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OTOSCOPIA

Exploración clínica
Al igual que en cualquier otro órgano, la exploración clínica va precedida de la anamnesis y,
por regla general, los datos que se han obtenido durante la realización de la historia clínica
deben orientar la exploración clínica al objeto de centrar la atención en aquellos puntos del
órgano que son los que con mayor posibilidad están causando la enfermedad. (Alegría, 2009)

Conviene ser estrictos en su seguimiento al objeto de evitar omisiones en la exploración que


sustraiga algún dato que pueda resultar importante para el diagnóstico. Estos tiempos son: la
inspección, la palpación y la auscultación. (Alegría, 2009)

Inspección: la observación de la oreja va dirigida a la comprobación de posibles cambios de


postura, de forma, de tamaño, de pérdida de relieves, de coloración, así como de la existencia
de lesiones superficiales o profundas y de las características que estas alteraciones pueden
presentar (tumores, heridas, tumefacciones, etc.) debido a las variables anatómicas que
existen en la morfología de las orejas en los diferentes seres humanos, a veces no es fácil
determinar el grado de normalidad, especialmente en aquello que atañe al posicionamiento
de las mismas o la coloración; entonces, suele ser útil la observación comparada con la oreja
contralateral. (Alegría, 2009)

Palpación: aporta información especialmente acerca del aumento de calor o enfriamiento en


la oreja mediante la compresión entre los dedos y contra el cráneo, que debe ser moderada y
progresiva. La palpación pone de manifiesto la existencia de posibles puntos dolorosos como,
por ejemplo, dolor a la compresión en la región retroauricular en las mastoides agudas, o en
la movilización de la oreja de las otitis externas, o dolor al comprimir el trago en muchos
pacientes pediátricos con otitis aguda, o dolor a la manipulación, como puede ocurrir, por
ejemplo, en la perocondritis. (Alegría, 2009)

Otoscopia
La otoscopia consiste en explorar tanto el pabellón auditivo como el conducto auditivo
externo (CAE) y la membrana timpánica con la finalidad de valorar la existencia de posibles
alteraciones. Se puede realizar mediante espejo frontal, fotóforo, otoscopio de luz,
microscopio u otoscopio rígido o flexible. (E. Salesa, 2006)

Técnica instrumental que permite valorar visualmente el conducto y el tímpano a través de


cuya translucidez se puede valorar diversas enfermedades del oído medio. Esta técnica puede
realizarse de varios modos en función el tipo de instrumental que se disponga para ello.
Cualquiera sea la utilizada, el requisito indispensable antes de introducir instrumental, es
corregir la curvatura del conducto auditivo externo, si esto no se realiza, es seguro que
cualquiera que sea el instrumento, al introducirse, producirá dolor y tal vez una lesión
sangrante en la piel del conducto. (Alegría, 2009)
Técnica del examen
La posición del paciente y el examinador son aplicables para todo examen
otorrinolaringológico. Este examen se ejecuta mientras el paciente está sentado, ligeramente
inclinado hacia adelante, con la espalda recta y las piernas sin cruzar; para examinar el oído,
se gira a la derecha o a la izquierda, según el caso; el examinador puede estar de pie o sentado,
pero en una posición confortable que le permita manipular con facilidad la cabeza del
examinado. El examen con microscopio quirúrgico, se puede hacer con el paciente sentado
o en decúbito supino, de acuerdo con la preferencia del examinador; sin embargo, esta última
posición tal vez sea más aconsejable, para examinar niños pequeños, por la facilidad para
sujetarlos. El examen debe practicarse en forma sistemática y debe incluir inspección y
palpación del pabellón auricular y las áreas circundantes, la exploración del CAE y el examen
detenido de la membrana timpánica y sus estructuras. (José A. Rivas, 2007)

