Está en la página 1de 10

FUNDAMENTOS PARA EL DESARROLLO DE LA MOTRICIDAD

RICARDO TORO SANCHEZ

Luz Marelbi Ossa

Instructora de Deportes Centro de Servicios de Salud Regional Antioquia

luzmarelbi@misena.edu.co

SENA

ACTIVIDAD FISICA

Calle 51 Nº 57-70

Medellín, Colombia
INTRODUCCION

En la primera y segunda infancia se desarrollan muchas de las habilidades físicas


y psicomotoras que tendremos toda la vida, en estos años se produce en el
cuerpo la mayor evolución de toda la vida, pero todavía queda un buen camino
para poder ser considerado un adulto.

Todos los humanos tienen en común el hecho de que comparten una forma propia
diferente a la de cualquier otra especie, de evolucionar y madurar físicamente, y
también a nivel psicomotor. Sin embargo, no todas las personas se desarrollan
de la misma manera. Para empezar, los niños se encuentran en un momento de
su evolución física muy diferentes de los adultos, pero además, cada uno de
nosotros tenemos una carga genética diferente, y el peso de la herencia es
poderoso. Por otra parte, el ambiente en el cual crecemos y hemos sido
educados también es diferente, por ello nuestra evolución física y psicomotora es
y lo continuara siendo- diferenciada. Justamente por estos motivos cada persona
es irrepetible, ya que todos tenemos una evolución propia.

La psicología infantil experimental es una rama de la psicología dedicada al


desarrollo y a la conducta del niño. En general se llama psicología del desarrollo
al estudio de la ontogénesis conductual, es decir, el estudio de los cambios
conductuales asociados con la edad en los seres humanos, y el estudio de la
ontogénesis conductual durante la infancia es parte de esta psicología que se le
llama psicología infantil o desarrollo infantil, la cual se caracteriza por el estudio de
los procesos básicos, por investigaciones fundamentales de variables
significativas, en búsqueda de relaciones para determinar variables y en el uso de
métodos experimentales.
DESARROLLO DE LA MOTRICIDAD

El crecimiento del cerebro está totalmente relacionado con la evolución del bebé,
de manera tal que el desarrollo psicológico y motor del niño no sería posible sin
una maduración cerebral. Este crecimiento es especial y rápido y complejo
durante los dos primeros años de vida. ¡En el momento de nacer el cerebro del
niño tiene aproximadamente un 25 por ciento del tamaño y el peso del de un
adulto, hacia el primer año ya tiene aproximadamente el 50 por ciento, y a los
dos años ya tiene el 75 por ciento!

Durante estos dos primeros años de maduración no es igual en todas las áreas del
cerebro.

La primera que madura es el área motriz, seguida de cerca por las sensoriales:
Tacto, visión, oído, y en este orden. Después de la maduración avanza hacia
áreas más específicas que permiten la aparición de muchas funciones
psicológicas más concretas, como por ejemplo el lenguaje. Esta maduración
sigue una ley según la cual el cerebro madura desde las partes más internas hacia
las más externas, por eso las conductas al principio de la vida son reflejas.

Por este motivo la conducta del niño al principio está especialmente dominada por
los reflejos, sobre los cuales no tiene ningún control. Entonces, y especialmente
durante los dos primeros años de vida, el corte se desarrolla rápidamente, así las
conductas de los niños se empiezan a volver voluntarias a partir de los tres o
cuatro meses. Esta maduración también es la causante de que, entre el periodo
del primer aniversario y el segundo empiece a dominar el lenguaje y las funciones
simbólicas. Es importante decir que todos estos procesos también están
relacionados con la experiencia del niño.

El desarrollo cerebral continuo más allá de los dos años, ahora lo más importante
es el Establecimiento de conexiones entre neuronas y el aumento de la velocidad
de los impulsos eléctricos, también es importante la integración de la actividad
cortical. Todo eso hace que puedan aparecer procesos nuevos y conductas más
complejas en el niño, por ejemplo, la atención. Al mismo tiempo, esta
maduración permite que, de cada vez más, el niño tenga un mejor lenguaje y
dominio del cuerpo. Toda esta maduración continua durando la infancia, e incluso
algunos aspectos durante la adolescencia.
Desarrollo Físico

Después del nacimiento el crecimiento continúa de forma rápida durante los dos o
tres años. Si al nacer un niño tiene una medida de 49 cm, al año ha pasado a ser
74 cm, a los dos años, 84 cm, y a los tres, 93 cm. En relación con el peso, al
nacer presenta una medida de 3 kg, al año 9.4 kg, a los dos años 12 kg, y a los
tres años, 13,7 kg. A partir de este momento el aumento de peso y de altura es
mucho más lento.

