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Por qué la edad no es una barrera para aprender un

idioma
de James Lane

Brain Series Never Too Old To Learn

“… para mí, ser viejo es siempre tener quince años más de los que
tengo” – Bernard Baruch, financista y filántropo estadounidense

Querido lector, ¿estás en la flor de tu adolescencia? ¿O tienes veinte


años, estás lleno de energía y listo para emprender aventuras? ¿Tienes
toda la vida por delante, como un majestuoso tapete persa que acaban
de desenrollar?

Qué bueno para ti. Pero mejor lárgate y ponte a leer otra cosa.

Ah, mucho mejor así. Ahora que todos esos jóvenes se han esfumado,
podemos hablar de un tema delicado: ¿es posible para ti aprender un
nuevo idioma si ya tienes un par de años más? ¿Eres capaz memorizar
todo ese vocabulario nuevo? ¿Puedes aprender nuevas estructuras
gramaticales? ¿O es demasiado tarde para comenzar?

Tenemos buenas noticias. La liebre joven probablemente correrá a


toda velocidad dejándote atrás, pero tú, aunque avances como una
tortuga, tienes ciertas ventajas en esta carrera lingüística. Tu cerebro
es capaz de hacer cosas que ni siquiera te imaginas y puede
desarrollarse de manera excepcional, incluso cuando ya has llegado a
una edad avanzada. Además, existe un área en la que tu edad es una
enorme ventaja: el aprendizaje autónomo. Quítate entonces tus
cómodas pantuflas, sírvete una taza de té (o algo más fuerte) y
continúa leyendo.
Tu cerebro es plástico

Décadas atrás, los científicos tenían un concepto mucho más rígido


del cerebro. Creían que la manera como este se desarrolla en la niñez
determina en mayor o menor grado la estructura que tendrá el resto de
la vida.
Pero ahora sabemos que esto no es verdad. Un estudio decisivo
llevado a cabo en 2000 (Macguire et al.) examinó la materia gris de
los taxistas londinenses. No, no las pelusas grises que se acumulan en
tu ombligo, sino lo que hay dentro de tu cerebro. Los taxistas que
pasaban mucho tiempo conduciendo tenían un mayor volumen de
materia gris en el hipocampo, una pequeña parte del cerebro que tiene
la forma de un caballito de mar y está a cargo de la memoria
(espacial). Esto era una prueba fehaciente de la neuroplasticidad, la
capacidad del cerebro para cambiar y establecer nuevas conexiones
neuronales.

El resultado generó una gran ola de investigaciones sobre


neuroplasticidad. En la actualidad sabemos que nuestro cerebro puede
cambiar si lo ejercitamos, efecto que se evidencia incluso después de
unas pocas sesiones. Cuanto más larga la sesión de ejercicios, tanto
más potentes serán los efectos. Posteriormente, en el año 2010, un
equipo de scientíficos suecos examinó durante seis meses a un grupo
de jóvenes (21 a 30 años) y a uno de mayores (65 a 80 años), ‘sin
detectar ninguna diferencia significativa en la plasticidad de la
microestructura de su materia gris que pudiese ser causada por la
edad’. Traducción: también los cerebros de mayor edad pueden
transformarse.
La neuroplasticidad y el aprendizaje de idiomas

¿Qué le sucede entonces al cerebro de un adulto que está aprendiendo


idiomas? En 2012, los científicos examinaron durante nueve meses a
un grupo de estudiantes adultos que estaban aprendiendo chino,
quienes mostraron una ‘mejor cohesión de la materia blanca’ en este
periodo de tiempo. La materia blanca es lo que conecta las células
neuronales. Cuanto mejor estén conectadas, tanto mejor serán los
resultados de nuestras actividades cognitivas.

Un resultado aún más significativo fue el aumento del tamaño del


hipocampo (¡de nuevo el caballito de mar!) en un grupo de intérpretes
militares después de estudiar intensamente idiomas durante tres
meses.
¿Necesitas más? Con gusto: aprender idiomas amplía tu ‘reserva
cognitiva’, lo que te hace más resistente contra el desgaste del
cerebro. ¡Enhorabuena si eres bilingüe! Probablemente ya has
aplazado el inicio de la demencia varios años. ¡Puedes volver a
brindar por ello!
Esos viejos tramposos

Si te molesta no ser tan rápido como antes, o que tu memoria no lo


sea, no te desanimes. Tienes algo a tu favor con lo que no cuenta
ningún adolescente.

Has aprendido cómo aprender. Sabes qué estrategias funcionan en tu


caso y cuáles, en cambio, son solo una pérdida de tiempo. Es posible
que tu cerebro no sea tan ágil como el de alguien que tiene la mitad de
tus años, pero tú tienes mejores ‘habilidades metacognitivas’. Otra
manera de llamarlas es: ‘aprendizaje autónomo’.

Hace un par de años, uno scientíficos intentaron probarlo. Formaron


grupos de personas jóvenes y viejas, y les mostraron palabras que
tenían adherido un puntaje diferente, desde valores bajos hasta valores
altos. Luego le permitieron a las personas repasar las palabras que
desearan. Notaron que las personas mayores se tomaban más tiempo
para las palabras de valores altos, pero su capacidad de recordar era
igual de buena que la de los jóvenes.

De una manera muy interesante este estudio también demostró por


qué las personas de edad avanzada no son dignas de confianza: los
científicos descubrieron que los viejos, astutamente, habían revisado
en secreto las palabras de alto puntaje justo antes de comenzar la
prueba.

En conclusión, no existe ninguna razón para que no puedas aprender


un idioma hasta una edad avanzada.

De modo que tendrás que buscarte otra disculpa…

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