Conducto auditivo externo (CAE). La exploración del CAE y la membrana timpánica, se


inicia traccionando el pabellón hacia arriba y atrás lo cual da una visión panorámica de estas
estructuras. Esta maniobra permite al examinador la selección de un espéculo aural adecuado
al tamaño y forma del conducto. Debe recordarse que en los niños pequeños y en los lactantes,
la forma de enderezar el CAE es tracccionando el pabellón, hacia atrás y había abajo. Una
vez adaptado el espéculo aural debe recordarse que éste no debe sobrepasar la porción externa
o cartilaginosa del conducto, puesto que si se pone en contacto con la pared ósea donde la
piel es muy delgada, adherente y sensible se ocasionará dolor. (José A. Rivas, 2007)

Maniobra de exploración otoscópica en el adulto


1. Explicar al paciente en qué consiste ésta exploración y avisarle que, aunque
normalmente no es dolorosa, si siente alguna molestia debe indicarlo. Pedirle que
gire e incline la cabeza hacia el lado contrario al del oído que se va a explorar
manteniendo esa postura sin moverse.

2. Retirando el cabello, traccionar del pabellón con los dedos índice y pulgar de una
mano apoyando los otros dedos por detrás o en mastoides. La tracción ha de hacerse
hacia atrás, arriba y afuera, de forma suave, pero con firmeza, a fin de enderezar
la porción cartilaginosa del conducto.
3. Coger el otoscopio con el pulgar e índice (como si fuera un lápiz) de la mano
correspondiente al oído a explorar (por ejemplo, oído derecho con mano derecha) y
apoyar los otros tres dedos de esa mano en la mejilla para controlar mejor la
profundidad y posición del espéculo ante cualquier posible movimiento del paciente.
Introducir suavemente y despacio el espéculo en la porción cartilaginosa del conducto
auditivo. Mientras se observa éste, no producir movimientos bruscos (angulación
y lateralización) del otoscopio, ya que puede provocar molestias (irritación de la
piel, traumatismo) por el roce o desencadenar reflejos vagales (cosquilleo,
estornudo, tos, etc).
4. Con cuidado, modificar la angulación del otoscopio y la posición de la cabeza hasta
conseguir visualizar en el fondo la superficie del tímpano centrado en el diámetro del
espéculo, ya que aquél está inclinado hacia adelante y abajo con un ángulo de 55°.
Con la práctica se adquiere la habilidad necesaria para realizar bien esta exploración.

Maniobra de exploración otoscópica en el niño


1. En general, se sigue el mismo procedimiento que en la del adulto, aunque, según la
edad del niño, suele llorar y no se deja explorar. Después de tranquilizarlo y explicarle
lo que vamos a hacer, se pide al acompañante que lo sujete bien, sosteniendo
firmemente la cabeza para que no se mueva.
2. Elegir un espéculo pequeño, adecuado al tamaño de su conducto.

3. Traccionar el pabellón de forma diferente al adulto, hacia abajo, atrás y afuera.


Debido a la menor longitud de la porción ósea en el niño, no introducir demasiado el
espéculo. Dar mayor inclinación al otoscopio, ya que la membrana timpánica está
más inclinada en los niños.

Para explorar el CAE y el tímpano, en los adultos hay que traccionar del pabellón hacia atrás
y arriba; en los niños, hacia atrás y ligeramente hacia abajo. (E. Salesa, 2006)

Tímpano normal
En la otoscopia normal vemos la porción tensa de la membrana timpánica en el centro de la
cual se encuentra el mango del martillo y a lo largo del mismo unas pequeñas arteriolas de
color rojizo. En el 90% de la circunferencia anterior, inferior y posterior se observa el annulus
de un color más blanquecino.
En la parte anteroinferior se observa un reflejo brillante, el triángulo luminoso, que no es más
que el reflejo de la luz. (E. Salesa, 2006)
Fig. 1
Al realizar la otoscopia, la membrana timpánica normalmente presenta un color aperlado y
semitransparente. Se pueden ubicar en ella cuatro cuadrantes, cuyo centro es el umbus u
ombligo. Siguiendo el eje del mango del martillo, se determinan dos porciones, anterior y
posterior, y si se traza una horizontal a través del ombligo y perpendicular al eje del martillo,
se definen las otras dos, superior e inferior. Los cuadrantes y las estructuras visibles en cada
cuadrante, cuando se realiza la otoscopia, son: el anterosuperior, en el cual se visualiza la
trompa de Eustaquio; el anteroinferior, que deja ver el cono luminoso; el posterosuperior,
que permite observar la cadena osicular y la ventana oval y, por último, el cuadrante
posteroinferior, la ventana redonda. (Olga Gomez Gomez, 2006) (Fig. 2)

