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societario
Sociedades comerciales, civil y cooperativa
3a reimpresión
aUUD
EDITORIAL ASTREA
DE ALFREDO Y RICARDO DEPALMA
CIUDAD DE BUENOS AIRES
2 0 00
Ia edición, 1997.
Ia reimpresión, 1998.
2a reimpresión, 1999.
3a reimpresión, 2000.
© EDITORIAL ASTREA
DE ALFREDO Y RICARDO DEPALMA SRL
Lavalle 1208 - (C 1048 AAF) Ciudad de Buenos Aires
ISBN: 950-508-482-X
A Marizú,
Emma y su "panza ",
por las horas robadas.
ADVERTENCIA PRELIMINAR
EFRAÍN H. RICHARD
ÍNDICE GENERAL
Advertencia preliminar IX
PARTE PRIMERA
CAPÍTULO PRIMERO
NOCIONES PREVIAS
A) L A SOCIEDAD
§ 1.
Caracterización 1
§ 2.
Origen y evolución 2
§ 3.
Función económica 5
§ 4.
Concepto 6
a) Sociedad en sentido estricto o propio 7
b) Sociedad en sentido amplio o lato 11
c) Conclusión 13
§ 5. Sociedad civil y sociedad comercial. Diferencias de régimen ... 16
§ 6. La unificación. Proyectos legislativos y tendencias doctrina-
les 18
§ 7. Introducción 20
XII ÍNDICE GENERAL
§ 8. Empresa 20
§ 9. Asociación 21
§ 10. Mutual 21
§ 11. Fundación 22
§ 12. Cooperativa 22
§ 13. Habilitación 22
§ 14. Comunidad 23
§ 15. Concubinato 24
§ 16. Consorcio de propietarios 25
§ 17. "Joint venture" 25
§ 18. Contratos parciarios, arrendamientos y aparcerías rurales y con-
tratos con cláusulas de resultado (locaciones, préstamos) 25
C) L A ORGANIZACIÓN DE LA EMPRESA
§ 19. Caracterización 26
§ 20. Empresa y sociedad 28
a) La organización empresaria 29
b) Organización societaria 30
§ 21. Formas jurídicas de organización: actuación individual, asocia-
tiva y societaria 32
§ 22. Personalidad de las sociedades 34
a) Teorías sobre la personalidad 36
1) De la ficción 37
2) Teorías negatorias de la personalidad 37
3) Teoría de la realidad jurídica 37
4) Teoría de la institución 40
b) Personalidad. Recurso técnico. Bien jurídico tutelado .... 41
c) Principio jurídico de división patrimonial 42
d) Personalidad y limitación de responsabilidad 43
1) La voluntad como genética de la personalidad y sus efec-
tos 43
2) El mantenimiento de la personalidad 45
3) La personalidad jurídica, un problema de política jurídica 45
ÍNDICE GENERAL <N.II¡
e) Atributos de la personalidad 46
1) Capacidad 46
a) Capacidad o imputabilidad 46
b) "Ultra vires" 46
2) Patrimonio 47
3) Nombre 48
4) Domicilio 48
5) Nacionalidad 48
D) E L PRINCIPIO DE LA TIPICIDAD.
TIPICIDAD SOCIETARIA Y TIPOS DE SOCIEDAD
§ 23.
Introducción 49
§ 24.
Efectos de la tipicidad societaria 50
§ 25.
'iter" genético 51
§ 26.
Tipicidad de la relación societaria 52
§ 27.
Tipicidad de primer grado o tipología societaria 54
a) Fin común 54
b) Actividad en común 55
c) Organización y fin común 56
d) Generación de un patrimonio social. Aportes 57
e) La diferenciación 58
f) Conclusión 58
§ 28. Tipicidad de segundo grado o tipicidad societaria 58
§ 29. Efectos de la personalidad 59
a) Diferenciación con los efectos del tipo 60
b) Otros efectos 60
1) Los terceros 60
2) Nulidad y atipicidad 60
3) La oponibilidad de la sentencia a los socios 61
4) La desimputación 61
§ 30. Clasificaciones 62
a) Económico-jurídico 62
b) Jurídico 62
c) Conforme a las formas sociales típicas 62
d) Sociedades por acciones y otras 63
e) Artículo 57 de la LSC 63
f) Derecho positivo comercial 63
1) Colectiva 64
2) En comandita simple 64
3) De capital e industria 64
4) De responsabilidad limitada 64
XIV ÍNDICE GENERAL
CAPÍTULO II
C) NORMATIVA
§ 46. Introducción 91
1) SUJETOS
§ 47. Introducción 93
§ 48. Consentimiento 94
a) Falta de consentimiento 96
b) El aspecto de los vicios 98
c) Análisis en materia societaria 100
1) Error en materia del acto constitutivo societario 100
2) Dolo 104
3) Fuerza física irresistible e intimidación 106
4) Lesión subjetiva 107
5) Fraude 108
6) Simulación 108
§ 49. Capacidad 110
a) Capacidad y legitimación 111
b) Menores de edad 113
1) Emancipado por matrimonio 113
2) Emancipado por habilitación de edad 114
3) Autorizado o habilitado para el ejercicio del comercio 115
4) Asociado al comercio del padre, de la madre o de am-
bos 115
5) Menor de dieciocho años cumplidos que celebre con-
trato de trabajo o que hubiere obtenido título habilitante 116
6) Menores no comprendidos en los puntos precedentes.. 117
a) Sujeto a patria potestad 117
b) Sujeto a tutela 118
c) Asociado en cooperativa 119
c) Dementes y sordomudos 119
d) Otras situaciones 119
XVI ÍNDICE GENERAL
2) OBJETO
3) CAUSA
4) FORMA
5) INVALIDEZ VINCULAR
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
GESTIÓN SOCIAL
A) INTRODUCCIÓN
B) ADMINISTRACIÓN Y REPRESENTACIÓN
2) INTERVENCIÓN JUDICIAL
DE SOCIEDADES COMERCIALES
D) ACTAS
E) DOCUMENTACIÓN Y CONTABILIDAD
CAPÍTULO V
A) INTRODUCCIÓN
B) RESOLUCIÓN PARCIAL
C) DISOLUCIÓN
D) LIQUIDACIÓN
PARTE SEGUNDA
TIPOLOGÍA
CAPÍTULO VI
SOCIEDADES DE PERSONAS
A) SOCIEDAD COLECTIVA
D) D E LA SOCIEDAD CIVIL
CAPÍTULO VII
A) CONSIDERACIONES GENERALES
B) CAPITAL SOCIAL
§ 198.
Noción 363
§ 199.
Suscripción 364
§ 200.
Integración 364
§ 201.
Prestaciones accesorias 365
§ 202.
Aumento de capital 366
§ 203.
Responsabilidad de los socios por la integración de los apor-
tes, comparación con otros tipos de sociedad 366
§ 204. Cuotas suplementarias 366
C) ÓRGANOS SOCIALES
1) INTRODUCCIÓN
4) FISCALIZACIÓN
Ej COPROPIEDAD DE CUOTAS
CAPÍTULO VIII
SOCIEDAD ANÓNIMA
A) CARACTERIZACIÓN
1) CONSIDERACIONES GENERALES
2) CONSTITUCIÓN E INSCRIPCIÓN
c) Contenido 407
d) Plazo de suscripción 408
e) Las obligaciones de los promotores 409
f) Asamblea constitutiva 409
g) Orden del día 410
h) Votación 411
i) Mayorías 411
j) Publicidad e inscripción 411
k) Recursos contra las decisiones regístrales 412
§ 242. Responsabilidad de los fundadores, promotores, suscriptores
y directores: liberación 412
B) CAPITAL SOCIAL
1) PRINCIPIOS
4) D E LOS BONOS
C) ASAMBLEA DE ACCIONISTAS
1) GENERALIDADES
3) CONTRATOS PARASOCIETARIOS
4) DERECHO DE RECESO
1) D E LA ADMINISTRACIÓN EN GENERAL
§ 325. Cuructcri/aciiJii -• ¡ 0
§ 326. Evolución 510
§ 327. Imputabilidad de los actos societarios 512
2) DIRECTORIO
§ 339.
Reuniones 535
§ 340.
Comité ejecutivo 535
§ 341.
Gerentes : 536
§ 342.
Remuneración. Formas. Límites 537
§ 343.
Responsabilidad. Causales 538
aj Contratación con la sociedad 540
b) Interés contrario 541
c) Actividad en competencia 542
§ 344. Exención y extinción. Derecho de minorías 542
§ 345. Acciones de responsabilidad, condiciones y efectos. Dere-
cho de minorías 543
a) Acción social 544
b) Acción individual 547
c) Plazo de ejercicio 548
§ 346. Acción de impugnación de decisiones del directorio 549
a) La impugnación. Medidas cautelares 550
b) Prescripción de la acción 551
E) FISCALIZACIÓN
1) PRIVADA
2) ESTATAL
CAPÍTULO IX
CAPÍTULO X
CAPÍTULO XI
B) ADMINISTRADORAS DE FONDOS
DE JUBILACIONES Y PENSIONES
CAPÍTULO XII
SOCIEDADES COOPERATIVAS
PARTE TERCERA
CAPÍTULO XIII
CONCENTRACIÓN ECONÓMICA
A) INTRODUCCIÓN
B) PARTICIPACIÓN, VINCULACIÓN
Y CONTROL ENTRE SOCIEDADES
C) L A DENOMINADA INOPONIBILIDAD
DE LA PERSONA JURÍDICA.
DESESTIMACIÓN DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA
CAPÍTULO XIV
CONTRATOS DE COLABORACIÓN
A) INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO XV
REORGANIZACIÓN SOCIETARIA
A) TRANSFORMACIÓN
B) FUSIÓN
C) ESCISIÓN
CAPÍTULO XVI
§ 518.
Introducción 847
§ 519.
Ley aplicable 848
§ 520.
Tipo desconocido 849
§ 521.
Contabilidad 850
§ 522.
Representante 850
§ 523.
Emplazamiento en juicio 851
§ 524.
Constitución de sociedades u otorgamiento de contratos de
colaboración 851
§ 525. Sociedad con domicilio o principal actividad en el país .:.... 856
P A R T E CUARTA
INEFICACIA E IRREGULARIDAD
CAPÍTULO XVII
RÉGIMEN DE NULIDAD. LA INEFICACIA SOCIETARIA
A) CARACTERIZACIÓN
CAPÍTULO XVIII
CAPÍTULO XIX
SOCIEDAD EN FORMACIÓN
Bibliografía 935
PARTE PRIMERA
CAPÍTULO PRIMERO
NOCIONES PREVIAS
A) L A SOCIEDAD
1
Díaz Moreno, Las sociedades mercantiles, en Jiménez Sánchez (coord.),
"Lecciones de derecho mercantil", p. 142.
2
De acuerdo al art. 1678 del Cód. Civil español, la sociedad particular es la
que "tiene únicamente por objeto cosas determinadas, su uso o sus frutos, o una
empresa señalada, o el ejercicio de una profesión o arte".
3
Puede reconocerse la sociedad universal de todos los bienes presentes, a
"aquella por la cual las partes ponen en común todos los que actualmente les per-
tenecen, con ánimo de partirlos entre sí, como igualmente todas la ganancias que
adquieran con ellos" (art. 1673, Cód. Civil español), diferenciándose de la sociedad
universal de todas las ganancias "que comprende todo lo que adquieran los socios
con su industria o trabajo mientras dure la sociedad" (art. 1675, Código citado).
4 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
4
Es poco clara la evolución legislativa en este aspecto, pues mientras se acep-
ta comanditarios ocultos o partícipes ocultos en las llamadas sociedades accidentales
-donde limitan su riesgo al aporte-, se sanciona al socio oculto con responsabilidad
solidaria o sea sin limitación de riesgo (ver el art. 34, párr. 2o, LSC, que remite a
la responsabilidad del socio de la sociedad colectiva).
NOCIONES PREVIAS 5
5
Zanelli, La nozione, cit. por Fontanarrosa, Derecho comercial argentino, t.
I, p. 3Q, nota 63, expresando que "la verdad es que la sociedad puede ser un contrato;
más aún, se puede llegar a precisar que, en el sistema legislativo, ella debe ser un
contrato; pero no debe ser un contrato (o bien, no es necesario que lo sea) bajo el
aspecto de su esencia estructural y funcional, como noción sociológica y dato jurí-
dico puro; la contractual es una forma posible y, legislativamente, hasta una forma
necesaria, dentro de ciertos límites y según ciertas interpretaciones; pero la necesi-
dad en este caso es mero producto de una sobreestructura jurídica; es (si puede ex-
presarse así) una necesidad inesencial que se plantea como ficción y que no penetra
en la sustancia de la institución, y sobre todo, no la califica conceptualmente" (la
bastardilla es nuestra).
6 España admite la sociedad anónima de un solo socio, y la sociedad de res-
ponsabilidad limitada unipersonal es receptada en Alemania, Suiza, Austria, Licch-
tenstein, siendo lícitas en el derecho inglés para las publie y las prívate company
(conf. De Sola Cañizares, La sociedad en participación, p. 14 y siguientes).
7
El fin lucrativo no parece entonces indispensable en la noción jurídica, co-
rrespondiendo a una decisión de política legislativa, ya alejada de nuestro sistema,
tanto por las disposiciones del Código Civil como por el art. 3 o de la LSC.
NOCIONES PREVIAS 9
5) El elemento que perfila mejor la existencia de una sociedad
es el de organización (por lo menos en la sociedad exteriorizada,
que es la única que puede configurar una sociedad en sentido estric-
to), que implica el aparecer como negociando a nombre colectivo.
La sociedad estará caracterizada por la actividad en común, ex-
teriorizada (a nombre colectivo), con finalidad común, con partici-
pación en las utilidades y pérdidas, en el caso de haber sido adop-
tada por un negocio contractual.
No bastará una mera participación que sólo caracterizará un ne-
gocio participativo o parciario, distinto a configurar una sociedad8.
Quizás el elemento que determine la tipicidad de la relación socie-
taria -cuando son dos o más personas- es el ejercicio del control,
de un control más allá de una simple vigilancia, concretado en la
posibilidad de intervenir o interferir en la decisión9.
8
Como expresa Brunetti: "Querer fijar la atención sobre la división de la pér-
dida y de la ganancia, y decir que asociante y partícipe corren juntamente con el
riesgo del negocio, en la misma medida que los socios de una sociedad mercantil,
equivale a amputar arbitrariamente el objetivo que caracteriza el contrato de socie-
dad, lo que llevaría a formar la categoría del contrato de sociedad con tal amplitud
que comprendería incluso la asociación en participación, pero al propio tiempo, tan
indefinido que no tendría significado ni contacto con la estructura de la sociedad.
El reparto de las pérdidas y los beneficios no es por sí solo el rasgo típico del con-
trato de sociedad, siéndolo, en cambio, en relación con la puesta en común de cuanto
sea preciso para una gestión común. Si hay, por lo tanto, una división de ganancias
y pérdidas, faltando la comunidad de medios y la comunidad de voluntades que pon-
gan de relieve la división del riesgo, no podrá decirse, basándose únicamente en la
citada división de ganancias y pérdidas, que nos encontramos en presencia de un
contrato de sociedad" (Tratado, t. I, p. 37).
9
Messineo, Manual, t. IV, p. 3; al referirse a la asociación en participación,
expresa que "se trata de un contrato de colaboración para realizar un negocio o una
actividad de cuyo resultado participarán ambas partes (fin común) en la proporción
convenida (ganancias y pérdidas); pero el participado no interviene en la gestión del
negocio ni concurre a la formación de una voluntad colectiva... ésta se expresa (y
también se agota) en el derecho a las utilidades y en la sujeción a las pérdidas,
concebida como el mero derecho de crédito y derecho frente al asociante". En
la misma línea, dice Fariña, al efectuar el estudio de los que denomina contratos
asociativos en sentido propio: "En estos contratos, cuyo mejor exponente (aunque
no el único) es el de sociedad, no existe un asociante y uno o más asociados, sino
que cada parte participa directamente y a título jurídicamente igualitario en el ne-
gocio o en la empresa común (aunque sea por medio del sujeto colectivo o socie-
dad), con intervención directa o indirecta en la gestión de los negocios comunes,
con la facultad de concurrir a la formación de la voluntad colectiva y con derecho
10 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
11
El concepto de personalidad jurídica debe ser distinguido del de tipicidad
del sujeto o contrato. Cuando se habla de "personalidad jurídica" se dice que hay
subjetivízación de alguna clase, pero queda pendiente la determinación de la clase
de que se trata (Girón Tena, Derecho de sociedades, p. 164).
12
Conf. Richard, Sociedad y contratos asociativos, p. 124, y Organización
asociativa, p. 107 y siguientes.
13
En dicha nota dice que "lo mismo sería del contrato por el que dos vecinos
comprasen en común un terreno para proporcionarse un lugar de paseo, o una má-
quina para explotarla privativamente cada uno a su turno" (se anticipó al contrato
de agrupamiento de colaboración regulado recién en el año 1983). Asimismo: "Tro-
plong sostiene que en estos casos hay sociedad, porque hay un beneficio apreciable
en dinero". Y agrega: "Pero ese beneficio no es divisible entre los partícipes de la
cosa, tal como se entiende la división entre los socios, condición esencial de toda
sociedad. La utilidad debe ser apreciable en dinero (art. 2055, Cód. de Chile) y no
una utilidad meramente moral. Las hermandades religiosas, las sociedades para ob-
jetos de beneficencia no son sociedades civiles, aunque lleven el nombre de socie-
dades".
12 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
14
Lessa, Una modesta proposición, ponencia presentada al Congreso Argen-
tino de Derecho Comercial, vol. 2, p. 91 y siguientes.
15
Para determinar claramente lo que puede conceptualizarse como sociedad
en e¡ esquema proyectado, consecuente con lo referido a la sociedad en participa-
ción, debemos subrayar que dentro del derecho comparado la misma puede o no
tener carácter accidental o de permanencia, puede tener un único gestor o una plu-
ralidad de ellos, etcétera. Sobre la association momentanée, joint venture y otras
formas participativas, ver Richard, Sociedad y contratos asociativos, p. 148 y ss., y
Negocios de participación, p. 35 y siguientes.
NOCIONES PREVIAS 13
un tonel sin fondo al involucrar todos los negocios asociativos -con
el tope de licitud-. Ese concepto lato de sociedad comprende: las
sociedades accidentales, los joint ventures, los negocios parciarios,
la sociedad interna, la sociedad de hecho no exteriorizada, la socie-
dad momentánea, la sociedad sin patrimonio, la sociedad oculta, los
negocios parciarios de arrendamiento, de crédito, relaciones de
agrupamiento y coordinación, incluso las relaciones parasocietarias,
como la sociedad con el socio, los contratos de sindicación de ac-
ciones, pudiendo incluirse el condominio o el mutuo participativo,
etcétera.
c) CONCLUSIÓN. En su concepción moderna debemos destacar
el abandono de la presentación de la sociedad como un contrato,
ante la acentuación de figuras típicas publicitadas. De un concep-
to amplio de la societas a un concepto estricto de sociedad, que des-
taca su exteriorización en relaciones de duración, con unificación
de las relaciones internas y externas, con reconocimiento de perso-
nalidad y exteriorizada como negocio en nombre de la sociedad.
Conforme a su caracterización como medio técnico disponible
por una decisión negocial, incluso unilateral como veremos, muchas
legislaciones omiten su definición o conceptuación que resulta del
contenido del acto constitutivo, que adquiere efectos especiales con
la inscripción (personificación o, por lo menos, oponibilidad). La
definición no es obligatoria16.
16
El Código de Comercio de Honduras de 1950 no contiene una definición
de la sociedad comercial y se limita en su art. 13 a enumerar las sociedades legis-
ladas. Entre otras legislaciones podemos observar las soluciones en la ley uruguaya
16.060, que en su art. Io dispone: "Habrá sociedad comercial cuando dos o más
personas, físicas o jurídicas se obligan a realizar aportes para aplicarlos al ejercicio
de una actividad comercial organizada, con el fin de participar en las ganancias y
soportar las pérdidas que ella produzca". Por su parte, el art. 3 o establece: "Las
sociedades comerciales deberán adoptar alguno de los tipos previstos por esta ley.
Las sociedades comerciales que no se ajusten a lo dispuesto precedentemente, esta-
rán sujetas al régimen establecido en la sección V del capítulo I". La ley peruana
16.023, del 6/5/66, define a la sociedad en su art. Io: "Por el contrato de sociedad
varias personas convienen en aportar bienes o servicios para el ejercicio en común
de una actividad económica, con el fin de repartirse las utilidades. El contrato so-
cial, debidamente inscripto, origina una persona jurídica de derecho privado". El
art. 3 o expresa: "Son comerciales las sociedades que se constituyan con arreglo a
las disposiciones de esta ley". El art. 4 o prescribe: "El contrato de sociedad y todo
acto que lo modifique, debe constar en escritura pública e inscribirse en el registro
14 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
mercantil del lugar del domicilio de la sociedad y en los lugares donde establezca
sucursales". El art. 338 afirma: "Es irregular la sociedad que no se ha constituido
e inscripto conforme io dispone ia ley, la que no ha observado sus disposiciones al
transformarse, o la que continúa en actividad no obstante haber incurrido en una
causal de disolución prevista en la ley o en el contrato social". La ley general de
sociedades mercantiles, segunda parte, del Código de Comercio de México de 1933
dispone en su art. Io: "Esta ley reconoce las siguientes especies de sociedades mer-
cantiles: I) sociedad en nombre colectivo; II) sociedad en comandita simple; ///)
sociedad de responsabilidad limitada; IV) sociedad anónima; V) sociedad en co-
mandita por acciones, y VI) sociedad cooperativa". El art. 2o dispone: "Las socie-
dades mercantiles inscriptas en el RPC tienen personalidad jurídica distinta de la de
los socios... Las sociedades no inscriptas en el RPC que se hayan exteriorizado
como tales frente a terceros, consten o no en escritura pública, tendrán personalidad
jurídica". El Código Civil del Paraguay dispone en su art. 959: "Por el contrato de
sociedad dos o más personas, creando un sujeto de derecho, se obligan a realizar
aportes para producir bienes o servicios, en forma organizada, participando de los
beneficios y soportando las pérdidas". Por su parte, el art. 967 establece: "Las so-
ciedades adquieren la personalidad jurídica desde su inscripción en el registro co-
rrespondiente. Las sociedades anónimas y cooperativas requieren, además, la au-
torización gubernativa previa. La falta de registro no anulará el contrato, pero la
sociedad no adquirirá el dominio ni derechos reales sobre los bienes registrables
aportados por los socios. No será oponible a tercero ninguna estipulación no re-
gistrada". El art. 98 del Cód. de Comercio colombiano prescribe: "Por el contrato
de sociedad dos o más personas se obligan a hacer un aporte en dinero, en trabajo
o en otros bienes, apreciables en dinero, con el fin de- repartirse entre sí las utilida-
des obtenidas en la empresa o actividad social. La sociedad, una vez constituida
legalmente, forma una persona jurídica distinta de los socios individualmente con-
siderados". El art. 110 del citado Código expresa: "La sociedad comercial se cons-
tituirá por escritura pública en la cual se expresará...". Por su parte, el art. 116
dice: "Las sociedades no podrán iniciar actividades en desarrollo de la empresa so-
cial sin que se haga el registro mercantil de la escritura de constitución y el civil
cuando haya aportes de inmuebles... Los administradores que realicen actos dispo-
sitivos sin que se hayan llenado los requisitos exigidos en este artículo, responderán
solidariamente ante los asociados y ante terceros de las operaciones que celebren o
ejecuten por cuenta de la sociedad, sin perjuicio de las demás sanciones legales".
A su turno, el art. 11 dispone: "La existencia de la sociedad y las cláusulas del
contrato se probarán con certificación de la cámara de comercio del domicilio...".
El título VII del libro II del Código de Comercio de Chile, en su art. 348 dispone:
"La ley reconoce tres especies de sociedad: 1) sociedad colectiva; 2) sociedad anó-
nima; i ) sociedad en comandita. Reconoce también la asociación o cuentas en par-
ticipación". El art. 357 manifiesta: "La omisión de la escritura social o de su ins-
cripción en el registro de comercio produce nulidad absoluta entre los socios.
Estos, sin embargo, responderán solidariamente a los terceros con quienes hubieren
contratado a nombre y en interés de la sociedad de hecho". En la ley de sociedades
NOCIONES PREVIAS 15
anónimas de 1981 (18.046), el art. Io preceptúa: "La sociedad anónima es una per-
sona jurídica formada por la reunión de un fondo común, suministrado por accio-
nistas responsables sólo por sus respectivos aportes y administrada por un directorio
integrado por miembros esencialmente revocables. La sociedad anónima es siem-
pre mercantil, aun cuando se forme para la realización de negocios de carácter
civil". El art. 3 o establece: "La sociedad anónima se forma, existe y prueba por
escritura pública inscripta y publicada en los términos del art. 5 o ". El art. 6o pres-
cribe: "No existe la sociedad en cuya constitución se haya omitido el otorgamiento
de la escritura social o la oportuna inscripción o publicación de su extracto".
16 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
tipo de los previstos por la ley17, pues la expresión exigiría una ha-
cienda productiva. El art. 31 de la LSC que permite la sociedad
holding (de administración de cartera de acciones), contradice la de-
finición.
Como vemos, en el art. Io de la ley se siguen dos criterios: por
un lado el estructural de organización y tipicidad, y por el otro lado
el conceptualista de la "producción o intercambio de bienes o ser-
vicios".
El proyecto de reformas a la ley de sociedades comerciales
(res. MJ 465/91) adicionó al art. Io de la LSC la expresión "o a in-
versión"18, puesto que, como se refiere en las notas explicativas, "en
la definición de 'sociedad típica' del art. Io se incluye expresamente
a las de inversión, para poner término a las dudas que parecen
haberse presentado sobre si las holding son o no una sociedad en
esta ley.
17
Conf. Malagarriga, En torno al concepto de sociedad comercial, RDCO,
1969-561. Ver Halperin, Sociedades comerciales. Parte general, p. 199, quien, ci-
tando a Brunetti, expresa que "la sociedad es el medio técnico por el cual se hace
posible la actuación colectiva en una actividad económica, normalmente organizada
durablemente como empresa".
18
El texto completo del art. Io del referido proyecto expresa: "Habrá socie-
dad a los fines de esta ley cuando una o más personas, en forma organizada confor-
me a uno de los tipos previstos en el capítulo II de este título I, se obliguen a realizar
aportes para aplicarlos a la producción o intercambio de bienes o servicios, o a in-
versión, participando de los beneficios y soportando las pérdidas".
NOCIONES PREVIAS 17
permitía originariamente calificar como comercial a una sociedad19,
ha sido eliminada.
Pero la actividad mercantil va generando una serie de estruc-
turas societarias complejas que se califican como comerciales, inde-
pendientemente de su actividad: sociedad por acciones, comandita
por acciones y sociedad de responsabilidad limitada.
La comercialidad por la estructura se acentúa en la LSC, donde
aún la sociedad colectiva es comercial cualquiera sea su actividad20,
y correlativamente gran parte de la doctrina acepta que la sociedad
civil es un tipo societario que puede tener actividad civil o comer-
cial, partiendo de la inexistencia de prohibiciones en tal sentido al
modificar la LSC al Código de Comercio donde mantenía la exclu-
sividad de actos de comercio para las sociedades mercantiles.
Se genera un desplazamiento paulatino del acto a la estructura
para la calificación de mercantil de las sociedades, a la par que esa
indiferenciación de actos facilita una tendencia a la unificación del
derecho societario, que se asienta sobre la personificación de las es-
tructuras como simplificación de la actividad unificada para el logro
del fin específico.
La caracterización de la sociedad se perfila como un medio téc-
nico-jurídico a disposición de las actividades económicas.
Las diferencias de régimen entre sociedad civil y mercantil son
las siguientes:
a) La sociedad civil debe ser constituida por escritura pública
(art. 1184, inc. 3 o , Cód. Civil); la comercial basta que se forme por
instrumento público o privado (art. 4o, LSC), a excepción de la so-
19
En efecto, antes de la sanción de la LSC, la distinción entre la sociedad
civil y comercial se hacía por el objeto: cuando el objeto de la sociedad era la reali-
zación de actos de comercio (art. 8°, Cód. de Comercio) ésta quedaba sometida al
régimen mercantil; si el objeto era civil, en cambio, quedaba sujeta al sistema del
Código Civil, sin perjuicio de que existían ya sociedades que eran comerciales por
su forma (p.ej., SA y SRL) que, por lo tanto, eran siempre mercantiles, no en cuanto
a los actos que realizaban sino en cuanto a su forma, constitución, funcionamiento,
disolución y liquidación.
20
Sin embargo, el principio encuentra una excepción en el caso de las figuras
reguladas en la sección IV del capítulo primero de la propia LSC. Así, las que
tienen un objeto comercial quedan comprendidas en esa sección, de suerte tal que,
tratándose de sociedades de hecho, el carácter distintivo radica en el objeto.
21
Farmacia, despensa, carnicería, etcétera. Cfr. Etcheverry, Empresa y obje-
to social, RDCO, 1993-781; Colombres, Curso. Parte general, p. 116; Richard, So-
ciedad y contratos asociativos, p. 29 y ss., y Conservación de la empresa, "Anales
de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba", t. 25, p. 107
y siguientes.
NOCIONES PREVIAS 21
§ 9. ASOCIACIÓN. - En sentido lato, el concepto de asociación
(art. 3 o , LSC) comprende al de sociedad en una relación de género
a especie.
En ese sentido genérico, la asociación es la unión de personas
realizada por un determinado lapso con el objeto de llevar adelante,
organizadamente, una finalidad común. Dentro de esta caracteri-
zación puede incluirse a las sociedades, tanto civiles como comer-
ciales.
Pero en sentido estricto se generan diferencias, aunque ambas
sean sujeto de derecho, dispongan de un patrimonio y de una orga-
nización autogestante, fundamentalmente en que los asociados no
incorporan beneficios a su patrimonio de los incrementos del activo
de la asociación, aunque se beneficien con servicios que puedan me-
dirse económicamente, no distribuyéndose utilidades en sentido es-
tricto, careciendo de derechos en la liquidación del ente, que son
destinados a fines de bien público o pasan al Estado.
No obstante esa diferencia, el art. 3 o de la LSC autoriza a "las
asociaciones, cualquiera fuere su objeto, que adopten la forma de
sociedad bajo algunos de los tipos previstos", quedando sujetas a
sus disposiciones, o sea a la organización jurídica de una sociedad
típica.
Fuera de la estructura organizativa deberán aplicarse los prin-
cipios de la "asociación", tales como la finalidad altruista de no dis-
tribución de utilidades, ni propiedad por los socios del fondo de li-
quidación.
Si no se producen esos efectos distintivos estaremos frente a
una sociedad en sentido estricto, no sólo en cuanto a su organización
jurídica sino a la relación causal.
Éste constituye un ejemplo de que la sociedad no es un contrato
sino un sistema de organización.
una relación societaria (cfr. art. 104, ley 20.744). Este tema no es
de interés para las relaciones externas, pues si se tipificó la sociedad
no pueden alterarse los derechos de los terceros, sino que se refleja
en la tutela al dependiente, permitiendo alterar las relaciones inter-
nas ante la simulación de sociedad para encubrir la relación laboral.
22
Fernández de la Gándara, La atipicidad, p. 332.
23
Ferri, Le societá, p. 23, quien se opone críticamente a la contraposición
entre momento dinámico de la sociedad y momento estático de la comunidad. En
igual sentido, Fernández de la Gándara, La atipicidad, p. 334.
24 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
24
Favier Dubois (h.), Parte general, p. 48; Borda, Manual de derecho civil.
Contratos, p. 417.
25
Conforme el art. 21 de la ley 13.246, la aparcería constituye un contrato
mediante el cual una parte entrega a otra animales, o un predio rural (con o sin
mejoras y elementos de trabajo) que los recibe para la explotación agropecuaria,
con el objeto de repartirse entre las mismas los frutos resultantes de esa explota-
ción. Como se advierte, en esta hipótesis no se genera - a diferencia de lo que ocu-
rre con la sociedad- el nacimiento de un sujeto de derecho independiente y diferen-
ciado de la persona de los aparceros dador y tomador y, como consecuencia, el
contrato de aparcería no crea un patrimonio autónomo distinguible del patrimonio
de los contratantes.
26 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
C) L A ORGANIZACIÓN DE LA EMPRESA
26
Conf. Favier Dubois (h.). Parte general, p. 48 y la jurisprudencia que critica
("Cabeza, Manuel c/Vegliante, Ángel y otros", LL, 59-704), donde se resolvió que
era de sociedad el contrato por el cual el -club F. C. Oeste se obligó a facilitar su
estadio a una empresa de espectáculos, para el uso como pista de carreras para au-
tomóviles midget, recibiendo en retribución un porcentaje de las entradas, y en con-
secuencia el club fue responsabilizado como socio por los daños y perjuicios sufri-
dos por un espectador a raíz de un accidente, ocurrido durante el desarrollo de las
competencias.
27
Conf. Zaldívar y otros, Cuadernos de derecho societario, vol. I, p. 56.
2
« CComCap, 25/12/47. LL, 49-570.
NOCIONES PREVIAS 27
29
Pues como mentara Asquini, la empresa se manifiesta como un fenómeno
económico poliédrico, que jurídicamente presenta cuatro facetas: subjetiva, objeti-
va-patrimonial, funcional y corporativa (Profili dell 'impresa, "Scritti Giuridici",
1961, vol. VIII, p. 160).
30
Máxime si se tiene en cuenta que, como expuso Vincent Chuliá, con un
mismo término los juristas y economistas vienen refiriéndose, desde hace más de
un siglo, a realidades diversas que pueden reconducirse a dos nociones o conceptos:
a) empresa en sentido amplio, o propiamente dicha, célula social coincidente, en
cuanto espacio económico, con un patrimonio, cuyo titular puede ser una persona
física o jurídica. A ella viene referida la temática de la "reforma de la empresa",
de la "participación de los trabajadores en la empresa", de la sociedad como téc-
nica de organización de la empresa, etc., y b) empresa "en sentido estricto", lo que
Garrigues y Broseta Pont denominan "empresa", "establecimiento mercantil" para
Uría, "negocio" para Sánchez Calero, que es susceptible de constituir objeto de ne-
gocios jurídicos, de funcionar con una cierta independencia jurídica (concretada en
los poderes de su director o apoderado general) e incluso contable; protegida a veces
por el legislador como un valor económico que interesa a la colectividad.
31
Conf. Broseta Pont, La empresa, p. 168; Fariña, Contratos comerciales mo-
dernos, p. 18.
28 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
32
Así lo destacan, entre otros, Garrigues (Teoría general, p. 17), y Herschel,
(cit. por Brunetti, Diritto delle societá, vol. I, p. 57).
NOCIONES PREVIAS 29
33
Conf. Garrigues, Sociedades mercantiles, p. 18 y siguientes.
34
En nuestro medio, Le Pera ha destacado que la voz "empresa" se usa fre-
cuentemente en el sentido de empresario. Así, cuando se declara, por ejemplo, que
la empresa tiene la obligación de llevar libros o inscribirse en el registro, en realidad
se recurre a una figura de lenguaje para aludir al "titular" de la empresa (empresa-
rio), sea éste persona física o jurídica. No obstante, este uso erróneo, al que aca-
bamos de aludir, resulta frecuente entre nosotros por razones de comodidad y sen-
cillez de expresión (Cuestiones, p. 78).
35
Conf. Ferrara, Empresarios y sociedades, p. 27 y siguientes.
30 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
36
Así, Messíneo, Manual, t. I, p. 141; De Gregorio, Corso, p. 16.
37
Etzione, Organizaciones modernas, p. 4, cit. por Etcheverry, Formas jurí-
dicas de la organización de la empresa, p. 5.
NOCIONES PREVIAS 31
38
Conf. De Sola Cañizares. Las formas jurídicas de las empresas, RL, 1947-
46-906.
39
De Sola Cañizares, Tratado, cap. II.
40
Por cierto institución y régimen institucional designan, respectivamente,
una teoría filosófica y una situación de las legislaciones positivas tendientes a re-
emplazar el contrato por reglas imperativas contenidas en estatutos legales, situación
esta última a la que hacemos alusión exclusivamente; trátase, pues, de la "institu-
cionaüzación de la personificación jurídica".
NOCIONES PREVIAS 35
jurídica por la Corte de Justicia Internacional de La Haya para ca-
lificar, a los efectos de un reclamo por daños causados a funciona-
rios de las Naciones Unidas, la naturaleza jurídica de este organismo
internacional, afirmándose que es -al menos a tales efectos- una
persona jurídica.
Hace tiempo ya se ha sostenido con agudo ingenio que la so-
ciedad no es la suma de ¡os socios, sino algo que está más allá de
ellos, rebasando su personalidad física41.
Las leyes mercantiles modernas han adoptado en este punto di-
versos sistemas:
a) Para el derecho francés las sociedades comerciales gozan de
personalidad moral desde la fecha de su inscripción en el Registro
de Comercio, reconociéndose personalidad jurídica a todas las so-
ciedades mercantiles.
b) Para el derecho italiano, personas jurídicas son solamente
las sociedades por acciones. A las sociedades de personas se les
reconoce solamente autonomía patrimonial.
c) El legislador español, siguiendo al belga de 1873 ha esta-
blecido un sistema unitario, reconociendo la personalidad jurídica a
todas las sociedades, siempre que cumplan determinados requisitos
de publicidad. Sin escritura e inscripción no hay personalidad so-
cial; habrá una sociedad irregular, que es tanto como decir una pura
relación contractual de sociedad.
Persona jurídica o sujeto de derecho es todo ente susceptible
de adquirir derechos y contraer obligaciones, a través de su pro-
pia organización, o sea un centro autogestante de derechos y
obligaciones, debiendo tenerse en cuenta, para la consideración de
toda la temática de la personalidad jurídica, las normas del Có-
digo Civil, de fundamental gravitación en la materia (art. 30 y si-
guientes).
El derecho no puede ser ajeno para adecuar las normas a la
realidad económica y social que regula y a la actividad de los agen-
tes económicos. La persona jurídica es una creación del derecho
en relación a una realidad social, del mismo modo que la persona
es una creación del derecho en relación a una realidad corpórea.
1
Garrigues, Teoría general, p. 519.
36 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
42
Conf. Richard, Sociedades y contratos asociativos, p. 71 y ss.; Personalidad
de las sociedades civiles y comerciales, "Revista de Derecho Mercantil", 1989, n°
193/4, p. 851 y siguientes.
43
Estas teorías abandonan la posibilidad de formalizar una conceptualización
única, recurriendo al patrimonio de afectación a un fin preciso, a la noción del pa-
trimonio en mano común. Otros sostienen que cada ente genera una manifestación
de "personalidad" que no puede ser apreciada en un concepto único.
NOCIONES PREVIAS 37
44
Cfr. Salvat, Tratado. Parte general, t. I, p. 922.
38 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
45
Conf. Michoud, cit. por Salvat, Tratado. Parte general, t. I, p. 922.
NOCIONES PREVIAS 39
o centro de referencia de la actividad de los individuos que consti-
tuyen el sustrato de la personalidad jurídica, fundamental en esta
teoría. En efecto, la actividad de los que generan el negocio cons-
titutivo de la persona jurídica es referida al sujeto de derecho crea-
do, en vez de ser atribuida directamente al o a los sujetos indivi-
dualmente considerados.
En síntesis, la existencia de la sociedad comercial como sujeto
de derecho presupone la existencia de un punto de imputación nor-
mativa que reconoce como sustrato una declaración de voluntad que,
movida por una motivación específica, mediante la formalización de
una declaración de voluntad o acuerdo, de conformidad con las nor-
mas vigentes, actúan personas o bienes, constituyendo una unidad.
Mediante el nacimiento del sujeto de derecho -sociedad-, el o los
individuos o las personas jurídicas que la generan, constituyendo el
sustrato personal del ente y aportando bienes que conforman el sus-
trato patrimonial de él, crean para sus relaciones con terceros y entre
sí un único centro de imputación jurídica. En definitiva, el ente,
como centro de imputación, es el intermediario en la actividad co-
lectiva de los miembros con los terceros y en las relaciones entre sí.
El fenómeno se hace complejo en el asociacionismo de segundo gra-
do: las sociedades constituidas exclusivamente por otras sociedades
o personas jurídicas.
La persona jurídica o sujeto de derecho no constituye un fin
en sí misma sino que, por el contrario, es un instrumento de los
socios.
No se altera esta teoría cuando la declaración de voluntad cons-
titutiva, pública y formalmente expresada se corresponde a una úni-
ca persona física o jurídica46, que afecta ciertos bienes a una activi-
dad específica. La exteriorización de esa afectación bajo forma
societaria sólo está condicionada al reconocimiento legislativo, con-
forme a atender que la personalidad es un instrumento de técnica
jurídica disponible por política legislativa.
46
En nuestro derecho actual es ejemplo de eíio ¡a escisión, que importa un
acto unilateral colegial de creación de una o varias nuevas sociedades, también acep-
tada uniformemente por la doctrina y los proyectos de reformas en análisis, sean
del Código Civil o específicos de la ley de sociedades. Sobre el punto puede verse
La unificación del derecho privado, los contratos de participación y las sociedades,
"Revista de la Facultad", 1993, t. I.
40 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
47
De Benito, La personalidad jurídica de las compañías y sociedades mer-
cantiles, p. 98.
48
Ray, Persona jurídica y realidad económica, "Anales de la Academia Na-
cional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires", año XXXI, segunda época,
n° 24, p. 8 de la separata.
49
Conf. Saux, Las simples asociaciones y la ley 17.711, p. 83.
NOCIONES PREVIAS 41
Se plantea por último si las asociaciones irregulares de la últi-
ma parte del art. 46 del Cód. Civil son también sujetos de derecho.
Saux recuerda a Bouzat50: "No cabe argür con la responsabilidad
solidaria que la ley atribuye a los fundadores y administradores para
negar la personalidad de los entes corporativos cuyos actos consti-
tutivos no se hubieren ajustado a las formas establecidas por el art.
46, puesto que la cuestión de la personalidad del grupo no ha de
confundirse con la vinculación a la responsabilidad personal que
pueda incumbir a sus miembros, fundadores o administradores".
b) PERSONALIDAD. RECURSO TÉCNICO. BIEN JURÍDICO TUTELADO.
La atribución de la personalidad jurídica es un resorte técnico, un
expediente de unificación de relaciones jurídicas.
Pero es preciso centrar la atención en el porqué o para qué de esa
personalidad jurídica. Pareciera entreverse que ese porqué se co-
rresponde a una necesidad de seguridad o de tutelar algún bien jurí-
dico por parte del legislador. Éste reconoce como instrumento o téc-
nica jurídicos el de usar el recurso para crear centros de imputación,
como una forma de poner un paréntesis separando ciertas relaciones.
Esa necesidad se funda en la organización, desarrollo y estabi-
lidad de la empresa, y en el correlato de proteger los derechos de
los terceros que contratan en ocasión de esa actividad: la persona-
lidad es la protección máxima, la preferencia del crédito una menor
(v.gr., art. 1658, Proyecto de Unificación de 1987).
El concepto de persona es siempre el mismo51, pese a que apa-
rentemente -se ha sostenido- la personalidad se manifiesta con efec-
tos y modalidades diferentes. Ello deviene de la apariencia ex-
teriorizante, pues la personalidad se radica en diversos modelos
organizativos (tipos). Éstos son los que tienen diversa modalidad
y efectos. La personalidad es única: el centro imputativo con ca-
pacidad autogenerativa de relaciones una vez creado52.
50
Bouzat, Régimen de las simples asociaciones, en Morello y otros, "Examen
y crítica de la reforma del Código Civil", t. I, p. 215.
51
Muiño, La personalidad jurídica de las sociedades irregulares, ponencia
presentada al Congreso de Santa Rosa (La Pampa), abr. 1991 (ver su extracto en JA.
del 10/7/91. p. 7).
5
- Es por ello que el art. 54. párr. 3 o , de la LSC, se refiere no a la "inoponi-
bilidad de la personalidad jurídica", sino a la "inoponibilidad relativa de los efectos
del modelo organizativo" (tipo).
42 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
54
En tal sistema las sociedades personalistas no son personas jurídicas, aun-
que se les reconoce cierta subjetividad. Son personas jurídicas sólo las sociedades
en las que los socios limitan su responsabilidad (SA, SRL).
44 CONSTITUCIÓN. GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
55
Orgaz, Personas individuales, p. 3 y siguientes.
NOCIONES PREVIAS 47
56
De Castro y Bravo. La persona jurídica, p. 284.
48 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
D) E L PRINCIPIO DE LA TIPICIDAD.
TlPICIDAD SOCIETARIA Y TIPOS DE SOCIEDAD
57
Le societá di persone como ordinamenti giuridici non personifican, "Foro
Paduano", 1959-1-1132; Cario, // contratto, p. 88 y siguientes.
NOCIONES PREVIAS 51
58
Conf. Cario, // contralto, donde se refiere a la categoría de sujetos no per-
sonificados, de la cual forman parte la sociedad personal, el consorcio, el condomi-
nio, las asociaciones no reconocidas (ver p. 177 y ss., especialmente p. 189 y 198:
"Abbiamo affermato constantemente che il contratto plurilaterale associativo ha la
funzione di creare enti a estrutura corporativa").
59
Conf. Fernández de la Gándara, La atipicidad, p. 286 y 339.
52 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
60
Cámara, al referirse a nuestro libro Sociedad y contratos asociativos
(RDCO, 1988-487) expresa la síntesis de nuestro pensamiento como puede recibirse
externamente, en orden a la regulación de los contratos asociativos en el Proyecto:
"Los contratos asociativos reglados como género, sin disciplina especial, ya que
-como se sostiene- en sí mismo no tiene prácticamente regulación, el título 7. in-
clusive por la remisión de las asociaciones queda subsumido prácticamente en el
capítulo 3, 'De la sociedad, arquetipo de los contratos plurilaterales, comunidad de
derechos y de toda asociación, sin personalidad jurídica, tema librado a la jurispru-
NOCIONES PREVIAS 53
64
Seguiremos en la configuración del fin común, actividad común, organiza-
ción y determinación del género y la especie, entre otros autores, en forma principal
a Bolaffi, Fernández de la Gándara, Girón Tena, Fontanarrosa y Cario.
NOCIONES PREVIAS 55
rre el riesgo de confundir, desde un punto de vista lógico, fin común
y pluralidad de fines individuales homogéneos (causa motivo)65.
De esta forma, la esfera de figuras que por esta vía se acotarían
es tan amplia que prácticamente quedarían excluidos sólo los con-
tratos de cambio66. Esto lo habíamos anticipado. Encontramos así
que el fin común, como categoría conceptual autónoma, constituiría
un instrumento primario de identificación, apto únicamente para de-
tectar la existencia de relaciones asociativas difusas67.
Para acercarnos al concepto de sociedad en sentido estricto de-
be agregarse el uso funcional de los aportes, haciendo complejo el
contenido del fin común68, admitiendo que la esencia de la sociedad
y de los restantes fenómenos asociativos con relevancia frente a ter-
ceros no puede ser aprehendida exhaustivamente a través delfinco-
mún, como categorización autónoma distinta de la actividad en
común, y que sólo a través de esta última puede determinarse la
identidad funcional de las figuras negocíales examinadas.
b) ACTIVIDAD EN COMÚN. Ese uso funcional es la promoción en
común del fin por los socios; fin autónomo y actividad en común se
presentan como aspectos distintos de una realidad negocial única,
sincrética, de apreciaciones objetivas y subjetivas.
En la identificación de las figuras societarias, la posición cen-
tral corresponde más a la actividad común, resultando más adecuado
para designar el fenómeno de la solidaridad de intereses de los so-
cios en el fin u objeto sociales69.
En la sociedad en sentido estricto concurren los problemas y
las normas de los contratos, con los problemas y las normas de la
persona jurídica, por lo que es necesario distinguir cuándo se debe
partir del punto de vista del contrato y cuándo del de la persona
jurídica70.
63
Bolaffi, La societá semplice, p. 230.
66
Conf. Fernández de la Gándara, La atipicidad, p. 308.
67
Lessa, Una modesta proposición, vol. 2, p. 91 y siguientes.
68
Fernández de la Gándara, La atipicidad, p. 308.
69
Conf. Bolaffi, La societá semplice, p. 220.
70
Ascarelli, Principios y problemas, p. 56 y 57; Richard, Ensayo en torno al
concepto de sociedad, en "Anomalías societarias", p. 35. Con mayor amplitud ver
Bolaffi, La societá semplice, p. 133. Del examen de las normas positivas resulta
56 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
74
Borda, Tratado. Contratos, t. II, p. 207; Larenz, Derecho de obligaciones,
t. 2, p. 393.
75
Cario, // contrato, p. 87.
NOCIONES PREVIAS 59
Intentada la tipificación de la relación societaria, su dificultad
es la que impuso, en seguridad jurídica, incorporar los tipos socie-
tarios, o sea, las formas específicas previstas por la ley para reco-
nocer una manifestación societaria personificada.
La tipología societaria puede caracterizarse como opuesta a la
tipología del derecho penal. En materia penal se tipifican ciertas
conductas que constituyen delitos, de modo que si alguna conducta
no coincide exactamente con el tipo, ella no es punible. O sea que
lo que no esta prohibido está permitido. En cambio, en materia so-
cietaria, se tipifica lo permitido, de manera que lo que no está per-
mitido está prohibido: la ley sanciona con nulidad absoluta a la so-
ciedad que se constituya con un tipo no autorizado por la ley (art.
17, LSC)76. Se intenta tutelar a los terceros restringiendo el campo
de la autonomía de la voluntad. Dentro de ese esquema, si dos o
más personas contrataran sociedad bajo un tipo desconocido ella se-
ría nula, pero por el sistema de las "sociedades irregularmente cons-
tituidas", debería ser catalogada desde su inicio (nulidad absoluta
de la sociedad atípica con efecto ex tune) como sociedad de hecho
(sociedad "devenida" de hecho), con las responsabilidades consi-
guientes de sus socios en beneficio de los terceros.
76
Conf. Le Pera, Joint venture y sociedad, p. 253; Favier Dubois (h.), La ti-
pología, "Doctrina Societaria y Concursal Errepar", t. II, p. 476 y 477.
60 CONSTITUCIÓN. GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
77
JuzgNacCom n° 11, 26/6/81, ED, 107-605, con nota de Fariña, Grupos eco-
nómicos y teoría de la personalidad jurídica.
62 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
78
Garrigues, Curso, t. 1, p. 265.
79
Garrigues, Curso, t. 1, p. 265.
80
Conf. Dibar, Lecciones de derecho mercantil, p. 70.
NOCIONES PREVIAS 63
81
La sociedad devenida de un solo socio -no originaria de un solo socio- está
autorizada por el art. 94, inc. 8, de la LSC, al igual que en toda la legislación com-
parada.
64 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
1
En efecto, la fase negocial, es usualmente contractual, aunque también pue-
de revestir la forma de una declaración unilateral de persona física, como la decla-
ración formulada por el cónyuge supérstite o del propio causante en las hipótesis
de los arts. 51 y 53 de la ley 14.394, por remisión del art. 28 de la LSC, o aun como
declaración colegial de persona jurídica, en la figura de la escisión (art. 88 y ss.,
LSC), o como acuerdo colegial concursal, hipótesis del art. 43 de la ley 24.522.
2
Algunos autores, como Messineo (La struttura delle societá e il contratto
plurilaterale, en "Studi di diritto delle societá, p. 72 y ss.) distinguen la sociedad
como negocio o acto constitutivo, y como vínculo (rapporto); otros como Zaldívar,
Manóvil, Ragazzi, Rovira y San Millán (Cuadernos de derecho societario, t. VI, p.
37) estiman que deben considerarse en ella dos etapas: la primera, de la funda-
ción, y la segunda, cuando el ente surge organizado y en actividad, y, finalmente
otros como Fariña (Tratado, t. I, p. 219), expresan que la sociedad puede estudiarse
en la fase genética como negocio jurídico, y en la fase de su existencia, como
relación.
3
Quede explicitado nuevamente que al utilizar la voz "institución" no hace-
mos referencia a la "teoría institucionalista", toda vez que ambas expresiones de-
signan cosas bien distintas: ésta una teoría filosófica (ya desarrollada en otro tra-
bajo: Lecciones preliminares, p. 91 y ss.,). y aquélla, una situación en que se
diferencian las regulaciones del contrato, de las reglas que atañen al contenido de
70 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
los estatutos, etc., situación esta última a la que hacemos alusión; trátase pues, de
la "institucionalización de la personificación jurídica".
4
Conf. Videla Escalada, Las sociedades civiles, p. 14.
5
Ver Larenz, Derecho de obligaciones, t. II, p. 401, donde afirma que es con-
trato obligatorio y creador de una comunidad jurídica (ver también p. 14).
6
También parece referirse a esta duplicidad Auletta al diferenciar el contrato
de sociedad con el que se regulan las relaciones patrimoniales entre los socios y la
sociedad, y el estatuto con el que se regula el funcionamiento del nuevo ente y
la posición de los socios como órganos de la sociedad (// contratto, t. I, p. 40 y si-
guientes.
7
Explícitamente consagradas en otras legislaciones, y en los proyectos de re-
forma a la legislación privada.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 71
el ejercicio de sus actividades en común y a nombre colectivo, dis-
cutiéndose -como hemos visto- si este negocio puede encuadrarse
en la categoría jurídica de los contratos, debido principalmente a
que no existen "prestaciones contrapuestas" y al hecho de que de él
surge una personalidad jurídica nueva. Por ello se lo considera un
negocio jurídico especial, separado del resto, refiriéndose al "nego-
cio jurídico de constitución de sociedad"8, habiéndose generado en
la doctrina profundas controversias9.
Reiteramos que el primer esclarecimiento es distinguir entre la
naturaleza jurídica del negocio constitutivo de sociedad y la catego-
ría de persona jurídica de la sociedad misma. En la sociedad en
sentido estricto concurren esos dos problemas: coexisten las normas
de los contratos, con los problemas y las normas de la persona ju-
rídica, por lo que es necesario tener conciencia de esa superposi-
ción10; distinguiendo cuándo se debe partir del punto de vista del
contrato y cuándo del de la persona jurídica.
8
Conf. Garrigues, Curso, t. I, p. 328 y siguientes.
9
Bolaffi, La societá semplice, p. 112.
10
Ascarelli, Principios y problemas, p. 56 y 57. Ver Richard, Ensayo en tor-
no al concepto sociedad, en "Anomalías societarias", p. 35. Con mayor amplitud
puede verse Bolaffi, La societá semplice, p. 114.
72 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
11
Cfr. Bolaffi, La societá semplice, p. 114.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 75
12
La teoría de la fundación de una institución se basa en el "conjunto de
voluntades organizadas para la consecuencia de una idea", que presupone una idea
directriz, un principio de autoridad que asegure autónomamente el cumplimiento de
esa idea o "finalidad", la adhesión inmediata o sucesiva de todos los integrantes
a esa finalidad para asegurarla, lo que justifica la dependencia del nacimiento de la
persona jurídica de un acto del poder público (situación particular de la sociedad
por acciones cuando requería la autorización estatal, lo que subsiste en algunos sis-
temas de derecho comparado) y la permanencia del ente por encima de la decisión
de los socios individualmente considerados. Estas son las bases que han dado lugar
a la teoría de la institución.
76 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
13
Girón Tena, Derecho de sociedades, t. I, p. 127 y 128. Los orígenes de la
cuestión dogmática acerca de la naturaleza del negocio jurídico fundacional de las
sociedades hay que buscarlo en Alemania. De ahí nace el enriquecimiento de
las clases de negocios jurídicos con los acuerdos, actos colectivos y complejos.
En la segunda mitad del siglo xix, fue Gierke quien, contra la doctrina común que
distinguía actos unilaterales y plurilaterales, considerando constituido este grupo,
simplemente, por el contrato, demostró la insuficiencia de esta noción para explicar
la fundación de corporaciones e introdujo las ideas sobre el nuevo concepto de acto
colectivo (gesamtakt).
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 77
llamarían mejor contratos asociativos, ya que sólo los de sociedad
satisfarían a las exigencias presupuestas en las consecuencias que
se deducen del concepto. En todo caso, y al mismo tiempo, la ac-
titud del legislador implica su inclinación por la tesis contractual,
hoy sin dudas, prácticamente generalizada"14.
Asimismo, "el tránsito hacia la figura de contrato plurilateral
se produce a través de la crítica a los supuestos en que quiere apo-
yarse la doctrina del acto colectivo. Fundamentalmente se indica...
que no es cierto que no haya contraposición y composición de inte-
reses: existe porque, aunque el status legislativo del socio en cada
tipo de sociedad sea igual en la imagen legal, en la realidad, cada so-
cio tiende a asegurarse una posición conforme con sus intereses par-
ticulares15, y lo que es común es que todos tienden a satisfacerlo
mediante el fin social. De aquí que éste deba, en puridad, carac-
terizarse, desde este ángulo, como fin-medio; es decir, común a to-
dos, pero instrumento para la satisfacción de las posiciones dis-
tintas, conseguidas por cada uno en la fase de negociación de la
sociedad que se va a fundar. De esa comunidad de fin nace la pe-
culiaridad del contrato de sociedad. En este punto se puede situar
14
Ver Girón Tena, Derecho de sociedades, t. I, p. 132.
15
Al hablar de partes hacemos referencia a distintos centros de intereses cu-
yos titulares (socios) se encuentran o pueden encontrarse -en este sentido- enfren-
tados. Será normal que desde las negociaciones tendientes a formalizar el instru-
mento constitutivo haya contraposición de intereses entre los socios en lo referente
a los respectivos aportes (calidad, cantidad, valuación), participación en las ganan-
cias, intervención en la administración de los negocios sociales, y en general a pro-
pósito de todos los derechos y obligaciones societarios. No debe confundirse esta
contraposición de intereses dentro del ámbito previamente delimitado de la socie-
dad concreta, con el cumplimiento de las prestaciones entre las partes para lograr
el fin común: cumplimiento del objeto social (conf. Spota, Instituciones. Contra-
tos, vol. I, p. 107 y siguientes). Es verdad que todo los une a los socios: es el fin
común de alcanzar beneficios a dividir entre ellos. Pero no se llega al acto cons-
titutivo de ese sujeto jurídico que es la sociedad, sino a través de las tratativas
contractuales. En éstas observamos esa contraposición de intereses dispares que
pueden existir y que -al lado de la cooperación en el fin- constituye la nota carac-
terística de los contratos. En verdad, suficiente es referirse a las estipulaciones que
la ley reputa válidas (evitando vacilaciones o dudas), en el art. 1654, para que lo
dicho se ponga de resalto. En ese sentido, cabe señalar, como ejemplo, el último
de los incisos de ese precepto, o sea, que es válido estipular "que cualquiera de los
socios no soporte las pérdidas en la misma proporción en que participa de las ga-
nancias".
78 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
16
Cfr. Girón Tena, Derecho de sociedades, t. I, p. 132 y siguientes.
17
En el contrato llamado plurilateral (de colaboración con finalidad común)
existe una coincidencia de voluntades en la formalización del contrato que hace sur-
gir al ente social, pero también existen intereses individuales de cada una de las
partes que son perfectamente diferenciables y que implican intereses contrapuestos
dentro del marco de colaboración constituido por la sociedad. No hay duda alguna
de que habrá un interés común de los socios en lo referente a una forma de organi-
zación, según uno de los tipos legales, tendiente a la producción o intercambio de
bienes (sociedad concreta). Sin embargo, observaremos la contraposición de inte-
reses en el contrato constitutivo en los aportes de las partes y en la participación de
beneficios y pérdidas.
18
Desde el punto de vista del objeto-medio puede afirmarse que no existe una
genérica comunión del resultado total, como se presenta en todos los contratos, sino
que los contrayentes -persiguiendo fines distintos- quieren, con el objeto de esos
fines ulteriores, asumir todos una idéntica figura jurídica -medio objetivo o causa
genérica- para la organización de su empresa común -comunidad subjetiva de fines
o causa específica-. En la sociedad, el tipo con todas sus consecuencias organiza-
tivas internas y externas, entre ellas el efecto personificante.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 79
19
Cazeaux - Trigo Represas, Derecho de las obligaciones, t. 1, p. 35.
20
Comp. Richard, Negocios de participación.
21
Betti, Teoría, p. 225.
22
Conf. Muñoz, Naturaleza jurídica del negocio constitutivo de sociedades
comerciales y el derecho comparado, en "Estudios jurídicos en homenaje al profesor
Enrique A. C. Aztiria", p. 185 y siguientes.
80 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
23
Siempre que se pueda lograr la finalidad común (art. 16, LSC). Cfr. Bru-
netti, Tratado, t. I, p. 135. Conf. Wathelet, Naturaleza del acto constitutivo, en
"Estudios de sociedades comerciales en homenaje a Carlos Zavala Rodríguez", t. I,
p. 145 y siguientes.
24
Colombres, Curso. Parte general, p. 26.
25
Sobre el punto puede verse nuestra ponencia al I Congreso Iberoamericano
de Derecho Societario y de la Empresa, V Congreso de Derecho Societario, La Cum-
bre, Córdoba, 1992, acerca de la sociedad unipersonal.
26
Plurilateralidad contractual con finalidad común, concierne a la especial
posición de los contratantes. En la locación las partes se presentan respectivamente
como locador y locatario, en la donación como donante y donatario, en la compra-
venta como vendedor y comprador: esto es, en posiciones jurídicas diversas. En
cambio en la sociedad los contrayentes se presentan todos uti sociee, esto es, en la
misma posición jurídica: esta característica había sido relevada en el derecho roma-
no, ya que (en antítesis a cuanto ocurre en los otros casos) todos los contrayentes
eran tutelados con la misma acción: la actio pro-socio. La identidad de la figura
jurídica asumida por los contrayentes puede conciliarse con la diversidad de fines
que ellos persiguen, desde el momento en que los socios ponen en común una cosa,
y este acto es el que hace surgir una comunión de intereses. Esto es que, ponién-
dose desde el punto de vista del fin medio, la teoría se precisa y se ratifica: no es
sólo una genérica comunión del resultado querido, que se presenta en todos los con-
tratos, sino los contrayentes -aunque persiguiendo fines individualmente distintos-
quieren el medio de asumir estos fines ulteriores (en ese sentido se explica la ter-
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 83
rechos puedan ser distintos (socios con diversas obligaciones y dere-
chos).
