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UNIVERSIDAD FERMIN TORO

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS


ESCUELA DE DERECHO

ESTADO, DERECHO, JUSTICIA, DEMOCRACIA COMO ELEMENTOS

FUNDAMENTALES DE LAS CIENCIAS JURIDICAS

Autor: Miguel A. Bracho M.


C.I: 9506208
Sección: N-602
Asignatura: Filosofía del Derecho
Facilitadora: Abg. Macarena González

Barquisimeto, Julio 2017


El concepto de Estado constituye uno de los temas fundamentales en lo

que respecta a las ciencias del Derecho, específicamente cuando se hace

desde la visión del Derecho Constitucional; definiéndose este como la parte

del derecho público cuyo campo de estudio incluye el análisis de las leyes

fundamentales que definen un Estado. Desde el punto de vista histórico

social, la evolución de dicho concepto está estrictamente vinculado a la

evolución que han sufrido los grupos sociales, las relaciones que se

establecían entre los miembros de estos, el poder y la autoridad.

Por otra parte el surgimiento del Estado desde el punto de vista de la

teoría, tiene su origen en los supuestos desarrollados por Heller, el cual

hace referencia a ello en su conocida obra póstuma Teoría del Estado. En

ella el autor indica que los reinos y territorios de la Edad Media eran en lo

interior y exterior, unidades de poder político solo de manera intermitente e

incluso, durante siglos, solo excepcionalmente. Su poder estaba limitado, en

lo mismo, por los números depositarios de poder feudal, corporativo y

municipal, y en lo exterior, por la Iglesia y el Emperador.

De igual modo, otros grandes pensadores y filósofos de occidente,

dedicaron grandes refuerzos para explicar cómo surgen estas relaciones de

poder así, como las que se establecen entre gobierno y gobernados. Entre

estas teorías que explican el origen del mismo son de suma importancia las

presentadas por Platón, Aristóteles, Santo Tomas de Aquino, Tomas


Hobbes, Locke, Montesquieu, Rousseau, Hegel, Marx, Lenin, Duguit y

Kelsen entre otros.

Así mismo, en lo que respecta al mundo occidental, el surgimiento del

Estado, el mismo se dio en medio de peculiaridades históricas, políticas,

socio económicas e, incluso, geográficas, propias de cada país y en épocas

diferentes. Pero en todos ellos aparecen como ejes centrales dos procesos

fundamentales que actuaron en forma independiente: la paulatina

concentración del disperso poder político en centros únicos de poder y la

progresiva sustitución del sistema feudal por el modo de producción

capitalista.

Ahora bien, ante todo este tipo de aseveraciones, surge la siguiente

interrogante: ¿Qué es el Estado? En respuesta a ello, se hace referencia tres

grandes pensadores y filósofos de todos los tiempos quienes enfocan desde

distintos puntos de vista la visión que se tiene del mismo. En primero lugar El

primer concepto de la teoría del contrato social y de la teoría de Max Weber,

en ambos casos al mismo se le define como una asociación, concepto que

coincide con el concepto de sociedad y difiere a su vez con el concepto de

gobierno, teniéndose a éste último como elemento del primero; en este caso

y tal como lo plantea Weber bajo una visión clásica del Contrato Social, el

Estado surge como resultado como “…resultado de un acuerdo hecho por

individuos o por un grupo que se impone sobre otros grupos sociales .


De igual modo y en esta onda definitoria del concepto de Estado, se

presentan las ideas presentadas por Hegel, el cual propone un concepto

distinto de Estado, definiéndolo como: “una dimensión abstracta abarcando

otras dimensiones de la sociedad” Aquí la díada Estado-sociedad civil

adquiere significado. Finalmente y bajo la visión de los grandes pensadores

marxistas clásicos (Marx, Engels, Lenin), la figura del Estado se define como

un aparato separado de la sociedad, operando a través de sus instituciones

gubernamentales, administrativas y coercitivas.

