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Estimación del error en el cálculo de los volúmenes de terraplén al no

considerar acuerdos cónicos


Agüera Vega, Francisco; Aguilar Torres, Manuel A.; Aguilar Torres, Fernando J.;
Carvajal Ramírez, Fernando

Universidad de Almería, España


Escuela Politécnica Superior, Departamento de Ingeniería Rural
Área de Expresión Gráfica en la Ingeniería
Correo electrónico: faguera@ual.es

RESUMEN

En el ámbito rural, la ejecución de la gran mayoría de proyectos implica una modificación de la


morfología del terreno, con el consiguiente movimiento de tierras que esto conlleva. Existen
casos en los que es precisamente la partida movimiento de tierras la que tiene mayor peso en el
presupuesto, como por ejemplo las explanaciones, balsas o caminos.
Es importante, por tanto, contar con herramientas que permitan estimar de la manera más
precisa posible los volúmenes de tierra, que en concepto de desmonte y terraplén se van a
remover.
Las superficies que se originan cuando se modifica un terreno son geométricamente superficies
de talud, es decir, superficies desarrollables de pendiente constante, consideradas como las
envolventes de los infinitos conos de talud cuyos vértices están ubicados en el contorno que
definen la obra a realizar (línea de vertido). En el caso de los taludes de terraplén se parte de un
material disgregado lo cual condiciona también la geometría resultante. De este modo, en líneas
de vertido quebradas en zonas de terraplén, hay ocasiones en las que los encuentros de las
superficies no se realizan según una línea, si no que es una superficie cónica la que sirve de
enlace entre una y otra. Si no se tiene en cuenta este aspecto, como ocurre con algunos
programas informáticos e incluso textos, se estará cometiendo un error sistemático, siempre por
exceso, cuyo valor dependerá de la geometría del talud y del terreno sobre el que se asentará.
El objetivo de este trabajo fue cuantificar el error que se comete en el cálculo del volumen de
tierra a mover con los taludes de terraplén cuando no se tiene en cuenta la teoría de los conos de
vertido.
Para conseguir este objetivo se han desarrollado varias aplicaciones informáticas encargadas de
generar los Modelos Digitales de Elevaciones de los taludes teniendo y sin tener en cuenta la
citada teoría, y calcular los volúmenes movidos en uno y otro caso cuando se consideran
construidos sobre terrenos con diferentes morfologías.
Como resultado se ha obtenido una expresión que cuantifica el error cometido en función del
volumen del acuerdo sin tener en cuenta la superficie cónica. Esto permite establecer
correcciones a los resultados que se obtengan a partir de programas informáticos comerciales
que no tienen en cuenta la teoría de los conos de vertido.

Palabras clave: desmonte, terraplén, modelo digital de elevaciones, movimiento de tierra

Grupo temático: GIS: Sistemas de Información Geográfica y Cartografía.


1 Introducción

Prácticamente la totalidad de los proyectos de ingeniería conllevan la modificación del


terreno original mediante la construcción de explanaciones.

Los trabajos necesarios para conseguir las explanaciones se obtienen mediante


movimientos de tierras, operaciones en las que es preciso vaciar las tierras sobrantes en algunas
zonas para rellenar en otras necesitadas de ello. A la primera actuación de retirada de tierras se
le llama desmonte, y a la segunda, de aportación de terreno, terraplenado ó terraplén. Al diseñar
una explanación, lo normal es que coexistan zonas de desmonte y terraplén, denominándose
explanaciones a media ladera. En la figura 1 se muestra un perfil típico de una explanación de
este tipo. Una vez fijada la geometría de las explanación (contorno, cota, pendiente, etc,..),
habrá que realizar los citados trabajos de desmonte y terraplén para poderla materializar,
originándose además las denominadas superficies de talud, que son aquellas que limitan los
volúmenes de desmonte y terraplén. La línea de paso es aquella que sirve de límite entre las
zonas de desmonte y terraplén.

