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El materialismo dialéctico es una filosofía que se fundamenta en el vínculo que existe entre el conocimiento

y el mundo material objetivo. Sus más grandes precursores fueron Carlos Marx y F. Engels.

El materialismo dialéctico es llamado así porque está estructurado en la unidad biológicadel materialismo y
la dialéctica. Se considera materialista porque se basa en la identificación de la materia como el fundamento
absoluto del mundo, y tomando en cuenta a la conciencia como una pertenencia de la materia sumamente
estructurada, como algo que solo le compete al cerebro, como algo inconsciente del mundo objetivo. Se le
llama dialéctico porque admite el enlace que existe a nivel mundial de los objetos y fenómenos del mundo,
así como los movimientos y progresos de este como consecuencia de las discordancias internas que
intervienen dentro de él.

El materialismo toma en cuenta al ser social no solamente como un objeto contrario al hombre sino también
de manera subjetiva, llevándolo en forma de actividad practico histórico-concreta del ser humano, esta idea de
la práctica le otorgaba una base científica a la hipótesis del conocimiento, a la que el marxismo arribo desde
el punto de vistahistórico social en lugar del enfoque inexacto del materialismo contemplativo, el cual
estimaba la conexión entre los hombres como algo netamente natural.

El materialismo dialéctico se fundamenta en el reconocimiento con primacía de la materia dejando como


parte secundaria a la conciencia y considerando al mundo como una materia en movimiento, igualmente
considera a la conciencia como una actividad de la mente, es decir la conciencia se va a determinar de forma
externa a lo natural y social existente y elaborado en el cerebro.

Materialismo dialéctico
El Materialismo dialéctico es la corriente del materialismo filosófico de acuerdo con los
planteamientos originales de Friedrich Engels y Karl Marxque posteriormente fueron enriquecidos
por Vladimir I. Lenin y después sistematizados por miembros de la Academia de las Ciencias de
la Unión Soviética principalmente.1 Esta corriente filosófica define la materia como el sustrato de
toda realidad, sea concreta o abstracta (pensamientos),1 emancipa la primacía e independencia de
la materia ante la conciencia y lo espiritual, declara la cognoscibilidad del mundo en virtud de su
naturaleza material, y aplica la dialéctica –basada en las leyes dialécticas propuestas por Georg
Wilhelm Friedrich Hegel– para interpretar el mundo, superando así al materialismo mecanicista. El
materialismo dialéctico es uno de los tres componentes –la base filosófica–
del comunismo marxista-leninista.2 Denominado “Diamat”, el materialismo dialéctico fue también la
filosofía oficial de la antigua Unión Soviética.3
El materialismo dialéctico, como sistema filosófico, es opuesto al idealismo filosófico que concibe
al espíritu como el principio de la realidad. Para el materialismo dialéctico las ideas tienen un
origen físico, esto es, lo primero es la materia y la conciencia lo derivado. Como tal, el materialismo
dialéctico se apoya en los datos, resultados y avances de las ciencias y su esencia se mantiene en
correspondencia y vigencia con la tradicional orientación progresista del
pensamiento racional científico.3 Asimismo está opuesto a la corriente filosófica del agnosticismo,
pues declara la cognoscibilidad del mundo en virtud de su materialidad y de su existencia objetiva
en el tiempo y en el espacio. Engels lo manifestó de esta manera: “Las formas fundamentales de
todo ser son el espacio y el tiempo, y un ser concebido fuera del tiempo es tan absurdo como lo
sería un ser concebido fuera del espacio”.4
Engels y Marx sintetizaron su materialismo dialéctico a partir de su demoledora crítica del
materialismo mecánico de Ludwig Feuerbach y a la dialéctica idealista de Hegel. Al materialismo
de Feuerbach lo consideraron como un materialismo influido por corrientes del pensamiento
filosófico metafísico e idealista. Famosas son las 11 tesis sobre Feuerbach de Marx y Engels, en
particular la undécima que reza así: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos
modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.5 De la dialéctica hegeliana Engels
dice que ésta se encontraba cabeza abajo con Hegel y que fue Marx quien la colocó sobre sus
pies. Posteriormente, Engels describió las leyes de la dialéctica en su Anti-Dühring (obra polémica
contra las teorías propugnadas por el filósofo y economista alemán, Karl Eugen Dühring).
Luego en el siglo XX en Rusia, Lenin contribuyó a las ideas materialistas dialécticas al desarrollar
polémicas con sus adversarios, particularmente con filósofos (idealistas) positivistas como el
austriaco Ernst Mach y los rusos Alexander M. Bogdanov y V. Bazarov (nombre real: Vladimir A.
Rudnev), y, por sobre todo, su empiro-monismo. La principal razón de la disputa entre Lenin y
estos filósofos era su afirmación de que el positivismo idealista estaba por encima del debate
filosófico entre idealismo y materialismo. A estos, Lenin les afirmó lo siguiente:
“Materialismo es reconocer los «objetos a sí mismos» o fuera de la mente; las ideas y las
sensaciones son copias o imágenes de éstos objetos. La doctrina opuesta (idealismo) afirma que
los objetos no existen «sin la mente»; los objetos son «combinaciones de sensaciones»”. 6

Índice
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La división entre materialismo dialéctico y materialismo histórico[editar]


El término “materialismo dialéctico” nunca fue usado por Marx o Engels ni definido
sistemáticamente por ninguno de ellos. El término fue introducido por el revolucionario ruso del
siglo XIX, Georgi Plejánov,7 así como la clasificación de materialismo dialéctico y materialismo
histórico. Según Plejánov, en su obra La concepción monista de la historia, el materialismo
dialéctico de Marx y Engels tuvo como preludio la contraposición del materialismo metafísico de
los enciclopedistas (opuestos al idealismo metafísico heredado de la Edad Media) y el idealismo
dialéctico de los filósofos alemanes. Marx y Engels tomaron como base a la crítica materialista
de Feuerbach, y los hegelianos de izquierda al idealismo dialéctico de Hegel. Los desarrollos
posteriores, sobre todo a partir de las Tesis sobre Feuerbach de Marx, resultaron en una visión no-
dualista del mundo que incorporaba una relación dialéctica entre materia y espíritu, siendo la
actividad humana la base de esta interacción.
La introducción de los términos materialismo dialéctico y materialismo histórico se puede interpretar
como un intento de sistematizar los fundamentos filosóficos presentados por Marx y Engels. Lenin
asumió por establecida esta división debido a que Plejanov era considerado el “Padre del
Marxismo” en la Rusia del siglo XIX. En esta división, el materialismo dialéctico fue definido más
tarde por Stalin como la aplicación de las leyes dialécticas a la naturaleza y el materialismo
histórico como la extensión de las mismas a la historia y la sociedad.8 Sin embargo, otros autores
consideran esto como un grueso error, pues consideran que es precisamente a la inversa: Marx
desarrolló en sus trabajos la concepción materialista de la historia (La ideología alemana) como
método de análisis, sin llegar a representarla nunca como un sistema. Fue Engels quien,
posteriormente, intentó construir, partiendo de los métodos utilizados por su compañero en sus
análisis históricos, una ontología marxista, ontología que quedó bautizada como materialismo
dialéctico (y esto sin necesidad de identificar el materialismo dialéctico con la versión consagrada
del Diamat como doctrina oficial de la difunta Unión Soviética).
Por su parte Trotsky, dirigente de la Revolución de Octubre, fundador del Ejército Rojo y más tarde
líder de la Oposición de Izquierda, plantea contra el dogmatismo de la "doctrina oficial" de la Unión
Soviética, que si bien el materialismo dialéctico abarca tanto al materialismo histórico como a
posibles desarrollos en otros campos, como el de las ciencias naturales, ello no significa que haya
una identidad entre ellos, es decir, que la dialéctica funcione en dichos campos de la misma
manera. Trotsky llamará dialéctica objetiva a aquella aplicable a las ciencias naturales y dialéctica
subjetiva a la correspondiente a la acción y conciencia humana. Ambas forman para él una unidad,
siendo una hija de la otra. Postular la autonomía absoluta entre naturaleza y conciencia, significaría
volver a un dualismo kantiano, como el representado en la lógica (que será luego superada por la
dialéctica como forma de pensamiento), o a nuevas versiones historicistas donde en realidad
ambos están contenidos en una conciencia devoradora que le da a ésta un carácter absoluto. Para
Trotsky en cambio, son partes diferenciadas de una unidad que no está dada sólo por una casual
aparición temporal sino porque marcan un desarrollo histórico concreto.9
Marx, Engels y la crítica de la religión[editar]
Artículo principal: Opio del pueblo
Esta es la famosa cita textual de K. Marx en relación a la religión:
“La base de la crítica irreligiosa es ésta: el hombre hace la religión; la religión no hace al hombre.
En otras palabras, la religión es la autoconciencia y la autoidentidad del hombre en tanto que éste
no se ha encontrado a sí mismo o se ha extraviado de nuevo. Pero el hombre no es un ser
abstracto habitando fuera del mundo. El hombre es el mundo humano, el estado, la sociedad. Este
estado, esta sociedad, producen la religión, la cual es una conciencia del mundo invertida porque
estos son un mundo invertido. La religión es la teoría general de este mundo, su compendio
enciclopédico, su lógica en versión popular, su punto espiritual de honor, su entusiasmo, su
sanción moral, su solemne complemento, su base general de consolación y justificación. Es la
realización fantástica del ser humano en tanto que éste no posee realidad verdadera alguna. La
lucha contra la religión es, por lo tanto, indirectamente una lucha contra ese mundo de cuyo aroma
espiritual es la religión.
La miseria religiosa es a un tiempo expresión de la miseria real y protesta contra la miseria real. La
religión es una queja de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, y el alma de
unas condiciones desalmadas. Es el opio del pueblo.
La abolición de la religión como la felicidad ilusoria de los hombres es una demanda para su
felicidad real. El llamado a abandonar sus ilusiones acerca de su condición es un llamado a
abandonar una condición que requiere de ilusiones. La crítica de la religión es, por lo tanto, la
crítica embrionaria de este valle de lágrimas del cual la religión es el halo”.
10

Por su parte, F. Engels dijo de la religión lo siguiente:


“Toda religión, sin embargo, es nada más que un reflejo fantástico en las mentes de los hombres
de esas fuerzas externas que controlan su vida diaria, un reflejo en el que las fuerzas terrestres
asumen la forma de fuerzas sobrenaturales”.
11

Las dos cuestiones básicas de la filosofía[editar]


El pilar filosófico fundamental del materialismo dialéctico es lo que define como “la cuestión básica
en filosofía” que se refiere a la relación entre el mundo material (la realidad) y su independencia
con respecto al ser (la conciencia), lo espiritual. Se establece la relación materia-sobre-conciencia
en la que la materia es primaria y la conciencia es producto del desarrollo ulterior de la materia.
La cuestión básica en filosofía tiene dos aspectos fundamentales. La primera es la cuestión de la
esencia, de la naturaleza del mundo. El segundo aspecto es la cuestión de la cognoscibilidad del
mismo. “El desarrollo de las ciencias destruye definitivamente la creencia idealista de que el mundo
esté basado en lo supernatural, en lo espiritual”.12 De esta manera, el materialismo dialéctico está
necesariamente vinculado y es inseparable del ateísmo científico: “puesto que solamente lo que es
material es perceptible, conocible, nada es conocido de la existencia de Dios”. 13
En La Sagrada Familia o Crítica de la Crítica Crítica, del cual la anterior cita es tomada, Marx y
Engels demuestran que el ateísmo es representativo de las clases progresistas –en particular de la
clase burguesa del siglo XVIII– que debieron luchar contra las concepciones feudales y religiosas
reaccionarias.13
La segunda cuestión filosófica más importante para el materialismo dialéctico es si el mundo está
en constante movimiento, cambio y desarrollo cualitativo y en una interconexión universal, o es un
sistema estático y en moción cíclica sin contradicciones internas ni cambios cualitativos. Aquí entra
la importancia de la dialéctica que es definida como “la ciencia de las leyes generales del
movimiento y desarrollo de la naturaleza, la sociedad humana y el pensamiento”. 14 La segunda
cuestión filosófica lidia especialmente contra el método metafísico –no contra la llamada
metafísica– que interpreta la realidad y los fenómenos del mundo como aislados los unos de los
otros, además de asignarles la cualidad de ser inmutables.