Esa idéntica posición se genera por la comunidad de fin, co-
rrespondiente a una plurilateralidad funcional.
Dicha plurilateralidad funcional está vinculada a que este ne-
gocio puede ser abierto, en el sentido de que permite el acceso a
nims pnrtes. cumpliendo las previsiones legales o contractuales.
La relación societaria es sinalagmática en cuanto genera dere-
chos y obligaciones para todos los socios27.
C) NORMATIVA
30
Sánchez Calero, Instituciones de derecho mercantil, p. 166 y siguientes.
31
Conf. Ortíz Araya. El artículo 15 de la ley 19.550 y el ordenamiento pro-
cesal de Córdoba, "Revista del Colegio de Abogados de Córdoba", 1977, n° 2, p.
35 y ss., quien afirma: "Proponemos como vía de solución, basándonos en los prin-
cipios que rigen la materia comercial -la celeridad de los negocios- el trámite más
abreviado, esto es, el verbal. No descartamos el pensamiento de juristas, como el
doctor Clariá Olmedo, quien ha sugerido el trámite del juicio ordinario de menor
cuantía. Pero nuestra posición está referida concretamente a la necesidad que en
la vida moderna tienen las sociedades de que sus problemas sean ventilados por la
vía más rápida".
88 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
32
CNCom, Sala C, 8/5/79, "Scalabrini, Inés C. c/Manufactura de Productos
Ind.", inédito.
33
CNCom, Sala D, 14/4/78, "Pastor, Jorge c/Trachella, Guillermo", inédito.
34
CNCom, Sala D, 22/9/76, "Coppa Oliver M. c/Daytona Car SA", LL, 1977-
D-699, 34.416-S.
35
CSJN, Fallos, 255:256; 178:85, cit. por Ramacciotti, Compendio de dere-
cho procesal, t. I, p. 93, a quien seguimos en este tema.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 89
36
Alsina, cit. por Ramacciotti, Compendio de derecho procesal, t. I, p. 672,
nota 63.
37
En este sentido expresa Palacio (Manual de derecho procesal civil, p. 211),
que: "Las corporaciones anónimas creadas y haciendo sus negocios en una provin-
cia, serán reputadas, para los efectos del fuero, como ciudadanos vecinos de la pro-
vincia en que se hallen establecidas cualquiera que sea la nacionalidad de sus socios
actuales" (art. 9o, ley 48). Pero, "en las sociedades colectivas, y en general en todos
los casos en que dos o más personas pretendan ejercer una acción solidaria, o sean
demandados por una obligación solidaria, para que caigan bajo la jurisdicción na-
cional, se atenderá a la nacionalidad o vecindad de todos los miembros de la socie-
dad o comunidad, de tal modo que será preciso que cada uno de ellos indivi-
dualmente tenga el derecho de demandar, o pueda ser demandado ante los tribunales
nacionales, con arreglo a lo dispuesto en el inc. 2o del art. 2 o " (art. 10, ley 48). Esta
última norma es también aplicable a las sociedades de responsabilidad limitada y
en comandita simple.
38
CNCom, Sala E, 28/11/91, "Lofiego, Laura c/Rodríguez y otros", "Doctrina
Societaria y Concursal Errepar", t. IV, p. 921.
90 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
D) E L E M E N T O S GENERALES (PRESUPUESTOS)
40
Etcheverry, Sociedades comerciales: replanteo doctrinal de los efectos de
su acto creativo, RDCO, 1978-719.
41
En el sistema argentino actual impera la doctrina civilista nacida y recreada
en torno de los contratos de cambio. La teoría sobre la formación y validez de los
contratos halla su origen en la estructura referida a los actos jurídicos en general,
que debe aplicarse complementariamente a las normas contractuales existentes. Sin
embargo, esa aplicación cuando llega al acto constitutivo de sociedad comercial se
halla profundamente modificada, porque son diversas y originales las reglas sobre
creación, validez y efectos de los actos cumplidos por las personas que deseen crear
este sujeto de derecho.
92 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
42
López de Zavalía, Teoría de los contratos. Parte general, p. 127 y 128.
43
Conf. Llambías, Código Civil anotado, t. III-A. p. 32.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 93
1) SUJETOS
44
Quienes sostienen la teoría del acto colectivo (ver Messineo, Studi di diritto
delta societá, p. 25 y 26) expresan que la perfección del negocio se genera como
un negocio unilateral, como acuerdo colectivo, pues las voluntades se suman y en
el consentimiento se sintetizan. Las teorías contractualistas (ver Ascarelli, Studi in
tema di contratti, p. 108 a 136) señalan que la perfección del contrato de sociedad
no puede identificarse con la perfección del contrato bilateral, aun cuando existe la
síntesis de cada una de las voluntades frente a las de los restantes socios, pues esa
forma de perfeccionamiento permite resolver vicios del consentimiento y defectos
de capacidad de cada una de las partes en forma distinta a la de los contratos bila-
terales. Se trata de las soluciones previstas en el art. 16 de la LSC, que funda la
normativa de los contratos plurilaterales con finalidad común en nuestra legislación.
Conf. Broseta Pont, Manual, p. 180.
45
Barbero, Sistema del derecho privado, vol. I y IV; Fontanarrosa, Derecho
comercial argentino, t. 2, p. 24.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 95
46
Barbero, Sistema del derecho privado, vol. I, p. 410.
96 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
47
Conf. Cabanellas de las Cuevas, Derecho societario. Parte general, p. 15.
48
Si bien, en principio, resultan aplicables a la determinación del perfeccio-
namiento del consentimiento contractual las reglas incluidas en el Código Civil re-
lativas al consentimiento en los contratos, especialmente cuando se trata de un con-
trato societario entre dos partes, dicho proceso de formación del mismo no difiere
sustancialmente del que contempla el Código Civil para los contratos en general.
Mas cuando el contrato tiene lugar entre más de dos partes, la formación del con-
sentimiento es notoriamente más compleja. Aquí la norma societaria que vuelve a
actuar como criterio orientador es el art. 16, norma que, fundada en el carácter ge-
neralmente plurilateral del acto constitutivo, establece que "la nulidad o anulación
que afecte el vínculo de alguno de los socios no producirá la nulidad, anulación o
resolución del contrato, salvo que la participación o la prestación de ese socio deba
considerarse esencial, habida cuenta de las circunstancias", y "cuando se trate de '
una sociedad de dos socios, el vicio de la voluntad hará anulable el contrato. Si
tuviere más de dos socios, será anulable cuando los vicios afecten la voluntad de
los socios a los que pertenezca la mayoría del capital".
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 97
tuaciones especiales éstas referidas al tema en desarrollo, verbigra-
cia, el supuesto de la Junta Nacional de Carnes, que creó la ley
11.747, como así también la ley 3019 de la provincia de San Juan,
que creó la Corporación Agroeconómica Vitivinícola Industrial y
Comercial (CAVIC). En estas situaciones se previo la asociación
obligatoria y el establecimiento de un aporte forzoso, bajo una "su-
puesta tutela" del interés general, por demás opinable49. Hemos
visto aplicar similar criterio en el caso de una empresa periodística,
ante el planteo de regularización de una sociedad de hecho anterior
a la ley 22.903.
Otra situación que suele referirse como de "sociedad impuesta"
es la que nace de un acuerdo concursal50. En efecto, el art. 43, párr.
Io, de la ley 24.522 incluye la posibilidad de "constitución de socie-
dad con los acreedores quirografarios, en la que éstos tengan calidad
de socios".
Claramente, pues, la ley autoriza la constitución de sociedad,
sea del deudor con los acreedores, sea de los acreedores entre sí
como fórmula de acuerdo concreta. El problema encapsulado en
esa regulación es manifiesto: ¿qué pasa con los acreedores discon-
formes? ¿La mayoría puede constreñirlos con su decisión? ¿Pue-
den ser asociados contra su voluntad?
Como la ley de concursos y quiebras establece que "las pro-
puestas pueden consistir en... constitución de sociedad con los
acreedores quirografarios" (art. 43), resulta que de acuerdo con lo
prescripto en punto a mayorías los acreedores que no hayan auspi-
ciado la sociedad e incluso los que hayan votado en contra resultan
obligados por los términos del acuerdo que, en la hipótesis, impor-
tará la constitución de una sociedad. En dichos casos, tanto la mi-
49
La situación se planteó en una decisión de la Corte Suprema de Justicia de
la Nación: "Corporación Agroeconómica Vitivinícola Industrial y Comercial (CA-
VIC) c/Maurín y Cía. SRL", cuestionándose la validez de la ley 3019 de la provincia
de San Juan, al imponer la obligatoria calidad de accionista a los titulares de explo-
taciones vitícolas y el aporte forzoso de hasta un 5% de su producción anual. En
dicho fallo y a pesar de que la Corte se pronunció por la validez de la ley de creación
del organismo, su constitucionalidad se fundamentó en supuestos motivos de "inte-
rés general" en la imposición de estas formalizaciones, lo que implica un carácter
temporal de dicho criterio.
50
Ver Maffía, ¿Socio a palos?, ED, 56-697, su análisis de la figura bajo el
antiguo régimen de la ley 19.551.
51
Conf. Halperin, Curso de derecho comercial, vol. I, p. 223.
52
Caso contrario, se tornaría aplicable el art. 1045 del Cód. Civil que esta-
blece: "Son anulables los actos jurídicos, cuando sus agentes... por cualquier causa
se hallasen y privados de su razón... o cuando tuviesen el vicio de error, violencia,
fraude o simulación".
53
Conf. Garrido - Zago, Contratos civiles y comerciales, 1.1, p. 137. Nuestro
Código Civil, en su art. 1157, expresa: "Lo dispuesto en el Título De los hechos,
de este Libro, respecto a los vicios del consentimiento, tiene lugar en todos los con-
tratos", y al mismo tiempo el art. 1158 prevé: "El derecho de anular los contratos
por vicios del consentimiento, corresponde a la parte que los hubiere sufrido, y no
a la otra parte, ni al autor del dolo, violencia, simulación o fraude ". Así, parecería
desprenderse del enunciado del segundo artículo que son vicios del consentimiento
además de los establecidos para los hechos jurídicos (error, dolo y violencia, arts.
923 y 924. Cód. Civil), el fraude y la simulación. Pero destacamos que estos dos
últimos no son vicios de la voluntad y que probablemente se los incluye en el enun-
ciado referido porque hacen también nulo o anulable el acto o negocio jurídico-con-
trato (Arias, Contratos civiles, t. I, p. 135).
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 99
54
Tradicionalmente, los vicios de la voluntad han sido vinculados y estudia-
dos con relación a los contratos, habiéndose construido toda su sistematización con
relación al acto jurídico bilateral de contenido patrimonial. Sabemos que para la
existencia del contrato es necesario el consentimiento, y que éste está integrado por
las voluntades concurrentes de las partes intervinientes. En consecuencia, se decía
que tal consentimiento individual no había sido válidamente prestado cuando alguna
de las partes lo había hecho por error, ignorancia, dolo o violencia. Siempre se ha
sostenido que el contrato, como acto o negocio jurídico que es, necesita para su
formación que la voluntad de las partes sea prestada con discernimiento, intención
y libertad, y que si alguno de estos presupuestos estaba disminuido o viciado no
podía entenderse que el acuerdo había sido válidamente formado. La doctrina tra-
dicional consideró a los vicios de la voluntad como propios de los contratos, cons-
truyéndose la sistematización de los vicios del consentimiento a su respecto. Re-
conocido que el consentimiento no es otra cosa que la suma del sentimiento
individual de cada una de las partes, se decía que quedaba roto ese consentimien-
to cuando se daba la situación de que la voluntad de alguna de las partes contratantes
se había formado existiendo error, dolo o violencia. Siendo el contrato un acto
voluntario, es evidente que requiere en las partes una voluntad sanamente elaborada,
y además que si ella está viciada o resentida en alguno de sus elementos -discerni-
miento, intención y libertad- no puede considerarse que el consentimiento ha sido
válidamente prestado. Nuevamente Llambías (Código Civil anotado, t. III-A, p.
32) manifiesta a este respecto que a esta concepción clásica se le pueden formular
diversas observaciones: que en el desarrollo de sus deducciones se ha quedado en
mitad de camino, ya que lo que se afirma para los contratos es válido para toda
clase de actos jurídicos, ya que tanto un testamento como el reconocimiento de fi-
liación, etc., pueden hacerse mediando error, dolo o violencia. Nuestro codificador
se ha salvado de esta crítica, pues siguiendo a Freitas construyó su teoría general
100 CONSTITUCIÓN. GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
56
Conf. Halperin, Curso de derecho comercial, vol. I, p. 340 y siguientes.
57
Según señala Spota, el error que trata el art. 925 necesita ser esencial, es
decir, determinante de la voluntad (Tratado. Parte general, vol. 8, p. 429, cit. por
Cabanellas de las Cuevas, Derecho societario. Parte general, t. 2, p. 53).
102 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
58
Conf. Halperin, Curso de derecho comercial, p. 340. Aunque afecte sólo
una parte del contrato, en la terminología de Spota, cit, por Cabanellas de las Cue-
vas, Derecho societario. Parte general, t. 2, p. 57.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 103
59
Como en el supuesto en que el vínculo extinguido es el del único socio
comanditado en una sociedad en comandita. Conf. Otaegui, cit. por Cabanellas de
las Cuevas, Derecho societario. Parte general, t. 2, p. 57.
60
Spota, Tratado. Parte general, vol. 8, p. 557, cit. por Cabanellas de las
Cuevas, Derecho societario. Parte general, t. 2, p. 57.
61
Spota, Tratado. Parte general, vol. 8, p. 566, cit. por Cabanellas de las
Cuevas, Derecho societario. Parte general, t. 2, p. 58.
62
Otaegui, Invalidez de actos societarios, p. 170, cit. por Cabanellas de las
Cuevas, Derecho societario. Parte general, t. 2, p. 59.
63
Conf. Zunino, Disolución y liquidación, t. 2, p. 276.
104 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
64
Cabanellas de las Cuevas, Derecho societario. Parte general, t. 2, p. 61.
65
Zaldívar y otros, Cuadernos de derecho societario, vol. 1, p. 87, cit. por
Cabanellas de las Cuevas, Derecho societario. Parte general, t. 2, p. 63.
66
Fariña, Tratado, t. I, p. 349; Halperin, Curso de derecho comercial, t. 1, p.
349; Otaegui, Invalidez de actos societarios, p. 171, todos cit. por Cabanellas de las
Cuevas, Derecho societario. Parte general, t. 2, p. 66.
67
Conf. Fariña, Tratado, t. I, p. 310 y 311; Zaldívar y otros. Cuadernos de
derecho societario, vol. 1, p. 87; Halperin, El régimen de nulidad de las sociedades,
RDCO, 1970-554; Otaegui, Invalidez de actos societarios, p. 156.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 105
cietaria, adquieren contornos especiales respecto de las ofertas de
acciones para su suscripción por el público.
Hecha esta observación, es procedente analizar diversos aspec-
tos que operan en la formación de los contratos de sociedad. Cabe
recordar que conforme al art. 932, inc. Io, del Cód. Civil, el dolo
para que pueda ser causa de nulidad debe ser grave. Tal gravedad
puede, prima facie, evaluarse desde dos ángulos distintos: a) el de
la falsedad u omisiones dolosas cometidas, o sea en qué medida la
actitud del contratante se aparta de la que, en materia de informa-
ción, corresponde a su posición negociadora, y b) el de sus efectos
sobre la contraparte68.
El dolo requiere, asimismo, para su configuración, que haya
sido determinante de la acción de quien lo sufre. Así, en materia
societaria, el hecho de que el dolo se refiera a cláusulas "no esen-
ciales" del contrato de sociedad, como pueden ser las relativas a las
preferencias en caso de disolución, puede ser determinante para que
las partes accedan o no a suscribir el correspondiente contrato, ello
sin perjuicio de la posibilidad de que la eventual nulidad vea limi-
tados sus efectos a la cláusula a que se refiere el dolo, si se dan las
circunstancias que al respecto exige el art. 1039 del Cód. Civil.
Si el dolo no tiene el efecto determinante descripto preceden-
temente, será dolo incidental, y no será causal de nulidad, pero obli-
gará a indemnizar los daños que del mismo resulten (art. 934, Cód.
Civil).
En cuanto a la exigencia de un daño importante -prevista en el
inc. 3 o del art. 932- puede ser patrimonial o extrapatrimonial, ma-
68
Señala en este sentido Salvat, en referencia al requerimiento de que el dolo
haya sido grave, que con estas palabras la ley ha querido exigir que los artificios,
astucias o maquinaciones hayan sido tales, que la víctima del dolo, no obstante ha-
ber obrado prudentemente, haya podido ser engañada: "Los hechos constitutivos del
dolo -dice Chardon- deben ser bastante graves para que un hombre sagaz y prudente
haya podido ser engañado". Es ésta una cuestión de hecho, que debe resolverse
teniendo en cuenta las circunstancias especiales de cada caso. Para resolver esta
cuestión deberá tenerse en cuenta, especialmente, si la víctima del dolo ha obrado
o no con la prudencia y la vigilancia que deben observarse en los negocios humanos.
En caso afirmativo la ley presta su protección, porque es realmente una víctima del
engaño, o si se quiere, las maniobras hábiles y envolventes que constituyen el dolo
(Tratado. Parte general, vol. II, p. 575, también cit. por Cabanellas de las Cuevas.
Derecho societario. Parte general, t. 2. p. 78).
106 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
69
Se trata de una regulación de relaciones de cambio que debe ser interpre-
tada para las relaciones plurilaterales con finalidad común.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 107
70
Otaegui, Invalidez de actos societarios, p. 159, citando a Ascarelli y Hal-
perin.
108 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
otros, frente a quien alega haber sufrido lesión, tienen una posición
inferior a éste que compensa las ventajas del primero. La teoría de
la lesión no busca castigar a quien se beneficia desproporcionada-
mente, sino resarcir a quien se perjuoiCa s¡n JUSIÍIÍCUCÍOÜ
Respecto de los efectos:
a) La parte que sufre tal lesión puede optar entre demandar la
nulidad del acto o un reajuste equitativo del mismo.
b) La acción se referirá al vínculo de la parte (art. 16, LSC).
c) La acción se dirige en relación al acto constitutivo, suscripto
entre diversas partes, y no contra el sujeto de derechos naciente.
5) FRAUDE. Comenzaremos señalando72 que, de acuerdo con el
art. 968 del Cód. Civil, para que pueda implicar revocación del (ne-
gocio) contrato social es preciso que:
a) El deudor haya querido por ese medio defraudar a sus acree-
dores.
b) El tercero con quien haya contratado dicho deudor haya sido
cómplice en el fraude (art. 969, Cód. Civil).
6) SIMULACIÓN. Podemos destacar que resulta imprescindible
que, para que la simulación tenga efectos invalidantes, debe darse
una doble condición. Por una parte debe existir una contradicción
o diferencia entre la apariencia del acto jurídico y la realidad de sus
efectos. En segundo término es preciso un elemento objetivo, con-
sistente en la antijuridicidad de la simulación. El art. 955 del Cód.
Civil expresa: "La simulación tiene lugar cuando se encubre el ca-
rácter jurídico de un acto bajo la apariencia de otro, o cuando el
acto contiene cláusulas que no son sinceras, o fechas que no son
verdaderas, o cuando por él se constituyen o transmiten derechos a
personas interpuestas, que no son aquellas para quienes en realidad
se constituyen o transmiten".
Respecto del contrato de sociedad mencionaremos a título ejem-
plificativo los siguientes espectos:
a) El supuesto del socio aparente (art. 34, LSC).
b) La existencia del socio oculto (art. 34, LSC).
71
Cabanellas de las Cuevas, Derecho societario. Parte general, t. 2, p. 91.
72
Zaldívar y otros, Cuadernos de derecho societario, t. VI, p. 88.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 109
73
Halperin, Curso de derecho comercial, vol. I, p. 344.
110 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
74
Conf. Risolía. Soberanía y crisis del contrato, p. 18.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 111
La capacidad comprende el goce y el ejercicio del derecho.
En el goce sólo existen limitaciones relativas, ya que no es usual
una inhabilitación absoluta para ser titular de derechos y obliga-
ciones. En el ejercicio del derecho, en cambio, las limitaciones
pueden ser absolutas o relativas. Esto apunta a la existencia de gra-
dos de inhabilitación, cubiertos por representantes necesarios.
a) CAPACIDAD Y LEGITIMACIÓN. La legitimación es la aptitud atri-
buida o integrada por la ley o por la voluntad para adquirir derechos
o contraer obligaciones, o para disponer de objetos concretos, por
sí, o por medio de otro, o por otro75.
La teoría de la legitimación pone en contacto, para determinar
quién puede disponer de un objeto concreto o celebrar un determi-
nado acto, a las personas que disponen del objeto o concluyen el
acto, con el mismo objeto del negocio jurídico. Así, la legitima-
ción en sentido amplio está dada por la noción de capacidad; en
principio, están legitimados para celebrar actos jurídicos todos aque-
llos que tienen la capacidad exigida por la ley para otorgarlos. Pero
la existencia de esa capacidad no es suficiente para que la persona
actúe sobre los objetos, si a ella no se une el poder de disposición
o legitimación en sentido estricto.
En principio, el poder de disposición esta vinculado a la idea
de titularidad del derecho de que se dispone: quien es capaz y due-
ño de una cosa, puede venderla. Pero, hay casos en que, a pesar
de esa confluencia, no existe legitimación: es decir que hay titula-
ridad del derecho y capacidad, pero no existe poder de disposición.
Y hay otros supuestos en que no se da la titularidad, pero existe el
poder de disposición (legitimación sin titularidad).
La titularidad sin poder de disposición o legitimación en senti-
do estricto, se da en el caso de los herederos del declarado presun-
tamente fallecido durante el período de prenotación, pues a pesar de
ser considerados dueños de los bienes recibidos no pueden enaje-
narlos ni gravarlos sin autorización judicial (art. 28, ley 14.394).
El poder de disposición sin titularidad existe en los casos de
representación legal o convencional, en que el padre, tutor, curador
75
Alterini, Capacidad y legitimación, "Revista Jurídica de Buenos Aires",
1966-IH.
112 CONSTITUCIÓN. GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
76
Llambías, Código Civil anotado, t. III-A, p. 61.
77
Halperin, Curso de derecho comercial, p. 237.
78
Fariña, Tratado, t. I, p. 225.
79
Nuestra legislación considera a la adquisición de acciones como acto de
comercio por aplicación de los arts. 8o, inc. 4o, y 452, inc. Io, del Cód. de Comercio,
por lo cual, se requiere para efectuarla capacidad para ejercer el comercio. Empero
si existen menores o incapaces y éstos heredan acciones, en tal caso su representante
las administrará.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 113
distintas variantes. Sin embargo, pueden formar parte de una so-
ciedad interviniendo en el acto constitutivo o adquiriendo poste-
riormente participaciones por intermedio de sus representantes, hi-
pótesis que de seguido analizamos.
b) MENORES DE EDAD. Deben estudiarse separadamente diversos
supuestos:
1) EMANCIPADO POR MATRIMONIO. Esta emancipación se produce
cuando el menor contrae matrimonio, y según prevé el art. 131 del
Cód. Civil, adquiere capacidad civil con las limitaciones previstas
en el art. 134 del mismo ordenamiento: "Los emancipados no pue-
den ni con autorización judicial: Io) aprobar cuentas de sus tutores
y darles finiquito; 2o) hacer donación de bienes que hubiesen reci-
bido a título gratuito; 3o) afianzar obligaciones". Si se hubiere ca-
sado sin autorización, no tendrán hasta los veintiún años la admi-
nistración y disposición de los bienes recibidos o que recibiese a
título gratuito, continuando respecto a ellos el régimen legal vigente
de los menores, salvo ulterior habilitación. "La emancipación por
matrimonio es irrevocable y produce el efecto de habilitar a los ca-
sados para todos los actos de la vida civil, salvo lo dispuesto en los
arts. 134 y 135, aunque el matrimonio se disuelva en su menor edad,
tengan o no hijos. No obstante ello, la nueva aptitud nupcial se
adquirirá una vez alcanzada la mayoría de edad" (art. 133). Tam-
bién rigen para ellos las restricciones impuestas por el art. 135: "Los
emancipados adquieren capacidad de administración y disposición
de sus bienes, pero respecto de los adquiridos por título gratuito
antes o después de la emancipación, sólo tendrán la administración;
para disponer de ellos deberán solicitar autorización judicial, salvo
que mediare acuerdo de ambos cónyuges y uno de éstos fuere mayor
de edad".
Por ello los emancipados por matrimonio pueden constituir
cualquier tipo de sociedad, así como también podrán integrar, me-
diante la adquisición de participaciones sociales, sociedades ya
constituidas, aunque no podrán aportar bienes adquiridos a título
gratuito, ni utilizarlos para la adquisición de participaciones socia-
les, sin contar con la autorización judicial prevista en el art. 135 del
Cód. Civil. Una vez autorizado este aporte de bienes, los actos que
la sociedad realice quedan fuera de la autorización, pues éstos ya
serán cumplidos por el sujeto de derecho sociedad.
80
Conf. Halperin, Curso de derecho comercial, p. 240; Cámara, cit. por Ca-
banellas de las Cuevas, Derecho societario. Parte general, t. 2, p. 122.
81
Cámara, Capacidad e incompatibilidad, p. 193.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 115
82
En este sentido, Cabanellas de las Cuevas, Derecho societario. Parte ge-
neral, t. 2, p. 121.
83
Conf. Cámara, Capacidad e incompatibilidad, p. 193.
116 CONSTITUCIÓN. GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
84
Cámara, Capacidad e incompatibilidad, p. 198.
85
Cabanellas de las Cuevas, Derecho societario. Parte general, t. 2, p. 133.
118 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
86
Con anterioridad a la ley 23.264, modificatoria del Código Civil, la doctrina
distinguía entre sociedades de responsabilidad limitada y anónimas, por un lado, en
las que no se consideraba necesaria la autorización judicial por no comprometerse
la responsabilidad solidaria del menor, y las que sí implicaban tal responsabilidad,
para las que se reputaba aplicable el requisito de autorización. El art. 297 del Cód.
Civil, en su nuevo texto, al extender la exigencia de autorización judicial, hace in-
necesarias tales distinciones, al menos respecto de los actos constitutivos de socie-
dad (conf. Cabanellas de las Cuevas, Derecho societario. Parte general, t. 2, p.
116, y Fariña, Tratado, t. I, p. 227).
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 119
87
También se ha entendido que a pesar que la sociedad de responsabilidad
limitada no se encuentra expresamente contemplada entre las excepciones estable-
cidas por el art. 447 del Cód. Civil, le es igualmente aplicable por tratarse de un
tipo societario inexistente al tiempo de la sanción del Código Civil, que crea una
limitación sobre la responsabilidad del menor similar a la de los tipos sí previstos
en ese artículo.
88
Conf. Cabanellas de las Cuevas, Derecho societario. Parte general, t. 2,
p. 177.
120 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
89
Conf. Anaya- Podetti, Código de Comercio, vol. I, p. 396.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 121
Dicha situación es claramente diferenciable de la capacidad,
toda vez que la incompatibilidad supone la capacidad y las prohibi-
ciones se dictan contra personas capaces, y no constituyen incapa-
cidades en el sentido jurídico de la palabra; pues, en tanto los actos
de los incapaces son nulos, los ejecutados por quienes han sido de-
clarados incompatibles por la ley son válidos. Se trata de verdade-
ras prohibiciones legales impuestas por motivos disciplinarios deri-
vados de un estado social o del ejercicio de una profesión o de un
cargo90. Las sanciones tendrán, en todo caso, carácter penal o dis-
ciplinario, pero el acto mercantil realizado será válido91.
Así, la sociedad constituida por una persona incursa en una de
estas incompatibilidades no es nula; y si ha sido inscripta en el Re-
gistro Público de Comercio es regular, no pudiendo ser atacada por
vicio alguno92.
Sólo el transgresor de la norma que le prohibe formar parte de
una sociedad deberá afrontar las consecuencias de su acto que pue-
de tener distinta gravedad de acuerdo al específico ordenamiento de
cada actividad. Empero, las incompatibilidades mencionadas no se
refieren al ejercicio de actos singulares de comercio, razón por la
cual se ha considerado que las excepciones del art. 23 son innece-
sarias.
1) CORPORACIONES ECLESIÁSTICAS. CLÉRIGOS. El inc. Io del art.
22 del Cód. de Comercio prohibe el ejercicio del comercio a las
corporaciones eclesiásticas, en tanto que el art. 23 del mismo orde-
namiento les permite "ser accionistas en cualquier compañía mer-
cantil, desde que no tomen parte en la gerencia administrativa".
Esta situación genera una cuestión interpretativa en torno del alcan-
ce del referido art. 23 del Cód. de Comercio, el que entendemos
debe resolverse admitiendo la participación pasiva en sociedades y,
por ende, incluyendo en dicha posibilidad la participación como so-
cio comanditario, como socio de una sociedad cooperativa, y como
accionistas de una sociedad anónima o sus subtipos, sin poder actuar
como directores, gerentes, consejeros o síndicos93. El inc. 2o del
90
Fontanarrosa, Derecho comercial argentino, t. I., p. 295.
91
Conf. Fontanarrosa, Derecho comercial argentino, t. I, p. 296.
92
En este sentido Fariña, Tratado, t. I, p. 231.
93
En contra Halperin, Curso de derecho comercial, p. 160.
122 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
94
Conf. Anaya - Podetti, Código de Comercio, vol. I, p. 105.
95
De modo que, como sostiene Fontanarrosa (Derecho comercial argentino,
t. I, p. 296), por aplicación del art. 9o del Cód. de Comercio se llega a la misma
solución. Prueba de que no se trata de una verdadera incapacidad legal es que, no
obstante la prohibición legal, el fallido no rehabilitado que ejerce el comercio read-
quiere de hecho la calidad de comerciante.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 123
Al propio tiempo el art. 234 y ss. de la ley 24.522, especialmente
el art. 238, regulan los efectos de la inhabilitación del fallido esta-
bleciendo que ella se produce desde la fecha de la quiebra, y que
además de los efectos previstos en esa ley o en leyes especiales, el
inhabilitado no puede ejercer el comercio por sí o por interpósita
persona, ser administrador, gerente, síndico, liquidador o fundador
de sociedades, asociaciones, mutuales y fundaciones. Tampoco podrá
integrar sociedades o ser factor o apoderado con facultades genera-
les de ellas. Adviértase que el concursado no tiene esas limitaciones.
En caso de que el fallido fuese una persona jurídica, conforme
las prescripciones del art. 235 de la LSC, la inhabilitación se extien-
de a las personas físicas que hubiesen integrado sus órganos de ad-
ministración desde la fecha de cesación de pagos.
4) CORREDORES. De acuerdo a las previsiones del art. 105, inc.
Io, del Cód. de Comercio, es prohibido a los corredores contraer so-
ciedad de ninguna especie y denominación so pena de pérdida de
oficio y de nulidad del contrato.
Esta prohibición, que literalmente aparece como absoluta, ha
sido atenuada por una importante corriente jurisprudencial que ad-
mite la existencia de "sociedades entre corredores para el solo fin
de dedicarse al corretaje" y sin que esto implique exonerar o limitar
las responsabilidades personales del corredor, pues el ejercicio de
tal función es personal e indelegable. La precitada corriente se
apoya en una realidad innegable, cual es que la complejidad de los
negocios, el costo de manutención de oficinas, empleados y publi-
cidad, obliga a los corredores a asociarse para compartir tales gastos
y poder ofrecer al público un servicio eficiente y mejor organizado
que el que puede ofrecer el corredor trabajando solo. Esta situa-
ción obliga a reflexionar sobre la necesidad de reformar -como se
ha dicho- una disposición legal anacrónica y carente de todo sentido
práctico; y por ello nos inclinamos a favor de la solución jurispru-
dencial antes señalada96.
Según un criterio doctrinario97, en el Código de Comercio y le-
yes complementarias se prevén diversos supuestos de sociedades
prohibidas; el supuesto previsto en el art. 105, ap. Io, que prohibe a
9S
Fariña. Tratado, t. I, p. 232.
99
Conf. Cabanellas de las Cuevas, El contrato de sociedad, t. 2, p. 173.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 125
5) MARTILLEROS. LOS martilieros poseen un régimen legal pro-
pio establecido por la ley 20.266.
El art. 15 de dicha ley dispone que "los martilieros pueden
constituir sociedades de cualesquiera de los tipos previstos en el Có-
digo de Comercio, excepto cooperativas, con el objeto de realizar
exclusivamente actos de remate".
Por otra parte, el art. 16 se refiere a que "en las sociedades que
tengan por objeto la realización de actos de remate, el martiliero
que lo lleve a cabo y los administradores o miembros del directorio
de la sociedad, serán responsables ilimitada, solidaria y conjunta-
mente con ésta por los daños y perjuicios que pudieren ocasionarse
como consecuencia del acto de remate. Estas sociedades deben
efectuar los remates por intermedio de martilleros matriculados, e
inscribirse en registros especiales que llevará el organismo que ten-
ga a su cargo la matrícula".
Conforme una línea interpretativa100, el art. 15 regula las socie-
dades entre martilieros "con el objeto de realizar exclusivamente ac-
tos de remate", en tanto que el art. 16 alude a las sociedades para
"actos de remate", caracterizándolas como sociedades que tengan
por objeto la realización de actos de remate; lo cual es distinto al
supuesto que se refiere a las sociedades entre martilleros, toda vez
que el art. 16 no exige que las sociedades que tengan por objeto
actos de remate sean constituidas "exclusivamente por martilleros",
sino que se limita a ordenar que dichas sociedades sólo pueden efec-
tuar remates por intermedio de martilieros matriculados, y que de-
ben inscribirse en registros especiales; no exige que el martiliero
que remata sea socio de la sociedad.
Como garantía hacia los terceros el mismo art. 16 establece la
responsabilidad ilimitada y solidaria entre el martiliero que lleve a
cabo el remate y los administradores o miembros del directorio de
la sociedad por los daños y perjuicios "que pudieren ocasionarse
como consecuencia del acto de remate".
Para otra corriente101, en cambio, nos encontramos ante una ca-
tegoría única de sociedades cuyo objeto social debe consistir única-
100
Conf. Fariña, Tratado, t. I, p. 234; Richard, Empresas y sociedades de re-
mate, JA, doctrina 1975-235; Etcheverry, Manual de derecho comercial, p. 312.
101
Cámara, Capacidad e incompatibilidad, p. 218; Cabanellas de las Cuevas,
El contrato de sociedad, p. 179.
126 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
2) OBJETO
102
Desde este punto de vista, los arts. 15 y 16 refieren a una única especie de
sociedad, entendiendo que "las sociedades que tengan por objeto la realización
de actos de remate", a que se refiere el art. 16, son, justamente, las sociedades con
ese objeto que describe el art. 15.
103
Según entiende Cámara, Capacidad e incompatibilidad, p. 218.
104
En opinión de Cabanellas de las Cuevas, El contrato de sociedad, t. 2, p.
178 y siguientes.
105
Conf. Fariña, Tratado, t. I. p. 234; en idéntico sentido aunque sosteniendo
que pese a su derogación las prohibiciones del Código de Comercio deben conside-
rarse subsistentes, CNCom, Sala C, 8/2/78, LL, 1978-B-707.
106
Conf. Stratta, ponencia presentada en las Jornadas Nacionales de Derecho
Societario.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 127
Del objeto debe distinguirse el contenido del contrato. En ejer-
cicio de la libertad de configuración interna, los particulares pueden
establecer los fines prácticos que se proponen alcanzar mediante el
contrato, así como los medios y procedimientos que habrán de se-
guir para lograrlo. En tanto esa regulación dictada por los propios
interesados no afecte el orden público, la moral o las buenas cos-
tumbres, o no choque contra normas imperativas e inderogables, su
autonomía de la voluntad es reconocida y tutelada por el ordena-
miento jurídico. Éste desempeña una función negativa, limitadora
y disciplinadora: a los particulares queda reservado el dar contenido
al contrato, en tanto que al ordenamiento jurídico atañe el regular
sus efectos jurídicos107.
El contenido es, pues, "lo querido" por las partes, tal como ellas
lo han determinado. Dentro del concepto de contenido deben in-
cluirse aquellos elementos integrantes del propósito de alcanzar los
fines prácticos perseguidos, como la finalidad económico-social
(causa) del contrato, las obligaciones a que se comprometen y las
prestaciones que constituyen el objeto de éstas. Igualmente quedan
incluidos los elementos accidentales, verbigracia, modos, plazos,
condiciones, etcétera'08.
Los efectos jurídicos quedan fuera del contenido del contrato.
En tanto que las partes, mediante el contrato construyen una pre-
ceptiva destinada a manifestar los fines prácticos que se proponen
alcanzar, y a establecer los medios y procedimientos que estiman
útiles o convenientes para lograrlos -manifestando, a veces, el pro-
pósito de fijar ciertos efectos jurídicos que estiman idóneos para sa-
tisfacer sus finalidades empíricas-, el ordenamiento jurídico estable-
ce cuáles son, en última instancia, los efectos jurídicos que el
contrato o el negocio puede y debe realmente producir. A tal pun-
to, que esos efectos se producen aunque las partes no los hubiesen
previsto ni formulado y, en muchas ocasiones, aun en contra de la
voluntad expresamente manifestada por ellas109.
pretación: en tanto que ésta tiene por objeto el contenido, esto es,
la determinación del verdadero alcance de lo querido, los efectos
son objeto de la valoración del contrato, es decir, la estimación de
su validez, eficacia o nulidad110.
Los autores han discutido suficientemente sobre el punto, pu-
diendo distinguirse al respecto tres direcciones principales:
a) La que entiende que el objeto es la materia del contrato;
esto es, los intereses regulados por él111 por obra de los propios in-
teresados. Esta posición es rectificada por algunos autores para
quienes, aun admitiendo que el objeto es la materia del negocio sos-
tienen que ella está constituida no por intereses sino por bienes o
utilidades o relaciones que caen bajo la voluntad de las partes" 2 .
El objeto del contrato es la cosa o, de modo más general, el
derecho (real o de crédito) que el contrato transfiere de una parte a
la otra, o bien la prestación que una parte se obliga a ejecutar en
favor de otra113.
b) La que identifica el objeto con el contenido del negocio o
del contrato distinguiéndolo del objeto de la obligación. Dentro de
esta concepción, expresa Pacchioni114: "su objeto (del contrato), ha-
blando con propiedad, no puede consistir en otra cosa que en la
constitución, modificación o extinción de una o varias relaciones ju-
rídicas... Hablar del objeto del contrato en otro sentido no es po-
sible, por lo demás, porque el contrato se agota, precisamente, al
crear (o modificar o extinguir) las obligaciones y, por consiguiente,
no puede tener su propio objeto sobre el cual recaer o insistir, como
lo tienen las obligaciones que él viene a crear. Por consiguiente
hay que distinguir el objeto del contrato (que más propiamente de-
bería llamarse contenido), del objeto de las obligaciones creadas por
dicho contrato. El objeto de las obligaciones emergentes de un
contrato está, por tanto, constituido siempre por una prestación
110
Conf. Fontanarrosa, Derecho comercial argentino, p. 42 y la bibliografía
citada.
111
Betti, Teoría, p. 57, n" 5.
112
Conf. Cariota Ferrara, El negocio jurídico, p. 513, n° 127; Barbero, Siste-
ma del derecho privado, t. I, p. 376, n° 233.
113
Conf. Galgano, El negocio jurídico, p. 123.
114 Pacchioni, cit. por Fontanarrosa, Derecho comercial argentino, p. 40.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 129
{daré, faceré, prestare), la cual, a su vez tiene por objeto suyo una
actividad o el resultado de una actividad del deudor. Las cosas,
pues, no constituyen jamás el objeto directo de un contrato, sino
solamente de una prestación que, a su vez, es ella misma objeto de
una obligación creada por el contrato".
En esta posición parece encontrarse Garrigues, quien afirma
que, en general, objeto de un contrato, en sentido técnico, son las
obligaciones que el contrato engendra. Pero suelen confundirse el
objeto del contrato y el objeto de las obligaciones nacidas del con-
trato, aunque en rigor, sean cosas distintas. Tratándose de la socie-
dad cabe también distinguir entre objeto del contrato de sociedad
(obligaciones de los socios), objeto de las obligaciones de los socios
(aportaciones, trabajo del socio) y objeto de la sociedad misma co-
mo persona jurídica (finalidad de la empresa social)115.
En nuestro medio, Etcheverry propugna una división tripartita:
"El objeto, a mi modo de ver, es un elemento esencial, pero no es
tipificante... Y en el contrato de sociedad podemos distinguir tres
clases de objeto; habría un objeto del contrato, y esto con referencia
al contrato que crea la persona jurídica societaria. El objeto del
contrato estaría formado por todas las obligaciones, principalmente
los aportes que los socios van a cumplir para formar el sujeto socie-
dad. La creación de la sociedad comercial tiene, de alguna manera,
dos tiempos perfectamente determinados: hay un tiempo contractual
que es la formación del contrato plurilateral de organización, for-
mación, creación de la sociedad, y hay un tiempo en donde el sujeto
ya formado actúa con una dinámica propia como sujeto de derecho;
entonces ya actúa como sujeto e internamente funciona la dinámica
que es la participación de los socios y de los órganos actuando en
función del sujeto. Esas obligaciones previas del contrato, inclu-
yendo los aportes que serían la obligación fundamental de los so-
cios, serían el objeto del contrato de sociedad"116.
Después está el objeto específico, que es el instrumento que los
socios eligen para conseguir su fin lucrativo. Éste sería el objeto
específico; está determinado expresamente en el contrato, es el que
la ley señala que debe ser preciso y determinado, o sea, bien espe-
115
Conf. Garrigues, Tratado, p. 211.
116
Etcheverry, Derechos y principios societarios, p. 94.
117
Conf. Messineo, Doctrina general del contrato, t. I, p. 149.
1,8
Fontanarrosa, Derecho comercial argentino, vol. 2, p. 47.
119
Conf. Galgano, El negocio jurídico, p. 123.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 131
De tal manera, por ejemplo, objeto inmediato de la compraven-
ta son las obligaciones de dar que surgen a cargo del vendedor y del
comprador; y objeto mediato son la cosa (objeto a su vez de la obli-
gación del vendedor) y el dinero (objeto de la obligación del com-
prador).
Todavía debe hacerse una nueva aclaración: en materia de so-
ciedades no debe confundirse el objeto del contrato de sociedad con
el objeto social. Por objeto del contrato de sociedad ha de enten-
derse, las prestaciones a que se obligan los asociados (aportes); en
tanto que el objeto social consiste en el ámbito de actividades eco-
nómicas prefijado en el contrato o acto constitutivo120.
Tampoco deben confundirse algunos conceptos fundamentales;
no es cierto que la sociedad tenga una finalidad, porque la idea de
fin, la idea de destino son exclusivas del ser humano. En el esque-
ma societario no anida un fin, sino que se reconoce un "objeto".
Éste sí es un vocablo que pertenece a la terminología del derecho
societario. La sociedad no es un fin, sino un medio, un instrumento
jurídico a través del cual se satisfacen finalidades individuales. El
derecho sólo esporádicamente se ocupa del fin o del motivo; la ma-
teria jurídica pertenece a un plano distinto al de la psicología.
Puede decirse, por consiguiente, que el objeto de los contratos
consiste en las prestaciones que son objeto, a su vez, de las obliga-
ciones que nacen como consecuencia del mismo. Si el objeto de la
sociedad, por su parte, está constituido por las operaciones que debe
realizar, parece surgir una divergencia que es indispensable aclarar.
Para llegar al fondo, se impone distinguir entre el objeto del
contrato de sociedad y el objeto de la sociedad misma, considerada
como ente con personalidad propia y destinado a subsistir con vida
a través del tiempo.
Las prestaciones, objeto de las obligaciones asumidas por los
socios al constituir la entidad, en el respectivo contrato social, serían
-aceptando ese criterio- el objeto de la convención, y las actividades
previstas en el acto constitutivo configurarían, a su vez, el objeto de
la institución.
Hay, por lo tanto, un cierto aspecto institucional, que aparece
aquí nuevamente, como en todos los puntos decisivos del análisis de
120
Zanelli, La nozione, p. 31, 35, 40 y 41.
132 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
121
Hémard, Théorie et practique des nullités de sociétés et de société de fait,
n° 18 y 20; Videla Escalada, Las sociedades civiles, p. 48.
122
Colombres, Curso. Parte general, p. 95 y siguientes.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 133
§ 53. OBJETO Y COMERCIAUDAD. - P o r otra parte, en el régimen
de la ley societaria, el objeto no hace a la comercialidad de las so-
ciedades: su naturaleza se determina por la adopción de uno cual-
quiera de los tipos legislados (arg. arts. Io y 3 o , LSC).
3) CAUSA
123
Halperin, Curso de derecho comercial, vol. I, p. 230.
124
Conf. Monsalvo, Contratos, p. 130.
134 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
125
Garrido - Zago. Contratos civiles y comerciales, t. 1, p. 215.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 135
ción sea la causa de la voluntad de la otra parte. Las dos nacen al
mismo tiempo y no es posible que una causa y su efecto sean con-
temporáneos; la "causa mutua" es de este modo un contrasentido.
En definitiva, causa no es más que objeto, y causa ilícita, objeto
ilícito126.
c) TEORÍA NEOCAUSALISTA. En general se ha considerado a Capi-
tant como el gran renovador de los estudios sobre la causa. El co-
mún denominador de los neocausalistas consiste en reconocer la
presencia, en el campo contractual, al menos, y en el general tam-
bién para todo lo referido al más amplio de los actos jurídicos, de
un elemento esencial denominado causa, que debe ser entendido en
sentido ideológico, con el contenido de finalidad y razón de ser.
Esta corriente admite, además del consentimiento, la capacidad y el
objeto, como elemento esencial una finalidad o razón de ser en
el acto que justifique su admisión por el derecho.
Dentro de estos presupuestos los neocausalistas han seguido
distintas corrientes denominadas subjetivas, objetivas y dualistas.
La teoría subjetiva intentó puntualizar las diferencias entre cau-
sa y objeto, sirviendo de base a grandes elaboraciones. En el de-
recho italiano es interesante citar a Messineo127, respecto de las po-
sibles interpretaciones de la expresión "causa".
Se puede partir de la observación de que todo negocio jurídico
cumple una función económica y social característica, que el orde-
namiento jurídico reconoce como relevante para sus fines y que es
suficiente para justificar la tutela acordada por este mismo ordena-
miento a la autonomía privada. Agrega que suele decirse que en
dicha función reside la causa, en sentido objetivo, del negocio; la
cual, después de todo, sirve para individualizar determinado tipo de
negocio frente a todos los otros tipos (causa típica)128.
Valorando esta concepción manifiesta que sus enunciados son
exactísimos, pero no concluyentes, porque, cuando se cree identi-
ficar la causa del negocio por un elemento del mismo (función eco-
nómica y social) en realidad identifica todo el negocio tomado en
126
Monsalvo, Contratos, p. 133.
12
7 Messineo, Manual, t. II, p. 369, § 38, n° 1.
128
Conf. Galgano, El negocio jurídico, p. 107.
136 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
133
Galgano, El negocio jurídico, p. 108; ver art. 1322, ap. 2°, del Cód. Civil
italiano.
134
Messineo, Doctrina, t. I, p. 117.
135
Colombres, Curso. Parte general, p. 56.
140 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
136
Conf. Colombres, Curso. Parte general, p. 57.
137
Broseta Pont, Manual, p. 181; Spota, Instituciones. Contratos, vot. I, p.
126, n° 101.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 141
138
Conf. Ragusa Maggiore, La scomparse degli idolafori: la causa del con-
uatto, "II diritto fallimentare e delle societá commerciali", año LXX, n° 3, p. 553.
139 Brunetti, Tratado, t. I, p. 142, n° 39.
142 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
140
Conf. Paz Ares, Animo de lucro, en "Derecho Mercantil de la Comunidad
Económica Europea. Estudios en homenaje a José Girón Tena", p. 729.
141
Paz Ares, Animo de lucro, en "Derecho Mercantil de la Comunidad Eco-
nómica Europea. Estudios en homenaje a José Girón Tena", p. 729.
142
En torno al art. 2347 del Cód. Civil italiano: "Con il contralto di societá
due o piü persone conferiscono beni o servizi per l'esercizio in comune di un 'attivitá
económica alio socopo di dividirne gli Mili".
i43 Verrucoli, La societá cooperativa, p. 140 y 141.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 143
los contratantes y, por tanto, no puede integrar por sí sola una causa
contractual144. La actividad en común, que no siempre es requisito
de la existencia de sociedad145, pues se corresponde también a con-
tratos de participación, debiendo existir otras causas específicas,
además de establecerse en "interés de todos los socios", aunque esa
comunidad de intereses justifica la atribución patrimonial. Ese
fin común instrumental resulta del interés común con sentido instru-
mental de generar un ente personificado para la actividad en común
y a nombre colectivo, mas no abstracta sino con un objeto preciso y
determinado: el objeto social.
El objeto social, como elemento causal, delimita (imputa) así
los actos y negocios que puede realizar la sociedad, las facultades
de sus administradores, el criterio para juzgar sus actos en orden a
la inversión de su patrimonio.
Las múltiples "finalidades" de los socios se objetivan así en dos
datos causales fínalísticos, uno estructural, organizarse en un ente
personificado, y otro funcional, el objeto que ciñe la actividad a de-
sarrollar en común a través del ente constituido, que permitirá ob-
tener la causa mediata y posible participación en las utilidades, bajo
el riesgo de soportar las pérdidas. Ninguna de las dos causas (la
inmediata y la mediata) pueden ser desconocidas. Ni la pretensión
de la utilidad puede hacer sucumbir la causa de cumplimiento del
objeto social, ni el perfeccionamiento del cumplimiento del objeto
social puede impedir el goce de utilidades existentes.
En los contratos de colaboración su función es la de coopera-
ción para alcanzar el fin que ha determinado el advenimiento del
contrato; ese fin puede ser una gestión a realizar, un resultado a ob-
tener, una utilidad a conseguir y partir (v.gr., mandato, franchising).
Fin que no necesariamente es común. El género se corresponde a
los que cooperan para alcanzar un fin que ha determinado el adve-
nimiento del contrato. Ese fin aparece como causa objetiva: el con-
trato en sí mismo, pero por finalidad común no basta la elección del
contrato en sí mismo (la finalidad objetiva, sociedad, responsabi-
144
Oppo, L'essenza della societá cooperativa e gli studi recenti, "Rivista di
Diritto Civile", 1959, p. 385.
145
Paz Ares, Ánimo de lucro, en "Derecho Mercantil de la Comunidad Eco-
nómica Europea. Estudios en homenaje a José Girón Tena", p. 752.
144 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
146
Con un sentido diverso, Girón Tena señala como causa el fin económico-
social del contrato; en la sociedad sería causa el fin de la entidad. Luego hace
alusión a la doctrina italiana donde se distinguen cuatro causas: lucrativa, mutualista
o cooperativa, consorcial y asociacional o sin significación económica (Derecho de
sociedades, t. I, p. 38).
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 145
La finalidad común es tanto el medio como también la utilización
del medio.
Continuando con la definición del contrato plurilateral, Girón
Tena señala: "En este sentido, importa acentuar que las aportaciones
italianas han puesto de manifiesto que con estos contratos los inte-
reses de los intervinientes se satisfacen no por prestaciones directas
a cada uno de los demás, sino por la actividad de ejecución del fin
común. De esta manera, destacan la necesidad de una organización
para esta actividad y de una colaboración entre los socios"147. Se
pone así de manifiesto que la terminología -contratos plurilaterales,
de colaboración, de comunidad de fin, asociativos- puede resultar
indiferente. Todo ello, en su final, llevan, por camino distinto, a
una aproximación y complementariedad entre las aportaciones ita-
liana y germánica. En términos que resumen acertadamente la con-
fluencia de esfuerzo y el estado de la cuestión, se dice que, frente
a los contratos de cambio, en los asociativos, no es la naturaleza de
la prestación lo que les caracteriza, sino la actividad de colaboración
que se produce en relación con un objeto -género de actividad-, con
un fin -lucrativo o no- y para lo cual el legislador articula ciertas
organizaciones que son los tipos societarios. "Objeto, fin y orga-
nización son justamente los elementos que asumen relieve causal en
el ámbito de las relaciones asociativas y que sirven para caracterizar
las relaciones asociativas concretas"148.
Podría aceptarse que el fin lucrativo -o sea, la obtención de las
utilidades- fuera la causa mediata de la constitución del nuevo ente,
actuando como causa inmediata el objeto social.
4) FORMA
147
Girón Tena, Derecho de sociedades, t. I, p. 134.
148
Girón Tena, Derecho de sociedades, t. I, p. 134.
5) INVALIDEZ VINCULAR
149
Zaldívar y otros, Cuadernos de derecho societario, vol. I, p. 111.
148 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
150 Planiol - Ripert, Traite pratique de droit civil fraileáis, t. XI, p. 1007.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 149
tereses. Si no tuviere plazo fijado, el aporte es exigible desde la
inscripción de la sociedad. La sociedad podrá excluirlo sin perjui-
cio de la reclamación judicial del afectado o exigirle el cumplimien-
to del aporte. En las sociedades por acciones se aplicará el art.
193".
El aporte constituye una obligación y al mismo tiempo un de-
recho para el socio, pues en la medida de su aporte se determinan
sus derechos como tal. Pero al mismo tiempo, como forma de ase-
gurar el patrimonio social, la ley exige que los aportes que no sean
dinerarios se integren a la sociedad en el acto constitutivo (arg. art.
38 y concs., LSC).
Resulta obvio destacar que la constitución de un fondo común
es considerada unánimemente por la doctrina como un elemento es-
pecífico del negocio social.
El aporte efectuado por cada socio es en favor de la sociedad
y no de sus consocios individualmente, de ahí que la sociedad sea
la acreedora de las prestaciones comprometidas y tenga la posibili-
dad de excluir al socio moroso (art. 37, LSC).
El conjunto de las aportaciones que integran el fondo común
de la sociedad constituye el medio necesario de posibilitar el desen-
volvimiento de la sociedad en el tiempo, y el valor del conjunto de
aportes constituirá el capital social, el que inicialmente podrá coin-
cidir con el patrimonio social.
151
Zaldívar y otros, Cuadernos de derecho societario, vol. I, p. 77.
150 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
canee mucho más amplios que el de "lucro" utilizado por el art. 282
del Cód. de Comercio, y comprende toda ventaja patrimonial de ori-
gen social que aumenta la fortuna particular de los socios o les dis-
minuye las cargas.
A la par de la participación en las utilidades, debe analizarse
la soportación de las pérdidas, aspecto también esencial.
Esta soportación eventual de las pérdidas se da en todos los
tipos de sociedad, en la medida que resulte del tipo concretamente
elegido, pues si llegara a establecerse que algún socio no soportará
las pérdidas que pudieran derivarse de la gestión social, se presen-
tará la siguiente alternativa: no se estará ante un negocio de sociedad
sino frente a algún otro negocio jurídico de naturaleza distinta, o la
cláusula que exonere al socio de tal soportación será nula (por apli-
cación de las previsiones del art. 13 y cones., LSC).
Ahora bien, participación en los beneficios y soportación de las
pérdidas, ambos dan idea cabal de la participación en el alea de la
empresa común, como rasgo esencial para la existencia de sociedad.
El art. 13, modificatorio del art. 1654 del Cód. Civil, hace una apli-
cación de esta noción fundamental152. Esa soportación en las pér-
didas puede traducirse en la pérdida del aporte, aunque no medie
otra responsabilidad.
La expresión "participando en los beneficios" traduce con ma-
yor exactitud el fin perseguido, ya que la noción de "utilidad apre-
ciable en dinero" (art. 1648, Cód. Civil) o la de "ánimo de partir el
lucro" (art. 282, Cód. de Comercio), son demasiado estrechas, por-
que llevaría a excluir a la sociedad cooperativa, a una sociedad para
reducir costos o evitar pérdidas, o concretada para estudios, que ne-
cesariamente se traducen en pérdida, etcétera.
En el campo civil, en la propia definición del art. 1648, como
hemos visto fue considerado expresamente este elemento, al expre-
sar la norma que los socios dividirán entre si la utilidad que obten-
gan, concordantemente con lo expresado en el art. 1652: "Sera nula
la sociedad que diese a uno de los socios todos los beneficios, o que
le libertase de toda contribución en las pérdidas, o de prestación
de capital, o que alguno de los socios no participe de los benefi-
cios".
52
Halperin. Curso de derecho comercial, vol. I, p. 256 y siguientes.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 151
153
La participación en las utilidades se vincula muy estrechamente con el
tema de la participación, ya que, en rigor, los resultados deberían definirse al tér-
mino del contrato y las distribuciones periódicas que se llevan a cabo significan
anticipar las operaciones, por razones de conveniencia indudable. Así lo dice, ex-
presamente, el art. 721 del Cód. Alemán, que dispone que en las sociedades de larga
duración la repartición se ha de hacer cada año (conf. Arthuys, Traite des sociétés
commerciales, t. I, n° 74).
154
Videla Escalada, Las sociedades civiles, p. 78.
155
Pont, Traite des sociétés civiles et commerciales, n° 438 y siguientes.
156
Es la cuestión sobre si la comunidad de fin propia del contrato de sociedad
implica o no un deber genérico de colaboración. Cfr. Costi, Societá in genérale,
p. 25.
152 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
157
Fernández de la Gándara, La atipicidad, p. 317.
158
Hammel, L'ajfectio societatis, en Hammel - Lagarde, "Traite de droit com-
mercial", p. 761 y siguientes.
159
Girón Tena, Derecho de sociedades, t. I, p. 43 y 44.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 153
ciedad es el fin común. Si éste existe y si además se encuentran
reunidos los demás requisitos legales de la sociedad, ésta existirá,
haya o no entre los socios, confianza, simpatía, amistad, animadver-
sión, desconfianza u odio. Por ello los autores modernos prescin-
den hoy de mencionar a la affectio societatis como elemento del
contrato de sociedad"160.
La diferencia entre los negocios de participación y la sociedad
se genera no por la affectio societatis o la finalidad común, sino por
la calificada acción negocial unitaria en interés de una pluralidad de
sujetos, donde existe pérdida de autonomía del socio individual en
el ámbito de los asuntos de carácter común, calificándose así la "ac-
tividad común" como resultado de aquélla.
En un caso, la primera instancia consideró causal de disolución
la pérdida de la affectio societatis y la consecuente imposibilidad de
cumplir con el objeto social, solución que no fue compartida en la
segunda instancia por entender que la mentada pérdida de la affectio
societatis no revestía entidad suficiente para fundar la disolución161.
Frente a considerar la sociedad típica, la importancia de la con-
cepción de la affectio societatis sólo tendrá relevancia para constatar
la calificación de sociedad de hecho a una relación determinada.
162
Para un sector de la doctrina nos encontramos ante una situación de inha-
bilidad, la que ocurre cuando una persona, en virtud del vínculo que tiene con otra,
no puede celebrar con ésta determinados actos jurídicos. Tal el caso de los cónyu-
156 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
salvo que la participación del socio cuyo nexo se anula sea esencial
según las circunstancias, del monto del aporte, personalidad del so-
cio, sociedad de dos socios, etcétera.
En la presente hipótesis, la imposibilidad que pesa sobre uno
de los cónyuges no puede llevar a la liquidación de la sociedad, bas-
tando con desatar ese vínculo y mantener la empresa; por ende, lo
que corresponde es la rescisión parcial del contrato social.
No se alcanza cabalmente a comprender por qué el criterio del
legislador se ha inclinado a declarar nula la sociedad en el caso que
estudiamos (nulidad que a su vez sería absoluta -ello es inconfirma-
ble, imprescriptible, etc.-) contrariando el principio general del art.
16, párr. Io. Y lamentablemente cualquier digresión en torno de la
posible aplicación de ese principio general chocará inevitablemente
con la norma especial del art. 29; la sociedad será declarada nula y,
por tanto, se liquidará. Indudablemente el remedio no guarda cohe-
rencia con los medios disponibles para preservar el fin buscado: la
ratio legis[66.
Además, desde nuestro punto de vista, en la hipótesis de socie-
dad nula (de nulidad absoluta) no existe un régimen de nulidad dis-
tinto (ex nunc -hacia el futuro-) del que rige para los actos jurídicos
-contratos- en general (ex tune -desde siempre-). Nuevamente es
preciso enfatizar que aquí la nulidad no lo es de la relación perso-
nificada -que si existió no puede ser borrada-, sino de la atribución
del tipo, y los efectos del tipo se afectan ex tune, con motivo de la
nulidad absoluta, sin perjuicio de constituirse como causal de diso-
lución (ex nunc) de la relación asociativa. Así, de no aceptarse la
resolución parcial por aplicación del art. 16 de la LSC (norma para
el negocio constitutivo), corresponde la disolución que imputa por
aplicación de la nulidad considerar en cuanto a sus efectos de hecho
a la sociedad ("como si fuera devenida de hecho"), con respon-
sabilidad solidaria de los cónyuges167.
166
Zannoni, Sociedad entre cónyuges, p. 48.
167
Comp. Cámara, Derecho societario, p. 79 a 134.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 159
168
Conf. Zaldívar y otros, Cuadernos de derecho societario, vol. I, p. 97; Hal-
perin. Sociedades comerciales. Parte general, p. 224; Fariña, Tratado, t. I, p. 249.
169
CNCom, Sala C. 9/2/89, LL, 1989-C-453.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 161
170
Cornejo Costas, Tratado del nombre social, p. 249.
