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Módulo III
Estrategias
de reproduccion
de las familias pobres

Instituto de Capacitación
y Estudios Profesionales
Autoridades del Colegio
de Trabajadores Sociales
de la provincia de Buenos Aires
CONSEJO SUPERIOR
Mesa Ejecutiva:
Presidente: MARIA JOSE CANO
Vicepresidente: MANUEL WALDEMAR MALLARDI Vocales Distrito Moreno - Gral. Rodriguez:
Secretario: MARCELA PATRICIA MOLEDDA Titular: MARCELO ANIBAL ECHAZARRETA
Tesorero: MARIA DOLORES APRAIZ Suplente: MARIANO EDUARDO COLOMBO

Vocales Distrito Azul: Vocales Distrito Morón:


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Suplente: ANDREA ANTONIA OLIVA Suplente: -

Vocales Distrito Bahia Blanca: Vocales Distrito Necochea:


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Suplente: LEANDRO JAVIER GAUNA Suplente: LILIAN MARCELA SAMMARONI

Vocales Distrito Dolores: Vocales Distrito Pergamino:


Titular: CLAUDIA MIRIAM CHIMINELLI Titular: MARÍA JESÚS RICARDO
Suplente: - Suplente: ROSANA ANDREA ALVAREZ

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Titular: ROMINA ANDREA BORAGNO Titular: SILVIA ACOSTA
Suplente: MARIA LIS PEDEMONTE Suplente: CLAUDIO PALAZZO

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Suplente: - Suplente: LAURA INES CANEPA

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Titular: SILVIA VIRNA QUENTREQUEO Titular: CECILIA CRISTINA COHEN
Suplente: VALERIA ANDREA REDONDI Suplente: SILVIA ALEJANDRA COUDERC

Vocales Distrito Lomas de Zamora: Vocales Distrito San Nicolás:


Titular: MARTA SUSANA MONTE Titular: MARIA EUGENIA PINI
Suplente: MONICA EDITH ETCHEVERRY Suplente: CARINA SILVIA CHAVES

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Titular: MIRIAM MABEL SICOLI Titular: CAROLINA OUTON
Suplente: ESTEFANIA GISELE ANDRE Suplente: MARIA DEBORA JUSTINO

Vocales Distrito Mercedes: Vocales Distrito Zárate - Campana:


Titular: CAROLINA VICTORIA DI NAPOLI Titular: MIGUEL NICOLAS LOPEZ
Suplente: - Suplente: ANALIA GABRIELA REYNOSO

TRIBUNAL DE DISCIPLINA

Vocales titulares: Vocales Suplentes:


Marisa Beatriz SPINA Maria Ines PIETRANGELI
Maria Carolina MAMBLONA Betina Luciana MATEOS
Estela Maris RODRIGUEZ VEDIA
Viviana Beatriz IBAÑEZ
Nicolas Rosario Gabriel FUSCA
Estrategias de reproduccion
de las familias pobres
Una problematización sobre su incidencia
en los procesos de intervención profesional

Presentación

Como se ha adelantado, este seminario se propone considerar diversas dimensiones analíticas


que se materializan en una vinculación – podríamos decir fundacional – entre los trabajadores
sociales y las familias de clase trabajadora que transitan situaciones de pobreza.

No es objeto del presente módulo problematizar en clave histórica dicha vinculación, que en-
tendemos está legitimada por las diversas perspectivas que procuran y han procurado explicar
la profesión. Más bien nos proponemos partir de la realidad desde un proceso de dilucidación de
lo que acontece para encontrar algunas respuestas, o al menos formularnos nuevas preguntas.

Quienes transitamos hace años el ejercicio profesional hemos experimentado que - nos desem-
peñemos en el espacio socio - ocupacional que nos desempeñemos (con sus lógicas y compleji-
dades diversas) - en todos ellos cuando emerge una problemática vinculada a las familias pobres,
desde el administrativo que la recibe hasta el mismísimo director del servicio nadie dudará en
que ello es tema “de los trabajadores sociales”.

