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1- Datos del libro

● Título: Fueras de Serie. Por qué unas personas tienen éxito y


otras no.
● Titular original: Outliers. The Story of success.
● Autor: Malcolm Gladwell.
● Año de publicación: 2008.

2- Biografía del autor


Malcolm Gladwell nació en Inglaterra en 1963, además de escritor
es periodista, crítico y agitador cultural. Entre 1987 y 1996 trabajó
como periodista para The Washington Post, y desde 1996 escribe
para la revista The New Yorker. Sus libros Inteligencia Intuitiva
(Taurus, 2005) y La clave del éxito. The Tipping Point (Taurus, 2007)
han ocupado el primer lugar en las listas internacionales de ventas.
Ha recibido varios premios y honores, y es Doctor Honoris Causa por
la Universidad de Waterloo.
Hijo de un profesor inglés de matemáticas e ingeniería llamado Graham y de una
psicoterapeuta, Joyce. Sus primeros años de vida tuvieron un ritmo provinciano: se crió
en una granja rodeada de colonias menonitas donde la Biblia era la única puerta abierta
al entretenimiento y en la que sus únicas amigas eran las ovejas que criaban.
Sus artículos en The New Yorker son de lectura obligatoria en la Escuela de
Negocios de Harvard; en la lista de "gurúes top de los negocios" está incluso por encima
del ex presidente de la General Electric, Jack Welch, y del fundador de Virgin, Richard
Branson. La realidad es que cada libro o artículo que publica genera un furor mediático
inusitado, y que la mayor parte de las reseñas siguen siendo excepcionales.
Hoy, con 50 años, es todo un ensayista pop, una marca, un vendedor de ideas
raras. Desde el segundo piso de su dúplex en el West Village de Nueva York, piensa cómo
funciona el mundo. Cobra 4 millones de dólares por libro y alrededor de 70 mil para
revelar el secreto del éxito y la innovación en cada charla. Y da muchas: alrededor de 25
al año. Charlas TED, participaciones en foros de negocios, campus universitarios,
festivales literarios, discursos en empresas.
Uno de sus temas recurrentes es la desigualdad en relación con la educación y la
sociología. En resumidas cuentas, sus ideas se reducen a que no siempre más dinero y
selección equivale a mejor, y a que mucha gente valiosa permanece en puestos oscuros
a causa del narcisismo de los demás y la obsesión por la juventud y por lo rápido, exigidas
por los imperfectos sistemas de promoción, centrados en lo que llama el "mito del
talento".
3- Resumen del libro
INTRODUCCIÓN
El Misterio de Roseto
“Aquella gente solo se moría de vieja”
Roseto Valfortore se encuentra en una provincia de Italia a unos 160 kilómetros
al suroeste de Roma, durante siglos las personas de Roseto trabajaron en las canteras
de mármol de las colinas circundantes o cultivaron los campos en terraza del valle, la
mayoría de la gente era analfabeta y desesperadamente pobre. A finales del siglo XIX,
1882, comenzaron a emigrar hacia América buscando una nueva oportunidad. Con el
trascurrir del tiempo se asentaron en una ladera rocosa unida a Bangor (Pensilvania),
finalmente bautizando a su pueblo con el nombre de Roseto.
Con el tiempo el pueblo de Roseto de Pennsylvania se convirtió en un mundo
autosuficiente en su pequeñez, casi desconocido por la sociedad que lo rodeaba pero
esto último cambio gracias a un hombre llamado Stewart Wolf. Wolf era médico, un día
luego de una conferencia médica conversando con un colega, este le manifiesta que en
los diecisiete años de profesión rara vez ha tenido un paciente de Roseto menor de 65
años con problemas cardiacos. Este dato llamó la atención de Wolf debido a que para la
época las principales causas de muerte en personas menores de 65 años eran los
problemas cardiacos, los infartos eran una epidemia en Estados Unidos.
Wolf decidió investigar, descubriendo que prácticamente en Roseto nadie menor
de 55 años había muerto de un infarto ni presentaba síntomas de afecciones cardiacas.
Con ayuda del sociólogo John Bruhn descubrieron además que allí no había suicidios,
alcoholismo, ni drogadicción, apenas delincuencia. Aquella gente solo moría de vieja,
calificando Roseto como un lugar fuera de serie.
Con la investigación descartaron que el estado de salud de las personas eran
causa de prácticas dietéticas, de ejercicios, de genética o de la ubicación geográfica del
pueblo.
Caminando por el pueblo Wolf y Bruhn entendieron el por qué. Lo rosetinos
crearon una estructura social que los protegía de las presiones del mundo moderno, se
visitaban unos a otros, conversaban bastante, varias generaciones vivían bajo el mismo
techo, formaron un ámbito de clanes familiares. Según Bruhn, el ambiente de Roseto
era algo mágico.
En aquellos tiempos la salud estaba muy asociada con los hábitos cotidianos
(dietas, ejercicios) y los genes. Por lo tanto, los datos de Wolf y Bruhn fueron tomados
con escepticismo, finalmente ellos pudieron convencer que la salud de las personas
estaba también relacionada con la cultura de la cual se es parte, de los amigos y familias,
del ambiente social.
PRIMERA PARTE: LA OPORTUNIDAD
CAPÍTULO 1: EL EFECTO MATEO
“Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene
le será quitado”
En el hockey canadiense los niños comienzan a practicar el deporte desde muy
temprana edad, estos van siendo tamizados, evaluados y clasificados; existiendo así
diferentes ligas de acuerdo a la edad. Cuando llegan a la adolescencia los mejores de
entre los mejores son seleccionados por la liga de elite conocida como Major Junior A,
siendo la cima de la pirámide. Así es como la mayoría de los deportes selecciona a las
futuras estrellas, el éxito en el hockey está relacionado con mérito individual del jugador,
donde los cazatalentos ven un potencial y se dedican a desarrollarlos.
Este libro habla sobre personas fuera de serie, hombre y mujeres capaces de
hacer cosas extraordinarias y exitosos; además muestra cuales son las discrepancias
entre personas exitosas de las que no lo son. La pregunta que siempre se hacen las
personas sobre los triunfadores es ¿Cómo son?, es decir, que tipo de personalidad
tienen, cuál es su capacidad intelectual, su modo de vida o cuáles son sus talentos
especiales. Todas las cualidades personales llevan a suponer que su éxito se debe a ellas,
detrás de ese éxito existe mucho más que solo cualidades personales.
Entonces no solo basta con preguntar ¿cómo son?, sino que debemos saber ¿de
dónde son? para poder determinar cuáles fueron los factores que lo encaminaron a una
persona a la cima. Analizando lo anterior se establece que el éxito también está muy
relacionado con el patrocinio, el apoyo, las oportunidades, las enseñanzas, la madurez
y demás; detrás de una persona.
Roger Barnsley, psicólogo canadiense, llamó la atención por primera vez sobre el
fenómeno de la edad relativa. Mientras veía con su familia un partido de hockey, con
ayuda de su esposa se percató que en la lista de jugadores la mayoría había nacido en
el mes de enero, febrero o marzo.
Investigando, Roger, encontró que el mismo patrón se repetía en todos los
jugadores profesionales de hockey que pudo encontrar; la explicación fue sencilla: en
Canadá la fecha de corte para la selección de jugadores en un grupo de edad es el 1 de
enero, así un muchacho que cumpla diez años el 2 de enero podría estar jugando con
alguien que cumple diez hasta finales del año, esta diferencia de meses es importante
cuando se habla de adolescentes y puede significar una enorme diferencia de madurez
física.
Aunque no parezca esta fecha de corte separa a los “talentosos” de los que no lo
son, y brinda a los primeros una oportunidad de desarrollarse aún más, generando
mayor ventaja frente a los otros. No solo el hockey presenta este patrón de selección,
en el béisbol de Estados Unidos la fecha de corte es el 31 de julio, siendo la mayoría de
sus jugadores estrellas nacidos en el mes de agosto.
Pasando al área educativa los economistas, Kelly Bedard y Elizabeth Dhuey,
observaron que existe un patrón similar, donde los niños nacidos en el primer semestre
del año presentan una pequeña ventaja inicial frente a los nacidos en el segundo
semestre; los estudiantes más “viejos” podrían obtener un 8 mientras que los más
“jóvenes” un 6,8. Ya desde la niñez se clasifican a los niños en grupos avanzados de otros
no tan avanzados, ese factor de la edad relativa tiende a confundir la madurez con la
capacidad. Con la clasificación los avanzados comienzan a recibir más atención, más
enseñanza, mejorando continuamente; dejando a los “no avanzados” atrás.
El éxito resulta de lo que los sociólogos llaman ventaja acumulativa. El jugador
de hockey comienza un poquito mejor que sus pares y esa diferencia lo lleva a ser
seleccionado para seguir desarrollándose pero él no empezó como fuera de serie,
simplemente empezó un poquito mejor que lo llevó a eso.
La diferencia de madurez inicial no se diluye con el tiempo, marcando una
diferencia en lograr el éxito o no; esto no indica que las personas exitosas lo
consiguieron sin esfuerzo sino que comenzaron teniendo una oportunidad un arranque
que no se ganaron. Este fenómeno fue llamado “el efecto Mateo” por el sociólogo
Robert Merton debido al versículo que reza: “Porque al que tiene, le será dado, y tendrá
más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado”.

