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UNIVERSIDAD CATOLICA DE HONDURAS

“Nuestra Señora Reina de la Paz”

Asignatura:
Doctrina social de la iglesia

Tema
Síntesis de Encíclica Cristo Vive

Integrantes
Norman Ariel Bautista Argueta 1208 2000 00234
Eduardo Efraín Chandias Padilla 1502-1999 00514
Luis Fernando García Maradiaga 1707 1997 00524

Cuenta
1208 2000 00234

Catedrático
Ing. José Mario Franco

Sección:1601

Tegucigalpa 14/11/2019
Síntesis
Cristo vive: Christus vivit
En esta encíclica nos habla de lo importante que es la juventud y lo que ha
logrado a través del tiempo, la juventud como nos menciona la encíclica a sido
calve para ayudar al desarrollo de los pueblos y los más importante es que,
aunque no se tiene la experiencia para gobernar o para algún cargo, siempre
tienen en cuenta a Dios y por medio del encontrar la sabiduría necesaria para
ocupar estos cargos.
A lo largo de la historia muchos reyes han sido jóvenes ya que nosotros tenemos
la fuerza, la capacidad y energía que muchas personas mayores ya se les ha
terminado, por lo tanto, la sociedad siempre debe tener en cuenta lo importante
que es la participación de la juventud.
Por tanto, Jesús, el eternamente joven, quiere regalarnos un corazón siempre
joven y eliminar todo lo viejo que nos hace más lento y que es un obstáculo para
nuestras vidas debemos siempre estar llenos de energía joven sin importar la
edad ya que Dios no ve lo exterior si no que ve los corazones de cada persona
y si no llenamos de cosas jóvenes tendremos un corazón joven.
Dios no ve lo exterior si no que ve los corazones de cada persona y si no
llenamos de cosas jóvenes tendremos un corazón joven capaz de soportar
cualquier situación por mala que sea.
La juventud es muy importante pero no se debe menos preciar a los ancianos ya
que ellos han tenido un gran recorrido un largo camino a través de vida y durante
todo este proceso ellos han adquirido experiencia, a través de los fracasos, sus
logros, sus alegrías, y de ellos podemos aprender mediante las consejas que
nos dan.
Jesús no invita a seguir sus mandamientos desde la juventud para siempre
guiarnos por el camino del bien y siempre recordar que no por solo ser joven
perdernos en las cosas malas ya que es mejor andar siempre en el bien y no
acudir a Dios solo cuando lo necesitemos, por que en cualquier momento no
puede suceder algo y necesitaremos de Dios.
Es importante recordar que las cosas se demuestran mediante las acciones y no
mediante las palabras ya que decir las cosas es fácil pero no sirve de nada
decirlas y no ponerlas en práctica ya que ha perdido el tiempo en cosas que no
nos ayudaran en nada y por lo tanto nuestra juventud no será de provecho.
Nosotros debemos de seguir el ejemplo de Jesús el cual comenzó con su misión
de- evangelizar, por lo tanto, nosotros debemos de aprovechar esta oportunidad
que nos da Dios en esta etapa de ayudar al prójimo y a nosotros mismos.
Con estos datos evangélicos podemos decir que, en su etapa de joven, Jesús
se fue «formando», se fue preparando para cumplir el proyecto que el Padre
tenía. Su adolescencia y su juventud lo orientaron a esa misión suprema.
Su relación con la gente era la de un joven que compartía toda la vida de una
familia bien integrada en el pueblo. Aprendió el trabajo de su padre y luego lo
reemplazó como carpintero. Por eso, en el Evangelio una vez se le llama «el hijo
del carpintero» (Mt 13,55) y otra vez sencillamente «el carpintero» (Mc 6,3).
Es necesario tener un poco de conocimiento acerca de la vida de dejes ya que
nos sirve como guía, ya que Jesús igual que nosotros paso por la etapa de la
juventud y por lo tanto se observa como el nunca se aparto de su padre, si no
que siguió sus pasos y siempre mantuvo la humildad que es lo importante para
una juventud la cual se crece en una sociedad lleno de estereotipos.
Jesús es la verdadera juventud de un país envejecido. Es decir que es la luz a la
oscuridad en la cual nos encontramos los jóvenes, ya que él nos guía atreves de
sus enseñanzas la cual se basan en los mandamientos de Dios.
Debemos siempre tener en cuenta la iglesia en donde nos sentimos hermanos y
cercanos y donde aprenderemos la forma de ser los verdaderos discípulos de
Dios y la juventud es el futuro de nuestra sociedad ya que son los que miran la
situación de la nación y dar resoluciones a esta problemática que enfrenta el