El concepto filosófico de materia[editar]


La definición materialista dialéctica de lo que es materia fue expuesta por Lenin en su
obra Materialismo y empirocriticismo de esta manera:
“Materia es una categoría filosófica que denota la realidad objetiva, la cual es dada al hombre a
través de sus sensaciones, y la cual es copiada, fotografiada y reflejada por nuestras sensaciones,
mientras que existe independientemente de éstas”.6

Las categorías del materialismo dialéctico[editar]


Algunas de las categorías que se manejan son las siguientes:15

1. Esencia y fenómeno: La esencia es el conjunto de propiedades que determinan lo que un


objeto es y lo que no es; el fenómeno es la manifestación de las propiedades externas (lo
que se nos presenta a la vista).
2. Ley
3. Causa y efecto: La causa hace referencia a un fenómeno que da origen a otro fenómeno;
así el efecto es el resultado de la acción de la causa.
4. Necesidad y casualidad: Se presenta como aquello que en condiciones normales debe
ocurrir; la casualidad es aquello que en unas condiciones concretas puede ocurrir o no.
5. Lo histórico y lo lógico
6. Contenido y forma: El contenido son todos los elementos de un objeto dado; la forma es el
modo en que se expresa dicho contenido, de manera interior y exterior.
7. Posibilidad y realidad: La posibilidad es aquello que no existe pero puede llegar a ser; la
realidad de una manera simple, es todo lo que existe.
8. Lo singular, lo universal y lo particular: Lo singular se refiere a lo que es propio de un
objeto y lo distingue de algún otro, se puede pensar en uno mismo como ejemplo ya que
todos somos diferentes entre si. Lo universal se refiere a lo que es común en un grupo de
objetos, en este caso se da el ejemplo del hombre como especie. Finalmente lo particular
hace referencia a una unión existente entre lo singular y lo universal, el ejemplo aquí es
como la característica de una nacionalidad, ya que se presenta como la unión entre la
persona propia y la raza humana.
9. Lo abstracto y lo concreto

Leyes de la dialéctica[editar]
En su Anti-Dühring, Engels expone que las tres leyes fundamentales de la dialéctica:

 Ley de la unidad y lucha de contrarios.


 Ley de los cambios cuantitativos en cualitativos.
 Ley de la negación de la negación.

La teoría del conocimiento materialista dialéctico[editar]


Los fundamentos de la teoría del conocimiento materialista dialéctica fueron formulados por Lenin,
los cuales se resumen en tres asunciones básicas:

1. “Las cosas existen independientemente de nuestra conciencia, independientemente de


nuestras sensaciones, fuera de nosotros (...)
2. No hay definitivamente ninguna diferencia en principio entre el fenómeno y la cosa-en-sí, y
no puede existir tal diferencia. La única diferencia es entre lo que es conocido y lo que
todavía es desconocido (...)
3. En la teoría del conocimiento como en cualquier otra esfera de la ciencia, nosotros
debemos pensar dialécticamente, eso es, no debemos considerar nuestro conocimiento
como terminado, como inalterable, pero debemos determinar cómo el conocimiento
emerge de la ignorancia, cómo el conocimiento incompleto e inexacto se torna completo y
más exacto”.6

La lógica dialéctica[editar]
La Lógica Dialéctica fue concebida por Hegel en su obra Ciencia de la Lógica.16 En vez de eliminar
la contradicción, la convirtió en la clave de su sistema lógico.17 Para Marx y Engels la filosofía
hegeliana tenía un carácter revolucionario,18 que fundaba la lógica dialéctica como lógica del
movimiento, de la evolución, del cambio,17 pero requería ser reelaborada con el enfoque
del materialismo, de manera que consideraron la dialéctica como "la ciencia de las leyes generales
del movimiento, tanto del mundo exterior como del pensamiento humano" y así "la propia dialéctica
del concepto se convertía simplemente en reflejo consciente del movimiento dialéctico del mundo
real".18 Las bases de la lógica dialéctica del marxismo quedaron planteadas en el Anti-Dührin y en
la Dialéctica de la Naturaleza de Engels. Su trabajo fue continuado entre otros por primera vez por
V. I. Lenin en su obra Materialismo y empirocriticismo. El mismo Lenin en 1914, estudió
detenidamente la lógica dialéctica y anotó cuestiones fundamentales sobre la misma, en los
denominados Cuadernos Filosóficos.19 Lenin definió cuatro demandas básicas para su
construcción:

1. Examen de todas las facetas del objeto;


2. Examen del objeto en su “desarrollo y automovimiento” y en sus “múltiples relaciones” con
las demás cosas, la unidad de los contrarios y además la transición19 y la transformación
de una cosa en otra;
3. Una “definición” completa de un objeto debe incluir la experiencia humana entera. La lógica
dialéctica sostiene que “la verdad es siempre concreta, nunca abstracta (...)”,6 el “infinito
proceso de descubrimiento de nuevos aspectos y relaciones”, de continua profundización
del conocimiento;19
4. La Lógica Dialéctica no niega la significancia de la lógica formal en la estructuración del
pensamiento.2017
Una diferencia entre la lógica formal y la lógica dialéctica es que esta última “revela los principios
lógicos de la transición al nuevo conocimiento, estudia la formación y el desarrollo de teorías”. 20
Trabajos sobre la lógica dialéctica marxista han sido realizados, entre otros, por Henri Lefebvre,21
Mao Zedong,22 George Novack17 y Elí de Gortari.23 El filósofo soviético Pavel V. Kopnin desarrolló
esta disciplina, con su obra Lógica Dialéctica.24

Lenin y su obra “Materialismo y Empiriocriticismo”


(Aproximación a su hermenéutica analógica discursiva)
Dr. Sc. Rigoberto Pupo Pupo
“Materialismo y empiriocriticismo”.
Notas críticas sobre una filosofía
reaccionaria[1] (1908), constituye una
de las obras filosóficas más relevantes
de la producción teórica de Vladimir Ilich
Lenin. En ella, además de defender y
dar cuenta del marxismo, como filosofía
revolucionaria de la praxis, pone de
manifiesto un momento esencial de su
evolución filosófica[2], así como la razón
- sensibilidad hermenéutica partidista
que guía y encauza su discurso
epistemológico escrutador.

“Toda una serie de escritores que


pretenden ser marxistas – enfatiza
Lenin en el prólogo a la primera edición
Vladimir Ilich Lenin de esta obra - han emprendido este año
en nuestro país una verdadera campaña
contra la filosofía del marxismo, “(…)
nuestros valientes paladines , quienes
se remiten orgullosamente a la “teoría
contemporánea del conocimiento”, a la
“filosofía contemporánea” (o al
“positivismo contemporáneo”), a la
“filosofía de las Ciencias Naturales
Contemporáneas” e incluso a la
“filosofía de las Ciencias Naturales del
siglo XX”, dan por refutado
el materialismo. Apoyándose en todas
estas supuestamente novísimas
doctrinas, nuestros destructores del
materialismo dialéctico llegan
intrépidamente hasta el fideísmo neto
(…) De hecho, abjuración completa del
materialismo dialéctico, es decir, del
marxismo. De palabra, subterfugios sin
fin, intentos de eludir el fondo de la
cuestión, de encubrir su apostasía y
colocar en el lugar del materialismo en
general a uno cualquiera de los
materialistas, negativa rotunda a hacer
un análisis directo de las innumerables

declaraciones materialistas de Marx y Engels. Es una verdadera “rebelión de rodillas»,


según la justa expresión de un marxista Es el revisionismo filosófico típico, pues los
revisionistas son los únicos que han adquirido triste fama por haber abandonado las
concepciones fundamentales del marxismo y mostrarse timoratos o incapaces para, en
forma franca, directa, decidida y clara, «liquidar cuentas» con los puntos de vista
abandonados. Cuando los ortodoxos han tenido que manifestarse contra ciertas
concepciones anticuadas de Marx (como, por ejemplo, Mehring respecto a ciertas tesis
históricas), lo han hecho siempre con tanta precisión y de forma tan detallada, que
nadie ha encontrado jamás en sus trabajos la menor ambigüedad.

Por cierto, en los Ensayos «sobre» la filosofía del marxismo hay una frase que se
parece a la verdad. Esta frase, de Lunacharski, dice: «Nosotros (es decir,
evidentemente, todos los colaboradores de los Ensayos) puede ser que no atinemos,
pero buscamos» (pág. 161). En el libro que ofrezco a la atención del lector intentaré
demostrar con toda amplitud que la primera parte de esta frase contiene una verdad
absoluta y la segunda una verdad relativa. Por el momento me limitaré a hacer notar
que si nuestros filósofos no hablaran en nombre del marxismo, sino en el de algunos
marxistas «que buscan», testimoniarían un mayor respeto a sí mismos y al marxismo.

Por lo que se refiere a mí, también soy, en filosofía, “uno que busca”. En estos apuntes
me he propuesto dar con la causa que ha hecho desbarrar a esas gentes que ofrecen,
bajo el nombre de marxismo, algo increíblemente caótico, confuso y reaccionario”[3].

Sus aprehensiones hermenéuticas[4] materialistas dialécticas continúan


creadoramente la línea marxista: el discurso interpretativo sigue la lógica especial del
objeto especial y las diferencias específicas[5]. No pierde los referentes
ontológicos[6] como hacen los que “revisan” el marxismo con fines ideológicos
destructivos. Es un marxista que busca…, pero con espíritu de partido y aferrado a la
praxis como criterio objetivo de certeza y verdad.

Como el campo de batalla ideológico, metodológico y práctico de los “revisionistas” se


ejerce fundamentalmente desde la epistemología, la obra de Lenin Materialismo y
empiriocriticismo, y sus respectivas interpretaciones textuales, toman un cauce
predominantemente epistemológico, pero con ricas implicaciones filosóficas múltiples
que penetran de modo integrador, prácticamente todos los campos de la filosofía.

La agudeza hermenéutica analógica de sus aprehensiones, dan cuenta que estamos en


presencia de un interpretador de ciencia y con conciencia política de partido, en
defensa de una teoría que representa los intereses de las grandes masas: la filosofía
marxista. Su discurso es analógico, porque no pierde los referentes ontológicos
históricos y culturales reales, y sabe buscar en la historia misma, las raíces
gnoseológicas y cosmovisivas que avalan el discurso “revisionista” de sus
contrincantes. Hay una constante búsqueda de las fuentes que nutren sus “novedosos”
subterfugios: el idealismo subjetivo de Berkeley y Hume, alimentado por la visión
agnóstica kantiana de la incognoscibilidad de la “cosa en sí.” Búsqueda, cuyos
resultados, con excelente síntesis dan conclusión al libro Materialismo y
Empiriocriticismo: “El marxista – escribe Lenin - debe enfocar el empiriocriticismo
desde cuatro puntos de vista.

