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El Camino A Tenochtitlán: Batallas

De Tlaxcala Y Cholula

Consolidada la alianza con

los totonacas los españoles reforzaron Veracruz con la construcción de una


pequeña fortaleza. Decidieron tomar rumbo a la capital mexica para conocer al
tlatoani Moctezuma. En Veracruz quedarían un grupo de soldados para cubrir las
espaldas de la expedición y poder alertar de la llegada de buques españoles no

demasiado amistosos, véase, enviados por el gobernador Velázquez. La conquista

de México empezaba a tomar ya cuerpo.

Cortés envía emisarios a Castilla para


informar al rey Carlos
Antes de marchar el cabildo decidió escribir una carta o relación a su Majestad
narrándole todo lo acaecido desde su salida de Cuba y enviarle también gran parte
del oro obtenido en las distintas campañas para ganarse su favor. Para ello se
aparejó una nave de las mejores que tenían, se embarcó a Alaminos como piloto
y como capitanes a Alonso Hernández de Porto Carrero y Francisco de
Montejo para marchar a Castilla, entrevistarse con el rey Carlos I, entregarle su
quinto real, los regalos y la carta de relación redactada por el cabildo o mejor dicho,
por Cortés.
Con esta maniobra querían adelantarse a cualquier acción que Diego Velázquez
pudiese emprender en contra de la expedición de Cortés declarándolo en rebeldía.
La nave partió el 26 de julio de 1519 de San Juan de Ulúa en dirección a la
Habana y de allí en no muchos días llegó a Sevilla. El rey no estaba en la ciudad
hispalense sino en Flandes por lo que optaron por enviarle todo mediante los
conductos oficiales. El emperador lo recibió con gran alegría y agradecimiento a
pesar de la dura oposición del obispo Rodríguez de Fonseca que sabedor de
las acciones de Cortés las criticó y censuró. El obispo tomaba partido firmemente
por Diego Velázquez.

Hernán Cortés “quema” sus naves


Mientras tanto pasaban los días en Veracruz, en donde se trabajaba arduamente en
su construcción. Volvieron a oirse rumores de soldados molestos por el reparto del
oro y algunos además por no haberles dejado regresar a Cuba. Los partidarios de
Velázquez cada día estaban más crispados, existía un serio peligro de rebelión, por
ello Cortés junto a sus hombres tomó una decisión salomónica; para evitar la
disgregación del ejército o incluso una guerra civil entre españoles embarrancó
todas sus naves en la costa inutilizándolas para la navegación. La historia siempre
ha hablado de que “quemó las naves” pero no es cierto, jamás las quemó, esto
habría sido ridículo ya que habría perdido mucho material (maderas, hierro,
cordajes, etc) que le podría haber sido de mucha utilidad, y por supuesto,
posteriormente lo fue. Simplemente las embarrancó para dejarlas inservibles. De
esta manera ya no había marcha atrás posible, vencer o morir, la única ruta
posible ahora mismo era la que llevaba a Tenochtitlan.

Cortés parte hacia México


Tras unas semanas de preparativos partieron hacia México a mediados de
agosto de 1519. La expedición estaba compuesta por 15 caballos, 400 soldados
de infantería, 200 cargadores y 1000 totonacas. Iban a recorrer unas 200 millas de
terreno montañoso con frío y viento cuando ellos ya estaban acostumbrados al calor
y la humedad del Caribe, y supondría un esfuerzo de unos tres meses salpicados
de batallas y muchos, muchísimos problemas que tuvieron que ir solventando como
pudieron.
Todo fue bien al principio, entraron en distintos poblados, unos libres y
otros sometidos a la autoridad de Moctezuma, pero en general fueron
bien acogidos, por lo menos con corrección, dándoles alojamiento temporal y
algo de alimento. Pero los problemas serios comenzaron al llegar a la frontera del
estado de Tlaxcala, un duro pueblo guerrero que no se había dejado dominar por
los aztecas a pesar de estar rodeados por otros territorios sojuzgados por el
emperador Moctezuma.