171
CNCom, Sala A, 24/8/92, "Chanel París SA c/Inspección General de Jus-
ticia", aceptando lo dispuesto por el art. 10 de la res. IGJ 6/88. El precedente se
funda en el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso "SA Her-
mes de París c/Cía. Hermes SRL", en el que se reconoció el derecho a la protección
del nombre de las sociedades extranjeras, aun sin sucursal o agencia en el país, si
son públicamente conocidas y comercian en su ámbito (CSJN, Fallos, 192:451).
172
Conf. Otaegui, Persona societaria. Esquema de sus atributos, RDCO,
1974-294.
173
Cornejo Costas, El nombre social, p. 197 y ss.; Manóvil - Ragazzi, Nombre
social, RDCO, 1990-756; Favier Dubois (h.), El nombre de la sociedad comercial:
aspectos y cuestiones, ED, 83-746.
174
Conf. Richard, Notas en torno al concepto clásico de domicilio, "Boletín
de Seminario", n° 3, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad Nacio-
nal del Litoral.
175
Conf. Morello - Sosa - Berizonce, Códigos Procesales en lo Civil y Comer-
cial de la Provincia de Buenos Aires y de la Nación. Comentados y anotados, t.
Vl-b, p. 988; Fenochietto - Arazi, Código Procesal Civil y Comercial de la Nación,
t. 3, p. 110. Ver también CPCivCom SIsidro, Sala I, 11/7/86, c. 42.694; id., id..
30/6/67, c. 45.132, "Estudios de Derecho Comercial", San Isidro, n° 8, 1992, p. 182.
176
CPCivCom SIsidro, Sala II, 17/5/90, n° 52.590, "Estudios de Derecho Co-
mercial", San Isidro, n° 8, 1992, p. 182.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 163
de la LSC, el alcance del art. 101 del Cód. Civil (domicilio espe-
cial), sino el del art. 90 del Cód. Civil (domicilio legal)177.
Según expresa la jurisprudencia, "habida cuenta que los nulidi-
centes no sostuvieron ni probaron que la sociedad hubiera fijado
otro domicilio legal ni afirmaron tampoco que tuviese en otro lugar
la sede de los negocios, es irrelevante, a los efectos de cuestionar la
notificación cuya nulidad se pide, que el domicilio se hallase desha-
bitado o clausurado: el concepto de domicilio 'legal' no atiende al
hecho de que la persona -o sus representantes o administradores o
integrantes- se halle efectivamente en ese lugar"178.
Cuando se emplaza a juicio a una sociedad deben armonizarse
las normas contenidas en el art. 90, incs. 3 o y 4o, del Cód. Civil, con
la regla contenida en el art. 11, inc. 2 infine, de la LSC, que tiene
por válidas y vinculantes para la sociedad todas las notificaciones
efectuadas en la sede social inscripta, mas no cabe excluir las que
se hacen en las sucursales donde efectivamente se realicen los ne-
gocios179.
La omisión del cambio de domicilio social no es causal de irre-
gularidad de una sociedad inscripta, ni hay transformación entre
regular e irregular como consecuencia de aquella omisión180.
177
CNCom, Sala A, 6/6/88; CPCivCom SIsidro, Sala I, n° 56.536, "Banco
Río de la Plata c/Biosistemas SRL", "Estudios de Derecho Comercial", San Isidro,
n° 8, año 1992, p. 182.
i™ CNCom, Sala D, 13/12/90, "Secchi, Renzo c/Establecimiento La Tapa, de
González del Río s/disolución de sociedad".
179
CNCom, Sala A, 25/7/91, "Cinco Lomas SA c/Pecawe SA", "Doctrina So-
cietaria y Concursal Errepar", t. V, p. 280.
180
CCivCom Azul, 6/5/92, "Estancias Derpa y otro", "Doctrina Societaria y
Concursal Errepar", t. V, p. 281. El régimen previsto por el art. 21 de la LSC se
refiere a una situación que puede plantearse en el iter formal constitutivo y no a
situaciones posteriores a la adquisición del tipo regular.
164 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
181
Su imposibilidad material implicaría una causal de disolución coetánea a
su nacimiento como persona jurídica, y su imposibilidad jurídica impondría su di-
solución como es la constitución de una sociedad para desarrollar una actividad que
le está vedada a su tipo (arg. art. 20, LSC).
182
También la CApel CdelUruguay (18/6/76, "Bertoni, Simone y Cía. SA
c/Río Cuarto Ferias SA") dijo que la LSC exige, con énfasis, que el objeto de la
sociedad debe ser "preciso y determinado", sin que sea único, pues puede estable-
cerse pluralidad de objetos. Esta enumeración se refiere a las categorías de activi-
dades económicas que se propone desarrollar para el logro de su fin; a las categorías
de actividades y no a los medios jurídicos o económicos que empleará para la efec-
tiva realización de esas actividades. La CNCom (Sala C, 30/11/72, "Nabueque
SRL") expresó que "la cláusula contractual que determina un 'objeto principal', lo
que presupone la existencia de objetos accesorios y omite toda referencia a los mis-
mos, no satisface la exigencia del inc. 3 del art. 11 de la LSC".
183
Al respecto la Exposición de motivos en su capítulo II, sección V, ap. II,
párr. 5o, hace expresa alusión a tal indicación reconociendo ciertas tendencias que
auspician la representación del capital en moneda extranjera, en razón de poder ello
constituir una forma de atraer capitales del exterior.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 165
184
Es irrisorio el capital de un millón de pesos (al año 80) de una sociedad
de responsabilidad limitada, cuyo objeto sería la construcción (JuzgNacRegistro, 30/
6/80, "Veca Constructora SRL s/inscripción", LL, 1980-D-464).
166 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
185
Verón, Sociedades comerciales, t. 1, p. 102.
186
Conf. Muiño, Lecciones preliminares, p. 83 y siguientes.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 167
187
Zaldívar y otros, Cuadernos de derecho societario, vol. I, p. 94.
188
Romero, Sociedades irregulares y de hecho, p. 7 y siguientes.
189
Arduo ha sido el debate sobre e¡ punto, acerca de si el instrumento público
de que habla el art. 165 es exigido sólo para la "constitución" de la sociedad anónima,
o si también deviene exigible para las "modificaciones"; la tesis hoy ampliamente
mayoritaria apoya la primera posición. En tal sentido la CNCom (Sala C, 13/2/80,
"Serviacero SA", LL, 1980-B-397), afirmó que de lo estatuido en el art. 4o de la
LSC solamente cabe sentar que, no mediando disposición en contrario, las socieda-
des pueden constituirse o modificarse por instrumento público o privado; e incluso
que una sociedad constituida por instrumento público pueda modificarse por instru-
mento privado y viceversa. Pero hay reglas particulares para ciertos tipos societa-
rios (arts. 165 y 361). En el caso de las sociedades anónimas, la regla especial se
refiere concretamente a la forma impuesta para la constitución y con ello se desplaza
la aplicabilidad del art. 4 o . Y tal desplazamiento no parece que pueda entender-
se fragmentariamente, vale decir, solamente respecto de la constitución, manteniéndose
inalterada e impoluta respecto de la modificación. En efecto, lo estatuido por el
art. 4o se asienta en un principio de amplitud formal y admite tanto el instrumento
público como el privado en el contrato constitutivo; a partir de esa indiferencia en
la constitución, dicha amplitud se justifica como corolario en la modificación del
contrato. Pero quebrada en orden a la constitución, por la regla del art. 165, parece
sumamente controvertible que pueda postularse la subsistencia respecto de la modi-
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 169
dad en comandita por acciones atento la remisión que señala el art.
316190.
Siguiendo a Perrota, señalaremos que la exigencia de la forma
apunta a la sustancia del acto, a su existencia; en cambio, la prueba
tiende a su demostración en juicio, o sea que no deben confundirse
los conceptos de forma y de prueba; son elementos distintos, tanto en
JÜS funciones como en cuanto a las reglas a que están sometidos1'".
La ley en su cap. I, secc. II (arts. 4o, 5 o , 7o y 10), que se refiere
a la forma, prueba y procedimiento de constitución y modificación
del contrato social, e indica cuáles son los requisitos formales a te-
ner en cuenta. Ellos son:
a) La necesidad de que el contrato de sociedad se implemente
por escrito, al igual que sus modificaciones, otorgándole a las partes,
para ciertos tipos societarios, la opción de recurrir al instrumento
público o al privado.
b) Para ciertos tipos societarios (de responsabilidad limitada o
por acciones, excluidas las cooperativas) la publicación o edición de
sus instrumentos constitutivos o modificatorios, procedimiento éste
que denominamos como "primera medida de publicidad" en razón
de la vinculación que existe entre esta forma de conocimiento y la
limitación de la responsabilidad de los socios.
c) La inscripción en el Registro Público de Comercio, que im-
plica la culminación del régimen de publicidad para las sociedades
comerciales192.
193
En principio, la comprobación del cumplimiento de los requisitos legales
y fiscales que incumbe al juez de comercio (art. 6o) no comprende la verificación
previa de la situación personal de cada uno de los directores o administradores mien-
tras no medie constancia o denuncia de alguna incapacidad, inhabilidad o incompa-
tibilidad (CApel Sante Fe, 24/6/77, Juris, 54-72).
194
Como consecuencia de ello, se ha resuelto que es inadmisible la cláusula
del contrato de sociedad (de responsabilidad limitada) por la que se establece que
la sociedad "queda constituida" desde una fecha anterior al contrato constitutivo
(CNCom, Sala C, 3/9/82, "Chacabuco SRL").
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 171
195
Conf. Aragón Reyes - García Villaverde - Santamaría Pastor, El régimen
jurídico de las cajas de ahorros, p. 155.
196
Halperin, Sociedades anónimas, p. 121.
172 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
197
Adrogué - García Cuerva, La publicidad registral, LL, 1978-D-1039.
Conf. Verón, Sociedades comerciales, t. 1, p. 107, ver CNCom, Sala C, 12/12/78,
LL, 1979-B-253, con nota de Migliardi, Modificación del contrato social no inscrip-
ta. Efectos respecto a los socios.
198
Spota, Instituciones. Contratos, t. II, p. 73.
EL ACTO O NEGOCIO CONSTITUTIVO SOCIETARIO 173
199
Salandra, cit. por Halperin, Curso de derecho comercial, p. 285.
200 Conf. M u i ñ o , p o n e n c i a presentada a las II J o r n a d a s de D e r e c h o Civil,
Mendoza.
CAPÍTULO III
1
Ascarelli, Sociedades y asociaciones comerciales, t. I, p. 127.
2
Ferrara, La personalitá delle societá di comercio, "Rivista del Diritto Com-
merciale", 1910, t. I, p. 118.
3
La teoría del estado de socio constituye una "elaboración útil para captar
mejor el vínculo societario. El status socii es un conceptio verborum, un recurso
técnico de eficaz aplicación a la disciplina jurídica y la dogmática de esta parte del
derecho privado. El status juega como una situación jurídica preliminar, como un
prius de relaciones jurídicas derivadas de ese mismo presupuesto" (conf. Colombres,
Curso. Parte general, p. 52). Sin embargo, a pesar de que por estado se entiende
la relación entre un individuo y un determinado ordenamiento jurídico, y que en ese
sentido podría compararse al estado de ciudadano; la extensión al socio de este con-
cepto de estado no es técnicamente aceptable: sólo cabe emplearlo como una como-
didad verbal, porque la situación del socio es diversa de la del ciudadano; mientras
que la calidad de socio es normalmente voluntaria, puesto que es negocial, la de
ciudadano es obligatoria; en la primera, los derechos y obligaciones crean ese esta-
do, y no derivan de él, en cambio, en la segunda, los derechos y obligaciones derivan
del Estado (conf. Halperin, Curso de derecho comercial, vol. I, p. 351).
176 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
4
En este último aspecto nos referimos al cumplimiento de su obligación de
aportar, prestaciones accesorias asumidas, etcétera.
5
Ver en general Mascheroni - Muguillo, Régimen jurídico del socio.
6
Nos referimos a las disposiciones indisponibles en ciertos tipos sociales, ta-
les como el derecho al voto acumulativo, al ejercicio del derecho de preferencia, al
derecho de receso, etc., otorgado a los socios en las sociedades por acciones, que
pueden ser asumidos negocialmente al organizar otros tipos sociales.
7
Richard, Anteproyecto de ley de sociedades comerciales, RDCO, 1968-606.
8
Conf. Richard, Derechos patrimoniales de los accionistas, en las sociedades
anónimas, p. 115 y siguientes.
9
Es de recordar -como lo hace Garó, Sociedades comerciales, t. I, vol. II,
p. 10- que a su respecto declaraba el art. 299 del Cód. de Comercio: "La persona
que prestase su nombre como socio, o tolerase o permitiese poner o continuar su
nombre en la razón social, aunque no tenga parte en las ganancias de la sociedad,
será responsable por todas las obligaciones de la sociedad que fuesen contraídas
bajo la firma social, salvo su acción contra los socios y sin responder a éstos por
las pérdidas y daños", coincidiendo sustancialmente con el art. 1668 del Cód. Civil
LOS SOCIOS Y LOS TERCEROS 179
en cuanto expresa: "El que sólo fuere socio ostensible por haber simplemente pres-
tado su nombre, no será reputado socio en relación con los verdaderos socios, aun-
que éstos le den algún interés; mas lo será con relación a terceros con derecho
contra los verdaderos socios, para ser indemnizado de lo que pagare a los acree-
dores de la sociedad". La sanción del artículo recae sobre quien aparece ante los
ojos de los terceros como socio, cuando en realidad no lo es; porque si lo fuera, en
verdad no tendría aplicación (conf. Segovia, Explicación y crítica del nuevo Código
de Comercio, t. 1, nota 1089). El legislador trata de defender los intereses de los
terceros, que de otro modo podrían fácilmente ser perjudicados (conf. Siburu. Co-
mentario al Código de Comercio argentino, n° 1120). Pero para que la grave san-
ción del artículo se haga efectiva, la persona afectada debió haber consentido en
que se usase su nombre como socio, o tolerado o permitido que se le hiciera figurar
en la razón social. Se trata de una posición activa, o pasiva, pero consciente, co-
nocida, porque si en este último supuesto ha podido ignorar que ese empleo se hacía
y afortiori de un modo indebido o abusivo, la aplicación de la pena es improcedente
(conf. Rivarola, Sociedades anónimas, n° 369). Bastará para ello con acreditar que
su ausencia del lugar no le ha permitido conocer y poner coto a ese abuso, y que,
por otra parte, no existe ninguna circunstancia que permita suponer que directa o
indirectamente la sociedad, que así ha procedido, se haya considerado autorizada
para proceder así. De cualquier modo, serán los jueces quienes resolverán, previa
la apreciación de dichas circunstancias, si hay o no lugar a su aplicación. En caso
afirmativo, se tendrá presente que la responsabilidad será solidaria e ilimitada con
los demás (conf. Malagarriga. Tratado, p. 67). Pero, ello es así con relación a los
terceros, porque en lo que respecta a los socios, las responsabilidades se adjudicarán
según los convenios que entre ellos existiesen, o en correspondencia con el valor de
sus aportes y las utilidades que se atribuyan.
180 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
10
Sobre esta figura se refería -como lo denomina Garó, Sociedades comer-
ciales, t. I, vol. II, p. 10- el desubicado último apartado del art. 298 del Cód. de
Comercio, al prescribir: "La responsabilidad de los socios ocultos es personal y so-
lidaria en la forma establecida en el art. 302". La disposición se orienta en distinto
sentido de la del art. 1669 del Cód. Civil que prescribe: "£7 que fuere socio no
ostensible, será juzgado socio con relación a las personas con quienes contrató so-
ciedad: mas no con relación a terceros, aunque éstos tuviesen conocimiento del con-
trato social". Por lo cual en opinión de este autor deroga la anterior en lo que es
incompatible. ¿Qué debe entenderse por socio oculto? La ley no lo dice, pero la
doctrina (conf. Siburu, Comentario al Código de Comercio argentino, vol. IV, n°
1119; Segovia, Explicación y crítica del nuevo Código de Comercio, t. I, nota 1088;
Malagarriga, Tratado, p. 66) nos proporciona las necesarias explicaciones. Lo será
aquel que sin figurar en el contrato social o en acto formal como integrante de la
sociedad, o al no aparecer en la inscripción del registro como tal, niega ante los
terceros serlo y, no obstante, ya sea directamente, o por un "testaferro" (persona que
hace las veces de socio por otro, sin serlo en la realidad jurídica y material), goza
de los beneficios de tal.
11
Fariña, Tratado, t. I. p. 385; recordando además que el art. 1730 del Cód.
Civil admite, aunque con redacción mucho más escueta, semejante solución para las
sociedades civiles.
LOS SOCIOS Y LOS TERCEROS 181
pación, lo cual no significa atribuir a esa relación dicho carácter.
Entre la sociedad en participación y la figura del "socio del socio"
existen diferencias fundamentales:
a) La sociedad en participación dentro del derecho argentino
debe ser transitoria, cosa que no constituye requisito para la figura
del "socio del socio".
b) En la sociedad en participación el socio gestor tiene a su
cargo la administración de la sociedad y es quien actúa frente a ter-
ceros a su nombre personal. El socio que otorga participación a un
tercero (caso del art. 35) se limita a hacer participar a ese tercero
en las utilidades o pérdidas que él reciba en su calidad de tal den-
tro de determinada sociedad a la cual el tercero permanece ajeno.
C) A P O R T E , PATRIMONIO Y CAPITAL
15
Garrigues, Tratado, t. I, vol. 2, p. 734; Rodríguez Rodríguez, Derecho de
las sociedades, t. I, p. 173; Barba de la Vega, Las prestaciones accesorias, p. 171.
16
El artículo señala de acuerdo con lo que dispone para cada tipo de sociedad,
refiriéndose a nuestro entender a los actos que cumplan los administradores y re-
presentantes orgánicos de la sociedad, y no cualquier socio como en la sociedad
irregular, más que a la responsabilidad limitada que puedan tener los socios o a las
particulares reglas sobre la sociedad en formación, que corresponden sólo a la so-
ciedad por acciones: arts. 182 a 184.
17
Ver Exposición de motivos -secc. VI, ap. 1- aunque se refiera a una per-
sonalidad precaria y limitada, calificativos que no alteran la generación de persona-
lidad, como hemos sostenido.
18
En la ley 117 del año 1993 que crea la sociedad de capital e industria en
el Paraguay, a los aportes de los socios industriales se les refiere como "prestacio-
nes", imponiendo que se les atribuya un valor que -conforme el art. 5°- "será equi-
valente al promedio de remuneraciones abonados por servicios iguales o similares,
al tiempo de constitución, fijado por un plazo determinado de trabajo, o por un nú-
mero de piezas a producir". O sea que el valor de la prestación, así tasada, del
socio industrial, permite compararla con los aportes de capital. La terminología
de la ley, llamando prestaciones a los compromisos del socio industrial, modifica
adecuadamente la terminología del Código Civil que los denominaba también "apor-
tes" en el art. 987 ("no prestare el servicio", "se obligó a aportar"). Esa atribución
de valores a los aportes y prestaciones viene en sustitución del valor capital, que no
aparece exigido en la ley, midiendo el límite de responsabilidad de los socios tanto
industriales como capitalistas (arg. arts. 6o, 9°, 12 y 13).
184 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
19
Colombres, Curso. Parte general, p. 134.
20
Es una cifra, representando un concepto puesto a similitud de los mate-
máticos, constituyendo una cifra parámetro (Colombres, Curso. Parte general, p.
134).
21
La inflación generó las cuentas de ajuste de capital para mantener el valor
de la cifra original, frente al envilecimiento del signo monetario indicado como dato
estatutario.
-- JuzgNacCom n° 26, 30/6/80. "Veca Construcciones SRL", firme.
LOS SOCIOS Y LOS TERCEROS 185
Esa noción estática de capital social, debería ser vinculada a la
obligación de mantener a la sociedad patrimonialmente apta para
enfrentar los negocios sociales que en concreto se planifican realizar
año por año. Estamos hablando del concepto de subcapitalización
material, o sea de patrimonio insuficiente, que importa una no-
ción dinámica que escapa a la simple subcapitalización formal-1.
El capital social cumple una función formal de cifra de reten-
ción frente al derecho individual inderogable de los socios a las uti-
lidades del giro societario que se registren en el patrimonio de la
sociedad. Impide que los socios puedan ejercer derechos sobre ese
conjunto de bienes más allá de la barrera que implica su valor no-
minal y los ajustes técnicos. Como dato jurídico o cifra estatutaria,
es un parámetro para el ejercicio de los derechos y obligaciones en
relación a los socios y los terceros.
El patrimonio neto de la sociedad resulta contablemente de res-
tar a su activo el pasivo; jurídicamente indica la cantidad resultante
de detraer del valor total asignado a los bienes y derechos de que
es titular una sociedad, el total de las deudas y obligaciones por las
cuales debe responder.
Esta es la razón por la que el capital se detrae de la cifra resul-
tante, como si fuera un pasivo, para actuar como elemento de reten-
ción en el patrimonio del monto necesario para asegurar el giro so-
cial (realizar las actividades destinadas al cumplimiento del objeto
social). Impide así que los socios puedan repartirse anticipadamen-
te el capital social, determinando así la existencia o no de utilidades
que, en virtud de una deliberación de socios, puede traducirse en
dividendos repartibles. Se respeta así la función jurídica del capi-
tal, cuya reducción está sometida a un criterio estricto en las socie-
dades con responsabilidad limitada de sus socios, en cuanto que ese
capital implica un monto referencial de la responsabilidad patrimo-
nial de la sociedad respecto a los terceros acreedores.
Las acciones sin valor nominal intentan soslayar el criterio ju-
rídico de la noción de capital social, para referirse al criterio eco-
nómico de patrimonio suficiente para la evolución social; de un dato
23
Conf. Pórtale, Capitule sociale e societá per azioni sottocapitalizzata, "Ri-
vista delle societá", año 36, ene.-feb. 1991, fase. Io, p. 3 y siguientes. Nos referi-
mos a la infracapítalización material.
186 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
- 4 El tema está vinculado a las acciones sin valor nominal como represen-
tativas del aporte de cada socio a la constitución del patrimonio social. Como jus-
tificación de su existencia reproducimos las "notas explicativas" del anteproyecto
de ley de sociedades y contratos de participación elaborado por la comisión desig-
nada por el Ministerio de Justicia, presentado en 1993 (constituida por Alberti, Ara-
ya. Fargosi, Le Pera, Malra! y Richard), en la que se impone esa solución para el
nuevo subtipo de sociedad por acciones, "la sociedad anónima simplificada": "/)
Prohibición de acciones con valor nominal: a) se establece que las acciones de las
sociedades anónimas simplificadas no podrán tener valor nominal, que parte de la
hoy común constatación de que la mención de un 'capital social' nominal constituye
un dato carente de realidad que, al sugerir al público que sí lo tiene, constituye una
manifestación engañosa que no debe ser permitida por la ley; b) esa constatación se
encuentra también en el report n° 9 de la 'Comisión para la Reforma y Reformula-
ción de la Ley de Compañías de Nueva Zelanda' (1989). El anteproyecto elabo-
rado por esa comisión tuvo por sus méritos una pronta atención en el ambiente ju-
rídico internacional, y fue además tenido en cuenta ep esta comisión porque, aunque
sensiblemente más pequeño en territorio y población, Nueva Zelanda es un país
que por su producción y otras circunstancias fue tradicionalmente considerado una
referencia para la Argentina. Estudiado ese report n° 9, el anteproyecto que lo
acompaña, y el proyecto finalmente sometido al parlamento, encontramos ideas úti-
les en varios puntos, entre ellos las distribuciones a los accionistas y dividendos,
compra por la sociedad de sus propias acciones, asistencia a terceros para esa com-
pra, y la emisión de acciones que importan responsabilidad personal e ilimitada por
las obligaciones de la sociedad; c) la no emisión de"acciones con valor nominal
por la sociedad anónima simplificada la hará particularmente apropiada como es-
tructura formal para proyectos empresarios conjuntos (joint venture corporations) y
solucionará ciertas limitaciones que resultan de la noción de ese capital social no-
minal. La experiencia brasileña es útil para nosotros. Después del período de des-
concierto inicial que siguió a la sanción de la ley de sociedades por acciones de
1976, que permitió las acciones sin valor nominal, éstas adquirieron gran difusión
y en buena medida desplazaron a las otras, pese a que esa ley contiene un método
alternativo para adecuar de algún modo el 'valor nominal de las acciones a su valor
patrimonial proporcional'; d) la regulación de la sociedad anónima simplificada con-
tiene menos reglas sobre 'capital', 'reservas de capital', y otras nociones vincula-
das, de las que se encuentran en otras legislaciones -incluida la brasileña, inspirada
en esta parte en las versiones de aquella época de la Model Business Corporation
Act estadounidense-; e) se trata de un área en la que las ideas evolucionan con gran
rapidez, y la comisión prefirió someterse a la autorrestricción de no regular lo que
no era seguro que debía ser regulado, antes que legislar sólo porque otros países en
el pasado lo habían hecho, y porque proponer más reglas sólo requeriría adaptar
material fácilmente disponible;/) el art. 325 contiene una remisión a los principios
de contabilidad generalmente aceptados para sociedades de acciones sin valor no-
minal, y esta remisión debería ser eficaz y fructífera en la mayor parte de los casos.
LOS SOCIOS Y LOS TERCEROS 187
En cuanto a las sociedades anónimas simplificadas que hagan oferta pública, la au-
toridad de regulación podrá establecer las demás normas que estime apropiadas. Si
la observación demostrara alguna necesidad específica, ella puede ser rápidamente
atendida por un legislador atento, mal menor respecto del que se causa mediante la
introducción de reglas inapropiadas, o que en poco tiempo pasen a serlo, cuya co-
rrección es mucho más difícil porque la experiencia indica que, una vez instaladas,
ellas son difíciles de remover".
188 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
25
Acosta Romero, Derecho bancario, p. 569 y siguientes.
26
Nueva especie de títulos valores en México, introducido por las reformas
a la ley bancaria de 1990 (art. 64 y concs.); consideramos que ello no está prohibido
en la legislación argentina (obligaciones negociables subordinadas).
27
Acosta Romero. Derecho bancario, p. 574.
LOS SOCIOS Y LOS TERCEROS 189
ditos una categoría". Se trata de la subordinación propiamente di-
cha o inversa conforme nuestra calificación.
28
En en derecho paraguayo, siguiendo una tendencia universal para los apor-
tes, y referido a los aportes de trabajo o servicios, se determina que el trabajo o
industria no podrá consistir en "influencia política o social", pues tornaría nula a la
sociedad (arg. art. 961, inc. b, Cód. Civil paraguayo).
29
En Paraguay, conforme la personificación de la sociedad contra su inscrip-
ción, los aportes de bienes registrables no podrán inscribirse a nombre de la socie-
dad (art. 967, párr. 3 o , Cód. Civil paraguayo); consecuente con ello, mientras la
sociedad no se inscribe existe responsabilidad solidaria de los socios (art. 11).
LOS SOCIOS Y LOS TERCEROS 191
36
La jurisprudencia ha resuelto que no puede hablarse de mora en la integra-
ción de los aportes descriptos en la promesa de contrato, desde el momento en que
la sociedad no se encuentra constituida (CNCom, Sala C, 30/5/80, ED, 90-249).
37
Se trata de un caso de excepción de la exclusión prevista en el art. 91 de
la ley. que exige que la sociedad promueva la acción judicial respectiva. Tampoco
se aplica, en el supuesto de la mora en el aporte, la caducidad de noventa días pre-
vista en la acción general de exclusión de socios.
40
Conf. Battaglia, Los aportes de capital no dinerario en las sociedades anó-
nimas, "La Información". 67-1993-728.
196 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
41
El tema genera el espinoso linde entre la sociedad en formación y la socie-
dad irregular cuando en aquélla se abandona el iter constitutivo o se afrontan los
negocios sociales normales, según discrepancias doctrinarias. Máxime frente a pre-
visiones como las del art. 26 que parecen excluir la titularidad de bienes registrables
a sociedades irregulares. Un análisis global permite contradecir esta última solu-
ción y considerar negativa la regulación de las sociedades irregularmente consti-
tuidas en la forma que lo ha hecho el legislador. Sobre el punto puede verse Ben-
señor. Capacidad de la sociedad no constituida regularmente para adquirir bienes
registrables, "Doctrina Societaria y Concursal Errepar", oct. 1989, t. II, p. 357 y la
completa bibliografía allí citada.
« Conf. CNCom, Sala C, 14/3/75. "Casa Matal SRL", LL, 1975-C-487.
198 CONSTITUCIÓN. GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
43
Sánchez Miguel. La valoración de las aportaciones no dinerarias o "in
natura" en la sociedad anónima, en "Derecho mercantil de la Comunidad Econó-
mica Europea. Estudios en homenaje a José Girón Tena", p. 937 y siguientes.
LOS SOCIOS Y LOS TERCEROS 199
44
Eizaguirre. La sociedad nula, en "Reforma del derecho español de socie-
dades de capital", p. 281 y siguientes.
202 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
45
Barba de la Vega, Las prestaciones accesorias, p. 407 y siguientes.
204 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
46
CNCom, Sala D, 12/3/76, "Caja de Crédito Helguera Coop. Ltda. c/
Swhwartzburg, I.", donde se dijo que "los acreedores del socio no podrán hacer
vender las partes de interés en la sociedad, sólo podrán cobrarse sobre las utilidades
y la cuota de liquidación"; ST La Rioja, 12/6/75, "Elias Frid SRL", expresando que
"los acreedores de los socios no pueden tener mayores derechos que el socio res-
pecto de la sociedad y no pueden dificultar la marcha de la sociedad, sólo pudiendo
cobrarse de las partes que le correspondan a los socios en las utilidades y en la
disolución".
47
CNCom, Sala A, 12/8/74, "Crédito América SA c/Castro de Prorrovechio,
B.", manifestando que "el art. 57 de la ley 19.550 autoriza las ventas de las cuotas
de propiedad de deudor con sujeción a las modalidades estipuladas, permitiéndose
la venta forzada de cuotas".
LOS SOCIOS Y LOS TERCEROS 205
tada por quien pretende ser acreedor social se dirija contra los socios
con responsabilidad ilimitada. La sentencia obtenida en esa deman-
da, previa excusión del patrimonio social, podría ejecutarse contra
los socios con responsabilidad subsidiaria. Se asienta el valor de
la cosa juzgada de la sentencia obtenida contra la sociedad, para
hacerla valer luego contra los socios, ante la insuficiencia del pa-
trimonio social48, conforme su responsabilidad de acuerdo al tipo
social49.
El tema tiene sus particularidades en caso de tratarse de una
sociedad de hecho, pues deberá probarse quiénes la integran y no
resulta prácticamente factible dirigir una demanda simplemente con-
tra ''una sociedad de hecho", sino contra los que supuestamente la
integran, para acreditar su calidad de socios por la responsabilidad50,
y determinar la existencia misma de la sociedad y de su patrimonio
si se intentara hacer valer la disposición del art. 25 de la LSC para
desplazar pretensiones de acreedores individuales de los socios so-
bre bienes de la sociedad.
48
CComCap, 24/6/46, "FC Central Argentino c/Bonfanti, L.", donde se dijo
que "el socio solidario no está obligado a denunciar bienes a excutir, para poder
alegar el beneficio de excusión".
49
"La ley admite como uno de los efectos de la personalidad jurídica reco-
nocida a las sociedades (art. 2o, ley 19.550), la separación patrimonial de estos su-
jetos de derecho respecto de sus integrantes. Este principio legal debe mantenerse
y respetarse en tanto no se violen reglas superiores del ordenamiento jurídico que
hagan aplicable el criterio de funcionalidad sustentado en la citada norma legal"
(CNCom, Sala A. 16/2/82, "Pedro Borio y Asociados de Publicad c/Aguirre Pinasco
SA"; id., id., 21/12/83, "Michanie, Jacobo c/Daniel Chait y Ames SA").
so CSJN, 4/8/69, "Martínez, T. c/El Ceibal (Zeitune, Mizrahi y Cía.)", afir-
mando que "los integrantes de una sociedad de hecho son parte interesada en un
juicio en que es demandada la sociedad, y tienen derecho a estar enjuicio y a ofrecer
las pruebas que estimen convenientes; de acuerdo con el art. 288 del Cód. de Co-
mercio han de responder de los efectos de la prosecución de la demanda".
CAfíi'ULO IV
GESTIÓN SOCIAL
A) INTRODUCCIÓN
B) ADMINISTRACIÓN Y REPRESENTACIÓN
1
López de Zavalía, Teoría de los contratos. Parte general, p. 308 y ss.; Fon-
tanarrosa, Derecho comercial argentino, t. I, p. 448; Mosset Iturraspe, Contratos, p.
209 y siguientes. Esto no significa que las personas jurídicas no puedan ser man-
datarias o incluso integrar un órgano, pero a la postre, la manifestación material
corresponde, obviamente, a persona físicas.
2
Messineo, Manual, t. II, p. 411.
3
Caso interesante es el de las relaciones existentes entre las personas jurídicas
y sus órganos deliberantes o directivos. Aquéllas son entidades carentes de base o
sustrato físico; en tales, su voluntad es el resultado de la voluntad de las personas
físicas que integran los diversos órganos creados por la ley o por los estatutos para
el gobierno del ente. Estos órganos pueden ser de variada especie, pero de ordina-
rio consisten en administradores (Fontanarrosa, Derecho comercial argentino, t. I,
p. 457).
4
Verón expone que, "actualmente, la LSC distingue la administración de la
sociedad (a cargo del directorio) de su representación (a cargo del presidente del
directorio). El directorio -como cuerpo colegiado de administración- cumple sus
funciones internamente en la sociedad, mientras que el presidente lo hace en la fase
externa (relaciones de la sociedad con terceros). De aquí que ningún director, por
sí. sea mandatario de la sociedad (Sociedades comerciales, t. 4, p. 229 a 232).
GESTIÓN SOCIAL 209
tado en contra de la decisión del órgano de gobierno. Es que el
órgano que tiene el poder de representación no tiene en general ne-
cesidad, frente a terceros, de una preventiva deliberación del órgano
de administración: es la relación presidente-directorio, o consejo de
administración5.
El representante declara su propia voluntad, pero en nombre de
un interés ajeno. El órgano es el vehículo, el instrumento o el trá-
mite por medio del cual se forma la voluntad del ente social, persona
jurídica, que actúa directamente y en nombre propio, conforme la
voluntad que expresa el representante legal.
Puede haber órgano desprovisto de representación (asamblea)
y, a la inversa, representante que no es órgano (mandatario o apo-
derado del ente). Nada obsta a que en un mismo sujeto puedan
concurrir las calidades de órgano y de representante, cuando se reú-
nen las condiciones necesarias para la existencia de ambas6.
En ciertos supuestos la persona jurídica actúa a través del ór-
gano que puede absorber la del representante, y el negocio es es-
tipulado por la persona jurídica a nombre propio7. Es el supuesto
en que el presidente es único integrante del directorio8. Se trata en
este caso de la representación orgánica9. La relación orgánica
que existe entre una sociedad y un administrador social no excluye
la existencia de una relación representativa entre la primera y el se-
gundo10. También la sociedad puede actuar por medio de represen-
tante convencional, de quien es mandante la persona jurídica, y el
negocio celebrado por mandante o representante es en nombre de
otro, esto es, en nombre de la persona jurídica.
5
Conf. Abbadessa, Potere deliberativo e potere di rappresentanza nella so-
cietá per azione, "Rivista di Diritto Commerciale", 1970-11-164.
6
Fontanarrosa, Derecho comercial argentino, t. I, p. 457 y siguientes.
7
Otaegui, Administración societaria, p. 43, a quien seguimos en parte de esta
temática.
8
Verón, Sociedades comerciales, t. 4, p. 229. Si bien el presidente del di-
rectorio, individualmentente, no es órgano de administración, sino exclusivamente
de representación.
9
Conf. Cass. Sex. I, 3/12/81, n° 6393, "Massimario delle decisione civile",
1981, n° 417.191.
10
Angelici, Amministratori di societá, conflitto di interessi e art. 1394 C.C.,
"Rivista di Diritto Commerciale". 1970-1-104.
ritto civile italiano, vol. II, t. 2, p. 273 y ss.; Scialoja - Branca. Delle societá per
azioni, en "Commentario del Códice Civile", p. 262 y ss., y 376 y siguientes.
15
Brunetti, Tratado, p. 334. El origen etimológico de la palabra órgano sig-
nifica instrumento, y más precisamente, para actuar. Para otro amplio sector de la
doctrina, el funcionamiento de "órganos" debe reservarse exclusivamente para las
figuras personificadas (esto es, aquellas que generan el nacimiento de un sujeto de
derecho), debiendo referirse a "mecanismos", "sistemas", "régimen", "organismos",
"autoridades", "funcionarios", etc., para las hipótesis de las formas carentes de per-
sonería jurídica.
16
La sociedad posee una entidad comprobable sólo en la escena jurídica ver-
balizada, y la propia personalidad jurídica no presupone una determinada realidad
subjetiva, sino que constituye la hipótesis técnica de una normativa que siempre
corresponde a relaciones entre hombres y actos de éstos. Ver Ascarelli, Saggi di
diritto commerciale, p. 168.
212 CONSTITUCIÓN, GIISTIÓN Y DISOU'CIÓN
17
Colomhres. Curso. Parte general, p. 143 y nota 2, al referir que siendo el
individuo la única posibilidad como referencia de derechos y obligaciones, en razón
de que ellos sólo pueden corresponder al ser humano, implicaría un error hablar de
'Noluntad de la sociedad" o Je 'Noluntad de la persona jurídica".
18
En ese sentido ha expuesto Colombres (Curso. Parte general, p. 143 y
nota 2). que la idea de organicismo, y en consecuencia la de órgano, deben ser en-
tendidas como un derivado del contrato plurilateral de organización. "La organi-
zación es un elemento de hecho de! sujeto persona jurídica". Ello debe entenderse
desde un doble punto de vista: a) como complejo de normas abstractas tendientes a
organizar la constitución interna de la persona jurídica, y b) como organización con-
creta, esto es, como actuación de las normas abstractas de organización. Función
fundamental de la organización en las personas jurídicas es hacer posible mediante
la existencia de órganos y mediante el conferimiento a éstos de esferas de compe-
tencia, la manifestación activa de la personalidad de los entes colectivos". Conf.
Falzea, // soggetto nel sistema dei fenomeni giuridici, p. 172 y 173.
w
Conf. ponencia de Richard, En torno a los contratos de colaboración y aso-
ciativos, en "Congreso Iberoamericano de Derecho Societario y la Empresa. V Con-
greso de Derecho Societario. Derecho Societario y de la Empresa", t. I, p. 31. Es-
tos contratos pueden o no alcanzar a generar una actuación personalizada distinta
a los contratantes o partícipes, o generar o no una afectación patrimonial que daría
nacimiento a un sujeto de derecho.
m:sT!O v s o c \\ 213
Según se ha sostenido, el órgano es una institución jurídica pro-
pia de una colectividad de personas de existencia visible, con o sin
personalidad propia, cuya razón de ser es el cumplimiento de deter-
minadas funciones necesarias para el adecuado desenvolvimiento
de dicha comunidad20. Esa institución se califica cuando se trata de
una persona jurídica.
Los socios, sin desnaturalizar las funciones o responsabilidades
de los órganos de administración, pueden formalizar contratos de
administración21, en los que se resguarden los intereses de la minoría
y se fijen ciertas pautas de la administración que no pueden contra-
riar el estatuto o la ley (en ciertos supuestos pueden constituir sin-
dicaciones de acciones de mando).
20
Otaegui. Administración societaria, p. 47. La función de obligar un sujeto
de derecho convencional ante terceros tiene suficiente explicación en el régimen de
representación legal, propia tanto de un órgano atribuido a una persona jurídica o a
una colectividad no personalizada (fiduciario de los debenturistas). La institución
del órgano es propia de colectividades personalizadas como de comunidades sin per-
sonería (los acreedores quirografarios concúrsales). En efecto, en el derecho co-
mercial se ha utilizado esta teoría para justificar los efectos de la voluntad colectiva
formada en la junta de acreedores concúrsales (colectividad de personas, sin perso-
nalidad).
21
Cabanellas (h.). Contratos relativos a la administración societaria. RDCO.
1990-B-525.
22
Etcheverry, Formas jurídicas de la organización de la empresa, p. 8.
214 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
23
Colombres, Curso. Parte general, p. 143 y siguientes. Desde el punto de
vista objetivo o normativo el organicismo se puede clasificar en: a) de estructura
simple, en cuya virtud la sociedad actúa por obra directa de los socios, y b) de
estructura compleja, en donde las funciones sociales no son atribuidas singular, so-
lidaria e indistintamente a cada socio, sino que se hallan asignadas a individuos
determinados, socios o extraños o a órganos colegiados con mayor o menor deter-
minación de su contenido o extensión.
24
Brunetti, Tratado, t. III, p. 200.
25
Nissen, Ley de sociedades comerciales, t. 1, p. 198 y siguientes.
26
Halperin, Curso de derecho comercial, vol. I, p. 366 y siguientes.
GESTIÓN SOCIAL 215
27
En ese sentido expresa la jurisprudencia: "Si no ha sido desconocida la ca-
lidad de gerente de la sociedad demandada de quien suscribiera los pagarés, y la
firma aparece acompañada de un sello de la sociedad, ello constituye expresión idó-
nea de representación y fundamento suficiente del desplazamiento de la responsa-
216 CONSTITUCIÓN. GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
30
Conf. Donati, La invalidez de las deliberaciones de las asambleas, p. 157,
cit. por Colombres, Curso. Parte general, p. 147, notas 14 y 16.
218 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
31
Saux, La representación en los actos jurídicos, RDCO, I995-B-I89, y Las
simples asociaciones, p. 94, citando a Orgaz, Llambías y Borda, entre otros.
32
Saux, Las simples asociaciones, p. 94.
GESTIÓN SOCIAL 219
33
De Castro y Bravo, La persona jurídica, p. 284.
220 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
34
Nissen, Ley de sociedades comerciales, t. 3, p. 337 y siguientes.
222 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
35
Fariña, Tratado, t. I. p. 360.
224 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
38
Ver Otaegui, Administración societaria, p. 59.
39
Conf. Fariña, Tratado, p. 362 y siguientes.
40
El directorio es un órgano de la sociedad anónima a través del cual ésta
puede efectuar o manifestar su voluntad y no se halla unida al ente social por una
relación contractual de mandato (CNCom, Sala A, 20/11/74, LL, 1975-B-48). No
puede atribuirse a los administradores de una sociedad la calidad de mandatarios,
dado que aquéllos son personas que integran un órgano necesario de la sociedad y
que no pueden actuar aisladamente (CNCom, Sala B, 31/10/78, LL, 1979-A-316).
GESTIÓN SOCIAL 229
ceros, que permanecen en el cargo el tiempo que fija el estatuto (art.
318, LSC).
El administrador tiene voz pero no voto, debiendo abstenerse
de votar, y la cláusula en contrario es nula cuando se trate: a) la
elección y remoción del síndico; b) la aprobación de su gestión o
deliberación de su responsabilidad, y c) su remoción.
La remoción del administrador se resuelve por decisión de la
mayoría en cualquier tiempo sin invocación de causa, salvo pacto
en contrario.
Aplicando una solución distinta al art. 140 de la LSC, el art.
320 establece que cuando la administración no pueda funcionar, de-
berá ser reorganizada en el término de tres meses, estipulando que
el síndico -órgano obligatorio- deberá nombrar para ese período de
tres meses un administrador provisorio, quien actuará con la aclara-
ción de ese carácter frente a terceros, no asumiendo así las respon-
sabilidades del socio comanditado.
41
Al igual que lo hace el inris civile al regular la conducta y responsabilidad
con la que deben actuar los padres con sus hijos -relación filial- (debe actuar como
un buen padre de familia).
230 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
42
Conf. Fariña, Tratado, p. 375; Nissen, Ley de sociedades comerciales, t. 1,
p. 203.
43
Zaldívar y otros, Cuadernos de derecho societario, vol. I, p. 301.
44
Ver Richard - Escuti (h.) - Romero, Manual de derecho societario, p. 301.
45
Conf. ponencia de Quijano González, La responsabilidad de los adminis-
tradores de la sociedad anónima, en "Congreso Iberoamericano de Derecho Socie-
tario y la Empresa", t. II, p. 696.
46
Ponencia de Junyent Bas - Rodríguez de la Puente, Responsabilidad de los
administradores societarios, en "Congreso Iberoamericano de Derecho Societario y
la Empresa, V Congreso de Derecho Societario. Derecho Societario y de la Em-
presa", t. II, p. 709.
GESTIÓN SOCIAL 231
47
Conf. ponencia de Junyent Bas - Rodríguez de la Puente, Responsabilidad
de los administradores societarios, en "Congreso Iberoamericano de Derecho So-
cietario y la Empresa, V Congreso de Derecho Societario. Derecho Societario y de
la Empresa", t. II, p. 709.
48
Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, voz "empre-
sa". Ver Broseta Pont, La empresa, p. 34; Richard, La conservación de la empresa,
"Anales de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba", t.
XXV, p. 107 y siguientes.
232 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
49
Nos referimos a la mal llamada teoría de la inoponibilidad de la persona-
lidad jurídica, que preferimos llamar como supuestos de extensión de responsabili-
dad en las sociedades (Richard, Personalidad de las sociedades civiles y comercia-
les, "Revista de Derecho Mercantil", 1989, n° 193-194, p. 851 y siguientes).
GESTIÓN SOCTAL 233
50
Marzal, Empresa y democracia económica, p. 286; Richard, El plan de em-
presa, ética v responsabilidad del empresario, en "Estudios en honor de Pedro J.
Frías", t. III,"p. 1187.
234 CONSTITUCIÓN. GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
51
Conf. Pórtale, Capitule sociale e societá per azioni sottocapitalizzata, "Ri-
vista delle Societá", año 36, 1991, fase. Io, p. 3 y siguientes. Nos referimos a la
infracapitalización material.
52
Marzal, Empresa y democracia económica, p. 326.
53
Conf. Richard, Ensayo sobre el plan de empresa y las obligaciones del em-
presario, "Estudios de Derecho Comercial", 1993, n° 9, p. 55 y siguientes.
236 CONSTITUCIÓN. GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
54
CNCom, Sala C, 27/2/90, "Balbi de Cevallos, Ida Santina c/Sallaberry, Ho-
racio s/sumario", RDCO, 1990-B-778 (voto de los doctores Quintana Terán, Di Telia
y Caviglione Fraga), en el caso se decidió que si eí ex vicepresidente de una socie-
dad anónima librara títulos cambiarios durante el período comprendido entre la de-
cisión de la sociedad de separarlo de su cargo y antes de la inscripción de ésta, tales
títulos obligan a la sociedad, si no se pudiera probar que el tercero conocía o debía
conocer dicha circunstancia (arts. 12 y"60, LSC). Se protege a los terceros a través
de la información sobre quiénes están legitimados para representar a la sociedad,
exteriorizando quiénes son los administradores a los fines del ejercicio de acciones
de responsabilidad (CNCom, Sala D, 18/10/73, ED, 53-35; id., Sala B, 25/8/77, LL,
1979-B-408; id., id., 26/9/77, LL, 1978-B-256).
55
Cornejo Costas, Sociedades comerciales según la jurisprudencia y la doc-
trina, p. 117, 121 y ss.; Adrogué - García Cuerva, La publicidad registral, LL, 1987-
D-1035; Richard - Escuti (h.), La sociedad comercial y las modificaciones no ins-
criptas, RDCO, 1978-711 y ss.; Gaibisso - Nissen, Registración de administradores
(análisis del art. 60, LSC), ED, 84-134; García Caffaro, Oponibilidad de la desig-
nación y cese de los administradores de sociedades comerciales, LL, 1979-B-410;
Halperin, Curso de derecho comercial, t. I, p. 121, 281 y siguientes.
56
Se encuentra ya superada la inicial discusión sobre el efecto no constitutivo
y meramente declarativo de la inscripción prevista en el art. 60 de la LSC, basados
en varios argumentos: si la inscripción fuera constitutiva, el art. 12 no podría hablar
de inoponibilidad de las modificaciones no inscriptas, y menos que son válidas entre
los socios otorgantes, pues sólo son válidos los que han reunido todos los requisitos
constitutivos, y por ende la inscripción no le otorga validez al acto, sino sólo oponi-
bilidad (efecto declarativo). Congruente con ello, las resoluciones asamblearias son
válidas (art. 233, LSC) sin que sea necesaria la inscripción en el Registro Público.
GESTIÓN SOCIAL 237
pueden conocer necesariamente las nuevas designaciones o remo-
ción de representantes57. Se sigue así un viejo criterio de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación en torno a la seguridad jurídica y
protección de los terceros, como son los acreedores de una sociedad,
a quienes no puede exigirse un constante examen sobre los antece-
dentes de las autoridades de las sociedades anónimas58.
Los terceros pueden usar de las resoluciones sociales, pero a
ellos no pueden oponérseles las que no fueran de su conocimiento
o no estuviesen inscriptas. No es sino la aplicación de la teoría de
la apariencia.
Tanto la designación como la cesación de los administradores
tienen efectos como tales desde la decisión asamblearia (en el caso
de sociedades por acciones y de responsabilidad limitada) y no desde
el acto de inscripción (que es meramente declarativo), por lo que
cumple dicho acto sólo una función de publicidad59; de aquí que se
haya resuelto que la falta de inscripción de la designación de admi-
nistradores no ocasiona la insuficiencia del poder, en tanto tal ins-
cripción es sólo declarativa, lo que a su vez determina la facultad
del tercero de hacer valer contra la sociedad que no inscribió la de-
signación de su directorio, lo actuado por sus integrantes que invo-
can esa calidad, pero ello no impide que los administradores ejerzan
los actos propios de su cargo60; en el mismo sentido y con similares
argumentos es indudablemente válido el apoderamiento efectuado
por el directorio designado por asamblea, aun cuando todavía no
haya sido inscripto y publicado61.
La cesación en el cargo no puede ser opuesta a terceros que no
la conocían, si no media inscripción62. No puede prosperar el re-
57
Conf. Baistrocchi - Rodríguez Galli, El art. 60 como escudo de protección
de ¡os terceros de buena fe, RDCO, 1990-777.
58 CSJN, 4/12/68, "Frigorífico Setti SA s/convocatoria", RDCO, 1970-239, y
nota de Cusnir, Directores de facto y teoría de la apariencia.
« CNCom, Sala B, 20/11/78, ED, 84-134.
<>0 CNCom, Sala C, 27/6/80, ED, 91-807.
«' CNCom, Sala B, 26/9/77, LL, 1978-B-256; id., id., 15/11/77, ED, 77-193;
id.. Sala D, 25/8/77, LL, 1979-B-408.
62
Conf. CNCom, Sala E, 8/2/95, "Cooperativa de Vivienda, Crédito y Consumo
Línicred Limitada c/Estampados J. E. s/ejecutivo", "Doctrina Societaria y Concursal
Errepar", mar. 1996, p. 862, fallo n° 275.
233 CONSTITUCIÓN. GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
64
Siendo la designación de los directores un acto unilateral de la asamblea
que no llega a configurar un contrato por el hecho de la aceptación del cargo por
el nombrado, debe necesariamente concluirse que aquélla retiene, en principio, el
derecho de revocar el o los directores por ella designados, o confirmados, sin tener
que justificar su decisión al respecto. En otros términos, que retiene la asamblea
ordinaria, como atribución exclusiva, la revocación ad nutum de los directores, o
sea, sin necesidad de invocar causa ni fundamentar las razones de su decisión. Pero
también puede la asamblea, en ejercicio de sus facultades de juez de la actuación
y gestión de los directores, proceder a su remoción cuando no actuaren con la dili-
gencia de un buen hombre de negocios, o por mal desempeño de su cargo, o por
estar incursos en algunas de las prohibiciones, incompatibilidades o inhabilidades
que de acuerdo con la LSC, los estatutos o los reglamentos internos incapaciten para
el desempeño del cargo de director. Tanto la revocación como la remoción tienen
como elemento común la separación del director del cargo para el cual fue desig-
nado en su día por la asamblea ordinaria. No obstante, y desde el punto de vista
jurídico, se trata de dos actos con notas diferenciales propias, pues revocación es el
acto jurídico que deja sin efecto otro anterior por la sola voluntad del otorgante, en
tanto que remoción (también llamada destitución en otros derechos), es el acto por
el cual se depone o aparta a uno de su empleo o cargo. Aquella nota común y estos
elementos diferenciales aconsejan, por razones prácticas, estudiar conjuntamente
ambos actos, particularmente si se tiene en cuenta que en algunos casos no surge
con claridad la línea de separación entre revocación y remoción (Sasot Betes - Sasot,
El órgano de administración, p. 190 y siguientes).
65
Cámara, Derecho societario, p. 586 y siguientes.
240 CONSTITUCIÓN. GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
66
Lo que la ley ha querido es que los accionistas tengan absoluta libertad de
disponer la remoción, sin expresar ni justificar las causas de la remoción. Les
basta su disconformidad con la gestión social, o las meras sospechas sobre la
honestidad de su gestión; además, reclamar la existencia de esa causa abre el con-
trol judicial de la existencia de esa causa -con la onerosidad del litigio y la afec-
tación del crédito de la sociedad- (Halperin, Manual de sociedades anónimas, p.
197, nota 38).
GESTIÓN SOCIAL 241
la interdicción judicial como medida precautoria (art. 265 in fine,
LSC).
Además, si la asamblea declara exentos o extinguida la respon-
sabilidad de los directores (art. 275, LSC) por aprobación de su ges-
tión, por renuncia expresa o transacción, los accionistas disidentes
tienen derecho a ejercer la acción social de responsabilidad contra
los directores y a su vez demandar la remoción de éstos, además de
impugnar la asamblea que los eximió de responsabilidad (arts. 276
y 251, LSC).
La decisión de ejercer acción de responsabilidad contra los di-
rectores genera la remoción de los mismos.
2) INTERVENCIÓN JUDICIAL
DE SOCIEDADES COMERCIALES
67
Richard - Escuti (h.) - Romero, Manual de derecho societario, p. 162.
68
Conf. Fariña, Tratado, t. I, p. 445.
69
CNCom, Sala E, 7/5/92, "Masri, Julio y otro c/Percuyen SA, y otros s/su-
mario s/inc. de apelación", RDCO, 1992-437, negando la medida cautelar.
70
CNCom, Sala B, 9/12/80, LL, 1981-B-510.
71
CNCom, Sala E, 22/2/88, LL, 1988-C-509.
GESTIÓN SOCIAL 243
tales decisiones no indica que éstas serán perjudiciales para los inte-
reses del ente.
Las divergencias entre los socios, aun cuando atañan a aspectos
patrimoniales derivados de la liquidación de la sociedad, no autori-
zan a decretar la intervención y la sustitución del liquidador por un
administrador judicial, si no se verifican las circunstancias de grave
peligro a que aluden los arts. 113 y 114 de la LSC72.
74
Odriozola, Intervención judicial e intervención administrativa de las socie-
dades, cit. por Zaldívar y otros, Cuadernos de derecho societario, vol. III, p. 393.
75
CNCom, Sala C, 4/5/92, "Novara, Carlos c/Fernández Sobrado, A. s/suma-
rio", "Doctrina Societaria y Concursal Errepar", nov. 92, p. 40: "A los efectos de
intentar el agotamiento de los recursos en el ámbito societario, exigido por el art.
114 de la ley 19.550 a los fines de la intervención de la sociedad, quien reviste
carácter de socio gerente de una sociedad de responsabilidad limitada cuenta con
diversas alternativas para poner remedio a la situación planteada, como sería la con-
vocación de los órganos de gobierno del ente para el tratamiento de las cuestiones.
No empece a ello la alegada prescindibilidad de esos trámites, basada en la certeza
sobre el resultado negativo de los mismos, pues ello no redime de cumplimentarlos
para constatar el fracaso y habilitar así la vía judicial".
GESTIÓN SOCIAL 245
art. 222 de la LSC, entendemos que pueden receptarse por el juez,
pues lo que pretende aquella norma es sólo impedir que la propia
sociedad pueda aceptar tal garantía contractualmente.
La procedencia de esta medida debe ser apreciada con criterio
restrictivo por el juez interviniente. Ello es así puesto que esta me-
dida se adopta de acuerdo a la prueba arrimada por el peticionante,
sin abrir a prueba, y esos elementos deben dar la convicción de que
prima facie existe la necesidad de esta medida.
La verosimilitud del derecho invocado y de los hechos que con-
figuran el grave peligro, debe ser entendida como la probabilidad de
que los hechos hayan acontecido, y no como una incontrastable reali-
dad. Si bien el criterio debe ser restrictivo, no puede exigirse prue-
ba terminante y plena, que sólo se logrará al agotarse el trámite de
la acción de fondo.
La medida se promueve contra la sociedad y el administrador.
76
Odriozola, Intervención judicial e intervención administrativa de las socie-
dades, p. 411.
77
Richard - Escuti (h.) - Romero, Manual de derecho societario, p. 163.
GESTIÓN SOCIAL 247
78
Como puede ser la violación de la cláusula estatutaria que imponía que
vencidos los dos ejercicios de la representación de la demandante, se debía convocar
a asamblea para elegir nuevos miembros del directorio y del consejo de vigilancia.
79
No puede aceptarse que lo intenten quienes impiden la reunión de la asam-
blea. Una acción de remoción es superflua, pues demorará años, cuando los direc-
tores pueden ser sustituidos dentro de veinte días, por la asamblea que elija el nuevo
directorio.
80
Cámara, Derecho societario, p. 587 y siguientes.
81
Cámara, Derecho societario, p. 659, citando en su apoyo los fallos de
CNCom, Sala B, 15/12/65, LL, 123-962, 13.831-S; id., Sala A, 24/4/67, LL, 127-
1110, 15.440-S, e id., Sala B, 5/12/69, LL, 139-266, los que coinciden en que "la
designación de interventor judicial en una sociedad que es tercera con relación al
caso de autos... no procede", y que cuando no se incluyó a la sociedad dentro del
juicio -fue excluida expresamente- es improcedente.
248 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
82
Otaegui, Administración societaria, p. 458.
83
Otaegui, Administración societaria, p. 459.
84
Otaegui, Administración societaria, p. 459.
GESTIÓN SOCIAL 249
impidiera o fuera imposible la realización de una asamblea general
ordinaria para la elección de nuevo directorio. O sea haber agotado
la vía interna.
Expresa Cámara: "En la sociedad anónima, por su organiza-
ción, el problema es más complejo, tanto que comercialistas desta-
cados negaron la posibilidad de la intervención judicial: la desig-
nación del director es revocable exclusivamente por la asamblea',
afirmando que "no es menester indicar causa de la remoción y el
estatuto no podrá exigirla... reclamar la existencia de causa, abre
el control judicial de la existencia de esa causa (con la onerosidad
del litigio y la afectación del crédito de la sociedad)", para referir
luego que "un fallo sintetizó los requisitos de la intervención de so-
ciedades anónimas: a) hay que considerarla con criterio restrictivo
habida cuenta que las cuestiones suscitadas a causa de las irregula-
ridades invocadas hay que someterlas a la decisión de los órganos
naturales -asamblea-...; b) sólo en el caso que el directorio fuera
renuente a acceder al pedido de asamblea requerido por los accio-
nistas, podrán éstos solicitar la convocatoria negada...; c) no corres-
ponde designar interventor administrador erigías sociedades anóni-
mas mientras no se haya considerado la cuestión por la asamblea
pertinente..."*5.
Concluye el autor citado que "en síntesis, este tipo social dentro
del mecanismo legal cuenta con los resortes indispensables para po-
ner coto a las desviaciones o ilícitos en que pueden incurrir los in-
tegrantes del órgano de administración, y, por ende, como se resol-
vió, no procede el amparo de la justicia si con ello se altera el
régimen normal, postura concordante con el fallo de la Cámara Co-
mercial de la Capital Federal muchas veces recordado" 86 , al sostener
que "incumbe a las asambleas, como órganos superiores de la enti-
dad, pronunciarse sobre la remoción de los administradores, a cuyo
efecto debe intentarse previamente la convocación de la asam-
blea"87.
Dentro de ese criterio, el fundamento de la intervención no pue-
de ir más allá de asegurar el funcionamiento de la asamblea. Ob-
85
Cámara, Derecho societario, p. 618, notas 67 y 71.
86
Cámara. Derecho societario, p. 620.
87
CComCap, 4/9/41. LL, 24-4.
250 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
88
Fariña. Tratado, t. II-B, p. 407.
89
CNCom. Sala C, 13/2/90, "Flouret. Teresa c/Irusta Cornet. José y otros s/
sumario", RDCO, 1990-B-783 (voto de los doctores Quintana Terán y Caviglione
Fraga).
9° Fariña, Tratado, t. II-B, p. 405.
GESTIÓN SOCIAL 251
peligro y su gravedad, y que se agoten los recursos previstos en
el contrato social.
Justamente porque se agotaron los recursos internos correspon-
de la demanda contra la sociedad cuya intervención -alterando su
administración normal- se intenta. La falta de cumplimiento de
agotar los recursos internos robustece la necesidad de demandar a
la sociedad, cuyas decisiones de asamblea y de accionistas puede
intentar sustituir la parte actora, a través suyo o de la resolución
judicial.
D) ACTAS
91
CNCom, Sala A , 28/11/90, "Lucioni, Natalio, Francisco, y otros c/Oniria
SA s/sumario", RDCO. 1990-B-774 (voto de los doctores Jarazo Veiras, Viale y Mí-
guez de Cantore). En similar sentido CNCom, Sala E, "Orteu, Eduardo R. c/Finank
SA s/sumario", 4/7/80, RDCO, 1989-749, con nota de Truffat, El derecho de infor-
mación del accionista frente a una sindicatura reticente.
92
Halperin, Sociedades comerciales. Parte general, p. 351.
93
Conf. Nissen, Ley de sociedades comerciales, t. III, p. 99.