CAPÍTULO 2: LA REGLA DE LAS 10.000 HORAS


“En Hamburgo, teníamos que tocar ocho horas”
Los considerados fuera de serie de un campo particular alcanzan el estatus más
alto mediante una combinación de capacidad, oportunidad y ventaja completamente
arbitraria. Hace más de un decenio que los psicólogos del mundo se cuestionan ¿existe
talento innato?; la respuesta es sí pero también está participe la preparación. Cuanto
más analizan los psicólogos las carreras exitosas más dan mérito a la preparación que al
talento innato.
Empezando con la historia de Bill Joy, un joven que llegó a la Universidad de
Michigan queriendo ser biólogo o matemática, terminando como informático siendo
uno de los personajes más importantes en el mundo del software; fue él quien escribió
la mayor parte del software que permite acceder a internet.
Joy tenía talento para la programación pero no era la única consideración para
su éxito, nunca lo es. Él tuvo la oportunidad de estar en el periodo exacto donde una de
las primeras universidades cambiaba el método tedioso de programación con tarjetas
perforadas por el régimen de tiempo compartido. ¿Cuál es la diferencia? La misma que
hay entre jugar ajedrez por correo y echar una partida rápida, con esto la programación
pasó de ser frustrante a ser emocionante.
El joven tenía ansias por aprender, pasaba numerosas horas programando a
veces hasta olvida ir a clases y vencía las barreras que la universidad ponía para limitar
el tiempo de uso de los dispositivos. En 1975, se matriculó en la Universidad de Berkeley
(California); cuando llegó a Berkeley empezó a trabajar de dia y de noche, se quedaba
programando hasta las 2 o 3 de la mañana. Joy analizando la cantidad de tiempo que
invirtió aprendiendo, en Michigan y Berkeley, estimó una cantidad aproximada de
10.000 horas.
Pasando a la música, Mozart empezó a escribir música los seis años de edad pero
según los parámetros de compositores maduros sus primeras obras no son
excepcionales. La primera de sus obras maestras de Mozart fue compuesta cuando él
tenía 21, luego de más de diez años de práctica. Una vez más aparece el número de
10.000 horas de práctica que invirtió Mozart para alcanzar las obras maestras.
Otro éxito relacionado a las 10.000 horas es el de los Beatles, en 1960 no eran
más que un grupo de rock buscando abrirse camino y fueron invitados a tocar en
Hamburgo (Alemania) debido a que uno de los dueños de clubes de mala nota, Bruno,
tuvo la idea de llevar grupos de rock a tocar a varios clubes con un enorme espectáculo
ininterrumpido con mucha gente entrando y saliendo a todas horas. ¿Qué tenía
Hamburgo de especial? La paga era mala, la acústica no era increíble, el público no era
ni sensible ni entendido, todo lo contrario pero el factor esencial que ofrecía el lugar era
la cantidad de tiempo que tenía el grupo para tocar.
Los Beatles aprovecharon ese factor tiempo, llegaban a tocar 7 días a la semana
durante 8 horas por día e incluían el esfuerzo de trabajar mucho más por ser extranjeros,
poniendo todo el corazón y alma para ser escuchados. Cuando llegaron allí eran unos
inútiles sobre el escenario pero el lugar les brindó la oportunidad de desarrollase
llegando a sonar como nadie. Eso fue lo que les dio su sello.
La práctica no es lo que hace uno cuando es bueno, es lo que uno hace para
volverse bueno. Las 10.000 horas son una cantidad de tiempo enorme, es una cifra casi
inalcanzable por uno mismo cuando se es joven y se necesita de apoyo, animo, con cierta
solvencia económica. Entonces 10.000 horas es el número mágico de la grandeza.
Pasando a la historia de Bill Gates, hijo de un abogado rico de Seatle y una
heredera de un banquero acomodado, su éxito se posiciona gracias a una serie de
oportunidades: Bill fue enviado a instituto en Lakeside, lugar en donde tenía acceso a
una terminal a tiempo compartido; las familias que formaban parte del instituto tenían
bastante dinero para pagar las tarifas del ordenador escolar; cuando el dinero se agoto
pudo contactar con C al Cubo gracias a una de las madres del instituto que trabaja allí y
necesitaba alguien que comprobase los códigos de software a cambio del uso gratuito
del ordenador; Bill vivía cerca de la Universidad de Washington, donde tenían un
ordenador libre tres horas libres a la madrugada y allí practicaba; en otras
oportunidades.
Lo que tienen en común estas oportunidades es que le dieron a Bill Gates el
tiempo para practicar, cuando dejo Harvard después de su segundo año como
estudiante ya lleva 7 años programando prácticamente sin parar. Indudablemente con
ese tiempo había superado con creces las 10.000 horas.
Todos los fuera de serie que se mencionan hasta ahora son beneficiarios de
oportunidades únicas e insólitas asociadas a un arduo trabajo y preparación, son como
rachas de suerte que se establecen como norma en las personas con éxito.