El presente módulo es una invitación a problematizar e interpelarnos sobre nuestro conoci-


miento referido a las familias en situación de pobreza desde una de las dimensiones en que ello
puede analizarse: las estrategias que las mismas utilizan para lograr la reproducción de sus vidas
cotidianas. Estrategias que nos traspasan, que muchas veces integramos, que otras tantas des-
conocemos pero que habitualmente son el motivo central a partir del cual piensan, planifican,
construyen y luchan las personas con quienes trabajamos.

Para ello la propuesta es generar una ruptura con lógicas que solo han intentado nombrar la
pobreza como sinónimo de carencia, que han explicado la vida de las personas pobres limitada
a lo “que no tienen”. Procuraremos, adhiriendo a la línea de lo desarrollado por Alicia Gutiérrez
(2007) comprender a las familias pobres a partir de sus propias posibilidades y construcciones,
desde “lo que tienen” que se expresa en una diversidad de recursos económicos, culturales y
simbólicos que son utilizados y reconvertidos en los diversos momentos socio – históricos en los
que reproducen su vida cotidiana.

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Necesidades, satisfactores y estrategias de reproducción

Si pretendemos avanzar en la dilucidación de concepciones sobre la pobreza y el conocimiento


de la dinámica propia de la vida cotidiana de los sectores con los cuales trabajamos comenza-
remos problematizando la concepción hegemónica de la reproducción que pretende sostener
explicaciones de la misma en términos de responsabilidad individual, invisibilizando de esta
manera la consideración de la sociedad desde una perspectiva de totalidad.

Para ello introduciremos la relación de la reproducción con las necesidades entendiendo que
una no puede ser explicada sin la otra, lo cual nos conduce a una perspectiva superadora de la
fragmentación anteriormente planteada. Recuperando aportes de Lessa (1999) consideramos
que las necesidades aluden a procesos sociales complejos y que la construcción de medios o
instrumentos para su satisfacción (mediante el trabajo) es en definitiva lo que explica la historia
de la humanidad. El trabajo es, en esta lógica de base marxiana, categoría ontológica del ser
social, medio central para acceder a los satisfactores que permitirán resolver las necesidades1.

Aquí ya estamos introduciendo otra categoría que nos interesa recuperar que es la de satis-
factores, posibilitando una diferenciación de estos de las necesidades. En vinculación con la
categoría luckasiana de previa ideación2 - como anticipación, como definición de la finalidad de
la acción antes de realizarla, cualidad que singulariza a los seres humanos - se comprende que
la reproducción exige objetivación en tanto materialización de alternativas posibles. La objeti-
vación (como momento concreto donde se sintetizan la previa ideación y las cadenas causales
propias del proceso de trabajo) tampoco puede pensarse como un proceso individual puesto que
es inherente al mismo el atributo de pertenencia al género humano. Se consignan diferencias
propias de las condiciones subjetivas de los sujetos las cuales también se desarrollan en los
contextos de relaciones sociales.

Siempre en la línea de una perspectiva marxista, en la medida que se complejizan los instru-
mentos mediante los cuales los seres humanos se vinculan con la naturaleza mediante el trabajo
en el modo de producción capitalista, se complejizan las formas de organización social. La or-
ganización societal actual ha configurado una dinámica donde el sistema de necesidades y su
resolución poseen alternativas reducidas, siendo asalariarse3 como una de las únicas opciones
reconocidas como posibles para quienes dependen de la venta de la fuerza de trabajo para su
reproducción cotidiana.

1 Lukács (2004) recupera de Engels la consideración del trabajo en el centro de la hominización del hombre y afir-
ma que la categoría trabajo es la forma originaria del actual humano, una particular interacción del hombre con la
naturaleza, con la finalidad de transformarla para dar respuesta a sus necesidades, ello no implicaría que todos los
actos humanos sean reducibles al trabajo sino que a partir del mismo es que existen las diversas formas de actividad
humano –social.