La Aparición De Las Bases Del Desarrollo Psicomotor

Una de las consecuencias más importantes que tiene el crecimiento físico y la


maduración cerebral para los niños pequeños es el desarrollo psicomotor. En un
ambiente como en el de nuestro mundo es imprescindible poder desplazarse, Ir
de un lugar al otro, coger objetos, etc. Precisamente la diferencia mayor entre un
niño de un año y un bebe es que el primero no para de desmontar cosas en casa,
mientras que el segundo está quieto en la cuna. Es decir, el primero ya ha
adquirido una buena parte del desarrollo psicomotor, mientras que el segundo no.
En este año que hay de un niño al otro han tenido lugar una serie de cambios muy
grandes en el desarrollo motor, y estos cambios tan importantes continúan hasta
los dos años, a partir de aquí, podemos considerar que las bases del dominio
psicomotor permite el desarrollo físico y Psicológico posterior.

Muchos de los hitos del desarrollo intelectual tienen lugar con más dificultad,
algunos incluso no se alcanzan si el niño no puede explorar el ambiente. Para
poder llevar a cabo esta exploración es imprescindible el desarrollo psicomotor. El
desarrollo psicomotor tiene lugar principalmente alrededor de dos leyes, las
cuales explican la forma como sucede. En esta ocasión estas leyes explican la
dirección que sigue el desarrollo psicomotor.

Ley cefalocaudal: el dominio psicomotor empieza por la cabeza del niño, y


posteriormente baja por el tronco hasta llegar a las piernas y a los pies. Eso
significa, por ejemplo, que el niño dominara y controlara voluntariamente antes la
cabeza que el tronco o las caderas, etc.

Ley proximodistal: según esta ley, el dominio psicomotor se produce desde un eje
central imaginario, que divide el cuerpo en dos mitades de arriba abajo, hacia los
extremos. Por lo tanto, el niño dominara, por ejemplo, antes el hombro que el
codo, y este antes que la mano, etc.
El desarrollo motor se puede dividir en dos categorías generales: el dominio de los
grandes movimientos corporales, y el dominio de, los movimientos corporales
más pequeños y finos.

El dominio de los grandes movimientos corporales supone el control sobre la


locomoción y la postura. Es decir, implica el control sobre los movimientos de los
brazos, piernas, tronco y cabeza que nos permita la locomoción. Pero también
nos permite el control sobre una serie de posturas habituales a nuestra especie,
como, por ejemplo, estar derechos, estar sentados, etc.

El dominio de los movimientos corporales más precisos supone el control sobre


las habilidades necesarias para utilizar las manos como instrumentos de precisión,
y por lo tanto, poder hacer actividades como: comer, escribir, recortar, etc.
Dominar las últimas es más difícil, y los niños tardan más en conseguirlo. Es
importante recordar de nuevo que estos movimientos, cuando evolucionan,
siguen las dos leyes antes mencionadas.

Autocontrol Y Lateralización

En el niño más mayor de dos años, al crecimiento del cuerpo continúa a una
velocidad grande, el niño continua aumentando de peso y de tamaño, pero no se
da tanta prisa como hasta ahora, y además, los cambios que tienen lugar ya no
son importantes. El cerebro también continúa su desarrollo, el cual, consiste en el
establecimiento de conexiones entre neuronas y el aumento de la velocidad de los
impulsos eléctricos, también es importante la integración de la actividad cortical.
Todo eso hace que puedan aparecer conductas motrices más complejas. El niño
domina cada vez más con facilidad el cuerpo, y lo hace a través de un autocontrol
cada vez mayor. Eso sí, la velocidad con la cual se adquieren estos nuevos
aspectos del dominio psicomotor es más lenta que la que hemos podido ver hasta
ahora, pero los cambios son muy importantes. Los movimientos del niño se
afinan cada vez más, y sus acciones son mucho más precisas a causa del
autocontrol que ha aparecido.

