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Santiago, Octubre 2019.

J. Manuel Calvelo Rios.


(Documento en elaboración. Faltan críticas, sugerencias y aportes).

1. Algunas de las razones que provocaron el movimiento social.

Quizá sea solamente una expresión de deseos, pero un cartel pintado en una pared nos dice
algo importante: “El neoliberalismo nace y muere en Chile”.
Ya uno de los fundadores de esas tesis fundamentalistas que constituyen, además de una
verdadera traición a las leyes del mercado, una agresión permanente y violenta a los factores
de diversidad que enriquecen las sociedades humanas, el Sr. Friedmann, dijo en su último
viaje a Chile: “Debo reconocer que mi modelo se aplica más fácilmente en sistemas de
democracia restringida” (léase dictaduras).
A la llamada tra(ns)ición a la democracia le sobraron una ene y una ese, porque en realidad
fué una traición a la democracia.
Heredamos una constitución (más bien prostitución), que amarraba el modelo hasta el fin de
los tiempos. Pasamos de una dictadura a una dictablanda. Pero el modelo de acumulación,
de inequidad, de dominio y explotación siguió siendo el mismo, sólo con algunos parches
miméticos destinados a blanquear la fachada. Gatopardismo puro: “si queremos que no
cambie nada, tenemos que cambiar muchas cosas”.
No vale la pena hablar de la casta política pinochetista. Sólo lamentan que el exterminio del
enemigo no haya sido total, siguen reivindicando a la dictadura y para ellos una
manifestación, por pacífica que sea, es un acto de violencia. No así los desaparecidos, los
torturados, lo exiliados que provocaron y de cuya desaparición, tortura o exilio fueron y son
cómplices.
Y la casta política de centro-izquierda entró en ese juego para aprovecharlo en forma
personal, con todas las excepciones que existen y que podemos encontrar.
Desmovilizó a la población que produjo el cambio y la recluyó en sus guetos, al cerrar los
locales del No al dia siguiente al triunfo.
Aceptó que los partidos políticos no eran más que una base de gente que obtenía beneficios
de la pertenencia al partido y se prestaba a ser usada en períodos electorales, pero cuya
adscripción era más formal que real.
Decidió proceder a la democratización “en la medida de lo posible”. Estableció políticas de
“consenso”, es decir, acepto las condiciones del enemigo en vez de negociar desde una
posición de fuerza.
No cuestionaron a los grupos de poder económico que estaban detrás del golpe de Pinochet
y que, después de sumir al país en una crisis aguda en la década del 80, usaron todos los
recursos del Estado y de la legislación que prohibió los sindicatos para reforzar su poder y
someter al pais entero a un pillaje que aún no termina.
Al priorizarse el sector privado por la Constitución, la privatización de empresas del Estado
se estima que ha sido un regalo, entre los años 2004 y 2014, por la suma de 120.000
millones de dólares correspondientes al agua, el cobre, el litio y otras materias primas
propiedad de todo el país y no de un grupúsculo de empresarios voraces.
Aceptó mantener todos los privilegios de las llamadas fuerzas del orden, que condujeron con
el tiempo a operaciones de gigantescas estafas de casi todos los cuerpos militares y a la
vulneración sistemática de los derechos humanos, sobre todo de los mapuche.
Estuvo de acuerdo con que el voto fuera voluntario y no obligatorio.
Redujo el periodo presidencial de 6 a 4 años, plazos políticos y no sociales.
Llevó el campo electoral, despojado ya de una discusión y análisis de programas y
plataformas, a los medios masivos, como campañas publicitarias manipulatorias y no como
proceso esclarecedor de las propuestas.
Y como los medios son muy caros, comenzó a aceptar la financiación de los empresarios.
Y esta dependencia se transformó gradualmente en sumisión.
Muchos legisladores de la Concertación, no todos, además de los de la derecha, con
algunas excepciones, comenzaron a legislar en función de las necesidades y requerimientos
de los grandes grupos empresariales y perdieron todas las oportunidades en que tenían una
mayoría suficiente de legislar en beneficio de la población.
Se fueron separando cada vez más de los problemas y necesidades de la misma: dejaron de
usar el transporte público, viajan en autos de lujo; no se inscribieron en Fonasa y lo hicieron
en Isapres; dejaron de enviar sus hijos a las universidades estatales y optaron por las
privadas; incrementaron sus remuneraciones hasta límites inalcanzables; se dejaron
sobornar por los intereses de los grandes capitales, tanto los nacionales como los
internacionales.
Dejaron de creerse subdesarrollados y pasaron a ser “subarrodillados”.
Mantuvieron la reducción de los presupuestos de las Universidades del Estado y prefirieron
pagar por tecnologías importadas en vez de crearlas localmente.
Al poner el conocimiento en el mercado y no tratarlo como un derecho, obligaron a las
Universidades Estatales a competir en las mismas condiciones que las privadas.
Y estas, sin fines de lucro según la ley, pero lucrando (y como¡) mediante mecanismos de
“elusión” sofisticados, al transformar el conocimiento en mercancia y al aceptar que “el cliente
siempre tiene la razón” lograron un deterioro sustantivo en los procesos de enseñanza,
reflejados en los procesos de aprendizaje.
Apareció el “profesor taxi”, mal remunerado y sin la formación pedagógica que se necesita
para articular el conocimiento con vistas a compartirlo. Se comenzaron a formar
profesionales eficaces, pero no eficientes, y consumidores voraces, en vez de profesionales