252 CONSTITUCIÓN. GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
94
Mascheroni, Manual de sociedades anónimas, p. 306. En caso de que un
accionista se niegue a firmar el acta la situación debe ser tratada por una asamblea
posterior, que incluya en el orden del día el punto relacionado a tal negativa. Sin
embargo, advierte que si la asamblea contó con la presencia de un veedor judicial
ad hoc o de un inspector de personas jurídicas, dichos funcionarios pueden refrendar
el acta cuestionada y la negativa del accionista no puede afectar la validez del ins-
trumento.
GESTIÓN SOCIAL 253
En ese sentido, se ha sostenido que la existencia del acta regu-
lar es esencial para la validez de las decisiones adoptadas, hace a la
seguridad jurídica, porque es el medio por el cual los ausentes y los
futuros accionistas pueden conocer lo resuelto. Y más aún, que la
asamblea más que inválida, será inexistente95. En seguimiento de
dicha tesitura aún hoy se siguen expidiendo algunos tribunales96.
Sin embargo, en opinión contraria se han expedido autores no
menos importantes, pues requerir tal requisito para la validez de los
actos asamblearios podría llevar al extremo de que la sociedad, para
evitar consecuencias desfavorables de la nulidad de un acuerdo
asambleario, se amparara en su inexistencia97. Además, reforzan-
do dicha argumentación se manifiesta que "la ley no establece que
acta sea una forma ad solemnitatem, cuya falta invalide el respecti-
vo acto jurídico", y "la confección del acta es una obligación de
hacer que puede ser ejecutada por un tercero (art. 626, Cód. Civil),
o sea por disposición judicial (art. 630, Cód. Civil), ello siempre que
medie prueba acabada sobre la existencia de la deliberación y sus
resultados a cargo de quien alega la celebración"98.
Coincidimos en torno a que el acta sólo es un medio idóneo de
la celebración de la asamblea99.
95
Halperin, Sociedades anónimas, p. 600.
96
CNCom, Sala E, 11/9/92, "Di Donato SA c/Di Donato, Emilio y otros s/
sumario", "Doctrina Societaria y Concursal Errepar", abr. 93, p. 365, expresando
que "la formalización de las actas de asambleas observando los recaudos legales,
previstos por los arts. 73 y 249 de la ley 19.550, es esencial para la validez de las
decisiones adoptadas".
97
Nissen, Ley de sociedades comerciales, t. 3, p. 101.
98
Otaegui, Administración societaria, p. 286.
99
Fariña, Tratado, t. H-B, p. 197.
254 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
E) DOCUMENTACIÓN Y CONTABILIDAD
100
Fariña, Tratado, t. IV, p. 84.
101
CNCom, Sala E, 9/6/92, "Savini, María Cristina c/Savini. Osear s/rendi-
ción de cuentas - sumario", RDCO, 1992-436. En el mismo sentido CNCom, Sala
D, 20/2/84, LL, 1984-D-542; id., Sala E, 27/12/91, "Paglini, Aníbal Eduardo c/Fer-
nández, Lacour", inédito.
GESTIÓN SOCIAL 255
102
Martorell, La reforma de la normativa contable de la ley de sociedades
comerciales y su análisis, LL, 1984-C-1208; Nissen, Ley de sociedades comerciales,
t. III, p. 62; este autor expresa: "El alcance del derogado art. 61, aunque ello no
surgía del texto legal, era obviamente la prescindencia de las formalidades extrín-
secas previstas por el art. 53 del Código citado -libros encuadernados, foliados, in-
dividualizados y rubricados-, permitiendo para ellos la utilización de los diversos
métodos utilizables en materia de procesamiento electrónico de datos".
GESTIÓN SOCIAL 257
LSC), de actas de la sindicatura (art. 290, LSC), de actas de asam-
blea y directorio (art. 73, LSC), todos ellos requeridos para la so-
ciedad anónima. Algunos autores consideran que alguno de estos
libros pueden ser llevados por medio de ordenadores103.
El sistema de mecanización se refiere a las anotaciones en el
libro diario único que puede ser llevado con el sistema de la ley,
marcado por el Código de Comercio como taxativamente obligato-
rio, así como también a los libros que correspondan a una adecuada
integración de un sistema de contabilidad y que exijan la importan-
cia y naturaleza de las actividades, que impone el ya citado art. 44
del Cód. de Comercio en el sistema de relativa libertad que contiene
su norma.
La mecanización de libros de contabilidad, en cuanto implique
apartarse de los libros encuadernados y foliados dispuestos por el
Código de Comercio, no puede decidirla la sociedad por sí, cuando
intenta beneficiarse con el precepto del art. 61 de la LSC. Para
ello la sociedad debe pedir la expresa autorización del juez del re-
gistro o autoridad de control -como expresa su nueva redacción-,
que debe fundar la resolución que adopte.
Anteriormente a la reforma de la LSC introducida por la ley
22.903, se exigía que dicha resolución fundada debía estar basada
en un dictamen técnico o antecedentes de utilización, si los había,
que por su parte requerían haberse fundado en un dictamen técnico
originario. El nuevo art. 61 establece que la petición sólo deberá
incluir una adecuada descripción del sistema, con dictamen técnico,
normalmente efectuado por un contador público, o antecedentes de
su utilización.
El dictamen debe asegurar, de acuerdo con la exigencia legal,
la individualidad de las operaciones, las correspondientes cuentas
acreedoras y deudoras, y -como todo sistema de contabilidad- debe
estar organizado sobre una base contable uniforme, de la cual re-
sulte un cuadro verídico de las operaciones que permita su poste-
103
Fariña, Tratado, t. IV, p. 84, postula que el libro de actas, así como el libro
de registro de asistencia a asambleas, pueden ser sustituidos por los medios mecá-
nicos u otros que prevé el art. 61, siempre que se otorgue seguridad y autenticidad
y sea posible expedir las copias a las que se refiere el art. 249 de la LSC, debiendo
instrumentarse bajo la responsabilidad de los socios designados y el presidente de
la asamblea.
rior justificación y verificación (art. 61, LSC, y art. 43, Cód. de Co-
mercio).
Los pedidos de autorización se considerarán automáticamente
aprobados dentro de los treinta días de presentados, si no mediare
observación o rechazo fundado (art. 61, LSC, según ley 22.903), re-
forma que se torna justificada, pues evita que la autoridad de contra-
lor demore íniietinidaniciuo } sm caiisaí la autorización iCi,..^'.!.;,.
El régimen de derecho societario incluye innovación también
en relación al término de los asientos globales que deben hacerse en
el libro diario. De acuerdo con lo que dispone el art. 45 del Cód.
de Comercio, los asientos globales deben ser diarios, completándose
sus registraciones con las que resulten de los otros libros, como ocu-
rre, por ejemplo con el de caja. En cuanto a las sociedades, el art.
61 de la LSC autoriza asientos globales por períodos no superiores
a un mes, o sea que autoriza a globalizar asientos mensuales, sin
perjuicio de su adecuada individualización y posibilidad de control
individual con los otros libros obligatorios y registrados que com-
pleten su sistema de contabilidad.
Si bien la nueva redacción del art. 61 de la LSC no hace más
referencia al art. 44 del Cód. de Comercio (régimen obligacional de
llevar contabilidad, libros indispensables y cómo llevarlos), éste no
ha sido derogado por la ley 22.903, por lo cual mantiene plenamente
su vigencia104.
104
En uso de sus atribuciones, la Inspección General de Justicia (ex Inspec-
ción General de Personal Jurídicas), en su res. gral. IGPJ 3/74. y mediante res. gral.
IGPJ 6/80. fijó los recaudos que deben cumplir las sociedades que requieran a esa
Inspección el otorgamiento de la autorización para utilizar medios mecánicos de
contabilización. Queda restringida su aplicación a las sociedades por acciones que
son las que están sujetas a su contralor. La citada resolución requiere que se ex-
ponga ampliamente sobre el sistema utilizable, precisando (en caso de que modifi-
que el sistema anterior de contabilización) los propósitos de la modificación pro-
puesta y las diferencias con el sistema anterior, con una diagramación del sistema
que va a emplear, y ejemplos de él. Debe especificar cómo se globalizarán en el
diario de asientos (hasta un mes), cómo se designará el libro, registro, etc., dónde
constará la contabilización de análisis de esa globalización. Se debe formular tam-
bién una demostración técnica del grado de inalterabilidad de las registraciones que
asegure el medio a emplear dentro del sistema contable que se propone imponer.
Esa información requiere que sea avalada por la suscripción de un profesional en
ciencias económicas que no se encuentre en relación de dependencia con la sociedad
y que no tenga con ella relación de gerente, administrador o socio.
GESTIÓN SOCIAL 259
Esta institución, en res. IGPJ 4/74, dio instrucciones internas para la autori-
zación del sistema de contabilidad mecánica para las sociedades bajo su control,
considerando que serían aceptables los sistemas en que la contabilización se lleve
en hojas de papel de adecuada consistencia (mínimo veinte gramos), con tinta inde-
leble para garantizar la inalterabilidad del registro, según procedimientos resultantes
de máquinas de contabilidad de registros mecánicos o electrónicos (art. 1"). La ins-
pección habilitará las hojas que contengan anotaciones en la forma precedentemente
indicada, ia que debe solicitarse dentro de los veinte días corridos a partir del último
mes a que correspondan esas registraciones. La habilitación se realizará formando
grupos homogéneos y acompañándola de los libros rubricados donde conste el re-
sumen, y como antecedente la hoja inmediata anterior de cada grupo de registracio-
nes, habilitadas por la Inspección con anterioridad.
260 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
105
La ley 22.903 adecúa el art. 62 al nuevo régimen establecido para la so-
ciedad de responsabilidad limitada.
GESTIÓN SOCIAL 261
110
García Cuerva. Apones a cuenta de futuras suscripciones, "Doctrina So-
cietaria y Concursal Errepar", t. II, p. 153, y El llamado "aporte irrevocable a cuen-
ta de futuras emisiones"', LL, 1983-A-739; Caputo, Nulidad del aporte a cuenta de
futura emisión de acciones, RDCO, 1986-110.
111
Conf. Richard - Escuti, Introducción al estudio del aumento de capital en
las sociedades por acciones en la legislación argentina, RDCO, 1978-1403 y si-
guientes.
1,2
Conf. Richard, Derechos patrimoniales de los accionistas, p. 171.
113
Conf. Acosta Romero, Derecho bancario, p. 569.
114
Conf. Dobson, El abuso de la personalidad jurídica, p. 260.
268 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
115
Normalmente este tipo de créditos en el derecho anglosajón se establece
a través de convenios multilaterales celebrados entre acreedor preferente, acreedores
subordinados y deudor común, o entre éste y los primeros, o bien, mediante decla-
ración unilateral firmada por los acreedores subordinados.
116
La condición suspensiva suele consistir en el hecho de que el deudor co-
mún ponga en peligro su capacidad de pago, enajene activos, reparta utilidades o
alguna otra condición que se pacte precisamente para la subordinación de crédi-
tos. En términos generales, una de las condiciones que se ponen en este tipo de
créditos es que los socios no perciban utilidades hasta tanto el crédito preferente
haya sido pagado en un porcentaje o en su totalidad.
GESTIÓN SOCIAL 269
No pueden entrar en la subordinación créditos de trabajadores,
previsionales o fiscales.
Mediante este procedimiento se constituye una garantía de de-
recho para pagar preferentemente a un acreedor posterior, a través
de un convenio entre todos los acreedores, para que la empresa con-
tinúe trabajando y también para que, en caso de suspensión de pagos
o quiebra del deudor común, primeramente se pague el crédito pre-
ferente y después los subordinados.
Pero existe otra forma de subordinación, inversa, de carácter
legal, sea por disposición expresa de la ley o por interpretación de
sus normas. En este supuesto, determinados créditos quedan subor-
dinados a otros por su propia naturaleza. Dentro de esta situación
se encontrarían los llamados aportes a cuenta de futuros aumentos
de capital y los créditos que correspondan a los partícipes en un
negocio en participación.
c) LA SUBORDINACIÓN EN LA SOCIEDAD EN PARTICIPACIÓN. De acuerdo
con el art. 151 de la ley 24.522, en la quiebra del gestor los partí-
cipes quedan subordinados, pues no tienen derecho alguno sobre los
bienes sujetos a desapoderamiento mientras no hayan sido satisfe-
chos los acreedores y gastos del concurso. Existe una subordina-
ción del acreedor interno al acreedor externo117.
La ley genera una suerte de inoponibilidad del crédito en razón
del negocio en participación a los demás acreedores del gestor, sin
distinguir entre acreedores vinculados o no al negocio participativo,
pues no se genera un efecto personificante.
d) PRÁCTICA INTERNACIONAL. Las obligaciones subordinadas son
una nueva especie de títulos de crédito en México, creados por la
reforma a la ley general de instituciones de créditos y organizacio-
nes auxiliares y receptado en la ley bancaria de 1990, en el art. 64,
y sirven como factor complementario del capital neto para el cálculo
de absorción de ciertos pasivos118.
Las características de estas obligaciones subordinadas como tí-
tulos de créditos permiten considerarlas como complemento de su
117
Conf. Dobson, El abuso de la personalidad jurídica, p. 255, quien señala
que esta solución se extiende a todo socio oculto en las sociedades americanas; Bon-
fanti - Garrone. Concursos y quiebras, p. 515.
118
Conf. Acosta Romero, Derecho bancario. p. 569.
270 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
121
Conf. Dobson, El abuso de la personalidad jurídica, p. 859, citando el
fallo de la CNCom, Sala C, 6/6/72, ED, 43-129.
122
Nissen. Ley de sociedades comerciales, t. 1, p. 214.
272 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
123
De las consideraciones de la séptima directiva de la CEE, del 13 de junio
de 1983, pudiendo verse la sección II de la forma de llevar las cuentas (RDCO,
1992-221).
GESTIÓN SOCIAL 273
no serán cerrados con una anticipación mayor a tres meses a la firma
del acuerdo de fusión (art. 83, inc. 1, b, LSC).
124
Nissen, Ley de sociedades comerciales, t. 3, p. 85.
274 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
125
Richard, El "buen hombre de negocios" y el "plan de empresa", "Doctrina
Societaria y Concursal Errepar", abr. 93, t. V, p. 337; el autor afirma que "los di-
rectores y administradores deben tener un plan, y los físcalizadores conocerlo, cuya
existencia o inexistencia servirá para determinar el cumplimiento del standard de
buen hombre de negocios en sus conductas. Constituye la memoria anual un ejem-
plo de esa planificación para los directores de las sociedades por acciones, tendiendo
a determinar el riesgo operativo de la sociedad, la necesidad de reservas facultativas,
la existencia de utilidades líquidas y realizables, que no pueden resultar de una sim-
ple comparación patrimonial, con la retención de la cifra del capital nominal y de
las reservas legales".
GESTIÓN SOCIAL 275
de reservas ocultas y asegurar el derecho individual de los accio-
nistas a las utilidades, cumplidas que sean las condiciones para el
reparto de ellas.
126
En la práctica esta parte del art. 67 no tuvo aplicación, con excepción de
su último párrafo, toda vez que la ley 19.880 dejó en suspenso la creación del legajo
de las sociedades comerciales creado por el art. 9o de la LSC, hasta tanto se regla-
mente su instrumentación.
276 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
127
Martorell, La reforma de la normativa contable de la ley de sociedades
comerciales y su análisis, LL, 1984-C-1208.
278 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
128
"La titularidad de acciones en las sociedades anónimas no constituye un
derecho absoluto de los accionistas sobre los bienes de la sociedad. El patrimo-
nio de la sociedad es independiente del patrimonio individual de los socios" (CSJN,
14/9/56, Fallos, 235:811). "La sociedad, persona moral, no es un conglomerado de
accionistas que poseerían sobre los bienes sociales una especie de propiedad indi-
visa. Los accionistas han dado su sangre para crear un nuevo ser, pero éste no les
pertenece al igual que el hijo no es propiedad del padre. La aportación de capital
es definitiva y queda reemplazada por un derecho contra la sociedad" (Ripert, As-
pectos del capitalismo moderno, p. 106).
129
Conf. Sasot Betes - Sasot. Los dividendos, p. 7.
GESTIÓN SOCIAL 279
130
Richard, Derechos patrimoniales de los accionistas de las sociedades anó-
nimas, p. 129.
280 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
131
Nissen, Ley de sociedades comerciales, t. 3, p. 91, afirmando que "los di-
videndos distribuidos en violación a lo dispuesto por el art. 68 no son repetibles
cuando se han percibido de buena fe, en los supuestos de sociedades anónimas y en
las sociedades de responsabilidad limitada que han alcanzado el capital social pre-
visto por el art. 299, inc. 2, de la ley 19.550, en las cuales debe encontrarse orga-
nizado el órgano de contralor a través de la actuación de una sindicatura o consejo
de vigilancia (art. 257, ley 19.550, redacción actual), pues si bien la ley 22.903 ha
modificado sustancialmente el art. 162, que establecía idéntica solución para las so-
ciedades de este tipo social que contaran con más de veinte socios entiende que, por
iguales razones a las que inspiraron la anterior redacción de la ley 19.550 (art. 162),
los dividendos distribuidos en violación a lo dispuesto por el art. 68 no son repeti-
bles cuando se han percibido de buena fe, pues la excepción se funda en la ausencia,
por parte de los integrantes de ésta, del derecho al contralor individual y directo de
la marcha social, presumiendo el control de legalidad por parte del órgano de fis-
calización. En idéntico sentido debe concluirse que, aun cuando la ley 22.903 no
ha modificado lo dispuesto por el art. 224 de la ley 19.550, dicha excepción no juega
para las sociedades por acciones cuando los accionistas han prescindido de la sin-
dicatura, en los términos del art. 284, párr. último, de la ley 19.550". En contra:
Verón. Sociedades comerciales. Actualización, p. 94, sostiene que "con la modifi-
cación introducida por la ley 22.903, se mantiene exactamente la disposición ('las
GESTIÓN SOCIAL °281
Cubiertos estos requisitos, debe presumirse la existencia de la
buena fe de los beneficios del dividendo que resulte de los estados
contables y de la deliberación societaria, surgiendo paralelamente la
responsabilidad de los directores y administradores que hubiesen ge-
nerado el pago indebido. Esa presunción de buena fe está ligada
también a lo dispuesto por los arts. 55, 158, inc. 2, y 294, incs. 6 y
11, que impiden el examen individual de libros y papeles que inte-
gran la contabilidad societaria, así como también el recabar direc-
tamente del administrador informes sobre la marcha de la sociedad,
la cual se organiza, no como derecho individual del socio, sino como
derecho de minoría.
c) RESERVA LEGAL. El art. 70 de la LSC contiene otro precepto
destinado a las sociedades por acciones y de responsabilidad limi-
tada. Se trata de un precepto que tiende a resguardar a los terceros
acreedores de la sociedad, en que se restringe la responsabilidad
subsidiaria de los socios: la formación de una reserva legal u obli-
gatoria que tiene una dirección común con el art. 71 de la LSC,
directiva que es la intangibilidad del capital social132.
Tanto en las sociedades por acciones como en las de respon-
sabilidad limitada debe formalizarse una reserva legal u obligatoria
no menor del 5% de las ganancias líquidas y realizadas que resulten
del estado de resultados del ejercicio anual, y que debe materiali-
zarse todos los años hasta alcanzar el 20% del capital social que al
momento se registré.
Protegiendo la existencia real de esas reservas, el art. 70, párr.
2o, de la LSC obliga a reconstituir las reservas alcanzadas si éstas
disminuyeran por el giro adverso de los negocios sociales. Si se
produjera tal disminución, no se podrán repartir nuevamente ganan-
cias hasta que se reponga el porcentaje de reservas alcanzado más
el incremento que deba producirse con las nuevas ganancias, hasta
133
Martorell, Los directores de sociedades anónimas, p. 387.
CAPÍTULO V
A) INTRODUCCIÓN
B) R E S O L U C I Ó N PARCIAL
1
Colombres, Curso. Parte general, p. 204.
2
Langle, Manual de derecho mercantil español, t. 1, p. 682.
3
Satanowsky. Estudios de derecho comercial, t. I, p. 222.
4
Colombres, Curso. Parte general, p. 202.
DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO Y DE LA RELACIÓN SOCIAL 287
5
Fariña, Rescisión y resolución de contratos, p. 35.
6
Borda, Obligaciones, p. 212.
288 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
7
Cámara, Disolución y liquidación de sociedades mercantiles, p. 18.
DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO Y DE LA RELACIÓN SOCIAL 289
En las sociedades irregulares o de hecho, conforme la política
legislativa seguida, es imposible ejercitar las acciones de resolu-
ción parcial o exclusión, sin perjuicio de la posibilidad de reso-
lución por parte del disconforme frente al proceso de regularización
previsto por el art. 22 de la LSC, conforme la reforma del año 1983.
En la sociedad accidental, no persona jurídica, negocio que puede
ser plurilateral, es aplicable el sistema de la resolución parcial con-
forme expresa previsión de los arts. 90 y 91 de la LSC. Se trata de
una solución para los contratos de colaboración con finalidad co-
mún, como la del art. 16 de la LSC.
Además de las previsiones legales es posible que se determinen
otras causales en el negocio constitutivo (art. 89, LSC).
8
Conf. Richard, Exclusión de socio. Justa causa, JA, 1983-IV-289.
DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO Y DE LA RELACIÓN SOCIAL 291
9
Ha resuelto la jurisprudencia que "es prácticamente imposible en una socie-
dad (de responsabilidad limitada) de dos socios que la acción de exclusión la in-
terponga la sociedad, atento a que. más allá de que uno de los socios tenga la ma-
yoría del capital, será necesario el voto de otro socio (el que se quiere excluir), en
virtud de lo normado por el art. 160, LSC". Además, "el pedido de suspensión
provisoria de los derechos de socio, realizado por uno de ellos en una sociedad de
responsabilidad limitada, de dos socios, entretanto se sustancia y resuelve el proceso
de exclusión, debe ser rechazado en razón de que la suspensión provisoria es una
posibilidad legal limitada a los supuestos en que la acción de exclusión la ejerce la
sociedad" (JuzgCivCom Mendoza n° 14, 5/7/95, "Villanueva Zaeferrer, Joaquín c/Bar-
boza, Enrique R.", con nota de Pérez Hualde, "Voces Jurídicas", t. 3, 1996, p. 99).
292 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
C) DISOLUCIÓN
10
Conf. Richard, Disolución y liquidación de sociedades, en "Derechos y
principios societarios", p. 215.
DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO Y DE LA RELACIÓN SOCIAL 293
11
Ferrara, Le persone giuridiche, cit. por Brunetti, Tratado, t. II, p. 676.
12
El objeto social es una forma de receptarse la idea de empresa, constitu-
yendo la sociedad una forma jurídica de organización de la empresa económica.
294 CONSTITUCIÓN. GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
14
Las mismas fueron muy bien definidas en el libro de Cámara, Disolución
v liquidación de sociedades mercantiles, donde pese a los años transcurridos y co-
rresponder a una legislación ya superada, mantiene su actualidad.
15
Sotgia, La liquidazione della societá commerciale, p. 54, donde rechaza
que la empresa en liquidación sufra modificación alguna en su capacidad; la limi-
tación legal al poder del órgano no constituye incapacidad de obrar; por otra parte,
no hay restricción alguna a la capacidad del sujeto.
16
Como Giampaolo de Ferra y Carnelutti, "Rivista del Diritto Commerciale",
1960-11-38.
296 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
17
Conf. Stolfi. La liquidazione della societá commerciale, p. 23.
DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO Y DE LA RELACIÓN SOCIAL --*'-"• 297
18
Conf. Bonelli, Del falimiento, cit. por Zaldívar y otros. Cuadernos de de-
recho societario, vol. IV, p. 253.
19
Conf. Neri, Sulla natura giuridica della societá di commereio en liquida-
zione, cit. por Maisano, Lo scioglimento delle societá, p. 18.
20
Conf. Rivarola, Sociedades anónimas, t. I, p. 127.
21
Conf. Malagarriga, Tratado elemental de derecho comercial, t. I. p. 731;
Halperin, Manual de sociedades anónimas, p. 384; Cámara. Disolución y liquida-
ción de sociedades mercantiles, p. 372.
DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO Y DE LA RELACIÓN SOCIAL 299
sistente eficacia de los vínculos sociales, esto es, se modifica la re-
lación societaria, pero se mantienen los vínculos sociales22; o se for-
mula una alteración de esta teoría y se sostiene que hay una simple
modificación de la relación societaria dentro de las mismas previ-
siones contractuales o legales específicas del contrato plurilateral de
organización, donde resurge el interés de cada socio23.
La evolución de estos pensamientos está vinculada a la evolu-
ción de la noción de sociedad-contrato a la de sociedad-persona.
Desde nuestro punto de vista sostenemos que no existe modifi-
cación ni en el vínculo ni en la relación societaria por la generación
de una causal de disolución, y que la constatación de ésta sólo crea
una modificación de la organización societaria. Pese a ello aparece
alguna problemática frente a la inscripción de la extinción de la so-
ciedad y la posibilidad de subsistencia de vínculos. Anticipamos
que esa inscripción impide que se contraigan nuevas obligaciones
imputables a la sociedad-persona extinguida, pero no implica extin-
guir las relaciones jurídicas creadas durante su existencia y no can-
celadas, pues las relaciones no pueden extinguirse sino por las cau-
sales previstas en el derecho común24.
22
Ferri, Manuale di diritto commerciale, p. 171.
23
Navarrini, Trattato teórico pratico de diritto commerciale, t. II, p. 697.
24
Conf. Richard, Disolución y liquidación de sociedades, en "Derechos y
principios societarios", p. 219.
300 CONSTITUCIÓN. GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
subsanable (art. 17), por objeto ilícito (art. 18), por actividad ilícita
(art. 19), por objeto prohibido en razón del tipo (art. 20), sanción
del art. 29 de la LSC a la sociedad entre cónyuges, nulidad por par-
ticipaciones recíprocas (art. 32, LSC); el tercer supuesto de escisión
contemplado en el art. 88 de la LSC, y para las sociedades irregu-
larmente constituidas la causal de disolución por voluntad de cual-
quiera de los 5ÜCÍ0S C'ü lüs LcniliilUS ürii lii'L ¿I lie 1U LSL."'. Í \ 0
obstante, algunas voces señalan que se trata simplemente de situa-
ciones jurídicas que abren el proceso liquidatorio.
Además debe tenerse presente que el art. 89 de la LSC autoriza
a los socios a prever en el contrato constitutivo o estatuto otras cau-
sales no previstas en la ley.
La ley francesa expresamente incorpora dentro de las ocho cau-
sales comunes de disolución para las sociedades civiles y comercia-
les a la nulidad de la sociedad. Y esto es un reconocimiento al
efecto especial de la nulidad dentro del contrato plurilateral de or-
ganización asociativa del que resulta un ente personificado: la nuli-
dad para el futuro. La nulidad absoluta afecta la relación de base
desde siempre, pero el efecto sobre la personalidad es desde su de-
lectación, operando como causal de disolución del ente, imponiendo
su liquidación.
Es de advertir, en este tema de nulidades, que hablar de la "nu-
lidad de la sociedad" implica un lapsus, porque no podemos hablar
de nulidad de la sociedad, sino de "nulidad del tipo de sociedad" o
del negocio constitutivo de sociedad. 'Porque justamente al decla-
rarse la nulidad corresponde la disolución y liquidación del sujeto,
imputando responsabilidad que no corresponde al tipo nulo, sino a
las responsabilidades solidarias de otro tipo social.
La nullité d'une société n 'agit que pour l'avenir, dice Pie26, en
el sentido de que la sentencia hasta el momento de su pronun-
ciamiento no borra entre las partes la comunidad de intereses que
es necesario liquidar. Esta comunidad es un estado que constituye
una realidad tangible que ninguna ficción del derecho puede borrar.
Hay negocios concluidos con muchas personas; habrá, pues, materia
para reglar las operaciones negociadas y sus resultados.
25
En igual sentido, Brunetti, Tratado, t. II, p. 317.
26
Pie, Des sociétés commerciales, p. 424. cit. por Cámara. Disolución y li-
quidación de sociedades mercantiles, p. 269.
DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO Y DE LA RELACIÓN SOCIAL 301
No cabe considerar lisa y llanamente nulo el contrato27 y repo-
ner las cosas a su estado anterior, como deducción lógica absoluta,
porque el derecho no puede dar la espalda al mundo de las realida-
des; aunque formuláramos tal afirmación, resultaría impotente para
aniquilar cuantas operaciones haya realizado, porque la sociedad
existió en verdad generando una serie de relaciones jurídicas con
[creeros, Cjüicries cucriuicron a ÍU apanciiciu. oicTiiprc iiaora JCUVU
que liquidar y pasivo que satisfacer.
Los terceros contratantes de buena fe no son alcanzados por la
declaración de nulidad: el art. 101 de la LSC dispone que la socie-
dad conservará su personalidad a ese efecto.
La sociedad nula constituye una sociedad de hecho manifestada
al exterior como válida y así: "No cabe poner en duda que la socie-
dad nula ha de desaparecer, pues su vicio de origen la condena a
morir. Mas, ¿como operará sobre el pasado esa declaración de nu-
lidad? Es un hecho que esa sociedad ha vivido y resulta injusto, a
veces imposible, destruir por completo las situaciones y los intereses
creados, esto es, negar todos los efectos jurídicos fundándose en que
tal sociedad no pudo tener existencia alguna, ya que es nula ab ini-
tio. La severidad de este rigor lógico, de esta retroacción, se mo-
dera mediante la doctrina de 'la sociedad de hecho', que no repre-
senta sino el modo de disolución práctico y equitativo de un
episodio comprometido. Sociedad de hecho es, pues, una sociedad
que adoleciendo de un vicio de nulidad ha funcionado a su pesar
durante un tiempo y reclama una especial disciplina. Esta sociedad
no es nula más que para el porvenir, porque no ha alcanzado el grado
de perfección suficiente para permitirle que continúe su existencia;
mas, como ha vivido debe mantenerse su paso. En suma, como no
es una sociedad de derecho es una sociedad de hecho" 28 . Importa
siempre la sustitución de una sociedad de derecho inválida por una
sociedad de hecho, salvo cuando la causal de nulidad es inconcilia-
ble con la razón misma de la nulidad29.
27
Cámara, Disolución y liquidación de sociedades mercantiles, p. 269.
28
Conf. Hémard, cit. por Cámara, Disolución y liquidación de sociedades
mercantiles, nota 47 y p. 249.
29
Por ejemplo, incapacidad de todos los contratantes, administradores, socios,
etc., supuesto únicamente de biblioteca. Sobre la controversia puede verse Borgio-
li. La nullita delta societá per azioni, p. 176, reseñando después otras legislaciones,
302 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
a la que remitimos brevitatis causa, y al mismo tiempo señala que el efecto sería
ex nunc, pero también indica que la doctrina es propensa a mantener la inter-
pretación tradicional en torno de los efectos de la nulidad absoluta. Escarra - Rault,
Sociétés commerciales, t. II, p. 346, 347 y 349; Calas - Aulon, Essai sur la notion
d'aparence en droit commercial, p. 127 y siguientes.
DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO Y DE LA RELACIÓN SOCIAL 303
30
Conf. Guidini, Estinzione e mulita delle societá commerciali, p. 17.
304 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
31
A excepción de la denominada "sociedad" accidental o en participación
(art. 361 y ss„ LSC).
32
Cámara. Derecho societario, p. 515.
33
Colombres, Curso. Parte general, p. 114.
34
Cámara, Disolución y liquidación de sociedades comerciales, p. 213.
306 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
35
Zunino. Disolución y liquidación, t. 2, p. 80 a 83.
36
Brunetti. Tratado, t. II, p. 676.
37
Cámara, Derecho societario, p. 576.
DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO Y DE LA RELACIÓN SOCIAL 307
38
Conf. res. CNV 122/87. Procede la revocación de la autorización conce-
dida para hacer oferta pública cuando se haya declarado por acto firme la quiebra
de la sociedad emisora, o se haya retirado, por resolución firme, la autorización para
funcionar impuesta por leyes especiales en razón de su objeto, y esté ordenada pre-
sentación ante tribunal competente para peticionar la declaración de quiebra de la
sociedad o iniciada liquidación judicial a pedido de la autorización administrativa
de contralor. De especial aplicación a bancos y compañías de seguros. La nega-
ción de información a los socios, juntamente con otras irregularidades, autorizan a
designar un interventor informante (CNCom, Sala A, 28/11/90, "Lucioni, Natalio
Francisco y otros c/Onoria SA s/sumario", RDCO, 1990-774; en similar sentido
CNCom, Sala E, 4/7/80, "Orteu, Eduardo R. c/Finank SA s/sumario", RDCO, 1989-
749, con nota de Truffat, El derecho de información del accionista frente a una
sindicatura reticente). Se trata de un deber de la sindicatura el de informar a los
accionistas que representen una minoría del 2% (conf. Halperin, Curso de derecho
comercial, vol. II, p. 351). Ante su incumplimiento debe asegurarse jurisdiccional-
mente su exiaibilidad.
310 CONSTITUCIÓN. GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
-'9 En los términos y condiciones del art. 10 de la LSC, es decir, "las socie-
dades de responsabilidad limitada y las sociedades por acciones deben publicar por
un día en el diario de publicaciones legales correspondiente, un aviso que deberá
contener... b) En oportunidad de la modificación del contrato o disolución: 1) fecha
de la resolución de la sociedad que aprobó la modificación del contrato o disolución;
2) cuando la modificación afecte los puntos enumerados en los incs. 3 a 10 del ap.
a, la publicación deberá determinarlo en la forma allí establecida".
40
Conf. Halperin, Curso de derecho comercial, vol. II, p. 569.
41
Conf. Nissen, Ley de sociedades comerciales, t. II, p. 237.
DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO Y DE LA RELACIÓN SOCIAL 311
42
Aun en ese supuesto la cuestión no es tan sencilla, porque coetáneamente
con el intento de inscribir esa disolución, podría tramitar el intento de inscribir una
prórroga temporánea o extemporánea. El art. 95 no exige la inscripción antes del
vencimiento del plazo sino la presentación a inscripción; y una presentación a ins-
cripción podría demorar un largo tiempo.
43
Entre socios, ya que respecto de terceros como expusimos, tendrá eficacia
desde su inscripción registral.
312 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
44
Debe repararse que la ley no exige la inscripción en el Registro Público de
Comercio, sino que se haya "solicitado" dicha inscripción de reforma contractual o
estatutaria, como forma de asegurar la fecha cierta para todos los socios que no
intervinieron en la prórroga; y que en materia de sociedades por acciones el recaudo
se cumple con la presentación de la solicitud de prórroga ante la autoridad de con-
tralor.
DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO Y DE LA RELACIÓN SOCIAL 313
45
Conf. Etcheverry. Manual de derecho comercial, p. 384.
46
Conf. terminología utilizada por Anaya. Sociedades inicialmente uniperso-
nales, p. 724 y siguientes
DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO Y DE LA RELACIÓN SOCIAL 317
D) LIQUIDACIÓN
47
Entre otros, así lo sostiene Stolfi. La liquidazione delta societá commercia-
le, p. 118. En contra. Sotgia. La liquidazione della societá commerciale, p. 54 y
siguientes.
320 CONSTITUCIÓN, GESTIÓN Y DISOLUCIÓN
48
Favier Dubois (h.), El liquidador judicial de sociedades comerciales, "Doc-
trina Societaria y Concursa] Errepar". oct. 1989. t. II. p. 370 y siguientes.
DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO Y DE LA RELACIÓN SOCIAL 321
49
Richard - Escuti (h.) - Romero, Manual de derecho societario, p. 179 y si-
guientes.
§ 156. SOCIEDAD CIVIL. - El art. 1758 y ss. del Cód. Civil con-
templan las causales de disolución de la sociedad.
Pasaremos revista brevemente a algunas de ellas.
a) La muerte de uno de los socios en la sociedad de dos per-
sonas provoca su disolución (art. 1758).
b) La muerte del administrador nombrado en el contrato, o la
muerte del socio que pone su industria o alguno de los socios que
tuviese tal importancia personal, que su falta hiciere probable que la
sociedad no pueda continuar con buen éxito (art. 1759).
50
Halperin, Sociedades anónimas, p. 706.
51 Conf. Zaldívar y otros, Cuadernos de derecho societario, vol. IV. p. 389;
Verón, Sociedades comerciales, t. 2. p. 375; Zunino, Disolución y liquidación, t. 2,
p. 474.
DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO Y DE LA RELACIÓN SOCIAL 325
TIPOLOGÍA
CAPÍTULO VI
SOCIEDADES DE PERSONAS
A) SOCIEDAD COLECTIVA
1
La clasificación de sociedades en "personalistas" y "capitalistas" ha sido
328 TIPOLOGÍA
3
Conf. Siburu, Comentario al Código de Comercio argentino, t. V, n° 1136.
4
Conf. Garó, Sociedades comerciales, t. II, p. 136.
5
Ver Broseta Pont, Manual, p. 187. para el caso del derecho español.
330 TIPOLOGÍA
6
Por las dificultades de englobar en un único concepto la idea de sociedad,
conforme hemos señalado en el primer capítulo de esta obra. Esa dificultad es la
que generó la tipología de segundo grado o sea los tipos de sociedades.
7
Derecho de excusión que si bien estaba contemplado en el Código de Co-
mercio, su deficiente redacción hacía dudoso y materia opinable el tema.
SOCIEDADES DE PERSONAS 331
pero no oponible a terceros por expresa disposición legal. Así, el
art. 125, párr. 2o, de la LSC dice que "el pacto en contrario no es
oponible a terceros", lo que importa el reconocimiento de su validez
entre partes, incluso en la etapa de liquidación de la sociedad.
8
En este sentido. Garrigues, Tratado, t. I, p. 519. También Fariña, Tratado,
t. I-A. p. 51.
332 TIPOLOGÍA
9
CN'Com. Sala C, 4/11/77, ED, 7 7 - 1 9 5 .
334 TIPOLOGÍA
10
En el caso se trataba de una prolongada ausencia de uno de los socios de
una sociedad colectiva integrada exclusivamente por los dos socios administradores
-administración conjunta-; resulta objetivamente un hecho que pone en peligro gra-
ve a la sociedad, por cuanto ello implica la paralización administrativa del ente hasta
tanto se decida sobre la demanda de exclusión del socio ausente, y resulta gravoso
para la sociedad y cada uno de los socios en virtud de la responsabilidad personal
comprometida (art. 125, LSC). Adviértase, además, que ante la composición social
ya descripta, la remoción del administrador en tales circunstancias no encuentra cau-
ce por ios recursos del contrato de sociedad, habida cuenta las reglas aplicables
(CNCom, Sala C, 4/11/77, ED, 77-195).
1
' Tratándose de una cuestión fáctica -y, por ende, librada a la apreciación en
cada caso concreto- que no debe equipararse con la justa causa como requisito de
exclusión de los socios (arg. art. 91, LSC), pues aquí deben apreciarse otros ele-
mentos propios de la función desarrollada.
SOCIEDADES DE PERSONAS 335
12
En rigor, el administrador debe haber resultado designado como condición
expresa, sea de la constitución, o de una modificación contractual posterior y for-
malmente completa.
336 TIPOLOGÍA
13
Conf. Verón - Zunino, Reformas al régimen de sociedades comerciales,
p. 195, nota 9.
14
Conf. Nissen. Ley de sociedades comerciales, t. 2, p. 352.
ls
En sentido diverso se ha dicho que, en el caso del art. 129, la noción con-
ceptual del término disconformes es necesariamente más amplia. En primer lugar,
la norma se refiere a socios disconformes con la remoción del administrador y no
sólo a los socios disconformes con la decisión mayoritaria de remover al adminis-
trador, ya que, dadas las circunstancias del caso y el carácter de la responsabilidad
de los socios, el legislador ha considerado el hecho como justa causa de receso; no
interesa, por consiguiente, si la remoción resulta de la decisión de una mayoría o
de una sentencia judicial ante ia acción promovida por una minoría o un socio en
particular. Por las mismas consideraciones, cuando la remoción provenga de la de-
cisión de una mayoría, se otorga el receso a los disconformes, sin importar para la
caracterización de este concepto eventuales distinciones entre socios presentes o au-
sentes a la reunión, y menos aún entre presentes que votaron en contra, que se abs-
tuvieron, que se retiraron antes de la votación, etcétera. Conf. Verón - Zunino. Re-
formas al régimen de sociedades comerciales, p. 195, nota 9.
SOCIEDADES DE PERSONAS 337
16
Conf. Nissen. Ley de sociedades comerciales, t. 2, p. 353. Ver, además.
Fariña, Tratado, t. IV, p. 133. Cuando el art. 129 habla de socios disconformes con
la remoción del administrador no requiere que se trate de socios que se hayan opues-
to a la remoción sino de socios que no tengan voluntad de continuar en la sociedad
colectiva a la cual pudieron haber ingresado en atención a la eficacia, calidades
personales, influencias en el mundo de los negocios, etc., que ofrecía el adminis-
trador elegido, todo lo cual se ve luego frustrado. Es posible que el socio haya
estado de acuerdo en remover a este administrador que, en principio, actuó correc-
tamente y luego tuerce su conducta. El derecho de receso debe reconocerse tam-
bién al socio administrador removido. La existencia de justa causa lo hará respon-
sable de los daños y perjuicios, lo cual será motivo del juicio pertinente, pero no
puede privarle del derecho de receso que la ley reconoce a todos los socios discon-
formes sin excepción.
17
Conf. Verón - Zunino, Reforma al régimen de sociedades comerciales,
p. 196.
18
Conf. Nissen, Ley de sociedades comerciales, p. 353.
19
Se trataría de un término uniforme, pues no cabría un distingo entre socios
presentes o ausentes a la reunión respectiva.
20
La ley fija un estándar de conducta, una pauta legal que permitirá al juez
en el caso concreto establecer o desechar esa responsabilidad (Exposición de moti-
vos de la ley 19.550, cap. I. secc. VIII, ap. 2).
SOCIEDADES DE PERSONAS 339
gración inmediata de los aportes en especie, con inscripción preven-
tiva en el caso de ser registrables (art. 38, LSC).
En cambio, si se tratase de aportes dinerarios se estará al esta-
tuto social que podrá determinar la integración en plazos que exce-
dan aun los dos años, sin desembolso inmediato, por la especial res-
ponsabilidad de los socios. A falta de previsiones es aplicable el
art. 37 de la LSC.
El capital social sólo puede estar referido a aportes con valor
patrimonial, aun en las sociedades personalistas, lo que ya resulta
del art. 1649 del Cód. Civil. Esto no resulta tan claro en la ley de
sociedades. Deberá vincularse la cuestión al valor que se le fije al
aporte en el estatuto (art. 51, LSC).
El capital social de la sociedad colectiva se divide en fracciones
alícuotas no necesariamente iguales denominadas partes de interés
que no resultan libremente transferibles, toda vez que, como expresa
el art. 131 de la LSC, se exige el consentimiento unánime de los
socios, salvo pacto en contrario, para la transferencia de la parte
social. Las partes de interés no pueden ser objeto de embargo ni
de ejecución por los acreedores del socio, quienes sólo pueden co-
brarse sobre las utilidades y la cuota de liquidación (art. 56, LSC).
21
Ya Segovia (Explicación y crítica del nuevo Código de Comercio de la Re-
pública Argentina, t. I, p. 136, nota 1388), utilizando esa terminología, había for-
mulado severas críticas, afirmando que no es justo que siendo el aporte de industria
capital, el socio industrial no comprometa más que su trabajo; ni que tampoco re-
sulta explicable que el socio industrial que se guarda las ganancias, cuando las hay,
se conduzca como un insolvente en el supuesto de pérdidas, y que se transforme en
socio colectivo por el solo hecho de hacer un aporte en especie.
22
Zaldívar y otros. Cuadernos de derecho societario, vol. II, p. 93.
SOCIEDADES DE PERSONAS 345
24
Ver Nissen, Ley de sociedades comerciales, t. II, p. 374.
25
Richard, La nueva sociedad de capital e industria paraguaya (un comen-
tario a la ley 117 del año 1993), "Revista Jurídica", Universidad Católica Nuestra
Señora de la Asunción, Facultad de Ciencias Jurídicas y Diplomáticas, Centro de
Estudiantes, 1993, p. 87 y siguientes.
26
De esta manera se pueden superar las dificultades en el derecho argentino para
constituir una sociedad con trabajo, en los términos previstos por el art. 27, párr. Io,
de la ley 20.744: "Las personas que, integrando una sociedad, prestan a ésta toda
su actividad o parte principal de la misma en forma personal y habitual, con sujeción
a las instrucciones o directivas que se le impartan o pudieran impartírseles para el
cumplimiento de tal actividad, serán considerados como trabajadores dependientes
de la sociedad a los efectos de la aplicación de esta ley y de los regímenes legales
o convencionales que regulan y protegen la prestación de trabajo en relación de de-
pendencia". Recuérdese que en esta sociedad de capital e industria paraguaya el
administrador es, en principio, un socio capitalista o un tercero.
SOCIEDADES DE PERSONAS 347
D) D E LA SOCIEDAD CIVIL
27
Borda, Tratado. Contratos, t. II, p. 227. Explícita que en todos los su-
puestos es aplicable después de la reforma al Código Civil por ley 17.711 la norma
del art. 1184, inc. 3 o , eliminándose la distinción de la redacción originaria de exi-
girse la escritura cuando los aportes excedían de un mil pesos.
SOCIEDADES DE PERSONAS 349
tras que las sociedades comerciales deben constituirse por instru-
mento público o privado, salvo el supuesto de la sociedad anónima.
Se trata de un requisito ad probationem, atento a la disposición
del art. 1663 del Cód. Civil que autoriza la acreditación de la exis-
tencia de la sociedad por otros medios.
Sobre la prueba son aplicables las normas del art. 1190 y ss.,
del Cód. Civil, admitiéndose la prueba testimonial de conformidad
al parámetro indicado en el art. 1662 del mismo plexo, referido a la
totalidad del patrimonio social. No debe confundirse la prueba del
contrato de sociedad con la prueba de actos o Contratos formalizados
por la sociedad con terceros.
28
El art. 1713 expresa: "Los acreedores de la sociedad son acreedores, al
mismo tiempo, de los socios. Si cobraren sus créditos de los bienes sociales, la
sociedad no tendrá derecho de compensar lo que les debiere con lo que ellos de-
biesen a los socios, aunque éstos sean los administradores de la sociedad. Si los
cobrasen de los bienes particulares de algunos de los socios, ese socio tendrá de-
recho para compensar la deuda social con lo que ellos le debiesen, o con lo que
debiesen a la sociedad". El art. 1747 prescribe: "Los socios no están obligados
solidariamente por las deudas sociales, si expresamente no lo estipularon asi. Las
obligaciones contratadas por todos los socios juntos, o por uno de ellos, en virtud
de un poder suficiente, hacen a cada uno de los socios responsables por una porción
viril, y sólo en esta proporción, aunque sus partes en la sociedad sean desiguales,
y aunque en el contrato de sociedad se haya estipulado el pago por cuotas desigua-
les, y aunque se pruebe que el acreedor conocía tal estipulación".
29
Como expresan Garrido y Zago (Contratos civiles y comerciales, t. II, p.
414), el codificador en la nota al art. 3490 aclara que "la porción viril es una frac-
ción cuyo denominador es igual al número de... (deudores), pues que ella se deter-
mina por cabeza, pro numero virorum, y por consiguiente las partes viriles son ne-
cesariamente iguales", a pesar de que su interés pueda ser distinto, con lo cual la
norma aparece viciosa, en cierta manera injusta, frente a los socios con aportes dis-
tintos, pero aun viciosa debe ser aplicada.
SOCIEDADES DE PERSONAS 351
A) CONSIDERACIONES GENERALES
1
CNCom, Sala B, 19/6/74, "Gach, Muchow y Doldesi", LL 156-913, n° 595.
SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA 355
2
Fariña, Compendio, p. 213, que pese a señalar similar criterio habla de "dos
clases de SRL".
3
Conf. Muiño, ponencia presentada a las II Jornadas Nacionales de Institutos
de Derecho Comercial, Buenos Aires, 1 y 2/9/94.
356 TIPOLOGÍA
4
Establece el art. 17 de la LSC que "es nula la constitución de una sociedad
de los tipos no autorizados por la ley. La omisión de cualquier requisito esencial
no tipificante hace anulable el contrato, pero podrá subsanarse hasta su impugnación
judicial".
5
El art. 91 de la LSC dispone: "Cualquier socio en las sociedades menciona-
das en el artículo anterior, en las de responsabilidad limitada y los comanditados de
las en comandita por acciones, puede ser excluido si mediare justa causa. Es nulo
el pacto en contrario. Habrá justa causa cuando el socio incurra en grave incum-
plimiento de sus obligaciones. También existirá en los supuestos de incapacidad,
inhabilitación, declaración en quiebra o concurso civil, salvo en las sociedades de
responsabilidad limitada. El derecho de exclusión se extingue si no es ejercido en
el término de noventa días siguientes a la fecha en la que se conoció el hecho jus-
tificativo de la separación. Si la exclusión la decide la sociedad, la acción será
ejercida por su representante o por quien los restantes socios designen si la exclusión
se refiere a los administradores. En ambos supuestos puede disponerse judicial-
mente la suspensión provisoria de los derechos del socio cuya exclusión se persigue.
Si la exclusión es ejercida individualmente por uno de los socios, se sustanciará con
citación de todos los socios".
SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA 357
6
Halperin, Sociedades de responsabilidad limitada, p. 41, sostiene la nulidad
de la aceptación de esos socios y el carácter esencial del número máximo, cuya
existencia generaría la atipicidad de la sociedad y su consecuente nulidad.
7
Los anteproyectos actuales de reformas al Código Civil o ley de sociedades
comerciales, con total uniformidad, autorizan también la constitución de una socie-
dad por acciones por negocio unipersonal, sea de persona física o jurídica, como
hemos expresado en el capítulo II.
8
No trataremos aquí la conveniencia o no de incluir en cuerpos normativos
definiciones doctrinarias, pero los tipos tratan de huir de la definición de socie-
dad, determinando sus características, aproximando así a la idea de persona jurídica
y alejándose de la de contrato.
358 TIPOLOGÍA
9
El art. 148 de la LSC establece: "Las cuotas sociales tendrán igual valor, el
que será de diez pesos o sus múltiplos".
10
Por remisión expresa que formula la norma del art. 156: "Cuando exista
copropiedad de cuota social se aplica el art. 209. La constitución y cancelación de
usufructo, prenda, embargo u otras medidas precautorias sobre cuotas, se inscribirán
en el Registro Público de Comercio. Se aplicará lo dispuesto en los arts. 218 y
219". Por su parte, el art. 209 expresa: "Las acciones son indivisibles. Si existe
copropiedad se aplican las reglas del condominio. La sociedad puede exigir la uni-
ficación de la representación para ejercer los derechos y cumplir las obligaciones
sociales".
11
Muiño, ponencia presentada a las II Jornadas Nacionales de Institutos de
Derecho Comercial, Buenos Aires, 1 y 2/9/94.
12
En este'sentido tiene dicho la jurisprudencia que "las cuotas de capital de
una sociedad de responsabilidad limitada no tienen entidad corpórea, ni poseen in-
dividualidad que las asimile al carácter de acciones, por ejemplo, de una sociedad
anónima. Representan el aporte societario de capital de sus integrantes en cali-
dad de socios; capital que pertenece a la sociedad y no a cada socio en particular
ni siquiera en proporción a su respectivo aporte (CNCiv, Sala C, 6/6/75, LL, 1976-
A-143).
SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA 359
te- se prohibía que el capital pudiera ser representado por títulos
negociables. No obstante, la práctica y los autores extranjeros13,
frente a normas análogas han planteado la posibilidad de emitir cer-
tificados de partes (cuotas) sociales, llegando a la conclusión de su
licitud, que son meros documentos probatorios, cuya posesión no
engendra derecho alguno, porque éste existe sin el documento, cuya
transferencia; n ^ r i,r> n^^^;n mn^^'r-i/il c^ °^o!L!tL!rricnte nula'-1. No
se percibe qué interés legítimo se satisface con la emisión de esta
especie de certificados, que como gráficamente se ha dicho no tiene
más valor que un diploma de socio :í .
La representación de la cuota mediante títulos no es aceptada
como hemos repetido. La calidad de socio resulta, frente a terce-
ros, de la inscripción registral respectiva.
b) En cuanto a la limitación de la responsabilidad de los socios
a las cuotas suscriptas o adquiridas, debemos considerar que -a di-
ferencia del régimen apuntado de las sociedades personalistas- en
la sociedad de responsabilidad limitada se excluye la de responsabi-
lidad personal de los integrantes por las deudas sociales, las que de-
ben ser asumidas con el patrimonio social.
Sin embargo, como determina el art. 150 de la LSC, "los socios
garantizan solidaria e ilimitadamente a los terceros la integración de
los aportes". Es decir que garantizan tanto la correcta y completa in-
tegración de los aportes, como la efectividad y valor adjudicado a ellos.
De esta forma se produce una ampliación de la responsabilidad
al monto del capital aportado, cuando existan aportes de capital no
integrados, o se hayan valuado aportes en especie, y sin que se haya
efectuado su valuación judicial (arg. art. 51, LSC). Este aspecto, a
su vez, marca la diferencia con los accionistas de la sociedad anó-
nima, en que los socios limitan su responsabilidad "exclusivamente"
a la integración de las acciones suscriptas (art. 163, LSC).
13
Según refiere Halperin, Sociedades de responsabilidad limitada, p. 76.
14
Coincidentemente, CNCiv, Sala C, 6/6/75, LL, 1976-A-143, expresó que "el
llamado 'certificado de cuota' sería un mero documento probatorio cuya posesión
no engendra ningún derecho", agregando que la LSC "da un régimen especial para
la trasferencia de las partes sociales que empece la creación de dichos títulos con
un significado idéntico al de la acción".
15
Ferreira, Sociedades por quotas, cit. por Halperin, Sociedades de respon-
sabilidad limitada, p. 76.
360 TIPOLOGÍA
16
Conf. Rivolta, Sulla societá a responsabilitá limitata: precedenti storici ed
orientamenti interpretativa, "Rivista di Diritto Civile", 1980, p. 477 y siguientes.
17
Originada en el proyecto del senador Ramón Castillo, elaborado sobre la
base del proyecto de Laurencena y que es estudiada y aprobada por la Cámara de
Senadores y luego de Diputados en 1932, promulgada como ley el 8/10/32.
18
Anteriormente existieron diversos proyectos que no tuvieron el éxito espe-
rado. Podemos mencionar el anteproyecto de Laurencena de 1926 que no tuvo tra-
tamiento legislativo; el anteproyecto de la IGJ de 1926, que autorizaba a las socie-
dades colectivas a limitar la responsabilidad de los socios, y el proyecto del senador
Mario Bravo de 1929, sancionado en ese año por la Cámara de Diputados y remitido
a la de Senadores, sin que fuera tratado por esta última, entre otros.
SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA 361
B) CAPITAL SOCIAL
20
Conforme criterio de CNCom, Sala B, 8/6/78, LL, 1978-C-44; id., id.,
8/8/79, LL, 1980-A-191, con disidencia del fiscal, Di lorio, también con importante
reseña doctrinaria corresponde que se modifique e¡ nombre social cuando desapare-
ce el socio que en él figura.
21
CNCom, Sala D, 30/6/86, LL, 1986-D-161.
22
JuzgCom de Registro Capital, firme. 30/6/80, LL, 1980-D-464.
364 TIPOLOGÍA
23
Diferente enfoque con respecto a la sociedad anónima se genera en torno
a la valuación de los bienes en especie, a los que debe aplicarse la previsión del art.
51, que permite su impugnación hasta los cinco años de realizado el aporte.
24
Señala Feine que "las prestaciones pueden tener el más diverso contenido
y recaer sobre cosas, servicios... Pueden consistir en actos u omisiones, o no tener
valor patrimonial, ser periódicas o no: así, por ejemplo, puede imponerse la entrega
de determinadas materias primas o productos para su elaboración, o venta; abrir crédito
a la sociedad; o entregar el uso o goce de ciertos bienes; o la cesión de inventos u
otros derechos; o la prestación de servicios. Y pueden ser retribuidos o no, pero
el precio no puede exceder nunca el verdadero valor, porque se lesionaría la integridad
del capital" (cit. por Halperin, Sociedades de responsabilidad limitada, p. 103).
366 TIPOLOGÍA
25
Éste y no otro es el alcance que debe darse a la frase inicial del art. 150
de ¡a LSC: "Los socios garantizan solidaria e ilimitadamente a los terceros la inte-
SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA 367
C) Ó R G A N O S SOCIALES
1) INTRODUCCIÓN
26
En ese sentido se expresa en el cap. I, secc. I, ap. 1, de la Exposición de
motivos de la LSC, en relación al concepto de organización, que "esta mención re-
sulta importante, no sólo por lo que ella implica como noción ínsita en las especi-
ficidades del contrato de sociedad y por su relación con la idea económica de em-
presa -que constituye la actividad normal de las sociedades mercantiles-, sino
también porque brinda referencia del complejo de intereses comunes, que para el
logro del objeto societario, se unen en el organismo económico patrimonial. A la
consolidación, unidad y duración de esa organización jurídica están destinadas no
pocas soluciones del proyecto".
27
Recuérdese la teoría del autoorganicismo de las sociedades personalistas a
la que oportunamente aludimos y téngase presente también la conformación de los
órganos de la sociedad colectiva.
28
Salvo la opinión de un sector muy reducido de la doctrina que opina que
existiría un cuarto órgano que sería el de representación, pero que conforma parte
del órgano de administración.
SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA 371
29
Conf. Zaldívar y otros, Cuadernos de derecho societario, vol. II, p. 216.
30
Esto es. en favor del interés social, en función del objeto y de la actividad
sociales. Este obrar con lealtad obliga a obtener las mayores ventajas posibles para
la sociedad y sin motivaciones extrasociales que puedan influir para deformar o des-
viar esa actuación. Su violación requiere normalmente malicia, ya que se poster-
gará el interés social en beneficio del interés propio o de un tercero. Así, Halperin,
Sociedades de responsabilidad limitada, p. 118.
SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA 373
31
la diligencia de un buen hombre de negocios" (art. 59) . En cuanto
a la remisión a la regulación de la responsabilidad de los directores
de sociedad anónima, como dijimos, está contenida en el art. 274 y
ss. de la ley societaria. Dicha norma dispone la responsabilidad,
para los casos siguientes:
a) "Mal desempeño de su cargo" (lo que no agrega vanante
alguna en relación al criterio del art. 59).
b) "Por la violación de la ley, el estatuto o el reglamento y por
cualquier otro daño producido por dolo, abuso de facultades o culpa
grave7' (también en este caso, la norma reitera el postulado genérico
del art. 59 de la LSC).
Como se advierte32, esta última distinción tiene importancia,
como veremos enseguida, en cuanto a la posibilidad de extinción de
la responsabilidad. Corresponde poner en claro que el gerente res-
ponde en todos los casos enumerados, sin que se haga necesario
comprobar la existencia de dolo, abuso de facultades o culpa grave,
como parecería poderse interpretar en base a la parte última de este
31
Esta noción exige que el juzgamiento de la diligencia requerida se haga en
función de las circunstancias objetivas en el caso concreto examinado (art. 902. ar-
monizado con el art. 512, Cód. Civil), atendiendo objetivamente (sin consideración
a las habilidades personales del gerente) a lo que se considera exigible como normal
en el comercio. Este deber de diligencia debe ser apreciado genéricamente, con
cuidado de no afectar el espíritu de iniciativa; esto es, no cabe responsabilizar al
gerente por el resultado de los negocios emprendidos si no existen faltas en la dili-
gencia que debió aplicar; diligencia que no sólo se traduce en la ejecución material
de sus esfuerzos cumplidos, sino también de los conocimientos que debió tener -y
dejó de adquirir- en la ejecución de los negocios, las faltas de capacidad suya para
el cargo o de prudencia en la administración (v.gr., la contratación de préstamos
excesivamente onerosos que no estuviesen acordes con el estado del mercado, etc.),
pero en manera alguna lo hace responsable por las pérdidas que resulten de los ne-
gocios sociales sin esa falta suya. Conf. Halperin, Sociedades de responsabilidad
limitada, p. 118. El propio autor expresa su disidencia con autores extranjeros, que
equiparan en términos generales al "buen hombre de negocios" con el "buen padre
de familia" del antiguo derecho romano. Reiterando que la economía del art. 59 de
la LSC exige que el juzgamiento de la diligencia impuesta se haga en función de las
circunstancias objetivas de cada caso concreto (arts. 902 y 512, Cód. Civil), aten-
diendo -sin entrar a considerar las habilidades personales del gerente- a lo que se
considera exigible normalmente en el comercio. Por ello es que la diligencia que
deberá poner en su cometido el administrador, no deberá ser igual, sino mayor que la
exigible al "buen padre de familia".
32
Zaldívar y otros. Cuadernos de derecho societario, vol. II, p. 217.
374 TIPOLOGÍA
33
En opinión de Halperin, Curso de derecho comercial, vol. II, p. 119; si no
existiese síndico la denuncia deberá realizarse a los socios.
34
Mascheroni, Manual de sociedades de responsabilidad limitada, p. 199.
35
Es de recordar que el art. 173 de la ley concursal 24.522 determina: "Los
representantes, administradores, mandatarios o gestores de negocios del fallido que
dolosamente hubieren producido, facilitado, permitido o agravado la situación pa-
trimonial del deudor o su insolvencia, deben indemnizar los perjuicios causados.
Quienes de cualquier forma participen dolosamente en actos tendientes a la dismi-
nución del activo o exageración del pasivo, antes o después de la declaración de
quiebra, deben reintegrar los bienes que aún tengan en su poder e indemnizar los
daños causados, no pudiendo tampoco reclamar ningún derecho en el concurso".
376 TIPOLOGÍA
36
Sobre el particular expresa la Exposición de motivos de la ley 22.903.
cap. II, secc. I: "Se modifica el contenido del art. 129 atendiendo a que el régimen
vigente no prevé la situación de los socios colectivos cuando el nombramiento del
administrador removido fue condición expresa de la constitución de la sociedad.