mundo, la sociedad en la que nos encontramos está llena de corrupción y
violencia.
Siempre debemos de cuidar que la iglesia de cristo no pierda el entusiasmo
debido a que no escucha el llamado del señor. Y siempre debe estar dispuesto
a ofrecer y enfrentar cualquier situación por difícil que sea, y mediante esto servir
a Dios Sin ninguna restricción y mediante esto ayudar a la mejora de la iglesia
que es muy importante para nuestra sociedad ya que es templo de Dios.
Para muchas personas la iglesia es insignificante para sus vidas y algunos les
molesta que se le invite a la iglesia ya que sienten su presencia como molesta e
irritante, y por lo tanto tienen una juventud en la cual sienten un vacío y la cual
es la presencia de Dios en sus corazones.
Es importante que la iglesia vele por el compromiso de combatir todo tipo de
discriminación y violencia sexual Esa es la reacción de una Iglesia que se
mantiene joven y que se deja cuestionar e impulsar por la sensibilidad de los
jóvenes
María es otro claro ejemplo de como a pesar de su juventud ella estuvo
disponible y a la orden del llamado de Dios, el cual era misión que estaba llana
de obstáculos y sin importar eso ella acepto.
«Siempre llama la atención la fuerza del “sí” de María joven. La fuerza de ese
“hágase” que le dijo al ángel. Fue una cosa distinta a una aceptación pasiva o
resignada. Fue algo distinto a un “sí” como diciendo: bueno, vamos a probar a
ver qué pasa. María no conocía esa expresión: vamos a ver qué pasa. En este
párrafo enseña la importancia de la energía de la juventud y la capacidad
siempre decir si a las cosas de Dios.
María es nuestra madre la cual vela por nosotros que caminamos por el mundo
muchas veces cansados, necesitados, pero queriendo que la luz de la esperanza
no se apague, ya que es muy importante para las naciones la esperanza ya que
esta mueve a la sociedad y ayudar al desarrollo, tanto económico, social y
espiritual.
El corazón de la Iglesia también está lleno de jóvenes santos, que entregaron su
vida por Cristo, muchos de ellos hasta el martirio. Ellos fueron preciosos reflejos
de Cristo joven que brillan para estimularnos y para sacarnos de la modorra.
Por lo tanto, es necesario servir a Dios en la juventud ya que tenemos toda la
energía para poder evangelizar a los demás y ayudar al cambio que necesita la
sociedad y la ayuda que ocupa la iglesia.
En esta encíclica nos da ejemplo de jóvenes santos lo cuales abandonaron todo
por seguir a Dios y él les enseñó que la santidad supone estar siempre alegres,
abrió su corazón a una alegría contagiosa.
La adultez es capaz de encontrar en la juventud sus defectos y por eso es
importante acudir a la adultez ya que no puede dar consejos acerca de diferentes
aspectos de la vida.
La juventud no es algo que se pueda analizar en abstracto. En realidad, “la
juventud” no existe, existen los jóvenes con sus vidas concretas. En el mundo
actual, lleno de progresos, muchas de esas vidas están expuestas al sufrimiento
y a la manipulación.
Los padres sinodales pudieron observar que los jóvenes viven en un contexto de
guerra y padecen la violencia en unas innumerables variedades de forma:
secuestros, extorsiones, crímenes organizado, trata de seres humanos,
esclavitud y explotación sexual. Y producto de esto muchos jóvenes son
utilizados como carnada para ridiculizar, amedrantar a los demás jóvenes.
Esos jóvenes sólo pueden decirle a Dios que sufren mucho, que les cuesta
demasiado seguir adelante, que ya no creen en nadie. Ya que tienen muchas
amistades, pero no da miedo de que no digan algo por nuestros problemas o nos
da peno que alguien se entere de los problemas que estamos enfrentado.
El modelo de belleza es un modelo juvenil, pero estemos atentos, porque esto
no es un elogio para los jóvenes. Sólo significa que los adultos quieren robar la
juventud para ellos, no que respeten, amen y cuiden a los jóvenes, porque en
nuestra sociedad se basa en la belleza exterior de la persona y no miran el
interior que es lo que importa se basan en una publicidad que lo que trata de
vender una idea de comercio no de la espiritualidad que se basa en el camino
hacia Dios.
A veces los adultos no tratan de transmitir los valores fundamentales de la
existencia o no lo logran, o bien asumen estilos juveniles, invirtiendo la relación