En primer lugar, y sobre todo, es necesario comparar las bases teóricas de esta
filosofía con las del materialismo dialéctico. Esta comparación, a la cual hemos
dedicado nuestros tres primeros capítulos, demuestra, en toda la serie de cuestiones
referentes a la gnoseología, el carácter reaccionario a carta cabal del empiriocriticismo,
que encubre con nuevos subterfugios, terminajos presuntuosos y sutilezas los viejos
errores del idealismo y del agnosticismo. Sólo por una absoluta ignorancia de lo que es
el materialismo filosófico en general y el método dialéctico de Marx y Engels se puede
uno permitir hablar de la «unión» del empiriocriticismo con el marxismo.

En segundo lugar, es necesario definir el lugar del empirocriticismo como de minúscula


escuelucha de filósofos profesionales entre las otras escuelas filosóficas
contemporáneas. Partiendo de Kant, tanto Mach como Avenarius no han ido hacia el
materialismo, sino en sentido opuesto, hacia Hume y Berkeley. Imaginando que
«depura la experiencia» en general, Avenarius no ha hecho en realidad más, que
depurar el agnosticismo, desembarazándolo del kantismo. Toda la escuela de Mach y
Avenarius, estrechamente unida a una de las escuelas idealistas más reaccionarias, la
de los llamados inmanentistas, tiende, de un modo cada vez más definido, al
idealismo.

En tercer lugar, es preciso tener en cuenta la ligazón indudable del machismo con una
escuela determinada dentro de una de las ramas de las Ciencias Naturales
contemporáneas. La inmensa mayoría de los naturalistas, tanto en general como, en
particular, los de dicha rama especial, a saber: de la Física, se sitúan invariablemente
al lado del materialismo. Una minoría de los nuevos físicos, bajo la influencia del
desquiciamiento de las viejas teorías por los grandes descubrimientos de los últimos
años, bajo la influencia de la crisis de la Física moderna, que tan patentemente ha
hecho resaltar la relatividad de nuestros conocimientos, ha caído, por no conocer la
dialéctica, a través del relativismo en el idealismo. El idealismo físico actualmente en
boga es un capricho tan reaccionario y tan efímero como el idealismo fisiológico que no
hace mucho estaba de moda.

En cuarto lugar, detrás del escolasticismo gnoseológico del empiriocriticismo no se


puede menos de ver la lucha de los partidos en la filosofía, lucha que expresa, en
última instancia, las tendencias y la ideología de las clases enemigas dentro de la
sociedad moderna. La filosofía contemporánea es tan partidista como la filosofía de
hace dos mil años. En realidad, una realidad tapada con nuevos rótulos
doctocharlatanescos o con una mediocre imparcialidad política, los partidos en lucha
son el materialismo y el idealismo. El idealismo no es más que una forma acendrada,
refinada, del fideísmo, que apresta todas sus armas, dispone de muy vastas
organizaciones y sigue influyendo sin cesar en las masas, haciendo que redunde en su
provecho la menor vacilación del pensamiento filosófico. El papel objetivo, de clase, del
empiriocriticismo se reduce por completo a servir a los fideístas en su lucha contra el
materialismo en general y contra el materialismo histórico en particular”[7].

La hermenéutica analógica de Lenin demuestra cómo existen dos líneas esenciales en


filosofía: el materialismo y el idealismo, en dependencia de la relación que se
establezca entre el conocimiento del sujeto y la realidad que conoce: “Las dos líneas
fundamentales de las concepciones filosóficas – enfatiza Lenin - quedan aquí
consignadas con la rectitud, la claridad y la precisión que distinguen a los filósofos
clásicos de los modernos inventores de “nuevos” sistemas. Materialismo es reconocer
la existencia de los “objetos en sí” o fuera de la mente; las ideas y las sensaciones son
copias o reflejos de estos objetos. La doctrina opuesta (el idealismo) afirma que los
objetos no existen “fuera de la mente”; los objetos son “combinaciones de
sensaciones.”[8]

Si ciertamente, en general, todas las hermenéuticas analógicas, en tanto sus


interpretaciones parten de referentes ontológicos, de una forma u otra se dirigen
consciente o inconscientemente al materialismo, pues derivan sus interpretaciones de
los objetos, de las cosas, existen diferencias sustanciales que determinan distintas
versiones que oscilan entre las más radicales (clasista, partidista) y las más
moderadas (que exigen términos medios, mesura interpretativa). Todas las versiones
tratan de esquivar el relativismo que conduce al subjetivismo, el equivocismo en la
aprehensión de la verdad, pero con discurso textuales diferentes mediados por sus
visiones cosmovisivas y epistemológicas.

Para Lenin (materialista dialéctico) lo ideal es expresión – refleja de lo material


mediado por la praxis. Tesis que recorre toda la obra Materialismo y Empiriocriticismo,
con extraordinaria radicalidad, en tanto el escenario contextual lo exige, pues está
sometiendo a crítica una filosofía que no sólo descalifica y denigra injustamente al
marxismo, sino que está influyendo en la intelectualidad y en las grandes masas
(pueblo). De ahí, la excelente síntesis desplegada en sus conclusiones gnoseológicas, a
saber:

1) Existen cosas independientemente de nuestra conciencia, independientemente de


nuestra sensación, fuera de nosotros (…)

2) No existe, ni puede existir absolutamente, ninguna diferencia de principio entre el


fenómeno y la cosa en sí. Existe simplemente diferencia entre lo que es conocido y lo
que aún no es conocido. En cuanto a las invenciones filosóficas acerca de la existencia
de límites especiales entre lo uno y lo otro, acerca de que la cosa en sí está situada en
el “trasmundo” de los fenómenos (Kant), o que se puede levantar una barrera
filosófica entre nosotros y el problema del mundo ignoto aún en tal o cual aspecto,
pero existente fuera de nosotros (Hume), todo eso son meras sandeces (…)

3) En la teoría del conocimiento, como en todos los otros dominios de la ciencia, hay
que razonar con dialéctica, o sea, no suponer jamás que nuestro conocimiento es
acabado e inmutable, sino indagar de qué manera el conocimiento nace de la
ignorancia, de qué manera el conocimiento incompleto e inexacto llega a ser más
completo y más exacto.”[9]

Se trata de una hermenéutica dialéctica analógica, que continuando al Marxismo, sigue


la lógica especial del objeto especial, las diferencias específicas, sin obviar el contexto
en sus determinaciones y condicionamientos (mediaciones varias), particularmente las
bases gnoseológicas y clasistas en que se funda la filosofía empiriocriticista y otras de
sus versiones idealizantes. No se niega el abordaje subjetivo de la realidad, que es lo
que precisamente hace Lenin, pero desde las posiciones del marxismo. Se opone
rotundamente y sin ambages al subjetivismo machista, en tanto desvirtúa la realidad
interpretada. En fin, exige partir de los referentes ontológicos con sentido dialéctico,
sin olvidar la historia y la cultura.

Naturalmente, ya anunciamos que existen otras visiones hermenéuticas analógicas


contemporáneas, en oposición al sesgo relativista (subjetivista) que han tomado
algunas tendencias filosóficas contemporáneas, particularmente la línea desarrollada
por el filósofo mexicano Mauricio Beuchot. Según Beuchot, “(…) si con Peirce decimos
que el acto interpretativo consta de un signo, un objeto y un interpretante (no
exactamente el intérprete, sino algo que ocurre en él), tenemos que aceptar que lo
que se presenta al intérprete primero tiene carácter de objeto y después de signo;
pero es un objeto diferenciado, sólo en una reflexión posterior será real o ideal. Eso lo
determinará el interpretante, en una especie de ontohermenéutica, que despliega la
virtualidad ontológica de la interpretación misma.

El interpretante y el objeto parecen coincidir con lo que Frege denominaba sentido y


referencia. El sentido, que es lo que captamos con la mente al conocer una expresión,
conduce a la referencia, que es la realidad representada[10]. Dado su carácter de
mediador, es inevitable que el sentido nos conduzca a la pregunta por la referencia; y
eso nos conduce ya a la pregunta ontológica.

Y, ya que el signo es también un objeto, el texto nos remitirá a su carácter ontológico,


de objeto, de ser. El signo como objeto nos remite al signo como signo, pero el signo
como signo vuelve a remitirnos al signo como objeto, y allí la pregunta ontológica se
vuelve ineludible[11]. Sólo entendiendo al signo como objeto podremos entenderlo
como signo, y eso nos lanza a la ontología, a la metafísica. La hermenéutica nos
conduce a la ontología o metafísica, y a una hermenéutica analógica sólo puede
acompañarla y fundamentarla una ontología o metafísica analógica también. La
analogía nos hace llegar a la metafísica, porque nos hace abordar no sólo el sentido de
un signo, o el sentido de un texto, sino también el sentido del ser”[12].

Independientemente que no se aborde con énfasis la sensación y la aprehensión del


objeto mismo como reflejo, copia, etc., se ubica como referente ontológico.
Naturalmente, hay diferencias hermenéuticas discursivas. “No cabe duda de que la
imagen nunca puede igualar enteramente al modelo; pero una cosa es la imagen y
otra el símbolo, el signo convencional. La imagen supone necesariamente e
inevitablemente la realidad objetiva de lo que “se refleja.”[13]

La razones de Lenin en la crítica concreta que hace al idealismo simbólico de Helmholtz


tiene razón, pero al mismo tiempo, Beuchot no niega el papel de la imagen. Todo lo
contrario, lo defiende, pero sin absolutizaciones. “La hermenéutica que yo propongo
es, como he dicho, además de analógica, icónica. Esto significa que se vincula con
aquel tipo de signo que algunos llaman icono y otros símbolo. Icono le llama Charles
Sanders Peirce y es la acepción que le doy aquí. El icono abarca otros tres tipos de
signo: imagen, diagrama y metáfora[14]. Es la analogía, que abarca lo que se acerca a
la univocidad, como la imagen, lo que oscila entre la univocidad y la equivocidad, como
el diagrama, y lo que se acerca a la equivocidad, como la metáfora, pero sin caer en
dicha equivocidad. Con eso, la iconicidada-analogicidad permite encontrar la
discursividad cercana a lo unívoco donde ésta se requiere, de manera axiomática o
casi, y obliga a un tipo de significatividad de tipo apegado al modelo, como la que tiene
la imagen icónica, aunque no sea mera copia. Permite además una interpretación que
no se queda en la estructura discursiva aparente o superficial de un texto, sino que
avanza a su estructura profunda, por la semejanza de relaciones, como en el
diagrama, y no sólo con el modelo de la imagen, que, en su modalidad excesiva de
copia[15], fue el que privilegió el positivismo”[16]. Naturalmente, no es el caso de
Lenin, independientemente que en esta etapa de su evolución estuviera también bajo
la influencia de Feuerbach[17], pero conocía las Tesis sobre Feuerbach de Marx, y por
supuesto, su materialismo es dialéctico. El vínculo entre lo material y lo ideal lo
concibe como un proceso dialéctico, mediado por la praxis, siguiendo el espíritu del
marxismo.