Batalla de Tlaxcala
El 2 de septiembre de 1519, camino de Tlaxcala, tuvo lugar la primera batalla. A la
altura del pequeño poblado de Tehuacingo se encontraron con un fuerte ejército
de tlaxcaltecas formado y esperando pacientemente. Fue una batalla breve,
los nativos atacaron valientemente pero ante las primeras
descargas de los cañones y los mosquetes españoles huyeron
despavoridos. Posteriormente actuó la caballería española que en veloz ataque
llegaron hasta los capitanes enemigos provocando la retirada de todo el ejército
tlaxcalteca. Pero tan solo fue un impás en la batalla porque 3 días después, el 5 de
septiembre, tuvo un lugar un nuevo enfrentamiento muy similar: multitud de nativos
que no tenían ni idea de contra lo que se enfrentaban, el ejército español formado
por cuadros de hombres bien juntos y la caballería atacando a los principales del
otro ejército. De nuevo quedaron descabezados dando por terminada la batalla con
la huida tlaxcalteca.
Cortés envió emisarios con mensajes de paz pidiendo el cese de la guerra
y el establecimiento de una alianza hispano-tlaxcalteca para combatir a los
mexicas, pero los caciques, a pesar del daño recibido, no
aceptaron estas ofertas; querían seguir luchando. Mientras tanto Cortés visitó a
distintos pueblos cercanos en los que sí consiguió varias alianzas y acuerdos de
colaboración. Pero un nuevo problema estaba creciendo en su cuartel general: de
nuevo los partidarios de Velázquez estaban intrigando, no sin razón, por esa
aventura suicida en la que se habían embarcando. Le pidieron a Cortés regresar a
Veracruz donde, por lo menos, había paz y allí podían estar más tranquilos y no
metiéndose en mil batallas con pueblos poderosos y mucho más numerosos que
ellos. Pero Cortés les respondió que no podían echarse atrás ahora cuando se
estaban ganando el respeto y el miedo de sus oponentes, sería una muestra de
debilidad y de retirada, lo que envalentonaría a sus enemigos y, a la vez,
decepcionaría a sus aliados, convirtiéndose éstos en sus rivales por haberles
abandonado. Es decir, tuvieron que tragarse sus palabras y continuar luchando.

Alianza hispano-tlaxcalteca contra Moctezuma


Las noticias de las victorias españolas contra los tlaxcaltecas habían llegado hasta
Tenochtitlán. Esos pocos extranjeros, auxiliados por unos centenares de nativos
estaban poniendo patas arriba la autoridad y el poder mexica. Moctezuma viendo
que cada vez estaban más cerca de su capital envió a cinco
emisarios para cubrirles de regalos y de buenas palabras de amistad
y paz. Mientras Cortés fue visitado por Xicoténcatl, capital general de Tlaxcala,
que le pidió perdón por haberlos atacado hasta en tres ocasiones porque, según le
confesó, pensaban que eran aliados de los mexicas, íntimos enemigos suyos, y que
por ello les atacaron con tanta furia, y que de esta manera y ya sabiendo que no
tenían nada que ver con ellos le ofrecían su amistad y su ayuda para lo que fuera
necesario.
Cortés les perdonó y acogió como amigos sin embargo les abroncó por su
comportamiento y amenazó con que si se echaban atrás y volvían a atacarles les
destruiría sin piedad. Estas noticias llegaron a oídos de los delegados de
Moctezuma y comprendieron que aquello no les favorecía en nada, pidieron permiso
a Cortés para enviar el relato de estos hechos a su emperador y se quedaron allí a
la espera de su respuesta que no fue otra que por favor se volviesen de donde habí-
an venido y le informasen.

Para sellar la nueva alianza el ejército extranjero fue recibido por los tlaxcaltecas en
su capital. Allí les prometieron fidelidad y, como eran pobres, no pudieron darles
muchos regalos pero varios caciques sí les entregaron algunas de sus hijas como
esposas a algunos de los capitanes. Práctica muy habitual entre los pueblos indí-
genas y, por supuesto, también entre los monarcas europeos aunque con un poquito
más de pomposidad. El capitán Pedro de Alvarado casó con la hija de uno de los
caciques más importantes, a la que bautizó con el nombre de doña Luisa con la
que tuvo dos hijos, un varón y una hembra.
Cortés, como era habitual, les intentó convencer para que derribasen sus ídolos y
abrazasen la religión católica pero los tlaxcaltecas se opusieron y le explicaron que
poquito a poco irían conociendo esa nueva religión y que quizás en un futuro no muy
lejano la adoptarían y se harían fieles a su único Dios. No podían renunciar a sus
ritos y costumbres de un día para otro. Postura, por otro lado, muy coherente.
El padre de la Merced, clérigo que les acompañaba, convenció a Cortés de que
así era mejor, no tratar de imponerles mediante la violencia sus creencias, ya que en
el momento que ellos se marchasen harían lo que les vendría en gana y que por ello
era inútil entrar en disputas por esos asuntos. El general cedió y dio por buena la
postura tlaxcalteca pero les pidió que por favor los sacrificios cesasen y también la
antropofagia habitual en estos pueblos.

