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LECCIÓN 24: EL PROCEDIMIENTO PARA EL JUICIO SOBRE

DELITOS LEVES

Sumario:
1. Cuestiones generales
2. Competencia
3. Partes
3.1. Partes intervinientes
3.2. Postulación
3.3. El Ministerio Fiscal
4. Enjuiciamiento inmediato de delitos leves
5. Cuando no sea posible la celebración de juicios inmediatos
6. Celebración del juicio
6.1. Obligación de comparecer
6.2. Desarrollo
6.3. Grabación de la vista y documentación
7. Sentencia
8. Impugnación de la sentencia

1. CUESTIONES GENERALES

Como sabemos, la LO. 1/2015 ha suprimido las faltas que históricamente se


regulaban en el Libro III del Código Penal. No obstante, alguna de dichas faltas se
incorporan hoy día al Libro II del CP como delitos leves. Consecuencia de ello es que el
denominado juicio de faltas regulado en nuestra LECrim en su Libro VI (artículos 962 a
977), cambia de denominación y pasa a aplicarse a los delitos leves, aunque con
modificaciones respecto al antiguo juicio de faltas.
Con carácter general, señala la Disposición Adicional Segunda de la LO. 1/2015, que
«la instrucción y el enjuiciamiento de los delitos leves cometidos tras la entrada en vigor de la
presente Ley se sustanciarán conforme al procedimiento previsto en el Libro VI de la vigente
Ley de Enjuiciamiento Criminal, cuyos preceptos se adaptarán a la presente reforma en todo
aquello que sea necesario. Las menciones contenidas en las leyes procesales a las faltas se
entenderán referidas a los delitos leves».
El procedimiento para el juicio sobre delitos leves es, por tanto, el proceso penal
ordinario previsto para el enjuiciamiento de aquellas infracciones criminales que el
Código Penal califica de delitos leves, es decir, aquellas que la ley castiga con penas
leves (art. 13.3º CP), teniendo esta consideración las recogidas en el art. 33.4º CP. No
obstante, con una importante precisión que efectúa el art. 13.4º CP: «Cuando la pena,
por su extensión, pueda considerarse como leve y como menos grave, el delito se
considerará, en todo caso, como leve».
Según el citado art. 33.4º CP, son penas leves las siguientes: a) La privación del derecho
a conducir vehículos a motor y ciclomotores de tres meses a un año. b) La privación del derecho
a la tenencia y porte de armas de tres meses a un año. c) Inhabilitación especial para el ejercicio
de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de
animales de tres meses a un año. d) La privación del derecho a residir en determinados lugares o
acudir a ellos, por tiempo inferior a seis meses. e) La prohibición de aproximarse a la víctima o a
aquellos de sus familiares u otras personas que determine el juez o tribunal, por tiempo de un
mes a menos de seis meses. f) La prohibición de comunicarse con la víctima o con aquellos de
sus familiares u otras personas que determine el juez o tribunal, por tiempo de un mes a menos