CAPITULO 3: EL PROBLEMA DE LOS GENIOS, PARTE 1


“Conocer el cociente intelectual de un muchacho sirve de bien poco cuando uno se
enfrenta a un elenco de muchachos inteligentes”
Justo después de la Primera Guerra Mundial, Lewis Terman, un profesor de
psicología en la Universidad de Stanford, conoció a un joven llamado Henry Cowell
criado en la pobreza y caos, sin escolaridad desde los siete años. Henry trabajaba como
portero en una escuela comunitaria no muy lejos del campus de Stanford y en cualquier
momento de día abandonaba su puesto para tocar el piano de la escuela, su música era
hermosa.
La especialidad de Terman eran las pruebas de inteligencia, decidió realizar un
test de cociente intelectual (CI) a Cowell convencido que este hombre debía ser
inteligente y estaba en lo cierto, presentaba un CI de 140, que es el umbral de la
genialidad (una puntuación de 100 está en la media); con este descubrimiento se
propuso a buscar a otras personas que para el representaban diamantes en bruto
consagrando así su vida al estudio de los más dotados. En total encontró a 1470 jóvenes
cuyos CI estaban entre 140 y 200, los denomino “los Termitas”. Realizo el seguimiento
de los termitas registrando datos sobre sus logros, sus matrimonios, sus enfermedades
y salud, sus ascensos o cambios de empleo; todas las conclusiones del estudio se
guardaron en gruesos volúmenes rojo bajo el título de “Estudios genéticos del genio”,
uno de los psicológicos más famosos de la historia.
Terman afirmaba que no hay nada tan importante sobre un individuo como su
CI, excepto posiblemente su moralidad; creía firmemente que aquellos con un CI
elevado representaban los futuros líderes que harían avanzar la ciencia, el arte, la
política, la educación y la asistencia social.
Hoy muchas de las ideas de Terman siguen vigentes respecto al modo en que
concebimos el éxito, sabemos que existen escuelas con programas para “superdotados”,
universidades de elite exigen pruebas de inteligencia, empresas como Google o
Microsoft miden las capacidades cognitivas de sus futuros empleados con las mismas
creencias. Muchas veces las personas asocian un CI elevado con el éxito, estiman que
poseer eso los llevaría a llegar más lejos; sentimos admiración por los genios
considerados como fueras de serie definitivos.
Pero ¿realmente es así?, ¿poseer un elevado CI nos facilidad el camino al éxito?
Esta capitulo se centra a explicar cómo esto es un error y como Terman se equivocó, así
como la mayoría de nosotros; la relación de entre el éxito y el CI solo funciona hasta un
punto. Para entrar a un postgrado competitivo quizás se necesite de un CI de al menos
115, en general, cuanto más alto puntué una persona mayores beneficios recibirá como
más educación, más dinero, más probabilidad de ganar, etc. pero una vez que alguien
ha alcanzado un CI en torno a los 120, el sumar puntos de CI adicionales no parece
traducirse en una ventaja importante a la hora de desenvolverse en la vida real.
Como la inteligencia importa sólo hasta cierto punto, entonces una vez
sobrepasado ese punto otras cosas comienzan a importar más (que no tienen que ver
con la inteligencia).
Utilizando como ejemplo el baloncesto tenemos que para ingresar a un equipo
profesional mínimo se debe medir 1.85 m (rara vez se ha visto un jugador profesional
con 1,65 m), si no intervienen otros factores medir entre 1.90 y 1.95 m todavía es mejor
pero cuando pasamos a los jugadores con 2 m de altura se observa que no son
automáticamente mejores que los 5 centímetros más pequeños. Un jugador de
baloncesto tiene que ser lo suficientemente alto pero pasando un punto comienzan a
importar otros factores como velocidad, agilidad, el manejo del balón o el acierto en el
tiro de canasta; y lo mismo vale para la inteligencia.
¿Cuáles podrían ser esos factores de importancia con el tema de la inteligencia?
Estas pueden ser la imaginación, la creatividad, el humor, capacidades dramáticas, entre
otras. Un factor como la imaginación se puede determinar con las pruebas de
divergencia, donde se dirige a la mente en tantas direcciones diferentes como sea
posible, no hay una sola respuesta correcta, cuenta el número y la singularidad de las
respuestas. La prueba no mide la inteligencia analítica, sino algo más profundo y
diferente, más cercano a la creatividad.
Entre dos estudiantes, uno con un CI muy elevado comparado con otro con un CI
considerable pero menor, aunque muy imaginativo; ¿Cuál de ellos cree que podría
realizar trabajos brillantes e imaginativos ganadores de premios nobel?.
Volviendo a Terman, él se equivocó al considerar a los Termitas por encontrarse
en la cúspide intelectual, siendo este factor aparentemente extraordinario poco
importante. Cuando los Termitas alcanzaron la edad adulta, el error de Terman se
evidencio; algunos publicaron libros, prosperaban en negocios, otros estaban en cargos
públicos, pocos eran conocidos a escala nacional y en la mayoría tenían carreras
normales y corrientes.
Terman concluía entonces: “El intelecto y el logro están muy lejos de
correlacionarse perfectamente”. Si queremos estimar las posibilidades de éxito de los
genios, necesitamos saber mucho más que su CI.
CAPÍTULO 4: EL PROBLEMA DE LOS GENIOS, PARTE 2
“Después de prolongadas negociaciones, se acordó que Robert sería sometido a un
periodo de libertad condicional”
Christopher Langan es un hombre muy inteligente con un CI de 195, que se dio a
conocer por su participación en el programa “1 contra 100” donde uno se acercaba al
millón de dólares a medida que contestaba las respuestas de manera correcta. A pesar
de su intelecto Chris nunca termino la universidad ni alcanzo logros reconocidos, aquí
se cuenta su historia.
Chris desde su nacimiento perteneció a una familia muy pobre, con 4 hijos de
padres diferentes; Jack Langan uno de los maridos de su madre era un periodista
fracasado, alcohólico que los maltrataba. Este hombre no conservaba ningún empleo y
arrastraba a la familia de una ciudad a otra, cuando los chicos estaban en la primaria se
mudaron a Bozeman (Montana), en aquella época era una ciudad muy pequeña y
provincia de campesinos.
Cuando se graduó, le ofrecieron dos becas: una para Reed College de Oregón y
otra para la Universidad de Chicago, escogió Reed. Chris cuenta que fue un error, fue un
verdadero choque cultural conviviendo con niñatos de cuidad la mayoría de Nueva York
con estilos de vida muy diferentes a la suya. Para renovar la beca su madre debía