Siguiendo la ley cefalocaudal, el niño traspasa el buen dominio que ya tiene de


los brazos a las piernas, con las cuales cada vez podrá hacer movimientos más
precisos, especialmente aquellos grandes relacionados con aspectos complejos
de la marcha, por ejemplo, el niño será capaz de aprender a correr más
coordinadamente y con más equilibrio, acelerar, frenar, saltar, subir y bajar
escaleras sin dificultad, etc.
Siguiendo la ley proximodistal, también mejora de una forma muy importante en el
niño el control sobre los movimientos finos y precisos de la mano (muñeca y
dedos); por ejemplo. El niño empieza a dominar los movimientos necesarios para
coger un lápiz y empezar a dibujar, y un poco más tarde, escribir, recortar papel
con tijeras, etc.

En esta época tiene lugar también la lateralización de la mano, el pie, y el ojo. La


mayoría de los niños tendrán una lateralización diestra, otros surda, y finalmente,
algunos pocos la tendrán mixta. Normalmente, los niños tienen que estar
plenamente lateralizados en los cinco o seis años. No es bueno contrariar la
naturaleza, por eso se tiene que dejar al niño que mantenga su lateralización,
sea cual sea.

La Aparición Del Esquema Corporal

Esta mejora del dominio psicomotor no tiene tan solo que ver con lo que es físico,
sino también con lo que es psicológico. Es a partir de los dos o tres años cuando
empieza, gracias a la aparición de la función simbólica, a surgir el dominio del
esquema corporal.

El esquema corporal es la representación mental que tenemos de nuestro propio


cuerpo, especialmente en situaciones del movimiento en el espacio. El dominio
del esquema corporal es totalmente necesario para poder realizar movimientos
complejos, todos utilizamos esta representación mental de nuestro cuerpo cuando
hacemos actividades como: bailar, saltar, vallas, hacer una voltereta, o
simplemente conducir.

Esta representación mental del cuerpo en movimiento no se construye y aparece


de golpe. Al contrario, es una construcción muy lenta que requiere, de una forma
muy importante la experiencia con el mundo físico y la experiencia con el mundo
social. El niño desde pequeño manipula constantemente el ambiente y se mueve,
aprendiendo el comportamiento físico de su cuerpo en situaciones de movimiento.
Pero además, esta representación requiere, para su desarrollo, experiencias
sociales. El niño, antes de poder observar sus propios movimientos en el
espacio, es capaz de observar los del otro. Poco a poco aprenderá a reconocer
su cuerpo como propio y comparara sus movimientos con los de aquellas
personas que hasta ahora había observado. De esta manera, el niño será cada
vez más apto para dominar el cuerpo, dado que tiene una representación mental,
así como representaciones de este en movimiento al espacio y al tiempo. Esa
construcción del yo corporal está ya muy establecida a los cinco años, cuando el
niño empieza a entender conceptos como: arriba, abajo, delante, detrás, por
derecha, izquierda, etc. Sin embargo hasta los doce años no culmina del todo el
dominio del esquema corporal.

El Dominio Psicomotor

Estos procesos de autocontrol, lateralidad y aparición del esquema corporal


permiten lo que se llama “el dominio psicomotor”. Todos producen de forma
conjunta y continuada los controles y la precisión de movimientos del cuerpo. Sin
embargo, hay una serie de aspectos, que aunque se podrían encontrar dentro de
algunos de los conceptos que hasta ahora hemos explicado. Uno de los aspectos
que hay que destacar cuando hablamos del dominio psicomotor en estas edades
es la aparición de la segmentación. El niño será cada vez más capaz de controlar
por separado cada segmento motor, mientras que los restantes quedan inmóviles.
Por eso podrá hacer movimientos precisos en los cuales es necesario que solo se
pongan en marcha un número muy pequeño de músculos, por ejemplo, enhebrar
una aguja con una mano mientras con la otra aguanta el hilo. Este proceso no
funcionara totalmente hasta los siete años. Otro proceso importante es el de
coordinación, que es de efecto contrario al de segmentación. El niño aprende que
es necesario coordinar una serie de grupos musculares para hacer movimientos
complejos, por ejemplo, un servicio de tenis. El tono muscular será controlado
directamente por el niño, de tal forma que aplicara la fuerza necesaria para cada
movimiento. Por otra parte, el niño aprende a controlar la respiración, con lo cual
gana en resistencia. También tiene cada vez más, un mejor equilibrio.