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de seis meses. g) La multa de hasta tres meses. h) La localización permanente de un día a tres
meses. i) Los trabajos en beneficio de la comunidad de uno a treinta días.
En realidad, la mayoría de los delitos leves que se recogen en el CP son delitos
castigados con pena de multa. Como señala el Preámbulo de la LO. 1/2015, «en general se
recurre a la imposición de penas de multa, que se estiman más adecuadas para sancionar
infracciones de escasa entidad, y además con un amplio margen de apreciación para que el juez o
tribunal pueda valorar la gravedad de la conducta. No obstante, se recurre a la imposición de
penas de trabajos en beneficio de la comunidad y de la localización permanente cuando se trata
de delitos de violencia de género y doméstica, con el fin de evitar los efectos negativos que para
la propia víctima puede conllevar la imposición de una pena de multa».
Tenemos que reproducir en este momento también lo dispuesto por el art. 33.3º CP en
cuanto a la determinación de qué penas tienen la consideración de «menos graves», porque como
dispone el art. 13.4º CP, «cuando la pena, por su extensión, pueda considerarse como leve y
como menos grave, el delito se considerará, en todo caso, como leve».
Según el art. 33.3º CP, son penas menos graves: a) La prisión de tres meses hasta cinco
años. b) Las inhabilitaciones especiales hasta cinco años. c) La suspensión de empleo o cargo
público hasta cinco años. d) La privación del derecho a conducir vehículos a motor y
ciclomotores de un año y un día a ocho años. e) La privación del derecho a la tenencia y porte de
armas de un año y un día a ocho años. f) Inhabilitación especial para el ejercicio de profesión,
oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales de un año y
un día a cinco años. g) La privación del derecho a residir en determinados lugares o acudir a
ellos, por tiempo de seis meses a cinco años. h) La prohibición de aproximarse a la víctima o a
aquellos de sus familiares u otras personas que determine el juez o tribunal, por tiempo de seis
meses a cinco años. i) La prohibición de comunicarse con la víctima o con aquellos de sus
familiares u otras personas que determine el juez o tribunal, por tiempo de seis meses a cinco
años. j) La multa de más de tres meses. k) La multa proporcional, cualquiera que fuese su
cuantía, salvo lo dispuesto en el apartado 7 de este artículo. l) Los trabajos en beneficio de la
comunidad de treinta y un días a un año.
En general, los delitos leves más relevantes en la práctica que quedan son las lesiones de
escasa gravedad, las amenazas leves, las coacciones leves, injurias y vejaciones injustas de
carácter leve, el hurto o la estafa de menos de 400 euros…
Como características generales del procedimiento para el juicio sobre delitos
leves podemos reseñar las siguientes:
A) Es un procedimiento en el que prevalecen los principios de oralidad,
inmediación, concentración y publicidad, que se incardina dentro del sistema acusatorio
penal.
B) En este procedimiento no se distingue entre una fase de instrucción y una fase
decisoria, sino que todo se concentra en el acto del juicio. Es por este motivo por el que,
a diferencia de lo que sucede en los demás procesos por delitos, no se distingue entre la
competencia para instruir, por un lado, y la competencia para conocer del juicio por
otro.
Ahora bien, también es cierto que antes de celebrarse el juicio en ocasiones se practican
algunas actuaciones de carácter preparatorio del mismo (por ejemplo, ratificación de la denuncia,
informe pericial del valor de los objetos hurtados, informe del médico forense sobre el alcance
de las lesiones…), actuaciones que, en principio, no deberían tener carácter instructorio en el
sentido de que con las mismas se pretenda esclarecer los hechos, porque si así fuera el Juez que
las lleva a cabo no podría conocer del juicio, puesto que su imparcialidad podría estar
comprometida (recordemos el principio del juez no prevenido: el juez que instruye no puede
conocer y fallar).
Debemos además reseñar que, en la práctica, y como consecuencia de lo dispuesto por
el art. 13.4º CP, se va a utilizar el procedimiento para el juicio sobre delitos leves para el
enjuiciamiento de delitos que no son tan leves y que, sin duda alguna, van a requerir de una
previa instrucción antes de celebrarse el juicio. En estos casos, es obvio que se va a vulnerar el

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principio del juez no prevenido y, como ya tuvo ocasión de señalar nuestro TC (vid. STC
145/1988, de 12 de julio), el riesgo que ello supone para la imparcialidad del órgano decisor.
C) En este procedimiento se manifiesta de forma importante el denominado
principio de oportunidad en la medida en que, por un lado, se prevé que los jueces
puedan sobreseer estos procedimientos, a petición del Ministerio Fiscal, teniendo en
cuenta la escasa entidad del hecho y la falta de interés público; y, por otro, porque
muchos de los delitos leves se configuran como delitos semipúblicos, requiriendo su
persecución la previa denuncia de la víctima.
A estos efectos, señala el Preámbulo de la LO. 1/2015 que «en el caso de las
infracciones de menor gravedad (los delitos leves) existen habitualmente conductas que resultan
típicas pero que no tienen una gravedad que justifique la apertura de un proceso y la imposición
de una sanción de naturaleza penal, y en cuya sanción penal tampoco existe un verdadero interés
público. Para estos casos se introduce, con una orientación que es habitual en el Derecho
comparado, un criterio de oportunidad que permitirá a los jueces, a petición del Ministerio
Fiscal, valorada la escasa entidad del hecho y la falta de interés público, sobreseer estos
procedimientos. Con esta modificación se introduce un instrumento que permite a los jueces y
tribunales prescindir de la sanción penal de las conductas de escasísima gravedad, con lo que se
consigue una realización efectiva del principio de intervención mínima, que orienta la reforma
del Código Penal en este punto; y, al tiempo, se consigue descargar a los tribunales de la
tramitación de asuntos menores carentes de verdadera relevancia que congestionan su actividad y
reducen los recursos disponibles para el esclarecimiento, persecución y sanción de las conductas
realmente graves».