eficientes, críticos y comprometidos con el país y su población.
Aparecieron los clanes en el ámbito académico y la investigación que merecía una
publicación fué fragmentada para que se transformara en cinco publicaciones, ya que el
axioma importado es “publicar o perecer”.
Los niveles académicos comenzaron a ser fijados desde el exterior. También lo fueron la
mayor parte de las líneas de investigación. Formamos investigadores y profesionales que no
tenían cabida en el país.
Forzamos la exportación, sin gravámenes, de la materia prima más importante de que
disponiamos: la materia gris, capturada sin costo alguno por los paises desarrollados.
Violentando las leyes del mercado, a las cuales decían obedecer, mantuvieron monopolios,
duopolios u oligopolios que fijaron los precios a su propia conveniencia. Llegamos así a tener
los precios de medicamentos más altos de toda Latinoamérica.
Firmaron contratos que incrementan los costos para los ciudadanos en el IPC más un 3,5%,
incremento que verían con muy buenos ojos los pensionados y los que cobran el salario
mínimo. Y en las autopistas así beneficiadas, cuando hay tacos, por mal diseño de las
salidas o porque los permisos de conducir se compran muy baratos, elevan el costo a pagar
en lugar de reducirlo ya que no prestan el servicio por el cual se paga.
Crearon las condiciones para que Santiago concentrara más del 30% de la población del
país y trataron al resto como una colonia de función meramente extractiva.
Desplazaron por la fuerza a los pobladores de las zonas de elevada plusvalía para dejarlos,
indefensos en zonas sin agua, luz, ni transporte.
Es decir, la casta política, con todas las excepciones ya conocidas, pusieron en el mercado
varios elementos cuya inserción en el supuesto mercado, que según K. Galbraith no es ni
perfecto ni transparente, genera contradiciones insalvables.
Pusieron en el mercado:
las culturas, y en particular las artes, que aportan a las sociedades el elemento fundamental
que separa al mundo biológico y social del mundo industrial y comercial, la diversidad;
la educación a todos los niveles, entendida como derecho y no mercancía;
la mano de obra, sin sindicalización obligatoria para que la negociación en el mercado de
trabajo sea racional y equilibrada;
la investigación científica, pura y aplicada;
la salud, tanto preventiva -mucho más económica y racional- como la curativa, entendidas
ambas como derecho de todos los ciudadanos y abarcando, además del ejercicio de la
medicina, la farmacología;
el agua, como elemento imprescindible para la vida;
los ecosistemas básicos para nuestra existencia;
el aire, generando niveles de polución insostenibles y castigando a las “zonas de sacrificio”;
y la política, son nueve de los elementos sociales que no pueden ser dirigidos o cautelados
por el mercado, ya que el hacerlo así provoca la aparición inevitable de conflictos de
intereses, desequilibrios e inequidad.
Pero el 0,1% de los chilenos que poseen y dominan el país facilitaron o realizaron los mas
grandes atentados contra la población: Colusión en la fabricación y venta de pollos; lo mismo
en la fabricación y venta de papel higiénico; otro tanto en la venta de medicamentos. Además
de estafas piramidales como las de Penta o La Polar.
Las AFP que, según su creador, el año 2020 ofrecerían pensiones iguales al último salario,
se sumaron a las estafas sistemáticas a la población.
La corrupción, en ámbitos muy diversificados, desde el sexual al económico y legal, permeó
la sociedad hasta el punto que delinquir dejó de ser una culpa, a menos que te encontraran
con las manos en la masa. El primer ejemplo lo dió Pinochet, con cuentas en un banco del
exterior que sumaban más de 17 millones de dólares sin explicación alguna. Pero fué el
ejemplo que siguieron los calificados como “cómplices pasivos” para seguir aumentando sus
ganancias en forma ascendente.
La corrupción de guante blanco y corbata se manifestó mediante la depreciación del valor de
las empresas del Estado, su venta a precio vil a quienes hicieron la valoración y su
salvamento por el Estado cuando entraron en crisis.
Y contaron con profesionales, sobre todo economistas, que estimaban la salud económica
del país en función de las inversiones del exterior, como si dichas inversiones fueran hechas
por filántropos para ayudar el pais y no por aventureros especulativos que por cada dólar que
invertían en el país obtenian tres de retorno durante los dos primeros años.
Y en ese conflicto hasta ahora la derrotada ha sido la población, las derrotadas han sido las
personas, los alienígenas (según la esposa del presidente), y los ganadores una minoría en
general amoral, que no se satisface con tener sino que necesita, como síndrome de una
psicopatologìa social avanzada, mostrar todo lo que tiene a aquellos que carecen de todo lo
imprescindible, necesario y útil.
Y para ello disponen de instrumentos que tambièn les pertenecen: los medios masivos, de
desinformación y manipulación, erróneamente llamados de comunicación, encargados de
resaltar la violencia de grupúsculos mal identificados y ocultar las manifestaciones pacíficas
de la mayor parte de la población.
La violencia viene siendo ejercida desde hace mucho, mucho, tiempo. Pero nunca se la vió
como tal. Los medios masivos, e incluso la educación formal, se encargaron de que el nivel
de violencia ejercida por un segmento minoritario de la sociedad sobre el resto, quedara por
completo enmascarada como si fuera el resultado de leyes naturales, sobre todo las leyes
del mercado, aunque el mismo modelo y las mismas personas las están violando en forma
permanente.