entre generaciones. De este modo, se corre el riesgo de que la relación entre
jóvenes y adultos permanezca en el plano afectivo, sin tocar la dimensión
educativa y cultura.
Unos de los mayores problemas que enfrenta la sociedad de la juventud hoy en
día es la tecnología la cual nos es dañina, pero en exceso perjudica a los jóvenes
ya que constituye un obstáculo para la maduración serena y por lo tanto se
quedan estancados en ese mundo de la tecnología que no les ayuda en nada si
no que daña su cerebro y los hacen parecer de problemas como la obesidad que
debido a que esta los mantiene en un sedentarismo evita hacer actividades
deportivas que ayuda a salud mental y física.
Los jóvenes nos enfrentamos a muchos problemas ya sean sociales como
económicos y Jesús se hace presente en esas cruces de los jóvenes, para
ofrecernos su amistad, su alivio, su compañía sanadora, y la Iglesia quiere ser
su instrumento en este camino hacia la restauración interior y la paz del corazón.
La inmersión en el mundo virtual ha propiciado una especie de “migración digital”,
es decir, un distanciamiento de la familia, de los valores culturales y religiosos,
que lleva a muchas personas a un mundo de soledad y de autoinvención, hasta
experimentar así una falta de raíces, aunque permanezcan físicamente en el
mismo lugar. Es decir que el mejor medio que existe es el dialogo verbal el cual
nos acerca a nuestra familia y nos ayuda a resolver problemas ya es una de las
formas más efectivas para la resolución de estos.
Otro problema que afecta el desarrollo de la sociedad es la migración ya que hay
menos mano de obra, pero a pesar de todo eso una de las causas de la migración
es por la misma violencia en los países o por catástrofes naturales.
Uno de los problemas que se le debe dar solución son los abusos que se dan en
cualquier lado sin importar la organización o institución ya que podemos observar
como en las iglesias, las escuelas, en el trabajo hay todo tipos de abusos y es
allí donde entra la iglesia e intercede por estos problemas. El Sínodo renueva su
firme compromiso en la adopción de medidas rigurosas de prevención que
impidan que se repitan, a partir de la selección y de la formación de aquellos a
quienes se encomendarán tareas de responsabilidad y educativa.
La solución a los problemas anteriormente expuestos en la encíclica tiene
solución, pero va a depender de cada persona si busca la forma de como en
conjunto resolverlos, ya que ayuda a ser más, porque tu ser importa más que
cualquier cosa. No te sirve tener o aparecer. Puedes llegar a ser lo que Dios, tu
Creador, sabe que eres, si reconoces que estás llamado a mucho.
Ser joven no es sólo la búsqueda de placeres pasajeros y de éxitos superficiales.
Si no que se basa en buscar sentirse bien espiritualmente ya que en la juventud
podemos hacer cosas que no están del todo bien, pero en nuestra vida adulta
nos daremos acordaremos y nos dará vergüenza.
Si eres joven en edad, pero te sientes débil, cansado o desilusionado, pídele a
Jesús que te renueve. Y el te ayuda a siempre seguir el camino del bien y el
quiere para nosotros que nuestra juventud sea de provecho ya que es mejor
prevenir que lamentar por lo tanto siempre debemos ir por la vía seguro.
Es importante saber que somo jóvenes únicos e irrepetibles Y que Dios nos creó
a imagen y semejanza de el y por lo tanto tenemos una dignidad humana la cual
se mantiene mediante la valoración de nuestro ser.
Sin importar las adversidades que se nos presenten siempre debemos tener una
postura firme y dispuesta a seguir a Dios, que él mediante el espíritu santo nos
guiará y nos dará la sabiduría necesaria para permanecer en el camino del bien
y siempre guardar los mandamientos que Dios nos dio.
En la encíclica se nos dice que sobre un anuncio muy importante el cual es que
nunca deberemos de callar y se nos mencionan tres verdades que siempre
debemos de tenerlas presentes, la primera es que Dios nos ama, que a pesar de
cualquier mala circunstancia que estemos pasando, no debemos olvidar que
somos infinitamente amados. Para Él realmente somos valioso, no somos
insignificante, le importamos, porque somos obra de sus manos. que no aplasta,
es un amor que no margina, que no se calla, un amor que no humilla ni avasalla.
Es el amor del Señor, un amor de todos los días, discreto y respetuoso, amor de