2. COMPETENCIA

La competencia objetiva para conocer del procedimiento para el juicio sobre


delitos leves se atribuye al «Juez de Instrucción, salvo que la competencia corresponda
al Juez de Violencia sobre la Mujer de conformidad con el número 5 de este artículo»
(art. 14.1º LECrim). En concreto, según el art. 14.5º LECrim (tras la reforma que este
precepto ha sufrido por LO. 1/2015) corresponde a los Juzgados de Violencia sobre la
Mujer el «conocimiento y fallo de los juicios por las infracciones tipificadas en el
párrafo segundo del apartado 7 del artículo 171 (amenazas leves), párrafo segundo del
apartado 3 del artículo 172 (coacción de carácter leve) y en el apartado 4 del artículo
173 (injuria o vejación injusta de carácter leve) de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de
noviembre, del Código Penal, cuando la víctima sea alguna de las personas señaladas
como tales en la letra a) de este apartado», es decir, «siempre que se hubiesen cometido
contra quien sea o haya sido su esposa, o mujer que esté o haya estado ligada al autor
por análoga relación de afectividad, aun sin convivencia, así como de los cometidos
sobre los descendientes, propios o de la esposa o conviviente, o sobre los menores o
incapaces que con él convivan o que se hallen sujetos a la potestad, tutela, curatela,
acogimiento o guarda de hecho de la esposa o conviviente, cuando también se haya
producido un acto de violencia de género».
Tanto las amenazas como las coacciones de carácter leve son delitos cuya persecución
requiere previa denuncia de la persona agraviada o de su representante legal, salvo cuando se
trate de víctimas de la denominada violencia de género en los que no se exige la citada denuncia
previa. En cambio, sí se exige la citada denuncia cuando se trate de injurias de carácter leve y el
ofendido fuere alguna de las personas mencionadas en el art. 173.2º CP.
En cuanto a la competencia territorial, rigen las reglas generales, es decir, el juez
del lugar en que el delito se hubiere cometido (arts. 14 y 15 LECrim).
Por último, en cuanto a la competencia funcional, debemos destacar:

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a) Que el conocimiento de la segunda instancia en estos procedimientos se
atribuye a la Audiencia Provincial (art. 82.2º LOPJ).
El apartado segundo del art. 82.2º LOPJ disponía que «para el conocimiento de los
recursos contra resoluciones de los Juzgados de Instrucción en juicio de faltas la Audiencia se
constituirá con un solo Magistrado, mediante un turno de reparto». Ahora bien, dicho apartado
no se puede aplicar al procedimiento para el juicio sobre delitos leves porque la LO. 1/2015 no
ha reformado dicho precepto en el sentido de sustituir faltas por delitos leves (lo cual hubiera
sido, además, muy razonable).
b) La competencia para la ejecución de las sentencias dictadas en estos
procedimientos corresponde, según el art. 984 LECrim, «al órgano que haya conocido
del juicio». No obstante, «cuando no pudiera practicar por sí mismo todas las
diligencias necesarias se dirigirá al órgano judicial de la circunscripción en que deban
tener efecto, para que las practique».

