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nos obispos eméritos más “prudentes”, trar el martirio sólo en esas biografías
calificándola de apresurada -, como lo particulares puede hacernos caer en la
manifestado por sectores preconcilia- tentación de creer que esos testigos
res y reaccionarios en algunos medios “fueron elegidos para derramar su san-
de comunicación, desenmascara a gre” por su esmero personal sin contra-
quienes en la realidad han ideologizado dicciones, sin limitaciones, sin
y politizado a estos testigos. Sus pos- incoherencias y sin equivocaciones,
turas revelan una ideología antidemo- creando así un modelo individual de
crática que descree de los juicios participación y compromiso inalcanza-
sustentados en las leyes vigentes, inter- ble e inimitable por su intachable
pretan al terrorismo de Estado desde la moral. De este modo, la comunidad se
teoría de los dos demonios, y conciben achica menospreciando sus potenciali-
la política desde el poder de las elites dades emancipatorias y se ensancha al
que mantiene en la pobreza a la mayo- héroe elegido o al líder iluminado.
ría de la población. Nuestra fe está en la comunidad, por-
que allí es posible llevar a cabo esa “di-
3. De los mártires a la comunidad mar- ferencia humanizadora” que es la
tirial. El martirio de Enrique, Carlos, construcción de una sociedad donde
Gabriel y Wenceslao es signo de la per- quepan todas y todos, que en términos
secución y martirio a la pastoral conci- cristianos, es la utopía del Reino de
liar sostenida por muchos miembros de Dios. Porque la misma comunidad,
la comunidad eclesial riojana de aquel no posee aún, ni siquiera por el
entonces. No se trata sólo de reconocer hecho de entenderla, la verdad que
la vida de entrega y de “santidad” de Dios le comunica, mientras no con-
estas cuatro personas; sino, en ellas, re- siga convertirla en diferencia huma-
conocer la presencia de un deseo co- nizadora dentro de la historia.
lectivo de un mundo más humano y de Hasta que la ortopraxis se vuelva
una iglesia más comprometida con los realidad, no importa cuán efímera y
pobres e injusticiados de la sociedad. contingente sea, el cristiano no sabe
Porque es la comunidad el centro de todavía la verdad. 5
dignificación y por ello mismo, es la
comunidad la perseguida y martiri- Esa diferencia humanizadora es, en tér-
zada. La sentencia judicial consideró minos epocales, afirmada por Angelelli
“testigos directos” a los miembros de en su Mensaje de pascua:
la pastoral que declararon en el juicio Cuando hablamos de HOMBRE
y relataron las persecuciones sufridas, NUEVO también hablamos de CO-
y afirmó como móvil del crimen “la re- MUNIDAD NUEVA. No sólo el in-
levancia que tenía para el poder militar dividuo debe ser pascual, sino toda
la Pastoral de la Iglesia Riojana”.4 Cen- la comunidad…Y si la Iglesia en su
5
4
Homicidio del Obispo Angelelli, Sentencia Judicial. Segundo, Juan Luis, (1989), El dogma que libera,
(comp.) (2015), Ed. Tiempo Latinoamericano, p. 137. Sal Terrae, España, p. 369.
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misión irrenunciable de ser evange- múltiples formas, esa gracia fertili-
lizadora y santificadora de los pue- zante e higiénica no merecida. Tal in-
blos, entendida su misión como se terpretación sacrificial sigue abonando,
la entregó Cristo y no como la pue- en la vida contemporánea, la necesidad
den definir o indicar las opiniones de sacrificios humanos para el bien de
fluctuantes o intereses de los hom- la “humanidad”. La justificación del
bres que buscan sus propios intere- sacrificio, autosacrificio y la meritocra-
ses, es considerada ‘perturbadora cia, como conformismo ante sistemas
del orden establecido’, enemiga de injustos en la actual vida social, son al-
su pueblo a quien debe servir, sos- gunas de las consecuencias de dicha te-
pechada de ideologías distintas del ología de la sangre y la muerte.