2 El pensador húngaro (2004) plantea que el trabajo como tal podría pensarse que no es exclusivo del ser humano,
otras especies también constituyen interacciones similares. En este punto el autor recupera a Marx (2015) quien va a
consignar una diferencia esencial entre las otras especies y el hombre con respecto al trabajo: la posibilidad de anti-
ciparse a lo que desea lograr. Esta condición que se reconoce como exclusiva del modo de interacción entre el hombre
y el medio natural es denominada por Lukács teleología. La posición teleológica se plantea como condición fundante
del trabajo humano, que lo singulariza de otros modos de vincularse con la naturaleza. Teleología que, es proceso de
objetivación, “previa ideación”, capacidad del hombre de tener conciencia sobre la finalidad de sus acciones antes de
realizar las mismas.

3 La noción de asalariarse refiere a la condición propia de la clase trabajadora de venta de la fuerza de trabajo en el
mercado a cambio de un salario.

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La venta de la fuerza de trabajo como medio para la autoconservación del sujeto sitúa la reso-
lución de las necesidades en el ámbito de lo privado, desarticulando posibilidades de organiza-
ción y resolución de índole colectiva.

En esta lógica de privatización de la satisfacción de las necesidades mediante el salario -


que a su vez está determinada por la condición básica de la acumulación capitalista que es la re-
producción del capital- se inscribe la pobreza como imposibilidad del trabajador de garantizar su
reproducción, o en otros términos, de resolver sus necesidades. Aquí nos encontramos ante una
de las formas quizás de mayor circulación de definir y explicar la pobreza en el actual contexto,
las familias pobres se constituyen entonces en aquellas que no pueden mediante el trabajo
resolver sus necesidades. Resulta significante considerar esta construcción conceptual en la
complejidad que en sí misma presenta. Existe un sujeto (las familias pobres) imposibilitadas
de realizar una acción (resolver sus necesidades) pero se consigna una particularidad que opera
como mediación en este enunciado y es una modalidad planteada como hegemónica para lograr
dicho objetivo: “mediante el trabajo”. Justamente sobre ello seguiremos indagando, porque las
familias pobres - al menos para resolver su reproducción cotidiana - algunas de sus necesidades
resuelven. ¿Cuáles son las mismas? ¿Cómo logran resolverlas cuando trabajar no es una posibi-
lidad? ¿Cuántas veces en el marco de nuestros procesos de intervención no hemos sido capaces
de reconocerlas, de acompañarlas, de potenciarlas?

Sigamos pensando sobre ello. Situando el tema desde una perspectiva estructural, despejando
desde lo más general hasta lo más concreto que cada día transitamos.

Siempre sosteniendo el análisis desde una perspectiva histórico crítica, entendemos que en la
sociedad capitalista contemporánea, en un proceso que articula tanto la necesidad del capital
de garantizar su reproducción atenuando los efectos de la pobreza, así como los procesos de
organización de los trabajadores vinculados a la reivindicación de sus derechos no resueltos
mediante el salario, aparece con carácter subsidiario el rol del Estado mediante las políticas
sociales. Estas últimas se plantean reproduciendo una lógica fragmentada en la concepción de
la cuestión social así como en la consideración de los derechos como atributos individuales. En
las mismas aparecemos nosotros (los y las trabajadores sociales) considerando a las políticas so-
ciales como espacios prioritarios para nuestro desempeño desde el lugar que se nos es asignado
en la división socio – técnica del trabajo4.

