas y se procedió a la
En 1928, el edificio adopta la colocación del entablonado de madera
cánones académicos y constituye uno
tipología de estación de cabecera, y de los más acabados ejemplos de de la calzada, las cañerías de impulsión

12
bajo las veredas y el piso metálico del arquitecto Alberto Belgrano Blanco. En el patio cubierto refuerzan la imagen
solado peatonal. un partido de planta central, las tiras neocolonial. El ritmo simple de
de aulas y galerías se articulan en ventanas rectangulares con rejas se
torno a patios. Resuelto en dos niveles, altera en el salón y en las galerías por
la planta baja aloja el ingreso y área el uso de ventanas y puertas de arco.
administrativa, biblioteca y aula magna, Una amplia explanada por la calle
conformando el cuerpo transversal. En Saavedra permite el acceso al
tres tiras perpendiculares, se ubican las conjunto, limitado por patios
aulas y el patio cubierto. Dos cuerpos perimetrales y rejas artesanales.
separados por galerías alojan la casa Ejemplo destacado de la arquitectura
del director y un grupo de aulas. En la local, el edificio recibe las influencias
intersección de las galerías se de dos tendencias arquitectónicas que
encuentran las escaleras, visualizadas conviven por la época: por un lado, la
Escuela Normal (1936) al exterior como dos torres con cúpula. corriente neocolonial claramente
En la planta alta se ubican aulas y evidenciada en el barroco de la fachada
Arq. Alberto Belgrano Blanco núcleos sanitarios. y, por otro, la organización funcional
De simetría y orden cuidado, la de las plantas que aluden al
CALLE SAAVEDRA 1751 fachada se resolvió con numerosos funcionalismo racionalista.
elementos del barroco español donde
tres hastiales definidos por comisas,
curvas y quebradas quedan unidos por
volúmenes rectangulares. El del medio
contiene la puerta de ingreso flanqueda
por dos pares de columnas y un
conjunto de tres aberturas sobre las
cuales se lee el nombre de la escuela y
se ubica el escudo nacional.
Las esquinas contienen un juego de
volúmenes estructurados en torno a las
Creada en 1906, la Escuela Normal se torres, con cúpulas esféricas revestidas
trasladó en 1936 al lugar actual. El en mayólicas españolas. Los techos a
nuevo edificio fue proyectado por el dos aguas de tejas y la espadaña sobre

RACIONALISMO
Correo Central postal bajo un signo de modernidad y el hospital. A partir de sus propias
(1951) eficiencia. teorías funcionalistas, aplicó aquí el
El basamento, en sí mismo, alterna su "principio Helios". La formulación trató
lectura entre la transparencia de los de responder a las necesidades
Arqs. José María Spencer y Walter
sectores de atención al público y las biológicas, higiénicas y sensitivas del
Finkbeiner
áreas técnicas cerradas. La disposición ser humano: edificio y naturaleza se
de la placa sobre este cuerpo vinculan por el asoleamiento, la
AV. 27 DE FEBRERO 2331
acnstalado remite a la idea de una ventilación y el paisaje.
planta libre en la que las visuales El edificio está organizado en una
permiten abarcar la continuidad espina circulatoria que articula bloques
espacial del gran salón para el público. funcionales autónomos, según
Este se abre a tres frentes, sólo condicionamientos climáticos. El
interferido por las columnas. conjunto se completa a partir de un
acabado estudio de normalización y
Hospital Psiquiátrico (1938) modulación de los elementos que se
emplean en la composición.
Arq. Wladimiro Acosta

AV. BLAS PARERA 8100


El edificio es un símbolo que se
levanta en una zona neurálgica de la
ciudad. Fue proyectado por los
arquitectos José María Spencer y
Walter Finkbeiner. en 1959. El
concepto se enrola en la arquitectura
corbusierana de la segunda posguerra.
Esta decisión proyectual es común a
varios edificios de correos (los de
Córdoba, Buenos Aires y Mar del Plata,
entre otros) lo que habla de una Wladimiro Acosta, arquitecto nacido
voluntad de expresión del servicio en Rusia, fue designado para proyectar

13
ARQ. CONTEMPORANEA
Molino Franchino (2010) Entre los cuerpos edilicios principales Bicentenario de la Nación. Los trabajos
se construyó una calle interior, apta realizados por el Gobierno de la
BV. GÁLVEZ Y PEDRO VITTORI para la realización de actividades Provincia, cuya inauguración se
masivas que se funde con los pisos concretó en el año 2010,
exteriores y veredas. Para cubrir dicho comprendieron la recuperación para el
espacio y generar un ambiente uso público y la refuncionalización del
protegido se adaptó el proyecto de antiguo taller de locomotoras Estación
“bóvedas cáscara” desarrollado en la Santa Fe Cambio, un edificio de alto
década del ‘40 por el arquitecto valor patrimonial emplazado sobre la
Amancio Williams, poniendo en valor calle Salvador del Carril del Parque
un objeto arquitectónico emblemático Federal. El edificio incluye un hall de
que significó uno de los puntos más esculturas, una amplia superficie de la
altos de la cultura arquitectónica galería destinada a la exposición de
argentina. pinturas y un salón de usos múltiples.

El ex complejo industrial harinero fue La Redonda (2010)


incorporado en 2010 al sistema de
parques y espacios públicos, SALVADOR DEL CARRIL Y PEDRO
convirtiéndose en un lugar dedicado al VITTORI
desarrollo de actividades didácticas y
expositivas vinculadas al diseño, La Redonda, Arte y Vida Cotidiana se
especialmente industrial. Alberga un ha constituido como un nuevo espacio
multiespacio destinado a una escuela cultural en la ciudad de Santa Fe y su
de artes y oficios y a la exhibición tanto puesta en valor, junto al Parque
del producto terminado como de sus Federal, se erigieron como las
procesos de fabricación y diseño. De principales obras conmemorativas en el
allí el concepto de “fábrica cultural”. marco de las celebraciones del

BIBLIOGRAFIA
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Corrientes, Academia Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, 1945.
- LIERNUR, Jorge Francisco, ALIATA, Fernando, Diccionario de Arquitectura en la Argentina, Clarín
Arquitectura, Buenos Aires, 2004.
- AAVV, Monumentos Históricos Nacionales, Comisión nacional de museos y de monumentos y
lugares históricos de la República Argentina, Buenos Aires, 2008.
- AAVV, Mapas de Arquitectura 8: Santa Fe, Clarín Arquitectura, Buenos Aires.