Fig. 2

La imagen normal del conducto auditivo muestra paredes de piel lisa sonrojada, con pelos
en el segmento inicial, alguna descamación córnea y cierto contenido de cerumen de
consistencia blanda u oleosa, cuyo color varía desde amarillo dorado o anaranjado a marrón
o negro.
La imagen normal de la membrana timpánica presenta las siguientes características:

- Color: gris perlado brillante o algo amarillento en la mayor parte de su superficie


(porción tensa). Rojizo y con pequeños capilares en una pequeña porción
anterosuperior (porción flaccida) que se dirigen al centro sobre el mango del martillo.
También se observan capilares periféricos sobre el rodete timpánico.
- Textura: lisa, delgada, semitransparente, sin orificio o perforación.
- Posición: ligeramente cóncava o abombada hacia adentro, ovalada, inclinada hacia
abajo y adelante.
- Relieves anatómicos:
- Apófisis corta del martillo: límite entre la porción fláccida y tensa.
- Mango del martillo: desde la apófisis hasta el ombligo. Su eje longitudinal está
inclinado hacia adelante y abajo.
- Articulación incudoestapedial: en el cuadrante posterosuperior. Se dispone en forma
paralela al mango del martillo.
- Rodete o anillo timpánico: engrosamiento a nivel de la inserción en el hueso
- Cono o triángulo luminoso de Politzer: formado por reflexión de la luz en la
porción tensa.
- Movilidad: Resulta difícil de apreciar. Para ello se utiliza un otoscopio con un
sistema para insuflar aire o se combina la otoscopia con la prueba de Valsalva.

Imagen otoscópica patológica


 Se considera que la imagen del conducto auditivo externo está alterada cuando
presenta inflamación, supuración, exudados, tapón de cerumen, granulaciones,
tumoraciones, cuerpos extraños, etc.
 Alteraciones del color: enrojecido en toda su superficie por inflamación y
congestión vascular. Con sangre roja o coagulada por hemorragias recientes. Morado
o azul (hemotímpano) por sangre en cavidad timpánica tras hemorragia interna o
cuando un tumor glómico del golfo de la vena yugular irrumpe en la cavidad por su
pared inferior. Blanco por calcificaciones o esclerosis tras cicatrices timpánicas.
 Alteraciones de la textura: rugosa, con granulaciones o masas tumorales,
inflamación o cicatrices. Engrosada, no transparente, mate o deslustrada. Con edema,
hinchada. Muy adelgazada, demasiado transparente. Atrofia timpánica, con zonas de
retracción consecuente con inflamación crónica e hipopresión, de preferente
localización en cuadrante posterosuperior. Turbia por exudados en cavidad
timpánica, cuyo nivel en hipotímpano se transparenta a su través, así como burbujas
de aire en el líquido. Presencia de pequeños cuerpos extraños (granos de arena, etc).
 Pérdida de sustancia (perforación): según su localización puede ser: central y
mesotimpánica (típica en la supuración crónica de la mucosa o en otitis media
supurada) o marginal y epitimpánica (asociada a la formación de un colesteatoma).
Puede ser accidental por traumatismos de diverso tipo (bofetada, cuerpos punzantes,
explosiones) o controlada por cirugía. A través de la perforación se pueden observar
las estructuras y relieves anatómicos de la cavidad timpánica (yunque, estribo,
promontorio, ventanas oval y redonda).
 Alteraciones de la posición:
-Depresión o retracción timpánica: demasiado cóncava (metida hacia dentro), relieves
del martillo muy marcados, debido a hipopresión en caja del tímpano por obstrucción
tubárica.
-Abombamiento timpánico: demasiado convexa (desplaza hacia afuera), debido a
hiperpresión en cavidad del oído medio (por presencia de aire, líquido o rara vez,
sólido, como tumores que la empujan).
 Alteraciones de los relieves anatómicos: por alteración de la posición,
malformaciones congénitas o tratamiento quirúrgico previo.
 Alteraciones del cono o reflejo luminoso: desaparece o está interrumpido en la
depresión o abombamiento del tímpano. Aspecto turbio o deslustrado.
 Alteraciones de la movilidad: no existe y no se puede explorar cuando hay
perforación.