3. PARTES

3.1. Partes intervinientes.


En el procedimiento para el juicio sobre delitos leves intervienen como partes:
a) El denunciante o querellante. Estos, una vez admitidos sus respectivos
escritos, son citados para el juicio oral al que pueden asistir con Abogado; pueden,
durante el juicio, proponer pruebas y defender oralmente sus pretensiones después del
Fiscal y antes del acusado. Si la sentencia les fuera desfavorable pueden interponer
contra la misma el correspondiente recurso de apelación, y en caso de sentencia
condenatoria pueden instar su ejecución.
b) El denunciado, imputado o acusado, es decir, la persona que aparece como
responsable del hecho enjuiciado. Tiene derecho a ser informado de la acusación que
pesa sobre él para lo cual la ley exige que se le informe sucintamente de los hechos en
que consista la denuncia (art. 962.2º LECrim), o bien, que cuando se le cite, se le
entregue copia de la querella o de la denuncia que se haya presentado (art. 967.1º
LECrim). Se le ha de citar para el juicio, teniendo la obligación de comparecer si reside
en el territorio del Juzgado que le cita. Puede proponer testigos de descargo y las demás
pruebas que considere oportunas, las cuales se practicarán si el Juez las considera
pertinentes. Interviene en el juicio en defensa de su pretensión, después de la acusación.
Hay que notificarle la sentencia, pudiendo interponer contra la misma el recurso de
apelación si le es desfavorable.
c) El Ministerio Fiscal, que interviene, normalmente, como parte acusadora (al
MF nos referiremos a continuación en el punto 3 de este apartado)
d) También pueden ser parte en el juicio sobre delitos leves el actor civil y el
responsable civil.

3.2. Postulación.
No es preceptivo que las partes comparezcan con Abogado y Procurador. En este
sentido, señala expresamente la ley que, en este procedimiento, la querella habrá de
reunir los requisitos del art. 277 LECrim, salvo que no necesita la firma de Abogado ni
de Procurador (art. 969.1º LECrim).

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Aunque no sea preceptiva, por tanto, la intervención de los citados profesionales,
«en las citaciones que se efectúen al denunciante, al ofendido o perjudicado y al
imputado para la celebración del juicio, se les informará de que pueden ser asistidos por
abogado si lo desean» (art. 967.1º LECrim).

3.3. El Ministerio Fiscal.


«El fiscal asistirá a los juicios por delito leve siempre que a ellos sea citado. Sin
embargo, el Fiscal General del Estado impartirá instrucciones sobre los supuestos en los
que, en atención al interés público, los fiscales podrían dejar de asistir al juicio y de
emitir los informes a que se refieren los artículos 963.1 y 964.2, cuando la persecución
del delito leve exija la denuncia del ofendido o perjudicado. En estos casos, la
declaración del denunciante en el juicio afirmando los hechos denunciados tendrá valor
de acusación, aunque no los califique ni señale pena» (art. 969.2º LECrim).
En cuanto a la posible no asistencia del MF prevista en el citado precepto, con relación
a los antiguos juicios de faltas, la Instrucción de la FGE 6/1992, de 22 de septiembre, señalaba
una serie de faltas a las que podían dejar de asistir los fiscales. Tales faltas eran las previstas, en
el Código Penal, antes de la reforma de 2015, en los arts. 620 (los que, de modo leve, amenacen
a otros con armas u otros instrumentos peligrosos, o los saquen en riña, como no sea en justa
defensa… y los que causen a otro una amenaza, coacción, injuria o vejación injusta de carácter
leve), 621 (los que por imprudencia grave causaren lesiones de menor gravedad, atendidos el
medio empleado o el resultado producido; los que por imprudencia leve causaren la muerte o
lesión constitutiva de delito) y 624 (el que ejecutare actos comprendidos en el art. 246, es decir,
alteración de términos o lindes de pueblos o heredades o cualquier clase de señales o mojones
destinados a fijar los límites de propiedades o demarcaciones de predios contiguos). No obstante,
también precisaba la Instrucción que la no intervención del fiscal en las faltas de imprudencia
puede plantear problemas. Por una parte, cuando se trataba de faltas con resultado de lesiones o
muerte, el «interés público» puede y debe exigir en algunos supuestos que se mantenga la
intervención del MF. Por otra parte, se entiende que el Fiscal debe asistir a los juicios de faltas
en las imprudencias médicas y laborales y en las derivadas de la circulación de ferrocarriles y
vehículos de motor en los que las víctimas carezcan de la protección de un seguro obligatorio.
Asimismo, debía considerarse la conveniencia de la asistencia de los fiscales, aunque medie la
cobertura de dichos seguros, en los supuestos de resultado de muerte o lesiones graves.