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APENDICE:
ACADEMIA NACIONAL DE BELLAS ARTES
DOCUMENTOS DE ARTE ARGENTINO
LA CIUDAD DE SANTA FE
DESPUÉS del equinoccio de otoño de 1573, el Adelantado don Juan de Garay, oriundo de Extremadura, zarpaba del
puerto de la Asunción al frente de ochenta mancebos indígenas y seis españoles, fuertes y aguerridos, que ya habían
conocido con él los arañazos, las pestes y los cínifes con que se defendían de los invasores las selvas invioladas.
Unos meses antes, el 23 de noviembre de 1572, el Teniente de Gobernador Martín Suárez de Toledo, había dictado
un bando en Asunción haciendo saber a españoles y naturales que debían inscribirse ante el escribano Luis Márquez
«si querían ir a poblar las tierras del sur o de abajo». Este era el resultado de aquella leva.
Tripulaban un bergantín y seis naos hendidas, cuyas levantadas proas cortaban las aguas formando a los lados
un gran abanico de espumas y cama-lotes. Bajo el sol del amanecer, que reverberaba rojizo en las aguas sucias del
río, aquella pequeña flota de aventureros evocaba, entre el brillo de los bronces y los herrajes acicalados, la partida
de un dogo o de un gran señor de los muelles encantados de la Laguna. Es cierto que esta evocación no era más
que un miraje de púrpura que cubría la miseria, pero se agravaba el hechizo oriental bajo el nombre bizantino del
factor, licenciado don Pedro Dorantes, que había obtenido esta empresa de su Rey, Don Felipe, para su amigo Don
Juan.
Después de muchas penurias y 81 días de navegación entraron, por fin, en el arroyo de los quiloazas, tribu
bravia que con los chanas, los mocobíes, los colastinés y los abipones se disputaban la posesión de estas tierras del
Gran Chaco. Siguieron andando por esa culebra de agua que se movía delante de sus ojos con el misterio y el
silencio de la traición. El 6 de julio del año de gracia de 1573 el Adelantado don Juan de Garay avistó en la costa un
barranco que le pareció sitio a propósito para sus proyectos, y allí mismo atracó sus embarcaciones. Con un golpe
de gente, se internó en los montes de talas y espinillos hasta el punto denominado Cayastá, asiento de los indios
calchines y abipones. Y aquí, el 15 de noviembre del mismo año de 1573, fundó el fuerte y reducto de Santa Fe en
nombre de los reyes de España de acuerdo con los mandatos de las Chancillerías del Perú.
La nueva ciudad sufrió todas las asechanzas, peligros y altibajos de una fundación temeraria y heroica en el
corazón de la selva ilacerada. Era el sueño fantástico de una nueva ruta por tierras inhospitalarias y desconocidas
para enlazar la conquista del Paraguay con la conquista del Perú. Las desgracias y privaciones, según algunos; el
espíritu rebelde de los nativos ante la ineptitud de los peninsulares, según otros, encendieron los ánimos de los
criollos del fuerte contra los españoles, y ocurrió de esta manera, allá por 1580, el levantamiento llamado de los
Siete Jefes, que es el primer grito de rebelión indígena que se escucha en América.
Los pobladores de la primitiva Santa Fe, perdidas todas sus esperanzas de afincamiento en un sitio que no
ofrecía más que desoladas perspectivas, decidieron, a principios del 1600, trasladar el asiento de la Ciudad hacia un
sitio que asegurara mejor su porvenir. Así fueron emigrando lentamente hacia el sur, buscando la confluencia de los
ríos. Cincuenta años duró el éxodo, y el 3 de mayo de 1651 don Francisco Antonio de Vera Mujica dejó
definitivamente fundada la nueva ciudad en la estancia de don Manuel de Lencina, en la horqueta que forman los
brazos del Colastiné y el Salado. Este es el lugar que ocupa actualmente la ciudad de Santa Fe, llamada desde
entonces de la Vera Cruz, a los 31° 39' 25" de latitud sur y a los 60° 42' 56" de longitud oeste de Grecnwich.
Sus términos no pasaban de seis cuadras de ancho por doce de largo y su solar resultaba ser así una especie de
limpión en la selva, acotado en sus cuatro flancos por la ramazón espinuda.
Hoy, aquel caserío de cubos de adobe y techos de paja ha pasado de sus setenta y dos cuadras escuetas a
1.200, y de sus mil habitantes de entonces a sus 180.000 de ahora.
En el archivo de las actas capitulares se consigna que el fundador de la nueva ciudad, en nombre de la Junta de
Temporalidades, reunió a los superiores de las cuatro prelacias y conventos existentes entonces: jesuitas,
franciscanos, mercedarios y dominicos, con el objeto de delimitar en el nuevo solar las hazas de tierra que elegirían
para la erección de sus respectivas iglesias, huertas y camposantos. Todas las hermandades enviaron sus repre-
sentantes o apoderados, con excepción de la de Santo Domingo, que no lo hizo por circunstancias que no se
mencionan. Posteriormente se le asignó a esta última orden el terreno que todavía ocupa.
Los demás apoderados, con más el presbítero Luxán en nombre de la Iglesia Matriz, eligieron a su arbitrio, si
bien bajo la fiscalización y aprobación de tres cabildantes, el asiento para sus comunidades, y todas han quedado
donde entonces, menos la de los mercedarios cuyo convento se desmoronó a mediados del siglo pasado. La
comunidad desapareció de Santa Fe con la muerte de Fray Camacho, el último de sus miembros sobrevivientes, y su
edificio se levantaba en la intersección de las calles Buenos Aires y 9 de Julio.
Este era el casco de la antigua Ciudad, señalado en sus cuatro esquinas por sus cuatro iglesias que levantaban a
los cielos sus torres bajas de atalaya y de oración. Algo ha entrado en ella lo moderno con su barniz
descaracterizador; pero todavía guarda recuerdos de su señorío y de su gracia en el zaguán de hierros forjados que

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nos detiene ante un patio de naranjos y jazmines; en el alfarje labrado de sus casonas virreinales; en el rico
repositorio de sus iglesias antiguas; en la talla misionera de sus templos centenarios y en sus claustros de naves
carcomidas en que un cansancio de siglos se dobla lentamente bajo el peso de las vigas...

