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La Dimension Esoterica de La Realidad
La Dimension Esoterica de La Realidad
1. Introducción
Quiero empezar agradeciendo a Joan Prat la invitación a participar en este ciclo sobre
“Nuevos Imaginarios Culturales” y felicitándole por la idea de organizar un ciclo de
este estilo, en el que son bien acogidos temas muy a menudo estigmatizados por
extraños y ajenos a la Academia del Saber. Efectivamente, ni Oriente, ni las terapias
alternativas y complementarias, ni mucho menos la astrología y otros saberes esotéricos
suelen tener cabida en estas aulas. Sin embargo, los tiempos están presionando para que
tales enfoques sean estudiados e integrados en un saber a la altura del siglo XXI.
Quizás el tema de hoy sea el menos aceptado en los ambientes culturales
hegemónicos. Y resulta fácil entender porqué, ya que bajo el término “esoterismo” se
han amparado las ideas y las prácticas más diversas, no siempre con el suficiente rigor y
seriedad. No hace mucho que comenzamos a tener estudios académicos sobre el
esoterismo occidental, sobre todo desde que Antoine Faivre se hizo cargo de la cátedra
de “Historia de las corrientes esotéricas y místicas en la Europa moderna y
contemporánea” en l’École pratique des hautes études (en la sección de ciencias
religiosas). Por otra parte, autores como Jacob Needleman, Wouter Hanegraff o Robert
MacDermott están colaborando igualmente en esa tarea. En particular W. Hanegraff
quien, desde 1999 ocupa la cátedra en “Historia de la filosofía hermética desde el
Renacimiento” en la Universidad de Amsterdam
Al borde de lo académico podríamos decir que se hallan buena parte de los
miembros de esa corriente que podemos llamar Esoterismo tradicionista (mejor que
tradicionalista), defensores de la existencia de una Tradición primordial de la cual las
distintas revelaciones religiosas y las metafísicas auténticas serían expresiones parciales.
Pienso, claro está, en la escuela encabezada por René Guénon (1886-1950) y continuada
por autores tan importantes como A.K. Coomaraswamy [1877-1947] (experto en arte
indio), F. Schuon [1907-1998] (tematizador de la idea de una religio perennis o sophia
perennis), Titus Burckhardt [1908-1984] (arabista, experto en esoterismo islámico y en
arte sagrado), Seyyed Hossein Nasr, actual experto en el Islam esotérico, siguiendo las
huellas de Schuon; o los más recientes “guenonianos” estrictos, como Michel Valsan o
Charles-André Gilis.
Ahora bien, aunque ciertamente esta escuela ha ofrecido una rigurosa versión de
lo que sería el “esoterismo”, éste último no se reduce, obviamente, a sus aportaciones.
La riqueza del mundo esotérico es tal que cualquier pretensión de exclusividad o
exhaustividad nos parece hoy trasnochada. Sin olvidar que la búsqueda de criterios de
legitimidad y autenticidad de los nuevos movimientos religiosos es una cuestión de gran
importancia, necesaria y urgente, ninguna intransigencia (como en ocasiones se ha
mostrado en las filas guenonianas) nos parece ya aceptable.
Quizás llame la atención, ya de entrada, que este enfoque tradicionista no podría
decirse que encaje en la acepción de “nuevos imaginarios culturales”, pues ciertamente
no se trataría de algo “nuevo”, sino más bien “antiguo”, no de algo postmoderno, sino
más bien pre-moderno. Efectivamente, así es. Pero hay que decir que este problema lo
hallamos con buena parte de las presentaciones esotéricas, aunque sean modernas o
postmodernas. La mayoría de ellas aceptarían que no se trata más que de la
“actualización” de una “sabiduría antigua” o incluso “sabiduría eterna” o perenne. Lo
que sucede es que, en el último ciclo de la humanidad, dicho saber habría permanecido
“oculto” , se habría “olvidado”, o habría permanecido “velado” y reservado a una
minoría, quizás de “Iniciados” en los Misterios de la vida y la muerte, que han
mantenido viva la llama de dicha Sabiduría.
