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TEORÍA E HISTORIA II
20 DE NOVIEMBRE DE 2018
UNIVERSIDAD DE CUENCA
PRESENTACIÓN
El objetivo de este trabajo es hacer hincapié en los motivos por los que una universidad tan
emblemática surgió. La posición frente al objeto de estudio tomará en cuenta sus aspectos
sociales, político-religiosos y culturales. Los datos recogidos serán analizados y trabajados
desde una visión histórico-crítica en la cual la historia de los múltiples acontecimientos que
destinaron su construcción serán claves para poder desglosar su verosimilitud.
La tradicional concepción de la historia como un recuento de los hechos del pasado para
lograr una secuencia de fechas, personajes y acontecimientos dejó de tener vigencia hace ya
bastante tiempo. Es desde todo punto de vista más consistente y positivo entender la
historia como un esfuerzo para comprender el pasado, los complejos fenómenos que
detienen o aceleran los cambios inevitables en el ser humano como individuo o colectividad
para entender mejor nuestro presente. Si el intento de análisis histórico se remonta a alguna
área de la realidad, mal podemos prescindir de su entorno humano y cultural pues nada se
da aisladamente.
El tiempo fluye por igual a lo largo de los siglos, pero si tomamos en consideración los
cambios que se producen en los conglomerados sociales que afectan los estilos de vida y
los planteamientos hacia el futuro, podemos hablar de aceleramientos en el fluir temporal.
Si nos situamos a lo que es hoy nuestro país, ciento treinta años entre 1600 y 1730 son más
bien cortos pues; consolidada la dominación española, los cambios que se operaron son
pocos dándonos la impresión de pesadez en el acontecer histórico. Sin embargo, si alguna
institución tiende a transformarse adelantándose al tiempo, es esta la universidad. Con sus
altos y bajos, con sus éxitos y crisis, aplaudida por unos y censurados por otros, está o debe
estar, la universidad a la vanguardia de la universidad.
La universidad genera las utopías que realista o desorbitadamente nos proyecta hacia el
futuro. Por lo tanto, tiene que ser la conciencia crítica de la sociedad, entendiéndose por
crítica, más que precipitadas y a veces irreflexivas censuras a lo que existe en cada tiempo,
posiciones constructivas que al cuestionar políticas, personas e instituciones, ofrecen
alternativas realistas. Una crítica así entendida supone solidez en el análisis, coherencia en
las pruebas y adecuada fundamentación en los planteamientos.
DESARROLLO HISTÓRICO
Gabriel García Moreno tenía una posición muy firme frente al problema Iglesia - Estado,
impulsó la educación dentro del contexto católico, pero una vez que se produjo la
independencia mediante las ideas de la Revolución Francesa y norteamericana, se
propiciaron la separación de Iglesia y el Estado por lo que se alentó la laicización. En
última instancia, la posición de los políticos frente a esta situación dio lugar a la formación
de dos partidos rivales: el Conservador favorable a los privilegios eclesiásticos en la
organización política del estado y el Liberal de su laicización. García Moreno, en el
Ecuador, es el más fuerte representante de la tendencia Conversadora, pudiendo hablarse en
su caso de un católico purista, cercano al fanatismo. Ante la disolución y la corrupción
campante en nuestro país, era indispensable un combate a muerte a la inmoralidad y una
estructuración de la sociedad sobre la base de sólidos valores morales. Para este presidente,
la única moral válida era la sostenida por la iglesia católica y su jerarquía. Quienes de
alguna manera cuestionaban esta posición eran identificados como inmorales. Muchos
intelectuales criticaban sus posiciones radicales aceptando una serie de puntos de vista,
sostenidos por el liberalismo, perfectamente compatibles con el catolicismo, siendo
llamados por muchos “liberales católicos”. Esta posición tuvo gran fuerza en la ciudad de
Cuenca, que buscaba una posición intermedia entre los planteamientos del liberalismo
radical y el conservatismo a ultranza.