Sin embargo, en los Cuadernos Filosóficos sus ideas al respecto se profundizan, en la


medida que siguiendo el marxismo creador realiza un estudio minucioso de la Ciencia
de la Lógica de Hegel. En este momento, en el discernimiento de Lenin, la conciencia
no sólo “refleja” el mundo, sino que lo crea, mediada por la práctica para satisfacer
sus necesidades crecientes. No se trata de otro Lenin, sino de la continuidad filosófica
de Materialismo y Empiriocriticismo, donde asume con más detenimiento la
subjetividad humana para imprimir nuevas cualidades a su hermenéutica analógica, y
con ello, al discurso filosófico en que se encauza la interpretación. La necesidad de
abordar la realidad subjetivamente, en la praxis (Tesis sobre Feuerbach) y su visión de
la conciencia como ser consciente, y el ser de los hombres como producto de su vida
real y práctica (La Ideología Alemana de Marx y Engels, que no conoció Lenin, pues se
publicó después de su muerte) están presentes en todo su quehacer filosófico, político,
y cultural.

Materialismo y Empiriocriticismo hizo mucho en su contexto, en su momento, pero dijo


más…Por eso su hermenéutica sigue trascendiendo. Los problemas epistemológicos y
filosóficos planteados ante Lenin, tres años después de la revolución rusa de 1905, la
lucha ideológica a que se enfrentaba, el desarrollo y crisis de paradigmas en las
ciencias, y otras determinaciones socioculturales, en los momentos actuales de una
forma u otra se repiten y despliegan con fuerza. Y en otro contexto, en pleno siglo XXI,
la hermenéutica analógica marxista y no marxista, con sentido realista y práctico,
también toma conciencia de los problemas que acarrean las posiciones subjetivistas y
objetivistas, así como la forma de garantizar la analogía interpretativa con la realidad.

En esta dirección cobra destacado relieve la hermenéutica analógica icónica


desarrollada por Mauricio Beuchot. “La hermenéutica analógica – escribe el filósofo
mexicano- puede servir, entre otras cosas, para analizar comprensiva y críticamente
algunos temas de la filosofía de la postmodernidad, en la cual la hermenéutica ha
llegado a tener un lugar preponderante .La postmodernidad ha hecho tomar muy en
cuenta temas tales como la crisis de la epistemología, el rechazo del humanismo, el
predominio de la técnica y la comunicación, la precariedad de la ontología y la muerte
del sujeto, así como el retorno de la religión y de la mística. Es preciso no simplificar
demasiado las distintas corrientes y pensadores; además, hay que atender a las
lecciones positivas y a las aportaciones aprovechables que da el pensamiento
postmoderno; pero es necesario hacer, sobre todo, una crítica de varias
inconsistencias y hasta frivolidades de sus propuestas.

Para ello se deben examinar, dentro de su marco o contexto, las líneas principales de
la postmodernidad con algunos de sus representantes más connotados. Asimismo,
hablar del imperio de la hermenéutica, principalmente con Foucault, Derrida y Vattimo.
Examinar la crisis postmoderna de la epistemología, y tratar de hacer una propuesta:
la hermenéutica analógica como alternativa de solución. Igual atención reclaman el
neoconservadurismo y la antropología filosófica de la época tecnológica. Abordar un
punto específico y muy importante de la época tecnológica: la cultura de la
comunicación en esa postmodernidad llamada neoconservadora. Pero también atender
a fenómenos un tanto sorprendentes, como el neoaristotelismo y el
comunitarismo postmodernos”[18].

Hay una intención bien relevante que nos recuerda la lucha teórica y práctica de Lenin
contra el idealismo subjetivo relativista y nihilista del empiriocriticismo y otras
manifestaciones cercanas que niegan la objetividad de la realidad que sirve de
fundamento al conocimiento y al saber en general.

“Se impone, pues, el acceso a un modelo analógico de la hermenéutica, pues la


hermenéutica ha oscilado entre la univocidad del cientificismo moderno y la
equivocidad del relativismo postmoderno. Le hace falta una dimensión analógica,
abierta a considerar varias propuestas de verdad interpretativa, de interpretaciones
válidas, pero dentro de ciertos límites que se pueden precisar de manera suficiente. De
esta forma se evitará tanto el univocismo de una sola interpretación verdadera como el
equivocismo de todas o por lo menos demasiadas interpretaciones como válidas y
complementarias, a pesar de que estamos viendo su palpable confrontación y
conflicto[19]. Todo ello, me parece, serán cosas provechosas que podrá darnos un
modelo analógico de la hermenéutica, como respuesta al reto de los tiempos más
recientes, tanto en contra del univocismo (objetivismo)[20] que caracterizó a la
modernidad como en contra del equivocismo (subjetivismo)[21] que se manifiesta en
el relativismo postmoderno.”[22]

La hermenéutica de Mauricio Beuchot, sorprendida ante el cauce subjetivista u


objetivista que ha tomado la filosofía contemporánea, reacciona[23]. Propone un
modelo analógico icónico asido a la realidad (ontología), capaz de frenar
principalmente al relativismo interpretativo conducente al escepticismo[24] y otras
consecuencias nefastas de orden epistemológico. “No creo que sea válido, enfatiza
Beuchot, el escepticismo de algunos que ya no aceptan nada como objetivo, y hacen
toda interpretación completamente relativa a la subjetividad del intérprete. Hay que
luchar por la objetividad para la hermenéutica, a pesar de que haya que reconocer la
injerencia de la subjetividad. Ciertamente no se puede obtener una lectura de un texto
completamente unívoca y como una copia de la que originalmente quiso el autor; pero
ello no autoriza para caer en una lectura completamente equívoca y desdibujada. Algo
se puede alcanzar, a saber, una lectura intermedia, que no carezca de objetividad,
pero que tampoco tenga pretensiones desmedidas. Ahora que muchos, en las ciencias
humanas, renuncian a la objetividad y se entregan a la lectura subjetiva[25],
desentendida y despreocupada, yo quisiera defender aún la objetividad, aunque sea de
una manera moderada. Una defensa módica pero suficiente.”[26]

La hermenéutica de Lenin, fundada en una posición de partido, al margen del


academicismo, no puede ser moderada, módica y de extrema tolerancia. Es una
hermenéutica analógica radical, cuya crítica va a las raíces, porque en el acto mismo
del conocimiento interpretativo y de la comprensión está en juego la existencia misma
de un ideal, de una utopía realista en función de los intereses de las grandes masas.
Naturalmente esto no descalifica el discurso analógico de Beuchot. Todo lo contrario, si
se opone al objetivismo y al subjetivismo, bienvenido sea. Pero se trata de una
oposición contextuada y mediada por un sinnúmero de características que la
cualifican como tal, y la diferencia radicalmente de una hermenéutica de partido,
comprometida con el destino de un proyecto emancipador.

En Lenin, se trata de la oposición de la hermenéutica analógica dialéctico – materialista


a la hermenéutica idealista subjetivista y relativista que servía de fundamento al
proyecto político reaccionario y contrarrevolucionario de los enemigos del proletariado.
Es una hermenéutica que sin abandonar a la ciencia, está en función de un proyecto
político, y por lo mismo deviene política de la táctica del momento actual (contextual)
en defensa de principios e ideas. Por eso no cabe la mesura, la moderación. Es una
lucha de ideas, donde se está defendiendo la filosofía marxista y la existencia misma. Y
la hermenéutica, ya en función de un programa científico de lucha, implica nuevas
mediaciones (determinaciones y condicionamientos) en pos de las necesidades e
intereses del momento. Además, Lenin está consciente que los fundamentos de esa
lucha descansan en presupuesto de orden cosmovisivo y epistemológico, con sus
respectivas implicaciones metodológicas y prácticas. “Pero no puede permitirse de
ningún modo- enfatiza Lenin - confundir, como hacen los machistas, la doctrina sobre
esta o la otra estructura de la materia con la categoría gnoseológica, confundir la
cuestión de las nuevas propiedades de los nuevos tipos de la materia (de los
electrones, por ejemplo) con la vieja cuestión de la teoría del conocimiento, con la
cuestión de los orígenes de nuestro conocimiento, de la existencia de la verdad
objetiva, etc. Mach, nos dicen, «ha descubierto los elementos del mundo: lo rojo, lo
verde, lo duro, lo blando, lo sonoro, lo largo, etc. Y nosotros preguntamos: ¿la realidad
objetiva es o no dada al hombre, cuando ve lo rojo, siente lo duro, etc.?

Esta vieja, antiquísima cuestión filosófica ha sido embrollada por Mach. Si no es


dada, cae uno inevitablemente con Mach en el subjetivismo y en el agnosticismo; cae
merecidamente en los brazos de los inmanentistas, es decir, de los Ménshikov de la
filosofía. Si es dada, se precisa un concepto filosófico para esta realidad objetiva, y
este concepto existe desde hace tiempo, hace muchísimo tiempo, este concepto es
precisamente el de materia. La materia es una categoría filosófica para designar la
realidad objetiva, dada al hombre en sus sensaciones, calcada, fotografiada y reflejada
por nuestras sensaciones y existente independientemente de ellas.”[27]

El método dialéctico materialista, con su respectiva asunción de la realidad


subjetivamente, implica una interpretación textual con actitud de sospecha, de sutileza
y penetración. Por eso hay constante remisión a la historia, a la cultura, a las
tradiciones, a los intereses que median las distintas visiones del problema. Todo un
diálogo que fusiona e integra horizontes en búsqueda de la verdad, y su terrenalidad,
en la praxis.

La hermenéutica de Lenin no es univocista (objetivista) como a veces se le intenta


atribuir, independientemente que en su diálogo crítico hay momentos que puedan dar
esa impresión. No se puede olvidar que la crítica se enfila contra el subjetivismo, y en
tal acto, hay que darle prioridad al momento objetivo. Pero su propio discurso,
afincado en la praxis, vincula en unidad dialéctica lo objetivo y lo subjetivo, lo absoluto
y lo relativo, y otras dicotomías abstractas, propias de la racionalidad moderna. Lo
que se concreta en la asunción de la relación materia – conciencia, al mostrar el
carácter relativo de su oposición. Tesis que será ampliada y enriquecida en sus
Cuadernos filosóficos.

Es indudable el valor teórico, metodológico y práctico de la obra de Lenin


“Materialismo y Empiriocriticismo”. A un centenario de su nacimiento, continúa
trascendiendo y alumbrando caminos. No importa que hayan cambiado los escenarios
y contextos. Los nuevos desarrollos de la ciencia, la filosofía y la praxis, si ciertamente
conducen a nuevas miradas, los fundamentos esenciales en que se funda la obra
tienen plena vigencia y actualidad. Y sobre todo su hermenéutica crítica comprometida
con el destino del hombre en cuerpo y alma, deviene paradigma encauzador de nuevos
horizontes, en tiempos que claman por grandes ideas para construir un mundo mejor.