j. Conclusión
Ya que hemos hablado en varias ocasiones de las canalizaciones, terminemos
con algunas palabras canalizadas, concretamente por Rodrigo Bazán el 14 de enero del
2009:
“En este momento en la Tierra hay un gran movimiento luminoso, es
como un terremoto luminoso. Esto no implica sufrir, no se trata de que vaya a
producirse una devastación. Hay mucha muerte y resurrección, eso sí, mucho
renacimiento. Digamos que muchas conciencias se están abriendo, están
muriendo y están renaciendo. Muchas almas iluminativas están abriendo sus
corazones, en un proceso inconsciente, pero sincronizado desde el Alma de la
Tierra; y, por supuesto, incluye a todos los seres; el Viento y el Mar están
sufriendo una gran transmutación, jerárquica, luminosa, que implica que son
capaces de transmutar a miles de seres de la Tierra. Cuantas más almas se van
abriendo a la canalización, más se van moviendo los hilos y haciendo que más
personas se abran; cuantas más almas hacen mantras, más se va movilizando la
energía luminosa de la Tierra. En este momento el proceso es muy fuerte, los
ángeles están trabajando al mil por ciento, en una sincronía perfecta, una
apertura de corazones muy grande. Los ángeles-regentes de cada país están,
digamos con sus trompetas, dirigiendo la sinfonía luminosa de ángeles que
rodean la Tierra”.
Con este fascinante texto, que no vamos a analizar ahora, pero recoge varias de las
cuestiones tratadas, queremos terminar esta exposición, no sin antes recapitular nuestro
recorrido:
Hemos comenzado con un breve recorrido histórico por algunos de los
representantes de las tradiciones esotéricas occidentales, para terminar distinguiendo un
esoterismo tradicional (generalmente como rostro oculto de las distintas tradiciones
religiosas), un esoterismo moderno (desde el XVII hasta mediados del XX), y un
esoterismo actual con dos fases, 1950-1987 la primera, y 1987-2012 la segunda. Desde
mediados del XIX, también el esoterismo se seculariza y hablamos de un “esoterismo
secularizado”, independiente de cualquier religión.
Tras esas pinceladas históricas, para que nuestra caracterización no pareciese
surgir de la nada, nos hemos centrado en algunas de las principales ideas del esoterismo
contemporáneo. Distinguiendo entre su teoría del conocimiento y su teoría de la
realidad, su epistemología y su cosmovisión, hemos repasado algunos de los principales
modos de conocimiento esotéricos, y estableciendo un paralelismo con las facultades
“normales” (empleadas por la ciencia y la filosofía exotéricas), hemos distinguido las
siguientes facultades “paranormales” (o esotéricas): la clarividencia y la clariaudiencia
(como contrapartes sutiles, esotéricas, de la percepción), la memoria anímica y la
lectura de los registros akáshicos, y el papel de la imaginación creativa (recordando que
magia, imaginatio proceden de la misma raíz) y del mundus imaginalis, relacionándolo
con la existencia de los ángeles, como transmisores-conductores de la magia, y
finalmente de una razón esotérica o supramental, que parte del conocimiento por
identidad y de sus destellos intuitivos, recogiendo la distinción clásica entre razón
discursiva e inteligencia intuitiva. Todo ello ha desembocado en dos temas centrales en
el esoterismo: el fenómeno de las “canalizaciones”, en pleno auge en el imaginario
cultural de la llamada Nueva Era, y la cuestión de la Iniciación. Relacionándolo con
ambos temas hemos destacado la función de los símbolos y los mantras tanto en uno
como en otro caso.
En un último apartado entre hemos querido presentar algunas de las ideas
destacadas en la cosmovisión esotérica actual, y hemos elegido las siguientes:
- La existencia de un Plan divino
- Regido por una Inteligencia amorosa infinita, que se despliega a través de una
serie de funciones, como la de los Logoi y los Arcángeles.
- Concretado y facilitado por la existencia de unos Maestros de sabiduría y
compasión que constituyen una Fraternidad de Iniciados.
- Habitantes de ciudades de luz, míticas, como Shamballa o Miz Tli Tlan.
- Una concepción cíclica de la historia, enfatizando los ciclos de 52.000 años, de
26.000 años, y la idea de un fin de ciclo en el 2012.
- Una antropología reencarnacionista con nociones claves como: pre-existencia,
encarnación, re-nacimiento, resurrección e inmortalidad atemporal.
- El sistema de chakras como símbolo del proceso evolutivo hacia la Iluminación.
- El papel de la meditación, distinguiendo entre una meditación mística y una
meditación esotérica u ocultista que pueden concebirse como dos aspectos de un
trabajo integral y como prefiguración del camino a recorrer y de la meta a lograr.
Con la meditación, no como técnica, sino como estado que permite hacernos
transparentes a la dimensión esotérica de nuestra realidad, podemos concluir estas
palabras, invitando a una profundización y una reflexión crítica en cuanto hemos
esbozado.