presentar una declaración financiera familiar pero no lo hizo, quizás se le olvido y
entonces Chris perdió la beca en Reed. Cuando lo supo fue a la oficina a preguntar por
la beca, allí le dijeron que todo el dinero de becas ya se había distribuido y como el no
presento el documento había quedado fuera.
Entonces Chris vuelve a Bozeman, trabajo de constructor y bombero, luego se
matriculo en la Universidad del Estado de Montana donde recibió clases de filosofía y
matemáticas. Vivía a 20 kilómetros de la ciudad, un invierno se le cayó la transmisión
del coche y no tenía dinero para repararlo. Se dirigió a su consejero, vicedecano y decano
de la universidad para explicarle lo sucedido y solicitar el cambio de sus clases a la tarde,
ya que de esa manera podría llegar con un vecino ranchero que podría recogerlo a las
11 de la mañana. La respuesta que le dieron fue “todo el mundo tiene que hacer
sacrificios para conseguir educación, petición denegada”.
Al recibir la negativa, Chris viendo que la Universidad no estaba dispuesta a hacer
nada por él mientras que se machacaba consiguiendo dinero y dispuesto a hacer dedo
todos los días para llegar a clase, decidió dejar la universidad.
Pasando a la historia de Robert Oppenheimer, tenemos al físico conocido por
encabezar el esfuerzo estadounidense por desarrollar la bomba nuclear durante la
Segunda Guerra Mundial. En su niñez su mente era muy similar a la de Chris, sus padres
lo consideraban un genio; fue a Harvard y luego a Cambridge para doctorarse en Física.
Oppenheimer tenía un don para la física teórica pero su tutor Patrick Blackett
(Premio Nobel en 1948) lo obligaba a atender minuciosamente los detalles de la física
experimental, que el detestaba. Toda su vida había luchado contra la depresión, esta
situación lo volvió cada vez más inestable emocionalmente y luego un día Robert tomo
unas sustancias químicas del laboratorio e intento envenenar a su tutor.
Blackett se dio cuenta e informo a la universidad, Robert piso la moqueta del
decano y después de prolongadas negociaciones, se acordó que Robert sería sometido
a un periodo de libertad condicional y a sesiones regulares con un eminente psiquiatra
de Harley Street, en Londres.
Analizando ambos casos, dos jóvenes brillantes con líos que ponen en riesgo sus
carreras académicas, Chris por no presentar su madre un documento y Robert por
intentar asesinar a su tutor. Para seguir su carrera, se les requiere que aboguen por si
mismos ante la autoridad; terminando Chris sin beca y Robert con libertad condicional
más un psiquiatra.
¿Qué hacía que estos dos genios terminen en caminos tan diferentes?, la historia
del nombramiento de Oppenheimer como director científico del Proyecto Manhattan
veinte años después explica mejor la situación. El responsable general del proyecto era
Leslie Groves, consideraba que nombrar a Oppenheimer como director era una decisión
arriesgada, por ser muy joven, muy poco práctico, sin experiencia administrativa y
además en el pasado intento matar a su tutor.
Oppenheimer sabía que Groves era el obstáculo del camino al puesto de director,
así que desplego todo el esplendor de su encanto y brillantez, fue impresionante,
quedando Groves deslumbrado afirmando de Oppenheimer era un verdadero genio.
¿Qué era diferente entre Chris y Robert? Mientras uno podía conseguir todo el
otro no por más insignificante de fuese la solicitud. La diferencia radica en la
“Inteligencia Practica” que incluye saber qué decir a quién, saber cuándo decirlo y saber
cómo decirlo para lograr el máximo efecto.
Es el tipo de conocimiento que ayuda a leer situaciones correctamente y a
conseguir lo que uno quiere, y lo más crucial radica en que es una inteligencia separada
del tipo de capacidad analítica que arroja un CI. La inteligencia general y la inteligencia
práctica son ortogonales, es decir, la presencia de uno no implica presencia de la otra.
Se puede tener mucha inteligencia analítica y poca práctica; y viceversa. El afortunado
de Oppenheimer posea mucha inteligencia analítica y práctica. Mientras que Chris posea
muy poca de la inteligencia práctica.
Pero, ¿de dónde procede la inteligencia práctica? se sabe que la inteligencia
analítica está asociada a los genes y cómo la inteligencia práctica está constituida de un
conjunto de habilidades que deben aprenderse, que tienen que proceder de algún lugar,
según estudios estas aptitudes y habilidades tienen origen en el entorno familiar.
Este proceso de aprendizaje de la inteligencia práctica fue explicado por la
socióloga de la Universidad Maryland Annette Lareau, quien estudió a 12 familias,
formadas por blancos como negros, ricos y pobres. El estudio determinó que existían
solo dos filosofías de educación muy marcadas, los más ricos educaban a sus hijos de
una manera mientras que los pobres de otra.
El estilo de educación de la clase media-alta lo llamaron “cultivo concertado”, un
intento activo de fomentar y evaluar los talentos de los niños, sus opiniones y
capacidades. Mientras que los padres pobres aplicaban una educación del tipo
“crecimiento natural”, consideraban responsabilidad suya el preocuparse por sus hijos
pero tienen a dejarlos cultivarse y desarrollarse solos.
Un estilo no es moralmente mejor que otro, simplemente el cultivo concertado
presenta mayores ventajas. Los niños de clase media-alta están con agendas cargadas
(clases de natación, práctica de deportes, clases de baile, etc.), están expuestos a un
conjunto de experiencias cambiantes y aprenden a trabajar en equipo así como a
adaptarse a entornos sumamente estructurados; se les enseña a relacionarse de manera
cómoda con los adultos y a expresar sus opiniones.
En contraste, los niños pobres se caracterizaban por una sensación emergente
de distancia, desconfianza y constreñimiento; no sabían cómo conseguir lo que querían.
Entonces la inteligencia práctica se trata de una ventaja cultural. Esta ventaja la tenía
Oppenheimer frente a Chris, era hijo de una artista y próspero fabricante de prendas de
vestir y criado en uno de los barrios más ricos de Manhattan, su niñez fue la encarnación
del cultivo concertado. Con esto se ilustra cómo fue que Oppenheimar pudo manejar
con brillantez los desafíos con los que se topó.
Chris en su niñez solo pudo aprender dos cosas: desconfiar de la autoridad y ser
independiente. No tuvo padres que le enseñaran cómo negociar o expresar opiniones
para conseguir lo que quisiera, puede que no parezca importante pero esta diferencia
cultural en definitiva lo alejó el éxito.

