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VIOLENCIA FAMILIAR: FENOMENO SOCIAL

QUE OFENDE A LA DIGNIDAD HUMANA


Carlos Cruz Montero
Resumen
La violencia familiar como fenómeno social atenta y ofende la dignidad
humana y se produce en todas las clases y estratos sociales, afectando a
mujeres, hombres de todas las edades, generando consecuencias y
constituyen serios obstáculos para el desarrollo de la familia y la sociedad.
Frente a ello el Estado ha promulgado leyes que protejan a la familia de tal
manera que puedan acogerse y hacer valer sus derechos. Debe ser política
del Estado y de las instituciones y organizaciones de la sociedad el realizar
acciones conjuntas de prevención de la violencia familiar a fin de lograr
cambios en los agresores y agraviados a fin de fortalecer la familia.

Palabras Clave: Violencia familia, dignidad humana, legislación, conducta,


relaciones familiares.

Abstract

The familiar violence like social phenomenon attempts and offends the
human dignity and takes place in all the classes and social strata, affecting
women, men of all the ages, generating consequences and they constitute
serious obstacles for the development of the family and the company.
Opposite to it the State has promulgated laws that they protect to the family in
such a way that they could take refuge and make cost his rights. It is
necessary to be politics of the State and of the institutions and organizations
of the company to realize joint actions of prevention of the familiar violence in
order to achieve changes in the aggressors and aggrieved parties in order to
strengthen the family.

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Key words: Violence family, dignity humanizes, legislation, conduct, familiar
relations.

Introducción

En la actualidad, la violencia familiar es una constante y se ha venido


ahondando cada vez más a tal punto que no nos llama la atención cuando
encontramos un caso o lo leemos en los diarios afectando a la misma
sociedad, lo que se ve reflejada en la inestabilidad de la familia, porque esta
es el grupo de origen del ser humano, y con este problema se da
inestabilidad en el ámbito biológico, psicológico, moral y social, lo que
representa un obstáculo para el desarrollo, puesto que repercute en los
miembros de la sociedad. Hay ciertas condiciones que la familia debe cumplir
para mantener la estabilidad, como lo son la necesidad biológicas
(alimentación y vivienda), psicológicas (afecto mutuo y aprecio social); para
esto se necesita una organización desde el seno familiar.

Asimismo, diversos estudios e investigaciones de destacados juristas y


profesionales del derecho, señalan de forma precisa, clara y contundente,
que, la violencia familiar constituye un fenómeno social de todos los tiempos
que atenta y ofende la dignidad humana, hecho que se produce en todas las
clases y estratos sociales, culturas, edades y medios de vivencia de la
sociedad en su conjunto con una incidencia cada vez mayor. En todas sus
formas, la violencia familiar es uno de los problemas más gravitantes, por su
forma oculta, a veces muy sutil, pero, igualmente devastadora; y a pesar de
la frecuencia e intensidad de los casos, la sociedad minimiza el problema, y
la víctima, en su mayoría mujeres, no encuentran respuesta en las
instituciones sociales tutelares de defensa de sus derechos que le permitan
romper el llamado " círculo de odio" que se crea y se transmite del agresor al
agraviado (a); y otros dentro del entorno familiar.

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Estos hechos, generan graves consecuencias y constituyen serios
obstáculos para el desarrollo de la familia y la sociedad, en la persona
agraviada genera una reducción o pérdida del autoestima, crea sentimientos
de culpabilidad, vergüenza, inseguridad, temor constante, vulnera su
conducta y aptitud en la toma de decisiones, le crea complejos de inferioridad
e incapacita para asumir el rol que le compete dentro de la familia y la
sociedad.

Violencia familiar

Los actos reiterados de violencia, deterioran, igualmente, y de forma


constante, la personalidad de la víctima hasta convertirlas en personas con
serias y variadas limitaciones para materializar sus ideales, potencialidades
físicas e intelectuales en beneficio de su familia y su entorno social.