libertad y para la libertad, amor que cura y que levanta. Es el amor del Señor que
sabe más de levantadas que de caídas, de reconciliación que de prohibición, de
dar nueva oportunidad que de condenar, de futuro que dé pasado. La segunda
verdad es que Cristo por amor se entrego hasta el final para salvarnos, esta es
una de las mayores pruebas de amor, y gracias a Cristo nuestros pecados son
perdonados, aunque pequemos y nos alejemos, Él vuelve a levantarnos con el
poder de su Cruz. La ultima verdad es que el vive, Cristo resucito al tercer día,
nos demostró que el mal no tiene la ultima palabra, así como en nuestras vidas
porque El nos ama y nos quieren ver triunfar. En conclusión, de estas tres
verdades aparece el espíritu santo que nos hace entrar cada vez más en el
corazón de Cristo para que nos llenemos siempre mas de su amor, de su luz y
de su fuerza. En el texto se nos responde a la pregunta ¿Cómo se vive la
juventud cuando nos dejamos iluminar y transformar por el gran anuncio del
Evangelio? Para el Papa la juventud es un tiempo bendito para el joven y una
bendición para la iglesia y el mundo. Es una alegría, un canto de esperanza y
una bienaventuranza. Apreciar la juventud implica ver este tiempo de la vida
como un momento valioso y no como una etapa de paso donde la gente joven
se siente empujada hacia la edad adulta por esta razón se nos invita que
rememos mar adentro y salgamos de nosotros mismos. Se invita a los Jóvenes
a que no renuncien a lo mejor de su juventud, no observen la vida desde un
balcón. No confundan la felicidad con un diván ni vivan toda su vida detrás de
una pantalla. Tampoco se conviertan en el triste espectáculo de un vehículo
abandonado. No sean autos estacionados, mejor dejen brotar los sueños y
tomen decisiones. Arriesguen, aunque se equivoquen. No sobrevivan con el
alma anestesiada ni miren el mundo como si fueran turistas. ¡Hagan lío! Echen
fuera los miedos que los paralizan, para que no se conviertan en jóvenes
momificados. ¡Vivan! ¡Entréguense a lo mejor de la vida! ¡Abran la puerta de la
jaula y salgan a volar! Por favor, no se jubilen antes de tiempo. Esto nos quiere
decir que seamos jóvenes dinámicos, con un verdadero propósito, no existir solo
por existir, sino que encontremos el verdadero sentido de la vida. Debemos ser
jóvenes con raíces. Tener raíces es estar conectado a una historia a una familia,
a una cultura, a unos amigos, a unos viejos a los que hay que escuchar, aunque
no siempre seguir. No se trata de caer en la adoración de la juventud, pues
corremos peligro de llevar una vida superficial afirma el Papa es decir no
debemos confundir la belleza con la apariencia, debemos de descubrir la
hermosura desde las pequeñas acciones que se hacen por amor como el
trabajador que vuelve a su casa sucio y desarreglado, pero con la alegría y
satisfacción de haber ganado el pan de sus hijos.
En uno de los capítulos se habla sobre la pastoral de los jóvenes y el Papa afirma
que se esta creciendo en dos aspectos: la conciencia de que es toda la
comunidad la que los evangeliza y la urgencia de que los jóvenes tengan un
protagonismo mayor en las propuestas pastorales. En este marco, en las
instituciones se necesita ofrecer a los jóvenes lugares propios que ellos puedan
acondicionar a su gusto, y donde puedan entrar y salir con libertad, lugares que
los acojan y donde puedan acercarse espontáneamente y con confianza al
encuentro de otros jóvenes tanto en los momentos de sufrimiento o de
aburrimiento, como cuando deseen celebrar sus alegrías experimentar el
encuentro comunitario con el Dios vivo algo de esto han logrado algunos
Oratorios y otros centros juveniles, que en muchos casos son el ambiente de
amistades y de noviazgo, de reencuentros, donde pueden compartir la música,
la recreación, el deporte, y también la reflexión y la oración con pequeños
subsidios y diversas propuestas. De este modo se abre paso ese indispensable
anuncio persona a persona que no puede ser reemplazado por ningún recurso
ni estrategia pastoral.
Se le debe dar la oportunidad a todo aquel que tiene otras visiones o expectativas
sin distinción alguna, dando testimonio del amor del señor. Además, se hace
mención a la piedad popular, que mediante las peregrinaciones se consigue el
llamado de atención de los jóvenes a insertarse en lo eclesiástico,
independientemente de sus estatus sociales.