Diego de Ordaz ve Tenochtitlán desde el volcán


Popocatepetl
Durante estos días en Tlaxcala un volcán que se encontraba muy cerca,
el Popocatepetl, entró en erupción llamando la atención de los españoles. Uno de
ellos, Diego de Ordaz, pidió permiso para subir al cráter y poder ver qué era lo
que ocurría allí. Cortés le dio permiso y para allá que se fue el aventurero junto con
un par de soldados y un grupo de indios. Llegados a un punto de la ascensión donde
había un ídolo estos indios no quisieron continuar por ser el límite de tierra sagrada
para ellos. Ordaz y los dos soldados españoles continuaron hasta la cima. Allí se
encontraron con una gran sorpresa, contemplaron una de las imágenes más
impresionantes que se podría ver en aquella época: todo el valle de México con
el lago de Totoca y sus ciudades y en el centro, Tenochtitlán. Quedaron
maravillados y rápidamente bajaron a contar lo que sus ojos habían visto.

Llegada de los españoles a la ciudad sagrada


de Cholula
Tras tres semanas de descanso en Tlaxcala partieron hacia Cholula, ciudad
sagrada aliada de los aztecas. Los españoles fueron muy bien recibidos en las
mismas puertas de la ciudad por las personalidades más importantes de la misma.
Se les invitó a entrar pero bajo una condición, que los tlaxtaltecas se volviesen a sus
tierras ya que eran enemigos y no podían admitir que éstos entrasen armados en su
ciudad. Sus razones parecían lógicas por lo que se ordenó a los tlaxcaltecas
quedarse en los alrededores de Cholula sin entrar en ella.
Al principio el trato dado a los españoles por sus anfitriones fue muy correcto pero
poco a poco se fueron desentendiendo de los españoles dejándoles prácticamente
abandonados dentro de su propia ciudad. Cortés protestó e hizo ir ante él a los
caciques y estos le dijeron con evidente miedo que Moctezuma les había ordenado
que les frenasen en su avance hacia Tenoxtitlán y que no les diesen de comer ni de
beber. La situación era muy delicada. Unos indios de Cempoala le dijeron a Cortés
que en las calles habían visto enterrados diversos instrumentos de guerra para
matar a los caballos y muchas piedras y adobes sobre las azoteas para ser
arrojados, además habían visto también la ejecución de varios sacrificios humanos
al dios de la Guerra aquella misma noche, señal evidente de que estaban
preparando un ataque contra ellos.

Matanza de Cholula
De nuevo, Cortés hizo llamar a alguno de los caciques de Cholula, fueron
interrogados y finalmente confesaron que tanto dentro como en el camino de
Tenochtitlán había más de veinte mil guerreros mexicas esperando la orden de
atacar pero que por culpa de la indecisión de Moctezuma aún no lo habían hecho.

La reacción española y tlaxcalteca no se hizo esperar, atacaron dentro de la ciudad y


consiguieron rendirlos provocando la actuación brutal de los tlaxcaltecas. Actuación
que tuvo que ser refrenada por Cortés ya que los mexicas se habían rendido y
mostraban obediencia a los españoles. Tras estos enfrentamientos hubo dos
semanas de relativa calma en Cholula y se decidieron a iniciar el camino que les
llevaría a las mismas puertas de Tenochtitlán.

5 thoughts on “El camino a Tenochtitlán: batallas de Tlaxcala y Cholula”


1.Jorge Contreras
24/05/2011 a las 1:17 am

Algunas observaciones:

Como eres español, seguro se te dificultan un poco los nombres en náhuatl: Xicotenga es

correctamente Xicoténcatl, (la X se pronuncia como “Sh”) y no es Lago de Totoca, es Lago de

Texcoco, (aquí sí la X con su sonido típico “ks”).

Hay muchas cosas interesantes de Tlaxcala, por ejemplo, era una Repíºblica y no una

Monarquía, un caso atípico entre los Estados indígenas, que quizá anunciaba un cambio en la

evolución política en América, (aunque Chichén Itzá, la ciudad maya, también fue republicana,

segun parece) se había conformado por la fusión de 4 señoríos o pequeños reinos, de forma

similar a Emiratos Arabes en la actualidad, dentro de cada uno de sus dominios el señor, que no

usaba el título ni la corona de tlatoani o rey sino un tocado de plumas sujeto a la cabeza por una

banda roja y blanca de tela, ejercía autoridad absoluta, pero los 4 formaban un consejo de

gobierno para todo el Estado y respondían ante un Senado formado por integrantes de la

nobleza de los 4 reinos; además, Tlaxcalla era multiétnica, pues los estratos superiores de la

sociedad eran de origen Náhua, mientras que las clases bajas, y sobre todo el ejército, que

además era una fuerza relativamente pequeña, pero excelentemente entrenada, disciplinada y

equipada para los estándares americanos, curtida en muchos combates contra los Mexica o

Azteca,y sobre todo, profesional, estaba integrado en su mayoría por Otomíes, aunque con

mandos náhuas, por supuesto, como el caso de Xicoténcatl el Joven, que ostentaba el rango de

Capitán General o comandante en jefe de todo el ejército tlaxcalteca, y que era hijo de uno de

los 4 Señores, Xicoténcatl el Viejo.