Una de las modalidades más frecuentes y graves de afectación de los


derechos fundamentales es la violencia perpetrada contra las mujeres en el
ámbito familiar. Esta violencia supone la vulneración de múltiples derechos
Constitucionales, tales como: el derecho a la vida, a la integridad física,
psíquica y moral y al libre desarrollo y bienestar (artículo 2 inciso 1 de la
Constitución), a no ser víctima de violencia moral psíquica o física (artículo 2
inciso 24 literal h de la Constitución). Para poder entender la violencia
familiar es menester hacer referencia al marco normativo aplicable al
proceso de de violencia familiar a nivel internacional y nacional. A
nivel internacional el Estado aprobó diversos convenios internacionales.
estos instrumentos son principalmente el Pacto Internacional de los
Derechos Civiles y Políticos, La Convención Americana sobre Derechos
Humanos, la Convención sobre la eliminación de todas las formas
de discriminación contra la mujer , y la Convención Interamericana para
prevenir, sancionar y erradicar la violencia familiar contra la mujer.

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En este contexto, nos remitimos a los acuerdos y normativas adoptadas en la
Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra la mujer CONVENCION DE BELEM DO PARÁ (Brasil- 09/06/94) (1)
que en su introducción, señala: "La violencia contra la mujer constituye una
violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales, y limita
total o parcialmente a la mujer en el reconocimiento, goce y ejercicio de tales
derechos". Se considera que la violencia contra la mujer es esencialmente
"una ofensa a la dignidad humana y una manifestación de las relaciones de
poder, que proviene de las desigualdades históricas entre mujeres y
hombres".

Al respecto, en el Capítulo I. Art. 1 se precisa que "... debe entenderse por


violencia contra la mujer cualquier acción o conducta, basada en su género,
que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer,
tanto en el ámbito público como el privado". El Art. 2 señala que "Se
entenderá que violencia contra la mujer, incluye la violencia física, sexual y
psicológica:

a) Que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier


otra relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya
compartido el mismo domicilio que la mujer; y que comprende entre otros,
violación, abuso sexual, tortura, trata de personas, prostitución forzada,
secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en las instituciones
educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar...".

En el Capítulo II. Art. 3 se establece: "Toda mujer tiene derecho a una vida
libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado". Y, el Art. 6
postula que " El derecho de toda mujer a una vida libre de violencia, incluye,
entre otros aspectos:

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a) El derecho de la mujer a ser libre de toda forma de discriminación y; b) El
derecho de la mujer a ser valorada y educada libre de patrones
estereotipados de comportamiento y prácticas sociales y culturales, basadas
en conceptos de inferioridad o subordinación.

Del mismo modo, concluyen, que la violencia contra la mujer constituye un


obstáculo para el logro de la igualdad, el desarrollo y la paz, es una
manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre
hombre y mujer, que han conducido a que el hombre domine a la mujer y
discrimine contra ella, impidiendo su adelanto pleno, y que esta violencia
contra la mujer es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los
que se reduce a la mujer a una situación de subordinación respecto al
hombre. En la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la
Mujer (2) del 23/02/ 1994 en su Art. 2 especifica que: "Se entenderá que la
violencia contra la mujer comprende:

a) La violencia física, sexual y psicológica que se produzca en la familia,


incluidos los malos tratos, el abuso sexual de las niñas en el hogar, la
violencia relacionada con la dote, la violación por el marido, la mutilación
genital femenina y otras prácticas tradicionales nocivas para la mujer, los
actos relacionados con la explotación;

b) La violencia física, sexual y psicológica perpetrada dentro de la comunidad


en general, inclusive la violación, el abuso sexual, el acoso y la intimidación
sexuales en el trabajo, instituciones educativas y en otros lugares, la trata de
mujeres y la prostitución forzada.

c) La violencia física, sexual y psicológica perpetrada o tolerada por el


Estado donde quiera que ocurra.

Es de destacar, que pese a que la mujer es generalmente la parte agraviada,


el dominio o poder en la actualidad, no sólo es ejercida por el hombre, sino

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que también, este poder de dominación, lo ejerce la mujer en su hogar, con
actos de violencia física o psicológica contra su cónyuge o conviviente, hijos,
familiares, lo que vulnera la convivencia normal de las personas que integran
en su conjunto el núcleo familiar.