Desmonte

Terreno Original

Cota de Explanación Terraplén

ANTES DE LA EXPLANACIÓN DESPUÉS DE LA EXPLANACIÓN

Figura 1. Representación perspectiva y perfil típico de una explanación a media ladera

En este tipo de obras el coste de la partida de movimientos de tierra vendrá


condicionado por el volumen que será necesario mover y/o transportar, tipo de materiales,
distancia de transporte, etc. Por ello, el ingeniero que la proyecte debe hacer un diseño óptimo
intentando que este coste se minimice en la medida de lo posible, para lo cual será necesario
hacer una estimación del volumen de tierras a mover.

Para resolver este problema, resulta muy útil el uso de herramientas gráficas mediante
las cuales es posible representar el terreno en su estado actual y futuro (después de la ejecución
del proyecto), y a partir de ellas poder realizar las estimaciones de los volúmenes de tierra que
se van a mover en concepto de desmonte y terraplén. Tradicionalmente se ha recurrido a la
Geometría Descriptiva, en concreto al Sistema de Representación de Planos Acotados (Gentil,
1998), el cual se adapta muy bien para la representación de superficies topográficas, así como
las modificaciones que sobre ésta se realicen. En la actualidad, el uso de las herramientas
informáticas ha modificado las metodologías de cálculo de los volúmenes de tierra a mover,
utilizando para ello los Modelos Digitales del Terreno (MDT). Los MDTs son estructuras
numéricas de datos que representan la distribución espacial de una variable cuantitativa y
continua. Si la variable representada es la cota de los puntos sobre el nivel del mar, se tiene un
Modelo Digital de Elevaciones (MDE).

Desde la concepción de los MDEs, han sido numerosas las aplicaciones informáticas
desarrolladas para su generación y explotación. El trabajo de Petrie y Kennie (1987), hace una
detallada revisión de los diferentes métodos de interpolación para la obtención de MDEs de
malla y de representación del terreno por curvas de nivel a partir de ellos, exponiendo las
ventajas e inconvenientes de cada uno de ellos. Hace, además, una relación de algunos
programas informáticos de la época utilizados para estos fines. Finalmente se resalta la utilidad
de estas herramientas y se relata el amplio campo de aplicación con el que cuenta. Heesom y
Mahdjoubi (2001), y Aguilar et al. (2005), han estudiado la influencia de las características
morfológicas y el sistema de interpolación sobre la calidad de los MDE.

Respecto a las metodologías para el cálculo del movimiento de tierra usando MDEs, se
puede decir que todas ellas se basan en la comparación de los MDEs de la superficie topográfica
antes y después de realizada la obra. En Zurita de la Vega et al. (1990), Escario y Escario
(1960), y Golden Software (2002), se puede encontrar una relación detallada de las diferentes
metodologías, las cuales han sido usadas en algunos trabajos para optimizar el coste del
movimiento de tierras. Así, Burak y Hilmi (2004) utilizaron el método de la media de las áreas
para desarrollar un algoritmo que optimiza el movimiento de tierras en la construcción de
carreteras. Wong (1983), utilizó el mismo método en un estudio sobre la precisión del cálculo
del volumen de tierra.

En este sentido, cabe destacar que la mayoría de los programas informáticos que
realizan este tipo de cálculo exigen que los dos MDEs a comparar tengan el mismo tamaño de
malla y los mismos límites en X e Y. Cumplidos estos requisitos, cada celda en cada una de las
mallas define un prisma del que se puede calcular su volumen. El volumen total se obtendrá por
el sumatorio de todos los elementales correspondientes a cada celda. Resulta evidente que es
necesario disponer de la información que describa el terreno antes y después de su modificación
con la máxima exactitud. Respecto a la superficie topográfica antes de su modificación, se
realizará un levantamiento topográfico con las características requeridas para conseguir la
precisión deseada.