LA IGLESIA DE LA COMPAÑÍA DE JESÜS O DE NUESTRA SEÑORA DE LOS MILAGROS

Ya dijimos que una de las cuatro órdenes que se reinstalaron en la nueva Ciudad fué la de la Compañía de Jesús,
cuyo solar le fué adjudicado donde se levanta actualmente su Iglesia y su histórico Colegio de la Inmaculada
Concepción.
La Iglesia de la Compañía de Jesús y su Convento o Casa anexo, fué una ilustre cátedra de evangelización y de
vida espiritual en esta parte de América.
Hasta promediado el siglo XIX todo cuanto representó algo en la cultura del litoral surgió de allí. Las
humanidades, las letras, el derecho y las artes tuvieron su lámpara votiva en el colegio de los jesuitas de Santa Fe,
que todavía mantiene osa tradición, a la que agrega la de ser el establecimiento educacional más antiguo del país.
También fué, en la Colonia, taller, forja e industrioso arsenal en las más diversas artesanías, que abarcaban
desde la explotación de las tierras, las curtiembres y las labores de carpintería y herrería, hasta el cincelado artístico
de la plata, la tejeduría ornamental y la talla escultórica.
No está bien establecida la fecha exacta en que se levantó la Iglesia. En el frente de la misma — que es lo único
auténticamente colonial que existe — hay una losa de mármol, gastada por los años, que exhibe una fecha de
cuatro dígitos, uno de los cuales, el tercero, no se sabe bien si es un 1 ó un 6. Esta circunstancia ha dado lugar a
algunas controversias. El doctor Clementino S. Paredes, afanoso buceador en fochas y efemérides santafecinas,
sostiene que cualquiera de las dos fechas que surgen constituye un anacronismo, pues la Iglesia de la Compañía fué
levantada después de 1680. El Padre Guillermo Furlong, en cambio, erudito historiador y miembro de la Compañía
de Jesús, sostiene que la fecha grabada en la losa es la de 1610 y corresponde a la de la fundación de la Iglesia en
Cayastá. Según el mismo investigador, la Iglesia y la Compañía se trasladaron a la nueva Ciudad en 1660,
reanudando aquí, en este mismo año, sus tarcas religiosas, activas y docentes en torno del templo recién
inaugurado. Como quiera que estas labores no habían sufrido interrupción durante el tránsito, la fecha de la
fundación de la primitiva Iglesia fué conservada en el frontispicio de la segunda.
Esta Iglesia del más puro estilo colonial, no conserva de su origen — según se dijo — sino la fachada, que se
reproduce en la lámina N° It y su altar mayor, bella expresión del arte barroco, que fué, según se sabe, el arte
jesuítico por excelencia. El arquitecto don Martín Noel ha estudiado admirablemente la evolución de este estilo en
América y su itinerario y presencia a través de todas las construcciones indohispánicas que se levantaron bajo la
dirección e influencia de los jesuítas, desde las fuentes originales de Mojos y Chiquitos.
La nave era curva, cubierta por fuera de teja acanalada, y tenía sobre la media naranja del crucero una especie
de cúpula o torrecilla de vertiente que remataba graciosamente en la grímpola de hierro de la veleta.
Por dentro, las alas del crucero tenían sendas capillas de techos de tosca plementería. La capilla de la derecha
estuvo dedicada durante muchos años a la veneración de la Virgen del sudor milagroso o Virgen de los Milagros,
bajo cuya advocación está la Iglesia; y la de la izquierda comunicaba con un paño de tierra tapiado que era el
cementerio de la comunidad, donde según se cree está enterrada la cabeza de Ramírez, el Supremo Entrerriano, que
fué expuesta en una jaula en la plaza Mayor.
Al ser expulsados los jesuítas, la iglesia y el convento fueron transferidos para su uso y administración a la
orden de la Merced, que los poseyó desde 1793 hasta 1818, año en que murió el último mercedario, Fray Plácido
Ca-macho. En 1862 el gobierno de la provincia restituyó a los jesuítas el dominio y propiedad de sus bienes. Por eso
la iglesia de la Compañía se llamó mucho tiempo «de la Merced».
En el centro del altar mayor se entronizó solemnemente, en 1936, el lienzo fumoso atribuido al Hermano
Coadjutor Berger, de la Compañía de Jesús y de origen flamenco él. Este cuadro representa a la Virgen María
ascendiendo sobre la luna en cuarto creciente y la alfombra de ángeles murillescos. Este lienzo ya existía en la
primitiva Iglesia de Cayastá, donde ocurrió, el 9 de mayo de 1636, el portento que consignan las actas y las crónicas:
la imagen de la Santísima Virgen en la tela comenzó a trasudar copiosamente «de la cintura para abajo» ante el
asombro y el devoto acatamiento de alcaldes, cabildantes, clérigos y pueblo.
Los jesuítas ejercieron desde Santa Fe, en toda esta zona del Gran Chaco, una acción evangelizadora de
carácter personalísimo, de acuerdo con lo que es norma en los hijos de Loyola. La lámina N° LXII reproduce un
curioso mapa. Es de 1700 y fué hecho por los misioneros jesuítas que recorrieron palmo a palmo todo el territorio
que se extendía desde la desembocadura del Río de la Plata hasta Bolivia.
Según puede apreciarse en este mapa, partiendo de Santa Fe hacia el norte se extendía la zona impenetrable
llamada el «Gran Chaco», nombre impreciso y vago que revela la peligrosa aventura que entrañaba internarse en
aquel mundo desconocido. Allí está señalada en la carta, con sangre de mártires, la epopeya de aquellos misioneros
que intentaron evangelizarlo. Estaba poblado por las tribus más diversas y belicosas: abipones, collastas, chanas,
caichines, calchaquíes, timbúes, guaraníes, charrúas. Hasta aquí llegaron, desde Santa Fe, las Reducciones de
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jesuítas y franciscanos, y allí, en medio de esa manigua inextricable, floreció una cultura hispanoindia de valor y
carácter disímiles, pero cuyas expresiones plásticas, según puede comprobarse en este volumen, ofrecen un
compendio interesante del genio, creador y copista a la vez, del indio, y del magisterio artístico dé los misioneros.
Santa Fe tuvo, en su zona de influencia, cuatro importantes Reducciones a cargo de los jesuítas: la de San
Francisco Javier (actualmente San Javier, cabecera del departamento del mismo nombre); San Jerónimo del Rey
(actualmente la ciudad de Reconquista, cabecera del departamento General Obligado); San Pedro, a trece leguas al
norte de San Javier; y San Fernando (hoy la populosa ciudad de Resistencia, capital del Territorio Nacional del
Chaco).
San Javier, particularmente, bajo la dirección del famoso Padre Florián Baucke se convirtió en un centro de
singular prosperidad. Florián Baucke, natural de Winzing, en Silesia, estuvo en la Reducción de San Javier desde
