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I IO BOLETÍN DE LA.

REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA

narrar detalladamente las más notables, así la de Carlos V en


Octubre de 154-lj antes de la desdichada expedición á Argel,
como la de SS. MM. D. a Isabel II y D. Francisco de Asís, acom-
pañados del Príncipe D. Alfonso y las Infantas D , a Isabel y doña
Concepción, en Septiembre de 1860, y la del propio D. Alfon-
so XII, después de restaurado en 1877.
Insértanse al final de la obra once documentos originales y nu-
merosos extractos del libro de actas del Grande y General Con-
sejo, que se guarda en el Archivo General Histórico de Mallor-
ca, testimonios que adveran y completan el texto.
En resumen, el nuevo libro del Archiduque Luis Salvador,
primorosamente editado como todos los suyos anteriores, agota
la historia local de Porto Pi; contiene muchas interesantes pági-
nas, inédita alguna, de la historia de Mallorca, y es digno de
figurar en el cuadro de honor de la bibliografía mediterránea.
El académico que suscribe está seguro de interpretar el sen-
tir unánime de la Academia, á la cual somete como siempre su
dictamen, congratulándose de poseer entre sus miembros hono-
rarios al egregio autor de Porto Pi.

Madrid, 6 de Noviembre de 1914.


G. MAURA.

IV

GEOGRAFÍA ANTIGUA

I
Ei Castillo del V i a n d a r .

Mi ilustre y sabio amigo D. Eduardo Saavedra, pocos años


antes de su fallecimiento, me escribió para que averiguase la si-
tuación de este castillo, citado por Edrisí y por el rey D. Alfon-
so el onceno, y que él no había podido determinar dónde se en-
contraba. Entonces andaba yo viajando por la Sierra de Córdo-
ba ocupado en la catalogación de los monumentos históricos y
GEOGRAFÍA ANTIGUA [ II

artísticos de mi provincia, y, poco después, di noticias al sabio


arqueólogo de lo que excitaba su curiosidad, pero no publiqué
el resultado de mi descubrimiento, que es el que ahora ofrezco á
la Real Academia de la Historia.
Al marcar el Nubiense el itinerario de Córdoba á Badajoz,
pone la primera etapa en Dar Albacar, Castillo del Bacar, cuyas
ruinas se ven cerca de la estación de Villaharta, en el ferrocarril
de Córdoba á Bélmez, y «desde allí al fuerte de Beinadar, una
jornada. Después á Azuaga..., etc.»
En relación con esto, el Libro de la Montería del Rey D. Al-
fonso XI"(i) dice: «La Sierra délos Sanctos, que es cerca del Cas-
tillo del Viandar, es buen monte de oso... et son las vocerías
desde la senda que se desina á las casas de Johan Escribano
por el camino fasta las Navas de Doña Rama, et el camino ade-
lante fasta en asomante á la posada de Diego Alfonso, et por
allende de este arroyo ayuso fasta que llegue a'l campo de las
Foyas de Doña Sancha, et que tengan los rostros contra la Sie-
rra de los Sanctos, porque non pase el venado contra las cum-
bres de Fresnedoso, et que estén monteros encima de la Sierra
de los Sanctos que deseñan. Et son las armaduras, la una en el
Foyo del Viandar y et la otra en las Navas de Doña Rama.»
Es evidente que los Castillos de Beinadar y de Viandar son 1 el
mismo, con una ligera corrupción en el nombre, y, según Edrisí,
Beinadar era el punto intermedio entre Bacar y Azuaga, debien-
do corresponder á las cercanías de Fuente Ovejuna. Según el
Libro de la Montería^ estaba frente á la Sierra de los Santos, en
un extremo, y en el otro las Navas de Doña Rama. La Sierra de
los Santos conserva su nombre y se halla entre Fuente Ovejuna
y Bélmez. Las cumbres de Fresnedoso son las que dominan el
arroyo aún llamado así, y son fronteras á la Sierra de los Santos.
Las Navas de Doña Rama son unos rasos al lado de la aldea de
Doña Rama, anejo de Bélmez, y el Foyo del Viandar es la otra
aldea ó anejo de Bélmez, conocido en la actualidad simplemente
por El Hoyo. Pues bien, á unos ÓOO m., próximamente, al Norte