Notas:

[1] Lenin escribió el libro Materialismo y empirocriticismo en el período de la historia


de Rusia en que la autocracia zarista, luego de aplastar la revolución de los años 1905-
1907, implantó en el país un atroz terrorismo policíaco y en que la reacción se desbocó
en todas las esferas de la vida de la sociedad. «Abatimiento, desmoralización,
escisiones, dispersión, apostasías, pornografía en vez de política. Reforzamiento de la
tendencia al idealismo filosófico, misticismo como disfraz de un estado de espíritu
contrarrevolucionario». Así caracterizó Lenin la situación en el país después de la
derrota de la primera revolución rusa (Obras, 4a ed. en ruso, t. 31, pág. 11). La
justificación ideológica de la contrarrevolución y el resurgimiento del misticismo
religioso imprimieron su huella en la ciencia, en la literatura y en el arte. En la filosofía
predominaban las formas de idealismo más reaccionarias, que negaban la regularidad
del desarrollo de la naturaleza y la sociedad y la posibilidad de conocer las leyes
objetivas que lo regulan. (Nota de la editorial, en Lenin, V. I. Materialismo y
empiriocriticismo. Editorial Progreso, Moscú ,S/f. p. 5)

[2]Posteriormente, como es lógico, las concepciones filosóficas marxistas de Lenin


sobre la dialéctica se profundizaron. Esto se pone de manifiesto en los Cuadernos
filosóficos, entre otros trabajos que expresan mayor sistematización y complejidad de
sus aprehensiones.

[3] Lenin. V. I. Prólogo a Materialismo y Empiriocritismo. Editorial Progreso, Moscú,


S/F, pp. 15 – 16.

[4] En el acto hermenéutico hay un texto, un autor y un intérprete. El texto puede ser
de varias clases: escrito, hablado y actuado (o plasmado en otros materiales, y aun se
ha tomado como texto el puramente pensado). Precisamente la sutileza interpretativa
o hermenéutica consiste en captar la intencionalidad significativa del autor, a pesar de
la injerencia de la intencionalidad del intérprete. El intérprete pone en juego un
proceso que comienza con la pregunta interpretativa frente al texto; sigue con el juicio
interpretativo del intérprete, juicio que suele ser primero hipotético y luego categórico;
y se pasa de hipotético a categórico mediante una argumentación que sigue una
inferencia hipotético-deductiva, o retroductiva, o abductiva. En todo caso, la
argumentación interpretativa sirve para convencer a los otros miembros de la
comunidad o tradición hermenéutica acerca de la interpretación que se ha hecho.
Beuchot, M. Perfiles de la hermenéutica. En del propio autor “Tratado de hermenéutica
analógica UNAM, México, 1997, p. 16

[5] El discernimiento aprehensivo del discurso hermenéutico analógico e icónico


comprometido y concreto, sin minusvalorar el valor creativo del lenguaje, no hace del
mismo centro especulativo, frente a la mediación dialéctica del concepto, que se
engendra en la propia historia de la realidad asumida por el ser humano, como acto
práctico y teórico a la vez, y donde confluyen muchas aristas interpretativas,
necesarias para captar la esencia del texto, y sobre todo, al hombre mismo, en su
toma de decisiones responsables. Es una hermenéutica analógica icónica del sujeto,
que no separa la riqueza expresiva del lenguaje literario, del compromiso social, es
decir, el oficio de la misión del hombre.

[6] Debido a la crisis de fundamentos que se alega en la filosofía reciente, se ha


pensado que la hermenéutica no puede tener fundamentación en la ontología. O se le
da sólo una fundamentación ontológica muy débil, por considerar que la ontología ha
sido afectada por el sesgo hermenéutico que ha tenido en la actualidad. Esto se ve en
la ontología hermenéutica que plantea Gadamer, y en la ontología débil que para ella
propone Vattimo. En todo caso, es un proceso de desontologización de la
hermenéutica. Ciertamente la hermeneutización de la ontología ha sido muy benéfica
para esta última, pues le ha restado pretensiones; pero ello no autoriza para llegar a la
desontologización de la hermenéutica misma. Por eso se impone una reontologización
de la hermenéutica” (ibídem, p. 1)

[7] Lenin, V. I.. Materialismo y Empiriocriticismo. Editorial Progreso, Moscú, S/F pp.
372 – 373.

[8] Ibídem, p.21.

[9] Ibídem, p. 102.


[10] Nótese la coincidencia con Lenin, cuando éste critica a la teoría de los símbolos.

[11]Estas aserciones de Beuchot, sirven al mismo tiempo para refutar la teoría


idealista subjetiva de los símbolos o jeroglíficos de Helmholtz, que con tanta razón
criticó Lenin en Materialismo y Empiriocriticismo. Ver Lenin, V. I. Materialismo y
Empiriocriticismo. Editorial Progreso, Moscú, S/F, pp. 241 – 248.

[12] Perfiles de la hermenéutica. Resumen del texto publicado originalmente


en: Mauricio Beuchot. Tratado de hermenéutica analógica, México: UNAM,
1997. Esta edición digital, 20 de noviembre de 2000, pp. 3 – 4.

[13] Lenin, V. I. Materialismo y Empiriocriticismo. Editorial Progreso, Moscú, S/F, pp.


244 – 245..

[14] El subrayado es mío. R. P.

[15] El subrayado es mío. R. P.

[16]Perfiles de la hermenéutica. Resumen del texto publicado originalmente


en: Mauricio Beuchot. Tratado de hermenéutica analógica, México: UNAM,
1997. Esta edición digital, 20 de noviembre de 2000, pp. 5- 6.

[17] Nótese las diferencias existentes en los Cuadernos filosóficos.

[18] Ibídem, p. 7.

[19] “Pero la empresa no es larga, es equilibrada, proporcional, analógica, porque se


debe llegar (en la línea de las tesis de Marx sobre Feuerbach) a la interpretación
(transformadora) de nuestras instituciones fundamentales” (Beuchot, M. Hermenéutica
y sociedad en Gianni Vattimo. Http:// serbal.pntec.mec.es/ A Parte Rei)

[20] El sinónimo entre paréntesis es mío. R. P.

[21] El sinónimo entre paréntesis es mío. R. P.

[22] Perfiles de la hermenéutica. Resumen del texto publicado originalmente


en: Mauricio Beuchot. Tratado de hermenéutica analógica, México: UNAM,
1997. Esta edición digital, 20 de noviembre de 2000, p. 10.

[23] “Crisis de la razón. Crisis de sentido y de valores. Así se ha marcado nuestro


tiempo, ahora designado como crisis postmoderna. øCómo sacar lección y moraleja de
esta postmodernidad, sin incurrir en el relativismo que muchos de sus seguidores
exhiben? øCómo evadir la cerrazón del positivismo sin caer en el desorden anárquico
de muchos epistemólogos nuevos? Esta preocupación ha deparado el surgimiento de la
hermenéutica analógica æ expuesta detalladamente en mis trabajos Posmodernidad,
hermenéutica y analogía (1996); Tratado de hermenéutica analógica (1997); y Perfiles
esenciales de la hermenéutica (1998)æ , que trata de ponerse en el límite entre el
univocismo positivista y el equivocismo relativista. Esa hermenéutica (aunque igual
podría ser una pragmática) quiere ser una respuesta a la crisis en la que nos
debatimos hoy en día, sobre todo en las ciencias humanas” (Beuchot, Mauricio,
Hermenéutica analógica y crisis de la modernidad< [Publicado originalmente
en Universidad de México (Revista de la UNAM), 567-568 (abril-mayo, 1998): 13.
Edición de Nora María Matamoros Franco]
http://ensayo.rom.uga.edu/antologia/XXA/beuchot/beuchot2.htm).

[24] “La hermenéutica analógica es, primeramente, un intento de ampliar el margen


de las interpretaciones sin perder los límites; de abrir la verdad textual, esto es, la de
las posibles lecturas de un texto, sin que se pierda la posibilidad de que haya una
jerarquía de acercamientos a una verdad delimitada o delimitable. Es un intento de
respuesta a esa tensión que se vive ahora entre la hermenéutica de tendencia
univocista, propia de la línea positivista, y la hermenéutica equivocista de línea
relativista, ahora postmoderna. La tendencia univocista, representada por muchas
actitudes cientificistas, se ha mostrado en intentos de un lenguaje perfecto, de una
ciencia unificada, etc. Todo ello se ha puesto en grave crisis; brota, pues, la necesidad
de revisarlo y de mitigarlo. Dentro de la misma filosofía analítica se ha visto esa
matización, en pensadores como Chisholm, Putnam y otros. Pero dentro de esa misma
corriente de pensamiento ha habido reacciones excesivas, como la de Davidson y, más
claramente, Rorty, quien ha renegado de la epistemología analítica, y ha caído en un
escepticismo que se me antoja muy grave.

Como introyección de esa crisis, pero por otros caminos distintos, el pensamiento
postmoderno ha llegado a un escepticismo parecido, y a veces más grande, ya en
franco camino del nihilismo. Eso ha provocado que se sienta un clima de desengaño de
la filosofía. Esto se puede encontrar en la tensión que señala el filósofo cubano-
estadounidense Ernesto Sosa entre lo que él llama la filosofía risueña y la filosofía en
serio”. Ibídem, p. 1)

[25] Por supuesto, debía decir subjetivista, pues toda lectura, en tanto realizada por
un sujeto, es subjetiva. No se pueden identificar ambos términos. Una cosa es lo
subjetivo, y otra, su hiperbolización, la absolutización de lo subjetivo, es decir, el
subjetivismo.

[26] Perfiles de la hermenéutica. Resumen del texto publicado originalmente


en: Mauricio Beuchot. Tratado de hermenéutica analógica, México: UNAM, 1997. Esta
edición digital, 20 de noviembre de 2000, pp. 3- 4.

[27] Lenin, V. I. Materialismo y Empiriocriticismo. Editorial Progreso, Moscú, S/F, pp.


130 – 131.

Lenin
Para otros usos de este término, véase Lenin (desambiguación).

Lenin
Ле́нин
Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo de la Unión
Soviética

30 de diciembre de 1922-21 de enero de 1924

Predecesor Cargo creado

Sucesor Alekséi Rýkov

Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo de la RSFS de


Rusia

8 de noviembre de 1917-21 de enero de 1924

Predecesor Aleksandr Kérenski (como Presidente del


Gobierno Provisional)
Sucesor Alekséi Rýkov

Líder informal del Partido Comunista Ruso

17 de noviembre de 1903-21 de enero de 1924

Sucesor Iósif Stalin (como Secretario General)

Información personal

Nombre de
Владимир Ильич Ульянов
nacimiento

Nacimiento 10 de abriljul./ 22 de abril de 1870greg.