2. ¿Quiénes son los violentos?

La mayoría de los manifestantes no ejercen violencia. Dan a conocer pacíficamente sus


razones para marchar y protestan contra la violencia enmascarada que vienen sufriendo
desde hace mucho más de cuarenta años.
Se forman pequeños grupos, no de mucha gente ni muy numerosos, que al ser agredidos
con violencia y sin justificación por las llamadas “fuerzas del orden”, reaccionan con fuerza
excesiva agrediendo los símbolos de la violencia que reciben.
También se forman pequeños grupos de resentidos sociales que, al no encontrar ni en los
partidos políticos ni en otras formas de organización, una vía de expresión, al igual que las
“barras bravas”, usan las manifestaciones para manifestar su resentimiento.
Hay grupúsculos de delincuentes a los cuales la represión indiscriminada les facilita la tarea
que antes era más dificultosa: el asalto, robo y destrucción con fines de apropiación de los
bienes ajenos. Cuando agreden bancos es para asaltar cajeros automáticos.
Grupitos, mucho más reducidos que los anteriores, que sufren en sus hogares de carencias
sustantivas y que aprovechan el caos para hurtar lo que pueden y les falta.
Por último, grupos organizados, entrenados y coordinados para ejercer los mayores niveles
de violencia posibles para provocar el descrédito de los manifestantes y forzar mayores
acciones de los organismos represivos del Estado, así como desacreditar las
manifestaciones, disuadir de participar en ellas y generar un ambiente hostil a las mismas.
Esta acción se ve reforzada por el tratamiento que dan los medios masivos en su cobertura
de las manifestaciones y el vandalismo. Observaciones de manifestaciones desde hace
unos años permiten suponer que dichos grupos, casi para-militares, están operando bajo la
égida de organizaciones estatales. Vale la pena notar que las destrucciones que causan
perjudican mayoritariamente a la población de base, ya que atacan los transportes, las
farmacias y los mercados. Hasta la fecha (15 de Noviembre) sólo hubo una agresión a una
AFP, pese a que los carteles de los manifestantes hacen de estas organizaciones uno de los
blancos de crítica predilectos. No hubo agresiones a las Isapres, ni a las clínicas privadas, ni
a los bancos, aunque sí como era habitual, a los cajeros automáticos, ni a las financieras.