Frente a esta situación resulta necesario e imperativo preservar la institución


de la familia, que constituye la Célula Básica de la Sociedad, donde se
aprende a convivir con dignidad , justicia y libertad, igualmente, a ser buenos
o malos, a querer, respetar, amar., trabajar, convivir bajo determinadas
reglas de conducta, aprender valores como, la bondad, nobleza,
responsabilidad. Aprendemos a sentir y apreciar; a ser auténticos hombres y
mujeres; pero también, algunos, a ser malos elementos para la sociedad, por
la falta de valores morales, amor, cariño, vivir en un hogar disfuncional y
otros factores. La familia es lo más importante para el ser humano, es la
primera escuela de los hijos, fuente primaria de conocimientos que
desarrollan la personalidad del individuo, sus sentimientos y direccionan su
futuro. El núcleo familiar se conforma por la unión en matrimonio o
convivencia, patrones culturales, donde influye también la religión, la moral y
las costumbres, economía común, vivienda, educación y reglas de conducta,
donde sus integrantes, ejercen sus derechos y cumplen con sus obligaciones
para vivir en armonía, paz, y respeto mutuo, como también el respeto y
observancia de las leyes y normas que establece la Constitución Política del
Estado (3).

En fin existen múltiples definiciones de violencia, en especial las que


relacionan con la imposición de fuerza física. Sin embargo, la violencia es un
concepto mucho más global y complejo que se refiere a: Cualquier acto de
comisión u omisión y cualquier condición que resulte de dichos actos, que
prive a los sujetos de igualdad de derechos y libertades e interfiera con su
máximo desarrollo y libertad de elegir.

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En nuestro país, la mujer está protegida de toda violencia familiar por la Ley
Nº 26260 Ley Protección Frente a la Violencia Familiar aprobada por
Decreto Supremo Nº 0065-97-JUS (4) y modificado por la Ley Nº 27306 que
señala: "se entenderá por violencia familiar cualquier acción u omisión que
cause daño físico o psicológico, maltrato sin lesión, amenaza o coacción
graves y/o reiteradas, así como la violencia sexual que se produzca entre:

a) Cónyuges

b) Ex cónyuges

c) Convivientes

d) Ex convivientes

e) Ascendientes

f) Descendientes

g) Parientes colaterales hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo


de afinidad.

h) Quienes habitan en el mismo lugar, siempre que no haya relaciones


contractuales o laborales.

i) Quienes hayan procreado hijos en común, independientemente de que


convivan o no al momento de producirse la violencia.

Por parte del legislador ha procurado emitir e introducir leyes y normas que
regulan el problema de violencia familiar; pero aun así estas leyes y normas
que regulan no son tan consideradas por la misma sociedad. Ahora bien,
existe la preocupación por parte del legislador ya que existe la Ley de
Feminicidio (5).

Y como consecuencia la creación de organismos gubernamentales y


privados para el estudio e intervención al problema; como son el Ministerio

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de la Mujer, las DEMUNAs, Fiscalías y Comisarías de Mujeres que se
preocupan por el maltrato y la prevención a la violencia familiar, así como la
asistencia.

Sin embargo, creemos que el tema violencia familiar no se toma como algo
importante en nuestro país por factores culturales. Desde creencias y valores
acerca de la mujer y del hombre, que se han caracterizado de ser una
sociedad patriarcal y machista que define a los valores como superiores por
naturaleza y le confiere el derecho y la responsabilidad de dirigir la conducta
de la mujer.

Investigaciones demuestran que los esfuerzos realizados por organizaciones,


tendientes a difundir y promover ideas progresistas acerca de la igualdad
entre los géneros; no son tan importantes ya que persisten las ideas de que
las mujeres son inferiores a los hombres, que el hombre es el jefe del hogar y
que el hombre tiene derechos de propiedad sobre la mujer e hijos. Y aun
cuando se modifiquen las leyes, los comportamientos tienden a seguir siendo
regulados por esta normatividad cultural, que legitima el uso de la fuerza
como método correctivo y como instrumento de poder.

El jurista, Gómez de Silva define la violencia familiar como "la acción o efecto
de aplicar medios violentos o brutales con el propósito de hacer daño" (6).
Mientras que, Corsi (7) lo entiende en dos conceptos: el daño y el ejercicio
del abuso del poder para conseguir el control de la relación obtenida
mediante el uso de dicha fuerza. El empleo de la fuerza física debe ser
suficiente y continuado, capaz de vencer la resistencia con actos materiales
como lo sostiene el maestro Roy Freire, con la finalidad de anular o
quebrantar la resistencia que ofrece la víctima. Por su parte Peña Cabrera
precisa que existe violencia o "vis absoluta o vis corporalis" cuando se aplica
energía física destinada a vencer la resistencia de la víctima, utilizar
cualquier mecanismo (atar, amordazar, golpear, empujar, apretar etc.) es

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violencia material, opinión que comparten los tratadistas Bramont Arias
Torres y García Cantizano en referencia a lo dicho por los `penalistas
españoles Muñoz Conde y Vives Antón.