CAPÍTULO 5: LAS TRES LECCIONES DE JOE FLOM


“Con 25 centavos para Mary”
Joe Flom es el último socio fundador vivo del bufete de abogados Skadden, Arps,
Slate, Meagher y Flom; tiene su despacho en Manhattan. Se creyó durante de la
Depresion, en Brooklyn; sus padres eran inmigrantes judíos, su padre era un líder
sindical textil que más tarde trabajaría cosiendo hombreras para vestidos de señora y su
madre trabajaba a destajo haciendo bordados en casa, era una familia pobre.
Joe siempre fue desgarbado, torpe, un niño gordo y desde que tenía seis años
quería ser abogado, fue admitido en Harvard, era inteligente y poseía gran capacidad de
juicio; fue nombrado para la Law Review, honor reservado a los mejores estudiantes de
la institución. Durante la temporada de contrataciones, él fue a entrevistas de los
grandes bufetes corporativos de entonces pero al final de la temporada quedaba sin
trabajo.
Un dia un profesor le comenta que unos sujetos estaban creando una empresa,
él se interesa y los visita, al principio solo fueron Marshall Skadden, Leslie Arps, John
Slate y Joe, los dos primeros fueron rechazados como socios de un bufete de abogados
muy importante de Wall Street. Tenían una pequeña sala de oficinas en Wall Street y
como no sabían en qué rama del derecho se especializarían atendían todos los casos que
llamaban a la puerta.
La firma empezó a creer a pasos agigantados, pronto tendrían 100 abogados, hoy
tiene más de 2000 abogados en 23 oficinas del mundo y gana por encima de mil millones
de dólares al año, siendo uno de los despachos de abogados más grandes y poderosos
del mundo.
Siendo rechazado inicialmente, ¿Cómo logro tanto éxito?; como se ha visto en
capítulos anteriores la gente nunca lo consigue sola, el éxito es producto de lugares y
entornos particulares. Para Joe haber sido hijo de obreros textiles, ser de decencia judía,
criado en la Depresión, vivir en aquel tiempo en donde los judíos era muy discriminados,
no eran desventajas sino ventajas. Todas las oportunidades que Joe supo aprovechar se
explican en las siguientes tres lecciones.
Lección 1: La importancia de ser judío
Los jóvenes abogados eran rechazados por los grandes bufetes debido a sus
“antecedente”, en la década de 1940 y 1950, los bufetes neoyorquinos de la vieja
escuela funcionaban como un club privado con sede en Manhattan, sus sociedades se
conocían como firmas “de zapato blanco” debido a que eran muy particulares a la hora
de contratar a alguien; buscaban jóvenes abogados de facciones nórdicas, personalidad
agradable y aspecto pulcro con enorme capacidad de trabajo, sin olvidar que sean de las
mejores universidades. Mientras que Joe era bajo, desgarbado y judío, lo que significaba
que si uno no pertenecía al entorno, a la iglesia y a la clase social correctas estaba
destinado a pertenecer solo a pequeños bufetes sin gran importancia.
Cuando Joe y sus socios fundaron su despache aceptaban todos los trabajos que
los grandes bufetes no querían atender, era horrible e injusto pero allí estaba la
oportunidad que ellos necesitaban.
Los anticuados despachos de Wall Street tenían una idea muy específica de lo
que hacían, representaban a las más grandes y prestigiosas empresas del país
gestionando sus pagos de impuestos y todas las tareas jurídicas como emisión de
acciones y otras obligaciones; muy pocos “pleiteaban” como para tener un
departamento dedicados a la interposición de demandas o a la defensa contra ellas. Las
firmas de zapato blanco preferían resolver los problemas en una reunión privada entre
las partes, no ante tribunales y consideraban a los pleitos no eran para personas serias
y en aquel tiempo las empresas sencillamente no se demandaban unas a otras. Otra
cosa que las firmas anticuadas no atendían eran las adquisiciones corporativas hostiles,
se consideraba escandaloso que una empresa comprara otra sin su consentimiento.
Esos trabajos rechazados fueron los que llegaron a las puertas del despacho de
Joe; los pleitos, las batallas de poder y las maniobras legales en el centro de cualquier
adquisición hostil. Los bufetes de zapato blanco también llamaban a Joe Flom siempre
que algún asaltante corporativo asediaba a alguno de sus clientes. Entonces llegaron los
años 70, las normativas federales se relajaron, los mercados se internacionalizaron, los
inversores se hicieron más agresivos y el resultado fue un auge en el número y tamaño
de adquisiciones corporativas.
Entre mediados de los años 70 y 80, la cantidad de dinero comprometida
anualmente en fusiones y adquisiciones a través de Wall Street aumento en 2000 por
ciento, de repente todas los bufetes anticuados tenían que atender ese tipo de casos y
¿Quién era el experto en adquisiciones hostiles y litigios, áreas jurídicas que se habían
vuelto cruciales? El despacho de Joe Flom, durante 20 años perfecciono su oficio en el
tema en cuestión y cuando el mundo cambio, él estaba preparado. Así lo que empezó
como adversidad termino siendo una oportunidad.
Lección 2: La fortuna demográfica
Maurice Janklow se matriculo en la facultad de derecho de Brooklyn en 1919, era
hijo de inmigrantes judíos de Rumania que tenían como 7 hijos, Maurice era el
intelectual de la familia y al licenciarse en derecho abrió un despacho en Court Street,
en el centro de Brooklyn, luego al mudarse a distrito neoyorquino de Queens, él y un
socio abrieron una papelería que prometía el éxito. Era un hombre que parecía estar
destino al éxito, era inteligente y bien educado pero nunca llego más allá de Court Street.
Sin embargo Maurice tenía un hijo Mort Janklow que también se hizo abogado y
creo un bufete de abogados desde cero en los años 60, luego mundo una de las primeras
franquicias de televisión por cable y la vendió por una fortuna; y en los años 70 fundo
una agencia literaria que hoy es una de las más prestigiosas del mundo, “Janklow y
Nesbit” agencia literaria del autor del libro.
¿Por qué Mort tuvo éxito allí donde Maurice no lo tuvo? Desde luego hay 100
respuestas potenciales a esta pregunta, tomando como análisis a los programadores de
software que estaban preparados en el momento exacto que un avance importante en
la informática; ¿existe entonces un momento exacto para que un abogado judío nacido
en Nueva York tenga oportunidad de ser exitoso? La respuesta es sí, esto ayuda a
explicar el éxito de Mort y además muestra la segunda clave de éxito de Joe Flom.
Mort cuenta que su padre pudo hacer una fortuna pero la Depresión de la época
lo mato económicamente. En respuesta a las dificultades económicas de la Depresión
las familias dejaron de tener hijo, tanto así que en 1935 se tenían 18,7 nacidos por cada
1000 estadounidenses, en 1925 eran 21,3 y en 1940 fueron 19,4. Mort nació en la
década de 1930, esta década fue conocida como un mínimo demográfico y el
economista H. Scott Gordon escribió sobre las ventajas particulares de haber nacido
dentro de una generación poco numerosa: la universidad es un lugar encantador, con
espacio de sobra en clases y residencias, sin aglomeraciones; la oferta de nuevos
profesionales es baja y la demanda es alta. Además entre la década de 1930 y 1940 las
escuelas públicas estaban minadas de profesores brillantes que en otra época hubieran
pertenecido a universidades, esto se debe a que ellos buscaban estabilidad social y una
pensión. De todas estas ventajas las pudo disfrutar Mort, mientras que su padre no.
El sentido de posibilidad, tan necesaria para el éxito, no viene solamente de
nosotros o de nuestros padres. Viene de nuestro tiempo: nacer a principios de los años
30 era situarse en un tiempo de oportunidades, como lo fue nacer en 1955 para un
programador de software.
Lección 3: Industria textil y trabajo significativo
Hamburgo, 1889. Louis y Regina Borgenicht se embarcaron en un trasatlántico
con rumbo a América, llevaban dos años de casados con un hijo y otro estaba por nacer.
Se establecieron en Manhattan y para ganar dinero Louis comenzó a vender pescados,
ser vendedor ambulante; un día sentado sobre una caja volcada almorzando fuera de
hora se le ocurre la idea de: ropa. Por todas partes a su alrededor se estaban abriendo
tiendas de trajes, camisas, blusas, pantalones, vestidos, etc. Louis con un cuaderno en
mano comenzó a anotar todo lo que la gente vestía y lo que estaba a la venta, en el
cuarto día cuando volvía a casa se encontró con un grupo de niñas que jugaban y una
llevaba un pequeño delantal bordado sobre el vestido, luego recordó que en su
minucioso inventario no había encontrado tiendas que vendían tal delantal.
Comento lo descubierto a su esposa y con ella que contaba con una máquina de
coser comenzaron a elaborar los delantales y baberos para niños, Louis salió a vender
las prendas y se agotaron casi de inmediato.
Los inmigrantes judíos como los Flom, los Borgenicht y los Janklow, sabían
desempeñar oficios urbanos y profesionales liberales. El 70% de los judíos que
inmigraron tenía una habilidad ocupación, joyeros, relojeros, encuadernadores, sastres,
modistas, sombrereros, curtidores, etc.
Louis antes de inmigrar se dedicaba al comercio de paños y telas, su esposa
dirigía una modistería desde sus 16 años, llegar a la cuidad de Nueva York en la década
de 1890 sabiendo costura o modistería era un golpe de fortuna extraordinaria. No hay
duda que estos inmigrantes llegaron en el momento perfecto con las habilidades
perfectas, en aquellos tiempos la industria textil crecía a pasos agigantados y la
economía necesitaba desesperadamente las habilidades que ellos poseían. A los tres
años viviendo en Manhattan ya tenían su propia fábrica y una lista creciente de clientes.
No olvidar el esfuerzo de los Borgenicht, que trabajaron muchas horas para
confeccionar las prendas pero el trabajo duro solo es una condena si carece de
significado.
En 1982, una estudiante de sociología, Louise Farkas, realizó el árbol genealógico
de familias como los Borgenicht, este árbol reflejaba en que se ganaba la vida una rama
dada de padres, hijos, nietos y bisnietos. Los árboles genealógicos de las familias judías
que encontró establecieron la conclusión de que los médicos y abogados judíos no se
convirtieron en profesionales liberales a pesar de sus orígenes, se hicieron profesionales
debido a sus orígenes. ¿A qué se dedicaba el padre de Joe Flom? Cosía hombreras para
vestidos de mujer, y ¿el padre de Robert Oppenheimer? Era fabricante de ropas como
Louis Borgenich.
La consecuencia más importante del milagro de la industria textil fue lo que les
paso a los niños que se criaron en casas donde se hacía un trabajo significativo,
aprendieron una lección crucial sobre quienes quieran abordar los alcances superiores
de una profesión como el derecho o la medicina deben trabajar lo suficiente y tener
confianza en sí mismos, usando su mente e imaginación podrán conformar el mundo de
sus deseos. Estos padres judíos pasaron a sus hijos las nociones de autonomía y
complejidad, así como la conexión entre el esfuerzo y la recompensa.
Resultó ser una ventaja el ser judío para convertirse en un abogado exitoso, ser
extranjero con padres judíos que realizaran trabajo significativo y haber nacido a
principio de los años 30, todo sumado a la dosis de ingenio y energía.