3. La violencia.

La violencia en Chile comenzó hace mucho tiempo, pero vamos a referirnos a la más
próxima en el tiempo aunque tenga sus raices en del pasado anterior.
Violencia fué asesinar al General Schneider, al edecan de Allende y a todos los que murieron
durante las matanzas de Pampa Yrigoin, a los asesinados durante los diecisiete años de
dictadura militar, más de 3000 detenidos desaparecidos y a todos los que murieron en
dictablanda.
Violencia fué suspender la actividad de los partidos políticos que defendian la democracia y
el derecho.
Violencia fué someter la economía del país a un maltrato pocas veces conocido para dar
respuesta a las condiciones impuestas por los mismos que habían financiado el golpe.
Violencia es tener que trabajar, sin contrato ni aportes jubilatorios, por menos del salario
mínimo.
Violencia es salir de un campamento para ir a vivir a una casa que hay que tapizar con una
cubierta plástica para que no le entre el agua de lluvia.
Violencia es tener que viajar entre una y dos horas de ida y otro tanto de vuelta para llegar
desde la casa al trabajo, en vehículos sucios, descuidados y mal manejados y pagando cada
dia que pasa tarifas más altas.
Violencia es tener que levantarse a las dos de la mañana para hacer cola en el hospital y
conseguir los medicamentos recetados después de otra espera de seis horas.
Violencia es morir, sentado en un pasillo, mientras se espera la atención médica de urgencia
que llega cuando ya no hace falta.
Violencia es tener que estar sentado en un asiento mal diseñado, en un aula antiescolar, en
condiciones de temperatura absurdas, para recibir una clase de cualquier materia, dictada
por algún profesor cansado y agotado, y que no tiene nada que ver con la vida cotidiana que
sufren los alumnos.
Violencia es haber municipalizado la educación sin transferir los recursos necesarios a las
municipalidades que tuvieron que encargarse de ella.
Violencia es haber eliminado de la enseñanza primaria y secundaria todas las materias de
carácter artístico, fundamentales para la educación de los niños y jóvenes.
Violencia es ver en la pantalla del televisor un conjunto de esperpentos, cuyos sueldos
espantan, y que se limitan a hablar de estupideces y de si mismos y sus querellas internas,
ajenos al pais en que viven y que les paga el sueldo.
Violencia es verse llevado a endeudarse o bien para sobrevivir o bien para poder aparentar
ante los vecinos con indicadores de una riqueza que no se tiene.
Violencia es escuchar a un político formal hablando un lenguaje que nadie entiende sobre los
problemas que no sufre ni le importan, pero tratando de quedar bien con otro igual a él.
Violencia es conocer el presupuesto militar y lo que cuesta un desfile y compararlo con lo que
se puede llevar a casa a fin de mes cuando se trabaja en la calle vendiendo alfileres.
Violencia es seguir enviando militares a formarse en técnicas de represión en las escuelas
militares de los Estados Unidos.
Violencia es enviar carabineros a formarse en Colombia en técnicas de represión en los
ámbitos rural y urbano.
Violencia es trabajar como empleada doméstica en La Dehesa o Chicureo y que no le dejen
salir a la calle con su delantal de trabajo.
Violencia es que prescriban con el tiempo multitud de crímenes, pero no las deudas del CAE.
Violencia es haber sido violentado por el régimen militar o por la dictablanda y no recibir la
justicia y compensaciones por esas violaciones de la justicia.
Violencia es que la dictadura militar haya impuesto a la población el sistema de AFP y se
hayan quedado ellos con el viejo sistema de jubilación.
Violencia es haber sido despojado de la tierra y ser llamado terrorista por pretender que sea
devuelta a sus legítimos dueños, capaces de convivir con ella sin violentarla.
Violencia es depender de un camión aljibe para tener agua dos veces por semana, mientras
las forestales y sus desiertos verdes chupan toda el agua de vertientes que tienen dueños
ancestrales.
Violencia es no tener energía eléctrica, o pagarl muy cara, aunque se genera en tierras de
los abuelos huiliche, pehuenche y mapuche.
Violencia es ver morir plantas y animales y malvivir personas, mientras el agua la consumen
las mineras del norte.
Violencia es tener que hacer un trámite, en un banco o cualquier otra institución, o comprar
en una farmacia o un supermercado y tener que hacer una cola de veinte minutos para
pagar, cobrar o recibir atención, ya que los veinte minutos sumados de cada uno de los que
esperan, equivalen al sueldo de las dos o tres personas que no quieren contratar para que no
haya colas. Esta violencia, de financiar a quienes nos prestan servicios, con nuestro tiempo y
nuestra disponibilidad, para que ellos no tengan que contratar más personal, es una de las
violencias más encubiertas.
Vilencia es pagar la televisión por cable y tener que soportar, porque así lo decidieron
