Está en la página 1de 5

PBI per cápita

como medida del


bienestar

Economía II
El PBI per cápita como medida
de bienestar de la población
Dado que el producto bruto interno (PBI) mide el ingreso generado en una
economía, el PBI per cápita indica el ingreso promedio de una persona en
dicha economía (Mochón y Beker, 1997). Como la mayoría de las personas
preferirían recibir un ingreso mayor y disfrutar de un mayor gasto, el PBI per
cápita parece un indicador lógico del bienestar económico del individuo
medio:

PBI
PBI per cápita =
Población

Cabe aclarar que el PBI per cápita debe medirse en términos reales para
aislar el efecto de la inflación (tema que trataremos posteriormente).
Además, este indicador permite realizar comparaciones entre países, ya que
la producción bruta no podría generar buenas conclusiones. Por ejemplo, el
PBI de China o de Brasil es muy superior al de Suiza o de Luxemburgo, sin
embargo, estos últimos duplican el ingreso promedio por habitante de los
primeros.

Si bien el PBI real per cápita es la mejor medida para medir el bienestar de
un país, no deja de ser susceptible a críticas o limitaciones.

El PBI per cápita suele estar subestimado, ya que no incluye actividades


ajenas que contribuyen a aumentar el bienestar. Por ejemplo: si, a medida
que la gente gana más, decide trabajar menos y dedicar más tiempo al ocio,
la satisfacción de ese incremento en el descanso no estaría incluida en el PBI.
Por otro lado, no tiene en cuenta, por mencionar solo algunos ejemplos más,
el trabajo de amas de casa que tejen un abrigo para su hijo en lugar de
comprarlo en un comercio o que elaboran un plato de comida para no tener
que adquirirlo en un restaurant o que cuidan los niños en vez de enviarlos a
la guardería; tampoco contempla el trabajo de jardinería o de plomería que
pueda hacer una familia en vez de contratar a un jardinero o a un plomero.

Además, el PBI per cápita no dice nada acerca de la distribución del ingreso
entre los individuos que conforman la sociedad, ya que presupone que todos
1
los individuos tienen ese ingreso promedio. Puede suceder que sean pocas
las personas que posean un gran poder adquisitivo y muchas las que
perciban pocos ingresos, entonces, el ingreso promedio no será
representativo de esa situación.

Otra crítica es que el PBI per cápita no contempla actividades ni variables


sociales que afectan el bienestar y que no son monetarias, como
instituciones eficientes, la contaminación del aire y del agua, los accidentes
carreteros, el ruido de ciudades, la inseguridad, el estrés de vidas más
complejas que limita el logro de una mayor felicidad, etcétera.

Tampoco distingue el destino del gasto del Gobierno, ya que, en términos


de bienestar, no es lo mismo que el gasto esté dirigido a la construcción de
una escuela o un hospital que a la compra de un misil o artículos de librería
para el personal.

Por último, el PBI per cápita es neutral respecto a los bienes que produce el
ingreso por venta de cigarrillos o de armas, y es igual para el indicador del
ingreso por actividades deportivas, científicas o educativas, ramas con
impactos claramente distintos en el bienestar de las personas.

A pesar de estas críticas, este PBI representa el indicador más utilizado para
comparar el bienestar entre las distintas naciones.

Otras medidas de bienestar


Debido a las críticas que fueron desarrolladas brevemente en el apartado
anterior, los economistas han comenzado a utilizar otros indicadores que en
la actualidad no están del todo difundidos, pero que se acercan mejor a una
medida de bienestar.

Estos indicadores nuevos plantean un enfoque multidimensional, es decir,


se alejan del PBI per cápita –ya que este mide el bienestar desde un enfoque
monetario y queda implícito que, mientras más ingreso tenga un individuo,
más bienestar gozará, situación que es fuertemente criticada–.

En este punto nos limitaremos a describir muy brevemente dos indicadores


de bienestar (sobre los cuales no profundizaremos en su fórmula de cálculo,
ya que esto trasciende los contenidos pautados para esta materia):

2
 índice de desarrollo humano (IDH);

 índice de bienestar.

El IDH fue presentado por Naciones Unidas en 1990 como un protocolo de


medición del grado de desarrollo de los países, tomando como referencia las
capacidades más que las realizaciones. El indicador identifica tres
dimensiones como aspectos del desarrollo: la salud (acceso a los principales
servicios básicos), la educación (acceso a los conocimientos) y el ingreso
(acceso al bienestar material).

El índice de bienestar incluye 16 dimensiones de análisis, ponderadas por la


importancia que poseen dentro de lo que representa el bienestar o la
utilidad de los individuos. A su vez, estas dimensiones de dividen en tres
grupos: 1) calidad de vida, 2) condiciones de vida material y sostenibilidad.
Las dos primeras tratan de analizar el bienestar presente, mientras que la
tercera se preocupa del bienestar futuro.

3
Referencias

Banco Central de la República Argentina. (s. f.). Principales variables. Recuperado


de http://www.bcra.gob.ar/PublicacionesEstadisticas/Principales_variables.asp

Delajara, M. (2001). Notas de macroeconomía. Universidad Siglo XXI. Córdoba,


AR. Recuperado de
http://www.uesiglo21.edu.ar/site/departamentos/departamentos/economia/Dep
artamento_de_Economia_Economia_1.htm

Larraín, F. y Sachs, J. (2013). Macroeconomía en la economía global. CL: Pearson


Education.

Ministerio de Hacienda de la Nación. (s. f.). Información económica al día.


Recuperado de
https://www.argentina.gob.ar/hacienda/politicaeconomica/macroeconomica/est
udioseconomicos

Mochón, F. y Beker, V. (1997). Economía. Principios y aplicaciones. Madrid, ES:


McGraw Hill.

También podría gustarte