Es algo muy reconfortante el que Dios conteste instantáneamente alguna de nuestras oraciones “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos” (Efesios 6:18) “¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás?” (Habacuc 1:2) Este pasaje nos expresa la situación de desesperación en la que se encontraba el profeta Habacuc quien estaba orando por su nación (problemas políticos y de violencia) Algo que tenemos que saber los cristianos es que “el hecho de que Dios no conteste alguna de nuestras oraciones no es un motivo para dejar de orar “Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis” (Habacuc 1:5) Cuando el profeta Habacuc ya se encontraba un poco desesperado fue cuando Dios le dio una palabra profética, la cual le dio ánimo para seguir orando y clamando. Así mismo, Dios no permitirá que te desanimes y dejes de orar, sino que te traerá una palabra que incremente tu fe y tu esperanza de que Dios obrara a tu favor. Por esta razón es muy necesario leer la palabra “Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, más se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará” (Habacuc 2:2-3) Ten en cuenta siempre que, aunque la respuesta de Dios a nosotros nos parezca que está tardando; mas no es así; pues nuestro Dios es un Dios perfecto y sabe el momento más adecuado y más preciso para responderte. “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2) Y aunque esto pueda sonar un poco difícil de creer es muy cierto; pues hay cosas que Dios no puede darnos en cierto momento por que posiblemente no estamos listos todavía para recibirlo. Por ejemplo: Cuando un niño quiere comprarse una bicicleta “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá” (Habacuc 2:4