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UNIVERSIDAD DE CUENCA

FACULTAD DE ARQUITECTURA Y URBANISMO

TEORÍA E HISTORIA II

ARQ. MÓNICA PESÁNTEZ

DANIELA PAUTA / ALEXANDRA PIZARRO / BRYAN HOYOS

ANÁLISIS HISTÓRICO-CRÍTICO DE UNA OBRA ARQUITECTÓNICA

20 DE NOVIEMBRE DE 2018
UNIVERSIDAD DE CUENCA

PRESENTACIÓN

El objetivo de este trabajo es hacer hincapié en los motivos por los que una universidad tan
emblemática surgió. La posición frente al objeto de estudio tomará en cuenta sus aspectos
sociales, político-religiosos y culturales. Los datos recogidos serán analizados y trabajados
desde una visión histórico-crítica en la cual la historia de los múltiples acontecimientos que
destinaron su construcción serán claves para poder desglosar su verosimilitud.

La tradicional concepción de la historia como un recuento de los hechos del pasado para
lograr una secuencia de fechas, personajes y acontecimientos dejó de tener vigencia hace ya
bastante tiempo. Es desde todo punto de vista más consistente y positivo entender la
historia como un esfuerzo para comprender el pasado, los complejos fenómenos que
detienen o aceleran los cambios inevitables en el ser humano como individuo o colectividad
para entender mejor nuestro presente. Si el intento de análisis histórico se remonta a alguna
área de la realidad, mal podemos prescindir de su entorno humano y cultural pues nada se
da aisladamente.

El tiempo fluye por igual a lo largo de los siglos, pero si tomamos en consideración los
cambios que se producen en los conglomerados sociales que afectan los estilos de vida y
los planteamientos hacia el futuro, podemos hablar de aceleramientos en el fluir temporal.
Si nos situamos a lo que es hoy nuestro país, ciento treinta años entre 1600 y 1730 son más
bien cortos pues; consolidada la dominación española, los cambios que se operaron son
pocos dándonos la impresión de pesadez en el acontecer histórico. Sin embargo, si alguna
institución tiende a transformarse adelantándose al tiempo, es esta la universidad. Con sus
altos y bajos, con sus éxitos y crisis, aplaudida por unos y censurados por otros, está o debe
estar, la universidad a la vanguardia de la universidad.

La universidad genera las utopías que realista o desorbitadamente nos proyecta hacia el
futuro. Por lo tanto, tiene que ser la conciencia crítica de la sociedad, entendiéndose por
crítica, más que precipitadas y a veces irreflexivas censuras a lo que existe en cada tiempo,
posiciones constructivas que al cuestionar políticas, personas e instituciones, ofrecen
alternativas realistas. Una crítica así entendida supone solidez en el análisis, coherencia en
las pruebas y adecuada fundamentación en los planteamientos.

Reflexionar sobre la universidad es tarea larga, renovadora e inagotable, pero de ninguna


manera tediosa. Una comprensión más adecuada del presente es posible si es que
conocemos lo que ocurrió en el pasado, en el paso de universidades, cómo ellas se
desenvolvieron a lo largo del tiempo, cuáles fueron los retos que en cada época debieron
hacer frente, cuáles tuvieron prioridad en los años anteriores, sus éxitos y sus fracasos,
cómo las utopías se convirtieron en realidades o fueron superadas por otros planteamientos.

DESARROLLO HISTÓRICO

La parte que corresponde abordar en la historia de la Universidad de Cuenca se encuentra


en los periodos garciano y progresista tomando en cuenta que algunas personalidades
fundamentales en esta universidad desempeñaron papeles muy importantes en la vida
nacional, entre ellos Benigno Malo Valdivieso, primer rector de este centro de estudios
superiores, Luis Cordero Crespo, primer secretario, Mariano Cueva, segundo rector y
Honorato Vázquez, que desempeñaría el rectorado en la primera década del siglo XX.

Gabriel García Moreno tenía una posición muy firme frente al problema Iglesia - Estado,
impulsó la educación dentro del contexto católico, pero una vez que se produjo la
independencia mediante las ideas de la Revolución Francesa y norteamericana, se
propiciaron la separación de Iglesia y el Estado por lo que se alentó la laicización. En
última instancia, la posición de los políticos frente a esta situación dio lugar a la formación
de dos partidos rivales: el Conservador favorable a los privilegios eclesiásticos en la
organización política del estado y el Liberal de su laicización. García Moreno, en el
Ecuador, es el más fuerte representante de la tendencia Conversadora, pudiendo hablarse en
su caso de un católico purista, cercano al fanatismo. Ante la disolución y la corrupción
campante en nuestro país, era indispensable un combate a muerte a la inmoralidad y una
estructuración de la sociedad sobre la base de sólidos valores morales. Para este presidente,
la única moral válida era la sostenida por la iglesia católica y su jerarquía. Quienes de
alguna manera cuestionaban esta posición eran identificados como inmorales. Muchos
intelectuales criticaban sus posiciones radicales aceptando una serie de puntos de vista,
sostenidos por el liberalismo, perfectamente compatibles con el catolicismo, siendo
llamados por muchos “liberales católicos”. Esta posición tuvo gran fuerza en la ciudad de
Cuenca, que buscaba una posición intermedia entre los planteamientos del liberalismo
radical y el conservatismo a ultranza.

