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una sustancia existe en tres estados de agregación: sólido, líquido y gas. (A temperaturas muy
elevadas también existe como plasma.) Una sustancia en la fase líquida o en la gaseosa se conoce
como fluido. La diferencia entre un sólido y un fluido se hace con base en la capacidad de la
sustancia para oponer resistencia a un esfuerzo cortante (o tangencial) aplicado que tiende a cambiar
su forma. Un sólido puede oponer resistencia a un esfuerzo cortante aplicado por medio de la
deformación, en tanto que un fluido se deforma de manera continua bajo la influencia del esfuerzo
cortante, sin importar lo pequeño que sea. En los sólidos, el esfuerzo es proporcional a la
deformación, pero en los fluidos el esfuerzo es proporcional a la razón de deformación.
Cuando se aplica un esfuerzo cortante constante, llega un momento en que un sólido, a un cierto
ángulo fijo, deja de deformarse, en tanto que un fluido nunca deja de deformarse y tiende a cierta
razón de deformación.
1 ft = 0.3048 m
En el SI, la unidad de fuerza es el newton (N) y se define como la fuerza requerida para acelerar una
masa de 1 kg a razón de 1 m/s2. En el sistema inglés, la unidad de fuerza es la libra-fuerza (lbf) y se
define como la fuerza requerida para acelerar una masa de 32.174 lbm (1 slug) a razón de 1 ft/s2
1 N = 1 kg . m/s2
W = mg (N)
A veces, la densidad de una sustancia se da en relación con la densidad de una sustancia conocida
plenamente; entonces se le llama gravedad específica o densidad relativa, y se define como la
razón de la densidad de una sustancia a la densidad de alguna sustancia estándar, a una
temperatura especificada (por lo general, agua a 4°C, para la cual dH2O =1 000 kg/m3).
La presión de vapor Pv de una sustancia pura se define como la presión ejercida por su vapor en
equilibrio de fases con su líquido a una temperatura dada. Pv es una propiedad de la sustancia pura y
resulta ser idéntica a la presión de saturación Psat del líquido (Pv =Psat). Se debe tener cuidado en no
confundir la presión de vapor con la presión parcial. La presión parcial se define como la presión
de un gas o vapor en una mezcla con otros gases. Por ejemplo, el aire atmosférico es una mezcla de
aire seco y vapor de agua, y la presión atmosférica es la suma de la presión parcial del aire seco y la
presión parcial del vapor de agua.
La presión parcial del vapor de agua constituye una fracción pequeña (por lo general, menor de 3 por
ciento) de la presión atmosférica, ya que el aire es en su mayor parte nitrógeno y oxígeno. Por
ejemplo, la presión de vapor del agua a 20°C es de 2.34 kPa; por lo tanto, un cubo de agua a 20°C
que se deje en un cuarto con aire seco a 1 atm continuará evaporándose hasta que suceda una de dos
cosas: el agua se evapora por completo (no hay suficiente agua como para establecer el equilibrio de
fases en el cuarto), o la evaporación se detiene cuando la presión parcial del vapor de agua en el
cuarto se eleva hasta 2.34 kPa, punto en el que se establece el equilibrio de fases.
La razón del interés en la presión de vapor es la posibilidad de caída de la presión del líquido, en los
sistemas de flujo de líquidos, por abajo de la presión de vapor en algunos lugares y la vaporización
resultante no planeada. Por ejemplo, el agua a 10°C se evaporará de manera instantánea y formará
burbujas en los lugares (como las regiones de las puntas o los lados de succión de las aspas de las
bombas) donde la presión cae por abajo de 1.23 kPa. Las burbujas de vapor (llamadas burbujas de
cavitación debido a que forman “cavidades” en el líquido) se desintegran conforme son barridas hacia
fuera de las regiones de baja presión, con lo que se generan ondas de alta presión extremadamente
destructivas.