1751 hasta la expulsión de los jesuítas por la Real Pragmática de Carlos III en 1767. Su celo evangélico no tuvo
límite. Era además, un sabio y un artista. Por eso la Reducción de San Javier aventajó a las demás en el valor y el
ingenio de su artesanía manual. Es probable, también, que influyera en el nivel superior alcanzado por San Javier
sobre las demás Reducciones su mayor proximidad con Santa Fe y la diversa nacionalidad de sus misioneros —
alemanes, austríacos, flamencos y españoles — que dieron nuevo impulso a las artes según sus particulares
inclinaciones nativas. Así florecieron la pintura y la música, la escultura y la forja, la hilandería y la cerámica.
Se sabe positivamente que de los grandes talleres de pintura, escultura, herrería y telar que existían en la
famosa Reducción de San Javier, salieron notables obras de arte realizadas por los indios mocobíes bajo la dirección
de los jesuítas. Colaboraron, asimismo, algunos españoles agregados a la comunidad que entendían en el manejo
del torno y de la gubia. Las iglesias, conventos y capillas que se instalaban en la provincia, y fuera de ella, exigían
para su decoración y culto, imágenes, tallas, pinturas, frontales, paramentos, casullas, cálices y demás objetos y
enseres religiosos, muchos de los cuales se fabricaban en aquellos talleres. Llegó a crearse así un arte regional
propio: el arte mocobí.
Es de advertir, de paso, que en América estuvieron grandes escritores españoles, como Alonso de Ercilla, Diego
de Hojeda, Tirso de Molina, Mateo Alemán, Bernardo de Balbuena… No ocurrió lo mismo con los grandes plásticos,
ninguno de los cuales vino al continente. Esta curiosa circunstancia sólo puede explicarse por el hecho de que estos
últimos no hacían falta, sin duda porque la labor de los evangelizadores fué dando a las Indias los artífices que
necesitaba. De ahí, también, que no hayamos tenido ninguna expresión autóctona original en las letras, y en cambio
sí en la plástica, y de un acento particularísimo, que es lo que llamamos comúnmente el arte colonial.
En esta zona de Santa Fe no existía la materia prima necesaria para el trabajo artístico en gran escala. Por esta
razón Corrientes, Misiones, Salta, Tucumán, Catamarca y el Paraguay la proveyeron a las iglesias locales, en cuanto
a las maderas se refiere.
Estas maderas, tan importantes en la escultura y la arquitectura de entonces, provenían de aquellas regiones,
donde la calidad inmejorable del producto y la habilidad de los nativos para prepararlas las hacían insustituibles. El
techo y el coro del templo de San Francisco, por ejemplo, fueron construidos por los indios, bajo la dirección de los
frailes franciscanos, en madera de cedro del Paraguay, cuyas grandes vigas les llegaban por el camino do los ríos. Lo
que sobraba se empleaba en la talla de bulto y en el mueble.
Por lo que hace a las esculturas indígenas que se reproducen en el presente volumen, y corresponden a la
mayor riqueza artística de aquel pasado que ha podido conservarse en iglesias y conventos, hemos constatado la
procedencia regional de la mayoría de las maderas en que estaban talladas mediante la colaboración del Laboratorio
de Botánica del Ministerio de Agricultura de la Nación. Todas ellas corresponden al «Cedro Paraguayo» (Cedrela
Fissilis Vell. var. macrocarpa C. DC.) al «Peteribí-hú», «Loro Negro» o simplemente «Peteribí» (Cordia Tricholoma
(Vell) Johnsion); a la «Cancharana» (Cabralea Oblongifolíola C. DC.) y al «Nogal» (Juglans ausiralis Griseb.), árboles
todos que habitan exclusivamente las regiones antedichas. Queda desvirtuado, pues, el presunto origen hispánico do
algunas piezas y el azteca y maya de otras.
Fué tan extraordinaria la producción artística de las Reducciones jesuíticas del Gran Chaco que dependían de
Santa Fe, que basta recorrer las obras de talla, como los confesonarios, las imágenes indígenas y las pinturas que se
reproducen en el presente volumen para tener una idea aproximada de su valor. Pero hay otro episodio en la vida de
la Colonia que abona este aserto: cuando Francisco de Paula Bucarelli, en nombre de la Junta de Temporalidades,
envió a Joaquín Maciel, en 1767, a hacerse cargo de los bienes de la Compañía de Jesús en Santa Fe, el marqués de
Loreto aseguró que el último de los nombrados en primer término, entre otros peculados que realizó con los
referidos bienes, se incautó para su provecho de «numerosas estatuas, tejidos, objetos del culto y pinturas». Como
se ve, un precursor de cierto estilo moderno de formar colecciones...
Como corolario de esta sinopsis histórica y artística de la Iglesia de la Compañía de Jesús o de Nuestra Señora
de los Milagros, como se la llama hoy, agregaremos que pueden dividirse en tres grupos distintos, de acuerdo con
su origen o carácter, las obras de aquel pasado que aún se conservan en las iglesias, capillas, conventos y
residencias antiguas de Santa Fe.
1o — Las provenientes de las Reducciones jesuíticas y franciscanas, que acabamos do examinar, y han dado
lugar a lo que hemos llamado «el arte mocobí». A este aspecto original del arte plástico debemos agregar el de la
arquitectura, que dió lugar a un estilo que podríamos llamar «jesuítico» y «franciscano» —ya observado por el
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arquitecto don Martín Noel — y cuyos caracteres distintivos se evidencian en los templos que las respectivas órdenes
poseen en Santa Fe.
2o — Las que llegaron a Santa Fe por el intercambio comercial con los grandes focos de la cultura colonial en el
norte y el este del continente: Lima, Quito, Potosí, Cuzco, Asunción, Misiones.
3o — Las obras de arte de procedencia extranjera, particularmente española, italiana, flamenca y francesa. Estas
piezas, llegadas a Santa Fe por diversos conductos y en diversas épocas, enriquecieron el tesoro artístico de sus
iglesias, que rivalizaban en influencia y espíritu de empresa. Esta noble emulación hizo que se las decorara y
enriqueciera con espléndidas pinturas, tallas, retablos, púlpitos y objetos de plata y oro. Mucha de esa riqueza,
desgraciadamente, ha cambiado de mano y de lugar en un éxodo impuesto a veces por la pobreza y a veces por la
ignorancia. Pero algo queda todavía en Santa Fe.
Entre las muchas obras de arte que aún se conservan en la Iglesia de la Compañía de Jesús, merecen citarse los
confesonarios de cedro labrado, cada uno con ornamentaciones distintas, los dos Cristos de la Paciencia, el púlpito,
el citado lienzo de la Virgen de los Milagros y un gran cuadro anónimo que representa un Descendimiento y se
exhibe malamente en una de las capillas laterales.