Siempre en esta lógica imperante, la complejidad del proceso de satisfacción de necesidades se


plantea a partir de la subordinación de determinados modelos sociales a otros que se presentan
como hegemónicos. La imposibilidad de acceso real queda ocultada por los velos de un acceso
aparente (por ejemplo en contextos de fagocitación del consumo como estrategia del capital) y
en este ocultamiento se encubre además la dimensión simbólica de la reproducción, que segrega
los satisfactores en función de la clase social de pertenencia, asumiendo que determinados gru-
pos sociales se encuentran “naturalmente” excluidos de determinados consumos, o bien porque
los desconocen o simplemente porque no pueden considerarlos desde sus horizontes de posibi-
lidad. Se establecen desde los sectores dominantes pisos instalados, normatizados, homogenei-

4 Podemos afirmar cierta concordancia en esta concepción de la profesión referenciada por ejemplo en el Documento
3 (2007:1) de la Federación Argentina de Unidades Académicas de Trabajo Social (FAUATS) que afirma: “Partimos de
la concepción de la profesión como aquella que se inscribe en la división social y técnica del trabajo, situada en
el proceso de reproducción de relaciones sociales en la sociedad capitalista. Esto significa que el Trabajo Social no
puede ser comprendido al margen de las relaciones económicas, sociales, políticas y culturales que se articulan en la
sociedad capitalista (…)”

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zando satisfactores y disociando los mismos de las necesidades.

En este planteo la heterogeneidad de los satisfactores se presenta entonces vinculada directa-


mente a la división socio técnica del trabajo y se comprende que la resolución de las necesi-
dades solo puede realizarse mediante el consumo, lo cual como adelantábamos, privatiza la
reproducción social.

Se produce una inversión entre medios y fines, el objetivo de los satisfactores que es la repro-
ducción de la vida de las personas pasa a ser, en el orden del capital, un medio para un fin.
Trastoca la idea de utilidad por la idea de interés, el satisfactor deja de medirse por su capacidad
para resolver necesidades y es valorado por su posibilidad de acumular capital.

Laura Massa (2010) nos propone considerar las necesidades como construcciones sociales, que
son producto de luchas y contradicciones históricas y que en la actualidad se presentan como
alienadas considerando que se definen a partir de la relación desigual entre capital y trabajo.

Aunque existen diferentes consideraciones sobre tipos de necesidades podemos identificar


las denominadas necesidades necesarias que serían aquellas que Heller (1986) vincula a las
necesidades propias de la reproducción inmediata de los trabajadores y que generalmente son
garantizadas mediante el salario. Sin las mismas no hay vida posible, son las requeridas básica-
mente para que el sujeto pueda sostenerse en el trabajo, aluden a la dimensión biológica. En
este grupo pueden incluirse además las necesidades sociales, que aunque son condición para
la reproducción de la vida sin embargo no son reconocidas por el salario, existe una disociación
entre ambos y se resuelven – en el mejor de los casos- mediante el denominado salario indirec-
to. Podemos incluir como expresión de satisfactores para estas necesidades los equipamientos
colectivos y las prestaciones que logran ser incorporadas en la agenda de lo público.

El segundo grupo se denomina necesidades radicales y la posibilidad de su abordaje analítico


es el que asume mayor significatividad a nuestro criterio, para problematizar nuestras concepcio-
nes sobre las familias pobres. Según Heller (1986) las mismas son de imposible satisfacción en el
marco del capitalismo y son las que orientan los horizontes de sociedad superadora de la actual,
en términos de mayor igualdad, justicia y menor explotación. Representan la posibilidad de la
transformación social. El capitalismo no puede satisfacer pero tampoco eliminar las necesidades
radicales porque sin ellas tampoco podría funcionar, ello solo puede comprenderse en el marco
de las contradicciones propias del sistema capitalista.

Esta desagregación obedece solo a los fines explicativos y se vincula más a como se presentan
los satisfactores que a las necesidades en sí mismas.

Se introduce en este análisis la cualidad de potencialidad de las necesidades. La misma se


materializa cuando las necesidades logran salirse del ámbito privado y constituirse en organiza-
ciones colectivas para su reivindicación. En este acto la reproducción asume carácter público en
el sentido amplio, no recortado a lo estatal.