Este fenómeno, que es causa común de caída en el rendimiento e inclusive de la erosión de las aspas
del impulsor, se llama cavitación, y constituye una consideración importante en el diseño de las
turbinas y bombas hidráulicas
La cavitación debe evitarse (o al menos minimizarse) en los sistemas de flujo, porque reduce el
rendimiento, genera vibraciones y ruido molestos, y daña al equipo. Las puntas de presión resultantes
del gran número de burbujas que se desintegran cerca de la superficie sólida durante un periodo largo
pueden causar erosión, picadura de la superficie, falla por fatiga y la destrucción eventual de los
componentes o la maquinaria. Se puede detectar la presencia de la cavitación en un sistema de flujo
por su sonido característico de traquetear.
2-6 VISCOSIDAD
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Cuando dos cuerpos sólidos en contacto se mueven uno con respecto al otro, se crea una fuerza de
fricción en la superficie de contacto en la dirección opuesta al movimiento. Por ejemplo, para mover
una mesa sobre el piso, se le debe aplicar una fuerza en dirección horizontal, suficientemente grande
como para vencer la fricción. La magnitud de la fuerza necesaria para mover la mesa depende del
coeficiente de fricción entre la mesa y el piso.
La situación es semejante cuando un fluido se mueve con respecto a un sólido o cuando dos fluidos se
mueven uno con respecto al otro. Es posible moverse con relativa facilidad en el aire, pero no en el
agua. Moverse en aceite sería inclusive más difícil, como se puede observar por el movimiento muy
lento hacia abajo de una bola de vidrio que se deja caer en un tubo lleno con aceite. Parece que existe
una propiedad que representa la resistencia interna de un fluido al movimiento o la “fluidez”, y esa
propiedad es la viscosidad. La fuerza que un fluido fluyente ejerce sobre un cuerpo en la dirección del
flujo se llama fuerza de arrastre, y la magnitud de ésta depende, en parte, de la viscosidad
Para obtener una relación para la viscosidad, considérese una capa de fluido entre dos placas paralelas
muy grandes separadas por una distancia l. Ahora se aplica una
fuerza paralela constante F a la placa superior, en tanto que la placa
inferior se mantiene fija. Después de los efectos transitorios iniciales,
se observa que la placa superior se mueve de manera continua, bajo
la influencia de esta fuerza, a una velocidad constante V. El fluido,
en contacto con la placa superior, se pega a la superficie de ésta y se
mueve con ella a la misma velocidad, y el esfuerzo cortante t que
actúa sobre esta capa de fluido es:
donde A es el área de contacto entre la placa y el fluido. Nótese que la capa de fluido se deforma de
manera continua bajo la influencia del esfuerzo cortante.
El fluido en contacto con la placa inferior toma la velocidad de esa placa, la cual es cero (debido a la
condición de no-deslizamiento). En el flujo laminar estacionario, la velocidad del fluido entre las
placas varía de manera lineal entre 0 y V, y así, el perfil de velocidad y el gradiente de velocidad son:
Los fluidos para los cuales la razón de deformación es proporcional al esfuerzo cortante se llaman
fluidos newtonianos en honor de sir Isaac Newton, quien lo expresó por primera vez en 1687. La
mayoría de los fluidos comunes, como el agua, el aire, la gasolina y los aceites son newtonianos. La
sangre y los plásticos líquidos son ejemplos de fluidos no-newtonianos
En el flujo tangencial unidimensional de fluidos newtonianos, el esfuerzo cortante se puede expresar
mediante la relación lineal:
donde la constante de proporcionalidad m se llama
coeficiente de viscosidad o viscosidad dinámica (o
absoluta) del fluido, cuya unidad es kg/m · s, o de modo
equivalente, N · s/m2 (o Pa _ s, en donde Pa es la unidad de
presión pascal). Una unidad común de la viscosidad es el
poise, el cual equivale a 0.1 Pa _ s (o el centipoise, el cual
es un centésimo de poise). La viscosidad del agua a 20°C es
1 centipoise y, en consecuencia, la unidad centipoise sirve
como una referencia útil. Una gráfica del esfuerzo cortante,
en función de la razón de deformación (gradiente de
velocidad) para un fluido newtoniano es una recta cuya
pendiente es la viscosidad de ese fluido.