SEGUNDA PARTE: LA HERENCIA


CAPÍTULO 6: HARLAN (KENTUCKY)
“¡Muere como un hombre, igual que hizo tu hermano!”
En el rincón sureste de Kentucky, en una estribación de los montes Apalaches
conocida como meseta de Cumberland se encontraba una pequeña ciudad llamada
Harlan; era una región silvestre y montañosa de riscos aplanados. El condado de Harlan
fue fundado por en 1819 por 8 familias inmigrantes de las regiones del norte de las islas
Británicas, los primeros colonos criaban cerdos y pastoreaban rebaños de ovejas en las
laderas se ganaban la vida con sus esfuerzos en sus pequeñas granjas.
Harlan era un lugar remoto y extraño, desconocido por la sociedad más grande
que lo rodeaba; y pudo permanecer así, de no ser por el hecho de que dos familias de
allí como los Howard y los Turner no se llevaban bien. Una noche jugando poquer, Wix
Howard y el “Pequeño Bob” Turner se acusaban de hacer trampas en el juego, se
pelearon y el día siguiente al encontrarse ambos de nuevo con una ráfaga de disparos
muere el “Pequeño Bob” Turner, con esto comienza una espiral de violencia entre
ambas familias, la Sra. Howard es insultada por los Turner, Wilse Howard cruza más
disparos con Will Turner, los Turner con amigos atacan la casa de los Howard, entre
otros sucesos y muertes; el condado estaba patas arriba, en Harlan no existía paz.
En uno de esos encuentros hostiles, Will Turner regreso a casa herido de un
disparo, su madre alcanzó a decirle “Deja de lloriquear, muere como un hombre, igual
que hizo tu hermano”; Will cerró la boca y murió. Ella pertenecía a un mundo tan
acostumbrado a los disparos fatales, que ya tenía formada una idea de cómo sobrellevar
esas situaciones.
Si se realiza una investigación sobre el caso, quizás lo más relevante que
encontraría sería que esas dos familias no se llevaban bien ni simpatizaban demasiado;
pero el caso debe analizarse con una perspectiva mucho más amplia. El primer factor
crucial que explica lo ocurrido en Harlan recae en que al mismo tiempo que los Howard
y los Turner se mataban unos a otros, se producían otros choques de violencia casi
idénticos en ciudades Apalaches arriba y abajo; contiendas entre las familias Hatfield-
McCoy, French-Eversole, Martin-Tolliver, Baker-Howard, son las más conocidas.
Cuando una familia pelea con otra, se trata de una contienda pero si varias
familias presentan conductas semejantes en la misma sierra, se trata de un patrón de
conducta. ¿Cuál era la causa de esa conducta en los Apalaches? Durante años se
debatieron y analizaron numerosas causas potenciales; llegando a un acuerdo general
que la tensión virulenta del lugar se debía a lo que los sociólogos llaman “la cultura del
honor”.
La cultura del honor aparece en tierras altas y menos fértiles, si no vive sobre
alguna ladera rocosa no puede cultivar la tierra; así que probablemente se dedique a
criar ovejas o cabras. La cultura que se desarrolla alrededor del pastor es muy diferente
a la del agricultor o labrador. La supervivencia del agricultor depende en gran medida
de su cooperación con la comunidad, mientras que el pastor está prácticamente solo;
un agricultor tampoco tiene que preocuparse de que le roben el sustento por la noche
porque no es fácil robar cosechas enteras y en el pastoreo si existe esa preocupación
debido a las constantes amenazas de robos de animales, esto lo lleva a ser agresivo y
manifestar con palabras y hechos que no es un hombre débil. Tiene que estar dispuesto
a luchar en respuesta al menor desafío de su reputación: eso es lo que significa la cultura
del honor.
¿Por qué eran así los Apalaches? Debido a la procedencia de los primeros colonos
de la región. Los llamados estados del backcountry fueron poblados por una mayoría
abrumadora de inmigrantes impregnados de una de las culturas de honor más feroces
del mundo, es decir, los habitantes de tierras bajas de escocia, condados del norte de
Inglaterra y la región del Ulster en Irlanda del Norte. La violencia no obedecía a razones
económicas, eran personales.
La cultura del honor ayuda a explicar por qué el patrón de criminalidad en el sur
de Estados Unidos siempre fue tan distintivo; estadísticas de asesinatos allí fueron cifras
más altas que en el resto del país. El sociólogo John Shelton Reed escribió que el tipo de
homicidio en el Sur se especializa en que la víctima muere a manos de alguien que
conoce por motivos que tanto el asesino como la víctima conocen.
A principios de la década de 1990, los psicólogos de la Universidad de Michigan,
Dov Cohen y Richard Nisbett decidieron llevar un experimento sobre la cultura del
honor; decidieron reunir a un grupo de jóvenes para someternos a una situación de
tensión e insultos. Determinaron que factor que condicionaba la reacción individual de
los jóvenes era su lugar de procedencia, los procedentes del norte de Estados Unidos
básicamente tomaban la situación con humor, sus niveles de cortisona disminuir, así sin
signos de cólera pero los sureños vaya que si se enfadaban, sus niveles de cortisona y
testosterona se elevaban.
Cohen ha realizados otros estudios a sobre el carácter sureño llegando siempre
a las mismas conclusiones, ellos son mucho más propensos a explotar de repente, son
mucho más volátiles y mucho más explosivos.
Con todo esto se puede concluir que las herencias culturales son fuerzas
poderosas. Tienen raíces profundas y vidas largas, persisten generación tras generación
prácticamente intactas, incluso mucho después de que hayan desaparecido las
condiciones socioeconómicas y demográficas que las engendraron; herencias que
direccionan sin darnos cuenta las actitudes y comportamientos.
Hasta ahora el libro ha mostrado que el éxito depende de las ventajas
acumuladas como cuando y donde se nace, a que se dedican los padres, las
circunstancias de educación, etc. En esta segunda parte del libro busca relacionar ese
éxito con las tradiciones y actitudes que se heredan.