Características más comunes en patologías.

Tapón de cerumen
Un hallazgo bastante frecuente es la oclusión total del conducto auditivo externo por un tapón
de cerumen, el que cuando es oclusivo puede producir hipoacusia de conducción y tinitus.
Su formación es favorecida por el uso de cotonitos para la limpieza del conducto auditivo
externo. La fotografía muestra un Tapón de cerumen oclusivo en el conducto auditivo
externo. (Dr. Jorge Caro Letelier)

Exostosis
La exostosis del conducto auditivo externo corresponde a un crecimiento óseo benigno.
Generalmente se observa en personas que nadan en agua fría y es asintomática. Su
tratamiento es quirúrgico sólo en casos en que determina obstrucción del conducto auditivo
externo, con infecciones recurrentes e hipoacusia de conducción. (Dr. Jorge Caro Letelier)
Imagen:
Otitis externas

Se presentan de forma aguda, y con molestias más o menos severas dependiendo de su


etiología.

En los casos de infecciones bacterianas, son procesos muy dolorosos, agudos, con muy poca
supuración. La pérdida auditiva secundaria al proceso inflamatorio no suele llamar la
atención hasta que no hemos controlado la fase aguda y ha remitido el dolor. (Maeso)

N°1 N°2
N°1 muestra una Otitis externa inicial, con eritema del conducto auditivo externo post grataje
y escasa otorrea. (Dr. Jorge Caro Letelier)
N°2 se aprecia piel del conducto auditivo externo congestiva, edematosa y con otorrea. (Dr.
Jorge Caro Letelier)

Otitis media aguda


Es una entidad caracterizada por inflamación de la mucosa del oído medio cuyos síntomas
principales consisten en otorrea y dolor. Constituye una complicación del resfriado común y
acompaña a algunas infecciones respiratorios superiores, debidas a virus o bacterias. La otitis
media puede ser aguda, sin perforación, perforada o necrotizante. (Rivas & Ariza, 2007)
La otitis media aguda sin perforación es la otopatía más frecuente tanto en el niño como en
el adulto, caracterizada por otalgia de tipo pulsátil, que puede irradiarse a la cabeza y puede
estar acompañada de acufenos de tonalidad grave. (Rivas & Ariza, 2007)

La otitis media aguda se manifiesta con enrojecimiento y abultamiento del tímpano visibles
en la otoscopia. Es probable que se pierdan las referencias anatómicas y el reflejo de luz.
(Lazenby, 2012)
La otoscopia muestra una membrana timpánica hiperémica engrosada clásica, e inmóvil a la
otoscopia neumática, también se puede observar líquido en el oído medio. (Ramírez-Marína,
enero-febrero 2017)

La imagen muestra una otitis media aguda inicial del oído izquierdo. Se aprecia la membrana
timpánica con congestión inicial, abombada y eritematosa en cuadrante póstero superior
hasta el mango del martillo. Aún conserva el triángulo luminoso. (Dr. Jorge Caro Letelier)

