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INTRODUCCIÓN

Día a día nos vemos enfrentados a diversas situaciones, quizás unas más
complejas que otras, que nos incitan a diversas reacciones; tan solo por poner
un ejemplo, supongamos que usted va caminando por una calle silenciosa de
noche y de repente escucha un ruido detrás suyo, su mente se pone en estado
de alerta, su cerebro comienza a prepararlo fisiológicamente para realizar una
acción, sus músculos se tensan, entonces usted gira lentamente y descubre que
únicamente el sonido provenía de una pequeña rama que piso sin darse cuenta;
este ejemplo, muy utilizado por quienes empiezan hablan acerca del tema, nos
da cuenta de que el ser humano es todo un sistema que funciona en conjunto,
valga la aclaración.

Otro ejemplo, antes de entrar en materia, más apegado a nuestra realidad,


supongamos que un día nos encontramos sentados en nuestro consultorio,
tomando una taza de café mientras esperamos a nuestro primer paciente, a
pesar de los pensamientos que tengamos ese día respecto a cómo puede
desarrollarse el resto de la jornada, nos encontramos tranquilos, de repente la
puerta se abre estrepitosamente, entre lágrimas y enojo, como si se tratara del
berrinche de un niño pequeño, entra nuestro primer paciente, se sienta al otro
lado de nuestro escritorio y se queda estático como si fuera un objeto inanimado;
es claro que nuestra primera reacción fue una exaltación respecto al hecho
ocurrido, pero, después del impacto inicial, las preguntas asaltan nuestra mente,
aún más si apenas comenzamos el trabajo de ser psicólogos, y entonces nos
preguntamos algo instintivo: ¿Qué puede haberle ocurrido? ¿Qué sigue?

En este punto es donde, muy probable y obligatoriamente, durante nuestra


formación encontramos la base para comprender el impacto que un suceso X
provoca en un individuo, pero no solo eso, encontramos los recursos con las que
podremos indagar y responder cuatro cuestiones básicas: qué, cómo, cuál y sí;
¿Qué le sucede al individuo?, ¿Cómo debo proceder?, ¿Cuál es el camino a
seguir? y si el caso en cuestión es de mi pertinencia.

Es por ello que en este ensayo nos referiremos un poco acerca de la relación
que existe entre la salud física y mental y como es que estos factores se
relacionan con la enfermedad que aflige a una persona y también cómo esta
puede relacionarse con la inteligencia emocional para ser sobrellevada.

DESARROLLO

Al hablar acerca de las enfermedades es notable el hincapié que debemos hacer


respecto a la formación de síntomas como parte de un sistema. Supongamos
que un día Alejandro, un joven de 20 años, comienza a sentirse cansado y
presionado respecto a su desenvolvimiento académico; esta preocupación
provoca un efecto en el cual Alejandro para compensar el desgaste que tiene su
cuerpo comienza a consumir ciertas sustancias que lo mantengan despierto para
realizar sus trabajos; posterior a ello, Alejandro completa su temporada
académica pesada y comienza a sentirse nervioso, se siente incompleto,
frustrado, además de estos síntomas de debilitamiento cognitivo, Alejandro
comienza a sentir que tiene taquicardia y dolor de cabeza intenso en la parte
posterior. Por la preocupación Alejandro es llevado a consulta; a parte de los
exámenes médicos, el galeno le recomienda realizar una terapia psicológica
durante un tiempo para saber cuáles son los conflictos internos que le afligen.

En el diagnóstico, el terapeuta logra indagar acerca de disparadores que no


provienen desde el momento en el que Alejandro se sintió presionado, sino que
su etiología era anterior a ello; esto se respaldó con el hecho de que en los
exámenes de Alejandro no se encontraron déficit fisiológico de importancia
negativa.

Entonces solo queda preguntarnos ¿En qué momento se da la formación de


síntomas y si estos podrían ser de índole psicológica?

La formación de síntomas, es decir, la etiología, puede provenir de dos fuentes:

 Una propiamente mental que da pasó a que el cuerpo predisponga un


estado de alerta o zozobra.
 Una propiamente fisiológica que da paso a la angustia mental.

Es en este punto que haremos uso de lo aprendido en Goleman (1995) en su


libro Inteligencia emocional. Goleman apunta a que muchas de las formaciones
de síntomas somáticos se deben a que la persona no tiene una buena
administración respecto a su funcionamiento emocional subjetivo y su
funcionamiento biológico.

Uno de los factores biológicos de importancia que se toma en el libro de


inteligencia emocional, es el déficit en el funcionamiento del sistema límbico.

El sistema límbico es una estructura subcortical situado en la zona medial del


cerebro (MORLAN, 2012) los núcleos que conforman esta estructura (área
ventral tegmental, núcleo accumbens, hipocampo, núcleos septales laterales,
corteza frontal y más recientemente el añadido de la amígdala y la corteza orbito-
frontal) controlan todo el aspecto emocional, con la conexiones en la corteza
frontal son capaces de controlar la actividad social del individuo y la toma de
decisiones (MEJÍA, MENDEZ, VALDOVINOS, MENDOZA, 2009).