Las superficies producidas en las zonas de desmonte se cortarán entre sí según aristas,
aunque los procesos erosivos terminarán suavizándolas con el paso del tiempo, originando una
superficie de acuerdo entre planos. La misma teoría se podría aplicar en las zonas de terraplén.
Sin embargo, la realidad es diferente ya que al terraplenar utilizando un material disgregado, las
partículas sueltas se distribuyen según posiciones aleatorias en cualquier dirección, originando
superficies de acuerdo curvas. El proceso de formación del talud de terraplén se puede
simplificar asimilándolo al de vertido de partículas sueltas desde un punto. De esta forma se da
origen a un cono, llamado cono de talud o de vertido, cuyas generatrices tendrán como
pendiente la pendiente natural para el tipo de partículas y grado de agregación que posea el
suelo disgregado. Teniendo esto en cuenta, al considerar una explanación, los infinitos puntos
que definen su contorno serán los vértices de los conos de vertido que se produzcan,
denominándose a dicho contorno línea de vertido. En función de la geometría de la línea de
vertido se obtendrán diferentes superficies de talud, que en cualquier caso será la envolvente de
los infinitos conos de vertido que se producen.

En el caso general de una línea de vertido con forma de curva alabeada, el talud se
define como una superficie reglada desarrollable de cono director de revolución definida por un
plano que se mueve conservándose tangente a una línea directriz dada (curva alabeada
ABCD…, figura 2, izquierda), manteniendo un ángulo constante respecto a un plano de
referencia.

En las zonas de terraplén, cuando la línea de vertido está constituida por varias
alineaciones no continuas (por ejemplo, contorno de una explanación rectangular), se
presentarán ocasiones en las que las superficies de talud originadas por una pareja de
alineaciones consecutivas estén unidas por una superficie tangente a ambas, tal como ya se ha
comentado. Esta superficie, llamada superficie de acuerdo, siempre será cónica, y representa la
envolvente a los infinitos planos de pendiente igual a la del talud que pasan por un punto dado,
por lo que se constituirá en la superficie de acuerdo de los taludes en las esquinas de la
explanación en terraplén. La figura 2 (derecha), muestra una representación en perspectiva de
los acuerdos cónicos entre taludes en una zona de terraplén.

Figura 2. Generación de un talud cuya línea de vertido es una curva alabeada (izquierda), y perspectiva
del acuerdo cónico entre taludes de terraplén (derecha).

Existen ocasiones en las que, por simplificar la labor de representación, estas superficies
no se tienen en cuenta. Incluso existen textos, como por ejemplo Collado (1988), o González y
Palencia (1996), en los que ni siquiera se hace mención ha ello. La no consideración de este tipo
de acuerdos hace que la representación del terreno modificado no se atenga a la realidad, lo cual
provocará un error en el cálculo del volumen de material a aportar, siempre por exceso, y cuya
cuantía dependerá de la geometría del talud y la de la superficie topográfica ocupada por el
mismo. En la figura 3 se han representado de forma superpuesta el encuentro entre dos taludes
de terraplén (sobre una superficie horizontal) sin tener en cuenta el acuerdo cónico (curvas de
nivel rectas), y teniéndolo en cuenta. En ella se puede comprobar que la superficie plana se
queda por encima de la cónica, por lo que los errores de cálculo antes mencionados serán por
exceso, es decir, al no considerar acuerdo cónico se sobreestimará el material necesario para la
construcción del talud.

Figura 3. Representación en planta del encuentro de dos superficies de talud


de terraplén (construido sobre una superficie horizontal de cota 0), teniendo
en cuenta el acuerdo cónico, y sin tenerlo en cuenta (curvas de nivel rectas).