Parece claro que la situación en esta hipótesis es más gravosa que la planteada en
los casos de remoción, dadas análogas circunstancias, de los gerentes de la sociedad
de responsabilidad limitada, habida cuenta de la responsabilidad solidaria e ilimi-
tada de los socios colectivos por los resultados de la gestión, a punto tal que en el
derecho comparado esta remoción ha llegado a ser considerada como causal de di-
solución; la Comisión ha entendido excesiva esta última solución -causal disoluto-
ria- pero ha entendido lógico que el socio colectivo tenga un tratamiento análogo
al cuotista de la sociedad de responsabilidad limitada, por lo que se le otorga dere-
cho de receso".
378 TIPOLOGÍA
37
Richard, Sociedad por acciones: efectos de la resolución adoptada merced
a voto emitido en interés contrario al social, ED, 153-680.
38
Conf. Galgano, Historia del derecho comercial, p. 155.
39
Cuando se discutía el Código de Comercio de Italia de 1892, el ministro
Finali expresaba que "sería perjudicial que una sola persona, poseyendo un gran
número de acciones, pudiera constituir la mayoría; siendo por ello necesario que se
establezcan límites al número de votos que puede detentar cada accionista" (Cas-
tagnola, cit. por Galgano, Historia del derecho comercial, p. 155, encontrando plas-
mación en el art. 157 similar al art. 216, LSC argentina), teniendo como antecedente
la companies act inglesa del año 1862 y la ley belga de 1873 (art. 61).
380 TIPOLOGÍA
40
Vcrón no formaliza aclaración alguna, y Fariña, Compendio, p. 229. con-
forme con el texto interpola un "así como" en la transcripción de la norma antes de'
la referencia a la designación o revocación de gerentes o síndicos.
SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA 381
41
Ver Halperin, Sociedades de responsabilidad limitada, p. 201. El régimen
también fue receptado en la LSC para las sociedades de responsabilidad limitada de
menos de veinte socios.
42
Pie y Bartin, n° 355 y ss.; Lyon - Caen y Renault, II, n" 1029-60; Cooper -
Roger, p. 304 y ss.; Haupin y Bosvieuae, II, n° 1531, todos cit. por Halperin, Socie-
dades de responsabilidad limitada, p. 201.
SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA 383
43
En este sentido Verón - Zunino. Reformas al régimen de sociedades comer-
ciales, p. 237. nota 56.
384 TIPOLOGÍA
cisión y por los ausentes", frente al art. 160, párr. 4o, que expresa:
"Los socios que votaron en contra, otorga a éstos el derecho de re-
ceso conforme a lo dispuesto por el art. 245" 44 . Esta remisión al
art. 245 de la LSC ha llevado a sostener la extensión de la previsión
a los socios ausentes que expresen esa decisión dentro de los cinco
días de la reunión o asamblea.
Parece aceptable denegar el receso al abstenido, pero la duda
recae especialmente en relación a los ausentes. La lectura del párr.
5° del art. 160, que distingue entre ausentes y quienes votaron en
contra, y la tendencia restrictiva, llevaría a limitar ese ejercicio, au-
torizando eventualmente la impugnación de la decisión contraria a
la ley o el contrato, incluso por intempestiva por reconocer su au-
sencia.
Finalmente, en cuanto a las condiciones de ejercicio del dere-
cho de receso, serán las previstas en el art. 245 de la LSC, sin per-
juicio de disposiciones específicas del contrato que no lo hagan más
oneroso para los socios que lo ejerzan.
4) FISCALIZACIÓN
44
Es de recordar que el texto original de la LSC otorgaba el derecho de receso
en el art. 160 a "los socios disconformes".
45
CNCom, Sala E, 9/6/92, "'Savini, María Cristina c/Sarini. Osear s/rendición
de cuentas-sumario''. RDCO. 1992-436. En el mismo sentido, CNCom, Sala D,
20/2/S4, LL, 1984-DÓ42; id.. Sala E. 27/12/91, "Paglini, Aníbal Eduardo c/Fernán-
dez. Lacour", inédito.
46
Pita, Cesión de cuotas en la SRL (ley 22.903). RDCO. 1987-87.
SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA 387
rencia, del que resulten que las firmas son auténticas (certificación
de firmas) si el instrumento fuese privado. Ésta será oponible a ter-
ceros desde su inscripción en el Registro Público de Comercio. Es-
tán legitimados a solicitarla la sociedad o los intervinientes que po-
dían hacer la comunicación a la sociedad, acompañando en ese caso
e! título de la transferencia y la constancia de haber cumplido el
aviso a la gerencia de la sociedad indicada en el párrafo anterior
(art. 152, párrs. 2o y 4o).
Previo a ordenar la inscripción, la autoridad judicial a cargo del
Registro se asegurará de la inexistencia de medidas cautelares.
Aunque sea libre la transferencia, el cedente que no haya cum-
plimentado la integración de las cuotas suscriptas mantiene su res-
ponsabilidad, agregándosele la del cesionario, formalizándose así
una delegación pasiva imperfecta. Desde que se notifique esta ce-
sión a la sociedad (oponibilidad interna), aun cuando se hubiera
cumplimentado los requisitos para la transferencia en caso de que
existieran limitaciones contractuales o legales a la misma, la socie-
dad no podrá ejecutar al ex socio sin la previa interpelación al nuevo
socio.
Supuesto especial de limitación por imperio de la ley lo cons-
tituye el compromiso del socio a prestaciones accesorias (art. 50,
LSC), que aun a falta de previsiones contractuales presupone una
restricción a la libre transferencia, imponiendo la conformidad de la
mayoría de socios necesaria para la modificación del contrato, ma-
yoría que estará fijada por la ley o por la disposición contractual
respectiva. Esta presunción legal de restricción puede ser alterada
-en más o en menos- por expresa previsión contractual. A falta de
previsiones se requiere entonces votos que representen las tres cuartas
partes del capital social. De ser dos socios bastará -en este caso-
la conformidad del socio que no transfiere (arg. art. 160, LSC).
Pese a ser libre la transferencia, la sociedad o los socios podrán
excluir al adquirente por aplicación de las previsiones del art. 91 de
la LSC, que son íntegramente aplicables aun en el caso de incapa-
cidad, inhabilitación o quiebra del socio incorporado, pues el art.
152 excluye esa excepción, que sólo juega para los socios originarios.
La cláusula de preferencia es legal en la venta forzada y con-
tractual en las restantes. El derecho de preferencia, no previsto
contractualmente, en el caso de transferencia a tercero podría ser
388 TIPOLOGÍA
47
Conf. Corte de Casación Italiana, sentencia n° 93, 12/1/89, "Rivista delle
Societá", 1989-940.
48
Verón, Sociedades comerciales. Actualización, p. 318.
49
Halperin, Sociedades de responsabilidad limitada, p. 153.
390 TIPOLOGÍA
50
Gráficamente puede ejemplificarse de la siguiente manera: si el socio A
desea ceder diez cuotas a un tercero B, por un precio de $ 100, y C (consocio de la
sociedad y ejerciendo su opción de compra reglamentado en el contrato) también
desea comprarlas, pero por un precio de $ 70. Al no existir previsión contractual
sobre el particular, el conflicto habrá de resolverse mediante pericia judicial. Si la
tasación judicial establece que el valor de las cuotas es de S 130, el socio C no
estará obligado a pagar más de $ 100 (que es lo que el socio A -en su calidad de
cedente- solicitó como valor por la transferencia). Si por el contrario la pericia
SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA 391
cargar con las costas la parte que pretendió el precio más alejado
del fijado por la tasación judicial.
determina que el valor de las cuotas es de $ 50, el socio A -cedente- no está obli-
gado a recibir menos de $ 70 (que es lo que el consocio C había ofertado).
51
Pita, Cesión de cuotas en la SRL (ley 22.903), RDCO. 1987-87, especí-
ficamente p. 93 y siguientes. Para antecedentes de esta cuestión y su regulación
en el derecho uruguayo puede verse Servan Bauzón, Efectos de la muerte o incapa-
cidad de un socio en la sociedad de responsabilidad limitada, RDCO, 1994-343.
52
Las participaciones sobre el capital, en este caso las cuotas, forman parte
del patrimonio del causante como créditos y la aceptación de la herencia implica la
aceptación de calidad de socio.
392 TIPOLOGÍA
53
Asimismo, y aunque no lo establezca el art. 155 específicamente ni remita
a la norma pertinente, los socios podrán ejercer el derecho de exclusión del art. 91
y con las condiciones ya establecidas en el § 142.
54
El plazo de quince días es menor al de treinta previsto en el art. 153 de la
LSC para los otros supuestos, plazos que se cuentan de días corridos, conforme el
art. 28 del Cód. Civil.
55
Fariña, Tratado, t. IV, p. 154.
56 Pita, Cesión de cuotas en la SRL (ley 22.903), RDCO, 1987-96.
SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA 393
en referencia a contratos que prevén la incorporación de herederos
como señala Pita57.
Claro que la ley no prevé cómo se aplican en estos supuestos
las cláusulas limitativas de transmisibilidad ante el hecho irreversi-
ble de la transmisión mortis causa y no voluntaria. En tales su-
puestos, si los socios no admiten la incorporación de los herederos
debe procederse a una desvinculación parcial o resolución parcial del
vínculo societario, similar a la prevista en el caso de exclusión de
socio y sujeta a ese trámite para su oponibilidad a terceros, pues en
este supuesto existe una disminución del capital social.
b) CONTRATOS SIN CLÁUSULAS LIMITATIVAS. Medie o no pacto de in-
corporación de herederos, éstos se incorporarán a la sociedad en la
forma prevista y, posteriormente (o antes cediendo sus derechos),
podrán transmitir libremente sus cuotas a terceros, cumpliendo con
los recaudos previstos en el art. 152 de la LSC.
E) COPROPIEDAD DE CUOTAS
57
Pita. Cesión de cuotas en la SRL (ley 22.903), RDCO, 1987-96.
394 TIPOLOGÍA
58
Pueden revisarse las diversas problemáticas que resultan de la aplicación
de las normas del condominio, la de los administradores judiciales y de tratarse de
un derecho de la sociedad, en ponencia de Muiño a las Jornadas Sanjuaninas de De-
recho Societario, Concursal y Bancario (San Juan, 1991).
CAPÍTULO VIII
SOCIEDAD ANÓNIMA
A) CARACTERIZACIÓN
1) CONSIDERACIONES GENERALES
1
Conf. Bravard-Veyrrieres, cit. por Rivarola, Sociedades anónimas, p. 70; es-
tos conceptos que resultan interesantes -como expone Rivarola a quien seguimos-,
pues el autor es nacido en 1803, cuatro años antes de la sanción del Código de
Comercio francés, lo que justifica el error de hablar de una sociedad "únicamente
compuesta de cosas".
SOCIEDAD ANÓNIMA 397
2
Rivarola, Sociedades anónimas, p. 73.
398 TIPOLOGÍA
3
Conf. Halperin, Sociedades anónimas, p. 52; Richard - Escuti (h.) - Romero,
Manual de derecho societario, p. 218.
SOCIEDAD ANÓNIMA 399
4
Broseta Pont, Manual, p. 209.
400 TIPOLOGÍA
5
La CNCom ha dicho que el carácter limitado de la responsabilidad de los
socios en las sociedades anónimas se encuentra consagrado por el art. 163 de la
LSC, al señalar, como rasgo esencial de este tipo societario, la limitación aludida,
a la integración de las acciones suscriptas (Sala B, 6/6/75, "Baiman, Mario c/Mensur
SA", inédito). Consecuentemente no es viable la intimación a los directores a que
denuncien bienes bajo apercibimiento de ejecutarlos directamente.
SOCIEDAD ANÓNIMA 401
6
CNCom, Sala A, 20/12/77, "Rivadulla, Eduardo c/Ribagliati, Luis J. y otro".
ED, 77-191; aquí se ha dicho que la LSC ha querido - a pesar del silencio de la
Exposición de motivos sobre este punto- establecer sin dudas que para las socieda-
des anónimas el único sistema posible es el de la denominación (se incluyan o no
nombres de personas de existencia visible en ella). Además, resulta claro que tal
sistema no implica ninguna relación de responsabilidad. La razón social, que es
optativa para las sociedades de personas y la sociedad en comandita por acciones,
implica vincular en la responsabilidad a los sujetos físicos, a los que tal forma de
nombre alude. Si, en cambio, adopta para esas sociedades el "sistema" de la deno-
minación, podrá incluirse o no un nombre de persona de existencia visible, y el
resultado será indiferente en cuanto a la responsabilidad. Para las sociedades anó-
nimas, el régimen se aparta más, y estamos en plena denominación (art. 164), pero
tanto para éstas como para las de responsabilidad limitada, la ley autoriza incluir
nombres de personas de existencia visible; en ambas, nótese también, la ley usa
apropiadamente la palabra "denominación" y no otra.
7
Conf. Halperin, Sociedades anónimas, p. 75.
2) CONSTITUCIÓN E INSCRIPCIÓN
8
Tampoco cumple con la exigencia del art. 165 de la LSC para la constitución
de una sociedad anónima el instrumento privado cuyas firmas fueron certificadas
por escribano y posteriormente, a pedido de uno de los firmantes del acta consti-
tutiva, se procedió a protocolizarlo. El art. 165 de la LSC requiere algo más que
la autenticidad de las firmas de un mero instrumento privado, para la constitución
de sociedades por acciones, ya que por la importancia y trascendencia que revisten,
es necesario que las manifestaciones de voluntad de las partes -volcadas por sí o
por apoderado: art. 1881, inc. 13, Cód. Civil- se efectúen ante el oficial público, por
SOCIEDAD ANÓNIMA 403
No se altera por el art. 165 de la LSC el sistema general del
art. 4° de la LSC, en el caso de modificación del contrato consti-
tutivo de la sociedad por acciones, estatuto, que debe adoptarse por
resolución de asamblea (art. 188, LSC), solución actualmente uni-
forme.
iii erecto del incumplimiento de este requisito es la nulidad uei
acto9.
cuanto en el futuro se podrá dar fe de que aquéllas fueron efectivamente reales (conf.
CNCom, Sala C, 24/9/80, LL, 1981-A-478).
9
Conf. CNCom. Sala B, 16/2/73, "Pueyrredón 419 SA", LL, 152-88, voto del
doctor Halperin, donde con esa calificación señala la falta de formalidad constitu-
tiva, descartando la posterior protocolización en escritura pública del instrumento
privado constitutivo.
10
Conf. Fariña, Compendio, p. 284.
404 TIPOLOGÍA
incluso lo que adeuden, que no pueden exceder los dos años, al igual
que en la sociedad de responsabilidad limitada.
El inc. 3 asegura el funcionamiento de los órganos legales con-
forme las previsiones estatutarias, imponiendo la elección de los in-
tegrantes del órgano de administración necesario -en su caso de los
que integran el de fiscalización-, "fijándose el término de duración"
(señala la ley), el que a su falta será indudablemente el determinado
en el estatuto, pues el contrato constitutivo actúa como asamblea
unánime fundacional.
Se corresponden a datos para el acta constitutiva los del inc. 1
del art. 11, sobre la individualización de los socios, y los de los incs.
2 y 3 del art. 166. Las demás especificaciones indicadas por el art.
11 y la del inc. 1 del art. 166 se refieren a los datos que permanen-
cen inmutables en el estatuto -mientras no se modifique-.
11
Dispone el art. Io de la ley 21.768: "El registro de los contratos consti-
tutivos de las sociedades comerciales, sus modificaciones y el de los demás actos y
documentos cuya inscripción se impone a las mismas, a sus órganos o a sus socios
o mandatarios, como así toda otra función societaria registral atribuida en la legis-
lación comercial vigente al Registro Público de Comercio, o los registros, jueces, o
jueces de Registro quedan indistintamente a cargo de él o los órganos judiciales o ad-
ministrativos que en cada jurisdicción determinen las 'leyes locales'".
SOCIEDAD ANÓNIMA 405
12
Richard - Escuti (h.) - Romero, Manual de derecho societario, p. 226.
SOCIEDAD ANÓNIMA 407
13
La ley expresa "deberá celebrar un contrato", pero debe suponerse que el
contrato ha sido celebrado coetáneamente con la formulación del programa, pues
el cambio del banco implicaría iniciar de nuevo todos los trámites, a partir de que
éste es un dato inscripto en el Registro Público de Comercio.
408 TIPOLOGÍA
tivo, el primero de los cuales no podrá ser inferior al 25% del valor
nominal de las acciones suscriptas (art. 170, inc. 2), en identidad
con los montos mínimos que deben desembolsarse en la integración
diferida (art. 187, LSC). El banco deberá individualizar con preci-
sión los aportes en especie, y en el caso de que esa individualización
implique un inventario, deberá depositarse en ei banco. Tratándose
de bienes en especie, oportunamente o sea decidida la constitución de
la sociedad, deberá cumplirse con las previsiones sobre la valuación
de estos bienes (arts. 170, inc. 4, y 53, LSC).
Si esos bienes en especie fueron aportados por los promotores
deberá integrar el programa la individualización de ellos.
d) PLAZO DE SUSCRIPCIÓN. El plazo de suscripción no puede ex-
ceder de tres meses, computados a partir de la fecha de la efectiva
inscripción (arts. 168 y 171, LSC). Se trata de un plazo de cadu-
cidad, al igual que el señalado para la inscripción del programa una
vez autorizado administrativamente.
Dentro de la documentación que el banco debe preparar se en-
cuentra el "contrato de suscripción" (art. 172, LSC), redactado en
no menos de dos ejemplares, uno de los cuales será entregado al
suscriptor (art. 172 in fine), con transcripción del programa -ya re-
ferido- y su inscripción (inc. 4), que el suscriptor "declarará cono-
cer y aceptar" -lo que es obvio-, suscribiéndolo, conteniendo:
7) La identidad del suscriptor (al igual que los arts. 11, inc. 1,
y 170, inc. 1).
2) El número de las acciones suscriptas, lo que implica el mon-
to de la suscripción.
3) En el caso de integración dinerada la constancia del desem-
bolso en favor del banco del 25% como mínimo o de la dispuesta
en el programa si fuese mayor, sirviendo el contrato de recibo; o la
individualización del aporte en especie conforme lo previsto en el
art. 170, inc. 4, y su depósito en el banco conforme su naturaleza
(p.ej., títulos valores).
4) La convocatoria a la asamblea constitutiva, la que debe
realizarse dentro de los dos meses de la fecha de vencimiento del
plazo de suscripción (máximo cinco meses desde la fecha de efec-
tiva inscripción) y el orden del día, de lo que resulta que a la fecha
del contrato de suscripción deberán estar fijados día, hora, lugar y
orden del día de la asamblea constitutiva, todo lo cual debe constar
SOCIEDAD ANÓNIMA 409
14
Conf. Verón - Zunino, Reformas al régimen de sociedades comerciales,
p. 265 y siguientes.
414 TIPOLOGÍA
B) CAPITAL SOCIAL
1) PRINCIPIOS
15
Vivante, Tratado de derecho mercantil, t. II, p. 192.
16
Richard - Escuti (h.) - Romero, Manual de derecho societario, p. 235.
422 TIPOLOGÍA
17
La Exposición de motivos de la ley 19.550 (cap. II, secc. V, pto. VI, ap. 1)
afirma: "La regulación ha sido proyectada en los arts. 207 a 226, adoptándose so-
luciones consagradas ya unifórmente por las legislaciones de los países de mayor
desarrollo económico. Expresamente se dispone que se aplican a las acciones su-
pletoriamente las disposiciones sobre títulos valores no modificados por esta ley
(art. 226), fijando ya una solución que evita la discusión acerca de esa naturaleza y
las normas aplicables en caso de extravío o destrucción".
18
En el sentido de que si no hay acciones, al ser un título valor necesario
para ejercitar el derecho no hay accionistas: CNCom, Sala C, 28/9/89, "Luna, Jorge
C. c/Cervecería Argentina San Carlos SA", RDCO, 1989-902, con nota de Truffat,
Acreditación de la legitimación del sedicente accionista cuando las acciones son
nominativas no endosables. En igual sentido CNCom, Sala B, "Torres Duggan,
Carlos F. c/Torres Duggan, Gregorio E.". Conf. Nissen, Ley de sociedades comer-
ciales, t. 3, p. 215. Congruente con lo que manifestamos sobre la no emisión de
acciones, la jurisprudencia sostuvo que la noción diferencial entre el estado de socio
y el título que acredita dicho estado, parte del supuesto que se es accionista con
anterioridad a la emisión de los títulos y no se deja de serlo por el hecho de que
nunca se los emita (CNCom, Sala A, 28/12/90, "Cristiani, Norma N. c/Cristiani
SAIC e I y otros s/nulidad de asamblea, restitución de acciones, cancelación de sus-
cripciones y remoción del directorio", RDCO, 1990-B-782). En igual sentido
CNCom, Sala B, 25/7/89, "Scondras, Horacio B. c/Ferretería Constitución SACI e
1", RDCO, 1990-B-790, con nota de Truffat, Un criterio dual sobre las acciones:
cuotaparte del capital y título de crédito; id., id., 31/8/87, ED, 126-151 y RDCO,
426 TIPOLOGÍA
1988-439, con nota de Vázquez Ponce, Sociedades en comandita por acciones, ad-
quisición de la calidad de socio comanditario, exclusión de socio comanditario:
improcedencia; id., Sala E, 8/3/90. "Temprano, Francisco c/Estudio TNI SACHO y
otro", RDCO, 1990-B-790. Ver también Anaya, El caso de la sociedad por accio-
nes sin acciones, RDCO, 1975-18.
19
Brunetti, Tratado, t. II, p. 107. Por esta razón se es socio aunque nunca
se emitan los títulos, resultando del contrato mismo el derecho de reclamar la en-
trega de las acciones. La jueza Díaz Cordero cita, en ese sentido CNCom, Sala C,
31/7/81, "Conconi de Pagazaurtundua, Elisa L. c/Diesel Chivilcoy", en fallo de la
Sala B, 25/7/89, RDCO, 1990-B-790. Por tal razón, no mediando otro negocio ju-
rídico la condición de socio se mantiene hasta el momento de la aprobación del
balance de liquidación (Brunetti, Tratado, t. II, p, 528, salvo que otro negocio jurí-
dico se haya formalizado -transferencia voluntaria o coactiva-).
20
Conf. CNCom, Sala B, 25/7/89. "Scondras, Horacio B. c/Ferretería Cons-
titución SACI e I", RDCO, 1990-B-790, con nota de Truffat, Un criterio dual sobre
las acciones: cuotaparte del capital y título de crédito. Ver también CNCom, Sala
B, 27/8/69, "Katz, Sigmundo c/IZA SA".
SOCIEDAD ANÓNIMA 427
21
Conf. Richard. Derechos patrimoniales de los accionistas, p. 115 y si-
guientes.
22
Ese monto ha sufrido los avatares de nuestra moneda, perdiendo equiva-
lencia el valor nominal con el valor real, por lo que la autoridad de contralor ha
tratado de facilitar la adecuación.
428 TIPOLOGÍA
23
Halperin. Sociedades anónimas, p. 264.
24
Halperin, Sociedades anónimas, p. 266.
SOCIEDAD ANÓNIMA 429
a) Denominación de la sociedad emisora, domicilio, fecha y
lugar de constitución, plazo y duración de la sociedad, y datos de
la inscripción.
b) El capital social.
c) El número, valor nominal de la acción, especificación de
clases de acciones si las hubiese y derechos que otorga.
Las variaciones de esos datos deberán registrarse en los títulos, sal-
vo las que resulten de las variaciones del capital (conf. art. 201, LSC).
¿Qué sostiene la doctrina en casos de títulos con algún defecto?
Para un sector, la característica de este título es ser "no formal,
porque la omisión de requisitos fijados por la ley, no lo vicia de
nulidad (salvo cuando hacen a su existencia misma: autenticidad,
firmas requeridas)"25. Otros, en cambio26, abonan la nulidad de la
acción formalmente incompleta "con referencia a la LSC, y puesto
que ésta enumera cuáles son las menciones consideradas esenciales
(art. 211), el título-acción que deje de contener algunas de tales men-
ciones será nulo y deberá ser sustituido por otro título legalmente
completo. Y mientras subsista la omisión, y la sustitución del títu-
lo no tenga lugar, su tenedor no podrá ejercer ninguno de los dere-
chos de la acción y, por lo tanto, se pierden definitivamente para él,
salvo los dividendos o cuotas de liquidación, ya que éstos consti-
tuyen una 'proporción' sobre la totalidad del capital social, que com-
prende también a la acción incompleta". Finalmente para otros27,
"de los recaudos que contiene la ley -dicen-, estimamos que la omi-
sión de algunos, torna nulo el título, mientras la supresión de otros
no comprometen su validez. En este orden de ideas, estimamos que
resulta suficiente para su individualización y circulación la denomi-
nación de la sociedad (art. 211, inc. 1), el número, valor nominal y
clase de acciones que representa y derechos que comparta (art. 211,
inc. 3) y la firma (art. 212). La ausencia de otras enunciaciones
no viciarían de nulidad al título", concluyen. Luego, en forma con-
tundente expresan que la acción es un "título no formal, puesto que
25
Halperin, Sociedades anónimas, p. 274.
26
Sasot Betes - Sasot, Acciones, bonos, debentures y obligaciones negocia-
bles, p. 164; citan los autores truncadamente la opinión de Zaldívar y otros, Cua-
dernos de derecho societario, t. II, p. 183.
27
Zaldívar y otros, Cuadernos de derecho societario, t. III, p. 231.
430 TIPOLOGÍA
28
Zaldívar y otros. Cuadernos de derecho societario, p. 231 y siguientes.
29
CComCap, Sala C, 12/3/79, ED, 82-386.
30
CfCivCom Tucumán, 25/4/79, JA, 1980-1-132.
31
Gasperoni. Las acciones en las sociedades anónimas, p. 48.
32
Conf. Brunetti. Tratado, t. 2, p. 93.
SOCIEDAD ANÓNIMA 431
Una de las formas más usuales en que se clasifican las acciones,
parte desde el punto de vista de los derechos que confieren, y de-
terminan acciones ordinarias o comunes y acciones preferidas; re-
servándose la expresión privilegiadas para aquellas que detentan
una preferencia de orden político, también conocidas como "accio-
nes privilegiadas de voto plural".
a) La acción ordinaria de una sociedad anónima posee los de-
rechos normales de estos títulos, es decir: a una porción del reparto
de los beneficios sociales (dividendos), y a una parte calculada entre
todas las acciones, del patrimonio social que resultase al liquidarse
el ente (cuota de liquidación). Además, desde el punto de vista del
voto, de acuerdo al art. 216 de la LSC, cada acción ordinaria da
derecho a un voto.
b) Las acciones de voto plural son aquellas que conceden un
número de votos superior al de las acciones ordinarias y se encuen-
tran autorizadas en el propio art. 216, permitiendo que el estatuto
pueda crear clases de acciones que reconozcan hasta cinco votos por
acción ordinaria.
Producto de que el Código de Comercio no regulaba la figura
y la doctrina no se mostraba uniforme sobre su procedencia, la Ex-
posición de motivos de la LSC aclara que si bien se consagra el
principio de que cada acción confiere un voto (art. 216), se autoriza
la creación de clases que podrán conferir más de un voto, hasta el
máximo de cinco votos, pero en tal caso el privilegio en el voto es
incompatible con preferencias patrimoniales (art. 216). La tenden-
cia actual -tanto legislativa como en la dogmática- es contraria al
reconocimiento de esta preferencia (no obstante, arts. 174 y 175, ley
francesa de 1966), pero la realidad argentina demuestra la conve-
niencia de su mantenimiento, por lo menos hasta que el país alcance
un grado de desarrollo, de afianzamiento de su evolución industrial,
porque actúa como incentivo y medio de garantía de "grupos de ca-
pital". De ahí que, como un comienzo hacia la supresión total, se
aceptó la modalidad introducida por el art. 9o de la ley 19.060, y en
distintos supuestos tal preferencia es inaplicable (quorum, ciertas re-
formas estatutarias, etcétera). Los poseedores de acciones ordina-
rias hallan garantía de la fuerza del capital en otras normas: 1) se
limita a cinco el máximo de votos; 2) el requisito del quorum com-
putado sobre el capital (arts. 243 y 244), pues para la adopción de
ciertas decisiones, determinadas en el art. 244, párr. último, se toma
432 TIPOLOGÍA
33
Conf. Muiño, Existencia de acciones en la sucesión, ponencia presentada
a las I Jornadas Sanjuaninas de Derecho Societario, Concursal y Bancario (1991).
34
La solución adoptada por nuestra legislación es idéntica a la adoptada por
la inmensa mayoría de las legislaciones del derecho comparado (v.gr., España, Italia,
Brasil, etcétera).
35
Téngase en cuenta que no pueden expedirse títulos por las acciones no li-
beradas (faltas de integración), las que debe representarse por certificados provisio-
nales (art. 208, LSC).
35
Si bien la doctrina sostiene que la acción puede estudiarse desde tres puntos
de vista: la acción como parte del capital, como expresión de la calidad de socio o
al título valor, o sea al título que representa, sin perjuicio de considerar posible esa
más aún, nada obsta a que el accionista pueda dar participación (so-
cio del socio, art. 35, LSC) respecto de su parte (acción). La exis-
tencia de muchas o una única acción dentro del título permitirá ejer-
cer o no derechos sobre un?, acción o sobre derechos y acciones sobre
una acción, según el caso37.
La situación sufre numerosos interrogantes en caso de indivi-
sión hereditaria sobre un paquete accionario o sobre una acción38,
presentando aristas conflictivas y no suficientemente resueltas, en
cuanto al plexo normativo aplicable a la situación fáctica que devie-
ne al producirse el fallecimiento del causante, dejando entre los bie-
nes de su acervo una acción, o dicho en otros términos: cuando pro-
ducido el deceso del titular accionario, sus herederos deben ocupar
su posición.
Luego de producido el deceso del de cuius y resultando más de
uno los herederos, yf atento que hasta la etapa particionaria, ese pa-
trimonio relicto mantiene una insoslayable autonomía en relación al
patrimonio personal de cada uno de los herederos, la herencia man-
tiene su estado de indivisión y, por ende, quien deberá "incorporarse
como socio" a la sociedad es "la masa sucesoria" como tal, y no
cada uno de los herederos particularmente. El status socii, esto es,
el lugar (como conjunto de derechos y obligaciones) que ocupa el
socio en la sociedad seguirá siendo único, por más que la titularidad
recaiga en cabeza de varios individuos (herederos).
b) EL ASPECTO DE LA ADMINISTRACIÓN. ¿Cuál será el régimen apli-
cable a esa situación? ¿Qué reglas regirán las múltiples manifesta-
ciones que habrán de presentarse entre los herederos y la sociedad,
y aun, entre éstos? ¿Las de administración del condominio o de la
administración de la herencia?
37
Quede claro que de darse este último supuesto, y en virtud de lo ya soste-
nido, los eventuales cotituiares de los títulos accionarios como socios del socio, no
acreditados ante la sociedad, no adquieren, por tal hecho, la calidad de socios {status
socii) frente a la sociedad, ya que socios son los originales condóminos. Por otra
parte, si el socio único transfiere derechos a terceros, sin transferirle la acción ni
constituir derecho sobre el título, no se genera un supuesto de condominio sino de
participación societaria externa a la sociedad.
38 Ver Muiño y Richard, en ponencia conjunta a las XIII Jornadas Nacionales
de Derecho Civil, organizadas por la Universidad de Buenos Aires, del 4 al 7 de
septiembre de 1991, donde se realiza un más detenido análisis sobre el particular.
436 TIPOLOGÍA
39
No es ésta la única similitud que encontramos entre tales figuras: tanto en
la comunidad hereditaria como en el condominio cada una de las partes es titular
de una cuota ideal y no determinada de la cosa. En ambas el derecho a pedir la
división es un derecho irrenunicable, etcétera.
SOCIEDAD ANÓNIMA 437
40
CTCivCom BBlanca, "Manera, Juan V. s/suc", inédito.
41
Claro está que, ante actuación irregular de la administración, podría caber
hasta una rendición de cuentas, como lo dispuso la CNCom, Sala A, 13/12/83, en
"Librería Comercial Fernández SRL y otros c/Iglesias, Ramón J.": "Si bien es cierto
que en las sociedades regulares mientras dure su vigencia no es dable, como prin-
cipio, exigir de los socios administradores otras cuentas que no sean las formula-
ciones de los respectivos balance y estados contables, dicho criterio general es de
438 TIPOLOGÍA
aplicación a la rendición de cuentas debida por los administradores del ente social
a los socios que integran la entidad al tiempo de llevarse a cabo la gestión de infor-
mación que existe en nuestro derecho societario durante el curso de la administración,
como así también fundamental participación en la aprobación de los estados conta-
bles por parte de la asamblea de los socios, pero no cuando a los herederos de un socio
premuerto se le ha vedado toda posibilidad de información sobre el curso de la ad-
ministración y de toda participación en la aprobación de los estados contables".
42
Foschini, // diritto dell azionista all informazione, p. 33 y 34, nota 41; el
autor expresa: "Si rilevi che, inoltre, il diritto di informazione é diritto personalis-
simo, che in quanto tal, puó essere esercitato solo dal socio, quale interessato, in
ragione della sita partecipazione al contralto sociale, ai risultati della gestione so-
ciale: per tanto il socio no puó affidare ad un suo procuratore (genérale o special)
il esercizio di informazione, perché rispetto al terzo estraneo alia societá -sia puré
mandatario-rappresentante del socio- viene meno il rapporto di fiducia personóle
tra socio e societá che colora il diritto di informazione e, conseguenlemente, vien
meno il correlativo ohbligo del socio amministratore". Otro supuesto para el con-
dominio es el relativo al momento a partir del cual la sociedad puede (o debe según
se entienda) peticionar la unificación de representación. Desde nuestro punto de
vista, el hecho de que la sociedad tenga la disponibilidad de exigir la unificación
de la representación, no significa sostener que el ente social tenga discrecionalidad
en la exigencia de tal actuación unificada. Así, y a simple título corroborante, cabe
decir que resultaría notoriamente desvalioso que el pedido unificatorio fuera expues-
to por la sociedad en el seno de una asamblea. La lógica aconseja en este caso que
dicho pedido sea temporáneo, solicitado al momento de la inscripción para actuar,
con la antelación establecida en la LSC.
SOCIEDAD ANÓNIMA 39
43
Conf. Gurdulich, El programa de propiedad participada en la ley de refor-
ma del Estado, "Doctrina Societaria y Concursal Errepar", t. III, p. 731 y siguientes.
440 TIPOLOGÍA
44
Muiño - Richard, Desmaterialización de los títulos valores, anotaciones en
cuenta, creación de nuevos títulos valores, ponencia presentada en las I Jornadas de
Institutos de Derecho Comercial. San Miguel de Tucumán, 2 y 3 de septiembre
de 1993.
442 TIPOLOGÍA
cepción de los títulos valores por parte de aquélla sólo genera obli-
gación de entregar al depositante, o quien éste indique, en los plazos
y condiciones fijados en dicha ley o en su reglamentación igual can-
tidad de títulos valores de la misma especie, clase y emisor.
b) Depositante: es la persona autorizada para efectuar depósi-
tos colectivos a su orden por cuenta propia o ajena.
c) Caja de valores: es el ente autorizado para recibir depósitos
colectivos de títulos valores públicos o privados.
d) Comitente: es el propietario de los títulos valores deposita-
dos en la caja de valores (art. 30, ley 20.643).
El depósito colectivo no transfiere a la caja la propiedad ni el
uso de los títulos valores depositados, la que deberá sólo conservar
y custodiar los mismos y efectuar las operaciones y registraciones
contables pertinentes (arg. art. 41), asumiendo la caja siempre la res-
ponsabilidad derivada de las obligaciones a su cargo, aun en los su-
puestos de caso fortuito o fuerza mayor (art. 43). La caja procederá
a abrir una cuenta a nombre de cada depositante, y subdividirá esa
cuenta, a su vez, en tantas cuentas y subcuentas como comitentes
denuncie y clase, especie y emisor de títulos valores deposite res-
pectivamente.
El depositante que recibe del comitente títulos valores para su
depósito colectivo, queda obligado a devolver a su solicitud igual
cantidad de títulos valores del mismo emisor y de la especie y clase
recibidos, debidamente endosados por la caja a su favor, si fuesen
nominativos, más sus acreencias si las tuviese, pero no los mismos
títulos valores. Aparte del recibo que entregarán al comitente al
recibir los títulos valores, los depositantes deberán entregarle, den-
tro de los cinco días subsiguientes, otro documento que acredite que
el depósito colectivo ha sido efectuado (art. 39).
El depósito colectivo de títulos valores deberá efectuarse a la
orden de los depositantes y a nombre de los comitentes, pudiendo
reunirse en una sola persona las calidades de depositante y comiten-
te (art. 34). Los títulos valores no deberán estar deteriorados ni su-
jetos a oposición. Los títulos valores nominativos serán endosados
al solo efecto del depósito y retiro de los mismos en la caja de va-
lores.
El depositante no podrá ejercer por sí el derecho de voto de los
títulos valores depositados a su orden. Para la concurrencia, ejer-
SOCIEDAD ANÓNIMA 445
45
Conf. Gasperoni, Las acciones de las sociedades mercantiles, p. 126.
SOCIEDAD ANÓNIMA 447
46
Richard. Derechos patrimoniales de los accionistas, p. 102.
47
Conf. Exposición de motivos de la ley 19.550, sección V, "De la sociedad
anónima", ap. VI. 7.
448 TIPOLOGÍA
48
Conf. Santillán, en Zavala Rodríguez, Estudios de sociedades comerciales,
p. 133.
SOCIEDAD ANÓNIMA 449
49
La doctrina ha sostenido la conveniencia de concederlos, incluso por razo-
nes de equidad -como habla Halperin- cuando se trata de empresas de largo plazo
de organización o de muy lento desarrollo.
50
Santillán, en Zavala Rodríguez, Estudios de sociedades comerciales, p. 133.
51
Halperin, Manual de sociedades anónimas, p. 175.
52
Por ello queda a cargo del impugnante la prueba del no dominio de quien
pretende ser el titular (Halperin, Manual de sociedades anónimas, p. 275).
53
Conf. Gasperoni, Las acciones de las sociedades mercantiles, p. 123 y si-
guientes.
54
Halperin, Manual de sociedades anónimas, p. 273 y en especial nota 38,
con cita de Fischer.
55
Halperin, Manual de sociedades anónimas, p. 275, nota 43, citando fallo
de CComCap, 28/9/43. LL, 33-545, respecto a acciones al portador y por invoca-
ción del art. 2414 del Cód. Civil.
SOCIEDAD ANÓNIMA 451
56
Bigiavi, // transferimento dei titoli nominativi, "Riv. Trim. Dir. Proc. Civ.",
1950-1; Stolfi, Sul conflitto tra due acquirenti di azioni nominative, "Banca, Borsa
e Titoli di Crédito", 1951-11-23. Fiorentino. La consegne nell'alinenazioni dei tiloli
di crédito, "Banca, Borsa e Titoli di Crédito", 1948-1-129; Schlesinger, Osservazioni
ín tema di pignoramento di azioni, "Foro Padovano", 1962-1-126.
57
Zaldívar y otros, Cuadernos de derecho societario, vol. III, p. 254.
58
En sentido coincidente el art. 2390 del Cód. Civil dice: "La tradición de
acciones nominativas de compañías o sociedades, se juzgará hecha, cuando lo fuese
conforme a los estatutos de la sociedad o de los contratos sociales. La tradición
de acciones endosables, se juzgará hecha por el solo endoso, sin ser necesaria la
notificación al deudor. Las acciones al portador se juzgarán transmitidas por
la sola tradición efectiva de los títulos".
452 TIPOLOGÍA
60
CNCom, Sala D, 24/5/76, LL, 1976-D-133; en el fallo se dijo que las ac-
ciones caucionadas y embargadas gozan plenamente del ejercicio de los derechos
políticos, y no es posible ultrapasar el art. 219 de la LSC, aduciendo que eventual
e hipotéticamente los derechos políticos del actual portador de las acciones pudieran
ser empleados para incidir sobre el resultado de la litis.
456 TIPOLOGÍA
61
Conf. Sánchez Andrés, El derecho de suscripción preferente del accionista,
p. 91: Richard, Derechos patrimoniales de los accionistas, p. 184 y siguientes.
c n r u : n . \ n AXON'TMA 459
62
Conf. Mascheroni, El vínculo accionista-sociedad anónima y el contrato de
suscripción, p. 149.
460 TIPOLOGÍA
63
Por ello, como se ha hecho notar, en realidad esta figura no comporta téc-
nicamente una verdadera emisión bajo la par, pues en rigor existe capitalización con
reservas por la diferencia, en detrimento de los accionistas existentes, quienes so-
portan esa diferencia.
462 TIPOLOGÍA
4) D E LOS BONOS
C) ASAMBLEA DE ACCIONISTAS
1) GENERALIDADES
64
Vivante, cit. por Figueroa, Fisiología de la sociedad anónima, LL, 13-205,
secc. doctrina.
65
Figueroa, Fisiología de la sociedad anónima, LL, 13-205, secc. doctrina.
66
Conf. Rivarola, Sociedades anónimas, t. II, p. i y siguientes.
SOCIEDAD ANÓNIMA 467
67
En este sentido, Sasot Betes - Sasot, Las asambleas, p. 223.
68
Sasot Betes - Sasot, Las asambleas, p. 223, con cita de Halperin.
470 TIPOLOGÍA
69
C N C o m . Sala C. 16/! !."?>. LL. 1096-B-357.
SOCIEDAD ANÓNIMA 471
70
Conf. Richard, Derechos patrimoniales de los accionistas, p. 115 y si-
guientes.
71
Messineo, Manual, t. V, p. 488.
72
Alborch Bataller, El derecho de voto, p. 263, con cita de Larenz.
472 TIPOLOGÍA
73
Conf. Sasot Betes - Sasot, Las asambleas, p. 49.
74
Conf. Sasot Betes - Sasot. Las asambleas, p. 558.
7
- Conf. Garrigues - Uría. Comentarios a ¡a ley de sociedades anónimas, t. I.
p. 578.
474 TIPOLOGÍA
76
Favier Dubois (h.), Clases de asambleas de sociedades por acciones, "Doc-
trina Societaria y Concursa) Errepar", mayo 1989, t. II, p. 12.
SOCIEDAD ANÓNIMA 475
77
Conf. Alegría, Elección de directores por clase o categoría de acciones (el
concepto de "clase" o "categoría". El número de directores a elegir por clase), LL,
1980-C-864.
476 TIPOLOGÍA
78 Cfr. CNCom, Sala C, 11/6/92, "Niks, León y otro c/Ancora Compañía Ar-
gentina de Seguros SA", RDCO, 1992-440.
SOCIEDAD ANÓNIMA 479
79
CNCom, Sala B, "Milrud, Mario c/The Americans Rubbers CD SRL", 15/5
87. voto del doctor Morandi.
80
Conf. Halperin. Manual de sociedades anónimas; Otaegui, Invalidez de ac-
tos societarios, p. 412 y sus citas; este autor entiende que se trata de una nulidad
virtual o implícita (conf. arts. 18 y 1037, Cód. Civil).
SOCIEDAD ANÓNIMA 485
81
Sintetizando un tema escabroso, transcribimos un juicio de Gambino, La
disciplina del conflicto de intereses del socio, "Diritto Commerciale", 1969-1-425;
aquí se sostiene que "el interés persona] del socio es una situación objetiva prece-
dente a la deliberación, en la cual no interesa el aspecto psicológico del socio, sino
la posibilidad de ventaja para él o de perjuicio patrimonial para la sociedad; esa
situación previa, no cómo votó, sino esa posición previa lo compromete como un
principio de lealtad a abstenerse de votar los acuerdos relativos a aquélla".
82
Conf. Galgano, Le societá e azione. Le altre societá di capital, p. 157.
83
CNCom. Sala C. 22/9/82, LL, 1983-B-257, JA, 1982-IV-644 y ED, 100-657.
84
En expresiones de Nissen, Impugnación judicial de actos y decisiones
asamblearias, p. 100.
486 TIPOLOGÍA
85
Rodríguez Rodríguez, Tratado de sociedades mercantiles, t. I, p. 122.
86
Cass. Sez. I, 13/2/78, n. 660, "Massimario delle decisione civile", 1978 n°
390/000.
87
Halperin, Manual de sociedades anónimas, p. 590.
88
Anaya, Consistencia del interés social, en "Anomalías societarias", p. 211:
también Alhorch Bataller. El derecho de voto, p. 256.
SOCIEDAD ANÓNIMA 487
contraríe la consecución del objeto o de la actividad social: en este
sentido y con criterio objetivo debe indicarse la actividad en com-
petencia, que descalifica para intervenir en la votación89.
¿Interés contrario90 al de quién? Como dejamos expuesto en
contra de la consecución del objeto de la sociedad. No puede afir-
marse el perjuicio al interés de la minoría, si este "interés'" no se
corresponde con esa situación social. En ese supuesto estaremos
frente a un caso eventual de abuso de derecho91.
Este criterio, diferente del sustentado por el art. 243 de la ley
alemana de 196592, puede plantear problemas en los grupos de so-
ciedades, puesto que el interés del grupo puede diferir del de los ac-
cionistas minoritarios. Asimismo, en el caso de dos sociedades que
fueran participante y participada, respectivamente, cuanto mayor fue-
ra el grado de participación, tanto más razonable sería una fusión,
pero de aplicarse estrictamente la LSC (art. 248), la sociedad parti-
cipante no podría votar en la asamblea de la sociedad participada la
aprobación del convenio de fusión consigo misma, pudiendo com-
portar su exclusión la imposibilidad de alcanzar la mayoría requeri-
da por el art. 244 infine de la LSC93.
89
Conf. Richard - Escuti (h.) - Romero, Manual de derecho societario, p. 280
y siguientes.
90
Richard - Escuti (h.) - Romero, Manual de derecho societario, p. 281; aquí
se expresa que "el art. 248, al referirse al interés contrario propio o ajeno, no sólo
debe entenderse que alcanza al representante sino también a aquel que oculta un
interés ajeno, cumpliendo lo dispuesto en el seno del grupo que tiene sindicadas o
agrupadas sus acciones para actuar de determinada manera".
51 Cass. Sez. In„ 18/4/61, n° 853, "Giurisprudenza Italiana", 1962, t. I, 840,
"Quello deWimpugnazione delle deliberazioni assembleari prese con el voto deter-
minante di un socio in conflitto di interessi con la societá non é problema di tutela
dei diritti della minoranza contro lo strapotere della maggiornaza che dirige la so-
cietá, ma é problema di tutela dell'ineresse stesso della societá".
92
La ley alemana de 1965, en el art. 243 establece que "la impugnación puede
también apoyarse en el hecho de que un accionista con ejercicio del derecho de
voto, buscaba conseguir ventajas especiales para sí o tercera persona en perjuicio
de la sociedad o de otros accionistas y el acuerdo se prestase a conseguir esta fina-
lidad. Esto no rige cuando el acuerdo procura a los demás accionistas una com-
pensación equitativa". La ley española de 1951 en su art. 67 prescribía: "Podrán
ser impugnados... los acuerdos sociales que... lesionen en beneficio de uno o varios
accionistas, los intereses de la sociedad". Conf. Garrigues - Uría, Comentarios a
la ley de sociedades anónimas, t. I, p. 634.
93
Otaegui, Fusión y escisión de sociedades comerciales, p. 153, n° 43.
488 TIPOLOGÍA
3) CONTRATOS PARASOCIETARIOS
96
Cabanellas (h.), Contratos relativos a la administración societaria. RDCO,
1990-B-525.
SOCIEDAD ANÓNIMA 491
97
Conf. Exposición de motivos de la LSC, cap. II, secc. V, pto. VIII, ap. 10;
Sasot Betes - Sasot, Los dividendos, p. 374. En sentido afirmativo se pronunciaba
el Anteproyecto Bomchil, en su art. 36, estableciendo que son lícitos los convenios
de sindicación de acciones, sin perjuicio de los derechos que correspondan a la so-
ciedad o a terceros; y también lo hacía el Anteproyecto Malagarriga-Aztiria, art.
301, expresando que los convenios de sindicación de acciones son lícitos y los ac-
cionistas contratantes pueden ejercer todos sus derechos y acciones legales para el
cumplimiento debido de sus obligaciones recíprocas y de quienes resulten compro-
metidos para su debida ejecución.
98
Conf. Sapena Tomás, El sindicato de accionistas en nuestro derecho vigen-
te, "Revista de Derecho Notarial", año VI, n° XIII-XIV, jul.-dic. 1956. En opinión
de Ascarelli, mediante estas convenciones, que constituyen contratos plurilaterales,
los accionistas se obligan recíprocamente a votar en un mismo sentido, o se obligan
a entregar todas las acciones propias a un gerente de confianza común con mandato
irrevocable, para que éste lleve a cabo la actuación que se acuerda por la mayoría
de los accionistas sindicados" (Sociedades y asociaciones comerciales, p. 174). Pa-
ra Cottino. "en el sindicato en su configuración típica, varios accionistas se com-
prometen a dar su voto en un determinado sentido o en el sentido decidido por la
mayoría -o por unanimidad- de los socios sindicados, o bien confieren o prometen
conferir poder, por lo general irrevocable, a otra persona -el director del sindicato-
que votará direccionalmente o según la voluntad de la mayoría (o unanimidad) de
los miembros del sindicato" (Le convenzioni de voto nelle societá commerciali, p.
7). Para Pedrol. "el sindicato de accionistas es la reunión de varios accionistas para
combinar fuera de la sociedad los derechos de voto correspondientes a sus acciones
e influir en la vida social de acuerdo con las directrices marcadas por el grupo sin-
dicado" (La sindicación de acciones, vol. I, p. 30). Para Zaldívar, "la sindicación
de acciones es el resultado de un acuerdo extrasocial celebrado por los accionistas
para combinar el ejercicio del voto en las asambleas y en forma tal influir en la vida
social según las directivas dadas por el grupo sindicado" (Los sindicatos de accio-
nes. LL. 92-983).
492 TIPOLOGÍA
99
Mascheroni, La sindicación de acciones, p. 11.
100 Fares, La sindicación de acciones, p. 17.
101
Cristiá (h.), Sindicación de acciones, su realidad y regulación legal en el
derecho nacional y extranjero; a este autor hemos seguido en esta parte.
SOCIEDAD ANÓNIMA 493
102
Conf. Zaldívar, Los sindicatos de acciones, p. 984.
103
Conf. terminología de Pedrol, La sindicación de acciones, p. 13.
104 u s a d a por Fré, / sindicati azionari e inalienabilita delle azioni sindícate.
"Rivista di Diritto Commerciale", p. 303.
105
Así, Ferrara (h.), CU imprenditori e le societá, p. 359.
106
Conf. Vásquez del Mercado, Asamblea de sociedades anónimas, p. 126;
Rubio, Curso de derecho de sociedades anónimas, p. 301; Sapena Tomás, El sindi-
cato de accionistas, "Revista de Derecho Notarial", año VI, n° XIII-XIV, jul.-dic.
956, p. 193.
107
Conf. Cristiá (h.), Sindicación de acciones, su realidad y regulación legal
en el derecho nacional y extranjero, p. 35, y la bibliografía allí citada.
494 TIPOLOGÍA
108
Conf. Ascarelli, Sociedades y asociaciones comerciales, p. 175.
109
Cristiá (h.), Sindicación de acciones, p. 40.
SOCIEDAD ANÓNIMA 495
4) DERECHO DE RECESO
110
El interés contrario de alguno de los que forjaron la decisión del sindicato
(art. 248, LSC) afecta o puede afectar la totalidad del voto del sindicato y hacer
responsables solidarios a todos los concurrentes, cuando uno de los sindicados tiene
interés contrario y todo el sindicato vota favorablemente.
111
La responsabilidad del sindicado que votó en contrario en el colegio sin-
dical, cuyo voto decide una resolución de asamblea que es impugnada, declarándose
su invalidez, la acción de responsabilidad ejercitada contra el mismo conforme el
art. 254 y la posibilidad de resarcirse por acción contra los integrantes del colegio
que votaron mayoritariamente en lo interno.
112
CNCom, Sala C, 22/9/82, LL, 1983-B-246.
496 TIPOLOGÍA
113
CNCom. Sala B. 9/4/80, LL, 1980-B-651.
SOCIEDAD ANÓNIMA 497
114
Pues en ambos casos los accionistas disconformes pueden vender libre-
mente sus acciones en caso de disconformidad con la resolución adoptada.
115
En opinión de Fariña (Tratado, t. IV, p. 190), el art. 245 excluye sólo el
caso que contempla el ap. I del art. 88 (llamado "escisión-fusión").
117
La CNCom, Sala C, 17/5/95, ha expresado, interpretando el art. 245, párr.
5°, de la LSC, que el valor de reembolso de las acciones no se sigue necesariamente
del último balance aprobado sino "del realizado o que debió realizarse" a la fecha
en que se produjo la causa del receso. En sentido contrario, la CNCom, Sala B,
18/3/92, expresó que "cuando el art. 245 de la LSC se refiere al último balance
realizado o que deba realizarse, no apunta a la situación pues en tal caso el legis-
lador hubiera dicho 'o que debió realizarse'; en cambio la expresión 'que deba reali-
zarse' mira hacia el presente o el futuro y es, por tanto, abarcativa del balance co-
rrespondiente al ejercicio en que se produjo el receso". Ver sobre el tema, "Revista
de Derecho Privado y Comunitario", n° 8, p. 469.
H8 CNCom. Sala B, 18/3/92, "Nouges de Benvenuto, María c/Ibatin SA",
"Doctrina Societaria y Concursal Errepar", t. IV, p. 1108. Conf. Gagliardo. ¿Es
exacto el quantum del reembolso en el receso del accionista?, "Doctrina Societaria
y Concursal Errepar", t. IV, p. 1083.
500 TIPOLOGÍA
119
Conf. Garrigues - Uría, Comentarios a la ley de sociedades anónimas,
p. 742.
120
Richard - Escuti (h.) - Romero, Manual de derecho societario, p. 285.
121
Conf. Otaegui, Invalidez de actos societarios, p. 133; Zaldívar y otros.
Cuadernos de derecho societario, vol. III, p. 482.
502 TIPOLOGÍA
122
Zaldívar y otros, Cuadernos de derecho societario, vol. III, p. 483. Tiene
dicho la jurisprudencia sobre el particular que "la acción de nulidad de la lSy 19.550
no excluye la acción de nulidad del Código Civil, imprescindible e inconfirmable
en el caso de una resolución cuyo objeto o contenido sea contrario al orden público
o al régimen societario. Las nulidades son absolutas cuando se afectan normas de
orden público o derechos inderogables de los accionistas de la sociedad anónima.
Aun cuando la nulidad de las deliberaciones y las decisiones asamblearias obedece
a un régimen especial que se aparta del establecido en el Código Civil, resultan
aplicables los principios generales en la materia, siendo menester tener presente lo
dispuesto por los arts. 18 y 1047 del referido cuerpo legal" (conf. CNCom, Sala E,
23/5/89, LL, 1989-E-280). Y que por ello "la acción que prevé el art. 251 de la
ley de sociedades no abarca los supuestos de nulidades absolutas en que está afec-
tado el orden público, sino que sólo comprende nulidades relativas" (CNCom, Sala
B, 2/11/90, LL, 1991 -A-l 165). Pero también que "la acción de nulidad prevista
por el art. 251 de la LSC, establece un régimen especial que se aparta del estable-
cido por el Código Civil que sólo prevé la nulidad del acto jurídico en general pero
no la del acto jurídico colegial, como es la decisión asamblearia. Entre las particu-
laridades de ésta puede destacarse que las nulidades pueden estar fundadas no sólo
en el contenido de las decisiones adoptadas, sino también ser motivadas por vi-
cios en la constitución de la asamblea. Cuando existen vicios de convocación y
constitución de la asamblea habrá nulidad relativa o impugnabilidad de las decisio-
nes cuando medien vicios en las formas no esenciales de la convocación o en de-
fectos de la reunión. Para fijar el alcance y funcionamiento de las nulidades es
necesario considerar el interés protegido en ella y juzgarse, en principio, válida la
decisión cuando estos intereses han estado íntegra y positivamente tutelados" (conf.
CConcepción del Uruguay, Sala CivCom, 28/6/85, "Fernández Guezamburu, C. W.
s/nulidad de asamblea", Zeus, t. 40, p. 60, secc. jurisprudencia).
SOCIEDAD ANÓNIMA 503
123
Nissen, Impugnación judicial de actos y decisiones asamblearias, p. 1 y
siguientes.
124 C N C o m , Sala A, 7/7/78, ED, 81-474.
125
A esas mismas conclusiones llega Halperin, quien sostiene que "cuando
existan vicios de convocatoria y constitución de la asamblea, habrá nulidad absoluta
(e inexistencia si se acepta esta categoría)" (Sociedades anónimas, p. 645).
126
Así, Ve'rón - Zunino, Reformas al régimen de sociedades comerciales,
p. 465.
504 TIPOLOGÍA
127
Ver, Fariña, Tratado, t. IV, p. 194.
128
CNCom, Sala B, 9/6/94, ED, 153-680.
129
CNCom, Sala E, 7/5/92, "Masri, Julio y otro c/Percuyen SA, y otros s/su-
mario s/inc. de apelación", RDCO, 1992-437, negando la medida cautelar.
130
La enajenación del principal activo inmobiliario de la sociedad no puede
irrogar perjuicios directos e inmediatos al ente. El accionista que impugnó la de-
cisión asamblearia en su exclusivo interés debe demostrar que el perjuicio alegado
resulta mayor al que se seguiría para la sociedad y los socios no impugnantes con
la paralización de la decisión (CNCom, Sala C, 12/6/92, "Mués, Cesáreo c/Rín Riv
s/sumario", RDCO, 1992-438). En cuanto a que debe tutelarse el interés de la so-
ciedad, sin confundirlo con la gestión social: CNCom, Sala A, 11/12/86, "Villalba
SA y otro c/Banco de Galicia SA"; id., Sala B, 23/9/86. "Grosman c/Los Arraya-
nes SA"; id., id., 8/12/92, "De Carabassa, Isidoro c/Canale SA"; id., id., 24/12/87,
"Ferrari Hardoy c/Plinto SA".
13
' CNCom, Sala B, 3/8/77, "Díaz Maseda, J. c/Renault Argentina SA".
SOCIEDAD ANÓNIMA 505
132
CNCom. Sala C. 11/6/92, "Niks, León y otro c/Ancora Compañía Argen-
tina de Seguros SA", RDCO, 1992-A-440.
506 TIPOLOGÍA
133
CNCom, Sala B, 6/9/95, LL, 1996-A-595, con nota de Conil Paz, Plazo
de gracia y caducidad.
134
En el caso de la provincia de Córdoba, una pauta similar se encuentra coa-
tenida en el art. 53 del Cód. de Proc. Civil y Comercial, ley 8465, al determinar:
"Si el plazo vence después de las horas de oficina, se considerará prorrogado hasta
el fenecimiento de las dos primeras horas de oficina del día hábil siguiente".
SOCIEDAD ANÓNIMA 507
135
Los derechos y atribuciones del directorio como órgano de la sociedad no
pueden ser delegados en forma genérica, pues por este procedimiento se sustituye
la decisión legal de que el directorio sea el órgano de administración permanente
(Arecha - García Cuerva, Sociedades comerciales, p. 392; Sasot Betes - Sasot, El ór-
gano de administración, p. 420).
SOCIEDAD ANÓNIMA 509
136
Sasot Betes - Sasot, El órgano de administración, p. 420 y 421.
137
CNCom, Sala C, 15/11/76, LL, 1977-A-266.
510 TIPOLOGÍA
1) D E LA ADMINISTRACIÓN EN GENERAL
138
Cusnir, Directores de facto y teoría de ,\; ,:;.:': ; vii;. RDCO, 1970-239.
139
Otaegui, Invalidez de actos societarios, p. 35?: CSJX. "Frigorífico Setti
SACIA s/quiebra", RDCO, 1970-239.
SOCIEDAD ANÓNIMA 511
Históricamente, los tres elementos se han encontrado reunidos
en una sola persona. La evolución económica ha producido su diso-
ciación, comenzando primero por apartarse el trabajo dejando a una
sola persona el capital y la dirección, y en manos diversas la ejecu-
ción material, o sea, el trabajo. Este mismo fenómeno fue el que
hizo que prevaleciera la idea de que la dirección o administración
de los negocios sociales fuera confiada al capital. La dirección en
la sociedad anónima es así de origen absolutamente capitalista: es el
capital el que dirige los negocios por medio de las personas que
se designen en asamblea de accionistas140.
Pero la actividad comercial e industrial se ha complicado por
una serie de problemas que no todos están en condiciones de resol-
ver; no es privilegio de los mayores detentadores de capital el mejor
conocimiento de la ciencia del gobierno de las empresas comercia-
les. La dirección es una verdadera ciencia, que requiere conoci-
mientos técnicos especiales, independientes de la posesión de mayor
o menor fortuna que permita aportar capital a la sociedad. De ahí
el crecimiento progresivo de la función de las personas técnicas y
especialmente preparadas para el gobierno de la empresa.
Es difícil prever el punto terminal de esta evolución. Algún
autor ha vaticinado la sustitución del régimen capitalista por el ré-
gimen directorial, es decir, por un régimen en el cual un grupo social
nuevo, el de los directores de empresa, será la clase dirigente141.
Por ello, existe una tendencia a aumentar las facultades del directo-
rio frente a la asamblea.
Además, se muestra la tendencia a la separación entre los car-
gos puramente administrativos y los cargos directivos de la sociedad,
con la consiguiente concentración de poderes en pocas personas, au-
torizando el funcionamiento del comité ejecutivo.