Uliánovsk, Rusia

Fallecimiento 21 de enero de 1924


Gorki Léninskiye, Rusia

Causa de
Infarto agudo de miocardio
muerte

Lugar de
Mausoleo de Lenin
sepultura

Residencia Podolsk, San Petersburgo y Moscú

Nacionalidad Rusa, República Socialista Federativa Soviética


de Rusia y soviética

Religión Ninguna (ateo)

Partido POSDR (1898-1903)


político POSDR (b) (1903-1918)
PCR (b) (1918-1924)

Familia
Padres Iliá Uliánov
Maria Alexandrovna Ulyanova

Cónyuge Nadezhda Krúpskaya (1898-1924)

Educación

Alma máter Universidad Estatal de Kazán


Universidad Estatal de San Petersburgo

Información profesional

Ocupación Abogado y político

Miembro de Buró Político del Comité Central del Partido


Comunista de la Unión Soviética

Distinciones sin etiquetar

Firma

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Vladímir Ilich Uliánov (en ruso: Владимир Ильич Ульянов, romanización: Vladimir Il'ič
Ul'janov, pronunciación: [vlɐˈdʲimʲɪr ɪˈlʲitɕ ʊˈlʲanəf] (?·i)), alias Lenina (Ле́нин, [ˈlʲenʲɪn]; Simbirsk,
10 de abriljul./ 22 de abril de 1870greg.-Gorki, 21 de enero de 1924), fue un político, revolucionario,
teórico político y comunista ruso. Líder del sector bolchevique del Partido Obrero Socialdemócrata
de Rusia, se convirtió en el principal dirigente de la Revolución de Octubre de 1917. En 1917 fue
nombrado presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo (Sovnarkom), convirtiéndose en el
primer y máximo dirigente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1922.
Políticamente marxista, sus contribuciones al pensamiento marxista reciben el nombre
de leninismo.
Militó desde su juventud en la izquierda política revolucionaria. Durante sus estudios universitarios
fue arrestado y exiliado durante tres años en Siberia. Luego huyó a varios países de Europa
occidental, y llegó a convertirse en un destacado teórico del partido. En 1903 tuvo un papel clave
en el cisma vivido por el POSDR, erigiéndose en líder de la facción bolchevique, en contraposición
a la facción menchevique liderada por Yuli Mártov. Regresó a Rusia durante un breve periodo de
tiempo con motivo de la Revolución de 1905. En 1914, con el estallido de la Primera Guerra
Mundial, empezó a hacer campaña para transformar la guerra en Europa en una revolución de
todo el proletariado.
Fue el principal dirigente bolchevique de la Revolución de Octubre de 1917. Ya en el poder, Lenin
procedió a aplicar distintas reformas que incluían la transferencia al Estado o a los trabajadores
soviéticos del control de propiedades y tierras en manos de la aristocracia, la antigua corona o
terratenientes. Frente a la amenaza de una invasión por parte del Imperio alemán, firmó un tratado
de paz que llevó a la salida de Rusia de la Primera Guerra Mundial. En 1921, el gobierno de Lenin
instauró la Nueva Política Económica, que combinaba elementos socialistas y capitalistas y que
inició el proceso de industrialización y recuperación del país tras la guerra civil rusa, un duro
conflicto que incluyó la participación de diez naciones extranjeras contra el nuevo Estado soviético.
Después de su muerte (1924), el leninismo dio lugar a diversas escuelas de pensamiento, entre las
que se pueden citar el marxismo-leninismo y el trotskismo, de Stalin y Trotski respectivamente, que
lucharon por el poder en la URSS, ambos declarándose seguidores más fieles de Marx y Lenin que
el otro. El comunismo se convirtió en una ideología que contó durante el siglo XX con cientos de
millones de seguidores en todo el mundo y cuyos planteamientos fueron puestos en práctica por
numerosos países, compitiendo por la supremacía global con el sistema capitalista. Lenin continúa
siendo una figura altamente controvertida. Sus detractores lo etiquetan como un dictador cuyo
gobierno fue responsable de múltiples violaciones de los derechos humanos, [Aclaración
requerida]mientras que sus seguidores lo describen como una de las personas que más ha hecho por

la obtención de mejores condiciones laborales y de vida para la clase obrera. Lenin tuvo una
influencia muy significativa dentro del movimiento comunista internacional y es considerado una de
las figuras más destacadas e influyentes, a la vez que controvertidas, del siglo XX.

Índice
[mostrar]

Biografía[editar]
Primeros años[editar]

La familia de Lenin, de izquierda a derecha: Olga, María Aleksándrovna (la madre), María,
Aleksandr, Dmitri, Ilyá Nikoláievich (el padre), Anna y Vladímir (Lenin).

Nacido en Simbirsk, ciudad rusa a orillas del Volga, en 1870, era el cuarto hijo de Ilyá Nikoláievich
Uliánov y María Aleksándrovna Blank.23 Su padre, un liberal4 partidario de
las reformas del zar Alejandro II, era inspector escolar de la provincia,2 cargo relativamente alto en
el escalafón de la burocracia imperial que llevaba aparejado el título de «su excelencia», lo que lo
equiparaba a la pequeña nobleza.3 Su ascenso en el funcionariado estatal lo había llevado a
alcanzar la nobleza5 hereditaria en 1874.4 Nikolái Uliánov, el abuelo paterno de Lenin, hijo a su vez
de un siervo6 de Astrakán,7 era en parte calmuco, pueblo de etnia mongol al que también
pertenecía su esposa Ana.b Su abuelo materno Aleksandr Blank (hijo de Moishe Blank,8 un
comerciante de Volinia y de Ana Ostedt, sueca), era un médico de origen judíoc convertido
al cristianismo, casado con Ana Groschop, de familia luterana alemana.8 Blank se enriqueció, llegó
a ser consejero de Estado y en 1847 se retiró a sus posesiones de Kokúshkino, en Kazán,
hacienda donde Lenin pasó parte de su juventud.9
Su familia era una mezcla de las etnias y tradiciones religiosas que conformaban entonces
el Imperio ruso.105 Tenía ascendencia probablemente5d calmuca por parte de su padre, alemana5 y
sueca por parte de su abuela materna, que además era luterana en tanto que su abuelo materno
era de origen judío. El mismo Vladímir, conocido de pequeño por su diminutivo Volodia,11 fue
bautizado por el rito de la Iglesia ortodoxa rusa. La niñez de Lenin fue convencional, en una familia
feliz y culta, en un ambiente mezcla de pequeños terratenientes por parte de madre y de siervos
ennoblecidos gracias a su esfuerzo por parte de padre.7 Mantuvo una gran cercanía con su familia
durante toda su vida.11 Durante las habituales visitas veraniegas a la hacienda de Kokúshkino, los
niños de la familia se dedicaban a actividades campestres, entre ellas las caminatas, la
observación de la naturaleza y la caza, que Lenin conservó como adulto. 11 Los niños eran buenos
estudiantes y el hermano mayor de Lenin, Aleksandr, brillante en sus estudios, 12 logró ingresar en
la Universidad de San Petersburgo,4 algo poco común ya que Rusia apenas contaba con unos diez
mil estudiantes universitarios.13 Caso extraño en la época, los padres de Lenin educaron en
igualdad a todos sus hijos, independientemente de su sexo.6

Vladímir Ilich Uliánov a los 17 años, en 1887, año en el que acabó sus estudios secundarios e
ingresó brevemente en la universidad para estudiar derecho. Ese mismo año, su hermano
Aleksandr fue ajusticiado por intentar asesinar al zar, muerte que lo afectó profundamente.

En su juventud, en contra de lo que afirman algunas biografías posteriores, Lenin no mostró ningún
interés por la política,14 era todavía religioso y sus estudios se centraban en los clásicos y la
literatura. Fiódor Kérenski, el director del liceo de Simbirsk (y padre de Aleksandr Kérenski, más
adelante primer ministro del Gobierno Provisional derrocado durante la revolución bolchevique)
redactó un informe sobre Uliánov en 1887, su último año en el centro, en el que lo consideraba un
alumno modelo que nunca había causado problemas a las autoridades de la escuela. 1516
Tras la muerte de su padre en enero13 de 1886 a causa de una inesperada hemorragia cerebral,17
el hermano de Vladímir, Aleksandr Uliánov, entró en contacto con un grupo de estudiantes de
la Universidad de San Petersburgoque seguían la tradición revolucionaria populista de la
organización Voluntad del Pueblo (Naródnaya Volia), aunque carecían de relaciones con los restos
de esta.12 Provenientes casi todos de familias de relieve, entre ellos estaba por ejemplo el futuro
dirigente polaco Józef Piłsudski, se deslizaron hacia el terrorismo y planearon atentar13 contra el
zar Alejandro III el 1 de marzo de 1887, sexto aniversario del asesinato de su padre, Alejandro II. El
complot fue descubierto por la policía y sus dirigentes encarcelados en la fortaleza de San Pedro y
San Pablo.13 Aleksandr, que había sido el encargado de diseñar y fabricar las bombas, 12 fue
finalmente ejecutado3 en mayo17 en compañía de otros cuatro dirigentes de la conspiración.18
Había tratado de exculpar al resto de conspiradores, rechazado el arrepentimiento y los intentos de
su madre de salvarlo de la ejecución resultaron inútiles; su muerte fue un duro golpe para la
familia, especialmente para el joven Lenin.13 El ajusticiamiento de Aleksandr coincidió con los
exámenes finales de educación de Lenin, lo que no impidió que los aprobase con notas
sobresalientes.1719
Aunque la muerte de su hermano influyó de manera importante en el desarrollo de sus ideas,13 no
existen indicios de que, como se ha sugerido, ya en esta época sus simpatías se dirigieran a los
revolucionarios marxistas. Al principio sus ideas estaban fuertemente influidas por Nikolái
Chernishevski, que con su novela ¿Qué hacer? (1862) había creado el modelo de héroe
revolucionario ruso que vive solo para su causa;2021 la novela y el personaje del duro revolucionario
Rajmétov sirvieron de modelo a toda una generación de revolucionarios rusos, como Serguéi
Necháyev y los populistas rusos de Voluntad del Pueblo.21 Solo lentamente, y sobre todo después
de su llegada a San Petersburgo en 1893 y su contacto con la obra de Gueorgui Plejánov, se
adhirió sin reservas al marxismo recogiendo su análisis sociológico, aunque característicamente
combinado con el activismo de Voluntad del Pueblo: no era necesario esperar a que se dieran las
«condiciones objetivas» para la revolución, debían también provocarse mediante la acción
política. 22
Inicio de la actividad política[editar]
En el otoño19 de 1887 ingresó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Kazán gracias a su
condición de excelente estudiante y el gran esfuerzo de su director Fiódor Kérenski, ya que el
arresto de su hermano dificultó el ingreso.23 En Kazán Vladímir, siguiendo los pasos de su
hermano, entró en contacto con círculos clandestinos similares. 19 Fue detenido durante las
manifestaciones estudiantiles de diciembre del mismo año y,19 probablemente a causa de los
precedentes familiares, expulsado de la universidad con otros treinta y nueve compañeros. 24 Las
circunstancias exactas de la expulsión se desconocen, pero se sabe que la razón de la expulsión
estuvo relacionada con las protestas universitarias.23
Al día siguiente, dirigió la siguiente carta al rector de la Universidad:
Considerando que no es posible continuar mis estudios en la Universidad en las actuales
condiciones de la vida universitaria, tengo el honor de suplicar humildemente a Su Excelencia que
disponga mi exclusión como estudiante de la Universidad Imperial de Kazán. 25
Se le permitió, sin embargo, continuar sus estudios por correspondencia en la universidad de la
capital del imperio.23 Se instaló en Kokúshkino, cerca de Kazán, bajo vigilancia policial.19 En esta
época, el joven Lenin, intelectualmente brillante,23 conjugó su educación formal como licenciado en
leyes, que acabó con excelentes notas,17 con la informal, en la que se interesó por diversos temas
como voraz19 lector.17 Fue en el verano de 1888 en Kokúshkino, cuando descubrió la literatura
revolucionaria y leyó la influyente novela de Chernishevski, que le influyó principalmente en su
rechazo visceral al conformismo y las concesiones frente al ideal revolucionario. 26
Fotografía policial de V. I. Uliánov, de diciembre de 1895. Lenin fue arrestado junto con el resto de
dirigentes de la recién creada Unión de Lucha para la Emancipación de la Clase Obrera en
diciembre de 1895, poco después de regresar de su primer viaje al extranjero.