LOS PLATEROS
No quedaría completa esta referencia a las obras de arte que integran el patrimonio espiritual y retrospectivo de
Santa Fe, si no nos refiriéramos, siquiera sea brevemente, a la platería colonial, de cuya artesanía existe toda una
tradición en la Ciudad y se conservan piezas notables. Muchas de estas últimas procedían del Perú, ya que la
holgura y el gusto suntuario de las familias principales hacían frecuentes estas liberalidades económicas. Los
hermanos Robertson, en su conocido libro, tienen una interesante referencia a la vida espléndida y regalada que se
daba en Santa Fe don Francisco Antonio Candioti, primer gobernador de Santa Fe, que tenía una vasta servidumbre
de negros y mulatos que pintó en un cuadro don Pedro Figari. Las cribas de los calzoncillos que usaba eran de
randa de Irlanda, que hacía venir exclusivamente para su uso, y tendía su mesa con vajilla de plata cincelada que
llamó poderosamente la atención de los viajeros. Recalcan éstos que este esplendor no era ocasional sino la
costumbre en el feudo del señor de cuya hospitalidad gozaban.
Pero no toda la plata venía ya trabajada y convertida en objetos artísticos. Mucha se labraba aquí, en la propia
Santa Fe, donde esa afición refinada por las manufacturas en el rico metal, dió lugar a una industria o artesanía
local: la de los plateros.
A este respecto, el historiador santafecino don Floriano Zapata dice en su Sinopsis de la Ciudad de Santa Fe, que
era muy frecuente que en las familias de la clase media los jóvenes se dedicaran al oficio de platero, que más que
una artesanía estaba considerado como una carrera. Así se instalaron muchos talleres de orfebrería y surgieron
algunos artistas que produjeron trabajos de calidad. Y debe ser ello así por cuanto la riqueza en objetos de plata, no
sólo de las iglesias de Santa Fe sino de las mansiones particulares, es muy significativa y revela que la producción
era abundante pues está muy extendida, siendo frecuente hallar enseres de plata aun en las casas más humildes.

LA IGLESIA CATEDRAL
Cuando don Juan de Garay fundó Santa Fe en el sitio denominado Cayastá, 50 leguas al norte de su actual
emplazamiento, señaló, como era de oficio y rigor en tales hechos, las hazas de tierra que servirían para la
instalación de la Iglesia Mayor y las de las cuatro órdenes evangelizadoras.
La pobreza de aquel medio primitivo e inhospitalario, las duras contingencias por que atravesó el naciente
poblado con sus luchas intestinas y el continuo asalto de los aborígenes, lo mismo que el carácter interino que a la
postre, y por todo ello, vino a tener la fundación, impidieron que se levantaran en Cayastá templos de alguna
importancia. Todos ellos, incluso la llamada Iglesia Mayor, no fueron sino construcciones rectangulares de barro
prensado y techos de caña y paja de las islas, de las que no ha quedado ningún recuerdo.
Al trasladarse el sitio de la Ciudad, a mediados del siglo XVII, después de aquel lento éxodo de casi 50 años,
vuelve el Cabildo a señalar, en el nuevo ejido, las varas de tierra que corresponderían a las distintas órdenes y a la
curia.
A este respecto, y de las actas que transcribe el historiador Cervcra en su Historia de Santa Fe, nos parece
oportuno extractar algunos datos interesantes que se refieren a la Iglesia Catedral y a su construcción.
«Ya en 1645 — dice — el comisario visitador Fray Francisco Olguín, ordenaba que estando el Batisterio sin
puertas, pudiendo obrar alguien alguna »indecencia, se pusiera dicha puerta, y con llave, dentro de dos meses».
Parece que hasta 1651 no se adelantó mucho en la construcción y adecentamiento de la iglesia matriz, porque
en este año se presenta al Cabildo el procurador presbítero Federico Luxán y Rojas «con carta del obispo diciendo
que se señalara la planta para la Iglesia Matriz, que él vendría, y como tarda, y debiendo hacer aquélla al gusto de
los vecinos, pedía que, con citación de eclesiásticos y clérigos comisionaran al mismo provisor y cura Pedro
Rodríguez, y los más vecinos republicanos que han sido de esta ciudad, para entre ellos hacer la planta, más ello no
se efectúa».
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Se ve que el presbítero Luxán era hombre de empuje y (pieria dejar terminados sobre el tambor los trámites
previos para la construcción de la Iglesia: planos, comisiones de vecinos encargadas de recolectar los fondos
necesarios y de clérigos para el arreglo de los recaudos legales y canónicos, hasta el extremo de que se adelanta a la
llegada del señor obispo. Pero a pesar de su celo, el representante de la curia no tiene éxito, puesto que en enero de
1665 «presentábanse donativos de los vecinos para la fábrica de la Matriz, por la indecencia que tenía la capilla
donde se administraban los sacramentos y se sepultaban los españoles». Por tal motivo se ordena al Alcalde
Giménez Naharro «corra con dicha fábrica con operarios, carretas y lo demás necesario y cantidad de vecinos; y en
cuanto a la mita de los indios y trajines de barcas, balsas y canoas ejecuten lodos las órdenes que se les han dado».
En 1666, pues, y gracias a esta drástica decisión del Cabildo, que tenía algo de esas gabelas o alcabalas
impuestas a las poblaciones españolas para el cumplimiento de un designio real, se inicia la construcción de la
Iglesia Catedral de Santa Fe.