4. ENJUICIAMIENTO INMEDIATO DE DELITOS LEVES


La Ley prevé la posible celebración de juicios inmediatos en dos casos:
A) Cuando la Policía Judicial tenga noticia de un hecho que presente los
caracteres de delito leve mencionados en el art. 962, es decir, de lesiones o maltrato de
obra, de hurto flagrante, de amenazas, de coacciones o de injurias.
Si se trata de estos delitos leves, es posible que se celebre el llamado juicio
inmediato siempre y cuando:
a) El procedimiento se inicie, al igual que ocurría en el enjuiciamiento rápido de
delitos, en virtud de atestado policial.
b) El enjuiciamiento de tales delitos leves corresponda al juzgado de instrucción
al que se debe entregar el atestado o a otro del mismo partido judicial (art. 962.1º
LECrim).
Si concurren los citados requisitos, dispone el art. 962.1º que la Policía Judicial
«procederá de forma inmediata a citar ante el Juzgado de Guardia a los ofendidos y
perjudicados, al denunciante, al denunciado y a los testigos que puedan dar razón de los

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hechos. Al hacer dicha citación se apercibirá a las personas citadas de las respectivas
consecuencias de no comparecer ante el Juzgado de guardia. Asimismo, se les
apercibirá de que podrá celebrarse el juicio de forma inmediata en el Juzgado de
guardia, incluso aunque no comparezcan, y de que han de comparecer con los medios de
prueba de que intenten valerse. Al denunciante y al ofendido o perjudicado se les
informará de sus derechos en los términos previstos en los artículos 109, 110 y 967 (en
consecuencia, por un lado, se efectuará el ofrecimiento de acciones conforme a lo
dispuesto en los arts. 109 y 110 LECrim y, por otro, se les informará del derecho que
tienen, si lo desean, a ser asistidos por Abogado en el juicio)» (art. 962.1º I LECrim).
«En el momento de la citación se les solicitará que designen, si disponen de ellos, una
dirección de correo electrónico y un número de teléfono a los que serán remitidas las
comunicaciones y notificaciones que deban realizarse. Si no los pudieran facilitar o lo
solicitaren expresamente, las notificaciones les serán remitidas por correo ordinario al
domicilio que designen» (art. 962.1º II LECrim).
«A la persona denunciada se le informará sucintamente de los hechos en que
consista la denuncia y del derecho que le asiste de comparecer asistido de abogado.
Dicha información se practicará en todo caso por escrito» (art. 962.2º LECrim).
«En estos casos, la Policía Judicial hará entrega del atestado al Juzgado de
guardia, en el que consten las diligencias y citaciones practicadas y, en su caso, la
denuncia del ofendido» (art. 962.3º LECrim).
«Para la realización de las citaciones a que se refiere el art. 962, la Policía Judicial fijará
la hora de la comparecencia coordinadamente con el Juzgado de Guardia» (art. 962.4º LECrim),
conforme a la denominada Agenda Programada de Citaciones (APC), a la que hace referencia el
art. 49 del Reglamento 1/2005, de los aspectos accesorios de las actuaciones judiciales (aprobado
por acuerdo de 15 de septiembre de 2005 del Pleno del CGPJ). Lo mismo hay que decir para el
supuesto de que la competencia para conocer corresponda al Juzgado de Violencia sobre la
Mujer; en estos casos, la Policía Judicial habrá de realizar las citaciones a que se refiere este
artículo ante dicho Juzgado en el día hábil más próximo y lo deberá hacer coordinadamente con
el Juzgado de Violencia sobre la Mujer (art. 962.5º LECrim).
Recibido el atestado, si el juez estima procedente la incoación del juicio,
adoptará alguna de las siguientes resoluciones:
«1.ª Acordará el sobreseimiento del procedimiento y el archivo de las diligencias
cuando lo solicite el Ministerio Fiscal a la vista de las siguientes circunstancias:
a) El delito leve denunciado resulte de muy escasa gravedad a la vista de la
naturaleza del hecho, sus circunstancias, y las personales del autor, y
b) no exista un interés público relevante en la persecución del hecho. En los
delitos leves patrimoniales, se entenderá que no existe interés público relevante en su
persecución cuando se hubiere procedido a la reparación del daño y no exista denuncia
del perjudicado».
«En este caso comunicará inmediatamente la suspensión del juicio a todos
aquellos que hubieran sido citados conforme al apartado 1 del artículo anterior» y «el
sobreseimiento del procedimiento será notificado a los ofendidos por el delito» (art.
963.1º LECrim).
«2.ª Acordará la inmediata celebración del juicio en el caso de que hayan
comparecido las personas citadas o de que, aun no habiendo comparecido alguna de
ellas, el juzgado reputare innecesaria su presencia. Asimismo, para acordar la inmediata
celebración del juicio, el Juzgado de guardia tendrá en cuenta si ha de resultar imposible
la práctica de algún medio de prueba que se considere imprescindible» (art. 963.1º