Siempre misioneros
Hace énfasis que para los jóvenes ser misionero no se necesita de un gran
trayecto y más en aquellos que están limitados y heridos, y ahí en ello que hay
que permitir que el bien se comunique y conviva con muchas fragilidades. Con
el simple hecho de que un joven invite a otro amigo a visitar la iglesia ya está
obrando como misionero, además los jóvenes se fortalecen cuando vencen la
timidez y se atreven a visitar hogares. Es de este modo los jóvenes entienden
mas el significado de la vida, fortaleciendo la fe y la iglesia.
Los jóvenes están llamados a ser misioneros, con forme al desarrollo tecnológico
en este siglo XXI pueden dar a conocer la palabra de Dios en redes sociales y
llamar la atención a demás personas.

El acompañamiento de los adultos


La pastoral juvenil “debe ser siempre una pastoral misionera” Y los jóvenes
necesitan ser respetados en su libertad, “pero también necesitan ser
acompañados” por adultos, empezando por la familia y luego por la comunidad.
“Esto implica que los jóvenes sean mirados con comprensión, estima y afecto, y
no que sean continuamente juzgados o que se les exija una perfección que no
corresponde a su edad”. Faltan personas experimentadas, dedicadas al
acompañamiento y “algunas jóvenes perciben una falta de referentes femeninos
en la Iglesia”.
Lo que esperan de un tutor de pastoral juvenil es que “sea un auténtico cristiano
comprometido con la Iglesia y con el mundo; que busque constantemente la
santidad; que comprenda sin juzgar; que sepa escuchar activamente las
necesidades de los jóvenes y pueda responderles con gentileza; que sea muy
bondadoso, y consciente de sí mismo; que reconozca sus límites y que conozca
la alegría y el sufrimiento que todo camino espiritual conlleva. Una característica
especialmente importante en un mentor, es el reconocimiento de su propia
humanidad. Que son seres humanos que cometen errores: personas
imperfectas, que se reconocen pecadores perdonados”. Deben saber cómo
“caminar juntos” con los jóvenes respetando su libertad.