Las grandes sociedades anónimas no están dirigidas por los di-
rectores dueños de la mayoría de las acciones, sino por gestores in-
dividuales de fuerte personalidad, quizá desconocidos por los accio-
nistas, cuyas dotes de energía, competencia y habilidad son las
únicas prendas de éxito en la gestión de los asuntos sociales; aunque
142
Garrigues - Uría, Comentarios a la ley de sociedades, p. 11.
143
Cabaneilas (h.). Los órganos de representación societaria, RDCO, 1991-27.
144
Favier Dubois (h.), El representante de hecho y la apariencia en la actua-
ción societaria, "Doctrina Societaria y Concursal Errepar", t. VIII, p. 202.
145
Colombres, Disertación en relación al anteproyecto de ley de sociedades
comerciales, RDCO. 1968-611.
SOCIEDAD ANÓNIMA 513
2) DIRECTORIO
146
Rodríguez - Rodríguez, Tratado de sociedades mercantiles, t. II, p. 49, cit.
por Brunetti, Tratado, t. II, p. 465.
147
Brunetti, Tratado, t. II, p. 465.
148
Cabanellas (h.), Contratos relativos a la administración societaria, RDCO,
1990-525.
SOCIEDAD ANÓNIMA 515
El propio art. 256 de la LSC determina que el estatuto estable-
cerá la garantía que debe prestar el director y que la mayoría abso-
luta de éstos debe tener un domicilio en la República, debiendo to-
dos ellos constituir un domicilio especial, donde serán válidas las
notificaciones que se les efectúen con motivo del ejercicio de sus
funciones, incluyéndose las relativas a la acción de responsabilidad
(arg. art. 256 infine, LSC).
Por su parte, el art. 264 de la LSC fija las prohibiciones e in-
compatibilidades para ser directores y gerentes (las que actuarán co-
mo impedimento para la designación o como factor de remoción): 7)
quienes no pueden ejercer el comercio; 2) los fallidos (ver arts. 234
a 238, ley 24.522); 3) los condenados con accesoria de inhabilita-
ción para ejercer cargos públicos, los condenados por hurto, robo,
defraudación, cohecho, emisión de cheque sin fondos y delitos
contra la fe pública, quienes cometieren delitos en la constitución,
funcionamiento y liquidación de sociedades, en todos los casos has-
ta después de diez años de cumplida la condena, y 4) los funcio-
narios de la Administración pública cuyo desempeño se relacione
con el objeto de la sociedad, hasta dos años del cese de sus fun-
ciones.
También se enumeran incursos en supuestos especiales, los co-
rredores, los martilieros, los agentes de bolsa, los escribanos, el fi-
duciario de los debenturistas, entre otros.
En cuanto a la sanción correspondiente a la violación de estos
preceptos, si la transgresión fue cometida al momento de la desig-
nación del director, implicará su nulidad; si se tratare de una causal
sobreviniente, constituirá un supuesto de remoción con causa.
Desde el punto de vista interno de la sociedad, si la partici-
pación del director afectado fue decisiva para posibilitar la toma de
la decisión, devendrá la nulidad de ésta; empero, frente a terceros,
dichos vicios resultan inoponibles, por aplicación de los principios
de la teoría de la apariencia.
149
Verón, Sociedades comerciales, t. 4, p. 168, comentario al art. 262.
150
Se señala una jurisprudencia del Superior Tribunal de Entre Ríos de 1940,
que quizás es la que haga sostener ahora su ilicitud -no cuestionada por nadie-.
Justamente se enfatiza: "sin embargo, la jurisprudencia administrativa lo admitió,
generándose así una práctica que no era impugnada y que la experiencia sindicó
como medio de salvaguardar la representación minoritaria en el directorio". Se tra-
SOCIEDAD ANÓNIMA 517
153
Richard - Escuti (h.) - Romero, Manual de derecho societario, p. 292.
520 TIPOLOGÍA
154
Seguimos el desarrollo efectuado por Verón - Zunino, Reformas al régimen
de sociedades comerciales, p. 500 y siguientes.
155
Verón - Zunino. Reformas al régimen de sociedades comerciales, p. 501.
SOCIEDAD ANÓNIMA 521
por mayoría, salvo el supuesto de suplantación por el otro sistema
previsto por la ley156.
Por ello, el estatuto no puede derogar el derecho a elegir hasta
un tercio de las vacantes a llenar en el directorio por el sistema de
voto acumulativo, ni reglamentarlo de manera que dificulte su ejer-
cicio, pero se excluye el supuesto de que se designen directores por
el sistema del art. 262 (elección por clase o categoría de acciones),
complementado por el art. 263, párr. 2o, de la LSC.
a) La esencia del "sistema de voto acumulativo" es dar protec-
ción y representación a la minoría en el directorio de la sociedades
anónimas, por lo cual el art. 263 de la LSC prohibe no sólo derogar
este derecho, sino también dificultar su ejercicio coherentemente
con la motivación de la norma.
b) Notificada la sociedad anónima del ejercicio del "sistema de
voto acumulativo" por un accionista, toda reducción o aumento del
número de integrantes del directorio que perjudique la expectativa
normal de representación numérica de las minorías, debe conside-
rarse contraria a la letra y al espíritu de la institución, al legítimo
interés social de la comunidad expresado en la norma y a la debida
lealtad entre todos los componentes de la entidad. Sin embargo,
cuando la disminución del número de integrantes del directorio es
proporcional a las minorías y las mayorías, el perjuicio no se produce.
c) Anulada la decisión de la asamblea por dificultar o desco-
nocer el ejercicio del voto acumulativo, corresponde la celebración
de nueva asamblea para la elección de los administradores de con-
formidad con las disposiciones legales aplicables.
d) El ejercicio del derecho que otorga el art. 263 de la LSC se
ofrece como una mera facultad del accionista que no se pierde por
su falta de ejercicio, sino sólo con relación a cada oportunidad en
que se lo ejerce", pues no se extingue mientras subsiste el derecho
de ejercicio continuado en que está contenida, derecho que, en este
caso, fluye de la posición del socio que confiere la calidad de ac-
cionista.
156
"La ley 19.550 establece que el estatuto no puede derogar ni condicionar
el sistema del voto acumulativo, de elección de los directores ni aún por vía regla-
mentaria. Así la decisión asamblearia contraria al art. 263, ley citada, atenta contra
el orden público lo que haría aplicable el art. 1047 y ss. del Cód. Civil" (CNCom,
Sala C, "Schettini, J. c/GASA", ED, 91-590).
522 TIPOLOGÍA
157
Verón - Zunino, Reformas al régimen de sociedades comerciales, p. 502.
SOCIEDAD ANÓNIMA 523
158
Michelson Irusta, El sistema de elección por voto acumulativo, RDCO,
<>81-423.
159
Virilli, El voto acumulativo en elección de directores, "La Información",
983-XLVII-156.
524 TIPOLOGÍA
161
Michelson Irusta, El sistema de elección por voto acumulativo, RDCO,
1981-423.
SOCIEDAD ANÓNIMA 527
162
Griffi, Algo más sobre la elección por voto acumulativo, "Doctrina Socie-
taria y Conciirsal Errepar", t. II, p. 1.
528 TIPOLOGÍA
163
El nombramiento de nuevos miembros del directorio no es circunstancia
suficiente para excluir la responsabilidad de los anteriores que no registraron sus
invocadas renuncias en el Registro Público de Comercio (CNCom, Sala D, 15/5/92,
"Cipo Corp. Ind. de Prod. Oleaginosos SA s/quiebra s/incidente de exclusión de
directorio", RDCO, 1992-441). Puede verse también Nissen, Renuncia de los di-
rectores y calificación de conducta, "Doctrina Societaria y Concursal Errepar",
t. VII. p. 107.
164
Estrictamente, como lo indican Zaldívar y otros (Cuadernos de derecho
societario, vol. III, p. 606, nota 31), los términos revocación y remoción tienen un
significado diferenciado. El primero implica un acto realizado por el mismo órgano
que produjo el nombramiento, mientras que el segundo se producirá cuando se trata
de otro órgano, como en nuestro derecho, respecto del director designado por el
consejo de vigilancia cuya remoción, no obstante, corresponde a la asamblea.
1
1 Richard - Muiño. Derecho societario.
530 TIPOLOGÍA
I6Í!
CSJN, 4/12/68, "Frigorífico Setti SA s/convocatoria", RDCO, 1970-230,
>'on nota de Cusnir, Directores de facto y teoría de la apariencia.
"'', Halperin, Sociedades anónimas, p. 419.
170
Expresamente así en el decreto francés de 1967, art. 88 (Hémard, Théorie
• t pratique des nollités et de société de fait, p. 789). Halperin señala: de ahí que
532 TIPOLOGÍA
tampoco sea admisible la afirmación de que es sustituible por fijación de una minuta
en la sede social, o por comunicación a los socios; la explicación de la opinión de
Minervini puede estar en que la ley italiana no tiene una norma equivalente al art.
73, de la LSC (ver Minervini, Gli amministrationi di socielá per azioni, p. 193,
quien cita la crítica de la doctrina suiza al art. 715 del Cód. de las Obligaciones,
análogo al art. 73, de la LSC; ver también Halperin, Sociedades anónimas, p. 404).
SOCIEDAD ANÓNIMA 533
171
Odriozola, Actas de asambleas y de reunión de directorio, ponencia a] I
Congreso de Derecho Societario, Actas, p. 109.
172
Sasot Betes - Sasot, El órgano de administración, p. 396.
173
CComCap. Sala C, 22/3/71, JA. 12-1971-576, n° 356.
174
Otaegui, Administración societaria, p. 285, n° 61.
534 TIPOLOGÍA
175
CNCiv, Sala D, 20/11/95, "Revista de Derecho Privado y Comunitario",
n° 12, p. 454.
SOCIEDAD ANÓNIMA 535
176
Richard - Escuti (h.) - Romero, Manual de derecho societario, p. 300.
177
SCBA, "Istilar, Juan B. SA c/Soumoulou, Juan B."; aquí se dispuso: ''El
directorio puede remover libremente de su cargo de gerente a quien es también di-
rector (arg. art. 270. LSC), lo que, desde luego, no podrá afectarlo en estas últimas
funciones (arts. 234. inc. 2. y 256, LSC) y enjuiciarlo por su actuación en aquella
condición".
SOCIEDAD ANÓNIMA 537
178
SCBA, "Istilar. Juan B. SA c/Soumoulou. Juan B.".
179 Perciavalle, Director-empleado de una SA. Aproximación al lema de la
relación de dependencia. "Doctrina Societaria y Concursal Errepar", t. VI, p. 545,
y del mismo autor, La remuneración de los directores en torno del art. 261, LSC.
'"Doctrina Societaria y Concursal Errepar", t. VII, p. 824.
538 TIPOLOGÍA
180
CNCom. Sala A, "Liberman, José c/Guardería Neptuno SA", RepLL, 1982-
2438.
181
CNCom, Sala A, "Sporetti, Nazareno c/F. González e Hijos, Comercial e
Industrial SA".
182
Brunetti. Tratado, t. II, p. 483.
SOCIEDAD ANÓNIMA 539
183
Quíjano González, La responsabilidad de los administradores de la socie-
dad anónima, en "I Congreso Iberoamericano de Derecho Societario y de la Empre-
sa", t. II, p. 696.
540 TIPOLOGÍA
184
Richard - Escuti (h.) - Romero, Manual de derecho societario, p. 3 0 1 .
SOCIEDAD ANÓNIMA 541
El art. 271 de la LSC prevé distintos supuestos que ratifican las
necesidades normales de la sociedad e impiden consumarse perjui-
cios para ésta y los accionistas por el empleo abusivo del cargo de
director para beneficiarse indebidamente185.
b) INTERÉS CONTRARIO. Importa otra violación a la ley, caracte-
rizante del mal desempeño de su cargo, la intervención en negocios
en los que el director tenga interés contrario (art. 272), en cuyo caso
no sólo deberá abstenerse de intervenir en la deliberación del direc-
torio -y de la asamblea, tema del cual nos hemos ocupado en el
capítulo anterior-, sino también notificar a los demás miembros del
directorio de la situación de incompatibilidad en que se encuentre
en orden a esa relación jurídica determinada.
El art. 272 de la LSC tiende a amparar a la sociedad y a los
accionistas haciendo efectivo el deber de lealtad del director (art.
59); evitar los negocios particulares de éste con bienes sociales y
los celebrados a espaldas de los accionistas; prevenir desvíos peli-
grosos para la sociedad, causantes de daño irreparables para ella en
una estructura societaria compleja que no admite un control inme-
diato de la gestión de la administración, ya que la sindicatura sólo
ejerce un control de legitimidad y la asamblea actúa intermitente-
mente186.
La jurisprudencia187 ha enumerado como aspectos relevantes en
torno de la interpretación del art. 272 de la LSC los siguientes:
7) No cualquier acto concertado entre el director y la sociedad
importa un interés encontrado, que se presenta sólo cuando puede
derivarse de aquél un beneficio indebido para el director que obra
haciendo prevalecer su interés sobre el de la sociedad.
2) El silencio del director sólo se sanciona si de ello surge un
perjuicio para la sociedad, o lo que es igual, que el director pueda,
en principio, guardar silencio si juzga que de su situación de con-
flicto de intereses con la sociedad no se deriva ningún perjuicio para
aquélla.
•85 CNCom, Sala A, 16/7/73, "Cohan, David c/Plenitud SA", LL, 151-487.
186
CNCom. Sala D, 15/10/79, "Cattáneo. Ismeria A. c/Cattáneo y Cía. SA",
LL. 1980-B-387.
187
CNCom, Sala A, 13/10/95, "Doctrina Societaria y Concursal Errepar",
1996-997.
542 TIPOLOGÍA
188
Richard - Escuti (h.) - Romero. Manual de derecho societario, p. 301.
TIPOLOGÍA
191
Junyent Bas - Rodríguez de la Puente, Responsabilidad de los administra-
dores societarios, ponencia al "I Congreso Iberoamericano de Derecho Societario y
de la Empresa, V Congreso de Derecho Societario", Córdoba, 1992, t. II, p. 709.
192
Richard - Escuti (h.) - Romero, Manual de derecho societario, p. 304.
193
Favier Dubois (h.), Los sistemas de responsabilidad societaria y su publi-
cidad registral, "Errepar", feb. 93, p. 225. Comentando el art. 274 de la LSC, ex-
presa: "Sin embargo entendemos conciliable la norma como lo señalado anterior-
mente sobre la base del carácter presuncional de las inscripciones: si hubo funciones
personales diferenciadas no inscriptas se presumirá actuación promiscua, pero de-
jando a salvo la prueba en contrario. Y, viceversa, la inscripción de funciones
personales no impide probar que hubo gestión común entre los directores en deter-
minada área y. por ende, hacerlos responsables solidariamente por su efectiva ac-
tuación".
SOCIEDAD ANÓNIMA 547
194
Quijano González, La responsabilidad de los administradores de la socie-
dad anónima, en "I Congreso Iberoamericano de Derecho Societario y de la Empre-
sa", t. II, p. 696. |
\
548 TIPOLOGÍA
195
CNCom, Sala E. 16/5/96, "Revista de Derecho Privado y Comunitario",
n° 12, p. 454.
196
En este sentido, CNCom, Sala D, 15/5/92, "Cano, Mario Daniel s/medida
precautoria". RDCO, 1992-442.
SOCIEDAD ANÓNIMA 549
197
Salanitro, L'invaliditá delle deliberazioni del consiglio de amministrazioni
di societá per azzioni, p. 246; Fariña, Tratado, II-B, p. 371. Halperin, Curso de
derecho comercial, vol. II, p. 325; Vanasco, Acción de impugnación de las decisio-
nes del directorio Viabilidad y procedencia, "Estudios de Derecho Comercial", San
Isidro, 1992, n° 8, p. 47; Muguillo, Acción de impugnación de las decisiones del
directorio. Recaudos para su ejercicio, "Estudios de Derecho Comercial", San Isi-
dro, 1992, n° 8, p. 69.
198
CNCom, Sala C, 2/7/79, "Sáiz, Marta c/Camper SA", LL, 1979-D-35, del
voto del doctor Anaya, donde se sostuvo que su cuestionamiento debe llevarse a la
asamblea. El mismo Anaya parece aceptar la posibilidad, legitimando a un accio-
nista minoritario ante la supuesta ilegalidad de un pacto de sindicación de acciones
que determinó la elección de un directorio, en cuanto pudiera "alegar transgresión
a un derecho social o propio". En la misma sala de aquella Cámara, en la causa
"Sánchez, Carlos J. c/Banco de Avellaneda y otros", 22/9/82, ED, 100-657, se con-
cluye recordando que los accionistas carecen de una acción inmediata contra las
resoluciones del directorio, y señala a la asamblea como instancia suprema de estos
cuestionamientos, citando a Escarra - Escarra - Rault, Traite théorique et practique
de droit commercial. t. IV. p. 149; ver Vanasco, Acción de impugnación de las de-
cisiones de directorio. Viabilidad y procedencia, "Estudios de Derecho Comercial".
San Isidro. 1992, n° 8, p. 57.
550 TIPOLOGÍA
199
El leading case lo constituye "Kraft Ltda. c/Motormecánica" (CNCom, 24/
9/80, LL, 1982-A-80).
200
Bendersky, Invalidez de los actos del directorio de sociedades anónimas,
en "Conflictos societarios", p. 196 y ss.; el autor legitima la acción de impugnación,
cuando existan vicios de forma y de fondo de la decisión. La doctrina nacional se
inclina por el criterio amplio, autorizando incluso al accionista en tal sentido.
201
Muguillo, Acción de impugnación de las decisiones del directorio. Re-
caudos para su ejercicio, "Estudios de Derecho Comercial", San Isidro, 1992, n° 8,
p. 69.
SOCIEDAD ANÓNIMA 551
E) FISCALIZACIÓN
1) PRIVADA
202
Rivarola, Sociedades anónimas, t. II, p. 60.
203
Rivarola, Sociedades anónimas, t. II, p. 61.
SOCIEDAD ANÓNIMA 553
204
Garrigues - Uría, Comentarios a la ley de sociedades anónimas, t. II, p.
467.
205
Amilcane Lanza, Involtizione dei sindicati ed evolucione della revisione,
"Rivista delle Societa", 1957, año II, fascículo 4-5, con referencia a Pipia. Digesto
italiano, t. 21, n° 233, p. 444. y Vivante, Contributo alia riforma della societa anó-
nima, "Rivista de Diritto Commerciale", 1934, citados por Odriozola, Acerca de las
condiciones para ser síndico de sociedad anónima, JA, 1961-V-25.
206
Brunetti, Tratado, t. II. p. 509.
554 TIPOLOGÍA
207
De Sola Cañizares, Tratado, t. I, cap. XX.
20S
Halperin, Manual de sociedades anónimas, cap. VII; Odriozola, La insti-
tución de la sindicatura en la sociedad anónima, p. 46; Fré, Societá per azioni, en
Scialoja - Branca, Commentario del Códice Civile, p. 409 y 410, citados por Fargosi,
Anotaciones sobre la sindicatura en la ley de sociedades comerciales, LL, 147-1141.
SOCIEDAD ANÓNIMA 555
209
Brunetti, Tratado, t. II, p. 504.
210
Mascheroni, Manual de sociedades anónimas, p. 271.
211
CNCom. Sala A, 30/12/80, "Núñez de Abad, Hüda A. c/La Cabana SA y
otra", LL, 1981-A-503.
212
CNCom. Sala B. 12/4/84, LL, 19S5-A-317, y DJ, 1985-14-435.
556 TIPOLOGÍA
::
- Zaldívar y otros, Cuadernos de derecho societario, vol. III, p. 737.
:;
- Martorell, Los síndicos de sociedades anónimas y el consejo de vigilancia,
p. 156.
-l¡ V'erón, Sociedades comerciales, t. 4, p. 466.
-'- Como lo destacara Halperin, en referencia al antiguo art. 340 del Cód. de
Comercio (Manual de sociedades anónimas, p. 279).
- ¡ " Para su ejercicio, el síndico elige los medios idóneos, suficientes, sin que
d directorio pueda impedirle el acceso a cuantos libros y documentos sean necesa-
SOCIEDAD ANÓNIMA 557
ció de sus funciones; si así ocurriera, convocará a la asamblea de
accionistas para poner en su conocimiento la situación. • Las referi-
das atribuciones no pueden ser restringidas, pero sí pueden ampliar-
las los estatutos218.
Las atribuciones legales pueden clasificarse en tres grupos: 7)
para el control normal; 2) de integración administrativa, y 3) de in-
tegración de gobierno219.
1) Como atribuciones de control normal pueden comprenderse
las siguientes:
a) Fiscalizar la administración de la sociedad, a cuyo efecto
examinará los libros y documentación siempre que lo juzgue conve-
niente (aun de ejercicios anteriores) y, por lo menos, una vez cada
tres meses (art. 129, inc. 1).
b) Verificar, en igual forma y periodicidad, las disponibilidades
y títulos valores, así como las obligaciones y su cumplimiento, e
igualmente puede solicitar la confección de balances de comproba-
ción (art. 294, inc. 2).
c) Asistir con voz, pero sin voto, a las reuniones del directorio,
del comité ejecutivo y de la asamblea, a todas las cuales debe ser
citado (art. 294, inc. 3).
d) Controlar la constitución y subsistencia de la garantía de los
directores y recabar las medidas necesarias para corregir cualquier
irregularidad (art. 294, inc. 4).
e) Suministrar a accionistas que representen no menos del 2%
del capital, en cualquier momento que éstos lo requieran, informa-
ción sobre las materias que son de su competencia (art. 294, inc. 6).
f) Fiscalizar la liquidación (art. 294, inc. 10).
g) Fiscalizar el cumplimiento de las prohibiciones de contratar
con la sociedad por los directores (art. 271, LSC), y su violación le
220
Halperin. Curso de derecho comercial, p. 360.
SOCIEDAD ANÓNIMA 559
:2
' Fariña, Tratado. 1. II-B, p. 438.
560 TIPOLOGÍA
222
Orgaz, La culpa (actos ilícitos), p. 159.
223
CNCom, Sala A, 23/6/80, '"Meteor, Establecimientos Metalúrgicos SA",
LL, 1980-D-617.
224
CNCom, Sala B, 13/8/84, "Favero SAICI s/quiebra".
2
« CNCom, Sala B, 18/3/74, "Nordiska Kompaniet SA", LL, 155-211.
227 CNCom, Sala D, 25/4/95, "Benavent, Osear Luis c/Benavent Hnos. SA",
"Doctrina Societaria y Concursa! Errepar", t. Vil, p. 389, con nota de Nissen.
SOCIEDAD ANÓNIMA 565
medie oposición del 5% del capital social (art. 287 reformado por
ley 22.903), resultando nula cualquier disposición en contrario.
Respecto del síndico, y conspirando decididamente contra su
independencia, la ley mantiene la posibilidad de la revocación ad
nutum por parte de la asamblea, situación no compartida por la ma-
yoría de las legislaciones europeas actuales que prevén requisitos
específicos para la procedencia de la remoción del síndico.
Mantener la posibilidad revocatoria de la designación pesará
sobre el síndico como una espada de Damocles afectando su liber-
tad, comprometiendo el resultado de su gestión y tendiendo inexcu-
sablemente a favorecer a la mayoría de la cual depende228.
f) REMUNERACIÓN. La clase de funciones impone su onerosi-
dad. Deberá ser fijada por el estatuto o por la asamblea de accio-
nistas. En cuanto a sus emolumentos no rige la limitación estable-
cida en el art. 261 de la LSC.
De acuerdo a lo resuelto por la jurisprudencia, el síndico cum-
ple en la sociedad con la función de órgano de control, cuyo conte-
nido está determinado por la ley y es onerosa por disposición legal
(art. 292). La indeterminación de la remuneración por el estatuto
impone que la fije la asamblea (art. 292, LSC)229.
g) VACANCIA. Al designar a los síndicos o al síndico titular se
debe proceder -por imperio del art. 284- a la elección de igual nú-
mero de suplentes. Por tanto, ante una vacancia, cualquiera que sea
la causa -temporal o definitiva- debe suplirlo el síndico. Adviér-
tase a este respecto que, producida una causal de inhabilitación pre-
vista por las normas vigentes, durante el desempeño del cargo el
síndico debe cesar inmediatamente en sus funciones e informar al
directorio dentro de diez días (art. 291).
En cuanto a la situación de responsabilidad del síndico suplente
se ha resuelto230 que la ley de sociedades no le ha creado obliga-
234
Fargosi, Estudios de derecho societario, p. 184. El régimen anterior a la
ley 19.550 seguía el sistema en que al lado del órgano de gestión contemplaba uno
de control; no obstante, señalamos que el órgano de control -sindicatura- se carac-
teriza a través de un mero control de legalidad y no de mérito, que marca una dis-
tinción neta con respecto al germánico, en el cual el consejo de vigilancia cumple
funciones permanentes y efectúa un control de la gestión que va más allá de la sim-
ple legalidad de los actos.
235
En efecto, aun en el Proyecto de Sociedades Comerciales de 1967 se pres-
cindía de la regulación del instituto, debido a que en palabras de uno de sus autores,
se había considerado la conveniencia de establecer el consejo de vigilancia integrado
por accionistas de la ley alemana de 1937 y conservado en la de 1965, receptado por
la ley francesa de 1966. pero la Comisión optó por rechazarla -por lo menos por ahora-
y remediar la ineficacia de la sindicatura actual (ver Halperin, Disertación pronun-
ciada en la Facultad de Derecho de Buenos Aires, RDCO. 1968-593).
SOCIEDAD ANÓNIMA 569
238
Verón - Zunino, Reformas al régimen de sociedades comerciales, p. 540.
TIPOLOGÍA
239
Martínez, En torno al llamado consejo de vigilancia de las sociedades
anónimas, "Derecho Empresario", t. II, p. 990.
240
Zamenfeld, A propósito del consejo de vigilancia, "La Información", t. 40.
241
Fariña, Tratado, t. II-B. p. 445.
574 TIPOLOGÍA
2) ESTATAL
242
Mascheroni. Mama;! de .«v;V.:'.:.:V.v <v ":t 'V\:.Vi. p. 264.
SOCIEDAD ANÓNIMA 575
:43
Seguimos las expresiones de Richard - Escuti (h.) - Romero. Manual de
derecho societario, p. 314.
576 TIPOLOGÍA
245
"El art. 41 de la ley 21.526 enumera las sanciones que pueden aplicarse a
las personas o entidades, o ambas a la vez, que sean responsables de las infracciones,
por lo que la imposición de la pena a las personas físicas presupone la responsabi-
lidad personal de quienes, por sus funciones o participaciones, han entendido en los
hechos" (CNFedContAdm. Sala III, 5/7/84, ED, 112-575).
584 TIPOLOGÍA
248
Ver Verón, Sociedades anónimas de familia, p. 237 y 238.
590 TIPOLOGÍA
trol de las sociedades por acciones que hagan oferta pública de sus
títulos valores, siendo competencia exclusiva y excluyente de ese
organismo:
1) Prestar conformidad administrativa con relación a las refor-
mas estatutarias.
2) Fiscalizar toda variación del capital, así como ia disolución
y liquidación de las sociedades.
3) Fiscalizar permanentemente el funcionamiento de las socie-
dades".
El art. 2o de la mencionada ley 22.169 expresa que la CNV, para
el cumplimiento de sus funciones, tendrá competencia exclusiva y
excluyente de las atribuciones que las leyes 19.550 y 18.805 (léase
22.315) confieren a la Inspección General de Personas Jurídicas
(léase Inspección General de Justicia), y sustituirá las funciones de
las autoridades administrativas de provincias que adhieran al presen-
te régimen.
249
Arecha. Cotización bursátil de acciones, LL, 108-1167.
SOCIEDAD ANÓNIMA 593
251
Linares Bretón. Operaciones de bolsa, p. 10.
252
Ello marca una diferencia con el campo de la economía: la bolsa es la
reunión de comerciantes o de sus agentes en un lugar determinado para realizar ope-
raciones en masa sobre mercaderías fungibles, presentes o futuras, de acuerdo con
prácticas o usos establecidos. Según el género de operaciones que realicen, las bol-
sas pueden ser de valores o de mercancías (cereales, metales preciosos, piedras pre-
ciosas, ganados, etcétera). De acuerdo con lo dicho, en el lenguaje económico, la
bolsa es una especie de mercado. Pero, en nuestros ambientes comerciales y bur-
sátiles, suelen emplearse dichas palabras en una relación distinta y, en cierto sentido,
inversa a la que dejo explicada; esto es, en el sentido de que se denomina mercado
a instituciones organizadas bajo formas determinadas y que. por lo común están afi-
liadas a otras instituciones denominadas bolsas o mercados de comercio; cfr. Fon-
tanarrosa, Derecho comercial argentino, p. 405.
SOCIEDAD ANÓNIMA 595
253
blicos y acciones de sociedades anónimas . Las bolsas cuyos es-
tatutos prevean la cotización de títulos y los mercados de valores
que se constituyan, están sujetos a la autorización del Poder Ejecu-
tivo a través de la Comisión Nacional de Valores (art. 28, ley 17.811),
sin perjuicio de la que corresponda a otros organismos estatales de
la Nación o de las provincias (art. 29).
a) COMISIÓN NACIONAL DE VALORES (CNV). ES la autoridad de
aplicación del régimen de oferta pública. Se trata de una entidad
autárquica con jurisdicción en toda la República (art. Io, ley 17.811)
que supervisa a los oferentes, intermediarios e instrumentos utiliza-
dos para la oferta pública.
La reforma a la ley de sociedades por la ley 22.903, puso especial
énfasis en liberalizar la organización de la sociedad anónima en ge-
neral, acentuando los controles sólo en la sociedad que hiciera oferta
pública o en las abiertas (art. 299, LSC, y sus concs. 188 y 284).
El art. 199 de la LSC (ref. por ley 22.903) dispone que "las
emisiones de acciones realizadas en violación del régimen de oferta
pública son nulas", sancionando la inoponibilidad de los títulos emi-
tidos frente a la sociedad, socios y terceros.
La acción de nulidad se prevé en el art. 200 de la LSC; esta
acción podrá ser intentada por el suscriptor, con responsabilidad so-
lidaria de los directores, miembros del consejo de vigilancia y sín-
dicos (si los hubiere) por el resarcimiento de los daños, que es con-
gruente con las disposiciones del art. 1057 del Cód. Civil y el art.
274 y concs. de la LSC.
La existencia de oferta pública, conforme al art. 16 de la ley
17.811, se caracteriza por "la invitación que se hace a personas en
general o a sectores o grupos determinados para realizar cualquier
acto jurídico con títulos valores, efectuada por los emisores o por
organizaciones unipersonales o sociedades dedicadas en forma ex-
clusiva o parcial al comercio de aquéllos, por medio de ofrecimien-
tos personales, publicaciones periodísticas, transmisiones radiotele-
fónicas o de televisión, proyecciones cinematográficas, colocación
de afiches, letreros o carteles, programas, circulares y comunicacio-
nes impresas o cualquier otro procedimiento de difusión".
253
Fontanarrosa, Derecho comercial argentino, p. 405.
596 TIPOLOGÍA
254
Garrone - Castro Sanmartino, Manual de derecho comercial, p. 592.
598 TIPOLOGÍA
255
Nissen, Ley de sociedades comerciales, t. 3, p. 198.
256
Su art. Io modifica parcialmente el art. 194 de la LSC, en lo atinente al
plazo de ejercicio, el cual quedó redactado de la siguiente manera: "Los accionistas
podrán ejercer su derecho de opción dentro de los treinta días siguientes al de la
última publicación, si los estatutos no establecieran un plazo mayor. Tratándose de
sociedades que hagan oferta pública, la asamblea extraordinaria podrá reducir este
plazo hasta un mínimo de diez días, tanto para sus acciones como para debentures
convertibles en acciones". Por el art. 2° de la misma ley 24.435 fue modificado el
art. 2° de la ley 23.576, estableciendo: "La asamblea extraordinaria puede también
suprimir el derecho de acrecer y reducir a no menos de diez días el plazo para ejer-
cer la preferencia, cuando la sociedad celebre un convenio de colocación en firme
con un agente intermediario, para su posterior distribución entre el público".
600 TIPOLOGÍA
257
Ver nuestra nota La economía del derecho, LL Actualidad, 18 de marzo de
1988.
SOCIEDAD ANÓNIMA 601
258
Molina, Obligaciones negociables, en "Doctrina Societaria y Concursal
Errepar", t. IV, p. 369; Obligaciones negociables: aspectos jurídicos económicos y
tributarios, "Revista del Instituto Argentino de Mercados de Capitales", suplemento
año 4, n° 12; Obligaciones negociables, "Prensa Económica", año XVI, n° 181, y
El boom de las obligaciones, negociables. Congreso Nacional de Mercados de Ca-
pitales; Aiello, Aspectos del régimen institucional y jurídico argentino para estimu-
lar el mercado de capitales, "Revista de Derecho Bancario y de la Actividad Fi-
nanciera", 1991-202; Yohma, Proyecto de modificación de la ley de ON, Congreso
Argentino de Derecho Comercial, 1990, Comisión 5; Circulación del Crédito; Fran-
co, Modificación de la ley de ON, "La Información", año 62, t. 63, n° 743; Vergara
del Carril, Aspectos destacados de la reforma. Primeras experiencias prácticas, y
Obligaciones negociables; Kenny y la ponencia dirigida por García Tejera, incluida
en el t. III de las Actas del Congreso Iberoamericano de Derecho Societario y de la
Empresa, Huerta Grande, octubre de 1992.
602 TIPOLOGÍA
Además, rino la exención del impuesto a la tra n .<fere'' i c'" '':" '<-
tulos valores, siempre que la transferencia se efectúe a través de los
mercados abierto o bursátil.
Pero para que estos beneficios fiscales sean aplicables deben
darse las siguientes condiciones.
/ ) Que se trate de emisiones de obligaciones negociables que
sean colocadas por oferta pública.
2) Que la emisora garantice que los fondos obtenidos sean des-
linndcc a inversiones en activos físico^ situados en el n;n'\ '^ícira-
ción de capital de trabajo en el país o refinanciación de pasivo, a la
integración de aportes de capital en sociedades controladas o vincu-
ladas a la sociedad emisora.
3) Que el plazo mínimo de amortización sea de dos años. En
caso de amortizaciones parciales, la primera cuota de amortización
no debe ser antes de los seis meses y por un monto no superior al
25% de la emisión; la segunda cuota no será antes del año ni podrá
superar el 2 5 % de la emisión. El total a amortizar dentro de los
primeros dieciocho meses no podrá exceder el 7 5 % de la emisión
(los plazos se cuentan a partir de la fecha de colocación).
Están exentos del impuesto de sellos los actos, contratos y ope-
raciones relacionadas con la emisión, suscripción, colocación y
transferencia de las obligaciones negociables. También alcanza a
las garantías. Los aumentos de capital en virtud de obligaciones
convertibles también están exentos.
No sólo fue importante para el desarrollo de las obligaciones
negociables y del mercado de capitales, un tratamiento impositivo
especial en cuanto al funcionamiento de las obligaciones negocia-
bles, sino que también, para estimularlo, la CNV sugirió al Minis-
terio de Economía, para el caso de que éste decidiera llevar adelante
un olvido fiscal, que una de las formas para poder acceder a éste,
sería que destinara los fondos a la compra de títulos valores con
oferta pública.
j) OBLIGACIONES .NEGOCIABLES ATÍPICAS. Estas pueden crearse y
funcionar dentro del marco legal vigente, que se ajusta al principio
de libertad de creación de títulos valores.
1) CONVERTIBLES EN ACCIONES DE OTRAS SOCIEDADES. Son aquellas
que otorgan derechos a convertir las obligaciones emitidas en accio-
nes de una sociedad distinta a la emisora. Esto puede darse en el
614 TIPOLOGÍA
259
Richard, Derechos patrimoniales de los accionistas, p. 243 y siguientes.
SOCIEDAD ANÓNIMA 619
que uno de ellos no tenga la totalidad de los derechos, que ambos
dispongan de la acción para hacer valer los que les correspondan.
El Código Civil italiano (art. 2025) autoriza la emisión de un certi-
ficado de usufructo. De esa necesidad del título deviene que esti-
memos factible, pese a la falta de una regulación al respecto, de que
se otorgue una certificación de usufructo con registro sobre la ac-
ción, tanto nominativa como al portador, además del respectivo re-
gistro del derecho real en caso de ser nominativa. Otra solución
sería la entrega a un banco en condiciones especiales para que otor-
gue un certificado al propietario y otro al usufructuario, con corre-
lativa relación de esta situación, a fin de que ejerciten sus respecti-
vos derechos e impedirles sin la presentación de ambos certificados
la disposición del título original.
No existe discrepancia doctrinaria ni legislativa respecto de que
la calidad de accionista corresponde al nudo propietario, pertene-
ciéndole al usufructuario sólo el ius fruendi, o sea, el derecho a per-
cibir el dividendo durante el usufructo, correspondiendo todos los
demás derechos al nudo propietario, salvo pacto en contrario, pues
las regulaciones legales son de carácter subsidiario.
El art. 218 de la LSC (al igual que el Anteproyecto de 1968)
determina que el dividendo lo percibirá el tenedor del título, con lo
que se evita cualquier conflicto en relación a la sociedad, sin per-
juicio de las acciones resultantes entre propietario y usufructuario,
o entre los diversos usufructuarios, o en virtud de los pactos exis-
tentes sea por el principio de liquidación pro rata temporis, entre
quienes hayan tenido o adquirido derechos sobre aquéllos en el cur-
so del período respectivo (principio del art. 2865, Cód. Civil).
Este art. 218 de la LSC resuelve adecuadamente una serie de
problemas planteados por la doctrina en cuanto se aclara debida-
mente el titular del derecho. Este derecho que el usufructuario tie-
ne a percibir las ganancias obtenidas durante el usufructo, no inclu-
ye las ganancias pasadas a reserva o capitalizadas que corresponden
al nudo propietario, pero conforme lo oportunamente expresado de
que la entrega de acciones importa mantener inmutable la posición
del accionista en su participación del capital, el usufructo se ex-
tiende a las acciones entregadas por la capitalización.
El derecho de receso corresponderá al nudo propietario, como
el derecho de voto, sin perjuicio del usufructo sobre el monto que
perciba el accionista correspondiente al valor reajustado de las ac-
620 TIPOLOGÍA
260
Richard. Derechos patrimoniales de las accionistas, p. 252.
SOCIEDAD ANÓNIMA 621
1
CNCom, Sala A, 21/2/79, "Huetel Sánchez Elias y Cía. SCA", LL, 1981-A-
569, 35-797-S.
2
CNCom, Sala C, 26/9/80, "Elsaes SCA", ED, 91-807.
6
Seguimos en este tema las expresiones formuladas en Richard - Escuti (h.) -
Romero, Manual de derecho societario, p. 327 y siguientes.
628 TIPOLOGÍA
puesto éste posibilitado por la ley (art. 318, LSC). El régimen apli-
cable a los administradores es el previsto para los socios colectivos,
ya que la ley remite expresamente al art. 129 de la LSC.
También se ha resuelto7 que, en la sociedad en comandita por
acciones, es facultativo la designación de un directorio en su acto
constitutivo. Cierta es la remisión del art. 316 al régimen de las
anónimas, pero ello es "salvo disposición contraria en esta sección"
(la VII), que se encuentra en el art. 318, referido concretamente a
la administración, que la admite unipersonal. En efecto, la coman-
dita por acciones se rige fundamentalmente por las disposiciones
que regulan el tipo y las correspondientes a las anónimas, en la me-
dida en que éstas sean factibles de aplicar; tal factibilidad no se pue-
de establecer a priori, sino que tendrá que resolverse según el caso
(p.ej., institutos como el directorio, que parecen específicos de la
anónima, pueden traspolarse a la comandita por acciones sustituyen-
do al administrador nato, el comanditado). Supletoriamente, debe
considerarse a la normativa de la comandita simple.
Según resolvió la jurisprudencia, si quienes integran la socie-
dad en comandita pudieron convenir una administración plural que
funcione como órgano colegiado, en cuyo caso sería aplicable un
régimen de reuniones periódicas, en el que los temas a tratar fuesen
resueltos por voluntad mayoritaria, pero al no haberlo convenido así,
en una decisión que sólo hace a.,su interés, la exigencia de que actúe
como órgano colegiado -a manera de directorio- resulta improce-
dente. No cabe, pues, imponer la aplicación de las normas de los
arts. 255 y 260 de la LSC8.
a) REMOCIÓS. Como consecuencia de la aplicación a los admi-
nistradores del régimen previsto por el art. 129 de la LSC, podemos
inferir lo siguiente.
/) Que la mayoría puede remover al administrador en cualquier
momento, salvo pacto en contrario.
2) Que el administrador no puede ser removido directamente
si el contrato exige justa causa.
3) Si el administrador niega la existencia de justa causa, conser-
va la administración hasta la sentencia judicial que lo prive de ella.
9 CNCom. Sala A, 21/2/79, "Huetel Sánchez Elias y Cía. SCA", LL. 1981-A-
569, 35.797-S.
CAPÍTULO X
1
CNCom, Sala A, 13/2/80, "Hierro Patagónico de Sierra Grande SA", LL,
1980-B-26.
2
CNCom, Sala A, 17/9/79, "Campos y Cía. SA c/Westend Argentina SCA",
LL, 1980-A-289.
SOCIEDADES CON PARTICIPACIÓN ESTATAL 641
1
Caballero - Sánchez Izquierdo, Régimen jurídico de las sociedades de ga-
rantía recíproca, p. 33.
646 TIPOLOGÍA
B) ADMINISTRADORAS DE FONDOS
DE JUBILACIONES Y PENSIONES
SOCIEDADES COOPERATIVAS
1
Althaus, Tratado de derecho cooperativo; Corvalán, Los principios coope-
rativos en el derecho positivo nacional, JA, 1995-III-833; Cracogna, Ocho años de
vigencia de la ley de cooperativas 20.337. Balance y perspectivas, RDCO, 1982-
55; Escuti (h.), La nueva ley de cooperativas, RDCO, 1974-17; Favier Dubois, Co-
operativas: fundamentos y régimen legal; Hendler, Las cooperativas y la ley de
defensa de la competencia, ED, 116-148; Kesselman, Sociedades cooperativas;
Stempels, Las agrupaciones de colaboración y las cooperativas, RDCO, 1983-895;
Favier Dubois (h.), Parte general, p. 44; Régimen de las cooperativas, "Doctrina
Societaria y Concursal Errepar", t. V, p. 67; Richard - Escuti (h.) - Romero, Manual
¡le derecho societario, p. 357; Torres y Torres Lara, Derecho cooperativo, p. 230.
672 TIPOLOGÍA
2
Favier Dubois (h.), Parte general, p. 44.
3
Seguimos en estos puntos las expresiones formalizadas en Richard - Escuti
(h.) - Romero, Manual de derecho societario, p. 357 y siguientes.
4
Torres y Torres Lara, Derecho cooperativo, p. 230.
5
Favier Dubois (h.), Régimen de las cooperativas. "Doctrina Societaria y
Concursa! Errepar", t. V, p. 67.
SOCIEDADES COOPERATIVAS 673
trabajo y el propio ente, e, igualmente, en una cooperativa de vi-
vienda, el acto cooperativo desplazará a las reglas de la compraven-
ta en la relación del socio con la entidad para la adjudicación del
inmueble.
En nuestro derecho se pueden conceptualizar estas sociedades
como de capital variable y de duración indefinida (art. 2o. inc. 1).
que se constituyen para atender necesidades de los socios, los cuales
reconocen su participación societaria con acciones nominativas de
igual valor, con transferibilidad restringida y libre retiro, con dere-
cho de voto por persona y no por la participación en el capital, y
que no asumen responsabilidad más allá de la efectiva integración
de las acciones que suscriben.
Están excluidas de la regulación de esta ley las cooperadoras
escolares de alumnos de menos de dieciocho años (art. 114, ley
20.337), siendo aplicables a algunas cooperativas los regímenes es-
peciales en función de su actividad (p.ej., actividad financiera: art.
115, párr. 6o, ley 20.337).
6
CXCom. Sala D. 20/5/96. "Lombardero, Julio C. y otro c/González, José E.
y otros s/sumarísimo". "Docirina Societaria y Concursal Errepar", t. VIII, p. 517.
SOCIEDADES COOPERATIVAS 675
7
Cl'CivCom BBlanca, Sala II, 19/4/83, "Cooperativa de Servicios y Obras
Públicas Ltda. de Puán c/Hernandorena, Rafael", ED, 104-483.
676 TIPOLOGÍA
8
CNCiv, Sala C, 14/5/85, "Stolartz, Mario c/Cooperativa de Vivienda Flores-
ta". LL. 1985-E-lll.
680 TIPOLOGÍA
in fine del art. 9o, que dispone "las firmas serán ratificadas ante ésta
o debidamente autenticadas", se refiere a las firmas del acta del art.
7o, firmada por todos los fundadores, y no solamente a las firmas de
los consejeros que registran las copias.
La segunda parte del art. 9o fija los plazos dentro de los cuales
la autoridad de aplicación deberá expedirse y determina que en ella
inscribirá a la cooperativa, produciendo su regularización y el cese
de la responsabilidad, según disponen los arts. 10 y 11 de la ley
20.337.
d) MODIFICACIONES. REGLAMENTOS Y SUCURSALES. Los arts. 12 a
15 de la ley 20.337 establecen las disposiciones para considerar re-
guladas las modificaciones, para lo cual se seguirá el mismo trámite
constitutivo, al igual que para ios reglamentos. En cuanto a las su-
cursales intervendrá el órgano provincial competente (art. 14), sin
perjuicio de la aplicación de la norma del art. 120, inc. l,,para las
sociedades constituidas con anterioridad a la vigencia de la ley.
La ley de sociedades es aplicable, según el art. 15 de la ley
20.337 a las cooperativas constituidas en el extranjero.
e) RECURSOS CONTRA DECISIONES ADMINISTRATIVAS VINCULADAS A LA RE-
GULARIZACIÓN DE LAS SOCIEDADES. El art. 16 regula el tema del epígra-
fe en forma similar a la prevista en la LSC, agregando un innecesa-
rio inc. 2 al art. 120, con la única diferencia de obligar a concurrir
a litigar ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso
Administrativo Federal de la Capital Federal. El sistema es con-
gruente con las previsiones del art. 103 de la ley 20.337, respecto
de la recurribilidad de determinadas sanciones que aplique la auto-
ridad de control.
' CCivCom Santa Fe, Sala I, 1/11/79, "El Hornero Soc. Col.", RepLL, 1981-
3049, n° 15.
SOCIEDADES COOPERATIVAS 683
10
CPCivCom BBlanca, Sala II, 19/4/83, "Cooperativa de Servicios y Obras
Públicas Ltda. de Puán c/Hernandorena, Rafael", ED, 104-483.
SOCIEDADES COOPERATIVAS 685
Entendemos que la exclusión debe fundarse en motivos explici-
tados en el estatuto o en el incumplimiento de los deberes y obliga-
ciones como socio o en actividades que obstaculicen el cumplimien-
to del objeto social, de deslealtad, de competencia, amén de los
incumplimientos particulares de quienes cumplan funciones en los ór-
ganos del ente social. Así, por imperio del art. 8o, inc. 6, deben
establecerse "las condiciones de ingreso, retiro y exclusión de los
asociados".
Tal decisión puede ser recurrida ante la asamblea "en todos los
casos" (art. 23, párr. Io in fine), como forma de paliar esa posible
discrecionalidad. Por imperio legal, el estatuto debe establecer
"los efectos del recurso", o sea, si éste es al solo efecto devolutivo,
produciendo efectos inmediatos la resolución del consejo de admi-
nistración, o si el efecto es suspensivo, manteniéndose la relación
asociativa en forma plena hasta la resolución de la asamblea.
Contra la decisión de ésta, cabe la acción prevista en el art. 62,
dentro de cuya concepción ingresa la de ilegitimidad incoada por el
asociado excluido que considera la resolución violatoria de las dis-
posiciones estatutarias que regulan su situación.
11
CNCiv, Sala C. 14/5/85, "Stolartz, Mario c/Cooperativa de Vivienda Flo-
resta", LL, 1985-E-l 11.
SOCIEDADES COOPERATIVAS 687
12
CNCom, Sala A, 16/5/80, "Cosecha Coop. de Seguros Ltda. c/Cis, Leandro
M. y otro", LL, 1981-C-375.
688 TIPOLOGÍA
13
SCBA, 20/9/94. "Cooperativa Agropecuaria Alberdi Ltda. c/Maraviglia, Luis
S. s/rendición de cuentas", "Doctrina Societaria y Concursal Errepar", t. VIII, p. 518.
SOCIEDADES COOPERATIVAS 689
reglamento, lo cual se explica porque la asamblea misma no pue-
de aprobar retroactivamente tales actos, que escapan a sus atribu-
ciones.
b) COMITÉ EJECUTIVO Y GERENTES. El estatuto o el reglamento
puede disponer la formación de un comité ejecutivo o directivo in-
tegrado por consejeros, forma más ágil de asegurar la actividad diaria
ordinaria. Es ésta una forma de asegurar unidad de criterio en un
pequeño comité integrado dentro del consejo de administración.
Este último está obligado a vigilar la actuación del comité ejecutivo,
pues su existencia no desliga de responsabilidad a los consejeros
(art. 71).
Otra forma de delegación ejecutiva es la designación de geren-
tes, resolución que puede adoptar el consejo, aunque nada disponga
el estatuto o el reglamento, con responsabilidad amplia de los ge-
rentes, que no excluye la de los consejeros. Los gerentes pueden
o no ser consejeros.
c) ASAMBLEAS: CLASES Y REQUISITOS. Las asambleas pueden ser or-
dinarias o extraordinarias (art. 47), siguiendo el criterio del antiguo
sistema argentino (Código de Comercio) en sus elementos determi-
nantes y apartándose del criterio de la especialidad que siguen los
arts. 234 y 235 de la LSC. La ley también regula la asamblea de
distrito o electorales al solo fin de designar delegados cuando el nú-
mero de asociados pase de cinco mil.
La asamblea general ordinaria, por tanto, es la que se reúne
dentro de un determinado plazo (cuatro meses), a partir del final del
ejercicio para tratar cualquier tema. Es una asamblea anual de ejer-
cicio.
Las que se reúnan en cualquier otra época del año, o aun dentro
de ese plazo que no considere el balance de ejercicio, cuando lo
disponga el consejo de administración, el síndico o por lo menos el
10% de los asociados, se considerarán extraordinarias.
O sea que cualquier tema puede tratarse en asamblea ordinaria,
con tal que se la realice dentro de los cuatro meses de cerrado el
ejercicio y en ella se estudie su documentación contable.
El art. 48 remite la forma de la convocatoria a lo que dispongan
los estatutos, imponiendo la comunicación a la autoridad de aplica-
ción y órgano local competente.
14
CNCom, Sala B, 12/5/78, "Márquez Pereyra, José c/Cooperativa de Provi-
sión para Industriales de Lavandina de la Capital Federal", ED, 81-382.
692 TIPOLOGÍA
15
SCBA, 20/9/94, "Cooperativa Agropecuaria Alberdi Ltda. c/Maraviglia, Luis
S. s/rendición de cuentas", "Doctrina Societaria y Concursa] Errepar", t. VIII, p. 517.
SOCIEDADES COOPERATIVAS 693
§ 435. BALANCES Y EXCEDENTES. RETIRO DEL CAPITAL. PÉRDI-
DAS. FONDO DE RESERVA. - Las cooperativas deberán llevar los libros
previstos por el art. 44 del Cód. de Comercio (diario y balance e
inventario), siendo aplicables los sistemas mecanizados previstos
por el art. 61 de la LSC, dada la remisión del art. 118 y por expresa
disposición del art. 38, párr. 2°, de la ley 20.337.
Además deberán llevar, por imposición del art. 38, el libro re-
gistro de asociados y los libros de actas de asambleas, de reuniones
del consejo de administración y del órgano de fiscalización, deno-
minado de "informes de auditoría".
Estos libros, como la autorización para llevar libros de hojas
móviles, deberán ser rubricados por el órgano local, informando a
la autoridad de aplicación, a fin de poder determinar la cantidad de
libros registrados.
16
SCBA, 20/9/94, "Cooperativa Agropecuaria Alberdi Ltda. c/Maraviglia,
Luis S. s/rendición de cuentas", "Doctrina Societaria y Concursal Errepar", t. VIH,
p. 518.
694 TIPOLOGÍA
17
CNFedContAdm. Sala III, 19/11/81, "Cooperativa de Provisión de Médicos
Radiólogos", BCNFed, III. nov. 1981, n° 277.
SOCIEDADES COOPERATIVAS 695
18
CFed BBlanca, 8/3/85, "Asociación Sureña de Empresas de Pompas Fúne-
bres de la Provincia de Buenos Aires", LL, 1986-A-629.
19 CNFedContAdm, Sala IV, 5/8/88, "Banco Alas Coop. Ltdo. c/Estado nacio-
nal. Ministerio de Economía", LL, 1990-C-575.
SOCIEDADES COOPERATIVAS 697
los arts. 113 y 117, de todos modos el art. 110, inc. 10, b, de la ley
20.337 exige, para la procedencia de la intervención judicial de la
sociedad cooperativa, que los órganos de ésta realicen actos o incu-
rran en omisiones que importen riesgos graves para su existencia.
La negativa por parte de la sociedad cooperativa a tratar en
asamblea la apelación deducida por quienes fueron suspendidos pre-
ventivamente en sus derechos societarios, más allá de los reparos
que merezca, no puede fundar la solicitud de intervención judicial
de la sociedad, solicitada por el INACyM, puesto que las facultades
que la ley 20.337 otorga a este organismo no lo autorizan a apartarse
de las disposiciones estatutarias y legales que exigen que la asam-
blea debe tratar sólo los puntos del orden del día20.
Las sociedades cooperativas están sujetas a una fiscalización
privada y a una pública; la primera establecida en la ley 20.337, y
la segunda emerge de la especial naturaleza de las sociedades coo-
perativas y, además, de la materia o servicio que prestan, a lo que
debe sumarse, si se trata de un servicio público originado de una
concesión21.
20
CNCom, Sala B, 18/2/80, "Instituto Nacional de Acción Cooperativa c/Co-
operativa de Almaceneros Ltda.", LL, 1980-C-94.
-1 C2"CivCom La Plata, Sala III, 28/4/81, "Cooperativa de Agua y Luz de Pi-
namar Ltda.", DJBA, 121-71.
PARTE TERCERA
CAPÍTULO XIII
CONCENTRACIÓN ECONÓMICA
A) INTRODUCCIÓN
1
Otaegui, Concentración. Reorganización. Grupos. Control (dominación),
p. 1.
700 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
2
Champaud, Le pouvoir de concemration de la société por actions, p. 166.
3
Galgano, Come construiré 1'impresa in economía di mercado, "Rivista delle
Societá", 1989-721.
CONCENTRACIÓN ECONÓMICA 701
Con la denominación uniones de empresas (sociedades) se
comprende una gama muy variada de concentración de empresas,
desde la concentración vertical, que une empresas (sociedades) de
objeto diferente, pero económicamente interesadas de modo sucesi-
vo y complementario en las diferentes fases del proceso de elabora-
ción y complementario en esas diferentes fases de un determinado
producto, hasta la concentración horizontal entre empresas de idén-
tica o análoga naturaleza que actúan en régimen de concurrencia en
la misma fase o momento del ciclo productivo; y tanto la concen-
tración de base contractual, establecida por medio de pactos o con-
venios que actúan de aglutinante entre las distintas empresas, como
las concertaciones en que el vínculo de unión sea de orden pura-
mente financiero, producidas mediante la participación de unas so-
ciedades en el capital de las otras, e incluso las uniones de carácter
personal conseguida por medio de la elección de administradores
comunes para las diferentes sociedades4.
En el fenómeno de la concentración societaria cabe distinguir5,
en razón de su problemática, por una parte a la unificación de so-
ciedades en una sola persona jurídica, o sea, a la fusión, y por otra
parte al agrupamiento de sociedades que mantienen sus personali-
dades jurídicas diferenciadas.
Dentro del agrupamiento societario se dan aquellos en los cua-
les varias sociedades coordinan parcialmente sus negocios, y los
agrupamientos en los que las administraciones de varias socieda-
des desarrollan una política común por existir vínculos de subor-
dinación.
El agrupamiento coordinativo configura una agrupación de so-
ciedades que puede aplicarse a distintas finalidades tales como las
siguientes.
1) La corregulación en el mercado cuyo arquetipo es el cartell
y conduce a la violación de la reglas antimonopólicas.
2) La cooperación, colaboración para el mejoramiento de las
estructuras empresarias, cuyo ejemplo en la ley argentina es la agru-
pación de colaboración empresaria (art. 367, LSC).
4
Uría, Teoría de la concentración de empresas, p. 315.
5
Otaegui, Concentración. Reorganización. Grupos. Control (dominación),
p. 2; a este autor seguimos en esta clasificación (las bastardillas nos pertenecen).
702 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
8
Palmero, Régimen de participación de las sociedades por acciones, en "Ano-
malías societarias", p. 131 y siguientes. También puede verse Kaller de Orchansky.
Nuevos enfoques, p. 257 y ss., especialmente p. 261, donde trata el art. 30 de la
LSC y su ámbito de aplicación.
9
Halperin. Sociedades anónimas, p. 669 y 670, cit. por Cabanellas de las Cue-
vas, El contrato de sociedad, t. 2, p. 200.
CONCENTRACIÓN ECONÓMICA 707
•'•n'dicos. v no sólo en l:^ n-i.-t:,•;.-,•aviones societarias, tiene l u ^ r H
disposición de una parte importante de los activos de una sociedad,
poniéndoselos fuera del control directo de ésta, sin que ello sea ilí-
cito o inválido, en tanto se respeten los límites que impone el objeto
de la sociedad. Además, de ser este argumento un fundamento vá-
lido del art. 30 de la LSC, no se advierte, porque no se lo extiende
a la participación en sociedades por acciones, o a la participación
de sociedades que no sean por acciones en otras sociedades. Ha-
llaría una aplicabilidad mayor respecto de la participación en socie-
dades por acciones, dado el menor poder de control que sus socios
tienen respecto de la conducta de los órganos.
Algunos actos (locaciones, licencias, ventas de fondos de co-
mercio, etc.), por exceder, en su caso, la mera administración de la
sociedad, requerirán la aprobación de la asamblea, pero no pueden
ser considerados nulos, como resultaría de la violación del art. 30
de la LSC.
b) Se subvierte el régimen legal de la fiscalización de la admi-
nistración, puesto que a la sindicatura o al consejo de vigilancia sólo
se participará el resultado de la explotación en la cual se participa.
Se aplican a este argumento las mismas críticas indicadas en rela-
ción con el expuesto en el punto a. Iguales limitaciones al control
de la sindicatura surgen cuando se dispone de cualquier forma de
una parte sustancial del activo o cuando se participa de sociedades
por acciones.
c) No podrán los accionistas ni los órganos de fiscalización co-
nocer la conducta de los administradores respecto de la otra socie-
dad en la que se participa, para apreciar su conducta y eventualmen-
te hacer valer su responsabilidad. No se advierte, sin embargo, qué
impide solicitar información sobre esta conducta, como sobre cual-
quier otra de los administradores relacionada con el activo social.
Además, las dificultades para controlar la conducta de los adminis-
tradores y el destino de los recursos societarios es mayor cuando
se participa de sociedades por acciones, participación que admite
la LSC.
d) Si la sociedad fuere socia o partícipe con responsabilidad
solidaria, la quiebra de la sociedad de la cual es socia provocaría la
suya propia. Las posibilidades de quiebra, sin embargo, surgen de
toda operación comercial en que compromete una parte sustancial
del activo societario o que ocasione un riesgo de penuria financiera.
708 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
10
Fargosi, Estudios de derecho societario, p. 80.
11
Ver al respecto el meduloso trabajo de Le Pera, Joint venture y sociedad,
p. 203 y siguientes.
710 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
12
Kaller de Orchansky, Nuevos enfoques, en "Anomalías societarias", p. 257.
13
Nissen. Ley de sociedades comerciales, p. 24.
CONCENTRACIÓN ECONÓMICA 711
14
Puede consultarse al respecto el t. I de las Actas del I Congreso de Derecho
Societario, La Cumbre, Córdoba, 1977.
15
El tema también fue motivo de preocupación de la comisión que elaborara
el Proyecto de reformas a la ley de sociedades comerciales (comisión designada por
res. M¡ 465/91, siendo sus integrantes los doctores Edgardo M. Alberti, Miguel A.
Araya, Horacio P. Fargosi, Sergio Le Pera, Héctor Mairal, Ana I. Piaggi y Efraín H.
Richard), previéndose en el art. 30: "Las sociedades anónimas y en comandita por
acciones no pueden formar parte de sociedades colectivas o de capital e industria,
ni ser socios comanditados" (p. 34).
712 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
B) PARTICIPACIÓN, VINCULACIÓN
Y CONTROL ENTRE SOCIEDADES
16
Aguinis - Carranza. La teoría del control frente a la legislación argentina,
RDCO, 1975-165 y siguientes.
rONCENTRACÍÓX ECOIÓVAC A 715
17
Como lo expresa Otaegui, Concentración societaria, p. 427.
716 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
18
Borgioli, Dirección unitaria y responsabilidad en la administración extra-
ordinaria, RDCO, 1986-509.
19
Muiño, ponencia presentada al VI Congreso Argentino de Derecho Socie-
tario y II Congreso Iberoamericano de Derecho Societario y de la Empresa, t. II, p.
953.
CONCENTRACIÓN ECONÓMICA 717
Se corresponde a que nuestro derecho - a diferencia de ordena-
mientos como el alemán o el brasileño- no recepta la posibilidad de
control de derecho externo, que deviene resultante de una contratación
cuya finalidad manifiesta es la creación de un grupo de sociedades.
b) CONTROL DE HECHO. Es el resultante de la influencia domi-
nante a que se refiere el art. 33, inc. 2; empero, en él es necesario
diferenciar lo siguiente.
