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¿POR QUÉ MENOS POR MENOS DA MAS? UNA MIRADA EN LA HISTORIA MATEMÁTICA
Título del trabajo
PITU2
Pseudónimo de integrantes
0370372
Folio de Inscripción
Dudas o sugerencias sobre este sistema: feriadelasciencias@cch.unam.mx
© 2018 Escuela Nacional Colegio de Ciencias y Humanidades, Hecho en México, Comité Organizador
Cuando los números negativos aparecieron por primera vez,
provocaron el mismo horror que las monstruosidades "no naturales"
que más tarde serían los números "imaginarios".
E. T. Bell
Resumen
Justificar las tres primeras partes de esta ley no es complicado, pero la última
parte ya no es tan simple, ya que no hay ejemplos intuitivos que se puedan
emplear para ejemplificarla; sin embargo, consideramos que es posible dar un
argumento sólido al respecto y además, que este argumento sea accesible para
alumnos de nivel bachillerato, e incluso para alumnos de secundaria. Estamos
convencidos que al indagar en la historia de la matemática, podemos encontrar
información sobre cómo surge esta ley y por supuesto, como se puede justificar
que “menos por menos da más”.
1
Introducción
Objetivo
2
Hipótesis
Problema
3
Los amigos de mis amigos son mis amigos
Los amigos de mis enemigos son mis enemigos
Los enemigos de mis amigos son mis enemigos
Y los enemigos de mis enemigos son mis amigos
Esta última parte de la ley de los signos, explicarla representa un gran reto para la
mayoría de los estudiantes de bachillerato.
Desarrollo
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Los antiguos griegos en realidad no abordaron el problema de los números
negativos, porque sus matemáticas se basaban en ideas geométricas (Rogers,
2008). Las longitudes, áreas y volúmenes resultantes de las construcciones
geométricas necesariamente tenían que ser todos positivos. Para ellos, el número
era un múltiplo de unidades (entero positivo) o una razón entre enteros positivos
(fracción) interpretada como una entidad geométrica. De acuerdo con Díaz
(2015), la imposibilidad de representar un número negativo mediante segmentos o
como razón entre dos cantidades, posiblemente, hizo que éstos, no fuesen
considerados como números.
De acuerdo con Gómez (2001), hay rastros de los negativos que se remontan al
período greco romano. No obstante, los números negativos no eran considerados
números al no tener sus raíces en las experiencias de contar y medir, es decir, al
no tener una referencia material o real. Según, Collete (1973), Diofanto (ca. 300
d.C.), en sus ecuaciones, a pesar de que aparece el símbolo de sustracción, una
solución negativa era impensable para él; por ejemplo, la ecuación 4 = 4! + 20
no tenía solución. Sin embargo, en su Libro I de Aritmética, presentó una idea
intuitiva, de lo que hoy se podría catalogar como la ley de los signos, ante la
necesidad de efectuar cálculos con diferencias:
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De acuerdo con Collete (1973), uno de los matemáticos hindúes más grandes del
siglo VII fue Brahmagupta, quien a diferencia de Diofanto, contempló soluciones
generales de las ecuaciones cuadráticas, incluyendo raíces negativas y positivas;
además la aritmética de los números negativos y el cero. Sin embargo, Según
Collete (1973), Brahmagupta, en su aritmética, encuentra dificultades que no logra
dilucidar claramente cuando afirma:
Según Bell (1985), la ley de los signos se generalizó en la India después de que
Mahavira la volvió a enunciar en el siglo IX. De acuerdo con Collete (1973), los
símbolos + y – para la adicción y la sustracción, respectivamente aparecieron por
primera vez en 1489, en el libro del alemán Johann Widman llamado Rechenung
auff allen Kauffmnaschafft. En este libro se utilizaban para indicar el exceso y la
deficiencia en las medidas de almacén.
Figura 1. Página del libro Rechenung auff allen Kauffmnaschafft,
donde aparecen por primera vez los símbolos de + y -.
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negativos para las ecuaciones, pero no como soluciones. Conocía bien las
propiedades de los números negativos, pero los llamó numeri absurdi.
El desarrollo del álgebra propició que los números negativos se les considerase
como raíces falsas de ecuaciones, por que según González y col. (1989), quizá el
término negativo provenga de esta época, ya que eran los valores negados
cuando se obtenían como raíces de una ecuación. Más tarde, en el siglo XVII
aparecieron las primeras interpretaciones geométricas: lo negativo como un
retroceso y lo positivo como un avance (González y col., 1989).
Teorema:
Más multiplicado por más, da producto más; menos multiplicado
por menos, da producto más; más multiplicado por menos, o
menos multiplicado por más, da producto menos.
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Explicación.
Sea 8-5 multiplicado por 9-7, de esta manera: -7 veces -5 hacen
(+35), porque como dice el teorema - por - hace +. Después -7
veces 8 hace -56 (-56, porque como se dice en el teorema - por +
hace -). Y análogamente sea 8-5 multiplicado por el 9, dará como
productos 72-45. Después juntad +71+35, que son 107. Después
juntad los -56-45, que son 101. Y sustrayendo el 101 del 107, que
restan 6, se tiene el producto de la multiplicación dada. La
disposición de caracteres de la operación es esta:
Explicación de la regla
Hay que demostrar por lo enunciado que + multiplicado por + hace
+, que - por - hace +, que + por -, o - por +, hace -.