Así, los tlaxcaltecas no fueron conquistados por los españoles, sino que Tlaxcala y España,

juntas, como potencias aliadas, conquistarían muchos de los territorios que ahora forman

México, posteriormente, los Tlaxcaltecas reconocerían voluntariamente al Rey de España como


su superior y así entraron a formar parte del imperio español,y tampoco fueron traidores como la

chabacana y cuentera “historia oficial” mexicana los pone, eran tan ajenos a los aztecas como

los Griegos de Macedonia a los Romanos, por ejemplo.

1.Admin

25/05/2011 a las 9:35 am

Jorge, muchas gracias por tus observaciones. No tengo ni idea de náhuatl y si a ello le unes

que la mayoría de la documentación la he sacado del libro de Bernal Díaz del Castillo pues

los errores en los nombres serán una constante. Trataré de que se produzcan lo mínimo

posible.

Muy interesantes tus comentarios sobre los tlaxcaltecas. Se produjeron dos enfrentamientos y

en ambos fueron derrotados y por ello se aliaron (¿rindieron?) a los españoles y los

totonacas al ver el negocio que podían hacer contra la Triple Alianza de Moctezuma, ¿eso

no es ser conquistados o vencidos? ¿Cuál es tu punto de vista?

Saludos

2.Jorge Contreras
26/05/2011 a las 2:05 am

De hecho, ambas batallas entre Tlaxcaltecas y Españoles fueron ataques de prueba lanzados

por Xicoténcatl sin comprometer al grueso de sus fuerzas, a raíz del resultado, fue que se

decidió por parte del Consejo y del Senado de Tlaxcala aliarse a España.

Tiempo después, ya cerrado el sitio contra Tenochtitlan, el propio Xicoténcatl el Joven pretendió

dar un golpe de estado y romper la alianza con los españoles al darse cuenta de las verdaderas

intenciones de Cortés. El joven general tlaxcalteca fue apresado, juzgado por el Consejo

(incluido su padre) y ejecutado en la horca.

Sin embargo, íºltimamente, al menos aquí en México está habiendo cambios acerca del estudio

de la conquista, ahora se está viendo más como una especie de revolución o movimiento social

de inconformidad de gran parte de los pueblos sometidos, y de los enemigos, como Tlaxcala

contra el Imperio de la Triple Alianza, en el que Cortés, un extranjero, fue el líder y catalizador
del descontento. En cierta forma, Cortés fue quien estructuró un nuevo orden, bajo la bandera

española, ciertamente, pero con un gran consentimiento de parte de los indígenas, para

quienes, olvidándonos de leyendas negras, el orden colonial resultó más justo que el azteca,

que era detestado por los elevados impuestos, y sobre todo por el régimen de terror instaurado

a base de sacrificios humanos.

Por cierto, Tlaxcala mantuvo una gran autonomía durante la colonia, las familias de los 4

señores y nobles y oficiales del ejercito recibieron títulos de nobleza españoles, podían montar a

caballo y vestir a la europea, se respetaron las propiedades de los tlaxcaltecas y se les permitió

seguir siendo paganos durante un tiempo (incluso hubo mártires del cristianismo) aunque poco

a poco se impuso el cristianismo, y su sistema político, en el que se incluyó a españoles

residentes en la zona, criollos y mestizos, siguió vigente hasta la Constitución de Cádiz y luego

la independencia, en que se convirtió en un estado más de la repíºblica federal, como sigue

siendo hasta hoy, si algíºn día vienes a México, en el palacio de gobierno de Tlaxcala, que es el

mismo en que se reunía el senado, pero remodelado a la europea, hay murales que explican

toda esta Historia.

3.Admin

26/05/2011 a las 14:55 pm

Me alegro de que en México se esté empezando a ver y a estudiar todo el período de la

conquista con otros ojos y con otra mentalidad, creo que es importante que se sepa lo que

ocurrió realmente allí y en el resto de América.

Muchas gracias por tu magnífica aportación.

4.Jjosearturo
07/08/2011 a las 16:21 pm

Hace tiempo conocí el palacio de Cortés en Tlaxcala frente a la laguna de acuitlapilco, y por lo

tanto invité a unos amigos de otro estado a visitarlo. Mi sorpresa fue saber que no era real

respecto a la historia y me hizo pasar una gran pena y verguenza ante mis

conocidos.Afortunadamente las ruinas de cacaxtla me sacaron esa gran pena. ME GUSTARí


A

que de alguna forma fuera aclarada esta situación por parte de turismo. debo declarar que la

construcción tiene una bella forma arquitectónica principalmente en la parte posterior que
aunque se presume no es parte de la historia, debería tomarse en cuenta de alguna

forma,porque puede reflejar cierta motivación de identidad.

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