algunos legisladores, tandas publicitarias que, además de excesivamente largas, se dirigen a
públicos de otros paises.
Violencia es tener iglesias en las que, además de delitos sexuales, se comenten delitos
económicos a veces amparados por una legislación que mira para otro lado.
Violencia es envenenar los lagos para criar salmones para exportación.
Violencia es vivir en Maipú o Peñaflor y tener que viajar dos horas para llegar al trabajo en
Vitacura y pagar, ida y vuelta, la tercera parte de lo que se gana.
Violencia es viajar en un ómnibus del transantiago y ver pasar autos con tracción a las cuatro
ruedas con un solo pasajero, el chofer, hablando por celular.
Violencia es tener que dictar clase a universitarios que, porque pagan, creen que el cliente
siempre tiene la razón y se dedican a jugar con el celular mientras el docente busca explicar
temas difíciles de la manera más asequible.
Violencia es pagar por un servicio, como los cursos universitarios, y después de pagarlos no
utilizarlos, llegando tarde, o faltando, o no atendiendo a las clases.
Violencia es la cantidad de estaciones del metro que no tienen escaleras mecánicas o
ascensores para que la gente anciana o con problemas físicos pueda viajar con un nivel
básico de comodidad.
Violencia es jubilarse con una pensión que no alcanza para vivir y escuchar que las AFP, en
el lapso de enero a octubre del 2019, ganaron más de quinientos millones de dólares.
Violencia es transformar el conocimiento en mercancía, por la que hay que pagar, en vez de
considerarlo como un derecho de todo ciudadano que el estado debe satisfacer.
Violencia son los sueldos y prebendas de: parlamentarios, directores de empresas (tanto
estatales como privadas), personajes de la farándula televisiva, en comparación con los que
cobra más de la mitad de los trabajadores.
Violencia es la falta de solidaridad de los grandes sindicatos del cobre con las demandas de
los trabajadores de empresas menos grandes.
Violencia es que la sindicalización no sea obligatoria y por rama, para igualar las condiciones
de negociación.
Violencia es toda la publicidad que, engañosamente, nos conduce (a veces obliga) a gastos
que solo podemos afrontar endeudándonos.
Violencia es el porcentaje de la población que está endeudada de por vida.
Violencia es ver a los directivos de una AFP festejando sus éxitos en un yate, en el Caribe,
bebiendo bebidas caras, mientras las jubilaciones son miserables para la mayor parte de los
jubilados.
Violencia es pagar peaje en una autopista para poder circular a cien o ciento veinte
kilómetros por hora, y ver que el peaje sube cuando no podemos circular a más de veinte y
seguir pagando el mismo peaje cuando, por necesidades de mantenimiento de las pistas se
reducen a una en vez de tres y la velocidad baja a cincuenta kilómetros por hora.
Violencia es que cuando el crédito que dejamos de pagar por un mes, es renegociado sin
que nos consulten y la deuda crece sistematicamente.
Violencia es que ciertas empresas ganan más con los intereses de los créditos que con la
venta de los productos.
Violencia es que una casa de lujo en un barrio de lujo pague impuestos como sitio eriazo.
Violencia es la colusión de las grandes empresas para estafar a los ciudadanos, violando así
las leyes de mercado que invocan continuamente.
Violencia es el porcentaje de presos comunes que pasaron por el SENAME.
Violencia es el maltrato y la mortalidad de niños y jóvenes en esta organización.
Violencia es hacernos creer que el triunfo es tener muchas cosas y dinero y que eso se logra
exclusivamente mediante el esfuerzo individual, competitivo, con todos los demás, que pasan
a ser enemigos y dejan de ser entes sociales con los cuales debemos colaborar y convivir de
la mejor manera posible.
Violencia es la que ejercen las fuerzas del orden contra los manifestantes dejando heridos en
grandes cantidades, en vez de perseguir a los vándalos, organizados o no, que cometen los
delitos contra la propiedad privada y salen indemnes.
Violencia es que los medios masivos escritos que propiciaron y empujaron el golpe militar
hayan recibido en pago la condonación fraudulenta de sus deudas (ya que ellos ni siquiera
son capaces de administrar bien sus bienes) y toda la publicidad del estado cuando, al
parecer, llegó la democracia.
Violencia, en fin, es que no hay ningún sistema accesible, inteligible y veraz que informe a la
población de todas estas violencias y de sus derechos y deberes.
Esto para validar las manifestaciones y explicar en parte, pero no justificar, los actos de
violencia que las siguen. Actos que, por su forma de proceder, su impunidad, su organización
y los objetivos contra los que se manifiestan, nos hacen pensar que son una provocación,
deliberada y programada, de aquellos que quieren sancionar y desacreditar las
manifestaciones y poner en duda su legitimidad, así como justificar su represión, la misma
que no se ejerce contra los violentistas.