Suele calificarse el periodo progresista como una transición entre este conservatismo
garciano y el liberalismo radical. Antonio Borrero gana las elecciones frente al
autoritarismo garciano. Sin embargo, duró apenas nueve meses en sus funciones tras ser
derrocado por Ignacio de Veintimilla quien gobernó hasta 1883. En esta etapa que separa a
García y Moreno de Eloy Alfaro se puede hablar de una relativa prosperidad económica,
pues toma cuerpo el ​boom ​cacaotero, consolidándose en Guayaquil un grupo económico
fuerte.

FUNDACIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE CUENCA


La forma como debe organizarse el sistema educativo responde a diferentes concepciones
acerca de lo que se pretende con la educación, dándose una serie de posiciones
contradictorias como la de mantener íntegramente los valores y tradiciones del pasado o
hacer de ella un instrumento para el cambio. Partiendo de esta realidad es legítimo hablar
de un pensamiento pedagógico o educativo, de su desarrollo en el tiempo y sus variables,
este pensamiento está estrechamente vinculado al proceso de cambio y evolución política,
por lo que cualquier abordamiento de la misma, tiene que darse vinculada a la evolución
global de la sociedad. En el caso del Ecuador, el cambio que más polémica suscitó en
materia educativa, fue el que se produjo por motivo de la Revolución Liberal de 1895. El
triunfo del liberalismo condujo a una laicización del estado, incluyendo la educación.
García Moreno, tomó modelos europeos recurriendo a órdenes religiosos de Francia,
mientras que los liberales recurrieron a modelos y maestros normalistas del mismo país.
Existen dos ideas predominantes en este campo en la época en que nació la Universidad de
Cuenca: el Ilustrado y el Romántico: se inician antes de que se consuma el proceso
independista, Eugenio de Santa Cruz y Espejo, considerado como precursor de la
independencia, reta frontalmente al pensamiento colonial repetitivo y atrasado.

La cultura sobrepasa a las personas y todo grupo humano busca su supervivencia por
medios no biológicos, siendo la educación el instrumento más idóneo para alcanzar este
propósito. Con el desarrollo de la Revolución industrial se tornan cada vez más necesarias
instituciones especializadas en esta tarea dada la complejidad creciente de la sociedad. La
expansión de la educación se dio a lo largo de la república en el siglo pasado. Muchos
representantes exponían sus ideas acerca de la educación. Mera creía que la educación debe
fundamentarse en base a nuestra realidad histórica, geográfica y literaria, Fray Vicente
Solano dice que la educación es un medio para que el naciente y maltrecho país salga
adelante. Benigno Malo decía que universidad es universalidad de conocimientos en el
sentido de que todas las áreas del ser humano deben tener cabida en ella para su
conocimiento, análisis e innovación. Siendo él, el más lúcido defensor del sistema federal
en el Ecuador, considera la creación de la Universidad de Cuenca como la “Emancipación
Cultural” de esta región. En 1812 aparece un documento oficial en el que se solicita la
creación de una universidad en Cuenca, en resumen dice: “Cuenca en el Perú, 8 de julio de
1812 -El Presidente de Quito- dirige la representación que le ha hecho el Síndico
Procurador General de Cuenca a fin de que se le permita establecer en esta ciudad una
universidad con toda clase de cátedras”.

La solicitud no tuvo efecto alguno. Luego, ocho años después, Cuenca proclamó su
independencia. El congreso de 1861 decreto la fundación de esta Universidad, pero la
complicada situación de nuestro país tanto en lo político como en lo económico, hizo que
esta decisión quede solo como una promesa. Gabriel García Moreno, no era partidario de la
creación de nuevas universidades, fue Jerónimo Carrión quien, en su periodo durante las
dos etapas garcianas, suscribió el decreto que dio vida a las Universidades de Cuenca y
Guayaquil. El Congreso de 1867 tramitó el decreto correspondiente habiendo tenido un
papel importante el entonces diputado Luis Cordero. El decreto que funda esta universidad
se firma el 18 de octubre de 1867 y el establecimiento de la misma tiene lugar el 1° de
enero de 1868.