Estadísticamente, la violencia hacia los niños y las mujeres (caso del


padrastro que golpeó a un niño) reviste la mayor casuística, a diferencia de
un 2% de hombres que sufren maltrato por sus mujeres (adultos mayores y
débiles tanto psíquica, física, como económicamente respecto a sus parejas).
Por lo general, quienes sufren violencia física, se resisten a denunciar los
hechos por temor "al qué dirán" o que el agresor cambie de actitud, aceptan
las típicas disculpas de "no lo vuelvo a hacer"; "perdóname te amo no puedo
vivir sin tí", "hazlo por nuestros hijos" etc.etc. Otros factores pueden ser el
prejuicio social, convicciones ético religiosos, dependencia económica, temor
a represalias (caso del padrastro que asesinó a la menor de 15 años en un
Hotel capitalino). Definimos, que la agresión se torna en una función
necesaria del sujeto activo para preservar su sentimiento de integridad,
personalidad que surge en la niñez por la conducta violenta y humillante de
los padres, bulling en los colegios y otros factores, que hacen que la agresión
no sea una conducta imitada, sino un modo aprendido. Señalamos que las
conductas agresivas son trastornos del comportamiento y/o de la
personalidad que trasciende al propio sujeto que tiende a mostrarse
altamente agresivo, independientemente del lugar, hora, espacio o momento;
y su característica principal es el deseo de herir.

La violencia familiar no es un problema de salud pública, sino más bien de


interés social por sus implicancias y naturaleza. Requiere la protección de los
involucrados con acciones concretas, como, el dictado de leyes específicas y
normativas jurídicas, generación de espacios educativos, medidas de
contención e intervención comunitaria; y es preciso enfatizar que, la
represión del Estado hacia el agresor, no soluciona el problema pero sí lo

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controla, mediante el fomento de una efectiva asistencia psicológica hacia él,
la, o los agresores, tanto en la intimidad familiar como privada, puesto que en
otro ámbito, posee un comportamiento cordial, afectuoso, condescendiente y
hasta hipócrita, por decir lo menos.

Son innumerables las formas de violencia familiar (8), puede pensarse en


violencia hacia los mayores, entre cónyuges, hacia los niños, las mujeres, los
hombres, los discapacitados, etc. Puede ser violencia física, es toda acción
que implique el uso de la fuerza contra otra persona, puede consistir en
golpes, patadas, lanzar objetos, empujones, cachetadas, rasguños y
cualquier otra conducta que atente contra la integridad, marcas o no en el
cuerpo. Violencia verbal, esta forma de violencia es una de las
manifestaciones de violencia emocional, se da cuando una persona dice
cosas mortificantes a otra. Por ejemplo cuando un esposo o compañero ya
sea en privado o en público dice: estás loca o que no sirves para nada. La
violencia emocional, acto que realiza una persona a otra para humillarla y
controlarla, esto se puede producir por amenazas, manipulación,
humillaciones, acusaciones falsas, vigilancia, persecución o aislamiento.
Puede ser violencia sexual que es toda acción que implique el uso de la
fuerza, la coerción, el chantaje, el soborno, la intimidación a otra persona que
lleve a cabo un acto sexual u otras acciones sexuales no deseadas. Una más
es la violencia patrimonial, es aquella que está dirigida contra los bienes y
pertenencias, por ejemplo: destrucción o revisión de correspondencia,
papeles personales, que quiten el salario o que vendan a una persona (9).

Es muy común que las mujeres sometidas a violencia la sufran varias o en


todas sus manifestaciones de la violencia y lesionan su identidad, autoestima
y autodeterminación como seres humanos.

Ahora bien, para comprender el fenómeno, se debe comenzar por el análisis


de factores que legitiman el problema. En la práctica el maltrato tiende a

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naturalizarse, es decir, que se torna cotidiano sobre todos a través de
conductas violentas que son sancionadas. Muchas personas que maltratan
son consideradas como de mayor fuerza hacia quienes son considerados
como de menor poder.

Cabe destacar que las personas que sufren estas situaciones suelen ocupar
un lugar relativamente de mayor vulnerabilidad dentro de la familia. Por lo
general quienes padecen estas situaciones tiene reticencia a denunciar lo
que ocurre. Por un lado por que mantienen a la espera de un cambio
espontáneo de quién arremete, por otro lado se aceptan las disculpas típicas
de quien arremete, y se creen las promesas que no se lo volverán a hacer,
también influyen el temor al perjuicio social, las convicciones ético-religiosas,
la dependencia económica, el miedo a represalia, la falta de esperanza en la
eficacia de los trámites jurídicos, etc.