4. Constitucion espúrea e ilegítima.

Votada en plena dictadura, sin garantías para la oposición.


Inicialmente seis años, reducidos despues a cuatro para las elecciones.
Senadores designados hasta el 2005.
Quorum requerido para hacer cambios, no los permite.
Régimen presidencialista.
Democracia representativa falsa.
Salarios y asignaciones de parlamentarios son exagerados.

5. Casta política carente de representatividad.

Comités del No desactivados al dia siguiente del triunfo.


Puerta giratoria: Cargo político – Empresa – Cargo político.
Campañas financiadas por grandes empresas.
Muchos políticos entran a la farándula y la farándula penetra la política.
Muchos políticos financiados por las empresas que deben controlar.
Los políticos de derecha representan a sus bases.
Los políticos de izquierda no conocen a sus bases.

6. Pueblos Aborígenes: Mapuche, Rapa Nui, etc.

Despojados de su territorio.
Agredidos permanentemente.
Discriminados.
Se transforman sus reivindicaciones en terrorismo.
Se ignoran su cultura, su historia y sus lenguas.
Se ignoran sus modelos de agricultura sustentable.
Se ignoran los convenios, acuerdos y títulos que les otorgan la propiedad de la tierra.

7. Discriminación Social.

A las mujeres: menor salario, falta de representatividad, acoso.


A las diferencias de opción sexual.
A los jóvenes y ancianos.
A los ciudadanos de escasos recursos económicos.
Diferencia entre salario mínimo, pensiones y sueldos de autoridades de gobierno y de
Empresas estatales.
Las llamadas fuerzas del orden tienen el régimen jubilatorio que le niegan al resto de
la población.

8. Legislación negativa.

Ley de Aguas. (Las aguas, entregadas a manos privadas de los que tenían
información y que hoy el Estado tiene que comprar para que pueda beber el pueblo)
Ley de Pesca. (El mar entregado a grupos privados y, en principio, a perpetuidad).
Ley del Cobre. (Apertura a los grupos extranjeros que hoy tienen el 80% de la
producción total).
Ley del Litio. (Dejado en manos de un heredero de la dictadura).
SII único iniciador de procesos por razones económicas.
Creación de Universidades privadas con fines de lucro.
Desfinanciación de las Universidades Estatales, obligadas a conductas de empresa.
La tv por cable no admitía publicidad, por ley fué admitida.

9. Sistemas de Salud deficientes.

Isapres e integración vertical con clínicas y farmacias.


Fonasa desfinanciada.
Medicamentos excesivamente costosos.
Listas de espera excesivamente prolongadas.
Falta de políticas para adultos.
Maltrato sistemático a niños y jóvenes en los centros de acogida.
Se prioriza la medicina curativa privada sobre la medicina preventiva estatal.
La cantidad de médicos por habitante en Santiago más que duplica la de regiones.
Escasez o carencia total de especialistas en Santiago y regiones.
El Estado desfinancia Fonasa y paga a precio de oro las urgencias a clínicas privadas.

10. Fuerzas del Orden.

Ocupación de parte del territorio (Directamente el 10% del territorio útil del pais e
indirectamente Cema).
Amenazas de golpe de estado.
Estafas y corrupción en el Ejército, Carabineros y Gendarmería.
Amaestrados para golpear a la población.
Represores corruptos.
Perros “que ladran a los de fuera y muerden a los de dentro”.
Presupuestos gigantescos que hacen de las fuerzas del orden organizaciones
“presupuestívoras”.

11. Medios Masivos.

Duopolio de la prensa escrita.


Oligopolio de la televisión por privatización de los canales universitarios.
Virtual oligopolio de las emisoras de radio.
Falta de financiación para TVN.
Eliminación del único órgano periodístico del Estado.
Medios masivos que, en vez de informar, desinforman o manipulan.
Modelos productivos ineficientes en todas las emisoras.
Degradación paulatina de las programaciones.
Programación no apta ni para menores ni para mayores.
Espacio excesivo de la publicidad y uso de mujeres y niños como objetos.
Escaso o nulo apoyo, más bien trabas, a los medios comunitarios.
Para llegar a todos no dicen nada a nadie.
Reemplazan la cultura por la farándula, con honrosas excepciones.

12. Campo cultural.

Escaso apoyo a las actividades culturales que no son industria.