La fuerza cortante que actúa sobre una capa de fluido newtoniano (o, por la tercera ley de Newton,
la fuerza que actúa sobre la placa) es:
donde, una vez más, A es el área de contacto entre la placa y el fluido. Entonces la fuerza F.
requerida para mover la placa superior , a una velocidad constante de V al mismo tiempo que la
placa inferior permanece estacionaria,
es:
Para los fluidos no-newtonianos, la relación entre el esfuerzo cortante y la razón de deformación no
es lineal, como se muestra en la figura. La pendiente de la curva en el diagrama de t en función de
du/dy se conoce como viscosidad aparente del fluido. Los fluidos cuya viscosidad aparente se
incrementa con la razón de deformación (como las
soluciones con almidón o arena suspendidos)
se conocen como fluidos dilatantes o espesantes al
corte, y los que exhiben el comportamiento opuesto (el
fluido que se vuelve menos viscoso a medida que se le
sujeta a un corte más intenso, como algunas pinturas, las
soluciones de polímero y los fluidos con partículas
suspendidas) se conocen como fluidos seudoplásticos o
adelgazantes al corte. Algunos materiales, como la
pasta de dientes, pueden resistir un esfuerzo cortante
finito y se comportan como un sólido, pero se deforman
de manera continua cuando ese esfuerzo sobrepasa el
del punto de fluencia, y en consecuencia, se comportan
como un fluido. Esos materiales se conocen como
plásticos de Bingham,
l
Considérese una capa de fluido con espesor dentro de una pequeña brecha entre dos cilindros
concéntricos. La brecha entre los cilindros se puede modelar como dos placas paralelas planas
separadas por un fluido. Nótese que el par de torsión (torque) es T =FR (fuerza multiplicada por el
brazo del momento, el cual en este caso es el radio R del cilindro interior), la velocidad tangencial es
V= wR (la velocidad angular multiplicada por el radio) y al tomar el área de la superficie mojada del
cilindro interior como A = 2pRL cuando se descarta el esfuerzo cortante que actúa sobre los dos
extremos del cilindro interior, el par de torsión se puede expresar como:
donde L es la longitud del cilindro y n es el número de revoluciones por unidad de tiempo, el cual
suele expresarse en rpm (revoluciones por minuto). Nótese que la distancia angular recorrida durante
una rotación es 2p rad, y, en consecuencia, la relación entre la velocidad angular, en rad/min, y las
rpm es v = 2pn . Se puede usar la ecuación esta para calcular la viscosidad de un fluido midiendo el
par de torsión a una velocidad angular especificada. Por lo tanto, se pueden emplear dos cilindros
concéntricos como un viscosímetro, aparato con el que se mide la viscosidad.
TENSIÓN SUPERFICIAL
A menudo se observa que una gota de sangre forma una joroba sobre un vidrio
horizontal; una gota de mercurio forma una esfera casi perfecta y se puede hacer
rodar del mismo modo que una bola de acero, sobre una superficie lisa; las gotas
de agua de la lluvia o del rocío se cuelgan de las ramas.
En estas y otras observaciones, las gotas de líquido se comportan como pequeños globos esféricos
llenos con ese líquido y su superficie actúa como una membrana elástica estirada sometida a tensión.
La fuerza de tracción que causa esta tensión actúa paralela a la superficie y se debe a las fuerzas de
atracción entre las moléculas del líquido. La magnitud de esta fuerza por unidad de longitud
se llama tensión superficial ss y se expresa en la unidad N/m (o lbf/ft en las unidades inglesas). Este
efecto también se conoce como energía superficial y se expresa en la unidad equivalente de N.m/m2
o J/m2. En este caso, ss representa el trabajo de estiramiento que se necesita para hacer que aumente
el área superficial del líquido en una cantidad unitaria.
Efecto de capilaridad
Otra consecuencia interesante de la tensión superficial es el efecto de capilaridad, el cual es el ascenso
o descenso de un líquido en un tubo de diámetro pequeño insertado en un líquido. Esos tubos angostos
o canales de flujo confinado se llaman capilares. El ascenso del
queroseno por una mecha de algodón insertada en el recipiente de una
lámpara con este combustible se debe a este efecto.