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LECrim). «Para acordar la celebración inmediata del juicio, será necesario que el asunto
le corresponda al Juzgado de guardia en virtud de las normas de competencia y de
reparto» (art. 963.2º LECrim).
B) »En los supuestos no contemplados por el artículo 962, cuando la Policía
Judicial tenga noticia de un hecho que presente los caracteres de algún delito leve,
formará de manera inmediata el correspondiente atestado que remitirá sin dilación al
Juzgado de guardia. Dicho atestado recogerá las diligencias practicadas, así como el
ofrecimiento de acciones al ofendido o perjudicado, practicado conforme a los artículos
109, 110 y 967, y la designación, si disponen de ellos, de una dirección de correo
electrónico y un número de teléfono a los que serán remitidas las comunicaciones y
notificaciones que deban realizarse. Si no los pudieran facilitar o lo solicitaren
expresamente, las notificaciones les serán remitidas por correo ordinario al domicilio
que designen» (art. 964.1º LECrim).
«Recibido el atestado conforme a lo previsto en el párrafo anterior, y en todos
aquellos casos en que el procedimiento se hubiere iniciado en virtud de denuncia
presentada directamente por el ofendido ante el órgano judicial, el juez podrá adoptar
alguna de las siguientes resoluciones:
a) Acordará el sobreseimiento del procedimiento y el archivo de las diligencias
cuando resulte procedente conforme a lo dispuesto en el numeral 1.ª del apartado 1 del
artículo anterior.
La resolución de sobreseimiento será notificada a los ofendidos por el delito.
b) Acordará celebrar de forma inmediata el juicio si, estando identificado el
denunciado, fuere posible citar a todas las personas que deban ser convocadas para que
comparezcan mientras dure el servicio de guardia y concurran el resto de requisitos
exigidos por el artículo 963» (art. 964.2º LECrim).
«Las citaciones se harán al Ministerio Fiscal, salvo que el delito leve fuere
perseguible sólo a instancia de parte, al querellante o denunciante, si lo hubiere, al
denunciado y a los testigos y peritos que puedan dar razón de los hechos. Al practicar
las citaciones, se apercibirá a las personas citadas de las respectivas consecuencias de no
comparecer ante el Juzgado de guardia, se les informará que podrá celebrarse el juicio
aunque no asistan, y se les indicará que han de comparecer con los medios de prueba de
que intenten valerse. Asimismo, se practicarán con el denunciado las actuaciones
señaladas en el apartado 2 del artículo 962 (art. 964.3º LECrim)».