Como podemos ver, es importante tomar este factor en cuenta a la hora de


hablar de los síntomas ya que juntando todos estos factores tenemos las dos
fuentes de las cuales se forman principalmente los padecimientos psíquico –
emocionales.

Retomando lo anteriormente dicho podemos ver que juntando estos dos factores
tenemos una mayor información acerca del caso ejemplo, Alejandro.

Como bien se mencionaba en la introducción, día a día las personas pasamos


por diferentes situaciones que de una manera u otra marcan el curso de nuestra
vida y que pueden predisponer un síntoma para exteriorizar una angustia. Por
ejemplo Alejandro sentía mucha presión psicológica en las temporadas de
examen ligadas a la angustia de lo que podría ser una pérdida de materia y a la
par sentía mucho cansancio físico asociado al desgaste de todo el trabajo que
estaba realizando.

Estos síntomas son disparados y pueden generar enfermedades y cuadros


sindromáticos más graves de no ser tratadas a tiempo, para lo cual no solo es
necesario un tratamiento médico sino más bien una serie de tratamientos
psicológicos para poder ayudar en el tratamiento de los síntomas físicos que se
vayan descubriendo en el paciente.
EL QUEHACER DEL PSICÓLOGO

Una persona enferma es aquella que, viendo superadas sus posibilidades y


habilidades, acude a un profesional para que este le brinde la ayuda necesaria
para superar el malestar que le aflige.

Es menester para nuestra área preguntarnos de que nos sirve la información


anteriormente brindada a agrandes rasgos, la respuesta es simple y salta a la
vista de cualquiera que tenga interés por la vida tanto interna como externa del
individuo.

El psicólogo es aquel que debe centrar sus esfuerzos en afrontar las


imposiciones físicas y mentales del individuo. El psicólogo es el profesional que
ayudara que el individuo, usuario, pueda resolver aquellos conflictos que le
afligen con el aporte de herramientas propias para el control interno.

El psicólogo es quien proporcionara al usuario técnicas desde diversas áreas


para que este pueda afrontar con mayor claridad las situaciones que puedan
provocarle una desestabilización mayor.

Como psicólogos es nuestro deber la preservación del control interno del


individuo mediante técnicas que le permitan además conocerse así mismo para
poder en un futuro delimitar el avance de las situaciones estresantes.

En caso de tener una enfermedad congénita e irremediable, el psicólogo debe


encargarse de poder integrar en plenitud la identidad de la persona y a su vez
poder llegar a tratar, si es que puede, el entorno en el que se desenvuelve de
modo que también pueda servirle de apoyo en el proceso de tratamiento
terapéutico.

CONCLUSIONES

La necesidad de comprender conceptos esenciales tanto de nuestra área como


de las demás, es necesario para poder llegar a la génesis del problema y de esta
manera poder llegar a cabalidad para la asistencia del individuo.

Respecto a la terapia, conforme comentábamos en el espacio del quehacer del


psicólogo, es importante tener en cuenta el encuadre que llegamos a tener con
el paciente, dado que no debemos confundir la tesis planteada por Goleman
como una tesis positivista, sino como una tesis que nos plantea un desarrollo de
herramientas propias de la auto comprensión, autorregulación de uno mismo.
También es importante la realización de un diagnóstico diferencial preciso dado
que muchos de los síntomas son confusos y para ello es bueno entrenar al
profesional en el diagnóstico, de otro modo podemos incurrir en muchos
problemas a la hora de encontrar un tratamiento adecuado para el paciente que
se presenta ante nosotros.

Es muy interesante aprender acerca de estas situaciones para que en un futuro


de toda nuestra formación no se descuide un área por otra, sin embargo que
podamos acoplar todos los conocimientos para poder especializarnos en la
asistencia precisa del paciente.
BIBLIOGRAFIA

 MEJÍA, David; MENDEZ, Mónica; VALDOVINOS, Azucena;


MENDOZA, Víctor (2009) El Sistema Límbico y las Emociones: Empatía
en Humanos y Primates.
 MORLAN GRACIA, Lorenzo (2012) Cerebro emocional. Conceptos de
historia, localización y función.
 GOLEMAN, Daniel (1995) Inteligencia Emocional.
UNIVERSIDAD FRANZ TAMAYO
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
CARRERA DE PSICOLOGÍA

PSICOFISIOLOGÍA

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ENFERMEDAD Y SU RELACIÓN MENTE -


CUERPO
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PRESENTADO POR:

Rodrigo Villarroel Vega

DOCENTE:

Lic. Paola Andrea Vargas

Cochabamba, 18 de Diciembre de 2019

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