Apoyo discriminado a las disciplinas artísticas.
Libros más costosos de toda Latinoamérica.
Escaso apoyo a la industria cinematográfica.
Redución de los presupuestos de cultura.
Los apoyos siguen priorizando Santiago e ignorando las regiones.
Las salas de exhibición, salvo las teatrales, ignoran la producción chilena.
Manifestaciones, supuestamente culturales, alienantes.
La farándula reemplaza gradualmente a las culturas.

13. Campo Educativo.

Proporcionalmente más apoyo a las Universidades privadas que a las Estatales.


Quiebras frecuentes de las Universidades privadas: alumnos abandonados.
CAE, endeudamiento permanente.
Abandono de la enseñanza estatal y priorización de la privada.
Municipalización de las escuelas sin el presupuesto adecuado.
Los docentes son los únicos evaluados y los peor pagados de todos los funcionarios
del estado. (No se evalúa al ejército, o al poder judicial, o a los parlamentarios, o a
los carabineros, etc.).
El conocimiento es tratado como mercancía y no como derecho.
Muchos de los que enseñan no han aprendido a enseñar.
Se forman profesionales de mal nivel, competitivos, eficaces pero no eficientes.
14. Represión.

Cantidad de muertos en “democracia”.


Cantidad de desaparecidos.
Cantidad de torturados.
Cantidad de presos sin juicio.
Maltrato a los ciudadanos por quienes debieran cuidarlos.
Abundantes casos de complicidad entre los represores y los delincuentes.

15. El modelo económico.

Salario mínimo insuficiente y de crecimiento lento.


Pensiones insuficientes.
Alto porcentaje de la población vive endeudada.
Tarifas de agua, luz, gas, medicamentos y peajes con incrementos constantes.
Pese a la reducción de la pobreza, la inequidad es creciente.
Segregación: urbana, educativa y económica.
El 1% de la población captura el 33% de los ingresos. (170.000 personas).
El 0,1% de la población posee el 80% del patrimonio nacional. (17.000 personas).
Evasión de capitales a paraisos fiscales en cantidades muy altas pero desconocidas.
Las autopistas han incrementado sus tarifas un 80% desde su inicio en el 2001/3.
Se privatiza el agua y, en periodos de sequía, el Estado debe comprarla.
El Estado financia la creación de “desiertos verdes”.
Los delitos económicos de grandes dimensiones no son penalizados.

16. Anomalías.

Apoyo firme a Colonia Dignidad.


Lenidad frente al narcotráfico.
Creación, financiada por el estado, de desiertos verdes (plantaciones forestales).
Puesta en marcha improvisada del Transantiago y costo creciente de tarifas.
Farsas (operación huracán) para agredir al pueblo mapuche.
Exportación de materias primas sin dejar valor agregado a nivel local.
Escaso presupuesto para Investigación y Desarrollo.
Carencia de Centros de Investigación idóneos para nuestras necesidades.
Para la población, AFP. Para las fuerzas del orden, el viejo sistema de jubilación (se
jubilan con el salario del último mes y un mes por año trabajado).
Las AFP: estafa programada.
Colusiones: Farmacias, papel confort, pollos, etc.. Dimensión de las penas.
Estafas: La Polar, Penta, etc. Dimensión de las penas.
Poder Judicial conflictivo con el Estado (fallos contra Isapres y DDHH) y el TC, y en su
interior.
Comparación de delitos y condenas para los grandes capitalistas y la población.
Si roba una gallina, 5 años de cárcel; si roba más de 200 millones, curso de ética.
Frases célebres: “Sueldo reguleque. Madruguen para usar la tarifa más barata. Hagan
completadas para reparar el colegio. Llegan muy temprano para conversar.
Estamos en guerra. Los manifestantes son alienígenas. Vamos a tener que disminuir
nuestros privilegios y compartir con los demás”.
La iglesia católica y parte de las protestantes sumidas en el más profundo descrédito.
Muy escasas y oportunas soluciones a los problemas provocados por la sequía.

Y, sin caer en paranoias estalinistas o en el sindrome de las confabulaciones, tenemos


que explicarnos por qué:
Han sido vandalizados: metro, omnibus, mercados, todos necesarios para los
alienígenas. Y también qué líneas fueron más vandalizadas así como el papel de los
dueños o gerentes de los supermercados en los incendios, para poder cobrar los
seguros. Asimismo, la razón por la cual ciertos puntos de vandalismo previsible no
contaban con la mínima vigilancia de las fuerzas del orden.
Sin vandalismo: AFP, Financieras, Bancos, Isapres, etc., por qué? Hay que pensar en
las razones por las que, siendo las organizaciones más vituperadas por la población
en sus manifestaciones, no han sufrido prácticamente ningún ataque vandálico.