5. CUANDO NO SEA POSIBLE LA CELEBRACIÓN DE JUICIOS


INMEDIATOS
«Si no fuere posible la celebración del juicio durante el servicio de guardia, se
seguirán las reglas siguientes:
1.ª Si el juez estimare que la competencia para el enjuiciamiento corresponde al
propio juzgado de instrucción y que no procede el sobreseimiento conforme a lo
dispuesto en el numeral 1.ª del apartado 1 del artículo 963, el secretario judicial
procederá en todo caso al señalamiento para la celebración del juicio y a las citaciones
procedentes para el día hábil más próximo posible dentro de los predeterminados a tal
fin, y en cualquier caso en un plazo no superior a siete días.

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2.ª Si el juez estimare que la competencia para el enjuiciamiento corresponde a
otro juzgado, el secretario judicial le remitirá lo actuado para que se proceda a realizar
el señalamiento del juicio y las citaciones con arreglo a lo dispuesto en la regla anterior»
(art. 965.1º LECrim).
En cuanto a la práctica de los señalamientos y citaciones mencionadas, cabe
destacar lo siguiente:
a) «Las citaciones para la celebración del juicio previsto en el artículo anterior se
harán al Ministerio Fiscal, al querellante o denunciante, si lo hubiere, al denunciado y a
los testigos y peritos que puedan dar razón de los hechos. A tal fin, se solicitará a cada
uno de ellos en su primera comparecencia ante la Policía Judicial o el Juez de
Instrucción que designen, si disponen de ellos, una dirección de correo electrónico y un
número de teléfono a los que serán remitidas las comunicaciones y notificaciones que
deban realizarse. Si no los pudieran facilitar o lo solicitaren expresamente, las
notificaciones les serán remitidas por correo ordinario al domicilio que designen» (art.
966 LECrim).
b) «En las citaciones que se efectúen al denunciante, al ofendido o perjudicado y
al imputado para la celebración del juicio, se les informará de que pueden ser asistidos
por abogado si lo desean y de que deberán acudir al juicio con los medios de prueba de
que intenten valerse. A la citación del imputado se acompañará copia de la querella o de
la denuncia que se haya presentado» (art. 967.1º LECrim).
c) «Cuando los citados como partes, los testigos y los peritos no comparezcan ni
aleguen justa causa para dejar de hacerlo, podrán ser sancionados con una multa de 200
a 2.000 euros» (art. 967.2º LECrim).
d) «En el caso de que por motivo justo no pueda celebrarse el juicio oral en el
día señalado o de que no pueda concluirse en un solo acto, el Secretario judicial señalará
para su celebración o continuación el día más inmediato posible y, en todo caso, dentro
de los siete siguientes, haciéndolo saber a los interesados» (art. 968 LECrim).

6. CELEBRACIÓN DEL JUICIO

6.1. Obligación de comparecer


Como ya hemos señalado, las partes, testigos y peritos tienen, en principio, la
obligación de comparecer al juicio, bajo amenaza de sanción económica. Ahora bien, en
relación con este tema debemos tener en cuenta lo siguiente:
a) «Si el denunciado reside fuera de la demarcación del Juzgado, no tendrá
obligación de concurrir al acto del juicio, y podrá dirigir al Juez escrito alegando lo que
estime conveniente en su defensa, así como apoderar a abogado o procurador que
presente en aquel acto las alegaciones y las pruebas de descargo que tuviere» (art. 970
LECrim).
b) «La ausencia injustificada del acusado no suspenderá la celebración ni la
resolución del juicio, siempre que conste habérsele citado con las formalidades
prescritas en esta Ley, a no ser que el Juez, de oficio o a instancia de parte, crea
necesaria la declaración de aquél» (art. 971 LECrim).