1) INTERNO. Contenido en el inc. 2, parte Ia, cuando expresa:
"ejerza una influencia dominante como consecuencia de acciones,
cuotas o partes de interés poseídas".
En este caso, el control de hecho interno puede ser ejercido por
la minoría aprovechando el ausentismo en la asamblea; es la hipó-
tesis del controlante que detenta una cantidad de votos que resultaría
insuficiente en el caso de concurrencia de todas las tenencias accio-
narias (working control). Se ejerce también a través de los proxi-
fight, cuando los administradores adquieren el control empresarial
obteniendo la representación de los accionistas dispersos, y se per-
petúan en él en la medida que sigan consiguiéndola (management
control)20. Sobre este supuesto se pueden observar las subdivisio-
nes siguientes:
a) Que de ello resulte una prevalecencia de hecho, generando
mayoría en las asambleas ordinarias o reuniones sociales, por au-
sentismos o representaciones, lo que posibilitaría el ejercicio de in-
fluencia dominante, merced a la designación de los administradores.
b) Que sin tener esa mayoría, la posición de bloqueo en deci-
siones u otras formas de realizar acuerdos para obtener decisiones,
lleven por ese medio a ejercer influencia dominante.
2) EXTERNO. Contenido en el inc. 2, parte 2a, cuando expresa:
"ejerza una influencia dominante por los especiales vínculos exis-
tentes". El control de hecho externo resulta emergente de relacio-
nes contractuales y otros vínculos ejercidos por una sociedad direc-
tamente sobre otra o a través de otra sociedad interpósita. Aquí es
donde la detección del control deviene más difícil.
Finalmente, para la procedencia de este supuesto, resulta nece-
sario que se genere preordenamiento de la actividad del órgano de
;;
Lutter. Lo sviluppo del diritto dei gruppi in Europa, "Rivista della Societá",
19S1-667 y siguientes.
;:
La Suprema Corte de Ohio (Crosby v. Beam, n° 88-1516, Ohio Sup., Ct.
20/12/S9). se pronunció sobre la admisibilidad de una acción directa del socio de
minoría contra los accionistas de mayoría en una sociedad cerrada (closed corpora-
tiotü. La minoría reclamaba el pago del daño causado por las graves irregularida-
des cometidas por los socios de control, administradores y dirigentes de la sociedad,
tales como pago a sí mismos de compensaciones excesivas, uso de bienes de la so-
ciedad en provecho propio y actividad personal, pago con bienes de la sociedad de
las expensas personales. Los demandados opusieron la falta de acción, sosteniendo
que tal acción debía proponerse a través de la sociedad, en asamblea, y eventual-
mente ejercitar una acción derivada, o sea una acción individual en beneficio social.
Esta ultima posición fue recogida por la primera instancia, pero revocada por la
segunda instancia, acogimiento que fue confirmado por la Corte en el fallo que re-
ferirnos. La Corte argumentó que una sociedad cerrada permite a la mayoría de
control oprimir a la minoría, por ejemplo, con la no distribución de las utilidades o
pagándose a sí mismo compensaciones exorbitantes, privando a la minoría de opor-
CONCENTRACIÓN ECONÓMICA 721
Esto aparece en la legislación societaria argentina con dos no-
vedades: una original de la ley 19.550 de 1972. El art. 275 que
otorga la posibilidad de rechazar la extinción o transacción en torno
de la responsabilidad de directores, síndicos y gerentes, o lo que es
lo mismo cuestionar la aprobación de su gestión, por accionistas que
representen el 5% del capital social (no de los votos). La otra, en
[a reforma por ley 22.903. de 1983, a través de la modificación y
ampliación del art. 54.
Adviértase que no se exige que el 95% del capital apruebe la
gestión23, sino que se autoriza una oposición con real interés econó-
mico y seriedad, que habilita el ejercicio de la acción social de res-
ponsabilidad por la minoría. La cuestión debe ser entendida en su
total sentido: la posibilidad de que esa minoría promueva la acción
de responsabilidad, pues caso contrario se podría ver diluida con la
inteligencia de tener previamente que convocar a asamblea para au-
torizar la acción, e incluso impugnar la decisión contraria de la mis-
ma o aquella que por mayoría aprobó la gestión, para recién consi-
derarse habilitada la acción social de minoría24.
La imputación directa es lo prevenido por el art. 54 in fine, in-
corporado por la ley 22.903, que no tiende al resarcimiento de da-
ños, sino a considerar como directamente formalizado el negocio
también con la controlante. La acción de daños, más que en favor
de terceros, actuará en favor de la sociedad y los restantes socios.
El art. 54 de la LSC, en sus otros supuestos, incorpora formas de
indemnizar a la sociedad por el uso abusivo de los bienes o afectar
su interés social.
Respecto de la responsabilidad de los administradores de la so-
ciedad controlante y la dirección unitaria, al existir un abuso del
patrimonio de una sociedad controlada, se extiende a la controlante
pensarlos con los beneficios acercados (art. 54, párr. Io, LSC). Es
suficiente la mera comprobación del daño sufrido por la controlante.
No es esta la solución de la doctrina italiana que señala que no se
podrán aislar únicamente las operaciones desventajosas, sino que
se deberá tener en cuenta el cuadro general, a pesar de que, en con-
creto, esto puede resultar un tanto difícil.
La eventualidad de que los daños puedan ser de algún modo
resarcidos o compensados, en el curso del mismo ejercicio anual,
está previsto por el § 317 de la AktG, que regula la responsabilidad
de la dominante frente a las sociedades dominadas.
La jurisprudencia internacional reciente también se ha ocupado
del tema:
La Couri of Appeals for the Fifth Circuit, con fecha 29 de enero
de 1990. sostuvo que el recurso de la personalidad jurídica no puede
ser superado para afirmar la responsabilidad de la sociedad contro-
lante en relación a los costos relativos a la bonificación de un área
en la que actúa una sociedad totalmente controlada. Se sostuvo que
la Comprehensive Environmental Response, Compensation and Lia-
bility Act (CERCLA), cd. Superfund Law, no impone a la sociedad
controlante una responsabilidad directa por la violación de la ley
por la sociedad controlada totalmente, conforme pretendía el Depar-
tamento de Justicia. Éste había sostenido que en el sentido de la
Superfund Law una sociedad controlante es directamente responsa-
ble cuando sus dirigentes, administradores o dependientes participan
o controlan la actividad inherente a sustancias peligrosas. El De-
partamento sugería la adopción de un test (standard), a los fines del
superamíento del recurso de la personalidad jurídica se debía ase-
gurar "que la forma de la sociedad dotada de personalidad jurídica
no se resuelva en una alteración del standard de diligencia previsto
por la ley y en la imposición de los costos sobre el público". Como
control se toma también la adopción directa de parte de la gestión
de la controlada. Se citaban varios precedentes, como New York
c/Realty Corp., 759 F2d, 1032 (CA 2, 1985). Pero la Corte entendió
que la expresión de la ley owners or operators no permite compren-
der a la sociedad controlante, pues si el Congreso las hubiera que-
rido incluir lo hubiera hecho expresamente (¿positivismo?), por lo
que no es aplicable la regla del derecho societario común. La con-
trolada había respetado las reglas de la disciplina del funcionamien-
to de la organización societaria, manteniendo una contabilidad pro-
CONCENTRACIÓN ECONÓMICA 725
25
Corporate veil cannot be pierced to impose superfund liability on parent,
en Securities Regulation and Law Reporis, vol. 22, 2 feb. 1990, p. 158.
26
Guyon, Sommaires de jurisprudence. "Rev. Soc", 1990, p. 76; "Bull. Civ.",
I. n" 272, p. 180.
726 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
C) L A DENOMINADA INOPONIBILIDAD
DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA.
DESESTIMACIÓN DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA
27
Puig Brutau, traductor y comentarista de la obra de Serick, citando a As-
carelli, en Apariencia y realidad en las sociedades mercantiles, p. 265.
28
CNCom, Sala A, 27/2/78, "Astesiano", LL, 1978-B-195; CCivCom CdelU-
ruguay, 9/2/79, "Morrogh", LL, 1979-D-236; CNCiv, Sala C, 13/10/87, "Casaña,
Ofelia s/suc. testamentaria", ED, 128-191; en esta causa se dijo: "Corresponde repu-
tar ineficaz la forma societaria que se constituya para satisfacer fines o intereses
que excedan el que la disciplina normativa reconoce como legítima. Corresponde
dar valor a lo real sobre el velo de la personalidad jurídica, si las circunstancias del
caso constituyen vehementes presunciones que permiten concluir que la casaquinta
que legara la causante era de su propiedad y no de la sociedad anónima a la que fue
simuladamente aportada".
29
Otaegui. Desestimación de personalidad societaria, RDCO, 1971-137.
CONCENTRACIÓN ECONÓMICA 727
Ju
Menotti de Francesco, Persona giuridica, "Novissimo Digesto Italiano", t.
XII, p. 1035; Fargosi, Derecho y principios societarios, p. 25 y ss.; Dobson, El abu-
so de la personalidad jurídica, p. 90 y ss., Kelsen, Teoría pura del derecho, p. 127
y ss.; Le Pera, Joint ventare y sociedad, particularmente p. 163 y ss.; Richard, So-
ciedady contratos asociativos; ver además, del mismo autor, lo siguiente: V Reunión
Conjunta de Academias Nacionales de Derecho y Ciencias Sociales, Córdoba, oc-
tubre de 1986, sobre el tema Persona y derecho, "Anales de la Academia Nacional
de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba", t. XXV, p. 81; En torno a la perso-
nalidad jurídica de las sociedades, intervención en la VI Reunión Conjunta de Aca-
demias de Derecho, correspondiente a 1987, "Anales de la Academia de Córdoba",
t. XXVI, p. 510; ponencia a las XII Jornadas Nacionales de Derecho Civil, Barilo-
che, abril 1989, y publicación similar en "Revista Notarial del Colegio de Escriba-
nos de la Provincia de Buenos Aires", año 1989 Centenario, p. 207 y ss.; En torno
a la llamada inoponibilidad de la personalidad jurídica, "Doctrina Societaria y
Concursal Errepar", t. II, p. 541 y ss.; Persona jurídica, sociedad y contratos aso-
ciativos en la unificación de derecho privado, ponencia a la I Conferencia Interna-
cional sobre la Unificación, San Miguel de Tucumán, 22 al 24 de octubre 1987;
Personalidad y tipicidad, Jornadas Nacionales sobre Unificación de las Obligaciones
Civiles y Comerciales, organizadas por el Instituto Argentino de Derecho Comercial
y Colegio de Escribanos de la Capital Federal, Buenos Aires, 4/5 de diciembre de
1986; Tipicidad societaria. Tipología societaria y responsabilidad, ponencia en III
Congreso de Derecho Societario, Salta, octubre de 1982; disertación sobre aspectos
modernos del derecho societario, en reunión de Abogados del Banco de la Nación
Argentina, Córdoba 1989; La llamada inoponibilidad de la personalidad jurídica
en la ley de sociedades comerciales, en libro en Homenaje a Antonio Buteler Cáce-
res, junio de 1990; ponencias al I Congreso Iberoamericano de Derecho Societario
y de la Empresa, Córdoba, 1992, t. I, p. 7, 31, 190, 251, 273 y 464; t. II, p. 575 y
619; Negocios de participación, p. 35.
728 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
31
Art. 54, párr. 3 o [Inoponibilidad de la personalidad jurídica]. - "La actuación
de la sociedad que encubra la consecución de fines extrasoeietarios, o constituya un
mero recurso para violar la ley. el orden público o la buena fe o para frustrar dere-
chos de terceros, se imputará directamente a los socios o a los controlantes que la
hicieron posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios
causados". La redacción de la norma no es del todo feliz. En primer lugar, el
sujeto activo de las conductas previstas en ella en realidad no es la sociedad, tal
como pareciera surgir de su texto ("La actuación de la sociedad..."), sino que se
trata de una actuación de socio o controlante, a través de la exteriorización formal
societaria. En segundo lugar surge el interrogante de si las conductas tipificadas
(consecución de fines extrasoeietarios. viciación de ia ley, el orden público o la
buena fe y la frustación de los derechos de terceros) son las únicas que habilitan a
aplicar el instituto de la inoponibilidad societaria o si en otros casos se aplicaría
otro instituto. Y. por último, se presenta el problema de saber cuál es el efecto que
produce la aplicación de la norma, pues por un lado se habla de imputación directa
y, por el otro, de simple cargo de los efectos dañosos o perjuicios causados, lo que
implica una simple extensión de responsabilidad, lo que deriva en el cuestionamien-
to de saber si se trata de un problema de la inoponibilidad de la personalidad jurídica
o del tipo societario.
CONCENTRACIÓN ECONÓMICA 729
32
Richard, ¿Inoponibilidad de la personalidad jurídica?', ponencia al Congre-
so Iberoamericano de Derecho Societario y de la Empresa, t. II, p. 619.
33
Trabajos citados en nota 30.
34
Otaegui, Inoponibilidad de la personalidad, en "Anomalías societarias",
p. 81 y ss., en una destacada sistematización.
730 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
35
Le Pera, Cuestiones, p. 137.
36
La Court of Appeals for the Fifth Circuit, el 29 de enero de 1990, sostuvo
que el recurso de la personalidad jurídica puede ser superado para afirmar la res-
ponsabilidad de la sociedad controlante en relación a los costos relativos a la boni-
ficación de un área en la que actúa una sociedad totalmente controlada. A criterio
de la Corte, el superamiento del recurso de la personalidad jurídica debe ser limitado
a la situación en la que la forma de la sociedad personificada es usada como una
función preordenada a un fin fraudulento o al efecto de no incurrir en responsbilidad
personal (cfr. Corporate veil cannot be pierced to impose superfund liability on pa-
rent, en "Securities Regulation and Law Reports", vol. 22, 2 feb. 1990, p. 158 y
siguientes). Marzorati (h.), La teoría del disregard of legal entity a través de la
jurisprudencia norteamericana, RDCO, 1968-717.
37
CNCom, Sala A, 22/2/91, "Apalategui, Alberto H. c/sucesión D'Ángelo,
Roberto", ED, 141-645; aquí se sostuvo que ia ejecución fue mal dirigida contra el
ente, y acceder a la tramitación de los presentantes en la forma propuesta por el li-
quidador judicial importaría un indebido avance sobre una persona jurídica, ajena a
estos autos, la que si bien, en principio estaría conformada por personas físicas que
han tenido conocimiento y participación en los autos, es un ente diferenciado de
quienes la conforman y dotado de su propia personalidad. Ello así, resulta apresu-
rada la aplicación del art. 54 de la LSC, sin que existan pruebas concluyentes res-
CONCENTRACIÓN ECONÓMICA 731
ley 24.522, en otros casos de singular gravedad, se limita a generar
un supuesto de responsabilidad general, a través de la quiebra refleja
del controlante sin necesidad de estar en cesación de pagos. En
todos estos casos juega el principio de subsidiariedad por el estado
de cesación de pagos del fallido original.
Si bien, en principio, la persona jurídica está configurada por
personas físicas, es un ente diferenciado de ellas y dotado de su pro-
pia personalidad. Por ende, para que sea aplicable el art. 54 de la
LSC deben existir pruebas concluyentes respecto de las situaciones
excepcionales que dicho artículo contempla a fin de prescindir de la
personalidad jurídica
La desestimación, en sentido amplio, usada eufemísticamente,
o "inoponibilidad de la personalidad jurídica societaria" -en sentido
lato-38, no puede dejar de lado el principio de división o separación
de patrimonio, sólo aceptable para la desestimación de la persona-
lidad en sentido estricto, sino que -según nuestro criterio- puede
producir efectos diferenciados e independientes entre sí en el campo
societario, según los siguientes supuestos.
a) Imputación de ciertos actos no realizados directamente.
b) La extensión o asunción de responsabilidad39. Ese abuso se
genera en múltiples formas que es imposible reunir en normas o so-
luciones únicas, como las que -con buen criterio- intenta el art. 54,
párr. último, de la LSC, o aún mejor -sobre esta base- la reciente
ley uruguaya.
La doctrina viene ocupándose en forma creciente de esta nor-
ma40, particularmente cuando se abandonó el comentario doctrinario
45
Etcheverry, Formas jurídicas de la organización de la empresa, p. 30.
46
Etcheverry, Formas jurídicas de la organización de la empresa, p. 31.
47
Otaegui, Concentración societaria, p. 478.
48
Otaegui, Inoponibilidad de la personalidad, en "Anomalías societarias",
p. 107.
49
Nosotros, en ponencia indicada, y especialmente quienes explicitaron en
anteriores jornadas ese criterio: Bargallo - Favier Dubois (h.), Acreedores, imputa-
ción e inoponibilidad. Los acreedores frente a la imputación de activos por ino-
ponibilidad de la persona jurídica (lege lata): La imputación directa, total o parcial,
del activo de una sociedad al patrimonio de un socio o controlante, por declara-
ción de inoponibilidad en los términos del art. 54, párr. 3 o , de la LSC (modificada
por ley 22.903), no puede perjudicar a los acreedores sociales. A tal fin, con ca-
734 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
53
La posibilidad de acceder a la persona jurídica a través del controlante o
socio se denomina en la doctrina alemana "la desestimación contraria" (ungekehrter
durchgriffsafiung). La posibilidad de reconocer tal forma de desestimación ha sido
discutida en la doctrina, un sector (Drobnig, Haftungsdurchgriff bei kapitalge-
sellschaften, Frankfurt-Berlín, 1959, p. 70 y siguientes) sostiene que no hay motivos
para no acoger la desestimación contraria con los mismos requisitos y consecuencias
que la directa; para el sector mayoritario basta ver Grofgrobfld, Büanzrecht, p. 146,
y Glaubigerangfechtung und durchjgriff: das problem der lichtensteintschen Ans-
talt, p. 116 y 117; Móllers, Internationale Zustandisgkeit bei der Durchgriffshaf-
tung, p. 33.
54
Verón - Zunino, Reformas al régimen de sociedades comerciales, p. 51 y
ss.; Martorell, Los grupos económicos y de sociedades, p. 275 y ss.; Fargosi, Nota
sobre sociedades comerciales y personalidad jurídica, LL, 1988-E-796.
55
"La prescindencia de la persona jurídica sólo puede admitirse de manera
excepcional. Solamente cuando ha quedado configurado en abuso de la personali-
CONCENTRACIÓN ECONÓMICA 737
58
Richard, Nuevamente en torno de la llamada inoponibilidad de la persona-
lidad jurídica, "Doctrina Societaria y Concursa! Errepar", t. IV, p. 69 y ss., y los
otros trabajos allí citados; Fargosi, Notas sobre la inoponibilidad de la personalidad
societaria, LL, 1985-E-710.
59
Etcheverry, Análisis del sistema de invalidez e ineficacia en la ley de so-
ciedades comerciales, LL, 150-1101; Mosset Iturraspe, Contratos, p. 327; dice el
autor que "un negocio eficaz entre partes puede no serlo respecto de terceros o de
algunos terceros. La ineficacia establecida por la ley para proteger a terceros asu-
me el nombre de inoponibilidad", como ejemplo la enajenación de la cosa embar-
gada, arts. 736, 1174 y 1179 del Cód. Civil; Barbero. Sistema del derecho privado,
p. 632 y 633.
CONCENTRACIÓN ECONÓMICA 739
Otra opinión sostiene que la norma del art. 54, párr. 3 o , de la
LSC, hace referencia a la misma inoponibilidad que plasma el art.
23 de la LSC, cuando al regular el régimen sancionatorio de las so-
ciedades irregulares y de hecho establece que "los socios y quienes
contrataron en nombre de la sociedad quedarán solidariamente obli-
gados por las operaciones sociales, sin poder invocar el beneficio
del art. 56 ni las limitaciones que se funden en el contrato social*'.
Debemos advertir que la expresión inoponibilidad de la perso-
nalidad societaria es usada también muy latamente por la doctrina
europea para hacer responsables a administradores o socios de los
pasivos ante la insolvencia60.
La inoponibilidad también se podrá utilizar para ingresar den-
tro de la relación societaria con motivo de conflictos no sólo exter-
nos61, sino internos, frente a situaciones que hacen aparecer el uso
abusivo del organicismo societario. En estos supuestos también es-
taríamos, en principio, en inoponibilidad de la estructura, organiza-
ción o tipo societario, y no de la personalidad societaria advenida
con motivo de su organización.
60
Zeñati, Le produit de l'action en courblement du passif et la masse des
cráncieres, n° 213. En este sentido, no existe en el derecho argentino el principio
de subsidiariedad, es decir, para que la imputación jurídica se realice al socio o
controlante no es necesario que la sociedad se encuentre en estado de insolvencia.
61
Masnatta, Teoría de la penetración y doctrina clean hands, JA, 15-365;
Otaegui, Inoponibilidad de la personalidad, en "Anomalías societarias", p. 215; Et-
cheverry, Responsabilidad de la persona controlante, RDCO, 1968-579. Ver
CNTrab, Sala I, 21/10/86, "Pérez, Pablo y otro c/Escic SRL y otro"; aquí se esta-
bleció: "En caso de comprobarse la existencia de un abuso en la forma societaria,
deberá descorrerse el velo de su personalidad para penetrar en la real esencia de su
estrato personal o patrimonial y poner de manifiesto los fines de los miembros
cobijados tras la máscara". No hay duda que el efecto estará limitado a la inmu-
tabilidad, sin afectar los derechos de los terceros de buena fe acreedores de la so-
ciedad.
62
Una importante crítica sobre el punto, distinguiendo entre formas sociales
) las estructuras, tipos o modelos sociales, puede verse en Rojo, La sociedad anó-
nima como problema, RDM. n° 187-188, p. 7, siguiendo a Spada, La tipicitá delle
W>I-;'Í/Í['< y, más particularmente, a Fernández de la Gándara, La atipicidad; creemos
740 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
64
Le Pera, Cuestiones, p. 137.
65
Nuestra jurisprudencia ha sostenido en diversos fallos (CNCom, Sala B.
8/3/84, "Papelera Paisandú c/Lanín SA", LL, 1984-C-219; id., id., 6/12/82, "Cara-
bassa. Isidoro c/Canale y otra", LL, 1983-B-363; id., Sala D, 26/1/82, "Atalanta Cor-
poration c/Lanín SA") que la circunstancia de que una sociedad posea todas o casi
todas las acciones de otra, que dos sociedades sean dirigidas por los mismos direc-
tores o que constituyan un grupo económico o grupo de sociedades, no deben ser
consideradas las dos sociedades como una misma persona y, por lo tanto, no res-
ponden una de ellas por las obligaciones de la otra. Que la filial sea sólo una des-
centralización de la administración de la sociedad madre, no significa que la socie-
dad hija pierda el carácter de persona jurídica y su independencia patrimonial, a no
ser que esa dependencia viole el orden público o derechos de terceros, terceros éstos
que pueden ser los mismos socios.
66
Dobson, Lifting the veil, in four countries: the law of Argentina, England,
France and the Unites States, "The International and Comparative Law Quarterly".
vol. 35, año 1986.
742 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
67
En cambio es factor objetivo de atribución de responsabilidad la relación
de socio de hecho o socio oculto dentro de la hermenéutica de la actual ley de so-
ciedades, rechazado en el proyecto de reformas de la Comisión del Ministerio de-
Justicia, presentado en marzo de 1993.
CONCENTRACIÓN ECONÓMICA 743
68
Manóvil, ¿ "Imputación" al socio (o controlante), o "responsabilidad"? (A
propósito del art. 54, tercer párrafo, de la ley v como parcial réplica a una erudita
ponencia). Pero la norma del tercer párrafo del art. 54 es también operativa para
los supuestos en que el acreedor social persigue el cumplimiento de una obligación
contractual, que tal vez el socio o controlante hizo que la sociedad no pueda cumplir,
pero él sí. Ejemplo podría ser un contrato de suministro incumplido por la socie-
dad, cuando las mercaderías a suministrar las posee el socio o controlante. O si
este último determinó que, aunque la sociedad en apariencia cumpla la obligación,
el incumplimiento resulte configurado en cabeza del propio socio o controlante, co-
mo puede ocurrir con una obligación de no establecerse o de no competir.
69
Nuestros comentarios en el Congreso Argentino de Derecho Comercial,
1990, y luego en La Pampa en 1991, publicados en "Doctrina Societaria y Concursal
F.rrepar", de setiembre de 1991. p. 252 y 268. que se apartaron de los comentarios
sobre el standard jurídico introducido en el art. 54 de la LSC para ingresar en el
análisis de sus efectos, no siempre fueron debidamente interpretados -sin duda por
mi defecto en nuestra comunicación-, como ocurre con Otaegui (en el citado trabajo
en Anomalías societarias) al que contestamos en el Congreso Iberoamericano, t. II,
p. 619. sin saberlo también a Manóvil. conforme ponencia ya referida que publicado
en el t. II, p. 641, sosteniendo nosotros que "la supuesta imputación directa implica
ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
73
CSJN, 26/2/85, "Kellogg's Argentina SA c/Gobierno de la Nación", LL,
1985-B-414.
750 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
74
CApelCivCom BBlanca, Sala I, 29/8/86, "Bizco de Río Negro y Neuquén
c/Erlij, Ricardo L. y otro", RDCO, 1987-266.
752 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
77
Ponencia de Manóvil, ¿"Imputación" al socio (o controlante), o "respon-
sabilidad"? (A propósito del art. 54, tercer párrafo, de la ley y como parcial réplica
a una erudita ponencia). El art. 54, párr. 3 o , de la LSC establece la imputación
directa de los actos de la sociedad a quienes generaron la situación objetiva incri-
minada, como extensión de la imputación a la sociedad. Esta última permanece
inalterada, salvado el caso de incompatibilidad lógica de una doble imputación, en
que habrá traslado de la misma. Además, la norma estatuye una responsabilidad
ilimitada y solidaria por los perjuicios causados. Esta última no está sola, ni fun-
damentalmente dirigida al caso excepcional que existan perjuicios adicionales a re-
parar a favor de quien obtiene la extensión o el traslado de la imputación, sino a la
protección de quienes, siendo otros terceros, sufran perjuicio por las consecuencias
de la aplicación principal de la norma. En otras palabras protege a quienes se per-
judican por el traslado de la imputación al socio o controlante.
78
Richard. El "buen hombre de negocios" y el "plano de empresa", "Doctri-
na Societaria y Concursal Errepar", t. V, p. 337.
756 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
79
CNCom, Sala A, 9/8/79, "Zamora Ventas SRL c/Técnica Comercial Hoy
SA", LL, 1980-C-27, y ED, 85-488.
80
JComCap, nG 10, firme, 13/9/79, "Ambogena SA -hoy Arroyo del Medio-
s/quiebra", LL, 1980-A-116.
CONCENTRACIÓN ECONÓMICA 757
81
CNFedCivCom, Sala I, 29/4/83. "Llauró Hnos. Propiedades SA c/Llauró,
Marcos J. y otro", LL, 1983-D-168.
758 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
82
CNCom. Sa!a B. 6 \Z. >2. "De Caiabassa, Isidoro c/CanaJe SA y otra". LL,
1983-B-362: JA. 9SMI-5- 0 . > ED. 10M65.
83
CNCom. Sa!a A. i í 2 >_\ "Borlo. Pedro y Asociados c/Aguirre Pinasco SA";
id., id., 21/12/S5. "Miana-ie. Jaaoro o Daniel Chait y Ames SA".
CONCENTRACIÓN ECONÓMICA 759
distinguirla de otras relaciones, y la tipicidad societaria, o sea, al
tipo social elegido para la relación societaria.
También se debe diferenciar entre la naturaleza de sujeto de
derecho de las sociedades, en sentido estricto, del negocio constituti-
vo de la sociedad, cuya naturaleza es contractual si actúan dos o más
partes, pero puede derivar su constitución de un negocio unilateral.
Al tratar efectos de la naturaleza jurídica se debe discernir entre
efectos derivados de la naturaleza del negocio constitutivo de socie-
dad y de la personalidad jurídica de la sociedad.
El punto es importante, pues al separar la relación contrato de
sociedad, en el negocio constitutivo y en el ente personificado que
de éste resulta, se encontrará allanado el camino a entender la de-
claración unilateral, colegial o individual, como generadora de un
ente personificado; que los efectos de la nulidad no son distintos
sobre el negocio constitutivo que los de la teoría general (nulidad
absoluta con efectos ex tune), pues sólo en relación al ente personi-
ficado obra como causal de disolución. Y también se comprenderá
con el criterio unicista en torno de la personalidad y sus diferen-
cias con sistemas continentales, que la desestimación de la perso-
nalidad o la inoponibilidad de la personalidad en nuestro derecho
sólo se refieren a vicios del negocio constitutivo (afectación a la
legítima o a la sociedad conyugal) que, en el mejor de ¡os casos,
pueden actuar -cuando existen- para afectar ese negocio, pero sin
alterar la relación ente personificado-terceros de buena fe que se re-
girá por los principios generales y, en el peor de los casos, operando
como causal de disolución o de escisión -resolución parcial o dis-
minución voluntaria de capital social-. En otros supuestos, esa
inoponibilidad de la personalidad jurídica e imputación directa por
el uso abusivo del medio técnico que señala el art. 54, parte última,
de la LSC, determina una imputación aditiva al controlante socio o
no socio, implicando una extensión de responsabilidad, que no altera
la imputabilidad a la sociedad que luego pueda reclamar los daños
causados a aquél.
Cabe apuntar, en torno de la inoponibilidad, que la noción de
desestimación se puede corresponder a una modalidad o factor de atri-
bución de responsabilidad a quien no la tiene por el negocio socie-
tario: socio, administrador, controlante socio o no. Pero al mismo
tiempo no sólo implica la responsabilidad por los daños causados,
sino más importante aun la imputabilidad del acto en forma aditiva,
760 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
CONTRATOS DE COLABORACIÓN
A) INTRODUCCIÓN
1
Una cuestión a dilucidar es si son sinónimos esos términos o alguno de ellos
es englobante del restante. Además, la confrontación puede hacerse entre géneros
(contrato de cambio con contrato de colaboración, etc.), o bien entre un género y
una especie (contrato de cambio con los plurilaterales, asociativos, etc.); ver Fariña,
Tratado, p. 41; el autor define sintéticamente la posición; según la teoría neocon-
tractualista caben los contratos en dos grandes grupos: los contratos de cambio y
762 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
5
Spota, Instituciones. Contratos, t. I, p. 115. Puede confrontarse también
la doctrina extranjera sobre el punto: Messineo, Manual, t. IV, p. 535; y Doctrina
general del contrato, p. 33 y siguientes.
764 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
6
Betti, Teoría genérale delle obbligazioni, t. III, p. 81 y ss., cit. por Spota,
Instituciones. Contratos, t. I, p. 115.
7
Uría, Derecho mercantil, p. 377.
CONTRATOS DE COLABORACIÓN 765
8
Broseta Pont, Manual, p. 323.
766 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
9
Conf. Richard, Contratos de colaboración y asociativos: clasificación y efec-
tos, t. I, p. 31, en libro de ponencias del Congreso Iberoamericano de Derecho So-
cietario y de la Empresa, Huerta Grande, 1992, y los otros trabajos allí citados.
10
Conf. Cazeux - Trigo Represas, Derecho de las obligaciones, p. 53.
11
No entramos aquí en las diferencias entre contratos asociativos; conf. Mes-
sineo, Manual, t. IV, p. 535, y Spota, Instituciones. Contratos, t. I, p. 115.
12
Puede no ser idéntica la caracterización de contratos asociativos o de par-
ticipación, pudiendo distinguirse: a) contratos en participación (Richard, Sociedad
y contratos asociativos, p. 135), donde la participación es esencial y donde ¡as partes
asumen internamente similar posición, y b) de aquellos con participación, donde
ésta no es la esencia, sino que configura una de las prestaciones o la contraprestación.
13
Malagarriga, En torno al concepto de sociedad comercial, RDCO, 1969-
561.
CONTRATOS DE COLABORACIÓN 767
ciones, cooperativa); a estos reservamos nosotros la denominación
de contratos asociativos para evitar confusiones por la vinculación,
en nuestro derecho de la personalidad a las relaciones asociativas
reconocidas (art. 33, inc. 2o, Cód. Civil)14.
En esta clasificación, el señero es el de los contratos de colabo-
ración, contrapuesto a los otros géneros conforme las funciones eco-
nómicas, entre ellos los de cambio, aunque las diferencias no son
- >MH:IS con los de colaboración sin finalidad común, pues respon-
den evidentemente a diversas técnicas clasificatorias: función eco-
nómica y social, por las prestaciones.
Dentro de ese género, las expresiones asociación y sociedad
deben atender a una realidad normativa: que dentro de nuestro de-
recho todas las asociaciones y sociedades son personas jurídicas.
Rl contrato constitutivo de sociedad o de asociación será una especie
dentro de los contratos de colaboración, en la subespecie de los con
finalidad común15, apareciendo - a su vez- dentro de ella una serie
de figuras particulares (asociación, cooperativa, sociedad, mutual).
La sociedad o asociación requiere una organización y que, a su
se/, se genere personalidad jurídica, lo que ocurre en nuestro dere-
cho cuando asumen una relación societaria, sea típica o de hecho;
aparece así vinculada al recurso técnico de la personalidad, que jun-
to a otros recursos técnicos como lo son los privilegios, los centros
imputativos o los patrimonios de afectación, configuran parte de la
hatería de recursos con que cuenta el legislador para asegurar los
intereses que intente tutelar.
14
En igual sentido, Fariña, Contratos comerciales modernos, p. 743; el autor
lus denomina contratos asociativos en sentido propio.
15
Fargosi, Sobre la naturaleza del acto constitutivo de las sociedades, RDCO,
l%X-266; aquí expresa: "Nace así la teoría del contrato de organización, o asocia-
n\o. o plurilateral tal como genéricamente lo denominara Ascarelli y lo hace el Có-
<lii:;> Civil de 1942. Sin embargo, nosotros creemos que la denominación debe ser
m.mtenida. dado que expresa un valor entendido y su reemplazo provoca no pocas
hesitaciones; se quiso hablar de contrato con prestaciones plurales convergentes,
¡nnbién de colaboración y de contrato asociativo, pero sin que se lograra cubrir la
totalidad de las críticas".
768 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
16
Siempre que se pueda lograr la finalidad común (art. 16, LSC); ver Bru-
netti, Tratado, t. I, p. 135; Wathelet, Naturaleza del acto constitutivo, en "Estudios
de sociedades comerciales en homenaje a Carlos Zavala Rodríguez", t. I, p. 145 y
siguientes.
17
Colombres, Curso. Parte general, p. 26.
18
Sobre el punto puede verse otra ponencia al I Congreso Iberoamericano de
Derecho Societario y de la Empresa y V Congreso de Derecho Societario, sobre la
sociedad unipersonal.
CONTRATOS DE COLABORACIÓN 769
19
La ley uruguaya ha superado esta cuestión, no conteniendo norma alguna
limitativa en similar sentido. La doctrina que interpretaba al art. 30 de la LSC co-
mo alcanzando a la sociedad en participación dentro de la prohibición, mezclaba
sistemas: el alemán, donde el concepto amplio de sociedad abarcaba al negocio en
participación, introduciéndolo en el sistema argentino que concibe la sociedad con
un concepto estricto, siempre personificado.
20
Ascarelli, Teoría del contrato plurilaterale, en "Saggi giuridici", p. 259 y
sisuientes.
CONTRATOS DE COLABORACIÓN 773
21
Ascarelli, Teoría del contrato plurilaterale, en "Saggi giuridici", p. 27i.
774 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
22
Brunetti, Tratado, t. I, p. 37; Fariña, Tratado, t. I, p. 94.
776 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
23
Siburu, Comentario al Código de Comercio argentino, t. IV, n° 1062, p.
227, cit. por Fariña, Tratado, t. I, p. 97.
CONTRATOS DE COLABORACIÓN 777
24
Messineo, Manual, t. VI, p. 10; Fariña, Tratado, t. I, p. 98.
778 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
25
Uría, Derecho mercantil, p. 96.
26
Halperin, Sociedad anónima, sociedad en participación y joint venture,
RDCO, 1973-139; Fontanarrosa, La sociedad accidental y en participación, JA, doc-
trina 1970-653.
27
CNCom, Sala B, 5/8/91, "Rivero, Rubén c/García, José R. s/sumario", "Doc-
trina Societaria y Concursal Errepar", t. V, p. 95.
28
Stempels, Las agrupaciones de colaboración v las cooperativas, RDCO,
1983-895.
780 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
29
Cfr. Messineo, Manual, t. VI, p. 10.
30
El art. 2606 del Cód. Civil italiano establece como característica del con-
sorcio una organización común, y por ello la existencia de comunes mandatarios de
los consorciados a los que se conferirán misiones en relación con la disciplina
de las actividades económicas consideradas. El contrato se propone, organizando
una preexistente comunidad de intereses entre las partes, facilitar el éxito de la ac-
tividad individual de cada una, y permitir así a cada una realizar un beneficio mayor
o evitar una pérdida; no conseguir, como en la sociedad, a través de una actividad
común, beneficios después repartibles entre los socios (Ascarelli, Teoría de la con-
currencia y de los bienes inmateriales, p. 104).
31
Bell, Principios de derecho escocés, 1839, cit. por Taubman, The joint ven-
ture and tax classification; define el autor la joint adventure como una partnership
782 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
32
En contra en una posición netamente minoritaria, Fariña, Tratado, t. TV,
p. 225, para quien conforme los diversos elementos que presenta una agrupación de
colaboración le otorgan el carácter de sujeto de derecho pese a la negación del art. 367
de la LSC.
784 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
33
O sea, formas empresariales extranjeras; ver Etcheverry, Notas preliminares
sobre grupos de empresas y contratos de colaboración, ED, 106-886, previo cum-
plimiento de lo dispuesto por el art. 118, párr. 3 o , de la LSC.
34
Cfr. Guyénot, La práctica de los grupos de interés económico, RDCO, 1975-
189; y La práctica de los grupos de interés económico: el objeto del contrato de
grupo, los aportes en medios efectuados por los miembros, LL, 1983-C-1083.
CONTRATOS DE COLABORACIÓN 789
a) El objeto de la agrupación.
b) La duración que no podrá exceder de diez años, pudiendo
ser prorrogada antes de su vencimiento por decisión unánime de los
participantes, y en caso de silencio sobre el plazo de duración se
entenderá que el contrato es válido por diez años.
c) La denominación que se formará con un nombre de fantasía
integrado con la palabra agrupación.
d) El nombre, razón social o denominación, el domicilio y los
datos de la inscripción registral del contrato o estatuto o de la ma-
triculación e individualización en su caso, que corresponda a cada
uno de los participantes. En caso de sociedades, la relación de la
resolución del órgano social que aprobó la contratación de la agru-
pación, así como su fecha y número de acta.
e) La constitución de un domicilio especial para todos los efec-
tos que deriven del contrato de agrupación, tanto entre las partes
como respecto de terceros.
f) Las obligaciones asumidas por los participantes, las contri-
buciones debidas al fondo común operativo y los modos de financiar
las actividades comunes.
g) La participación que cada contratante tendrá en las activi-
dades comunes y en sus resultados.
h) Los medios, atribuciones y poderes que se establecerán para
dirigir la organización y actividad común, administrar el fondo ope-
rativo, representar individual o colectivamente a los participantes y
controlar su actividad al solo efecto de comprobar el cumplimiento
de las obligaciones asumidas.
i) Los supuestos de separación y exclusión.
j) Las condiciones de admisión de nuevos participantes.
k) Las sanciones por incumplimiento de obligaciones.
1) Las normas para la confección de estados de situación, a cuyo
efecto los administradores llevarán, con las formalidades estableci-
das por el Código de Comercio, los libros habilitados a nombre de
la agrupación que requieran la naturaleza e importancia de la acti-
vidad común.
Un arduo tema se plantea en torno de las consecuencias de la
falta de registración a los efectos de la oponibilidad a terceros del
790 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
35
Otaegui, De los contratos de colaboración empresario, RDCO, 1984-173.
36
Anaya, La autonomía privada en los contratos de colaboración empresaria,
ED, 123-383.
CONTRATOS DE COLABORACIÓN 791
pantes, siendo de aplicación el art. 221 del Cód. de Comercio. En
caso de ser varios los administradores y si nada se dijera en el con-
trato, se entiende que pueden actuar indistintamente.
No podemos hablar estrictamente de un órgano de administra-
ción, debido a la naturaleza contractual no personificante de esta
figura toda, por cuya razón las facultades del administrador de la
agrupación quedan comprendidas en la sistemática del art. 221 y ss.
del Cód. de Comercio y, por ende, de la aplicación subsidiaria de la
normativa del Código Civil; se trata en la especie de un mandato
representativo.
El art. 371 organiza la administración de la agrupación en per-
sonas físicas, a diferencia de las uniones transitorias de empresas,
para las que establece la figura del representante como mandatario
de designación imprescindible (art. 378, inc. 3 y concs., LSC)37.
Esto demuestra claramente, un vez más, que estas últimas están es-
tructuradas para actuar en el mercado y por eso tienen un repre-
sentante con facultades para obligar a los integrantes de la misma y
que ocurre lo contrario en las agrupaciones de colaboración. En
éstas, lo importante es el modo en que se han de dirigir o adminis-
trar, sin ánimo de lucro, los asuntos comunes (internos) entre los
miembros; lo accesorio y ocasional será que los administradores re-
presenten a la agrupación para la realización de los actos necesarios
para cumplir su objetivo.
37
En opinión de Zaldívar - Manóvil - Ragazzi, Contratos de colaboración em-
presario, p. 157.
792 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
38
Segal - Elkin, Los instrumentos jurídicos de colaboración empresario en el
derecho argentino, RDCO. 1984-149.
CONTRATOS DE COLABORACIÓN 793
§ 480. ESTADO DE RESULTADOS. CONTABILIDAD DE LOS RESULTA-
DOS. - Los estados de situación de la agrupación deberán ser some-
tidos a decisión de los participantes dentro de los noventa días del
cierre de cada ejercicio anual.
Los beneficios o pérdidas o, en su caso, los ingresos y gastos
de los participantes derivados de su actividad, podrán ser imputados
al ejercicio en que se produjeron o a aquel en que se hayan aprobado
las cuentas de la agrupación.
39
Otaegui, De los contratos de colaboración empresario, RDCO, 19S3-861.
794 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
C) U N I O N E S TRANSITORIAS DE EMPRESAS
40
Otaegui, De los contratos de colaboración empresario, RDCO, 1983-861.
CONTRATOS DE COLABORACIÓN 795
continental, siendo conocida en Bélgica, España, Francia e Italia, no
presentando las características residuales de los joint ventares.
41
Cassagne, Los consorcios o uniones transitorias de empresas en la contra-
tación administrativa, ED, 106-787.
796 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
42
Colombres, Curso. Parte general, p. 143 y ss., cit. por Zaldívar, Uniones
transitorias de empresas, LL. 1984-B-919.
798 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
43
Litisconsorcio necesario llamado también cualificado o especial, puede ser
caracterizado normativamente señalando que "cuando la sentencia no pudiere pro-
nunciarse útilmente más que con relación a varias partes, éstas habrán de demandar
o ser demandadas en un mismo proceso" (art. 89, párr. Io, Cód. Proc. Civil y Com.
de la Nación). Ver González. La pluralidad en el proceso civil y comercial, p. 75.
J4
CNCom. Sala C. 22/8/96. "Clínica Bazterrica SA c/Sanatorio Anchorena
SA s/ordinario".
45
Kronke. Codificación del derecho especial y codificación general del dere-
cho privado desde el punto de vista del derecho comparado, RDCO 1990-A-146, en
particular p. 157.
CONTRATOS DE COLABORACIÓN 799
Las relaciones de organización imponen recurrir a ciertas téc-
nicas. La personificación es un recurso de unificación de las impu-
taciones. El litisconsorcio necesario, activo o pasivo, asegura la
unidad de las declaraciones jurisprudenciales que pudieran vincu-
larse. La oponibilidad de la sentencia contra la sociedad a los so-
cios (art. 56, LSC) previene en la misma cuestión -suplantando y
superando la solución consorcial- y es un efecto de la técnica de
personificación que el legislador ha considerado conveniente expli-
citar.
En el caso de la unión transitoria de empresas no hay solidari-
dad, pues "salvo disposición en contrario del contrato, no se presu-
me la solidaridad de las empresas por los actos y operaciones que
deban desarrollar o ejecutar, ni por las obligaciones contraídas fren-
te a terceros" (art. 381, LSC), pese a las múltiples modalidades que
pueden unir las actividades comunes, que resultan del contenido del
contrato, a través de "las obligaciones asumidas, las contribuciones
debidas al fondo común operativo y los modos de financiar o sufra-
gar las actividades comunes, en su caso" (art. 378, inc. 6, LSC). La
unión transitoria de empresas en sí misma es irresponsable, pues no
es sujeto de derecho46.
En la relación contractual debe distinguirse entre las diversas
actividades que cumple cada, partícipe en la continuidad de sus pro-
pias relaciones, de las relaciones derivadas de la funcionalidad de
la unión transitoria de empresas: "reunirse para el desarrollo o eje-
cución de una obra, servicio o suministro concreto" (art. 377, LSC).
En relación a estas últimas parece necesario conceder cierta sub-
jetividad, cual es reconocer la condición de parte de los integrantes
de la unión transitoria de empresas, pero sin otorgar personalidad a
la relación contractual. Y ello es lograble por la aplicación de la
técnica jurídica litisconsorcio necesario generada "por la propia na-
turaleza de la cuestión controvertida"47. De allí que la ley exija "la
constitución de un domicilio especial para todos los efectos que de-
riven del contrato de unión transitoria, tanto entre las partes como
respecto de terceros" (art. 378, inc. 5, LSC).
46
Zaldívar - Manóvil - Ragazzi. Contratos de colaboración empresaria, p. 179,
en el que no se trata un supuesto como el resuelto jurisprudencialmente.
47
Ravelli, Acerca del litisconsorcio necesario, LL, 135-277.
800 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
48
CNPaz, Sala II, 10/5/68, "Rumolino, Sebastián c/Maycen, Berta y otros",
LL, 135-277.
•>9 CNPaz Sala II, 27/7/65, LL, 120-486.
CONTRATOS DE COLABORACIÓN 801
sibles con los terceros con quienes contrata, no parece posible que
cada integrante pueda ser demandado independientemente de los res-
tantes dada la unidad de gestión de los negocios comunes. De ahí
que las controversias suscitadas con los terceros con quienes la unión
contratare, resulta común a todos ellos, no pudiendo, por tanto y
útilmente, dictarse sentencia sin la intervención de la totalidad de
sus miembros (art. 89, Cód. Proc. Civil y Com. de la Nación)"50.
Hay demandas que no pueden proponerse sino al mismo tiempo
por varios o contra varios, de manera que si la demanda es propues-
ta por uno solo o contra uno solo, la sentencia debe ser declarada
imposible5'.
El supuesto de la unión transitoria de empresas no se encuentra
citado dentro de las obras tradicionales como litisconsorcio, ni tam-
poco lo hemos localizado en fallos anteriores al referido. El pro-
blema, como hemos subrayado, no se genera en la práctica por el
grado de subjetivización logrado por medio del representante de los
miembros de la unión transitoria de empresas.
Quizás en un purismo no se trate de un litisconsorcio necesario
típico, sino del llamado anómalo o cuasiobligatorio52. En el litis-
consorcio anómalo, los diversos sujetos no están unidos por una sola
relación sustancial, pero un acto o hecho los vincula, inescindi-
blemente, al interés del sujeto contrario. El litisconsorcio nace
como consecuencia de la unidad lógica y jurídica del acto en aná-
lisis53.
Detectada la existencia de una relación justificante de un litis-
consorcio necesario, ésta puede ser introducida como defensa excep-
tio plurium consortium54, ante el reclamo individual o generada la
integración de oficio para que la definitiva decisión pueda pronun-
50
La primera instancia había rechazado la pretensión de la actora de aplicar
el párr. 2o del art. 133 de la ley de concursos 24.522, de prosecución de la causa
ante el tribunal de la quiebra de uno de los partícipes.
51
González, La pluralidad en el proceso civil y comercial, p. 71.
52
Que en términos generales debe ser regulado como el litisconsorcio nece-
sario y se da en los casos en que la falta de integración puede llevar a la declaración
absurda de que un acto es, a la vez, válido y nulo (CNCiv, Sala C, 2/7/81, ED,
96-304; González, La pluralidad en el proceso civil y comercial, p. 76).
53
González, La pluralidad en el proceso civil y comercial, p. 76.
54
González, La pluralidad en el proceso civil y comercial, p. 76.
55
Ver nuestros trabajos sobre relaciones de organización, presentadas en los
últimos congresos, encuentros o jornadas de derecho societario o de institutos de
derecho comercial.
CONTRATOS DE COLABORACIÓN 803
56
Puede verse la cuestión en mayor extensión, en nuestra Organización aso-
ciativa, p. 91 y siguientes.
57
Richard, De la sociedad en general, en "Lecciones preliminares de derecho
societario y de seguros", p. 35 y siguientes.
804 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
58
Richard, Representación y relaciones de colaboración exorbitadas, p. 257
y siguientes.
59
Cfr. Marchetti, Las uniones transitorias de empresas y su consideración
como sujetos pasivos del impuesto al valor agregado, "Doctrina Tributaria Errepar",
CONTRATOS DE COLABORACIÓN 805
actuación bajo el supuesto contractual, configurando una verdadera
relación societaria atípica o de hecho60.
La atribución de la existencia de una sociedad de hecho comer-
cial a la unión transitoria de empresas resultaría ser un recurso de
desestimación de la personalidad del contratante para atribuirlo a
otro ente, la sociedad de hecho, actitud de la que resulta de una im-
postación de personalidad a un supuesto en que no existe ningún
elemento de publicidad formal (registración o escritura), alterando
así la posición entre acreedores individuales y la de aquellos que se
les califique de acreedores sociales.
Se trata del uso de la representación y personalidad jurídica,
para atribuir: a) responsabilidad ilimitada y no subsidiaria no sólo
al que contrató, sino a socios ocultos o meros partícipes, cuya con-
ducta no genera ningún factor de atribución de responsabilidad sub-
jetiva ni objetiva, contrariando el principio de derecho civil, y b)
determinando preferencias sobre un centro imputativo generado so-
bre los bienes afectados a la actividad. Tal solución merece pro-
fundos reparos jurídicos.
El legislador impositivo respeta la caracterización que ha for-
mulado la LSC, negando personalidad a esos contratos de colabo-
ración con finalidad común. Pero las normas impositivas prevén
frente a la falta de respeto de los partícipes de esos contratos a las
normas de fondo. En efecto, las zonas grises generadas en el de-
recho argentino al asociacionismo de segundo grado, a los riesgos
de formalizar negocios de participación atípicos e incluso socieda-
des accidentales, ha hecho que muchos contratantes exorbiten los
límites operativos de los contratos de agrupación o de unión transi-
toria de empresas, procediendo a actuar como sujeto de derecho, re-
gistrando bienes a nombre de la agrupación en vez de a nombre de
los partícipes, como propiedad en mano común sometida a la fun-
cionalidad del contrato, o a otorgar factura por la unión transitoria
61
Richard, Personalidad de las sociedades civiles y comerciales, RDM, n° 193-
194, p. 851.
808 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
62
Richard, Negocios en participación, p. 15.
63
Gual Dalmau, Las cuentas en participación, p. 5 y siguientes.
CONTRATOS DE COLABORACIÓN 809
El joint ventare no es más que una aventura en común que pue-
de tener manifestación en una forma contractual {unincorporated
joint venture o contractual joint venture), o en una formulación so-
cietaria (incorporated joint venture o joint venture Corporation)64.
La aventura o el riesgo en común que se decida enfrentar en
forma contractual no siempre encuentra su desarrollo en el marco
concreto de una agrupación de colaboración empresaria o de una
unión transitoria de empresas, y se descarta en general la sociedad
accidental o en participación por las discrepancias doctrinarias so-
bre si son alcanzadas por el art. 30 de la LSC y, por tanto, prohibidas
a las sociedades por acciones.
La problemática se torna compleja y se agrava aún más en cuan-
to se considere que contratos de colaboración empresaria típicos ex-
ceden los marcos regulatorios del derecho argentino -lo que se con-
templa en la práctica diaria y, por ello, que son aplicables las normas
fiscales como si fueran personas jurídicas- lo que implicaría que
deberían ser conceptualizados, conforme a las mismas apreciaciones
ya formuladas, como sociedad atípica o sociedad de hecho (deve-
nida).
Por ello, es necesario asegurar la diferencia entre esos contratos
y la sociedad-persona, como entre el concepto amplio y estricto de
sociedad (que son equivalentes con aquéllos), para evitar equívocos
en la aplicación de la ley actual y preparar el marco de la reforma
requerida.
64
Cfr. Le Pera, Joint venture y sociedad, p. 81 y siguientes.
810 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
65
Halperin, Sociedad anónima, sociedad en participación y joint venture,
RDCO, 1973-139; Fontanarrosa, La sociedad accidental y en participación, JA, doc-
trina 1970-653.
66
CNCom, Sala B. 5/8/91, "Rivero, Rubén c/García, José R. s/sumario", "Doc-
trina Societaria y Concursal Errepar", t. V, p. 95.
CONTRATOS DE COLABORACIÓN 811
¿>) A cumplirse mediante aportaciones comunes y a nombre per-
sonal del socio gestor.
c) No es sujeto de derecho y carece de denominación social.
á) No está sometida a requisitos de forma ni se inscribe en el
Registro Público de Comercio.
é) Su prueba se rige por las normas de prueba de los contratos.
Se recoge la posición doctrinaria que niega calidad de socie-
dades a los negocios en participación, conforme el concepto moder-
no de sociedad y, por tanto, excluido de las prohibiciones impuestas
a las sociedades por acciones por el art. 30 de la LSC.
En este sentido, se ha dicho que, "suficientemente respaldados
por la autoridad de maestros de gran nombradla del derecho comer-
cial y previa madura reflexión, llegaremos a la conclusión negativa:
no hay tal sociedad. Al hacer esta afirmación, creemos ser conse-
cuentes con los conceptos que hemos expresado al tratar la cuestión
de la personalidad jurídica de la sociedad y de examinar los factores
que la integran. Y es después de hecho un examen de esta cuestión
previa, que no puede menos que extrañarnos que autores de gran pre-
dicamento sostengan que a pesar de carecer -como lo reconocen-
la entidad que consideramos, de casi todos los atributos que indis-
pensablemente han de acompañar al sujeto jurídico sociedad, deba
reputársele tal"67.
En efecto, se considera68 que la denominación corriente en las
leyes y la doctrina de asociación en participación o sociedad tácita
o sociedad accidental, no debe llevarnos a confundir esta figura con
la sociedad mercantil en general. De ésta se diferencia porque fal-
tan en ella dos notas fundamentales de aquélla: a) la puesta en co-
mún de alguna cosa, en el sentido ya explicado, de constituir un
patrimonio separado propio de la sociedad, y b) la creación de una
nueva personalidad jurídica, que es característica de la constitución
de la sociedad, con arreglo al Código de Comercio. En cambio, el
pacto de cuenta en participación da lugar únicamente a una pura
67
Garó, Sociedades comerciales, t. II, p. 352; así se expresa citando, entre
los autores del derecho francés, a Troplong, Bedarride y Arthuys y entre los italia-
nos, a Vivante, expresando que este famoso jurisconsulto ha excluido esta entidad
del capítulo de la sociedades, insertándola entre los otros contratos. No obstante
reconoce que el tema es controvertido.
6
» Garrigues, Tratado, t. III, vol. I, p. 189.
812 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
69
Broseta Pont, Manual, p. 351.
70
Halperin, Análisis crítico de jurisprudencia sobre sociedades, RDCO, 1972-
109; Bolaffi, La societá semplice, p. 369.
71
CNCom, Sala B. 19/11/76, "Álvarez Thomas SRL c/Morozowsky, Gitla",
inédito.
CONTRATOS DE COLABORACIÓN 813
De ello resulta que su objeto es la realización de una o más
operaciones determinadas y transitorias, o sea que sólo puede reali-
zar uno o varios actos de comercio precisos y puntualizados de tal
modo que, cumplidos los negocios o resultando imposible su reali-
zación, debe disolverse, y la transitoriedad debe interpretarse como
que puedan realizarse en un tiempo breve, de tal manera que se ha
señalado que no constituye una operación transitoria la construcción
de un edificio para luego venderlo pese a que sea éste el exclusivo
objeto de la sociedad. Si bien la norma derogada autorizaba la in-
terpretación doctrinaria de que se ha hecho mérito, y que recepta el
concepto doctrinario y legal en el derecho comparado, nuestra nor-
ma insiste en el carácter transitorio de la operación prevista con trac -
tualmente, de manera tal que sólo se la puede considerar regida por
las normas legales citadas cuando es una convención esencialmente
transitoria y aplicada a operaciones transitorias, de manera tal que
si las partes se han asociado en vista de una explotación de un co-
mercio fijo y continuado comprendiendo todas las operaciones que,
conforme al objeto social, se produzcan en dicho período, no existe
sociedad en participación.
72
Fariña, Tratado, t. I-A, p. 483.
~3 Zaldívar y otros. Cuadernos de derecho societario, vol. II, p. 130.
74
Cfr. Anaya. Las sociedades accidentales, "Estudios de sociedades comer-
ciales en homenaje a Carlos J. Zavala Rodríguez", t. I. p. 26; a este autor seguimos
en este apartado.
CONTRATOS DE COLABORACIÓN 815
cuentes responsabilidades del art. 126, porque la sociedad accidental
no es sujeto de derecho ni tiene denominación (art. 361). No sería
adecuada para las participaciones, la regla de la administración in-
distinta por cualquier socio en el supuesto de silencio del contrato
(art. 127). Aun admitiendo que la remisión se circunscribe a la sola
categoría de los socios gestores, el principio de la administración
por cualquier socio supone un régimen de publicidad del contrato,
como dato relevante para los terceros, así como la exteriorización
de un sujeto societario a quien resulte imputable la actuación de sus
socios. Con análogo fundamento puede cuestionarse la aplicabili-
dad del art. 128, tanto en su disciplina en la administración plural
indistinta o conjunta, como en su remisión al art. 58.
También parece incompatible la gestión de un negocio partici-
pacionario por el socio gestor, con la remoción del administrador
que se regula en el art. 129 y la intervención judicial. Se proyectan
y se justifican éstos en función de una organización común para el
cumplimiento de una actividad común, notas que están ausentes en
la sociedad accidental. Tampoco resulta admisible que el gestor
pueda renunciar, con sujeción a lo dispuesto por el art. 130. En la
práctica, ello importaría el incumplimiento del contrato y la impo-
sibilidad de su continuación.
La modificación del contrato de sociedad por la voluntad uná-
nime de los socios (art. 131) es norma aplicable incontrovertible-
mente a la sociedad accidental; pero a la misma solución se llega-
ría mediante los principios generales de la contratación. La regla
mayoritaria de los arts. 131 y 132, en cambio, sólo se la puede ad-
mitir sobre la base de la naturaleza plurilateral del contrato, que es
ajena al negocio participacionario.
La regulación de los actos en competencia y sus sanciones, se-
gún el régimen del art. 133, parece relativamente adecuada sólo res-
pecto del socio gestor; pero sería mucho más cuestionable la exten-
sión de su ámbito al no gestor, quien ordinariamente se encuentra
en la situación de un inversor o guarda una posición pasiva en el
negocio participacionario. Por ello, podría resultar excesivo exten-
der al no gestor las sanciones establecidas para los socios colectivos,
sin perjuicio de lo dispuesto por el art. 1198 del Cód. Civil.
En cuanto al control por los socios no gestores (art. 364), si
resulta adecuada la remisión al art. 138 por la cual se autoriza al
comanditario para realizar actos de examen, inspección, vigilancia,
816 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
REORGANIZACIÓN SOCIETARIA
A) TRANSFORMACIÓN
1
En rigor de verdad, la alocución transformación encierra una contradicción
semántica, puesto que transformar significa cambiar de forma, y ésta tomada en
sentido legal (esto es, como especie del género forma esencial), es entendida como
el cumplimiento de determinadas solemnidades, específicamente indicadas por la
ley para algunos actos que ella determina, y cuya omisión trae aparejada su invalidez
(Llambías, Código Civil anotado, t. II-B, p. 150). En cambio, en la transformación
societaria, no se trata del cambio de forma en el sentido aludido, sino en el cambio
del tipo social adoptado, por lo que resultaría más adecuada la utilización de la voz
transtipificación. No obstante ello, la generalización de su uso impone la continui-
dad de su utilización.
2
Muiño, Transformación de sociedades, LLC, año XII, ago. 1995, p. 651, n° 8.
Al constituir las sociedades por acciones un poderoso instrumento del sistema econó-
mico capitalista, resulta aceptable presuponer que el proceso de transformación de
sociedades comerciales tome mayoritariamente como norte a la sociedad anónima.
3
Vivante, Tratado, t. II, p. 94.
4
Wahl, Transfonnations des sociétés, "Journal des Sociétés", cit. por Arecha,
Transformación de sociedades de responsabilidad limitada, JA, doctrina 1974-83.
REORGANIZACIÓN SOCIKT\R!A 819
sociedad la ley vincula una sociedad distinta, habiendo tantas per-
sonas morales distintas cuantos tipos o formas de sociedad existan.
Sin embargo, esta tesis aparece desprovista de argumentos que se
refieran a la naturaleza y contenido del ser social.
La personalidad o personería no se apoya en el tipo elegido,
sino en el ente creado por el derecho que es un interés jurídicamente
protegido.
También se ha aseverado5 que la personalidad de la sociedad
no implica otra cosa, desde el punto de vista jurídico, que el recono-
cimiento de todos los atributos de la persona: nombre, domicilio,
patrimonio, etc.; no hay distintos grados de personalidad; cualquiera
que sea la forma que la sociedad revista, su personalidad es la mis-
ma; el cambio de forma no puede alterarla; no hay razón alguna para
considerar lo contrario; en realidad tal cambio, que no atañe a la
esencia de la sociedad -como que existen sociedades de hecho- sólo
constituye una modificación al contrato social o los estatutos; es fun-
damentalmente equivocada, en nuestro concepto, la idea de que el
cambio de forma no es posible y que necesariamente debe disolverse
la sociedad para constituir una nueva.