CAPÍTULO 7: TEORÍA ÉTNICA DE LOS ACCIDENTES AÉREOS


“Capitán, el radar meteorológico nos ha ayudado mucho”
A las 10:30 de la noche del 5 de agosto de 1997 salió el vuelo 801 de Korean Air
rumbo a Guam, el modelo del avión era Boeing 747, en perfecto estado operativo. El
piloto a cargo tenía 8900 horas de vuelo y reconocido con un premio a la seguridad por
la empresa por solucionar satisfactoriamente una avería en un motor mientras volaba.
El capitán conocía bien el aeropuerto de Guam, había estado allí en 8 ocasiones.
Justo antes de la 1:30 am la tripulación vislumbro luces en lontananza, asumiendo
que aquello era Guam. Comenzaron a descender, a 152 metros el sistema de aviso da
alerta de proximidad pero el mecánico no veía la pista y el copiloto sugiere realizar una
aproximación fallida, seguía sin aparecer la pista. El mecánico grita dar la vuelta y el
capitán lo hace pero ya es muy tarde, a la 1:42 el avión golpeo la ladera de la colina de
Nimitz, un cerro 5 kilómetros al suroeste del aeropuerto. De las 254 personas a bordo
228 habían muerto.
Analizando el historial de accidentes de la empresa entre 1988 y 1998, se determinó
que tenía un índice de perdida igual a 4.79 por millón de salidas 17 veces superior al
índice de la aerolínea estadounidense United Airlines de 0,27 en un millón de salidas.
Pero ocurrió un milagro, la línea mejoro y paso a ser miembro de reconocida solvencia
de la prestigiosa alianza Skyteam, sus estadísticas de seguridad desde 1999 son
intachables.
Esta capitulo se centra en la investigación de accidentes aéreos: se analizan las cajas
negras de la cabina, informes de vuelo, condiciones meteorológicas; y se compara el
accidente de Guam con otros similares. Todo esto en un intento para entender como la
empresa Korean Air pudo pasar de ser la peor a una de las mejores del mundo.
Koream Air no tuvo éxito, no consiguió enderezarse, hasta que reconoció la
importancia de su herencia cultural.
La clase de errores que causan los accidentes de avión suelen ser invariablemente
de trabajo en equipo y de comunicación.
Analizando varios accidentes, se encontró un factor importante “el discurso
mitigado” que se refiere a cualquier tentativa de minimizar o suavizar el significado de
lo que se dice. Se utiliza cuando una persona es cortés, esta avergonzada o cuando trata
de ser respetuosa con la autoridad. Esto en la vida cotidiana no parece ser importante
pero cuando se está en un avión durante de noche tormentosa supone un problema.
Los lingüistas Ute Fischer y Judith Orasuma plantearon a un grupo de capitanes y
copilotos una situación hipotética donde el copiloto detecta en el radar meteorológico
un área de tormentas y turbulencias, el piloto mantiene el rumbo hacia la zona
mencionada, y el copiloto quiere asegurarse que el avión no la atravesara.
Fischer y Orasuma tenían al menos 6 maneras de intentar persuadir al capitán para
cambiar de rumbo y esquivar el mal tiempo, al copiloto podía utilizar una expresión de
orden: “gire 30 grados a la derecha”; de manifestación de una obligación a la tripulación:
“pienso que deberíamos desviarnos a la derecha”; de sugerencia a la tripulación: “vamos
a esquivar el mal tiempo”; de consulta: “En qué dirección se desviarán?”; de preferencia:
“creo que sería atinado girar”; de indirecta: “Ese regreso a la zona no parece
aconsejable” que es la declaración más mitigada de todas.
Comprobaron que si los capitanes se encontraban en esa situación utilizarían la
expresión de orden, mientras que la mayoría los copilotos al saber que se dirigen a su
jefe escogieron la opción más mitigada, la indirecta. La indirecta es la petición más difícil
de descifrar y la más fácil de rechazar.
La mitigación explica una de las grandes anomalías de los accidentes de avión. En las
líneas comerciales, los copilotos se reparten las tareas a partes iguales pero
históricamente ha sido mucho más probable que ocurra un accidente cuando el capitán
está por completo en el “asiento de capitán”.
Combatir la mitigación se ha convertido en una de las grandes batallas de la aviación
comercial en los últimos 15 años. Ahora todas las compañías importantes tienen cursos
de “gestión de recursos de la tripulación”, para enseñar a los miembros más jóvenes a
de la tripulación a comunicarse con claridad y asertividad.
En las décadas de 1960 y 1970, el psicólogo Geert Hofstede recorrió el mundo para
entrevistar empleados, así desarrolló una base de datos para analizar cómo difieren
entre sí las culturas. Las "dimensiones de Hofstede" se encuentra entre los paradigmas
más utilizados en el psicología intercultural.
Hofstede sostenía, que se pueden clasificar las culturas según la confianza que estas
tengan en que el individuo cuide de sí mismo, "escala de individualismo vs colectivismo".
El país con el individualismo más alto es Estados Unidos y en el extremo opuesto
Guatemala.
Otra dimensión es la "evasión a la incertidumbre", que representa hasta qué
punto una cultura tolera la ambigüedad.
Quizás la más interesante de todas las dimensiones de Hofstede es el "índice de
distancia al poder (IDP)", está relacionada con las actitudes hacia la jerarquía; en
concreto cuánto valora y respeta la autoridad una cultura en particular. También se
asocia al miedo de expresar opiniones o desacuerdos con los superiores.
Las mejoras de trabajo en equipo y la batalla contra el discurso mitigado en la
aviación eran para reducir la distancia al poder. Los copilotos tenían que hacerse valer y
expresar desacuerdos u opiniones sin miedo con los capitanes pero esto depende
terriblemente del índice de distancia al poder de su cultura. Estados Unidos tiene bajo
IDP, ve a los controladores aéreos como iguales; mientras que en el extremo opuesto se
encuentra Colombia.
Cuando los copilotos son de nacionalidad con alto IDP, se ven como
subordinados y en medio de una crisis, solucionar el problema no es su trabajo sino del
capitán.
Las típicas 3 condiciones previas a un accidente aéreo son: una avería técnica sin
importancia, mal tiempo y un piloto cansado; esta combinación es suficiente para un
accidente pero además requiere del esfuerzo de todo el que está en la cabina. La
comunicación con distancia al poder alta no funciona en la cabina de un avión en una
situación caótica con el piloto agotado. Por esto, los copilotos y mecánicos deben poder
expresarse sin indirectas, venciendo la distancia al poder y así ayudar al capitán a aclarar
sus ideas, incluso tomar el mando si consideran que el capitán los pone en peligro.
El factor común que tienen los accidentes analizados era que estaban atrapados
en papeles dictados por el peso de la herencia cultural. Se debe tener en cuenta que el
legado cultural importa, es poderoso y perdura mucho; no se puede pretender que cada
uno de nosotros es un producto únicamente de su vida y experiencia propias. Cuando
obviamos la cultura, los aviones se estrellan.
CAPÍTULO 8: ARROZALES Y EXAMENES DE MATEMATICAS
“Trescientos sesenta días al año levántate antes del amanecer y la prosperidad de tu
familia llegarás a ver”
El arroz se ha cultivado en China durante miles de años, año tras año los
campesinos de Asia han adoptado las mismas técnicas de agricultura. Un arrozal hay que
construirlo, no basta con labrarlo, arrancar árboles, malezas, piedras y luego arar. Los
campos de arroz están tallados sobre las laderas de una colina, necesitan irrigación,
necesitan un suelo de arcilla impermeable sobre el que debe haber una gruesa capa de
fango, deben fertilizarse de manera constante de manera cuidadosa.
Toda la familia participaba en la plantación de semillas y luego las matas se
pasaban al campo y la escarda se hacía a mano con diligencia y sin cesar. A veces hasta
se cepillaba cada mata con un cepillo de bambú para eliminar insectos y se controlaba
el nivel del agua y su temperatura.
El arroz era lo que se vendía en el mercado para comprar otros artículos de
primera necesidad, era medida de riqueza y estatus. Prácticamente si uno quería ser
alguien en esta parte de China, debía tener arroz.
Cuando se trata de matemáticas los asiáticos tienen una ventaja incorporada.
Una parte de esta ventaja radica en su idioma; la memoria humana es capaz de
almacenar dígitos en un lapso de tiempo que dura 2 segundos, es decir aquello que
podamos decir o leer dentro de ese lapso. Los numerales de la lengua China son
notablemente breves y resulta que los asiáticos construyen la secuencia numeral de
manera diferente a los occidentales. Estas diferencias hacen que los niños asiáticos
aprendan a contar mucho más rápido que los occidentales y además pueden realizar
operaciones matemáticas básicas con mucha más facilidad.
Entonces los sistemas numerales de Oriente y Occidente sugieren que la
capacidad de resolver problemas matemáticos también está muy relacionada con la
cultura. Si la cultura importa, ¿es posible que proceder de una cultura formada por las
exigencias del cultivo de arroz le hiciera a uno mejor en matemáticas?.
Históricamente la agricultura occidental ha tenido una orientación mecanicista,
para ganar eficiencia o aumentar producción, se incorporaba equipo más sofisticado, se
usaba más campo. Pero en Japón o China, los agricultores no tenían dinero para invertir
en equipo; entonces mejoraban su producción a base de inteligencia, gestionando mejor
su tiempo y con elecciones acertadas. Según la antropóloga Francesca Bray, la
agricultura de arroz fomenta el desarrollo de habilidades.
Los que cultivaban arroz siempre estaban sometidos a mayor trabajo
comparando con cualquier otro tipo de agricultor. El mantenimiento de un arrozal exige
entre 10 y 20 veces más mano de obra que un trigal o un maizal de tamaño equivalente.
Cultivar arroz se trata de un trabajo complejo.
Teniendo en cuenta el esfuerzo y trabajo, Alan Schoenfeld catedrático de
matemáticas en Berkeley pregunto a un grupo de estudiantes cuánto tiempo trabajan
para resolver un ejercicio antes de concluir que es demasiado difícil para su capacidad
para solucionarlo; las respuestas fueron entre 30 segundos y 5 minutos con una media
de 2 minutos. Aquí radica la idea de Alan que la destreza matemática se trata más de
actitud y no de una capacidad innata; se llega a dominar las matemáticas si uno está
dispuesto a intentarlo.
Un país que tuviera inclinación hacia el trabajo y esfuerzo, acostumbrados a
intentarlo una y otra vez, se le daría bien las matemáticas. Entonces se puede identificar
qué países son los mejores en matemáticas, analizando qué culturas enfatizan más el
esfuerzo y trabajo duro. Entre esas culturas se encuentran Singapur, Corea del Sur, China
(Taiwan), Hong Kong y Japón; los 5 tienen en común que sus culturas están formadas
por la tradición agrícola del arrozal y trabajo significativo.