Evangelio de Cristo, nos quiere
decir que la pascua es incompleta y 2. La interpretación moralizante. Esta
hay que seguir, aún con mucho interpretación, muy presente en el sen-
dolor, construyéndola6 tido común cotidiano, afirma que las
acciones llevadas a cabo por los indi-
La beatificación: interpretaciones viduos están orientadas siempre por los
vicios o las virtudes morales radicadas
1. La interpretación sacrificial. Aun- en el “corazón del hombre” que, al pa-
que hubo algunas de estas expresiones recer, no necesita de ninguna estructura
en ciertos sectores conservadores, sería social ni está condicionado por éstas.
un anacronismo entender la beatifica- Para el caso de los beatos, se profundi-
ción de los cuatro mártires desde una zarían aquellos aspectos personales
perspectiva sacrificial. Dicha perspec- virtuosos por los cuales fueron procla-
tiva está ligada a una larga tradición en mados como tales. Alegre, cercano,
la que subyace el convencimiento de la comprensivo, sensible, buen padre de
muerte sangrienta como dadora de familia, con convicciones intachables;
vida. La sangre derramada es aquí, por son algunas de las virtudes que suelen
un lado, fertilizante para que crezcan vincularse a sus biografías. Insistir o
nuevos testigos individuales; por otro, quedarse sólo con este énfasis puede
gracia higienizadora de toda falta y llevar a la conclusión que el homicidio
pecado individual, no de las estructu- fue consumado sólo por ser “buenas
ras. Estas dos características (fermen- personas”. La moralización reside en
tador en la masa y garantía de higiene el hecho de reducir las praxis comuni-
espiritual) harían del mártir el merece- tarias históricas a los actos individuales
dor inexcusable de la bienaventuranza de personas de buen corazón. Se trata-
divina. Y los demás que no alcanzaron ría de compromisos individuales desli-
esta beatitud, se ubicarían siempre gados de las estructuras sociales, de las
como deudores, obligados a pagar de contradicciones históricas y de las de-
6
cisiones colectivas de personas de
Angelelli, Mensaje de Pascua, 1974. Misas Radia-
les, T. IV, (2014), Ediciones Tiempo Latinoameri- carne y hueso, con sus ideales; pero
cano, Córdoba, pp.73 y 75.
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Sobre martirio y beatificaciones
también con sus límites y errores. Así cuencias de su compromiso hasta el
se sacraliza el individuo incorruptible martirio, remarcan el carácter comuni-
y se desconfía de las construcciones y tario de la vivencia y la tarea. “La Igle-
prácticas comunitarias, siempre sospe- sia deberá jugarse hasta el martirio si
chadas de interesadas, conflictivas o li- fuere necesario, en el cumplimiento de
gadas a algún tipo de corrupción moral la misión, para que los hombres y los
o política. Y, desde esta interpretación, pueblos sean siempre templos vivos de
la “comunidad incorruptible de segui- Dios y tratados como a tales”.7 La sa-
dores” se piensa a sí misma como un cralidad inviolable de “templos vivos”
centro autónomo de “salvación”, refu- exige jugarse hasta el martirio por la
giada de la historia y, lo que es más dignidad de los hombres y los pueblos.
grave aún, alejada y guarecida de los Es la Iglesia, comunidad pobre y ser-
pobres, de sus demandas, de sus len- vidora, constituida en comunidad mar-
guajes, de sus olores, de sus sufrimien- tirial. Es la vida cristiana como opción
tos, de sus imperfecciones. personal, vivenciada necesariamente
en forma comunitaria. “Con y desde el
3. La comunidad beatificada: Los cua- pueblo”, según la repetida consigna del
tro mártires beatificados, tomados pastor riojano. Desde su raíz trinitaria,
como referencias concretas de la co- la fe de Jesús no admite el individua-
munidad martirial, resumen el conte- lismo. Aceptar la paternidad de Dios,
nido de una práctica colectiva, que obliga a comprometerse por la frater-
ellos mismos se encargaron de señalar nidad humana. El Espíritu que la
con actividad y sus escritos. En Wen- anima, la constituye en pueblo cons-
ceslao, su pertenencia al Movimiento tructor de la felicidad, como fruto del
Rural Diocesano y su rol articulador en amor, la justicia y la paz.