6.2. Desarrollo

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Conforme a lo dispuesto en el art. 969.1º LECrim, en el juicio oral podemos
distinguir las siguientes fases:
a) Fase de información preliminar: consiste en «la lectura de la querella o de la
denuncia, si las hubiere».
b) Fase de prueba: a continuación se procederá al «examen de los testigos
convocados, y practicándose las demás pruebas que propongan el querellante, el
denunciante y el Fiscal, si asistiere, siempre que el Juez las considere admisibles»
«Seguidamente, se oirá al acusado, se examinarán los testigos que presente en su
descargo y se practicarán las demás pruebas que ofrezca y fueren pertinentes,
observándose las prescripciones de esta Ley en cuanto sean aplicables».
c) Fase de conclusión oral: «Acto continuo expondrán de palabra las partes lo
que crean conveniente en apoyo de sus respectivas pretensiones, hablando primero el
Fiscal, si asistiere, después el querellante particular o el denunciante y, por último, el
acusado».

6.3. Grabación de la vista y documentación


Señala el art. 972 LECrim que, en cuanto se refiere a la grabación de la vista y a
su documentación, serán aplicables las disposiciones contenidas en el art. 743 LECrim
que ya vimos en el epígrafe 3 de la lección 15.

7. SENTENCIA
«El Juez, en el acto de finalizar el juicio, y a no ser posible dentro de los tres
días siguientes, dictará sentencia apreciando, según su conciencia, las pruebas
practicadas, las razones expuestas por el Fiscal y por las demás partes o sus defensores y
lo manifestado por los propios acusados, y siempre que haga uso del libre arbitrio que
para la calificación de la falta o para la imposición de la pena le otorga el Código Penal,
deberá expresar si ha tomado en consideración los elementos de juicio que el precepto
aplicable de aquél obligue a tener en cuenta» (art. 973.1º LECrim).
En la práctica es frecuente que si el Juez dicta sentencia al finalizar el juicio lo
haga oralmente, sin perjuicio de su ulterior redacción.
«La sentencia se notificará a los ofendidos y perjudicados por el delito leve,
aunque no se hayan mostrado parte en el procedimiento. En la notificación se harán
constar los recursos procedentes contra la resolución comunicada, así como el plazo
para su presentación y órgano judicial ante quien deba interponerse» (art. 973.2º
LECrim).
Según el art. 974.1º, «la sentencia se llevará a efecto inmediatamente
transcurrido el término fijado en el párrafo tercero del artículo 212, si no hubiere
apelado ninguna de las partes y hubiere transcurrido, también, el plazo de impugnación
para los ofendidos y perjudicados no comparecidos en el juicio».
Debemos advertir, no obstante, que la referencia al párrafo tercero del art. 212 (precepto
que fija en un día el plazo para recurrir en apelación la sentencia dictada en los antiguos juicios
de faltas), precepto que no ha sido modificado por la LO 1/2015, no tiene sentido, puesto que
dicho plazo, tal y como dispone el art. 976 LECrim, es de cinco días.
«Si las partes, conocido el fallo, expresan su decisión de no recurrir, el Juez, en
el mismo acto, declarará la firmeza de la sentencia» (art. 975 LECrim).

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8. IMPUGNACIÓN DE LA SENTENCIA
«La sentencia es apelable en el plazo de los cinco días siguientes al de su
notificación. Durante este período se hallarán las actuaciones en secretaría a disposición
de las partes» (art. 976.1º LECrim).
«El recurso se formalizará y tramitará conforme a lo dispuesto en los artículos
790 a 792 de la LECrim» (art. 976.2º LECrim), es decir, la segunda instancia del juicio
sobre delitos leves coincide con la segunda instancia del proceso penal abreviado –
cuando se recurre en apelación contra la sentencia dictada en primera instancia por el
Juez de lo Penal– (cfr. epígrafe… lección….). Además, precisa el art. 976.3º LECrim
que «la sentencia de apelación se notificará a los ofendidos y perjudicados por el delito
leve, aunque no se hayan mostrado parte en el procedimiento».
La segunda instancia concluirá por sentencia que deberá notificarse a los
ofendidos y perjudicados por la falta, aunque no se hayan mostrado parte en el
procedimiento (art. 976.3º LECrim).
«Contra la sentencia que se dicte en segunda instancia no habrá lugar a recurso
alguno. El órgano que la hubiese dictado mandará devolver al Juez los autos originales,
con certificación de la sentencia dictada, para que proceda a su ejecución» (art. 977
LECrim).

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