El objetivo de este trabajo es cuantificar el error que se comete en el cálculo del


volumen de tierra a mover cuando no se tiene en cuenta el acuerdo cónico que se origina entre
superficies de talud de terraplén planas.
2 Material y métodos

2.1 Generación de los MDEs de los acuerdos entre taludes planos

Con objeto de comparar el volumen de tierra a mover, considerando y sin considerar


acuerdos cónicos entre superficies de talud planas de terraplén, se desarrollaron dos algoritmos
que generon los MDEs en ambas situaciones. El lenguaje de programación utilizado fue Visual
Basic 6. Los parámetros geométricos que fijan el volumen encerrado por el acuerdo, suponiendo
que se apoya sobre una superficie horizontal (figura 4) son: la altura que salva el talud (h), su
pendiente (tag α, siendo α el ángulo que forma el talud con el plano horizontal), y el ángulo que
abarca el talud (β).

Línea de vertido h Línea de vertido


h

R R
α β α β
β β

R R
Línea de vertido Línea de vertido
a-2 b-1 b-2
a-1

Figura 4. Parámetros geométricos que definen la geometría de la superficie de acuerdo


entre taludes planos. Acuerdo cónico: vista en perspectiva (a-1), vista en planta (a-2).
Acuerdo en arista viva: vista en perspectiva (b-1), vista en planta (b-2).

Una vez fijados estos parámetros geométricos, se generarán los MDEs correspondientes
al acuerdo cónico y en arista viva. El tipo de MDE utilizado en ambos casos ha sido de malla
no regular, tal como se muestra en la figura 5. El fichero que almacena este tipo de MDE consta
de cuatro columnas, las tres primeras para las coordenadas del punto, y una cuarta con la
superficie asociada a éste. Decididos los parámetros que fijan la densidad de malla (∆β y ∆R
para el acuerdo cónico, y ∆k y ∆m para el acuerdo en arista viva), las coordenadas (xi, yi, zi) de
los vértices de la misma y la superficie asociada (si) a cada uno de ellos pueden ser calculadas
para ambos tipos de acuerdo.

R k m

Figura 5. Estructura de los MDEs que definen los acuerdos


entre taludes: cónico (izquierda), en arista viva (derecha).
El cálculo del volumen de terraplén sobre una superficie topográfica, correspondiente a
ambos tipos de acuerdos se realizó para diversas geometrías. El ángulo β tomó los siguientes
valores: 60, 90, 120 y 150º, mientras que tag α tomó los siguientes: 0.1, 0.2, 0.3, 0.4, 0.5, 0.6,
0.8 y 1. Por tanto, un total de 28 geometrías diferentes de talud fueron utilizadas. El desnivel
máximo que se permitió entre el vértice del talud y la base del mismo fue 30 m.

2.2 Superficies topográficas utilizadas

Los MDEs de los terrenos utilizados en este trabajo pertenecen a la Empresa Pública
para el Desarrollo Agrario y Pesquero de Andalucía (D.a.p), y forman parte del resultado de un
proyecto mediante el cual se obtuvo la cartografía digital a escala 1:1000 de la zona del Campo
de Níjar (Almería) (más detalles en Aguilar et al. (2002)). Estos MDEs tienen un tamaño de
malla de 2×2 m, lo cual proporciona una resolución suficiente para alcanzar los objetivos
marcados en este trabajo. Se consideraron dos zonas rectangulares. Las coordenadas UTM de
los vértices SO y NE de cada una de ellas fueron las siguientes: zona 1 (573140, 4079690)-
(573620, 4080080); zona 2: (570030, 4076800)-(570510, 4077190), Uso 30, N. La figura 6
muestra una representación perspectiva y acotada de las dos zonas de trabajo utilizadas.

4080050

4080000

4079950

4079900

4079850

4079800

4079750

4079700

573150 573200 573250 573300 573350 573400 573450 573500 573550 573600

4077150

4077100

4077050

4077000

4076950

4076900

4076850

4076800
570050 570100 570150 570200 570250 570300 570350 570400 570450 570500

Figura 6. Representación perspectiva y acotada de las zonas de trabajo (arriba: zona 1, abajo: zona 2).