Los fondos no deben abundar, pues el pulpero Rafael Ballesteros ofreció ese mismo año 600 pesos para dicha
obra, «si se le dejaba vender vino a él solo por espacio de dos años», lo que se le concedió. En 1680 ya debía de
estar levantada buena parle de la fábrica, porque se ordena al cura vicario, que lo era Pedro González, «que
disponga para las refecciones que son necesarias, a causa de las muchas lluvias, la suma que le facilitaría el
Mayordomo a cargo de los propios de la Iglesia y la que le entregaría el Cabildo».
El cura Oroño informa en 1696 «que para la obra del templo importó oro del Perú por valor de 600 pesos, para
dorar el retablo de la Iglesia, obra que ejecutó el maestro Agustín de Palacios y que se terminó en 1699».
Hasta 1743, sin embargo, no se había levantado aún totalmente la Iglesia, pues en este ano se encuentra un
oficio del Cabildo de Buenos Aires sugiriendo que debía tener tres naves. El cura Aguiar señala «que hay dificultad
de hallar madera para la edificación de un cañón, como la de encontrar la tablazón necesaria para el techo». Los
ramos de fábrica para la construcción del templo, durante la Mayordomía de este cura, importaron 889 pesos y un
real y medio y consumiéronse en cera, vino, ornamentos y demás menesteres del servicio de la Iglesia.
Una de las industrias de la primitiva Santa Fe era la fabricación de adobes, tejas y ladrillos, para lo cual existían
varios hornos. La Catedral tenía los suyos que, aunque pobres, le rendían beneficios, según se desprende de un
ingreso que tiene la Mayordomía de la obra de 1.600 pesos y tres y medio reales producidos por las limosnas y las
ventas de aquellos materiales. Con lo cual, y lo donado por don Bartolomé Andino, se construyeron varios galpones
y «dos hornos de gran capacidad».
Así se va levantando lenta, pero sólidamente, la Iglesia Catedral de Santa Fe. Sus paredes, de un metro y
medio de ancho, son de tapial o de barro prensado dentro de un cerco de sunchos. Estas murallas, así construidas,
tenían y tienen una resistencia inusitada y una dureza granítica, según puede comprobarse en la Alhambra y en
todas las construcciones de la época en Santa Fe.
A fines del siglo XVIII se da por terminada la nave de la Iglesia y el retablo mayor, puestos bajo la advocación
de Todos los Santos en conmemoración del día en que llegaron los fundadores a Cayastá. El 18 de agosto de 1817
se envían desde Buenos Aires, para los últimos pagos correspondientes a la construcción, 2.724 reales provenientes
de los diezmos de 1804 a 1810. Hasta aquí la síntesis de lo que refiere Cervera.
Don Floriano Zapata, historiador, galano prosista y evocador sentimental de las cosas viejas de Santa Fe, dice
que la Iglesia «no constaba sino de una sola nave y de dos puertas de ingreso, una hacia la plaza principal y otra
hacia el costado oeste, que aun se conserva. Más tarde, siendo cura párroco el Dr. José de Amenábar, adquirió
mayor ensanche con las dos naves laterales que se construyeron y los dos campanarios que se levantaron, y que
hoy se ven dominando la portada, en uno de los cuales ha estado colocado hasta hace poco tiempo el reloj
público».
El doctor Clementino S. Paredes, igualmente historiador y minucioso investigador de nuestro pasado, dice que
en esta última refección y ensanche de la Iglesia Matriz tomó parte activa el entonces gobernador don Estanislao
López, pues debido a la amistad personal que cultivaba con el doctor de Amenábar, contribuyó a las expensas de la
obra con fondos del estado, en el año 1834. Los constructores de esta etapa fueron don Manuel Torres y don Juan
Goyán o Gollán.
Entre las obras de arte que aun se conservan en esta Iglesia, merecen citarse las siguientes: un Cristo en
mármol de Jean Baptiste Pigalle, firmado y fechado en 1753; un Niño Dios, pintado al óleo y donado a principios del
siglo pasado por el doctor Vicente Anastasio Echevarría; un hermosísimo óleo de Mauricio García, que representa la
decapitación de San Fermín, fechado en el Cuzco en Í751; un San Pedro, óleo anónimo; una talla de San Jerónimo,
magnífica escultura hispanocolonial; una Dolorosa, imagen de palillo, de bella y honda expresión, donada por doña
Javiera de Larramcndi; una fuente bautismal, de la época de la fundación, de plata martillada; la espléndida
Custodia, que fuera de los jesuítas, y se emplea para las grandes solemnidades del culto; candelabros y bandejas de
plata cincelada; un San Nicolás de Bari y un Arcángel Gabriel, finas estatuillas en madera; el Cristo en madera
estofada que se exhibe en la sacristía y cuatro grandes pilas de mármol labrado, que, según se refiere, fueron
donadas a la Iglesia por el general Rosas.