Ahora bien, tal como lo expresa Weber en su visión de estado, el mismo

es una forma de organización de los individuos que conforman una sociedad,

los cuales definen de modo mayoritario, el tipo de gobierno bajo el cual habrá

que gobernarse. En relación a esto, la democracia surge como un modelo

de convivencia entre los individuos de esa sociedad. La democracia es una

forma de organización social en la cual la sociedad en su conjunto toma sus

propias decisiones. La forma de tomar esas decisiones puede ser directa o

indirecta; esta última se ejerce a través de la elección de representantes para

la toma de las mismas. En este caso, la democracia debe ser participativa, lo

que quiere decir que las autoridades proveen espacios adecuados para que

la ciudadanía pueda organizarse e influir directamente sobre las decisiones

públicas.

No obstante, la democracia como forma de gobierno, no constituye de por

sí, la panacea a los problemas de una sociedad que decide escogerla como
modelo político, ya que en ello están incisos conceptos a tener en cuenta

cuando se habla de esta forma de gobierno social, el primero lo constituye el

mismo sistema, y el segundo, los individuos que asumen la responsabilidad

de ser gobernantes según las metas que se propongan. Con respecto al

primero se podría concluir que es el modelo político más perfectible que se

pueden otorgar los ciudadanos de un país, ya que son ellos mismos quienes

escogen los líderes que han de gobernarlos en elecciones libres y en donde

todos tienen la misma posibilidad de ser electos.

En lo que refiere al segundo, en algunos casos éstos no llegan a

satisfacer lo deseado por sus ciudadanos, convirtiéndose en muchos casos

en gobiernos que al final terminan aplicando políticas de discriminaciones,

exclusiones, marginación de grupos, supresión de derechos básicos de seres

humanos. Es en este segundo caso en donde se hace necesario la

conjugación no solo del modelo democrático, sino que el mismo debe estar

acompañado de un modelo de justicia social.

Como resultado o no de la presencia de la justicia dentro de un modelo de

gobierno trae como consecuencia que se pueda estar ante la presencia de

sistemas políticos intrínsecamente injustos, es decir, sistemas que desde

leyes y desde estructuras promueven y mantienen situaciones de daño más

o menos grave hacia las personas. Como también existen sistemas políticos

más justos, orientados a servir a la gente y a conseguir mejoras reales en la

vida social.
En este orden de idea, en los últimos tiempos se presentado situaciones

muy particulares en gobiernos cuyos orígenes son legítimos, pero se

deslegitimizan con su accionar en el tiempo a raíz de las continuas

violaciones de los Derechos Humanos (DDHH) o por la no satisfacción de los

intereses mínimos a sus ciudadanos, dando origen a lo que en el Derecho

Internacional se conoce como gobiernos fallidos o forajidos en el peos de los

casos. En contra sentido a ello, surge lo que se denomina el Estado

Democrático, el cual Fernández G, en su obra Estudio de Derecho,

Democracia y Galantismo en Venezuela, lo define como “el gobierno de las

mayorías, el gobierno del pueblo y para el pueblo”. (s/p). Mediante este

sistema, los pueblos se otorgan por medio del sufragio universal, directo y

secreto un gobierno de amplia mayoría, trayendo como consecuencia el

control sobre la toma de decisiones de sus representantes.

Por otra parte, y como consecuencia de un Estado democrático, surge otro

concepto muy importante en lo que se refiere al triangulo estado-

Democracia- Justicia, como lo es el Estado de Justicia. Este modelo de

Estado se caracteriza por la creación de leyes justas en beneficio de sus

ciudadanos, las cuales son justamente aplicadas, eficaces, con sanciones

proporcionadas al hecho ilícito tipificado y que sean acatadas por la sociedad

en su conjunto. No se busca con ello un Estado débil en la aplicación de las

leyes, sino por el que por el contrario uno que garantice a sus ciudadanos la

aplicación del estado de derecho el cual, prohíba entre otras cosas, la


aplicación de una justicia prohibida o la justicia por mano propia entre sus

ciudadanos.