2.3 Cálculo del volumen de los acuerdos cónico y en arista viva sobre una superficie
topográfica

Las expresiones que calculan el volumen de estos acuerdos supuesto apoyados sobre
superficies horizontales, para el caso del acuerdo cónico (Vc), y en arista viva (Vp), son las
siguientes:

β × h3 h3 × tag β 
Vc = Vp =  2 (1) (2)
6 × tag 2α 3 × tag 2α
donde el ángulo β viene dado en radianes.

En esta situación, el error absoluto (εa) que se comete al no considerar acuerdos cónicos
(Vc – Vp) siempre será negativo, es decir, el error cometido en la estimación del volumen
siempre será por exceso, y vendrá dado por:
h 3  β − 2tag  β  
 2 
ε a = Vc − Vp =  (3)
6 × tag 2α

El error relativo (εr) se calcula a partir de la siguiente expresión:


2 × tag  β 
εr =
Vc − Vp
= 1−  2 (4)
Vc β
Para determinar la influencia de la no consideración del acuerdo cónico en la
construcción de taludes en terraplén, una aplicación informática fue desarrollada utilizando
como lenguaje de programación Visual Basic 6. Esta aplicación permitió calcular el volumen de
los acuerdos cónico y en arista viva construidos sobre las superficies topográficas descritas
anteriormente. En una determinada ubicación del talud, el cálculo del volumen de tierra a mover
se lleva a cabo comparando la cota de cada punto del MDE del talud con la del terreno en un
punto con iguales coordenadas planimétricas (x, y).

El problema que se plantea en esta situación es que las mallas de las superficies a
comparar no tienen el mismo tamaño ni cubre la misma superficie, por lo tanto la comparación
no es inmediata. Dado un punto W del MDE del acuerdo cónico o en arista viva, de
coordenadas (xW, yW, zW), el cálculo de la cota en un punto del terreno cuyas coordenadas
planimétricas coincidan con las de W, se realizará a partir de los cuatro puntos más cercanos a
éste en el MDE del terreno (r1, r2, r3, r4).

El método de interpolación usado fue el del inverso de la distancia al cuadrado. Debido


a la estructura del fichero que almacena los datos del MDE del terreno (archivo de acceso
aleatorio, con los datos ordenados por filas y columnas), y a que se conoce el tamaño de la malla
y las coordenadas de los puntos que definen el límite del MDE (xmin, ymin) y (xmax, ymax), se puede
acceder directamente a los registros que almacenan las coordenadas de los puntos más cercanos
usando las siguientes expresiones:
r1 = ( fil − 1) × nc + col, r2 = ( fil − 1) × nc + col + 1, r3 = fil × nc + col, r4 = fil × nc + col + 1 (5)

donde:
 x min − x w   y min − y w 
col = int   +1 fil = int   +1
(6)
 tm   tm 
   
son la fila y la columna, respectivamente, del elemento del MDE del terreno más cercano,
situado al Suroeste al punto W, nc es el número de columnas del MDE del terreno, y t m es el
tamaño de malla del MDE del terreno.

Una vez conocida la cota del terreno en un punto de coordenadas planimétricas (xW, yW),
zt, ésta se compara con la cota del punto W: zW. Si zt < zW entoces en ese punto existe terraplén, y
el volumen asociado al mismo (VW) será:
Vw = (z w − z t ) × S w (7)

donde SW es la superficie asociada al punto W en el MDE del talud. El volumen total se


obtendrá por el sumatorio del calculado en cada uno de los puntos donde exista terraplén.