(i) lomo ir, pág. 349,


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de la aldea del Hoyo, en una eminencia, se encuentran las ruinas,


informes de un castillo, y el cerrete se llama hoy Castillo del
Hoyo. Es decir, que del Castillo del Viandar tomaba nombre en
el siglo xiv el Hoyo, conociéndosele por Hoyo del Viandar, y
destruido y olvidado el Castillo y progresando el lugarejo del
Hoyo hasta formar un pueblo, se perdió el nombre árabe, y el
Castillo ha venido á llamarse del Hoyo.
No sé de cuándo data el cambio de nombre, pero sí que el
de Viandar duraba aún en 1573» e n Q.ue n o s ólo se llamaba así
el Castillo, sino que también unas huertas al lado que aún es-
tán cultivadas y que entonces eran propiedad ele D. Bernardino
de Bocanegra, vecino de Córdoba, quien las arrendó, en 8 de
Diciembre, por escritura ante el notario Fernán Martín Loza-
no ( i ) , á Juan García de Molina, por siete anos, á razón de once
ducados cada uno. Los restos del Castillo, como queda dicho,
son ya ruinas informes, aunque aún se ve bien que la planta era
rectangular, con torreones que le flanqueaban.

II

A c u a Bortora.

'El Sr. Lamente Alcántara, en su traducción del Ajbar Mach-


mua, reduce este lugar á la venta de Agua Dulce en el camino
de Córdoba á Adamuz, por donde dicha vía pasa el puerto para
ir á La Conquista y Almodóvar del Campo, pero á mi entender
se equivoca. El camino para Almodóvar del Campo está marca-
do por Edrisi, por los montes de Arles, hoy cumbre Arboles,
I I millas; de allí á Dar Albacar, Castillo del Bacar, 6 millas; de
allí á Pedroche, 40 millas; de ésta á Gañe, lugar dudoso, 7 millas,
y desde allí á Gebel Afur, otro Dar Albacar y Calatrava. Desde
Calatrava parten los caminos para Almodóvar y Ciudad Real.

(1) Protocolo de este escribano, año 1573, folio 188 vuelto; se conserva
en el archivo del Ayuntamiento de Bélmez, aunque debía estar en el ar-
chivo de protocolos de Fuente Ovejuna, que es la cabeza del partido ju-
dicial.
GEOGRAFÍA AKTIGUA 113

El camino á Badajoz es igual hasta Dar Albacar, y desde allí á


Beinadar, Azuaga, el río de Etina, Alage y Mérida y Badajoz.
Como se ve, no había que pasar por Adamuz ni por Agua Dulce
para ir de Córdoba á Ciudad Real.
En las contiendas de los árabes españoles, bajo los emires de-
pendientes de Damasco, se dio una gran batalla que ganó Balch
con los sirios que había traído de Ceuta, pero en la que perdió
la vida. El ejército que Juchó contra Balch se formó en Narbona,
y viniendo de allí á Córdoba, es lo natural que pasase por Tole-
do, y de Toledo tomaría el camino más breve y frecuentado, es
decir, el primero de los itinerarios del Nubiense. Balch le salió
al encuentro, partiendo de Córdoba, y se hallaron á dos bar id de
la capital. El barid era lo que puede correr un caballo de pos-
tas, próximamente cuatro paransangos ¡ 6 lo que es lo mismo, 12
millas; se hallaron, por lo tanto, los ejércitos á 24 millas de Cór-
doba, ó sea á dos jornadas.
En el segundo itinerario del famoso viajero marca de Córdoba
á Dar Albacar una jornada, y otra al Castillo de Beinadar que,
como hemos visto, está en el antiguo término de Fuente Oveju-
na, de donde se desprendió todo el término municipal de Bel-
mez. Está á 600 m. de la aldea del Hoyo, lindante con Fuente
Ovejuna, precisamente por el lado de Masatrigo y próximo á la
Venta del Vado, ó mejor dicho, al Vado del Guadiato. Es claro
que la batalla se dio junto al Castillo del Viandar, y como el his-
toriador no había de medir el terreno con un metro, poco im-
porta que fuese milla más milla menos, mucho más cuando el ba-
rid no se puede calcular más que por aproximación, pues es una
medida bastante indeterminada. Supuesto esto y la existencia de
una fuente abundantísima ó de una laguna, si es que ya se había
perdido la fuente, y este agua que brotaba estaba en una llanu-
ra muy extensa de cerca de media legua, no creemos que sea
aventurado suponer en Masatrigo el encuentro, en 14 de Mayo
de 742, y la lucha en que Balch, aunque vencedor, perdió la
vida, pues si no murió en la batalla, sucumbió á consecuencia de
las heridas en ella recibidas. Muerto Balch y elegido emir Tsaaba,
halló expedito el camino á Mérida, adonde se dirigió para com-
TOMO LXVI 8
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batir á los beledíes y berberiscos que, fugitivos de Acua Borto-