la Coordinadora de Cooperativa; en En términos eclesiales el desafío y
Gabriel y Carlos, su práctica en la co- la riesgosa apuesta es:
munidad apostólica de Chamical que ser una Iglesia cada vez más libre
integraron con las religiosas, en el de- de ataduras que le impiden ser fiel
canato de los Llanos y la explícita par- a Cristo y a su pueblo, más pobre,
ticipación en las distintas iniciativas y más metida en el corazón de nues-
actividades de la pastoral diocesana. Y tro pueblo y más misionera...
en el Obispo Enrique, especialmente cuando una Iglesia es fiel a la mi-
en el aliento a la corresponsabilidad en sión confiada por Cristo, debe ser
la planificación y ejecución de la mi- perseguida y ser signo de contradic-
sión de la Iglesia, tantas veces explici- ción.8
tadas en sus homilías.
La permanente referencia de Mon- 7
señor Angelelli a la misión de la comu- Angelelli, 9 de junio de 1974, en la solemnidad de
la Santísima Trinidad, Misas Radiales, T. IV, ibíd.,
nidad eclesial como servidora del p.105.
pueblo pobre, asumiendo las conse- 8
Angelelli, 25 de agosto de1974, Misas Radiales,
T. IV, ibíd., p. 154.
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Sentido de la beatitud los necesitados, pobres, enfermos, pre-
sos, carenciados y angustiados de todo
La muerte violenta padecida por los tipo. En realidad es una convocatoria
cuatro mártires, que resume el grado universal. El horizonte de felicidad
extremo de la persecución padecida como destino colectivo - el reino de
por la comunidad diocesana, es resig- Dios, la nueva sociedad - tensiona la
nificada con el reconocimiento oficial marcha. Por eso son “Felices los po-
del martirio, que institucionaliza la me- bres en el Espíritu... y los perseguidos
moria martirial alimentada y preser- por causa de la justicia”. A ellos perte-
vada por las comunidades que nece el Reino de Dios. (Mt. 5,). Las
necesitan fortalecerse en su marcha. demás “bienaventuranzas” - que están
Ellos sintetizan y expresan el testimo- en futuro - constituyen el proyecto de
nio diocesano del pueblo pobre de La su construcción.
Rioja, tantas veces golpeado y otras La declaración de “beatos” es un re-
tantas resucitado. conocimiento público al compromiso
Para una amplia franja del cristia- junto a los pobres. Los mártires son de-
nismo, no sólo latinoamericano, el re- clarados “felices” para que sepamos
conocimiento del martirio significa valorar los avances históricos por
revalidar el compromiso que sin estri- mayor fraternidad y justicia, conside-
dencias se viene concretando en los rando las dificultades a superar, que
sectores signados por las injusticias so- siempre son muchas, porque difícil es
ciales y el abandono de las políticas el camino a la felicidad de todas y
públicas de derechos humanos y socia- todos.
les. Y en esa tarea, el despertar de nue- La comunidad martirial nos desafía
vas conciencias acerca de las causas a no bajar los brazos, a tener energías
profundas generadoras de las situacio- para sobreponernos a lo que nos limita
nes de explotación y miseria. o nos impide vivir “felices”. No la fe-
La beatificación de esta comunidad licidad egoísta del sólo “me siento
martirial debería inspirar y alentar el bien”, ni como logro de un esfuerzo in-
surgimiento de nuevas expresiones co- dividual por la “perfección”. La beati-
lectivas y organizadas en la perenne tud es una convocatoria a todas y
lucha por la justicia, la solidaridad y la todos; es la utopía humana que debería
fraternidad, respondiendo a las deman- alentarnos la marcha colectiva. Nunca
das de hoy por “vida y vida en abun- solos; siempre con otras y otros, como
dancia” (Jn.10,10) para todas y todos. comunidad, como pueblo.
Utopía humana
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