Cuando parte de la reproducción no está contenida en el salario, los sujetos quedan por fuera
del dominio del capital, lo cual por una parte es favorable para el mismo capital puesto que le
permite reducir sus costos de producción y con ello aumentar sus ganancias, pero por otra parte
habilita a los sujetos a adquirir satisfactores en forma desmercantilizada5 con las posibilidades

5 Laura Massa (2010) recupera de Esping Andersen (1993) el concepto de desmercantilización compuesto por tres

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– especialmente en términos de develamiento de la conciencia de sujeto colectivo - que ello im-
plica. Massa (2010: 228) afirma que “Esta posibilidad de escapar de forma temporaria al domino
del capital puede darse en dos esferas:

1. La familiarización y/o comunitarización de la satisfacción de necesidades;

2. En el marco de la estatalización de las necesidades”

Ambas opciones implican la generación de un marco de autonomía de los sujetos sociales con
respecto al mercado y en tal sentido asumen cualidades emancipatorias. Sin embargo para que
dicho proceso sea transformador deben ser constitutivos del mismo la lucha y la disputa de sen-
tidos destinados a lograr que las necesidades sean consideradas reivindicaciones.

La resolución desmercantilizada de las necesidades para asumir su carácter emancipatorio debe


necesariamente disociarse de todo tipo de expresiones de culpabilización a las personas singula-
res, desde la responsabilidad individual por no ser capaces de resolver las mismas o de otro tipo
de costos aunque sean de índole no mercantilizada (por ejemplo el clientelismo político), en
ambos casos claramente el proceso se distancia de una concepción en clave de derechos.

En la línea de análisis planteada, se introduce la categoría estrategias de reproducción que


se recupera como central en este abordaje. La misma alude al conjunto de acciones que las per-
sonas llevan a cabo para garantizar su reproducción social y que adquiere particularidades en un
contexto de desigualdad profunda como el actual.

Desde esta categoría resulta sumamente enriquecedor el develamiento que aporta Massa (2010)
de la multiplicidad de prácticas realizadas por los sectores populares, con un especial énfasis en
aquellas llevadas a cabo por las mujeres e incluso por los niños, para resolver la reproducción co-
tidiana de sus familias. Prácticas frecuentemente invisibilizadas, justamente porque no pueden
encuadrarse en la lógica del mercado, pero que son fundamentales en la posibilidad de sobrevi-
vencia de amplios sectores poblacionales. La “peregrinación” por los servicios sociales; la insis-
tencia en la demanda (muchas veces sostenida con largas horas de permanencia en los servicios);
la comunitarización del cuidado; la elaboración de alimentos caseros que luego son vendidos
por los niños pequeños; las ferias de ropa usada; el intercambio; la elaboración comunitaria
de alimentos; las fuentes de información sobre espacios que proveen recursos, la producción
familiar o barrial de alimentos; etc.; son habitualmente las actividades cotidianas que ocupan la
mayor cantidad del tiempo de las personas con las cuales los trabajadores sociales intervenimos
en nuestros espacios socio – ocupacionales. Y habitualmente las mismas no son reconocidas ni
mucho menos registradas para definir los objetivos de los procesos de intervención profesional.

Abonando a este análisis, Gutiérrez6 (2007:52) recupera de Pierre Bourdieu la noción de estra-

dimensiones inseparables y contradictorias: el acceso no mercantil a bienes y servicios, que dicho acceso sea consi-
derado en términos de derechos y que genere o propicie algún tipo de autonomía del sujeto en relación al mercado.