Rechazadas por las autoridades sus peticiones de readmisión en la Universidad de Kazán, así
como de cursar estudios en el extranjero o trasladarse a Moscú o San Petersburgo, 27 al final
obtuvo permiso para regresar a Kazán en octubre, donde se ocupó en el estudio de El
capital de Karl Marx, e ingresó en un círculo marxista organizado por Nikolái Yevgráfovich
Fedoséiev.2826 Durante varios años tras su expulsión de la universidad, Lenin pasó gran parte del
tiempo en el campo y solo visitó la ciudad de Kazán.27 En 1889 su madre heredó una hacienda en
Alakáievka, cerca de Samara, en la que trató en vano que su hijo se asentase.27 Lenin no se
adaptó a la vida de pequeño terrateniente.27 En mayo la familia se trasladó a la hacienda cercana
a Samara, lo que libró a Lenin de ser detenido durante el verano como lo fue el resto del círculo
marxista al que pertenecía.28 Durante estos años, el joven Lenin continuó sus lecturas marxistas y
comenzó a estudiar la realidad del imperio siguiendo estas, convenciéndose de que el incipiente
capitalismo sería el principio que acabaría con la autocracia gracias a la transformación social que
ya se estaba produciendo.29
En junio de 1890, y tras varias solicitudes rechazadas, se le autorizó a examinarse como externo
en las asignaturas de Derecho por la Universidad de San Petersburgo y a trasladarse a la capital
para realizar los exámenes; estos se celebraron entre septiembre de 1890 y el otoño de 1891. 2830
Durante sus exámenes de la primavera de 1891, murió repentinamente de tifus su hermana Olga
(9 de mayojul./ 21 de mayogreg.),30 que estudiaba también en la capital y cuidaba de él; tras
acompañar a su madre en el funeral, regresaron juntos a la hacienda campestre durante el
verano.31 La cercanía de Lenin con su familia fue constante; incapaz por su exilio de estar junto a
su madre en su muerte en julio de 1916, una de sus primeras acciones al regresar a Rusia en la
primavera de 1917 fue visitar la tumba de Olga y de su madre.32
En enero de 1892, consiguió su diploma universitario con notas excelentes a pesar de no haber
asistido a clase alguna,28 y comenzó a ejercer como pasante de abogado en Samara, donde llevó
la defensa de campesinos, pero en agosto de 1893 regresó a la capital. 30 En julio de este año, y
tras repetidas solicitudes al Tribunal Comarcal de Samara y al Departamento de Policía, obtuvo la
certificación que le dio derecho a ejercer la abogacía el resto del año, que le fue renovada el año
siguiente. Durante este tiempo escribió, para su lectura en círculos marxistas, algunos textos contra
los populistas (naródniki). Ejerció intermitentemente entre 1893 y 1894 pero, para entonces su
interés por la actividad revolucionaria había desplazado a la abogacía; 333 cuando se hallaba en la
ciudad Lenin se reunía con círculos revolucionarios, cuando regresaba al campo, se entregaba a la
literatura socialista.28

Reunión de la Unión de Lucha para la Emancipación de la Clase Obrera. V. I. Uliánov sentado en


el centro y, a su izquierda, Yuli Mártov (diciembre de 1895).

A finales de 1893, se trasladó a San Petersburgo,34 deteniéndose en el camino en Nizhni


Nóvgorod y en Moscú, donde entró en contacto con diversos grupos marxistas. Pasó a trabajar
para un abogado de la ciudad pero su principal actividad fue la revolucionaria; tras instalarse en
San Petersburgo, entró en contacto con una organización marxista del Instituto Tecnológico,
ambiente en el que pasaría el resto de su vida.35
En 1894 escribió Acerca de la llamada cuestión de los mercados. Convertido en uno de los
principales dirigentes de los círculos socialdemócratas de la ciudad gracias a su energía y
erudición, dedicó los dos años siguientes a mejorar su organización en cooperación con otros
activistas como Mártov.34 En la capital, en febrero de 1894, conoció a su futura esposa, Nadezhda
Krúpskaya, miembro también de los grupos socialistas clandestinos.32 Gracias a ella, Lenin entró
en contacto con trabajadores de la capital, ya que los círculos en los que desarrollaba
originalmente su actividad estaban formados principalmente por intelectuales. 36 Lenin trataba de
aprender37 sobre la vida de los obreros para facilitar su labor de agitación y propaganda
revolucionarias entre el proletariado.36 Su principal actividad era, empero, la literaria, tanto en
escritos dirigidos a estos como a la intelectualidad rusa.37
En 1894 se trasladó a Moscú, donde continuará su relación con los círculos marxistas y obreros, y
seguirá trabajando en el plano teórico en contra de las ideas de los populistas. El ataque a los
populistas ocupa el grueso de su obra en la primera mitad de la década de 1890. 38 Contra ellos
escribe sus obras Quiénes son los «amigos del pueblo» y cómo luchan contra los
socialdemócratas (1894)39 —polémica contra los socialrevolucionarios y en defensa de la
socialdemocracia marxista—39 y El contenido económico del populismo y su crítica en el libro del
señor Struve (1894-1895), escrito junto con otros autores en colaboración con Piotr Struve.40 En
estos años en San Petersburgo, adopta el núcleo de su pensamiento político, que permaneció
fundamentalmente inalterado el resto de su vida.41 Para Lenin, la transformación del imperio en
una sociedad socialista se lograría mediante la actividad del proletariado, cuya misión histórica
consistía en ser la vanguardia del pueblo, acabar con la autocracia e imponer un sistema
democrático que debía asegurar un poder estatal popular que, con el tiempo, transformaría la
sociedad en socialista.41 El motor de estos cambios debía de ser la inspiración en cadena: el
partido debía inspirar en su acción al proletariado que, a su vez, inspiraría al pueblo ruso entero
que, finalmente, inspiraría al mundo en la gran transformación. 41
Entre mayo y septiembre de 1895 realizó su primer viaje al extranjero;4037 su objetivo era entrar en
contacto y a aprender de las grandes figuras de la socialdemocracia europea.42 Visitó primero al
«padre» del marxismo ruso, Gueorgui Plejánov, exiliado en Suiza, y al resto de fundadores
del Grupo para la Emancipación del Trabajo, una de las primeras organizaciones marxistas rusas.42
37 Plejánov lo recomendó a Wilhelm Liebknecht,37 uno de los principales dirigentes