17. Algunas propuestas para ser analizadas.

La propuesta fundamental, aunque quizá la que requiera de más tiempo para ser llevada a
cabo, es la reforma de la Constitución.
Cualquier proceso de reforma que se realice deberá cumplir con ciertas condiciones y
satisfacer ciertos requisitos: El proceso debe contar con la participación de la mayor cantidad
de población de base en proporciones adecuadas a sus niveles de capitalización.
Es decir, debe seguir la inversa de la curva Lon para fijar la cantidad de participantes por
segmento económico; más representantes de los que tienen menos;
los grupos de análisis y propuestas que se conformen deben contar con una cantidad de
participantes que asegure que todos ellos tengan la posibilidad de expresarse y de recibir la
información de la que carezcan para fundamentar sus propuestas;
en cada grupo de trabajo debe existir, al menos, un integrante en condiciones de traducir el
lenguaje oscuro y las sutilezas expresivas de la actual constitución a términos inteligibles
para todos los participantes del grupo;
se puede pensar en una pauta mínima, de base, común a todos los grupos, para facilitar los
análisis y discusiones, que pueda ser enriquecida por los mismos;
debe utilizarse la Red para que los grupos puedan intercambiar entre sí los avances,
dificultades y propuestas en la elaboración que realicen.
Creo que la nueva constitución debe, fundamentalmente, pasar de definir una democracia
representativa a otra democracia participativa. Para ello debe incorporar mecanismos como
la consulta ciudadana, referendum o plebiscito, para modificar o eliminar, o introducir, nuevas
leyes a partir de una demanda popular.
Debe fijar los periodos de rotación de autoridades electas en seis años, con una posible
reelección.
Debe incluir, además, auditorias con participación de la población para controlar el buen uso
de los recursos y el cumplimiento de lo ofrecido durante el proceso electoral.
Debe cautelar los excesos de acumulación de capital, evitando los oligopolios o duopolios y
dejando en manos del Estado los monopolios cuando son necesarios.
Creo que la nueva Constitución debe respetar los derechos ancestrales de los pueblos
aborígenes, tanto en la posesión de la tierra y el agua, como del idioma y la cultura.
Claro está que, junto a los derechos deben figurar los deberes. Y el primero debe ser que el
voto sea obligatorio. Y, quizá, en vez de pagarle mil y tantos pesos por cada voto recibido a
los candidatos, se le podrían pagar cinco mil pesos a cada votante, para que tenga como
pagar el transporte y un refresco.
Debe también introducir sistemas legales que multipliquen por cuatro las penas a los delitos
de guante blanco y que los haga imprescriptibles.
Debe incluir un sistema de auditorías al cumplimiento de los deberes de las personas
elegidas en votaciones, agentes de gobierno y elegidas mediante concursos, que aseguren
elevadas penas a aquellos que no cumplen con sus propuestas, para que éstas no sean
espejismos, o manejan en beneficio propio los recursos. Estas penas deben extenderse a
todos aquellos próximos al condenado, para que sean ellos los primeros encargados de velar
por la honestidad de la gestión del auditado.
Debe asegurar un sistema de previsión social con jubilaciones iguales para todos los tipos de
trabajos y que aseguren la posibilidad de una ancianidad digna.
Debe asegurar educación gratuita, en todas sus etapas, asegurando niveles de excelencia.
Debe recuperar para la nación la base de recursos naturales de la minería, nacionalizando
las grandes explotaciones mineras.
Debe avanzar en el procesamiento de todas las materias primas y recursos naturales, para
generar puestos de trabajo y dejar a nivel local el valor agregado de dicho procesamiento.
Debe garantizar a toda la población los elementos básicos de la vida social: trabajo, vivienda,
salud, educación, cultura, respeto por las diferencias, información imparcial, deporte, agua
potable, aire puro, etc..
Dado el nivel de implementación de estas medidas, debe reforzarse la autoridad y el poder
de las municipalidades, las organizaciones del estado más próximas a la ciudadanía,
mediante la transferencia de capacidades y presupuestos acordes a sus necesidades.
Debe declarar un pais pacífico y, en consecuencia, reducir los presupuestos militares a su
mínima expresión. La seguridad internacional debe estar avalada por acuerdos con los
paises vecinos, de no agresión y no ingerencia, supervisados por otros paises no vecinos.
Debe hacer de la prisión como castigo un sistema de reeducación productiva, para no tener
que seguir gastando 700.000 pesos mensuales en mantener a un preso encarcelado. Y que
fué encarcelado, muchas veces, porque no tenía esos setecientos mil pesos para vivir y por
eso robó.

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