6 Resulta significante para la comprensión del tema la recuperación del proceso analítico realizado por Alicia Gutiérrez
(2007) que sintetiza más de diez años de intensa investigación de los habitantes de un barrio pobre de Córdoba, fun-
dado en la recuperación minuciosa de sus condiciones de vida así como de las estrategias que estas familias utilizan
para resolver sus necesidades. En el prólogo de su libro, Jean Claude Combessie (Gutiérrez 2007:9) afirma en relación
a la autora que la misma “elige en primer lugar invertir y luego superar la cuestión de las “carencias” para interrogarse
acerca de lo que “los pobres tienen”: de un análisis de la pobreza “objeto” se pasa al de los “recursos”, de las “movi-
lizaciones” y de las “estrategias” que se juegan en las interacciones entre “pobres” y “no pobres”.

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tegias de reproducción social como “conjunto de prácticas fenomenalmente muy diferentes, por
medio de las cuales los individuos y las familias tienden, de manera consciente o inconsciente, a
conservar o a aumentar su patrimonio y correlativamente a mantener o mejorar su posición en la
estructura de las relaciones de clase” (Bourdieu: 1988ª:122). Esta aproximación se operativiza a
partir de “los conceptos de “campo” entendido como sistema de posiciones y de relaciones entre
posiciones y de “capital” entendido como conjunto de bienes específicos que definen las posicio-
nes ocupadas en un campo específico, es decir en un sistema de relaciones siendo este conjunto
analizable a partir del volumen y de las especies de capital” (Gutiérrez: 2007. 54). Los tipos de
capitales que la autora recupera de Bourdieu son el capital cultural, el capital económico, el
capital social y el capital simbólico. Esta mirada sobre la cuestión, como adelantábamos, habilita
un corrimiento desde aquello que “se carece” a “lo que se tiene” al construir el conocimiento
de los sujetos de análisis. Debe agregarse además que la noción de capital desde la perspectiva
marxista alude no a una cosa sino a una relación social. En tal sentido, la autora nos interpela
con respecto a la consideración de las familias pobres como aquellas marginadas, o que están al
margen. Estos grupos familiares no están al margen de la sociedad, afirma, sino que “forman
parte de ella, ocupando las posiciones dominadas del sistema y que, por lo tanto, no pue-
den estudiarse sus estrategias de manera aislada sino intentando analizar las relaciones que
ellas mantienen con los sectores dominantes…” (Gutiérrez: 2007.51)

Las estrategias de reproducción entonces, solo pueden ser reconstruidas considerando el te-
rritorio donde las personas transitan su vida cotidiana. Dicho espacio singulariza los modos de
apropiación de lo público y de resolución de las necesidades de los sujetos. La posibilidad de
acceso esta significativamente condicionada por el anclaje territorial. Ello no puede descono-
cerse desde sus implicancias en la reproducción social. Pensar, en la línea de lo desarrollado por
Topalov (2006)7 que el sentido de la ciudad es proveer al capital las condiciones para que sea
factible la reproducción ampliada de la fuerza de trabajo, se constituye un insumo necesario
para la comprensión del tema sin el riesgo de caer en explicaciones reduccionistas.

Finalizando esta aproximación sustentada en la intencionalidad de comprender las estrategias


de reproducción, recuperamos nuevamente a Massa (2017) quien aporta para el análisis de las
mismas el significado y las expresiones diversas de los procesos de desprivatización, desmercan-
tilización y desnaturalización, en tanto procesos cuyo develamiento en algún sentido interpela
a las miradas hegemónicas sobre las necesidades consolidadas desde lógica mercantilista.

Desde lo desarrollado por la autora, la desprivatización alude al sentido social de la reproduc-


ción, reconociendo que no pueden igualarse las relaciones sociales con las relaciones de clase,
existen desigualdades que las profundizan significativamente: de género (patriarcado), de etnia
(eurocentrismo), de edad (adultocentrismo), de identidad, etc.

La desmercantilización, sobre la cual ya se ha hecho referencia, implica básicamente la reso-


lución de las necesidades por fuera de la órbita del mercado.