Capítulo octavo: “Vocación”.


Lo fundamental es discernir y descubrir que lo que Jesús quiere de cada joven
es sobre todo su amistad. La vocación es una llamada al servicio misionero de
los demás, debido a que nuestra vida en la tierra alcanza su plenitud cuando se
convierte en ofrenda. Para realizar nuestra vocación es necesario desarrollarnos,
hacer crecer y cultivar todo lo que somos. No se trata de inventarse, de crearse
de la nada, sino de descubrirse a la luz de Dios y de hacer florecer el propio ser”.
Y este ser para los demás en la vida de cada joven está normalmente ligado a
dos cuestiones fundamentales: la formación de una nueva familia y el trabajo.
En cuanto al “amor y la familia”, el Papa escribe que los jóvenes sienten
fuertemente la llamada al amor y sueñan con encontrar a la persona adecuada
con la que formar una familia, y el sacramento del matrimonio “envuelve este
amor con la gracia de Dios, enraizándolo en Dios mismo. Dios nos creó
sexualmente, él mismo creó la sexualidad, que es su don, y por lo tanto no hay
tabúes. Es un don que el Señor da y tiene dos objetivos: amarse unos a otros y
generar vida.
El aumento de las separaciones, de los divorcios puede causar grandes
sufrimientos y crisis de identidad en los jóvenes. A veces tienen que asumir
responsabilidades que no son proporcionales a su edad. A pesar de todas las
dificultades que vale la pena apostar por la familia y que en ella encontrarán los
mejores incentivos para madurar y las mejores alegrías para compartir. No dejar
que te roben la oportunidad de amar seriamente. Creer que nada puede ser
definitivo es un engaño y una mentira. En cuanto al trabajo, el Papa escribe:
“Invito a los jóvenes a no esperar vivir sin trabajo, dependiendo de la ayuda de
los demás. Esto no es bueno, porque el trabajo es una necesidad, es parte del
sentido de la vida en esta tierra, del camino hacia la madurez, el desarrollo
humano y la realización personal. En este sentido, ayudar a los pobres con
dinero debe ser siempre un remedio temporal para las emergencias
Después de observar cómo los jóvenes experimentan, en el mundo del trabajo,
formas de exclusión y de marginación, afirma con respecto al desempleo juvenil:
Es una cuestión que la política debe considerar prioritaria, sobre todo hoy en día,
cuando la velocidad del desarrollo tecnológico, junto con la obsesión por reducir
los costes laborales, puede llevar rápidamente a la sustitución de innumerables
puestos de trabajo por maquinaria. Y a los jóvenes les dice: “Es verdad que no
se puede vivir sin trabajo y que a veces se tendrá que aceptar lo que encuentra,
pero nunca renunciar a los sueños, nunca enterrar definitivamente una vocación,
nunca renunciar.
Capítulo noveno: “El discernimiento”.
El Papa recuerda que sin la sabiduría del discernimiento podemos convertirnos
fácilmente en títeres a merced de las tendencias del momento. Una expresión
de discernimiento es el compromiso de reconocer la propia vocación. Es una
tarea que requiere espacios de soledad y silencio, porque es una decisión muy
personal que nadie más puede tomar en nuestro lugar. El don de la vocación
será, sin duda, un don exigente. Los dones de Dios son interactivos, y para
disfrutarlos hay que ponerse en juego, hay que arriesgarse.
Se requieren tres sensibilidades de quienes ayudan a los jóvenes en su
discernimiento. La primera es la atención a la persona: se trata de escuchar al
otro que se da a sí mismo con sus propias palabras. La segunda consiste en
discernir, es decir, se trata de captar el punto correcto en el que se discierne la
gracia de la tentación. La tercera consiste en escuchar los impulsos que el otro
experimenta adelante.
Es la escucha profunda de “donde el otro realmente quiere ir. Cuando se escucha
al otro de esta manera, “en algún momento debe desaparecer para dejar que
siga el camino que ha descubierto. Desaparecer como el Señor desaparece de
la vista de sus discípulos”. Debemos “despertar y acompañar los procesos, no
imponer caminos”. Y estos son procesos de personas que siempre son únicas y
libres.
La exhortación concluye con “un deseo” del Papa Francisco: “Queridos jóvenes,
me alegrará verles correr más rápido que los que son lentos y temerosos. Corran
y sean atraídos por ese rostro tan amado, que adoramos en la Sagrada
Eucaristía y reconocemos en la carne de nuestro hermano que sufre.... La Iglesia
necesita de su impulso, de sus intuiciones, de su fe... Y cuando lleguen a donde
todavía no hemos llegado, tengan la paciencia de esperar por nosotros”.
APORTES