La obra arquitectónica nos comunica dos conceptos de enfoque para identificar su


reproducción. Serán estos conceptos los que nos permitan encontrar un valor de testimonio,
que dependa, al menos en parte, de la propia posición en la sociedad de la época y de su
organización mental; se injerta sobre una condición inicial que es incluso menos "neutra"
que su intervención. Es el resultado ante todo de un montaje, consciente o inconsciente, de
la historia, de la época, de la sociedad que lo ha producido, pero también de las épocas
ulteriores durante las cuales ha continuado viviendo, acaso olvidado y manipulado. En otras
palabras, la Universidad de Cuenca, insiste un peso histórico grande, a su vez, es el
resultado del esfuerzo cumplido por las sociedades históricas para imponer al futuro una
imagen identificadora. En definitiva, la Universidad de Cuenca es documento y
monumento.

Proceso Histórico-Crítico
Para poder contar una historia válida acerca de la Universidad de Cuenca se debe contar la
historia de los múltiples coeficientes que nos informan la actividad de construcción de este
elemento arquitectónico. El estudio de todos los factores no genera una concepción distinta
de este espacio.

De esta forma se debe considerar los siguientes factores:

a) Los factores sociales

Bajo el impacto de la Revolución Liberal de 1895, la Ley de Instrucción Pública, en junio


de 1897 consagra el reconocimiento de la condición propiamente universitaria de la
Corporación del Azuay, que por un tiempo se llama Universidad del Azuay. Por aquella
época surge un nuevo actor social, el estudiante, figura difundida en el continente por la
Reforma argentina de Córdoba en 1918, y una representación estudiantil es admitida en la
Universidad en octubre de 1919. Desde 1926, ahora con su nombre definitivo de
Universidad de Cuenca, incorpora plenamente el principio de autonomía.

Si analizamos lo ocurrido los últimos 130 años, las modificaciones tecnológicas y sociales
que tuvieron lugar en ese lapso son enormes. Pese a los pobres aportes de nuestra patria a
los avances científicos, sus logros han llegado por lo menos a las minorías. La universidad
es los más importante socialmente hablando ya que de ella saldrán nuestros futuros
representantes sociales públicos y privados. Para esto se necesitaba lugares en los que se
impartiera conocimientos complejos y con tecnologías más avanzadas de los que un centro
de capacitación familiar o gremio podía ofrecer. De la misma forma por la situación
económica del país, no permitía una destinación del presupuesto mayor por lo que el
ingreso era limitado y poco accesible para personas particulares.

b) Los factores intelectuales

Un factor importante en una universidad son sus objetivos ya que estos ayudan a que, con
el pasar de los años, el objetivo siga intacto. Además de saber a dónde se quiere llegar
también es importante saber hacia donde no se quisiera llegar. La universidad está en busca
de ni renunciar a la esterilidad del pensamiento que no esté vinculado con la deformada
realidad humana. Lo deseable es que la universidad proyecte sus esfuerzos y energías para
solucionar los problemas concretos de la realidad en la que se desarrolla, haciendo del
pensamiento, la formación y la investigación de los instrumentos adecuados para esos
propósitos.

c) Los factores técnicos

La Universidad de Cuenca nace partiendo de una infraestructura existente –los colegios:


nacional y el seminario- quedando el largo camino de organizarla mediante reglamentos
que respondan a las cuatro facultades con que se inicia todo. Debido a que se inició de una
infraestructura destinada a la educación se pudo realizar todas las actividades de manera
normal pero una remodelación en la infraestructura era inminente.

d) El mundo figurativo y estético

Ya que partieron de una infraestructura existente, la expresividad que mostraba no era de


una centro de educación de tercer nivel, por lo que con adecuaciones posteriores a la
creación de la institución, se pudo dar la expresividad correcta.

Finalmente, la modernidad se apoya en tres instituciones-ejes: el Estado-nación, la


Universidad y la empresa a gran escala. Ninguna de ellas puede considerar hoy su
continuidad en las formas tradicionales que les han dado vida por más de un siglo, toda vez
que han entrado en crisis las grandes lógicas del poder estatal y de la ganancia. Desde
luego, el pacto social de la Universidad con el estado se encuentra en proceso de abierta
redefinición, y la Universidad de Cuenca ha aceptado el reto. En la relación a la gran
empresa, se espera que la Universidad desarrolle su capacidad crítica para no quedar
atrapada en la polarización de mercado versus estado. Por lo mismo, la Universidad de
Cuenca tendrá que aprender a recrear una vinculación de interdependencia con el estado, el
estado y sus dinámicas, procesos tecnológicos y de mundialización, manteniendo al mismo
tiempo su carácter de comunidad epistémica comprendida con la universalidad, consciente
de su situación en el espacio y en el tiempo.

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