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LA CASA DE DIEZ DE ANDINO
(MUSEO HISTÓRICO)
Frente a la plaza do Mayo, en la esquina formada por las calles San Martín y 3 de Febrero, se levanta la Casa
llamada de Diez de Andino, actualmente el Museo Histórico y el Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales
de Santa Fe.
Es una hermosa casa solariega que muestra el hechizo de su gracia señorial y antigua en medio del estrépito de
la ciudad moderna representada allí por la Casa de Gobierno y el Palacio de los Tribunales.
La Casa de Diez de Andino se ve en ese lugar como un límite de las edades, corno un mojón de siglos que no ha
podido abatir ni desalojar el tiempo con sus mudanzas. Hace pocos años, un plan de transformación edilicia del
barrio en que se asienta estuvo a punto de llevárnosla para siempre. Pero la advertencia oportuna de un gobernante
inteligente impidió la tropelía.
A una cuadra de la Casa de Diez de Andino se levanta el templo de San Francisco, la más pura y centenaria joya
del arte colonial en esta región del litoral. Ambas construcciones se miran como viejas hermanas en el tiempo pues
ambas surgieron con la fundación de la Ciudad.
Esta Casa debió ser mayor y abarcar buena extensión de la cuadra en que está emplazada, no solamente
porque en su estado actual queda trunco el desarrollo lógico del plano original, sino porque en las sucesivas ventas y
testamentarías se alude a porciones que ya no existen o pertenecen a otro dominio. Sin embargo, queda el cuerpo
central" de la Casa, con su auténtica y recia galladura, para traernos el recuerdo umbrío y oloroso de los primeros
días de Santa Fe.
Sus paredes son de tapial, como todas las de la época, ya que no se usaba la piedra ni la argamasa, y sus
techos a dos aguas de tejas que descansan sobre alfajías, sostenidas por gruesas vigas transversales escaroladas en
las ménsulas.
No se sabe exactamente quién fué su primer propietario. Se presume con fundamento que lo fué el Tesorero de
la Audiencia, don Juan de los Ríos Gutiérrez, que consta que era su dueño en 1717. Si la Casa, como queda dicho,
es de la época de la fundación de la Ciudad, y ésta se instaló definitivamente en 1680, no es difícil colegir que don
Juan de los Ríos Gutiérrez, hombre principal por las funciones que desempeñaba, la mandara construir hacia 1680.
Parece ser que este Tesorero tuvo algunas dificultades con el fisco por el trasconejamiento de unos fondos cuyo
destino no pudo explicar muy bien. Por este motivo estuvo preso y procesado hasta que la justicia ordenó, en
nombre de Su Majestad, sacar a remate sus bienes en Santa Fe. Entre ellos figuraba, naturalmente, su casa «que
hacía esquina a la plaza>. En la pintoresca subasta, que tuvo lugar en Buenos Aires, la compró el Alcalde de Primer
Voto, don Francisco de Viera, quien declaró en el acto «que compraba la casa para el Maestro de Campo Don
Bartolomé Díez de Andino».
Creemos interesante para el conocimiento de la época reproducir el acta de esta almoneda. Su redacción es
pintoresca y no lo son menos los pormenores que se consignan: «En la ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de
Santa María de los Buenos Aires, el 18 de Enero de 1742, El Tesorero Don Juan Martín de Mena y Mascarán y el
Contador Don Juan de Arosarena. Oficiales Reales de estas Provincias del Río de la Plata, con el fin de continuar las
almonedas que se estaban haciendo de las casas que faltan vender en Santa Fe que fueron de Don Juan de los Ríos
Gutiérrez, que hacen esquina a la plaza, y las que fueron de Lucas de la Torre, que todas recayeron en S. M.,
mandaron avivar la voz del pregonero lo cual se executó por la de Joseph Negro que hizo oficio de tal, diciendo:
"Hagan posturas a las casas que se expresaron que se hallan en la Ciudad de Santa Fe y pertenecen a S. M. y se
venden a plata de contado y se han de rematar en quien más diere". En este momento D. Francisco de Viera,
Alcalde de Primer Voto, hizo postura a una de dichas casas que son las que hacen esquina a la plaza ofreciendo
4.000 pesos de contado. El pregonero repitió el pregón y la postura, pero como nadie la mejorase y se hacía tarde,
se suspendió la almoneda hasta el día siguiente.
Ante los mismos Oficiales Reales, el mismo Negro, reiteró el pregón a la tarde siguiente, diciendo en altas
vocea: "Ea, caballeros, mejoren las posturas que hay hechas a las casas que fueron de Don Juan de los Ríos y Lucas
de la Torre en la ciudad de Santa Fe y se han de rematar en quien más diere y mejoren así mismo la dicha de 4.000
pesos..." y aunque se repitió el pregón por todo el espacio de la tarde no hubo quien la mejorare. Así terminó el
remate diciendo solemnemente el pregonero en altas e inteligibles vocea. "Pues no hay quien ni quien dé más que
los referidos 4.000 pesos a plata de contado por las referidas casas que se hallan en dicha ciudad de Santa Fe, a la
una, a la dos y a la tercera que es buena y verdadera, y pues no hay quien puje ni quien dé más, que buena, que
buena y verdadera pro le haga al que las tiene puestas que es el señor Don Francisco de Viera, Alcalde Ordinario de
Primer Voto"». Como se ve, ya entonces ganaba el caballo del Comisario o del Alcalde...
En el Museo Histórico que funciona en la Casa de Díez de Andino, y que nació como afortunada consecuencia y
con la base del patrimonio artístico reunido por la dirección del Museo Provincial de Bellas Artes «Rosa Galisteo de
Rodríguez» en 1940 en su Primer Salón de Arte Sagrado y Retrospectivo, se exhiben diversas imágenes de Cristo y
de los santos más devotos de Santa Fe, realizadas la mayoría en tallas de bulto por los indios mocobíes y abipones,
convertidos y educados por los misioneros. En todas estas esculturas, según puede apreciarse en las reproducciones
del presente volumen, llaman la atención los rasgos indígenas transmitidos por los ingenuos artífices. Algo de su raza
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y de su milenario fetichismo tenían que legarnos en las obras surgidas de sus manos; y así nos dan la
representación hagiográfica exacta en cuanto al simbolismo y el indumento, pero acentuadamente india en el rostro
de las imágenes. Tenemos de esta manera curiosas versiones de santos, doctores y patriarcas indios, como San
Jerónimo, patrono de la Ciudad, San José, San Antonio, la Santísima Virgen, San Juan Bautista, San Juan
Nepomuceno, San Francisco Solano, San Roque. . . El indio, convertido y obediente, que reproducía lo que veían sus
ojos y lo que el misionero le ponía por delante, se rebelaba cuando se trataba del rostro de sus efigies. Aquí ya no
admitía las facies canónicas sino las de su cacique, sus mujeres o sus hijos, según lo demuestra el maravilloso
«Cristo mocobí» (Lámina N° LXXIX) obra de un artista indio de la Reducción de San Javier, de sobrio y doliente
patetismo dentro de una estilización solar, resabio de las antiguas creencias del neófito.