El efecto de capilaridad también es parcialmente causante del ascenso del
agua hasta la punta de los árboles altos. La superficie libre curva de un
líquido en un tubo capilar se llama menisco.
Por lo tanto, la fuerza de tensión superficial actúa hacia arriba sobre el agua en un tubo de vidrio, a lo
largo de la circunferencia, tendiendo a jalar del agua hacia arriba. Como resultado, el agua asciende
en el tubo hasta que el peso del líquido en el tubo, por arriba del nivel de éste en el recipiente, equilibra
la fuerza de tensión superficial. En el aire, el ángulo de contacto es de 130° para el mercurio-vidrio, y
de 26° para el queroseno-vidrio.
El fenómeno del efecto de capilaridad se puede explicar en forma microscópica cuando se consideran
las fuerzas de cohesión (las fuerzas entre las moléculas semejantes, como agua y agua) y las fuerzas
de adhesión (las fuerzas entre las moléculas diferentes, como agua y vidrio). Las moléculas del líquido
en la interfaz sólido-líquido están sometidas tanto a fuerzas de cohesión, por parte de las otras
moléculas del líquido, como a fuerzas de adhesión, por parte de las moléculas
del sólido. Las magnitudes relativas de estas fuerzas determinan si un líquido moja o no una superficie
sólida. Es obvio que las moléculas de agua son atraídas con mayor intensidad hacia las moléculas de
vidrio que como lo son hacia las otras moléculas de agua y, en consecuencia, el agua tiende a ascender
a lo largo de la superficie del vidrio. Para el mercurio ocurre lo opuesto, lo cual causa que la superficie
del líquido cercana a la pared del vidrio se deprima.
Considere el manómetro que se muestra en la figura, que se usa para medir la presión en el tanque.
Puesto que los efectos gravitacionales de los gases son despreciables, la presión en cualquier parte del
tanque y en la posición 1 tiene el mismo valor. Además, debido a que la presión en un fluido no varía
en la dirección horizontal dentro del mismo, la presión en el punto 2 es la misma que
la que se tiene en el punto 1, P2 = P1.
donde r es la densidad del fluido en el tubo. Nótese que el área de la sección transversal del tubo no
tiene efecto sobre la altura diferencial h y, por tanto, sobre la presión que ejerce el fluido. Sin embargo,
el diámetro del tubo debe ser suficientemente grande (más de unos cuantos milímetros) para garantizar
que el efecto de la tensión superficial y, por tanto, el ascenso por capilaridad es despreciable.
Los manómetros son adecuados para medir caídas de presión a lo largo de la sección horizontal de
flujo, entre dos puntos especificados, debido a la presencia de un dispositivo, como una válvula o un
intercambiador de calor, o cualquier otra resistencia al flujo. Esto se
realiza cuando se conectan los dos extremos del manómetro a estos dos
puntos. El fluido de trabajo puede ser un gas o un líquido, cuya densidad
es r1. La densidad del fluido manométrico es r2 y la diferencia en su
altura es h.
Se puede obtener una relación para la diferencia de presión P1 =P2 si se
parte del punto 1 con P1, y se desplaza a lo largo del tubo por medio de
la suma o sustracción de los términos rgh hasta alcanzar el punto 2 e
iguala el resultado a P2:
Otro tipo de dispositivo mecánico que comúnmente se utiliza para medir la presión es el tubo de
Bourdon,
Consta de un tubo metálico hueco, doblado como un gancho, cuyo extremo
se cierra y se conecta a la aguja de un indicador de carátula. Cuando el tubo
se abre a la atmósfera, el tubo queda sin cambiar de forma y, en este estado,
la aguja de la carátula se calibra para que dé la lectura cero (presión
manométrica). Cuando se presuriza el fluido que está en el tubo, éste tiende
a enderezarse y mueve el agua en proporción a la presión aplicada.