ra, se habían reunido en sus inmediaciones (i). Claro es que si la
batalla hubiera sido cerca de Adamuz, los rebeldes se hubieran
replegado á Toledo ó al Campo de Calatrava, siguiendo el cami-
ne de las Navas de Tolosa y el Castillo de Salvatierra, y no hacia
Badajoz, ó sea al extremo opuesto.
En mi concepto, Acua Bortora corresponde á un cerro llama-
do Masatrigo, á una medía legua al Este de Fuente Ovejuna, á
cuyo pie hay un abundantísimo manantial que alimenta una lagu-
na de más de 65 m. de largo por unos 17 de ancho, y cuya pro-
fundidad no se ha sondado. El agua viene á la laguna por un
acueducto de más de medio metro de cauce y de más de media
legua de extensión, que arranca de la fuente de la Chica, á una
legua de Fuente Ovejuna, se descubre al lado de la vía férrea,
que pasa por encima, y se va encontrando de trecho en trecho
hasta llegar á Masatrigo. El espacio entre Masatrigo y Fuente
Ovejuna es una extensa llanura de más de media legua. En el
borde de la laguna hay una gradería de tres ó cuatro escalones
tallados en la roca, y en lo alto del cerro hay un pozo estrecho y
hondo, tallado también en la roca, y al lado, una herradura de
caballo descomunal, también tallada. Hay en el país quien asegu-
ra que el pozo y la laguna se corresponden, y que hay aposen-
tos ó almacenes llenos de agua. La fuente, que ya no tiene nada
de artística, fué construida en la época romana por un Cayo Qui-
rino, de la tribu Galería, según reza la inscripción 2.343 de Hüb-
ner y que se conserva aún en la escalera del Ayuntamiento de
Fuente Ovejuna, y tanto ésta como los números 2.344 y 2.345,
fueron encontrados en el cerro de Masatrigo, donde debió estar
la Melaría de los romanos.
Algunos historiadores quieren que Acua Bortora sea el agua
medicinal de Villaharta; pero además de que este manantial es
de descubrimiento moderno, Villaharta está en el Bacar, á un ba-

(r) Dozy: Historia. Tomo 1, cap. x, pág. 189 de la traducción española


de Machado.
UN MANUSCRITO SOBRE GEOGRAFÍA. ANTIGUA II5

rid nada más de Córdoba, y, por lo tanto, no se acomoda á


]a medida.
Después de expuesto lo que antecede, sólo me falta añadir que
si se me prueba que estoy equivocado, lo confesaré con gusto, pues
vo me creo hombre cuerdo y de éstos es el cambiar de opinión.
Toledo, 20 de Septiembre de 1914.
RAFAEL RAMÍREZ DE ARELLANO.

V
UN MANUSCRITO SOBRE GEOGRAFÍA ANTIGUA

Nuestro docto correspondiente en Toledo, Sr. D. Rafael Ra-


mírez de Arellano, ha remitido á esta Academia un curioso ma-
nuscrito, en que trata dos puntos de Geografía antigua:
Es el primero el castillo de Viandar, citado por Edrisí, y que
también se menciona en el Libro de montería de Alfonso JCI, y
cuya situación dice que le encargó averiguar el finado é inolvi-
dable académico Excmo. Sr. D. Eduardo Saavedra, de tan grata
memoria. Después de copiar lo que sobre este punto dice el Libro
de Montería, estima el Sr. Ramírez de Arellano evidente que el
castillo de Reinadar que, según Edrisí, era el punto intermedio
entre Bacar y Azuaya y debió corresponder á las cercanías de
Fuente Ovejuna, era, con ligera corrupción en el nombre, el
mismo que el de Viandar, Apoyó tal creencia en que la Sierra
de los Santos, situada entre Ovejuna y Bélmez, como también
las cumbres del Fresnedoso, conservan sus nombres. Que las Na-
vas de Doña Rama y el Hoyo de Viandar, llamado hoy simple-
mente El Hoyo, son anejos de Bélmez. Que el castillo de Vian-
dar tomaba de nombre El H o y o , conociéndose por Floyo del
Viandar, y destruido y olvidado el castillo, y progresando el lu-
garejo del Hoyo, perdió el nombre árabe y se llama del Hoyo.
En el segundo punto tratado por el Sr. Arellano, titulado Ama
Bortora, rebate la opinión del Sr. Lafuente Alcántara, que re-
duce este lugar á la Venta de Agua Dulce en el camino de Cor-

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