LA IGLESIA DE SANTO DOMINGO


Habría que hacer una cuarta división de las obras realizadas en esta parte de América por artistas europeos. Se
sabe que algunos plásticos anónimos, particularmente españoles, actuaron en estos países al lado de los indios y
misioneros sin alterar fundamentalmente su estilo personal adquirido en Europa. Muchos de ellos tenían sus cuentas
pendientes con la justicia y buscaban su salvación física y espiritual en la paz de los conventos de América, que los
envolvían en un piadoso olvido. En cuanto a los misioneros, eran buscados y elegidos dentro de una rigurosa
selección en que se consideraban tanto su salud y su vocación como su saber en alguna ciencia o arte. «Raro era el
jesuíta que no hubiera estudiado matemática, dibujo, pintura y música», dice el Padre Florián Baucke.
Citemos como de este posible origen las cabezas y las manos de las imágenes de palillo de La Dolorosa, San
Francisco y San Raimundo Peñafort, que pertenecen a la Iglesia de Santo Domingo en la ciudad de Santa Fe, y se
reproducen en las Láminas XXIX, XXX y XXXI.
Esta Iglesia se empezó a levantar en 1786, en el solar que le fuera adjudicado a la orden al fundarse la Ciudad.
En 1805 se inauguraron los trabajos según el nuevo plano y fueron padrinos de esta ceremonia el marqués del
Pino y su mujer doña Rafaela Vera.
Tuvo, pues, este templo un origen ilustre y no es de extrañar, entonces, que sus protectores, como era usual,
lo enriquecieran con obras de mérito que encargaban a los mejores artistas.
Los confesonarios de este templo, de indudable artesanía regional, son de cedro y están bellamente tallados
con figuras y emblemas correspondientes al Santo Sacramento y a la Cátedra. Según una versión muy difundida
que recogemos a simple título informativo, fueron labrados y hachonados a mano por cuatro esclavos manumitidos,
vecinos de Santa Fe, que tenía a su servicio la comunidad.
Según el R. P. Fray Reginaldo de la Cruz Saldaña Retamar, que ha escrito prolijamente la historia de este
hermoso templo, el virrey del Pino no pudo ser padrino del mismo pues falleció en 1804, un año antes de iniciarse
los trabajos y en vísperas de ser promovido al virreinato del Perú. Pero debe advertirse que si no lo fué en el acto
mismo de la colocación de la piedra basal, pudo serlo de hecho, como sin duda ocurrió, al designársele anticipa-
damente para esa representación que no pudo cumplir por el accidente de la muerte.
La erección de esta Iglesia, que se inició en 1727 merced a los esfuerzos del Sargento Mayor don Antonio de
Siburo y del Prior Fray Pedro Carranza, y se continuó hasta terminarse según un nuevo plano en 1805, fué muy
accidentada. Muchas veces se interrumpieron los trabajos por dificultades técnicas y económicas, y en las actas de
los capítulos de la orden, constan las largas deliberaciones que tuvieron sus miembros para llevarlos adelante.
En 1786 la obra amenazaba ruinas y el Prior, Fray Bernardino Frutos, acomete con el arquitecto don Esteban
Tast, la tarea de reparar la Iglesia y llevar a término su construcción. No habría de ver realizado su propósito, pero la
iniciativa de esto benemérito sacerdote señala el principio de una reacción que dotaría definitivamente a Santa Fe de
un templo que le hace honor y concita la devoción de la Ciudad.
A fines del siglo XIX se dió remate a la fábrica, si bien ésta no está aún concluida, de acuerdo con el plano
original. Tiene 70 metros de largo por 30 de ancho y es de una sola nave que forma una cruz latina en el crucero. El
dombo monumental tiene 50 metros de altura. El frente, de estilo románico-jónico remata en dos torres altas y
gráciles que so recortan armoniosamente sobre el cielo.
Además de los confesonarios que hemos citado, se conservan en esta iglesia estatuas religiosas de madera y
plomo de singular valor artístico, lo mismo que unas imágenes de las órdenes y cofradías que tienen indudable
antigüedad y prosapia.

LA CASA DE LA VIRREINA
En la calle Buenos Aires, entre las de 9 de Julio y 1o de Mayo, sobre la acera que mira al norte, se levanta la
llamada «Casa de la Virreina.»
Esta es otra construcción antigua que viene de los primeros años del traslado de Santa Fe a su actual
emplazamiento. Sobre el dintel de madera de la puerta del primer piso, que da al balcón carpinteado que señorea el
jardín, se lee grabada a cuchillo la fecha de 1711. Según las constancias que existen en el Archivo Municipal, la Casa
se habría levantado en 1716.
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Como ocurre con la casa de Diez de Andino, ésta también ha sufrido modificaciones importantes que le han
quitado gran parte del vuelo y de la gracia que debía de tener en sus orígenes.
Se sabe que constaba de tres cuerpos, siendo el que queda el principal. Las alas laterales de la construcción
han desaparecido.
Los techos de la vetusta Casa de la Virreina, llena de ecos sentimentales y evocativos del pasado, son de alfarje
del típico andaluz llamado de pares y nudillos. Los recios artesones se repiten finamente ornamentales a ambos lados
de la cumbrera, cruzada por vigas transversales de remate labrado.
Las paredes son de tapial y en las salas se conservan todavía muebles y enseres de auténtico abolengo que
corresponden a la edad de la vivienda. Los poetas le han dejado sus versos:
Casa de la Virreina ¿quién te olvida? Vergel antiguo, pazo solariego,
Vetusto alcázar donde aún anida El especioso aroma del espliego.
¡Qué largas colas y qué píes de raso Vió bajar la escalera de tu
alcoba Y cuántas veces se detuvo el paso Bajo el temblor del beso
que se roba!
Esta casa perteneció primitivamente a las familias de Márquez, Maciel y Lacoizqucta, que la mandaron construir
y se sucedieron en su propiedad. Eran de origen español y condición acomodada y habían venido a Santa Fe en
cumplimiento de sus quehaceres oficiales en audiencias, tesorerías y cabildos. A fines del siglo XVIII un romance de
amor le dió a esta casa el aura de leyenda que le faltaba para entrar de lleno en el corazón de la Ciudad. El virrey,
marqués del Pino, se enamoró en ella de doña Rafaela Vera, con quien casó. El eco de este matrimonio novelesco,
que llevaba a una hermosa vecina de Santa Fe al rango de virreina y a los estrados cortesanos, repercutió
hondamente en el medio y quedó para siempre en sus anales. No faltó tampoco, la copla popular anónima con que
el pueblo comentó a su manera el romántico sucedido:
Rafaela de Vera, gracioso destino, Subiste a la copa del más alto
Pino...

LA ESTANZUELA DEL GENERAL ECHAGÜE


En Guadalupe, lugar veraniego vecino a la ciudad de Santa Fe, se levanta desde hace más de un siglo la
llamada «Eslanzuela de Echagüe», que perteneció al general don Pascual Echagüe, que fuera gobernador de Entre
Ríos y Santa Fe en la primera mitad del siglo XIX, y ahora es de la Nación.
Esta casa está vinculada con algunos hechos históricos en la vida política y sentimental de la vieja Santa Fe.
Es una construcción típica de lo que podríamos llamar la adaptación del arte colonial a las características del
medio. Los fuertes calores del verano santafecino y la falta de un material indígena más noble para la construcción,
obligó, según ya se dijo, a los alarifes, arquitectos y constructores locales a echar mano de la madera y el barro
exclusivamente y a estudiar las viviendas dentro de un desarrollo amplio, sencillo y sombrío, que las resguardara de
las inclemencias del clima. En cambio las labores del hierro en ventanas, balcones, rejas y cancelas alcanzó una gran
artesanía, según puede verse en los ejemplos que se conservan y de loa que hay buena muestra en esta Casa. La
madera labrada y la herrería artística eran los verdaderos lujos de la construcción de aquellos tiempos en Santa Fe.
La Estanzuela de Echagüe, de noble sencillez criolla, es una construcción rectangular, de paredes gruesas de
adobe y tapial, rodeada por sus cuatro costados de un amplio corredor o alero sostenido por pilares de madera que
rematan en ménsulas trabajadas a cuchillo. Los techos son de teja acanalada de la llamada española y descansan
sobre caballetes de tronco de palmera. Toda ella dentro de una intimidad acogedora que habla de los tiempos
patriar-cales en que fué construida, anteriores a la independencia argentina.

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