Suele calificarse el periodo progresista como una transición entre este conservatismo
garciano y el liberalismo radical. Antonio Borrero gana las elecciones frente al
autoritarismo garciano. Sin embargo, duró apenas nueve meses en sus funciones tras ser
derrocado por Ignacio de Veintimilla quien gobernó hasta 1883. En esta etapa que separa a
García y Moreno de Eloy Alfaro se puede hablar de una relativa prosperidad económica,
pues toma cuerpo el boom cacaotero, consolidándose en Guayaquil un grupo económico
fuerte.
La cultura sobrepasa a las personas y todo grupo humano busca su supervivencia por
medios no biológicos, siendo la educación el instrumento más idóneo para alcanzar este
propósito. Con el desarrollo de la Revolución industrial se tornan cada vez más necesarias
instituciones especializadas en esta tarea dada la complejidad creciente de la sociedad. La
expansión de la educación se dio a lo largo de la república en el siglo pasado. Muchos
representantes exponían sus ideas acerca de la educación. Mera creía que la educación debe
fundamentarse en base a nuestra realidad histórica, geográfica y literaria, Fray Vicente
Solano dice que la educación es un medio para que el naciente y maltrecho país salga
adelante. Benigno Malo decía que universidad es universalidad de conocimientos en el
sentido de que todas las áreas del ser humano deben tener cabida en ella para su
conocimiento, análisis e innovación. Siendo él, el más lúcido defensor del sistema federal
en el Ecuador, considera la creación de la Universidad de Cuenca como la “Emancipación
Cultural” de esta región. En 1812 aparece un documento oficial en el que se solicita la
creación de una universidad en Cuenca, en resumen dice: “Cuenca en el Perú, 8 de julio de
1812 -El Presidente de Quito- dirige la representación que le ha hecho el Síndico
Procurador General de Cuenca a fin de que se le permita establecer en esta ciudad una
universidad con toda clase de cátedras”.
La solicitud no tuvo efecto alguno. Luego, ocho años después, Cuenca proclamó su
independencia. El congreso de 1861 decreto la fundación de esta Universidad, pero la
complicada situación de nuestro país tanto en lo político como en lo económico, hizo que
esta decisión quede solo como una promesa. Gabriel García Moreno, no era partidario de la
creación de nuevas universidades, fue Jerónimo Carrión quien, en su periodo durante las
dos etapas garcianas, suscribió el decreto que dio vida a las Universidades de Cuenca y
Guayaquil. El Congreso de 1867 tramitó el decreto correspondiente habiendo tenido un
papel importante el entonces diputado Luis Cordero. El decreto que funda esta universidad
se firma el 18 de octubre de 1867 y el establecimiento de la misma tiene lugar el 1° de
enero de 1868.
Proceso Histórico-Crítico
Para poder contar una historia válida acerca de la Universidad de Cuenca se debe contar la
historia de los múltiples coeficientes que nos informan la actividad de construcción de este
elemento arquitectónico. El estudio de todos los factores no genera una concepción distinta
de este espacio.
Si analizamos lo ocurrido los últimos 130 años, las modificaciones tecnológicas y sociales
que tuvieron lugar en ese lapso son enormes. Pese a los pobres aportes de nuestra patria a
los avances científicos, sus logros han llegado por lo menos a las minorías. La universidad
es los más importante socialmente hablando ya que de ella saldrán nuestros futuros
representantes sociales públicos y privados. Para esto se necesitaba lugares en los que se
impartiera conocimientos complejos y con tecnologías más avanzadas de los que un centro
de capacitación familiar o gremio podía ofrecer. De la misma forma por la situación
económica del país, no permitía una destinación del presupuesto mayor por lo que el
ingreso era limitado y poco accesible para personas particulares.
Un factor importante en una universidad son sus objetivos ya que estos ayudan a que, con
el pasar de los años, el objetivo siga intacto. Además de saber a dónde se quiere llegar
también es importante saber hacia donde no se quisiera llegar. La universidad está en busca
de ni renunciar a la esterilidad del pensamiento que no esté vinculado con la deformada
realidad humana. Lo deseable es que la universidad proyecte sus esfuerzos y energías para
solucionar los problemas concretos de la realidad en la que se desarrolla, haciendo del
pensamiento, la formación y la investigación de los instrumentos adecuados para esos
propósitos.