7 Se considera la relevancia para el conocimiento de las condiciones de vida así como de las estrategias de las familias
en situación de pobreza los aportes de Christian Topalov sobre las particularidades de la urbanización capitalista,
elaboradas a partir de la experiencia europea y principalmente francesa. Topalov conceptualiza la crisis de la ciudad
capitalista, desde el reconocimiento de sus expresiones en las luchas populares contra los efectos de dicha crisis
(subempleo, pobreza, carencia de viviendas y de equipamientos colectivos, opresión en todos los aspectos de la vida
cotidiana) y, también contra sus raíces. Introduce vinculaciones entre el rechazo a la explotación indirecta propia
de la ciudad capitalista con el rechazo a la explotación directa en la empresa y en el camino de esta convergencia
vislumbra el camino al cambio social.

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Y la desnaturalización que se plantea desde un sentido integral cuando se producen las dos
anteriores conjuntamente, posibilitando una mirada que interpela los modos de vida y de
producción, entendiendo los mismos como construcción y decisión del hombre y en tal sentido
posibles de ser modificados o incluso transformados. La desnaturalización es necesariamente un
proceso colectivo.

Algunas consideraciones finales

Recuperando la expresión de Topalov (2006:6) de lo que se trata finalmente, es de “Compren-


der para luchar mejor”. En ello se centran las posibilidades de nuestro aporte en términos de
ruptura como intelectuales y trabajadores de lo social en el contexto del capitalismo contem-
poráneo.

Podemos afirmar que nuestros procesos de intervención como trabajadores sociales no pueden
ser abordados sin la consideración de insumos analíticos que problematicen el territorio como
espacio singular donde asumen particularidades las expresiones de la desigualdad así como de
las estrategias de reproducción de los diferentes grupos sociales que los habitan.

Pensar el Trabajo Social desde una perspectiva histórico crítica implica considerar que debe ser
inherente a los procesos de intervención estrategias profesionales que permitan la desnaturali-
zación de la vida del otro desde el otro, habilitando el develamiento de las determinaciones de
la vida cotidiana.

La desnaturalización se constituye entonces, en punto de partida y punto de llegada del hori-


zonte profesional.

BIBLIOGRAFÍA

Federación Argentina de Unidades Académicas de Trabajo Social (FAUATS) Documento N° 3 Pu-


blicación 2007.
Gutiérrez Alicia B. (2007) Pobre´ como siempre… Estrategias de reproducción social de la pobre-
za. Un estudio de caso. Ferreyra Editor. Córdoba. Argentina
Heller Agnes (1986) Teoría de las necesidades en Marx. Ediciones Península. Barcelona 1978.
Segunda edición.
Lessa Sergio (2014) Para comprender la ontología de Lukács. Editorial Dynamis. La Plata. Argen-
tina.
Lessa Sergio (1999) El proceso de producción y reproducción social: trabajo y sociabilidad. Pu-
blicado en “Capacitação en Serviço Social”. CEAD-UNB.
Lukács Gyorgy (2004) Ontología del ser social: el trabajo. 1° edición. Editorial Herramientas.
Buenos Aires.
Massa Laura (2017) Desmercantilización de necesidades: apuntes para el debate. U.N.Lu.
Massa Laura (2010) Estrategias de reproducción social y prácticas de consumo. En Massa Laura

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“Estrategias de sobrevivencia de sectores populares e intervención profesional en el marco
de la Economía Social”. Luján. U.N.Lu.
Topalov Chistian (1986) De la “cuestión social” a los “problemas urbanos”: Los reformadores y la
población de la metrópolis a principios del siglo XIX en
Danani Claudia (Org.) Políticas Sociales y Economía Social: debates fundamentales. Bs As. UNGS.
Editorial Altamira. Fundación OSDE.
Topalov Chistian (2006) La urbanización capitalista. Algunos elementos para su análisis. México.
Edicol.

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