CAPÍTULO 9: EL CHOLLO DE MARITA


“Ahora todos mis amigos son de KIPP”
A mediados de la década de 1990, una escuela pública experimental llamada
Academia KIPP abrió sus puertas en Nueva York en uno de los barrios más pobres; es
una escuela secundaria, no tiene examen de ingresos ni exigencias especiales para la
admisión y se elige a los estudiantes por sorteo, participan del sorteo alumnos de cuarto
que vivan en el Bronx. Se ha convertido en uno de los institutos más deseados de la
ciudad de Nueva York, lo que hace más famoso este centro son las matemáticas; todos
salen sabiendo mucho de matemáticas pero su éxito se debe a que han tomado en serio
el concepto de legado cultural.
La cultura occidental maneja la idea que una mente debe cultivarse pero no
demasiado, no sea que se agote y para remediar este peligro de agotamiento se aplican
largas vacaciones de verano, un legado genuinamente americano que ha tenido
profundas consecuencias en el modelo educativo vigente a día de hoy.
El sociólogo Karl Alexander realizó una investigación sobre el rendimiento de 650
alumnos, se analizaron los valores de las pruebas tomadas en dos etapas, una media lo
aprendido a lo largo del año escolar con una prueba tomada en junio y otra media lo
aprendido en las vacaciones tomada en setiembre al finalizar estas. En otras palabras,
podía calcular con el estudio, cuánto de la diferencia en el rendimiento obedecía a las
cosas que pasaban durante el año escolar, y cuánto tenía más que ver con lo que pasa
durante las vacaciones de verano.
Analizando las pruebas se vio que los niños pobres podían aprender más que los
ricos durante el año escolar pero durante el verano se quedaban atrás. Los niños ricos
tienen la posibilidad de aprender mientras no están en la escuela, en vacaciones, van a
museos, los matriculan en programas especiales, van a campamentos y tienen muchos
libros para leer en sus casas. Mientras que los pobres no tienen el dinero para ir a
campamentos ni clases especiales o libros para leer. En estas situaciones se crea una
ventaja de aprendizaje del rico sobre el pobre, donde uno ha tenido unos meses de
aprendizaje en verano y el otro miraba la televisión o jugaba en la calle.
El único problema de la escuela, para niños con fracaso escolar, es que no dura
lo suficiente. Volviendo a los asiáticos y su superioridad en matemáticas podemos
darnos cuenta que ellos no tienen largas vacaciones de verano en sus escuelas. Así uno
tiene más tiempo para aprender todo lo que necesita y menos tiempo para
desaprenderlo. El problema de las vacaciones de verano es algo que las escuelas KIPP
intentan solucionar. En KIPP hay niños desde las 7:25 hasta incluso las 19:00 hs, pasan
de un 50 a 60% más de tiempo aprendiendo que el alumno de una escuela pública
tradicional; esta es la escuela milagrosa que transforma a los perdedores en ganadores
pero es sacrificada, exige levantarse muy temprano, estar ocupado con tareas hasta casi
las 23:00 hs y renunciar a tardes y fines de semana con amigos.
Pero el sacrificio tiene su recompensa, más del 80% de los graduados de KIPP
pasan por la universidad, que en muchos casos son los primeros de sus familias y
consiguen becas para prestigiosos centros privados en vez de limitarse a los institutos
de medio pelo que le corresponderían en el Bronx.

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