El desarrollo más allá de los 6 años

Todas estas capacidades psicomotoras continúan desarrollándose y mejorándose


hasta después de la adolescencia, pero lo más importante se ha dado ya. A partir
de ahora las capacidades irán mejorando poco a poco y más lentamente. Los
movimientos de estabilidad, de manipulación, de control se desarrollan más en
aquellos niños que practican asiduamente una actividad física. El desarrollo de la
musculatura y de las articulaciones también juega un papel importante en este
desarrollo a partir de los seis años, así como de los nervios que los controlan. La
maduración encefálica es también un punto a tener en cuenta. Todos estos
aspectos físicos variaran de forma más importante en la adolescencia que ahora
mismo.

Desarrollo Del Pensamiento Infantil

Los primeros meses de vida, el aprendizaje del niño consiste en desarrollar y


coordinar acciones y percepciones en esquemas de acción organizados o
esquemas sensorios motores, con la capacidad para usar símbolos y desarrollar
un nuevo tipo de esquema: el esquema representativo. Los esquemas sensorio
motores hacen oscilar objetos suspendidos apoderándose de objetos demasiado
distantes para ser alcanzados mediante la imitación de las acciones de otras
personas,

Lo cual lleva al niño a reconocer semejanzas entre él mismo y los demás. En los
esquemas representativos existe solo un corto paso, que el lenguaje sea esencial
para su desarrollo, puesto que sustituye a la acción, y el pensamiento verbal
trasciende a ésta por su rapidez y flexibilidad. Con la representación simbólica, el
pensamiento debe reconstruirse en un nuevo plano, donde el pequeño ejecuta
materialmente giros e inversiones, éste invierte un objeto o se representa
mentalmente una serie de rotaciones en las cuales el niño hace movimientos
físicos, siguiendo un camino que vuelve al punto de partida. El niño, en una edad
más avanzada debe aprender a entender un sistema imaginario de
desplazamiento, mientras él bebe procura tener éxito en la acción, el pequeño
aprende a describir y a considerar sus técnicas de elección mentales y elegir la
más exitosa para la obtención de una buena comunicación con las personas a su
alrededor. Del periodo Sensorio motor, se presenta otro estadio en el que el
pensamiento representativo no es conceptual y lo llamaron por obvias razones
Estadio Pre-conceptual.
CONCLUSION

El desarrollo físico y psicomotor tiene una etiología multicausal en la que factores


de herencia y de medio ambiente interactúan potenciándose mutuamente. La
leyes de desarrollo cefalocaudal y proximodistal tienen una base biológica y
regulan el proceso de desarrollo del niño, pero otros factores aceleran o
enlentecen de forma importante dicho proceso. El desarrollo físico no sigue un
ritmo uniforme, ni siquiera todos los órganos corporales evolucionan
paralelamente, está a sincronía está determinada biológicamente. El desarrollo
de las psicomotricidad al comienzo de la vida se observa fundamentalmente en
dos aspectos: la motricidad gruesa y la motricidad fina.

Los diversos aspectos del desarrollo psicomotor que hacen referencia al esquema
corporal, la coordinación de movimientos, la orientación espacial y temporal, el
ritmo y los aspectos de la organización perceptiva, tienen un periodo de
maduración que va de 4 a 12 años aproximadamente. Está demostrada la
relación entre los primeros aprendizajes escolares y la adquisición de las
funciones madurativas básicas de la psicomotricidad. Todas las funciones
psicomotrices están relacionadas entre sí, por lo que el retraso de una de ella
afecta en mayor o menor medida a las otras funciones, y viceversa. Las
estrategias de evaluación del desarrollo psicomotor en la primera infancia son
principalmente Escalas de Desarrollo en las que la maduración psicomotora es un
aspecto más de los evaluados en el niño.
BIBLIOGRAFIA

1. Esquivel Lauzurique, M: Crecimiento y Desarrollo: Concepto y características en


diferentes etapas de la vida. Maestría Atención Integral al Niño. Formato Digital.

2. Gutierrez Muñiz, J.A.; Esquivel Lauzurique, Cambios en el Desarrollo Físico de


los Niños en los últimos 80 años.

Manual de Crecimiento y desarrollo del niño. Serie Paltex No. 33. Washington.
OPS/OMS. 1994.

Berdasco Gómez Dr. A: Desarrollo Psicomotor y Psico-social Módulo Crecimiento


y Desarrollo, tema 3. Maestría Atención Integral al Niño. Formato Digital.

6. Esquivel Lauzurique M.: Canalización y Armonía del Crecimiento Infantil tema 2


Maestría Atención Integral al Niño.

También podría gustarte