3. Resultados y discusión

El programa informático descrito en el apartado anterior se aplicó a un total de 1608


casos, utilizando las 28 geometrías diferentes de talud (tanto cónico como en arista viva), y
modificando su ubicación planimétrica y altimétrica sobre los terrenos 1 y 2 descritos también
anteriormente. La variabilidad de éstos en cuanto a los parámetros que definen su morfología
(rugosidad, pendiente, etc.), asegura haber ubicado los acuerdos entre taludes sobre zonas con
características morfológicas muy diferentes, dando así un gran rango de aplicación a las
conclusiones que de los resultados se obtengan. Los valores de Vct obtenidos variaron entre 23 y
185921 m3, con un valor medio de 10281 m3. Los valores de Vpt variaron entre 31 y 290031 m3,
con un valor medio de 15290 m3. Como era de esperar, en todos los casos Vpt fue mayor que Vct.
En cuanto al error relativo ert, los valores encontrados variaron entre el 0.62% y el 990.73%. De
ellos el 50% tuvieron un valor menor del 30.61% y el 75% de los valores calculados fueron
menores del 64.92%. Los mayores valores de ert aparecieron para mayores valores de β, aunque
para estos valores de β también aparecieron pequeños ert. Los valores de eat encontrados
variaron entre 4 m3 y 178640 m3, con un valor medio de 5009 m3. De ellos, el 25% de los
valores fueron menores de 327 m3, el 50% fueron menores de 1331 m3, y el 75% fueron
menores de 4944 m3. Al igual que ocurría para ert, los mayores valores de eat aparecen para los
valores de β más elevados.

A cada uno de los volúmenes calculados se le asoció una altura equivalente (hcequ y hpequ
para el acuerdo cónico y en arista viva, respectivamente), entendiendo como tal aquella que
provoca un volumen de talud, supuesto sobre una superficie plana horizontal, igual al calculado
sobre superficie topográfica. Para ello se utilizan las expresiones (1) y (2) en las cuales el valor
a determinar es h. La figura 7 representa los valores hcequ y hpequ enfrentados para una muestra de
1073 de los 1608 casos estudiados. La regresión lineal ajustada en este conjunto de datos fue:
hcequ est. = −0.177 + 1.01003 × h pequ (6)
con un coeficiente r2 = 0.976 (p < 0.01) y donde hcequest. es la altura equivalente estimada. El
coeficiente de determinación tan próximo a 1 indica que, fijados los parámetros que definen la
geometría del talud y ubicado éste en una determinada zona, las diferencias de volumen
encontradas se deben prácticamente por completo a no considerar acuerdo cónico.
altura equivalente del talud cónico (m)

30

20

10

0
0 10 20 30
altura equivalente del talud plano (m)

Figura 7. Regresión lineal ajustada entre hcequ y hpequ (hcequest.=-0.177+1.01003× hpequ, r2=0.976,
n=1603, p<0.01)

A partir de las expresiones (1) y (2), combinándolas utilizando en ellas hcequ y hpequ
respectivamente, y sustituyendo hcequ por la expresión que calcula hcequest., se obtiene la
siguiente ecuación:
3
 0.177  V pt × β
Vct est. = 1.01003 − × (7)
 
hequp  2 × tag  β 
  2
 
La validación de esta expresión se llevó a cabo sobre los 535 datos seleccionados al azar
que no fueron usados para la obtención de la expresión (6). En la figura 8 se representa el
volumen cónico observado (Vct) frente al estimado (Vctest.) a partir de la expresión (7). La recta
representada en esta figura es la 1:1 y la recta ajustada para estos datos fue:
Vct est. = 0.9155 × Vct (8)

con r2 = 0.952, p < 0.01, lo cual indica que se puede hacer una buena estimación del volumen
del acuerdo cónico en función del calculado no teniendo en cuenta dicho acuerdo.
140000

Volumen del acuerdo cónico


120000

100000

estimado (m3)
80000

60000

40000

20000

0
0 50000 100000 150000

Volumen del acuerdo cónico


observado (m 3)

Figura 8. Volumen observado del acuerdo cónico (Vct)


frente al estimado (Vctest.). La línea representa la recta 1:1.