La personalidad de las sociedades es una situación jurídica cuya
existencia aparece incuestionablemente reconocida en nuestro dere-
cho. La personalidad es de la sociedad e independiente de la forma
que convencionalmente se haya adoptado6.
Como se advierte, el problema central de la transformación co-
mún a todos los supuestos, es el de si la transformación implica o
no la creación de una sociedad nueva. Si se estima lo primero, ha-
brá disolución de la antigua sociedad y transmisión a la nueva del
activo que aportarán los socios a la nueva sociedad en proporción a
sus participaciones en la antigua. Si se estima lo segundo, la trans-
formación se operará por el cauce de una simple modificación es-
tatutaria, previo el cumplimiento de los requisitos necesarios para
adoptar el acuerdo, y dando a la escritura de transformación el con-
tenido propio de la escritura de constitución de la sociedad cuya
forma se adopte7.
5
Fernández, Código de Comercio comentado, t. I, vol. I, p. 446.
6
Satanowsky, Estudios de derecho comercial, p. 251.
7
Garrigues, Tratado, t. I, vol. III, p. 1322.
820 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
8
Ripert, Droit commercial, n° 593, cit. por Fortín - Zaldívar, Transformación
de sociedades y transferencia de fondos de comercio, LL, 97-941.
9
Fortín - Zaldívar, Transformación de sociedades y transferencia de fondos
de comercio, LL, 97-941.
10
Messineo, Manual, t. V, p. 556 y siguientes.
REORGANIZACIÓN SOCIETARIA 821
También resulta un régimen diferenciado al de la constitución.
La distinción entre transformación y constitución de la sociedad
es importante no solamente para fines de precisión dogmática, sino
también para los de aplicación práctica; así el nuevo socio de una
sociedad transformada responde (dentro de los límites propios al nue-
vo tipo social) de las deudas de la sociedad aun a su ingreso, mientras
que si se trata de una nueva sociedad, ese socio no puede ser respon-
sabilizado por las obligaciones de la antigua sociedad, salvo que hu-
biera mediado traspaso de esas obligaciones de una a otra sociedad".
Sobre el particular, ha resuelto la jurisprudencia que el art. 74
de la LSC se limita a enunciar el concepto de transformación social,
y dice, muy claramente, que tal acontecer sucede "cuando una so-
ciedad adopta otro de los tipos previstos", sin indicar, decir o señalar
que solamente entiende por tales a los que enumera la misma ley.
Es que, en verdad, nunca hubiera podido establecerlo, ya que en
nuestro derecho positivo, signado por el régimen de libertad de las
convenciones, no existe obstáculo alguno impidiente del cambio de
forma mercantil por la civil, siempre que se cumplan los recaudos
de orden que tienden a proteger a socios y terceros12.
La transformación no altera la personalidad ni los derechos y
obligaciones de los socios o de los terceros, lo que importa el tras-
vasamiento de los principios generales sobre la oponibilidad de los
acuerdos entre partes; en el caso, un acto colegial colectivo. Todas
las sociedades constituyen respecto de los terceros entes colecti-
vos distintos de las personas de los socios; pero lo que es evidente
es que, desde el punto de vista de la personalidad, la sociedad puede
cambiar su forma sin cambiar de personalidad; queda como antes:
un ente colectivo distinto de la persona de los socios13.
El instituto permite justamente el cambio estructural del nego-
cio constitutivo, del tipo social, sin alterar la personalidad, lo que,
en caso contrario, debería alcanzarse a través de la liquidación, asu-
miendo como conclusión de ésta la atribución de los bienes que com-
ponen la cuota de liquidación de los socios, en un nuevo pacto cons-
titutivo; la simplificación es evidente.
11
Bolaffi, La societá semplice, p. 143.
12
C2aCivCom La Plata, Sala III, 3/3/76, "Otondo Hnos. SCA", inédito.
13
Garó, Sociedades de responsabilidad limitada, p. 382.
822 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
14
Ascarelli, Sociedades y asociaciones comerciales, con cita de Scialoja, Sa-
ggi, t. II, p. 45.
'5 Berto, Studi preliminari sulla trasformazione delle societá, en "Memorie
dell'Instituto Giuridico de la Universitá di Torino", p. 53.
16
Halperin, Sociedades de responsabilidad limitada, p. 232.
REORGANIZACIÓN SOCIETARIA 823
17
Arata, Transformación de sociedades comerciales, p. 78.
824 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
18
En relación al problema en la doctrina italiana, ver Ascarelli, Transforma-
zione di societá in cooperativa e viceversa, "II Foro Italiano", parte Ia, t. LXXIX,
p. 777, cit. por Cueto Rúa, Transformación, t. I, p. 750. •
REORGANIZACIÓN SOCIETARIA 825
derecho de retirarse en las épocas previstas por la ley o el estatuto
y no se pueden crear trabas a la incorporación de nuevos socios que
reúnan las condiciones estatutarias de admisibilidad, ni exigir pri-
mas para compensar los fondos sociales acumulados. Las facilida-
des crediticias e impositivas con que se las ha privilegiado, puede
conducir a la formación de un fuerte activo y tentar así a alguna
mayoría de socios, deseosos de aprovechar en beneficio de los so-
cios de ese entonces, todo el esfuerzo de una o más generaciones
de asociados. De ahí el desfavor con que las autoridades adminis-
trativas contemplan la mutación de la forma social y su inclinación
a denegar la autorización, o a tornar dificultosa la transformación,
exigiendo la liquidación de la sociedad cooperativa y limitando el
derecho de los socios, a su aporte y a las utilidades no distribuidas.
La ley de cooperativas 20.337 prohibe su transformación en so-
ciedades comerciales o asociaciones (art. 6o). La Exposición de mo-
tivos de esta ley defiende ardorosamente esta postura con argumentos
que no compartimos19 por pretender limitar el instituto de la trans-
formación "a las sociedades de capital que procuran el lucro como
razón y fundamento único y exclusivo de su existencia jurídica",
como si la transformación no procediera entre las llamadas socieda-
des de personas o mixtas o fuera prohibida entre las sociedades que
no procuran un fin exclusivamente lucrativo (arts. 3 o y 74, LSC).
Tampoco creemos que la naturaleza particular de las organizacio-
nes cooperativas impida, sin más ni más, que sean pasibles de trans-
formación.
19
En este sentido, Blaquier, Dos inquietudes acerca de la transformación de
sociedades comerciales, ED, 122-919.
826 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
que uno de los cónyuges emprendiese con sus bienes propios o los
gananciales confiados a su administración, lo cual, por otra parte,
sería contradictorio con el sistema del Código Civil respecto de los
bienes de la sociedad conyugal22.
Una vez que alguno de los bienes a que se refiere el art. 1277
del Cód. Civil ha sido transferido en propiedad a una sociedad (ven-
ta, aporte en propiedad, etc.), el bien ha salido del patrimonio de los
cónyuges e ingresado al patrimonio de la sociedad, que constituye
un sujeto de derecho distinto e independiente. Por lo tanto, no se
comprende cómo a un sujeto de derecho, sociedad, ,se le puede exi-
gir la conformidad de terceros sujetos que ni siquiera son sus socios
-cónyuges de los socios-, como requisito previo para la realización
de un acto de especialísima gestión societaria (transformación), de-
cidido formal y legítimamente por sus órganos de gobierno, respecto
de su propio patrimonio23.
Las sociedades mercantiles, si bien fueron constituidas por el
hombre a su imagen y semejanza, dotándolas de los elementos ne-
cesarios para adquirir derechos y contraer obligaciones, en verdad,
no tienen árbol genealógico y carecen de relaciones de familia, aun-
que se hable de sociedad madre o filial: resulta inconcebible que
puedan tener cónyuge.
Ame esa imposibilidad, corresponde entender que la persona
otorgante de la conformidad es el cónyuge del socio integrante de
la empresa social, no obstante constituir sujetos distintos, aunque
sea ilógico, es especial, cuando el socio aportó a la sociedad bienes
propios, no puede tener otro sentido el dispositivo legal24. Al res-
pecto caben formularse algunas hipótesis25:
a) En la sociedad colectiva o comandita simple (p.ej., consti-
tuida por ambos esposos) cuando se propone la transformación, con-
forme al art. 27 de la LSC, y uno de ellos vota en contra y dicho
acto es aprobado por mayoría, ¿será menester su conformidad con-
22
Blaquier, Dos inquietudes acerca de la transformación de sociedades co-
merciales, ED. 122-919.
23
Blaquier, Dos inquietudes acerca de la transportación de sociedades co-
merciales, ED, 122-922
24
Cámara, Derecho societario, p. 499.
25
También referidas por Cámara, Derecho societario, p. 500 y siguientes.
828 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
26
Favier Dubois (h.), Parte general, p. 281.
REORGANIZACIÓN SOCIETARIA 833
B) FUSIÓN
27
Motos Girao, Fusión de sociedades mercantiles, p. 24.
28
Uría, La fusión de las sociedades merantiles en el derecho español, RDM,
2-201, cit. por Cámara, Derecho societario, p. 305.
29
Ferri, La fusione delle societá commerciali, cit. por Ferrara (jr.), Empresa-
rios y sociedades, p. 381.
30
Ferrara (jr.), Empresarios y sociedades, p. 382.
REORGANIZACIÓN SOCIETARIA 835
Las situaciones expuestas precedentemente tienden, por lo ge-
neral, a la concentración económica, ya que importan reunión, amal-
gama o aleación de intereses societarios31.
31
Cfr. Giuliani Fonrouge, La "reorganización" de sociedades desde el punto
de vista fiscal, LL, 92-420.
32
Cfr. Otaegui. Fusión de sociedades anónimas. JA, 1990-1-90.
836 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
33
Verón - Zunino, Reformas al régimen de sociedades comerciales, p. 144.
838 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
C) ESCISIÓN
35
Guyénot, Curso de derecho comercial, vol. I, p. 430.
844 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
37
A pesar que el artículo refiere a que la atribución a los socios de la sociedad
escindente, lo será en proporción a sus participaciones, la Inspección General de
Personas Jurídicas de la Nación, atento a la circunstancia de que esa atribución es
en interés exclusivo de los socios, dictó la res. 16/74, en la que establece que no se
observarán los casos de escición, cuando el reparto haya sido acordado en forma
unánime por los socios, aunque no se haya respetado la proporcionalidad establecida
por el art. 88 de la LSC.
846 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
1
A ello deben sumarse las normas de derecho internacional privado societario
convencional, tales como los tratados de Derecho Comercial Internacional de Mon-
tevideo de 1889 y 1940 y la Convención Interamericana sobre Conflictos de Leyes
en Materia de Sociedades Mercantiles (CIDIP II), Montevideo, 1979, problemática
que escapa al alcance de este trabajo.
SOCIEDADES CONSTITUIDAS EN EL EXTRANJERO 849
prudencia entienden que el concepto referido de "acto aislado" ex-
cluye los actos desprovistos de signos de permanencia, caracterizán-
dose por lo esporádico y accidental, esto es, debe tratarse de una
actividad permanente y no ocasional, continuada y no interrumpida.
En cambio, para el ejercicio de una actividad permanente o co-
mo lo denomina el art. 118 de la LSC, para el "ejercicio habitual"
de esos actos comprendidos en su objeto social, establecer sucursal,
asiento o cualquier otra especie de representación permanente, de-
berá:
a) Acreditar su existencia y regular constitución con arreglo a
las leyes de su país.
b) Fijar un domicilio en la República, cumpliendo con la pu-
blicación e inscripción exigidos por esta ley para las sociedades que
se constituyen en la República.
c) Justificar la decisión de crear dicha representación, con de-
signación de la persona a cuyo cargo estará la misma y si se tratare
de una sucursal, determinar el capital que se asigne cuando corres-
ponda por las leyes especiales.
La violación de la requisitoria apuntada provoca la falta de le-
gitimación de la sociedad extranjera para reclamar los derechos y
las obligaciones emergentes de los actos llevados a cabo.
La jurisprudencia tiene afirmado2 que la sujeción de la sociedad
constituida en el extranjero a las disposiciones del régimen de la ley
21.382, a los efectos de reinversión y repatriación de capitales, en
modo alguno exonera del cumplimiento de las disposiciones de la
LSC, sino que, antes bien, presupone que ha mediado declaración
de utilidades por la asamblea y la correspondiente emisión de ac-
ciones.
2
CNCom, Sala C, 21/3/78. "A. G. Me Kee Argentina SA", LL, 1978-B-343.
3
Benseñor, Facultades de los representantes de las sociedades constituidas
en el extranjero, y La representación societaria en el Mercosur, ponencias presen-
tadas al I Encuentro Argentino-Uruguayo de Institutos de Derecho Comercial y al I
Encuentro de las Comisiones Técnicas del Mercosur, mayo de 1996.
SOCIEDADES CONSTITUIDAS EN EL EXTRANJERO 851
Es aconsejable la armonización de las legislaciones de los paí-
ses integrantes del Mercosur en materia de actuación representativa
societaria, respetando la plena actuación de la representación orgá-
nica, el mecanismo de imputación de todos los actos que no sean
notoriamente extraños al objeto social y la inoponibilidad de las res-
tricciones contractuales a la representación, sin perjuicio de su va-
lidez interna.
4
Cfr. Richard - Escuti (h.) - Romero, Manual de derecho societario, p. 27.
852 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
5
CNCom, Sala D, 20/7/78. "Saab Scania Argentina SA", ED, 79-387, con la
discrepancia del juez Alberti que entendió que de tal forma se perjudicaba a la so-
ciedad nacionai.
6 CNCom, Sala B, 2/6/77, "Parker Hannifin SA", LL, 1977-C-597; id; Sala C,
21/3/78, "A. G. Me Kee Argentina SA", LL, 1978-B-343.
7
CNCom. Sala C, 21/3/78. "Huyck Mati SA", ED, 11 Aid.
854 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
8
Rovira. Sociedades extranjeras, p. 78.
9
Kaller de Orchansky, Manual de derecho internacional privado, p. 505.
10
Barran, Situación jurídica de las sociedades constituidas en el extranjero
que realizan en el país el ejercicio habitual de su objeto social, "Doctrina Societaria
y Concursal Errepar", feb. 94, p. 965.
11
Favier Dubois (h.). Derecho societario registra!, p. 209.
SOCIEDADES CONSTITUIDAS EN EL EXTRANJERO 855
existencia y forma por la ley del lugar de constitución (arg. art. 118,
párr. Io, LSC), ni de sostener que dicha sociedad pueda ser disuelta
en cualquier momento, sino de privar del efecto fundamental de la
inscripción en el Registro Público de Comercio de un acto sometido
por la ley a esa carga, provocando la inoponibilidad a los terceros
de ese acto, y que en el caso no es otro que la actuación en nuestro
país del ente extranjero que ha incumplido la carga prevista por el
art. 123 de la LSC12.
El tema se vincula a la aplicación de la restricción del art. 30
de la LSC a las sociedades constituidas en el extranjero. Este ge-
neralmente no ha sido aplicado a las sociedades extranjeras. Desde
el caso Inval SRL13, juzgado respecto a una participación que el cuo-
tista de Stuttgart cede sus cuotas a una sociedad anónima extranjera,
ante lo cual el juez de primera instancia argentino rechaza la ins-
cripción, y el fiscal de cámara se expidió por la confirmación del
decisorio recurrido. La cámara revocó, al entender que las socie-
dades constituidas en el extranjero resultan ajenas al interés nacio-
nal y se rigen por el país de su constitución, y no se advierte que la
sociedad de responsabilidad limitada se encuentre incapacitada para
ser participada por sociedades por acciones, sosteniendo que el art.
30 impone una incapacidad de derecho. Por el orden público inter-
nacional, la sociedad extranjera no se encuentra alcanzada por el art.
30, que no constituye una norma de policía de aplicación exclusiva
dentro del derecho internacional privado argentino, y no le es apli-
cable el régimen de control previsto en el art. 120 de la LSC.
Empero, si este mismo caso hubiera que resolverlo a la luz de
la Convención Interamericana sobre Conflictos de Leyes en Materia
de Sociedades Mercantiles (ley 22.921), el resultado podría ser ad-
verso a la inscripción, toda vez que su art. 3o dispone que "en ningún
caso las sociedades mercantiles gozarán de mayor capacidad que la
que se otorga a las sociedades locales"14.
12
Cfr. Nissen, La situación legal de las sociedades extranjeras integrantes de
sociedades argentinas en infracción a lo dispuesto por el art. 123 de la ley 19.550,
"Doctrina Societaria y Concursal Errepar", n° 180, p. 438 y ss., de donde extracta-
mos la doctrina citada anteriormente.
13
CNCom, Sala C, 15/9/81, LL, 1982-D-498; "Revista del Notariado", 781-240.
14
Kaller de Orchansky, Nuevos enfoques respecto de la actuación en nuestro
país de las sociedades constituidas en el extranjero, en "Anomalías societarias",
p. 157 y siguientes.
856 ORGANIZACIÓN SOCIETARIA
15
Boggiano, Nuevo panorama del derecho internacional privado argentino,
ED, 66-767; aquí manifiesta: "Las normas de conflicto, como toda norma jurídica
tienen una estructura bimembre: el tipo legal describe el caso -o un aspecto suyo-
iusprivatista multinacional reglamentable. La consecuencia jurídica describe el pro-
yecto de solución del caso mediante la elección de un sistema jurídico considerado
competente para dar la solución material al caso. En cambio, el tipo legal de la
norma material capta lógicamente el caso iusprivatista multinacional y la consecuen-
cia jurídica directamente proyecta la solución material del caso, sin recurrir a la
elección de otro sistema jurídico del que por vía indirecta extrae la solución. Fi-
nalmente, el tipo legal de la norma de policía capta generalmente un aspecto de
casos iusprivatistas multinacionales, en tanto que su consecuencia jurídica describe
el proyecto de solución del caso mediante la elección (autoelección) del sistema
jurídico nacional propio de la norma de policía como indicado para resolver el caso".
SOCIEDADES CONSTITUIDAS EN EL EXTRANJERO • 857
16
CNCom, Sala D, 19/5/87. "Dauphine Corporation c/Inspección General de
Justicia", inédito.
P A R T E CUARTA
INEFICACIA E IRREGULARIDAD
CAPÍTULO XVII
RÉGIMEN DE NULIDAD. LA INEFICACIA SOCIETARIA
A) CARACTERIZACIÓN
1
Conf. Angelici, La societá nulla, p. 88. Asimismo, cfr. Richard, ponencias
a las III Jornadas Nacionales de Profesores de Derecho, Buenos Aires, 30/6 y 1/7/94,
Universidad Notarial Argentina, comisión n° 3: "El derecho del consumidor, comu-
nicación denominada las sociedades y la alteración en forma habitual de los dere-
chos del consumidor", y al I Congreso Internacional Interdisciplinario, "La justicia
y la abogacía frente al siglo xxi", Buenos Aires, 14 al 16/9/94. Particularmente
como relator-coordinador en el IV Congreso Internacional de Daños, Buenos Aires,
860 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
7
Etcheverry, Formas jurídicas de la organización de la empresa, p. 17.
8
Cfr. Bertini, Contributo alio studio delle situazioni giuridica degli acionisti,
n° 10.
9
Fernández Ruiz, La nulidad de la sociedad anónima, p. 20.
862 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
10
Sobre el punto ver Richard, Organización asociativa, p. 105 y siguientes.
11
Conf. Richard, Sociedad y contratos asociativos, p. 17 y siguientes.
RÉGIMEN DE NULIDAD. LA INEFICACIA SOCIETARIA 863
La aparente rígida tipicidad imperante en la LSC -y en otras
que siguen similar sistema de tipicidad societaria cerrada-, con la
sanción severísima de la nulidad, aparece hoy como excesivamente
riguroso y seguramente antifuncional12, recordando que la doctrina
moderna ha producido importantes estudios sobre este particular.
La dificultad en el tema radica en la adaptación de las normas
clásicas sobre nulidades previstas para los actos jurídicos unilate-
rales o bilaterales13, al negocio constitutivo de sociedad de caracte-
rística plurilateral y más aún a la sociedad operando, sujeto de de-
recho14.
12
Conf. Cámara, Derecho societario, p. 79.
13
Cfr. Halperin, El régimen de nulidad de las sociedades, RDCO, 1970-545.
14
El art. 22 de la ley de sociedades peruana (1966) no sólo establece la sub-
sanación del vicio hasta el momento de declaración de la nulidad (siguiendo las
tendencias actuales, art. 17) y la no afectación de los actos celebrados, sino que la
declaración de la nulidad abre el proceso de liquidación. La subsanación de los
vicios es la impronta impuesta en toda la legislación vigente (art. 38, ley de socie-
dades anónimas alemana de 1965).
Dentro de las tendencias que marcamos la ley francesa de 1966 impuso un
sistema más completo dentro de la época, que puede resumirse: 1) la nulidad sólo
puede resultar de una disposición de la ley o de las que surjan del contrato; 2) la
nulidad de la sociedad comercial manifiesta dificultades que no se dan en el caso
de los contratos de cambio; 3) se restringen las causas de nulidad absoluta; 4) se
admite la subsanación de los vicios y la regularización societaria, salvo cuando el
objeto es ilícito; 5) autoriza al tribunal, aun de oficio, para fijar un plazo a fin de
cubrir la nulidad, y <5) reduce a tres años el plazo de prescripción de la acción
de nulidad (Borgioli, La nullitá della societá per azioni, p. 176, reseñando después
otras legislaciones, a las que remitimos brevitatis causa, al mismo tiempo señala
que el efecto sería ex nunc, pero también indica que la doctrina es propensa a man-
tener la interpretación tradicional en torno de los efectos de la nulidad absoluta;
también Perrota, Breves estudios sobre la sociedad comercial, LL, 140-1293). El
art. 1844-7 del Cod. Civil francés menciona como causal de disolución par la'an-
nulation de contrat de société (ley del 4/1/78, que consagra ocho artículos al pro-
blema -arts. 1844-10 a 1844-17-), considerando esta sanción como una arma incon-
veniente para la seguridad de las transacciones y que corresponde reservar para los
supuestos en que no se respeten disposiciones importantes.
Esos ajustes del sistema de nulidad en las sociedades se formulan dentro de
la década del 60, coincidiendo con la gestación de la Primera Directiva del Consejo
de Europa, formalmente publicitada el 9/3/68, que en su sección III aborda la cues-
tión en tres artículos (10 a 12) a través de los cuales se defiende la personalidad de
las sociedades en beneficio de terceros. De allí que la oponibilidad frente a terce-
ros de la sentencia que declare la nulidad está sujeta a la publicidad previa (arts. 3 o
y 12, Directiva), y el efecto de la nulidad de generar la liquidación de la sociedad. O
864 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
17
Cámara, Disolución y liquidación de sociedades mercantiles, p. 269, citan-
do de conformidad a Brunetti y Sotgia.
18
Garrigues, Tratado de derecho mercantil, t. II, p. 697 y 698.
19
Ese problema ya io marcaba Ascarelü, al señalar la complejidad del pro-
blema donde se mezclaban aspectos de los contratos en la relación constitutiva con
el derecho de las personas en el funcionalismo de la sociedad.
20
Halperin, El régimen de la nulidad de las sociedades, RDCO, 1970-545.
21
Etcheverry, Sociedades irregulares y de hecho, p. 178.
22
Cabanellas, Los vicios en lu constitución de sociedades, RDCO, 1994-131,
nota 1 y la bibliografía en él citada.
23
Cifuentes, Negocio jurídico, p. 570. En contra, con otra visión, Lloverás
de Resk, La ineficacia de los actos jurídicos, ED, 110-923.
RÉGIMEN DE NULIDAD. LA INEFICACIA SOCIETARIA 867
24
Zannoni, Ineficacia y nulidad de los actos jurídicos, p. 127, citas estracta-
das de Nissen, impugnación judicial de actos y decisiones asamblearias, p. 2.
25
Nissen, Impugnación judicial de actos y decisiones asamblearias, p. 3, con
cita de Etcheverry.
868 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
26
Guyénot, Los ocho casos comunes de disolución de las sociedades civiles
y comerciales, RDCO, 1981-795 y ss., particularmente p. 805, donde trata sobre el
reconocimiento de la personalidad jurídica de la sociedad anulada, a los efectos de
su liquidación.
27
Como refiere Llambías, Código Civil anotado, t. II-B, p. 212.
28
Zaldívar y otros. Cuadernos de derecho societario, vol. I, p. 113.
RÉGIMEN DE NULIDAD. LA INEFICACIA SOCIETARIA 869
29
Ver Richard, En torno a la nulidad absoluta de sociedades, en "Derecho
empresario actual. Homenaje a Raymundo Fernández".
870 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
30
Zaldívar y otros, Cuadernos de derecho societario, vol. I, p. 119, con cita
de Halperin, El régimen de nulidad de las sociedades, RDCO, 1970-565.
872 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
31
López de Zavaiía. Teoría de los contratos. Parte general, p. 83, nota 38.
32
Lloverás de Resk. Tratado teórico práctico de las nulidades, p. 520; Buteler
Cáceres. Manual de derecho civil. Parte general, p. 346.
RÉGIMEN DE NULIDAD. LA INEFICACIA SOCIETARIA 873
33
Lloverás de Resk, Tratado teórico práctico de las nulidades, p. 516.
34
Lloverás de Resk, Tratado teórico práctico de las nulidades, p. 521.
874 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
35
Perrota, Breves estudios sobre la sociedad comercial, LL, 139-875, cit. por
Zaldívar y otros, Cuadernos de derecho societario, vol. I, p. 120.
36
Para un mayor detalle, cfr. Halperin, El régimen de la nulidad de las so-
ciedades, RDCO, 1970-567.
37
Zaldívar y otros, Cuadernos de derecho societario, vol. I, p. 121.
RÉGIMEN DE NULIDAD. LA INEFICACIA SOCIETARIA 875
sivo social y los perjuicios causados se extiende no sólo a los socios
y administradores, sino también a "quienes hayan actuado como ta-
les en la gestión social".
En el supuesto de objeto lícito y actividad ilícita, la sanción
prevista en el art. 19 es similar a la anterior, quedando a salvo los
socios que acreditan su buena fe.
Y para el supuesto de objeto prohibido, la sanción es la misma
que la del art. 18, salvo en lo que respecta a la distribución del re-
manente, que se ajustará a lo dispuesto en el régimen de liquidación
previsto por la ley. Otro de los requisitos inherentes al objeto so-
cial es la posibilidad práctica de su cumplimiento. La situación con-
traria, es decir, la imposibilidad de cumplimiento del objeto social,
si es constitutiva, produce la nulidad del contrato; si en cambio es
sobreviniente, produce su disolución conforme a lo previsto en el
art. 94, inc. 4, de la LSC.
Queremos enfatizar en torno de los ilícitos societarios, ejecuta-
dos normalmente por el grupo de control, contra los socios (p.ej.,
endeudamiento de la sociedad en beneficio de ese grupo) o contra
terceros (p.ej., subcapitalización)38.
En esta misma línea, un tema que despierta muchas dificultades
es el análisis de la actividad de intermediación financiera no auto-
rizada, en sus efectos. A nadie escapa la actividad "pública" de
mesas de dinero independientes o en paralelo con el sistema finan-
ciero institucionalizado. La evidencia de su actuación impondría
un análisis sociológico y económico, imposible de abordar en inte-
gridad, pero que suscita la pregunta del rol de la interacción de lo
económico y lo jurídico. Por cierto que el análisis de las conductas
de la aplicación del sistema normológico (derecho) sobre el fenó-
meno jurídico (económico) o sea del derecho económico, deja un
sabor amargo, pues no se advierte en relación a los operadores eco-
nómicos (economía) que se adopte una firme decisión de hacer ac-
tuar las normas vigentes (economía del derecho).
Entre las normas vigentes deben recordarse las previsiones de
los arts. 18 a 20, 54, 184, 264, 271 a 273 de la LSC, entre otros
38
Pórtale, Capitule sociale e societá per azioni sottocapitalizzata, "Rivista
delle Societá", año 36, 1191, fase. Io, p. 3 y siguientes. Nos referimos a la infra-
capitalización material.
876 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
39
Concordamos en general con el meduloso análisis de Zunino, En torno a
las denominadas sociedades de objeto lícito y actividad prohibida y su recepción
en un fallo, LL, 1990-C-990, y Disolución y liquidación, t. 2, p. 206 y siguientes.
Conf. Freschi, La sanción por actividad ilícita de las sociedades comerciales, RDCO,
1978-1542. Planteamos con anterioridad esta cuestión en conferencias en Córdoba,
Río Cuarto y Buenos Aires; también lo hicimos en la VIII Reunión Conjunta de
Academias "Realidad y Derecho" (1989). Una más amplia fundamentación y bi-
bliografía puede verse en Cámara y otros, Anomalías societarias.
878 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
40
Zunino, Disolución y liquidación, t. 2, p. 208 y ss., donde indica las diver-
sas posiciones sobre el punto.
41
Fargosi, Sociedades de objeto prohibido y actividad prohibida, RDCO,
1979-9.
880 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
42
Zunino, Disolución y liquidación, t. 2, p. 208 y ss.; Pardo, Acerca del ban-
quero de hecho, "Doctrina Societaria y Concursal Errepar", t. III, p. 15 y siguientes.
43
Halperin, Efectos de la noción de empresa de seguros sobre el contrato,
RDCO, 1972-1.
RÉGIMEN DE NULIDAD. LA INEFICACIA SOCIETARIA 883
dico para la aplicación de sus normas y eventualmente del art. 20
de la LSC: 1) existencia de un empresario autorizado oficialmente:
requisito sustancial, de una organización apta para cumplir el servi-
cio concedido o contratos previstos, y 2) adopción de la organiza-
ción jurídica como sociedad requerida por la norma de autorización.
f) ANÁLISIS DE LA INVALIDEZ DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL ACTO O NE-
GOCIO INDIVIDUAL. La ley 20.091, reguladora de la actividad de los
aseguradores, sanciona en su art. 61 a quienes actúen como asegu-
radores sin hallarse autorizados a funcionar como tales. En un pri-
mer párrafo impone una multa, y en el segundo, ya en ocasión de
celebración de un contrato -no de la mera publicidad-, señala que
"éstos serán nulos, y la multa se elevará al doble, sin perjuicio de
la responsabilidad en que incurran respecto de la otra parte en razón
de la nulidad". Tiene así una sanción explícita y única dentro del
sistema nacional. De esta manera sigue la doctrina comentada pre-
cedentemente.
Pero la ley 21.526, de entidades financieras, como otras normas
que regulan actividades bajo control público, no trae similares solu-
ciones. Por ello debe afrontarse la cuestión desde los principios
generales del derecho que regulan el acto jurídico.
No cabe el análisis de los actos como violatorios de la organi-
zación como empresa, pues esa ilicitud no se verifica en un acto
contemplado individualmente. El examen de un acto jurídico ais-
lado no permite la visualización de la empresa en su integridad.
En relación a un acto en particular, cumplido por un "banco de
hecho", se podría pensar en aplicar el art. 953 del Cód. Civil. Pero
no es el objeto del acto en sí mismo lo cuestionable, sino la activi-
dad desplegada por uno de los sujetos de la relación jurídica lo que
torna inaplicable esta norma. Estamos frente a la previsión del art.
1066 del Cód. Civil: "Ningún acto voluntario tendrá el carácter de
ilícito, si no fuere expresamente prohibido por las leyes ordinarias,
municipales o reglamentos de policía; y a ningún acto ilícito se le
podrá aplicar pena o sanción de este Código, si no hubiere una dis-
posición de la ley que la hubiese impuesto"; disponiendo el art. 1067:
"No habrá acto ilícito punible para los efectos de este Código, si
no hubiese daño causado, u otro acto exterior que lo pueda causar,
y sin que a sus agentes se les pueda imputar dolo, culpa o negli-
gencia".
884 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
44
Orgaz, El daño resarcible, p. 9. Del mismo autor y en el mismo sentido,
La ilicitud, p. 19. En esta obra, p. 18, nota 2, refiere la existencia de autores que
han pretendido establecer una tercera categoría, la del acto ilegal.
45
Otaegui, Invalidez de los actos societarios, p. 365; Escuti, Sociedad e in-
validez: algunos aspectos, p. 51.
46
Orgaz, Hechos y actos o negocios jurídicos, p. 62. En el mismo sentido,
Los límites de la autonomía de la voluntad, LL, 64-222.
RÉGIMEN DE NULIDAD. LA INEFICACIA SOCIETARIA gg5
47
Messineo, Manual, t. II, p. 479.
48
Orgaz, Hechos y actos o negocios jurídicos, p. 62.
49
Betti, Teoría, p. 93.
50
Petrocelli, L'antigiuridicitá, parte Ia, p. 7; entiende el autor que "un acto
puede ser ilegal, por no responder en todo o en parte a las condiciones fijadas por
la ley para su validez, sin que por ello pueda decirse que es antijurídico". Esto se
compadece con el criterio que hemos sostenido en cuanto a la validez de los actos
individuales, sin perjuicio de rescatar la sancionabilidad de la actividad. Citado
este autor en forma contraria a Orgaz.
886 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
51
Salanitro. Le bancke e i contratti bancari. en Vassali (dir.), "Trattato di
diritto civüe italiano" (t. 3. vol. 8); en el § 111 (Incidencia de disposiciones publi-
císticas sobre la disciplina de la actividad de la empresa) sostiene que las sanciones
deben derivar de la legislación bancada, (cfr. Bonfanti, Comentarios de doctrina y
jurisprudencia sobre derecho bancario, RDCO, 1985-370, n° 24).
J2 CNCom. Sala E. 22/8/86, LL, 1986-E-67.
RÉGIMEN DE NULIDAD. LA INEFICACIA SOCIETARIA 887
53
Fargosi, Sociedades de objeto prohibido y actividad prohibida, RDCO, 1979-
9 y siguientes.
54
Siguiendo a Orgaz, La ilicitud, p. 18 y 25, nota 2.
888 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
55
Zaldívar y otros. Cuadernos de derecho societario, vol. I, p. 260.
56
Fargosi. Sociedades de objeto prohibido y actividad prohibida, RDCO, 1979-
9 y siguientes.
RÉGIMEN DE NULIDAD. LA INEFICACIA SOCIETARIA 889
57
Richard, La economía del derecho, la realidad y la empresa bancaria, "Re-
vista de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires",
serie II, n° 22, p. 205 y siguientes.
58
Al decir de Orgaz, Hechos y actos o negocios jurídicos, p. 62.
59 CNCom, Sala A, 20/4/88. RDCO. 1987-625.
890 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
60
Conf. Richard, Ensayo en torno al concepto de sociedad, en "Anomalías
societarias", p. 11, y Sociedad y contratos asociativos, donde comentamos el Pro-
yecto de Unificación de la Legislación Civil y Comercial, que luego fuera vetado
por el Poder Ejecutivo.
RÉGIMEN DE NULIDAD. LA INEFICACIA SOCIETARIA 891
61
Conf. Richard, Organización asociativa; "personalidad" es sinónimo de su-
jeto de derecho, persona ideal, persona moral, etc., a partir de la reforma del Código
Civil de 1968.
62
Ver Richard, Organización asociativa, capítulo "La personalidad jurí-
dica".
892 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
63
Guidini, Estinzione e nullitá delle societá commerciali, p. 178, cit. por Cá-
mara, Derecho societario, p. 123, nota 107.
64
Ferrara, Gli impreditori e le societá, p. 347, n° 178; Brunetti, Trattato, t. I,
p. 198; Fré, Societá per azioni, en Scialoja - Branca, "Comentario del Códice Civi-
le", comentario al art. 2332, p. 92 y siguientes.
65
Aragón Reyes - García Villaverde - Santamaría Pastor, El régimen jurídico
de las cajas de ahorros, p. 155.
RÉGIMEN DE NULIDAD. LA INEFICACIA SOCIETARIA 893
66
Etcheverry, Análisis del sistema de invalidez e ineficacia en la ley de so-
ciedades comerciales, LL, 150- i i 01.
894 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
67
Borgioli, La nullitá della societá per azioni, p. 176.
RÉGIMEN DE NULIDAD. LA INEFICACIA SOCIETARIA 895
68
Pie, Des sociétés commerciales, t. I, p. 424, cit. por Cámara, Derecho so-
cietario, p. 132.
69
En expresiones de Cámara, Derecho societario, p. 134.
896 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
70
Hémard, Théorie et pratique des nullités des sociétés de fait, cit. por Cá-
mara, Derecho societario, p. 134, nota 125.
71
Sobre la controversia puede verse Borgioli, La nulliiá della societá per azio-
ni. p. 174; Escarra - Rault, Sociétés commerciales, t. II, p. 346, 347 y 349; Calas -
Aulon. Essai sur la notion d'aparence en droit commercial, p. 127 y siguientes.
72
Etcheverry, Nuestro sistema de derecho societario, LL, 1985-E-706.
RÉGIMEN DE NULIDAD. LA INEFICACIA SOCIETARIA 897
73
Richard, La frustración del sistema jurídico por uso abusivo de sociedades,
"Revista de Derecho Privado y Comunitario", n° 4, p. 81.
74
CNCom, Sala D, 29/11/91, "Doctrina Societaria y Concursal Errepar", t. IV,
p. 918.
75
CNCiv, Sala A, 26/12/78, LL, 1979-B-136; id., id., 12/12/79, ED, 85-245,
con nota de Bossert, La prueba de la existencia de la sociedad de hecho; Belluscio,
La distribución patrimonial de las sociedades de hecho, LL, 1991-C-958.
76
Romero, Sociedades irregulares y de hecho, p. 179 y siguientes.
77
Sobre el punto puede verse Richard, Negocios de participación.
78
Fernández de la Gándara, La atipicidad, p. 235.
79
Richard, Disolución y liquidación de sociedades, en "Derechos y principios
societarios", p. 215; se sigue así el sistema francés.
80
Otaegui, Invalidez de actos societarios, p. 203. Este autor dice: "La so-
ciedad irregular es un sujeto de derecho (art. 2o, LSC) con personalidad precaria y
limitada (Exposición de motivos, cap. 1, secc. IV, ap. 1)... los socios y quienes con-
trataron en nombre de la sociedad quedarán solidariamente obligados".
8' Guillen, Nulidad y apariencia, LL, 1984-A-772.
RÉGIMEN DE NULIDAD. LA INEFICACIA SOCIETARIA 899
ni a la política del legislador que impuso determinada estructura for-
mal para la realización de cierta actividad.
82
Ver Richard, Ensayo en torno al concepto de sociedad, en "Anomalías so-
cietarias".
900 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
83
Escuti (h.), Aproximación a la nulidad absoluta en el derecho societario,
en "Anomalías societarias", p. ¡51.
CAPÍTULO XVIII
SOCIEDAD NO CONSTITUIDA REGULARMENTE
1
El incumplimiento de las formalidades de actos posteriores no origina irre-
gularidad del ente sino ineficacia en sentido estricto de los mismos (art. 12, LSC);
cfr. Etcheverry, Sociedades irregulares y de hecho, p. 117.
904 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
1
SCBA. 12/4/89. DJBA, 136-3369.
SOCIEDAD NO CONSTITUIDA REGULARMENTE 905
3
CCivCom Azul, 6/5/92, "Doctrina Societaria y Concursal Errepar", t. V,
p. 281.
906 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
4
El concepto jurídico de persona, no coincide con el concepto antropológico,
lo que equivale a decir que persona, en sentido jurídico no es lo mismo que ser
humano en su realidad palmaria. Sólo distinguiendo estos conceptos se compren-
derá cómo es posible que un mismo hombre pueda pertenecer a la vez a varias co-
munidades jurídicas entre sí (cfr. Kelsen, Teoría pura del derecho, § 84).
5
Salvat. Tratado. Fuentes de las obligaciones, t. II, p. 376.
SOCIEDAD NO CONSTITUIDA REGULARMENTE 907
6
Etcheverry, La personalidad societaria y el conflicto de intereses, en "Ano-
malías societarias", p. 37.
908 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
7
CNCom, Sala D, 29/11/91. "Doctrina Societaria y Concursal Errepar", t. IV,
p. 918.
SOCIEDAD NO CONSTITUIDA REGULARMENTE 909
ciedad requiere aportes destinados a desarrollar la gestión económi-
ca (conf. art. 1648, Cód. Civil)8.
Si bajo esas premisas se optara por entender que no pueden exis-
tir entes personificados si no existe cierta publicidad formal, para
no sorprender a terceros ni hacer dubitar si una relación es personi-
ficada o no, o si es sociedad o no, el tema pasa a ser de mera de-
terminación de responsabilidad.
Y esa responsabilidad no puede surgir sino de los principios
generales de la representación, de la responsabilidad o del daño, in-
cluso por aplicación del último párrafo del art. 54 de la LSC o del
abuso de derecho, y de sanciones efectivas al que genere la aparien-
cia de una sociedad, usando de tal denominación, y genere daños al
hacer suponer una solvencia inexistente.
Existe autonomía de la voluntad para configurar contratos de
participación fuera de los mencionados por la ley (sociedad acciden-
tal o en participación, contrato de agrupación de colaboración y de
unión transitoria de empresas), pero no puede confundirse ese con-
trato de participación, colaboración o asociativo atípico con una so-
ciedad de hecho.
Ello por cuanto los efectos serían nefastos y no sólo por la res-
ponsabilidad solidaria, no subsidiaria, que entrañarían, pues impe-
dirían que las partes pudieran alegar entre sí el contrato -lo que es
básico-, generar una resolución parcial o exigir el cumplimiento del
contrato.
Por ello es necesario reconocer expresamente la diferencia en-
tre sociedad en sentido lato y sociedad en sentido estricto o propio9.
Las inseguridades que generaría el régimen de la sociedad de
hecho e irregularmente constituida, como sistema residual en el de-
recho argentino, y la indefinición entre los contratos de participa-
ción (o asociativos) con una sociedad de hecho, incluso en la reca-
lificación de una unión transitoria de empresa, ha sido agudamente
criticado por la doctrina10.
8 CNCiv, Sala A, 26/12/78, LL, 1979-B-136; id., id., 12/12/79, ED, 85-245,
con nota de Bossert, La prueba de la existencia de la socidad de hecho; Belluscio,
La distribución patrimonial de ¡as sociedades de hecho, LL, 1991-C-958.
9
Conf. Fariña, Contratos comerciales modernos, p. 743 y siguientes.
10
Etcheverry, El veneno para ratas, la petrolera extranjera y el concepto de
sociedad en la legislación argentina, "La Información", 67-719.
910 INEFICACIA E rRREGn-APJDAD
1
' Richard, Concurso de la sociedad de hecho y de todos sus socios, "El Foro",
n° 4, p. 163.
12
La jurisprudencia ha resuelto que no puede hablarse de mora en la integra-
ción de los aportes descriptos en la promesa de contrato, desde el momento en que
la sociedad no se encuentra constituida (CNCom, Sala C, 30/5/80, ED, 90-249).
SOCIEDAD NO CONSTITUIDA REGULARMENTE 911
El tema -altamente opinable- genera el espinoso linde entre la
sociedad en formación y la sociedad irregular cuando en aquélla se
abandona el iter constitutivo o se afrontan los negocios sociales nor-
males, según discrepancias doctrinarias. Máxime frente a previsio-
nes como las del art. 26 que parecen excluir la titularidad de bienes
registrables a sociedades irregulares. Sin embargo, un análisis glo-
bal permite contradecir esta última solución y considerar negativa
la regulación de las sociedades irregularmente constituidas en la for-
ma que lo ha hecho el legislador13.
A pesar de que parte de la doctrina y la jurisprudencia siguen
entendiendo que las sociedades irregulares o de hecho no pueden
adquirir bienes registrables, y por ende, las adquisiciones en estos
supuestos deben tenerse como de propiedad de quien figure regis-
trado en el dominio14.
También se ha resuelto que si bien es cierto que la sociedad
irregular no puede inscribir a su nombre los bienes registrables por
razones de identificación, así como que respecto de tales bienes los
acreedores sociales no tienen preferencia sobre los particulares de
los socios, no es menos cierto que entre los socios puede probarse
que tales bienes forman parte del patrimonio social y se hallan, en
consecuencia, sujetos a las relaciones derivadas de la sociedad15.
Creemos que no es ésa la lectura del art. 26 de la LSC. Si el aporte
registrable es definitivo (art. 38, LSC), la sociedad aunque no se re-
gularice sería la titular registral del bien. No tenemos duda de ello;
el art. 26 de la LSC significa que para determinar si un bien registral
es o no de la sociedad habría que estar a lo que esté inscripto. No
aceptamos tal supuesto de incapacidad de registrar bienes a su nombre.
Negar tal posibilidad ¡levaría a la errónea conclusión de que el
aportante no detenta la calidad de socio, dado que el aporte es pre-
supuesto básico para asumirla. Al tratarse de un bien que integra
el patrimonio de la sociedad, deberá incluirse en su liquidación16.
13
Sobre el punto puede verse Benseñor, Capacidad de la sociedad no cons-
tituida regularmente para adquirir bienes registrables, "Doctrina Societaria y Con-
cursal Errepar", t. II, p. 357, y la completa bibliografía allí citada.
u SCBA, 16/11/82, DiB/S. 124-325.
15 CNCom, Sala A, 11/12/80, ED, 100-456 (del fallo en primera instancia).
i* CNCom, Sala B, 29/11/88 LL, 1989-B-440, y DJ, 1989-1-1077.
912 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
17
CNCom, Sala B, 29/11/88, "Doctrina Societaria y Concursal Errepar", t. II,
p. 381.
18
CNCom, Sala B, 28/2/78, LL, 1978-D-255.
19
Halperin, Curso de derecho comercial, vol. I, p. 331.
20 C l a C i v C o m Tucumán, 8/8/67, LL, 129-51.
SOCIEDAD NO CONSTITUIDA REGULARMENTE 913
24
Etcheverry, Sociedades irregulares y de hecho, p. 215.
SOCIEDAD NO CONSTITUIDA REGULARMENTE 915
La parte final del art. 297 del Cód. de Comercio, derogado, ex-
presaba: "La existencia de la sociedad, cuando por parte de los so-
cios no se presenta escritura, puede probarse por todos los géneros
de prueba admitidos en el comercio", vinculándose así con la refe-
rida norma del art. 209 del mismo Código vigente. La eventual de-
rogación de esta norma no se vería sustancialmente afectada confor-
me la disposición del art. 25 de la LSC.
La jurisprudencia ha considerado reiteradamente para acreditar
la existencia de una sociedad de hecho las presunciones contenidas
en el derogado art. 298 del Cód. de Comercio. "Se presume que
existe o ha existido sociedad siempre que alguien ejercite actos pro-
pios de sociedad, y que regularmente no hay costumbre de practicar,
sin que la sociedad exista".
31
Cfr. debate jurisprudencial en Reseña crítica de jurisprudencia. Socieda-
des. Parte General, RDCO, 1989-143 y siguientes. Entre los que lo exigen entre
socios CNCom, Sala C, 22/11/83, "Papelera Juan V. F. Serra SACIF c/Offset Ma-
te Color Soc. de Hecho y otros s/ordinario". En contra y con criterio amplio aún
entre socios puede verse Verón, Sociedades comerciales, t. I, p. 198, sin perjuicio
de considerar que si no se probó la existencia del aporte no puede admitirse la exis-
tencia de una relación societaria, al faltar el elemento esencial.
32
Truffat, Un catálogo de pruebas que indican gestión de negocios en común
frente a terceros, RDCO, 1990-B-773.
SOCIEDAD NO CONSTITUIDA REGULARMENTE 917
definición, el tercero que demanda a una sociedad respecto de la
cual es extraño, no está en las mismas condiciones de muñirse de
los elementos necesarios para acreditar su existencia que quien se mue-
ve en el ámbito interno de las relaciones sociales. Respecto de aquél
cobra mayor plenitud el principio de la amplitud probatoria, que sin
variantes pasó del régimen del Código de Comercio al art. 25 de la
LSC33.
Resulta insuficiente la negativa del socio del ente irregular de
negar su calidad de tal, pues si se parte de la base de que se presume
que existe o ha existido sociedad cuando alguien ejercita actos pro-
pios de sociedad y que regularmente no hay costumbre de practicar-
los sin que la sociedad exista, el codemandado a quien le invocan
el carácter de socio debe aportar, al menos, algún elemento que des-
virtúe la presunción que, con su propia actitud frente a terceros, ha-
bía contribuido a formar34.
La mayor amplitud que tienen los terceros contratantes con la
sociedad irregular o de hecho para demostrar su existencia no obsta
a su limitación en lo que atañe al rigor de la valoración de los he-
chos y circunstancias probatorias. La prueba del contrato debe ser
no sólo convincente e idónea, sino inequívoca y concluyente.
La existencia de la sociedad de hecho puede acreditarse por cual-
quier medio de prueba, aunque teniendo presente que esa prueba
debe ser suficientemente convincente e idónea35.
Más allá de la polémica suscitada en torno de lo preceptuado
por el art. 25 de la LSC, lo que resulta insoslayable es la directiva
fundamental sostenida tradicionalmente, en el sentido de que la prue-
ba de la sociedad de hecho debe ser lo más completa posible y re-
sultar concluyente36.
Si bien es verdad que para acreditar entre socios la existencia
de una sociedad de hecho toda clase de prueba es admisible, incluso
la testimonial y la de presunciones, ya que el art. 1663 del Cód.
37
CNCiv, Sala F, 15/8/78, JA, 1979-111-349.
38
CNCom, Sala B, 14/4/78, JA, 1978-IV-3.
39
CNCiv, Sala A. 26/12/78. ZX. 1979-B-136; DJ, 1979-1-8: JA, 1979-UI-2S7,
y ED, 82-504.
40
CCivCom Mercedes, Sala II. 6/8/81, DJBA, 121-451.
4
' CNCiv. Sala F, 23/6/82, LL, 1983-A-404.
SOCIEDAD NO CONSTITUIDA REGULARMENTE 919
asumen valor las pautas del antiguo art. 298 del mismo Código mer-
cantil, cuya enumeración es sólo enunciativa, y las del art. 1665 del
Cód. Civil*2: este artículo incorpora también esos elementos exterio-
rizantes de una relación societaria.
Esas presunciones imponen una clara exteriorización de la re-
lación para que pueda ser reconocida como generadora de una so-
ciedad de hecho, alterando así todas las relaciones frente a terceros,
sea que éstos se califiquen como acreedores de la sociedad o acree-
dores de los socios.
1:1 tratamiento de la i-'ociedad :': h?:ho como persona jurídica,
con todos los efectos propios de una sociedad regularmente consti-
tuida, importa la postergación de hecho de los acreedores individuales
de los socios sobre los bienes afectados al giro social, privilegiando
a los acreedores sociales43.
42
CCivCom Mercedes, Sala II, 6/8/81, DJBA, 121-451.
43
Richard, Concurso de la sociedad de hecho y de todos sus socios, "El Foro",
n° 4, p. 163. El concurso de la sociedad de hecho fue viabilizado por la reforma
introducida en 19S3 a la ley de concursos 19.551 por la ley 22.917, al omitir como
requ^no que ÍC traíase de una sociedad regular ^Qjir.i.aia rci'rcyra, ConciaM;.-,. L. i,
p. 115). La inscripción como forma de publicidad para autorizar el concurso ha
sido sustituido por un elemento sustancial: la existencia de un sujeto de derecho
exteriorizado en cesación de pagos. Se enrola la solución en aceptar que el bien
jurídico tutelado por la legislación concursal es la eliminación del estado de cesa-
ción de pagos (Richard, El bien jurídico tutelado por el derecho concursal, ''Revista
de la Universidad Nacional de Córdoba", 1979-1980, p. 263). También es otro prin-
cipio la personalidad de la sociedad de hecho ("art. 26 y 29, LSC), generando un
centro de imputación en beneficio no sólo del cumplimiento del objeto social, sino
también de los acreedores sociales. La combinación de ambos principios aconse-
jaba viabilizar el concurso de la sociedad de hecho, para permitir que en un juicio
universal de conocimiento pleno se analizaran todas las relaciones patrimoniales ac-
tivas y pasivas (Richard. Verificación de créditos y suspensión de las acciones de
contenido patrimonial, en "Estudios en homenaje a Rodolfo Fontanarrosa", p. 163
y siguientes). De esta forma se garantizan la totalidad de los intereses concurren-
tes. Pero el régimen de responsabilidad de los socios de la sociedad de hecho im-
pone la responsabilidad solidaria directa de los mismos con los débitos sociales.
La presentación en concurso de la sociedad generaría la inmediata promoción de
acciones judiciales contra uno o más socios, determinados erga omnes en la misma
presentación en concurso eliminando toda necesidad de prueba o de declaración de
la existencia de la sociedad de hecho, de la imputación del débito a la sociedad y
de los socios responsables. Por ello el concurso de la sociedad de hecho genera
económicamente la cesación de pagos de sus socios. El concurso no puede invo-
lucrar sino a un sujeto de derecho o persona en cada caso.
920 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
44
Etcheverry. El veneno para ratas, la petrolera extranjera y el concepto de
sociedad en la legislación argentina, "La Información", 67-719.
SOCIEDAD NO CONSTITUIDA REGULARMENTE 921
45
Sobre la responsabilidad por control prevista en el art. 54 in fine de la LSC,
ver Moeremans - Richard, Inoponibilidad de la personalidad jurídica como forma
de extensión de la responsabilidad de socios controlantes, y Efectos de la inoponi-
bilidad de la persona jurídica en materia societaria, "Doctrina Societaria y Con-
cursal Errepar", t. IV, p. 252 y 268.
« CNCom, Sala D, 8/11/88, LL, 1989-B- 443; DJ, 1989-2-62;/, 1989-A-1125.
47
CNCom, Sala D, 8/11/88, "Doctrina Societaria y Concursal Errepar, t. II,
p. 204, del voto del doctor Alberti.
48
Sobre el punto puede verse Vázquez Ponce, Algunas cuestiones acerca de
las sociedades irregulares y de hecho, "Doctrina Societaria y Concursal Errepar",
t. II, p. 177.
922 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
49
SCBA, 16/11/82, DJBA, 124-325.
50 C N C o m , Sala B, 30/8/82, ED, 102-791.
51 CTrab Rosario. Sala I, 15/3/86, LL, 1987-B-599.
52
Fariña, Contratos comerciales modernos, p. 743.
SOCIEDAD NO CONSTITUIDA REGULARMENTE 923
Lo estructural es la sociedad y lo funcional la actividad que
cumple para la consecución del objeto atribuido.
Debe agregarse a la caracterización de las relaciones partici-
pativas como ajenas a una sociedad de hecho, a la interpretación
jurisprudencial sobre la prueba y su análisis para determinar la exis-
tencia de una sociedad de hecho, que nos servirá prácticamente para
alejar la identificación de esta de un contrato participativo.
Para que se reconozca la existencia de una -sociedad de hecho
deben reconocerse en la prueba elementos calificadores de una ac-
tuación societaria y no meramente participativa.
Se ha dicho que la existencia de una sociedad de hecho requiere
la prueba no sólo de los aportes, sino que éstos estaban destinados
a desarrollar una gestión económica con miras a obtener una utilidad
traducible en dinero, 'participando ambos en las ganancias y en las
pérdidas que la empresa común pudiera producir53.
í5
La jurisprudencia ha resuelto que no puede hablarse de mora en la integra-
ción de los aportes descriptos en la promesa de contrato, desde el momento en que
la sociedad no se encuentra constituida (CNCom, Sala C, 30/5/80, ED, 90-249).
SOCIEDAD NO CONSTITUIDA REGULARMENTE 927
biendo responder por los daños consiguientes, consistentes en los
daños al interés negativo56. La culpa in contrahendo o precontrac-
tual es una hipótesis de responsabilidad extracontractual o aquiliana.
No se trata de emplazar al acreedor en igual situación patrimo-
nial a la que hubiera correspondido de haberse cumplido efectiva-
mente la obligación (interés positivo), sino de restituirlo al status
vigente en el momento previo a la emisión de la oferta, o sea, ante-
rior al planteo del negocio frustrado, reintegrándosele a aquél los
gastos efectuados con motivo y en vista de un contrato que no llegó
a perfeccionarse por causa del responsable (daño emergente), y tam-
bién la pérdida de la probabilidad (chance) de ganancia no realizada
(lucro cesante) en alguna otra operación que fuera dejada de lado
para encarar el contrato en vías de formación por culpa ajena57.
El daño al interés negativo consiste en el resarcimiento de los
daños y perjuicios que ocasionaron el emprendimiento de las trata-
tivas avanzadas cuya ruptura aconteció en forma imprevista e infun-
dada: en restablecer el patrimonio del acreedor al estado anterior a
la emisión de la oferta.
La diferenciación que formalizamos entre sociedad-persona y
sociedad-contrato se refleja en esta frustración contractual siempre
previa al nacimiento de la sociedad, en el negocio constitutivo. La
frustración en la etapa formativa de la sociedad es posterior al ne-
gocio constitutivo de ella. Esto es solucionable a través del sistema
de regularización societaria (art. 22, LSC).
No basta que las partes consientan en obligarse para que quede
constituida la sociedad regular, pero sí para constituir una sociedad
irregular o de hecho.
En este supuesto no es suficiente el consentimiento sino que es
necesario un determinado comportamiento de las partes, que son las
que generan las relaciones imputables al negocio constitutivo. De
no haber actuación no habrá relaciones con terceros que generen los
efectos de la personalidad y la relación consensual sólo podrá ser
tratada como una promesa de contratar.
Por disposiciones legales no se sanciona ni es responsable el
socio de una sociedad irregularmente constituida que se niega a re-
58
La promesa de sociedad de hecho puede probarse por todos los medios de
prueba (CNCiv, Sala B, 30/10/79, LL, 1980-A-526 y ED, 86-261).
59
Borda, Tratado. Contratos, t. II, p. 229. Favier Dubois (h.), La tipolo-
gía, "Doctrina Societaria y Concursal Errepar", t. II, p. 476.
60
Salerno, Derecho societario: existencia y frustración de la sociedad, p. 33
y siguientes.
CAPÍTULO XIX
SOCIEDAD EN FORMACIÓN
1
La Exposición de motivos de la ley señala que se sigue así al art. 403 del
Cóó. de Comercio, aunque suprimiéndole su segunda parte, conforme a lo enseñado
por la doctrina. La primera parte de ese artículo se refería sólo a las obligaciones,
y hacía presumir que lo eran desde la fecha del contrato, de no mediar aclaración
en contrario. La segunda parte expresaba: "Estas obligaciones duran hasta que, di-
suelta la sociedad, se hallen satisfechas y extinguidas todas las responsabilidades
sociales", lo que es obvio en cuanto a la extensión, pero no se corresponde a algunos
tipos sociales.
SOCIEDAD EN FORMACIÓN 931
te en cuanto a la dotación patrimonial a través de los aportes de los
socios, encuentra una limitación en el art. 23, parte 2a, de la LSC,
en cuanto la sociedad no inscripta no puede invocar respecto de 'os
socios los derechos nacidos del contrato social. Ese criticado prin-
cipio de inoponibilidad del contrato de constitución de la sociedad
_; ¿~\ ^J^.:..:^ o^iai en los supuestos de sociedades irregularmente
constituidas es paliado en el art. 22 in fine, por cuanto determina
que la liquidación se practicará conforme las disposiciones del con-
trato social, conforme al cual se podrán requerir las prestaciones a
los socios y exigir su contribución para satisfacer las pérdidas, o
estar a las reglas previstas para la distribución de las utilidades.
Consecuente con ello, las obligaciones asumidas por los socios
para dotar patrimonialmente a la sociedad o para asegurar el cum-
plimiento de sus actividades no podrán exigirse si no se hubieran
iniciado los trámites de regularización de la sociedad (dentro de los
quince días de otorgado el acto; art. 39, Cód. de Comercio).
Es por ello que la ley generó una presunción contraria a la del
Código de Comercio, fijando que a falta de previsión contractual el
aporte del socio es exigible desde la inscripción de la sociedad (art.
37, parte Ia, LSC).
La expresión "aporte" debe ser entendida en sentido amplio,
comprendiendo también las prestaciones accesorias.
La referencia legal a que los derechos y particularmente las obli-
gaciones comienzan en la fecha fijada en el contrato, o a falta de
ella desde la inscripción, impuso al legislador referirse a los "actos
anteriores" a esas fechas, cumplidos por los representantes y admi-
nistradores sociales2. La norma parece superflua frente a la perso-
nificación que se formalizó de las sociedades irregulares y de hecho
(art. 26, LSC, y Exposición de motivos), y a la responsabilidad que
se supone de la actuación de la sociedad, salvo que se interprete
que en estos casos no pueden obligarla cualquiera de los socios, im-
portando una alteración a la norma del art. 24 de la LSC.
2
El art. 36, párr. 2°. señala ''de acuerdo con lo que se dispone para cada tipo
de sociedad", refiriéndose a nuestro entender a los actos que cumplan los adminis-
tradores y representantes orgánicos de la sociedad, y no cualquier socio como en la
sociedad irregular, más que a la responsabilidad limitada que puedan tener los socios
o a las particulares reglas sobre la sociedad en formación, que corresponde solo a
la sociedad por acciones (arts. 182 a 184).
932 INEFICACIA E IRREGULARIDAD
3
Al respecto se puede consultar a Alonso García, La sociedad anónima no
inscripta.
4
Ver el importante trabajo de García Villaverde, Sociedades irregulares, en
"Contratos de colaboración y sociedades", p. 105 y ss., referido al derecho español,
que implica una posición doctrinaria para interpretar nuestro sistema, con valiosísi-
mos aportes del distinguido jurista, director del Instituto de Derecho Mercantil de
la Universidad Complutense de Madrid.
SOCIEDAD EN FORMACIÓN 933
5
Cfr. Benseñor, Capacidad de la sociedad no constituida regularmente para
adquirir bienes registrables, "Doctrina Societaria y Concursal Errepar", t. II, p. 357.
Anaya, Las sociedades en formación ante el decreto ley 19.550, RDCO, 1976-257
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