Otitis media con efusión


Afecta a la mucosa de la caja timpánica y su sistema de ventilación natural, conduciendo a
alteraciones de la presión y del intercambio espontáneo de presiones entre el oído medio y la
presión ambiental. Con frecuencia esta alteración acaba produciendo una acumulación de
moco en la caja timpánica. En el caso de la población infantil estos procesos pueden ser
secundarios a una otitis media aguda tratada de forma incompleta.
La OME es la anormalidad más frecuente del oído en niños. Se caracteriza por la presencia
de líquido en el oído medio. En general estos enfermos no tienen otalgia ni síntomas de
compromiso del estado general. El aspecto de la membrana timpánica puede ser normal,
traslúcido, opaco o con mayor coloración, a veces, ambarina y con aumento de la
vascularización. El triángulo luminoso puede estar ausente y en ocasiones se pueden observar
burbujas en el oído medio. La membrana timpánica puede estar levemente abombada hacia
el CAE o, a veces, puede estar retraída hacia el oído medio. La movilidad está disminuida.
(Dr. Jorge Caro Letelier)

Fig. 1 Fig. 2 Fig. 3


La fotografía N°1 muestra la membrana timpánica izquierda levemente retraída y con una
coloración ambarina típica de colección intratimpánica.
En la fotografía N°2 la membrana esta retraída y la coloración es ambarina (oído derecho).
En la fotografía N°3 se observan burbujas en el oído medio (oído izquierdo).

Otitis media crónica (OMC) con perforación de la membrana timpánica

Este tipo de otitis media crónica se caracteriza por la existencia de una perforación de la
membrana timpánica persistente en el tiempo. En la otitis media crónica con perforación de
la membrana timpánica se alternan periodos de inactividad y actividad infecciosa. En los
primeros hay ausencia de otorrea y la mucosa del oído medio se observa normal a través de
la perforación, en cambio, en los segundos se observa otorrea en el oído medio y al aspirarla
se ve mucosa inflamatoria. (Dr. Jorge Caro Letelier)
Colesteatoma

Este material es un foco de infecciones de repetición así como una lesión progresivamente
erosiva de las estructuras de la caja timpánica y de mastoides, con la posibilidad de causar
graves complicaciones. La causa más frecuente de aparición de colesteatomas son las otitis
medias prolongadas, que causan primero retracciones que pueden invaginarse hacia la caja
formando un saco epidérmico cerrado que va descamando. Este proceso genera una perla de
queratina que erosiona las estructuras que la rodean por crecimiento, pudiendo, en su
progresión, producir una perforación y drenar al exterior, o una lesión erosiva cerrada.

Un Colesteatoma es un acúmulo anormal de epitelio escamoso queratinizado que puede


localizarse en el oído medio. Produce enzimas proteolíticas que provocan destrucción ósea,
por lo que son potencialmente peligrosos para el paciente. Además, tienden a ser recurrentes.
(Dr. Jorge Caro Letelier)

Otitis fibroadhesiva retráctil: Retracción total o parcial de la membrana timpánica hacia


la estructura de la caja timpánica, visualmente sobre promontorio o huesecillos.
Bibliografía

Alegría, j. B. (2009). Tratado de otorrinolaringología y patología cervicofacial. Barcelona : Elsevier


Masson .

Dr. Jorge Caro Letelier, C. C. (s.f.). Taller de otoscopia . Obtenido de Taller de otoscopia :
http://publicacionesmedicina.uc.cl/Otoscopia/Default.html

E. Salesa, E. P. (2006). Tratado de Audiología . Barcelona : Masson Elsevier .

José A. Rivas, H. F. (2007). Tratado de Otología y Audiología. Bogotá, Colombia: AMOLCA.

Lazenby, R. B. (2012). Fisiopatología . México: El Manual Moderno .

Maeso, D. J. (s.f.). Manual de Otoscopia Pediatrica. Barcelona: área cientifica.


Olga Gomez Gomez, F. Á. (2006). Audiología Básica . Bogotá: Olga Gomez .

Ramírez-Marína, J. Y. (enero-febrero 2017). otitis media aguda. Revista de la Facultad de Medicina


de la UNAM, 60. Obtenido de http://www.medigraphic.com/pdfs/facmed/un-
2017/un171i.pdf

Rivas, J. A., & Ariza, H. F. (2007). Tratado de Otología y audiologia. Bogotá, Colombia: Amolca.

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