A continuación, citaremos los aportes mas importantes que se presentan en la


encíclica.

Primeramente, nos dice que a través de la santidad de los jóvenes la Iglesia


puede renovar su ardor espiritual y su vigor apostólico

El Papa titula que: los jóvenes son el ahora de Dios y comienza valorando el
aporte de los jóvenes a sus iglesias locales: permite que los jóvenes den su
aportación a la comunidad, ayudándola a abrirse a nuevas sensibilidades y a
plantearse preguntas inéditas.

Unir a todos los jóvenes de la Iglesia en un único sueño, un sueño grande y un


sueño capaz de cobijar a todos. Ese es el sueño por el que Jesús dio la vida en
la cruz para que seamos hermanos, comprometidos contra la violencia y
defensores de la vida.

No acepten que usen su juventud para fomentar una vida superficial, que
confunde la belleza con la apariencia

El Papa afirma: “se está creciendo en dos aspectos: la conciencia de que es toda
la comunidad la que los evangeliza y la urgencia de que ellos tengan un
protagonismo mayor en las propuestas pastorales”.

Encontrar nuevos caminos, creativos y audaces, donde la Iglesia institucional,


sea más flexible y sinodal, y “les ofrezcan, a los jóvenes, un lugar donde no sólo
reciban una formación.

Somos llamados por el Señor a participar en su obra creadora, prestando nuestro


aporte al bien común a partir de las capacidades que recibimos”.

El Papa presenta una metodología para el discernimiento de la vocación:


atención a la persona. Esta acción es ayuda para el discernimiento personal y,
sensibilidad a escuchar los impulsos que el otro experimenta y ayudar a que el
otro escuche estos impulsos. Así, el discernimiento es un instrumento para seguir
al Señor.
CONCLUSION

Se trata de un documento extenso de 299 puntos distribuidos en 9 capítulos, en


el que se detiene en diferentes temas: una Iglesia joven que se renueva, la
heterogeneidad de la juventud, María como referente para los jóvenes, la
juventud en un mundo en crisis, los migrantes, los problemas de los jóvenes, los
abusos sexuales a los menores, la juventud como momento para el
discernimiento de la vocación, la relación entre los jóvenes y los ancianos, la
pastoral juvenil, la vocación al matrimonio y la vocación a la vida consagrada.

Se trata de un documento especialmente dirigido a los jóvenes de la Iglesia, pero,


también, a todo el Pueblo de Dios.

En los puntos introductorios el Papa se dirige “a todos los jóvenes cristianos” a


quienes “les escribo con cariño esta Exhortación apostólica, es decir, una carta
que recuerda algunas convicciones de nuestra fe y que al mismo tiempo alienta
a crecer en la santidad y en el compromiso con la propia vocación”.

Sin embargo, aunque la carta está especialmente dirigida a los jóvenes, el Santo
Padre habla “a todo el Pueblo de Dios” dentro del camino sinodal de la Iglesia,
“porque la reflexión sobre los jóvenes y para los jóvenes nos convoca y nos
estimula a todos”.

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