Demostración
El número a multiplicar, 8-5 vale 3, el multiplicador 9-7 vale 2. Pero
multiplicando 2 por 3 el producto es 6. Luego el producto de aquí
arriba también es 6, es el producto verdadero. Pero el mismo se ha
obtenido por multiplicación, aquella donde hemos dicho que +
multiplicado por + da producto +, - por - da producto +, + por -, o -
por + da producto -, luego el teorema es verdadero.
Conclusión
Luego más multiplicado por más, da producto más; menos
multiplicado por menos, da producto más; más multiplicado por
menos, o menos multiplicado por más, da producto menos, que era
lo que había que demostrar
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Lo que hace Stevin en esta explicación es que primero propone la ley de los
signos, luego toma un ejemplo, lo aplica y posteriormente por otro método, realiza
la misma operación. Al llegar al mismo resultado por los dos métodos, justifica que
la ley de los signos es correcta.
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El argumento que emplea Euler es muy similar al que nosotros
proporcionamos en la introducción, considerando la definición de
multiplicación como una suma simplificada.
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se sustituye ! y ! por sus valores entre paréntesis, se tendrán las
fórmulas: +(+!) = +!, +(−!) = −!, −(+!) = −!, −(−!) = +!.
En cada una de estas fórmulas el signo del segundo miembro es lo
que llamamos producto de los dos signos del primero. Multiplicar
uno por otro dos signos, es formar su producto. La inspección de
las ecuaciones anteriores es suficiente para establecer la regla de
los signos, comprendida en el teorema que voy a enunciar.
Teorema.
El producto de dos signos semejantes es siempre +, y el producto
de dos signos opuestos es siempre −.
Prueba 1.
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quitado completo el segmento ! y luego agregásemos la parte !; es
decir:
!‑(!‑!) = !‑! + ! (1)
Prueba 2.
Sea ! > ! y ! > ! ; en cuyo caso también ! − ! y ! − ! son
números enteros positivos. Veamos qué ocurre con el producto
(! − !)(! − !). Para ello tracemos un rectángulo de lados ! − ! y
! − ! , cuya área es el número (! − !)(! − !) buscado; este
rectángulo es una parte del de lados ! y !.
Esta última justificación es la que se nos hace una buena alternativa para explicar
a los estudiantes de nivel bachillerato, ya que además de sencilla es muy visual.
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Justificación de Crowley y Dunn (1985)
−1 −1 = −1 −1 + 0 1 = −1 −1 + −1 + 1 1
= −1 −1 + −1 1 + 1 1
= −1 −1 + 1 + 1 1
= −1 0 + 1 1 = 1 1
En esta demostración los autores hacen uso del elemento neutro (aditivo y
multiplicativo) y la propiedad distributiva de los números reales.
Conclusiones
Como hemos observado en la historia, la ley de los signos surgió con la aparición
de los números negativos. Los cuales al igual que los números imaginarios, no
surgieron de casos prácticos ni de ejemplos reales sino como soluciones de
ecuaciones. Por lo tanto, al no representar una magnitud se consideraron como
absurdos o raíces falsas (negados).
La historia nos enseña que como los números negativos surgieron al resolver
ecuaciones, no lo veían como algo intuitivo. Tanto Diofanto como Brahmagupta
tuvieron que establecer algunas reglas que permitieran darle un significado o por
lo menos, trabajar con ellos. Sin embargo, a pesar de la dificultad que implicaba la
concepción de los números negativos, fueron cada vez más reconocidos en los
siglos XVI y XVII y llegaron a obtener una aceptación cada vez más general
porque se justificaban por su utilidad.
Esto fue un gran logro en las matemáticas, sin embargo, en la educación básica
sigue persistiendo el obstáculo, la mayoría de los estudiantes de nivel secundaria
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o bachillerato, incluso, podríamos afirmar que algunos estudiantes de nivel
superior pueden tener dificultades para justificar la ley de los signos, en especial la
de por qué menos por menos da más. Esto se debe principalmente a que los
profesores no proporcionan un argumento a sus estudiantes sino que solamente
se enfocan a que los alumnos lo “aprendan” de memoria y que lo sepan aplicar.
Referencias Bibliográficas
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Gómez, B. (1999). Cambios en las nociones de número, unidad, cantidad y
magnitud. 9 as Jornadas para el aprendizaje y enseñanza de las matemáticas
(JAEM), 91-95. Lugo.
Gómez, B. (2001). La justificación de la regla de los signos en los libros de texto:
¿Por qué menos por menos es más? En Pedro Gómez y Luis Rico
(Eds.) Iniciación a la investigación en didáctica de la matemática. Homenaje al
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Heeffer, A. (2008). Negative numbers as an epistemic difficult concept: some
lessons from history, in Constantinos Tzanakis (ed.) Proceedings of the History
and Pedagogy of Mathematics Conference, 14-18 July 2008, Mexico (te
verschijnen)
Hofmann, J. (1960). Historia de la matemática. Tomo I. Desde el comienzo hasta
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UTETHA.
Klein, F. (1908). Matemática elemental desde un punto de vista superior. Vol I.
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Mumford, D. (2010). What’s so baffling about negative numbers? – A cross-cultural
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Rogers, L. (2008). The History of Negative Numbers. NRICH. Recuperado de
https://nrich.maths.org/5961
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