Los 535 datos correspondientes al volumen del acuerdo cónico estimado (Vctest.) a
partir del ajuste anterior, junto con los datos observados de volumen para el acuerdo en arista
viva (Vpt), se utilizaron para estimar el error absoluto (eat). En la figura 9 se representa el error
absoluto observado (eat) frente al estimado (eatest.) para los datos de control. El ajuste lineal
realizado entre ellos fue:
eat est. = 1.0938 × eat (9)

Con r2 = 0.921 (p <0.01), lo cual indica que se puede hacer una aceptable aproximación del
error absoluto que se está cometiendo en el cálculo de tierras a mover cuando en los taludes de
terraplén no se considera acuerdo cónico.
error absoluto estimado (m3)

160000
140000
120000
100000
80000
60000
40000
20000
0
0 50000 100000 150000
error absoluto observado (m3)

Figura 9. Error absoluto observado (eat) frente al estimado (eatest.)


para el conjunto de puntos de control. La línea representa la recta 1:1.
4. Conclusiones

Se han desarrollado una serie de aplicaciones informáticas encaminadas a evaluar el


error que se comete en la estimación del volumen de tierra a mover cuando no se considera
acuerdo cónico en los taludes de terraplén. Estas aplicaciones se han mostrado útiles para este
objetivo, desde la generación de los MDE de los taludes hasta el cálculo de los volúmenes.

Se encontró un amplio rango de valores de ert que varió entre el 0.62 y el 990.73%. El
rango de valores encontrado para eat varió entre 4 y 178640 m3. Estos errores son debidos casi
exclusivamente a la no consideración del acuerdo cónico entre taludes adyacentes, lo cual puede
acarrear importantes discrepancias en el cálculo del volumen de tierra a mover, con las
consecuencias económicas que esto supone.

Se ha encontrado una expresión mediante la cual, a partir del volumen calculado sin
tener en cuenta el acuerdo cónico, poder estimar el error absoluto que se cometerá en cada caso
concreto. De esta forma, se dispone de una herramienta que se utilizará para corregir los valores
calculados en estas zonas que la mayoría de los programas informáticos dan. Se conseguirá así
un cálculo más preciso del volumen de tierra a mover y, por tanto, un mejor ajuste del
presupuesto.

5. Referencias

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Efectos de la morfología del terreno, densidad muestral y métodos de interpolación en la
calidad de los modelos digitales de elevaciones”. XIV Congreso internacional de Ingeniería
Gráfica. Santander, España.
AGUILAR, F.J; AGÜERA, F; AGUILAR, M.A; CARVAJAL, F. 2005. Effects of terrain
morphology, sampling density and interpolation methods on grid DEM accuray,
Photogrammetric Engineering and Remote Sensing, en prensa.
SÁNCHEZ-CAPUCHINO, C. 1988. Sistemas de planos acotados. Sus aplicaciones en
ingeniería. Ed. Tébar Flores, S.A. Albacete.
ESCARIO, J. L.; ESCARIO, V. 1960.Estudio del trazado y construcción de la explanación.
Tomo I. Publicaciones de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y
puertos. Madrid.
BURAK, A.; and HILMI, A. 2004. Method for optimizing earthwork considering soil properties
in the geometric design of highways. Journal of Surveying Engineering. 130 (4): 183- 190.
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GOLDEN SOFTWARE, INC. 2002, Surfer 8 users´guide. Golden software Inc., Golden
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Grafitrés, S.L. Sevilla.
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Computer Aided Design. 19(4): 171-187.
WONG, K. W. 1983. Accuracy of eathwork calculations from digital elevation data.
Photogrammetric engineering and Remote Sensing, 49 (1): 103-109.
ZURITA, E.; HERRÁEZ, E.; y ARIAS, J. L. 1990. Modelado gráfico del terreno.
Explanaciones. Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola, Lugo.

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