Algunos especialistas prefieren referirse al maltrato de mujeres como el


síndrome de la mujer maltratada. Si bien hay un importante número de
hombres golpeados, la gran mayoría de los casos se trata de personas de
género femenino. Desde el punto de vista estadístico ocurre en todas las
edades pero destaca en primer lugar entre los 30 y 39 años, luego entre los
20 y 29 años y más tarde entre 40 y 49, le sigue entre los 15 y 19 años. Las
mujeres casadas constituyen un 66% del total. Tomando en cuenta que las
mujeres que dejan a sus abusadores tiene un 75% de riesgo a ser
asesinadas que aquellas que se quedan conviviendo.

La última encuesta demográfica y de salud familiar del Instituto Nacional de


Salud Mental (INSM) señala que el 74.1% de los hogares del país es
afectado por la violencia familiar. Señala que este problema comprende la
violencia contra la mujer, el maltrato infantil o violencia contra el hombre,
entre otras formas de agresión, y se expresa con más énfasis en regiones
como Huancavelica, Apurímac, Junín, Loreto, Cuzco y Tumbes.

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El 74% de las mujeres peruanas sufre violencia por parte de sus parejas; y
de este grupo, el 36% corresponde a violencia física y un 71% psicológica.

En el caso de los hombres, el 8% ha sido violentado por sus cónyuges


alguna vez en la vida y el 3% en los últimos 12 meses.

La denominada violencia sistemática, es decir, aquella de frecuencia diaria,


tiene mayor incidencia en Lima Metropolitana, respecto a ciudades de la
sierra y selva. Esta situación ocurre en el 51.8% de las parejas, con mayor
prevalencia en Lima Metropolitana y Callao, mientras que el maltrato y abuso
de la pareja tiene niveles alarmantes en Ayacucho, Puerto Maldonado,
Abancay y Puno.

La demanda de atención institucional por parte de mujeres afectadas por


violencia familiar es del 27%. Las mujeres que más están denunciando
hechos de violencia tienen entre los 40 y 45 años.

Sólo 4.1% solicitó atención en un establecimiento de salud y 4,9% en


Centros de Emergencia Mujer del Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables (MIMP).

En conclusión, la violencia familiar es toda conducta de relaciones abusivas,


que por acción u omisión ocasiona daño físico, sexual y/o psicológico a otra
persona, es un problema social, cuyas repercusiones afectan la existencia y
convivencia entre las personas. Por ello, El Estado, el Poder Judicial, el
Ministerio Público, los ministerios de Salud, Educación, y de la Mujer, PNP,
gobiernos regionales, municipalidades, organizaciones de Derechos
Humanos, organizaciones sociales de base, jueces y fiscales, debemos
motivar dentro de la sociedad, acciones conjuntas de prevención de la
violencia familiar, lograr cambios de actitud en los agresores y agraviados,
con la finalidad de formar hogares lleno de valores y respeto a los derechos
de la persona, para vivir en una sociedad, sin efectos ni consecuencias de la

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violencia familiar. Fortalecer en todos los niveles educativos la enseñanza de
valores éticos, el irrestricto respeto a la dignidad de la persona humana y de
los derechos de la mujer, del niño y del adolescente, así como de la familia,
de conformidad con la Constitución Política del Estado y los instrumentos
internacionales ratificados por el Perú.

BIBLIOGRAFIA:
1. Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia Contra la Mujer. "Convención de Belém Do Pará" (Brasil
09/06/1994).
2. Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer.
3. Constitución Política del Perú de 1993.
4. Ley Nº 26260 - Ley de Protección Frente a la Violencia Familiar aprobada
por Decreto Supremo Nº 0065-97-JUS.
5. Ley de Feminicidio N° 29819.
6. Gómez de Silva.
7. Corsi, Jorge, Violencia Familiar, Paidos, Buenos Aires, 1994, p, 20.
8. Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán (2005) Manual sobre Violencia
Familiar y sexual. Lima. Manuela Ramos.
9. BOTT, Sarah, GUEDES, Alessandra, GOODWIN, Mary y Jennifer ADAMS
MENDOZA (2013) Violencia contra la Mujer en América Latina y el Caribe.
Análisis comparativo de datos poblacionales de 12 países. OPS.

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