En relación a todos los conceptos antes presentados, surge una reflexión:

¿En la actualidad, Venezuela presenta la figura de un Estado de Derecho

Social y de Justicia? Antes de responder esta interrogante, es de suma

importante analizar los hechos ocurridos en los últimos tiempos, y de este

modo emitir una opinión basada en argumentos sólidos.

Lo primero que hay que tener en consideración es que en un Estado

democrático, de justicia y paz, existe un estricto apego y obediencia a lo que

se establece en la Constitución que sus ciudadanos se han otorgado, la

división de poderes, la clara diferencia entre Estado y gobierno, el respeto a

los Derechos Humanos y finalmente la creación de leyes en pro de los

intereses de la mayoría. En relación a ello, en los últimos años se ha podido

observar que como los gobernantes de turno no han sabido diferenciar entre

lo que es gobierno y estado, es por ello que los ciudadanos venezolanos han

sido víctimas de las mismas instituciones del estado en menoscabo de sus

derechos.

De este modo por ejemplo se puede decir que en la actualidad, en

Venezuela existe una dictadura jurídica administrada desde las oficinas de la

Sala Constitucional y sus siete magistrados, los cuales de modo espurio, se

abrogan facultades de otros poderes, las cuales no están no previstas en la


Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999. Así

mediante varias sentencias han disminuido las facultades de la Asamblea

Nacional, convirtiéndose mediante estos actos jurídicos en un ente legislativo

de facto dentro del Estado Venezolano.

Por otra parte, el Estado venezolano a través de sus distintos órganos

como lo son el mismo Tribunal Supremo de Justicia, el Poder Electoral

violaron de modo flagrante el derecho de los venezolanos a expresarse al

colocar todo tipo de trabas para que se pudiera desarrollar en el país el

referéndum revocatorio, figura presente en la Carta Magna venezolana como

instrumento de los ciudadanos para evaluar la gestión administrativa de

cualquier funcionario electo por votación popular. Sumado a ello, en los

últimos meses la actuación de los organismos de seguridad del Estado han

sido manifiestamente violatoria de los DDHH de la sociedad civil, la cual se

ha manifestado de manera pacífica en contra de la violación a lo establecido

en la Carta Magna.

Con todo lo antes expuesto, es imperativo señalar que no obstante que en

la constitución de la República bolivariana de Venezuela de 1999, se

establece que el Estado venezolano es de corte democrático y de justicia y

paz, la actuación de los órganos del gobierno es manifiestamente contraria a

lo establecido en el marco constitucional, violatorio a los más elementales

derechos fundamentales como lo son el de libre expresión, a la salud, a la

educación el libre tránsito y al de elegir, por lo cual se pudiera hablar que se


está ante un estado forajido por lo cual se hace necesario el restablecimiento

del orden constitucional establecido en la carta magna, restableciendo las

competencia de la Asamblea Nacional, el respeto a la división de poderes, la

prohibición de ser juzgado por opinión, etc.

Referencias Bibliográficas

1. Bracho, Pedro. (2014). Fundamentes de Derecho Público. Quinta

Edición. Editorial Vadell Hermanos, Caracas, Venezuela.

2. Fernández, G. María. Estudio de Derecho, Democracia y Galantismo

en Venezuela: Algunas Reflexiones Críticas. Caracas 2012.

3. Marcano Luis (2007). Es Estado y el Derecho Constitucional General y

Comparado. Editorial Moilibros, Caracas Venezuela

4. Ossorio Manuel (1997) Diccionario de Ciencias Jurídicas y Políticas.

Editorial Heliasta. Buenos Aires, Argentina,

5. Vila Casado, Iván (2007). Fundamentos del Derecho Constitucional

Contemporáneo. Editorial Leguis, Bogotá, Colombia.

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