del SPD alemán; más tarde visitó al yerno de Karl Marx, Paul Lafargue, en París, antes de pasar
por Berlín y regresar a Rusia el 19 de septiembre.42
Exilio en Siberia[editar]
A principios de la década de 1890, los marxistas adoptaron una estrategia de agitación de masas
dirigida a la concienciación de los trabajadores mediante la organización de luchas laborales. Tras
el regreso de Lenin de su viaje a Europa occidental, a finales de 1895 Vladímir Uliánov y Yuli
Mártov (autor junto con Arkadi Kremer del opúsculo Acerca de la agitación de ese mismo año)
fundaron la Unión de Lucha para la Emancipación de la Clase Obrera,43 organización que fue
desarticulada casi de inmediato con el arresto de sus dirigentes la noche del 20 de diciembre,
acusados de propaganda socialdemócrata entre los obreros de la capital.4244 Después de más de
un año en prisión, fue desterrado entre 1897 y 1900 a Siberia, aunque se le permitió escoger el
destino por razones de salud y eligió la aldea de Shúshenskoye, en la región de Minusinsk al sur
de Krasnoyarsk.44 Los tres años de exilio, que cumplió íntegramente, resultaron productivos
personal, profesional y políticamente.45 Allí se casó el 10 de juliojul./ 22 de
julio de 1898greg. con Nadezhda Krúpskaya,46 matrimonio necesario para que ella —también
condenada a exilio interior— pudiera acompañarlo y que debió celebrarse por la iglesia.47 También
dedicó este tiempo a redactar su voluminoso trabajo El desarrollo del capitalismo en
Rusia (1899).4844 Para Lenin, la extensión del capitalismo en el imperio destruía la antigua unidad
del campesinado, cada vez más dividido en una mayoría desposeída —un proletariado rural— y
una minoría de campesinos acomodados; ambos, no obstante, estaban interesados en oponerse a
la autocracia y en la consecución de una revolución democrática. 49 Así, el crecimiento del
capitalismo en Rusia estaba creando una oposición cada vez más amplia, en la que a los
campesinos se unía, en un papel de vanguardia, el proletariado urbano. 49
Políticamente, desarrolló su ambicioso plan para unir a las organizaciones clandestinas socialistas
en un solo partido, objetivo que reflejó en ¿Qué hacer? (1902) y en el que sistematizaba las
experiencias de los activistas rusos de los últimos años para tratar de importar el modelo
del SPDalemán (movilización obrera mediante campañas del partido) al represivo ambiente del
absolutismo zarista.50 Este nuevo partido clandestino debía evitar la persecución policial y, a la vez,
mantener sus lazos con el mundo obrero.51 El principal nexo de unión del partido y de los
simpatizantes obreros sería un nuevo periódico de ámbito nacional,51 que además serviría como
instrumento de coordinación de los dispersos grupos socialdemócratas rusos. 52 El proyecto de
partido centralizado propuesto en ¿Qué hacer? contó hasta el Segundo Congreso con el apoyo del
resto de la junta editorial de Iskra, que lo consideraban también una condición necesaria para el
que el proletariado obtuviese un papel preponderante en la futura revolución burguesa. 53
Su principal preocupación ideológica durante el exilio fue el auge del economicismo, corriente
influida por el revisionismo de Eduard Bernstein y la obra de otros teóricos de
la socialdemocracia como Karl Kautsky, que defendía la necesidad de mejorar las condiciones de
los trabajadores dentro del sistema capitalista por medios pacíficos. Estas ideas comenzaron a ser
seguidas en Rusia por marxistas como Ekaterina Kuskova o Piotr Struvey, en parte como reacción
a ello, Lenin y Mártov fundaron en 1900 el periódico Iskra (La Chispa), publicado
en Múnich, Londres y Ginebra, con el objetivo de defender la acción política de un partido
centralizado que, para derribar al régimen zarista, consideraban que no podía seguir las tácticas de
los socialdemócratas alemanes.54 Esta necesidad de disciplina y cohesión la expuso con más
detalle en el ensayo, explícitamente inspirado en Chernyshevski, ¿Qué hacer? (1902).55
Iskra, los economicistas y la organización del nuevo partido socialdemócrata[editar]
Mientras Lenin permanecía en exilio siberiano, el movimiento socialista crecía en Rusia y en marzo
de 1898 se celebraba el Primer congreso del POSDR; la policía detuvo a todos sus participantes y
no logró crear una institución central que coordinase a los diversos grupos, pero estos comenzaron
a sentirse parte de una organización nacional.56 Ansioso por participar en la organización del nuevo
partido, al terminar este en 1899 se reunió con Yuli Mártov y Aleksandr Potrésov y los tres partieron
ilegalmente al exilio en 1900.56 Tras reunirse con los miembros del Grupo para la Emancipación del
Trabajo en Ginebra, los tres se instalaron en Múnich.56 Tras ciertos roces entre los veteranos rusos
de Ginebra y los recién llegados, los seis fundaron el nuevo periódico que Lenin había planeado
durante su exilio: Iskra, que apareció en diciembre.56 La publicación, introducida clandestinamente
en Rusia por diversos canales y con noticias del Imperio, se convirtió en el centro de la actividad de
Lenin, que no solo escribía para el periódico, sino que coordinaba su distribución, recababa
información o encargaba artículos a otros escritores.57 En abril de 1902 y durante un año, se
trasladó a Londres cuando los editores alemanes decidieron dejar de imprimir la publicación, que
consideraban un riesgo.57 El periódico servía además como germen de la unidad del partido,
uniendo los diversos comités rusos a un órgano central —el periódico—, creando a la vez con su
red de distribución la base de una organización de revolucionarios profesionales duchos en las
tácticas de la clandestinidad y facilitando la unidad de programa de los comités.52
Lenin consideraba que los economicistas idealizaban la situación del momento, que consideraba
primitiva y con una organización de aficionados y abogaba por formar una fuerte, con sólida base
teórica, organizada y disciplinada.58 Justificaba su defensa de una organización clandestina de
revolucionarios profesionales por las condiciones autocráticas de Rusia, que no permitían una
agitación abierta.58 En su opinión, los economicistas cedían incorrectamente al nivel primitivo de la
conciencia política de las masas en vez de empujarlas hacia las posiciones revolucionarias. 59 Se
oponía además a admitir a los simpatizantes en la organización —aunque no en el movimiento
general— porque sostenía que esto solo facilitaría la infiltración en ella de la policía zarista. 59
Justificadas en su momento por las condiciones autocráticas de la Rusia zarista, la centralización y
el secreto como características del partido clandestino se perpetuaron una vez que la monarquía
hubo desaparecido y las condiciones cambiaron.60
En abril de 1903, Lenin y Krúpskaya se mudaron con desgana de Londres a Ginebra por solicitud
del resto de editores de Iskra, que deseaban que el grupo residiese en la misma ciudad.61
Oposición en el exterior y la escisión del partido[editar]
Esta concepción de Lenin provocó la importante escisión de 1903 durante el II
Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, celebrado entre Bruselas y Londres en
agosto.61 Frente a las tesis de Mártov, que defendía la necesidad de un partido de masas de base
amplia que incluyese a los simpatizantes, Lenin quería admitir como militantes solo a
revolucionarios profesionales integrados en una dirección centralizada. 62 Aunque la propuesta de
Lenin fue rechazada por veintiocho votos contra veintitrés, la posterior retirada de los cinco
delegados del Bund y de dos economicistas le otorgó a partir de entonces una ligera mayoría en
los siguientes asuntos tratados en el congreso.62 A partir de ese momento se consolidó la división
del partido en dos fracciones, la bolchevique («mayoritaria») fiel a las tesis de Lenin y con
veinticuatro votos en las últimas votaciones del congreso, y la menchevique («minoritaria»), con
veinte.62 Aunque el congreso sirvió para crear por fin unos organismos centrales para el partido y
consensuar un programa y tácticas comunes para los diversos comités que lo formaban, las
inesperadas desavenencias entre los editores de Iskra (en parte rencillas personales y deseos de
obtener puestos en los organismos centrales, pero también desacuerdos tácticos) frustraron la
unificación del partido y dieron lugar a la división (que creció gradualmente) entre bolcheviques y
mencheviques.61 En el congreso y durante un corto periodo posterior, Lenin contó con el apoyo
de Plejánov.62 Ya desde el principio se advirtió que una política tan centralizada y autoritaria corría
el peligro de terminar en una dictadura y, de hecho, lo primero que hizo Lenin fue apartar a los
mencheviques Pável Axelrod, Aleksandr Potrésov y Vera Zasúlich del consejo editorial de Iskra, lo
que también provocó la salida62 de Mártov en solidaridad con ellos.63 Lenin, en una actitud que
repitió posteriormente, rompió relaciones con este, muy estrechas hasta entonces, por sus
diferencias políticas.64 Para Lenin, la obediencia de las organizaciones locales del partido a la
dirección (la «democracia centralista») impedía la descoordinación del partido (el que cada
organización local eligiese qué directivas seguir y cuales no) y la disciplina de los miembros del
partido evitaba el crecimiento de las corrientes revisionistas o economicistas que lo podían apartar
de su objetivo revolucionario.65 En la práctica, era capaz de infringir esta regla de sometimiento a
las decisiones de la dirección del partido —elegida democráticamente— cuando estas favorecían a
sus adversarios políticos, prefiriendo entonces la escisión de sus partidarios a la aceptación de las
posiciones rivales.66 Extremadamente bronco con sus adversarios y despiadado en la defensa de
sus posiciones durante las sesiones, el Lenin del congreso se mostró implacable y maquiavélico
según sus críticos, decidido y defensor de las tácticas correctas según sus seguidores.62 La ruptura
con Mártov y su aceptación de una división del partido pusieron de manifiesto su disposición a
realizar cualquier sacrificio que considerase necesario para lograr sus fines políticos. 67
Extremadamente reacio a ceder ante las posiciones que no compartía y a trabajar bajo la dirección
de otro, prefería mantener un grupo de fieles partidarios aunque este fuese escaso. 3
En mayo de 1903, Lenin regresó a regañadientes a Ginebra donde, sin embargo, volvió a
compaginar el disfrute de la naturaleza con sus actividades periodísticas y de análisis político que
caracterizaron sus años de exilio.68 Escribió una gran cantidad de artículos, dirigidos
principalmente a la intelectualidad y con un estilo poco sutil en su argumentación, a menudo
repetitiva, para las diversas publicaciones en las que participó durante su largo exilio (entre
ellas Iskra, Vperiod o Proletarii).68 El periodo entre la ruptura del partido en el segundo congreso y
su vuelta a Rusia a finales de 1905 se caracterizó por una mezcla de escritura, intrigas
intrapartidistas y momentos de relajación, a menudo en la naturaleza.64 La familia, siempre muy
unida,69 y un cambiante círculo de amigos —modificado según las alianzas políticas del
momento— sostuvieron anímicamente a Lenin durante este periodo de duros 69 enfrentamientos
políticos en el partido.64 Durante estos años, el objetivo principal de Lenin que centró las
desavenencias con sus adversarios —además de las rencillas personales que también
abundaron— fue su temor de que cualquier concesión ideológica a una posición que considerase
errónea podía acabar minando el espíritu revolucionario del partido y convertir a este a la
doctrina revisionista, que rechazaba.69 Lenin fue adoptando paulatinamente una posición cada vez
más radical y minoritaria en la organización.69 Su rechazo a ceder en lo que creía principios
innegociables y correctos le separaba cada vez más del resto de miembros del partido; lo que sus
escasos partidarios veían como decisión y claridad de principios para sus adversarios parecía
dogmatismo e intolerancia.70 Poco a poco, Lenin fue creando el núcleo de un partido centralizado
de adeptos en el que tendría una influencia decisiva.70 Las continuas disputas conllevaron
desagradables consecuencias: enfermedad —que aparecía especialmente en momentos de
tensión—, creciente intolerancia hacia los adversarios y ruptura con antiguos compañeros por
diferencias ideológicas, con las que transigía cada vez menos. 71 Su defensa de la necesidad de un
partido disciplinado apareció en una serie de obras publicadas a finales de 1903 y principios de
1904.71 Si durante el congreso Lenin había sido el dirigente más destacado, a finales de año se
encontraba aislado y en malas relaciones con sus antiguos coeditores de Iskra, de la que había
dimitido.61 En noviembre había roto su anterior alianza con Plejánov —dispuesto a negociar con las
demás corrientes, actitud que él rechazaba—67 y dimitido de Iskra, aunque el mismo mes ingresó
en el comité central del partido.72 Esto, sin embargo, era una victoria menor, ya que los
mencheviques controlaban Iskra, instrumento clave para el dominio del partido.67
Si bien Lenin se hallaba esencialmente aislado del resto de figuras del partido y del socialismo
europeo65 a finales de 1903 y en 1904 —a mediados de este año perdió el control del comité
central, formado principalmente por bolcheviques partidarios del acuerdo con los mencheviques y
opuestos a su intransigencia que el consideraba de principio— y carecía de una publicación en la
que exponer sus ideas,6573 su intransigencia con lo que consideraba oportunismo de sus
adversarios comenzó a atraer a una nueva generación de socialistas que reavivaron la fracción. 74
Una parte notable de los activistas del partido en Rusia seguía viéndolo como su portavoz; 73 la
fracción bolchevique acabó surgiendo de la organización de los partidarios de Lenin en Rusia. 75
Los principales miembros de esta nueva generación eran los cuñados Anatoly
Lunacharsky y Aleksandr Bogdánov quienes, a su vez, sirvieron de contacto con el segundo
escritor ruso más famoso de la época, Máximo Gorki.74 Este se convirtió en un importante sostén
económico para los bolcheviques gracias a sus mecenas.74 Las diferencias entre Lenin y estos
nuevos colaboradores, empero, acabaron convirtiéndose en un enfrentamiento abierto,
especialmente tras la revolución fracasada de 1905.76
Según el propio Axelrod, era el «ídolo» de los activistas rusos del partido.75 Este año, Lenin se
enfrascó de lleno en las disputas intrapartidistas, dejando en un segundo plano a la inminente
revolución rusa.75 Incluso tras el estallido final de la revolución, se concentró principalmente en la
celebración de nuevo congreso que diese el control del partido a los bolcheviques.75 El III
Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, boicoteado por los mencheviques, se
celebró en Londres en abril de 1905 y se centró en la conveniencia de una insurrección armada en
Rusia.75
Características personales y políticas[editar]

Pintura de Lenin frente al Instituto Smolny por Isaak Brodsky

Extremadamente activo y original intelectualmente,77 Lenin mostró una combinación de gran


capacidad para analizar ciertos aspectos de una cuestión con una incapacidad para aprehender la
situación global,78 una rigidez dogmática que, unida a la seguridad en sí mismo,77 dio lugar a un
estilo polémico de trato con aquellos que disentían de sus opiniones.79 Su relación con aquellos
que lo rodeaban se tornó además pragmática: según sus críticos, Lenin se acercaba a aquellos
que le eran útiles para sus fines políticos; para sus seguidores, era parte de un sentimiento
mesiánico que admiraban,80 parte de la rectitud de sus convicciones que podía llevar a alejarlo de
aquellos que consideraba equivocados a pesar de su anterior cercanía.81 El extremismo de sus
posiciones, la ferocidad77 con sus adversarios y su intransigencia con las disensiones polarizaban
las reacciones hacia él: o de rechazo total o de cuasiadoración. 82 Toleraba mal la oposición, que
solía considerar no solo equivocada, sino a menudo malévola.77
Durante toda su carrera, mezcla de estudioso dado a la polémica y de político radical entregado a
su ideal revolucionario, tuvo el apoyo de un estrecho círculo familiar (especialmente el de su madre
y sus hermanas, además de su esposa) y de amigos.77 Si durante sus largos exilios la parte
intelectual dominó sobre los cortos periodos de política activa en congresos y reuniones —
seguidos a menudo por temporadas de descanso y ejercicio—,77 tras la toma del poder el equilibrio
se invirtió definitivamente hasta su incapacitación paulatina a partir de 1921. 83
La revolución de 1905[editar]
Los partidos socialistas tuvieron poca influencia en el desencadenamiento de la revolución de
1905, eran todavía muy débiles, la militancia interior era escasa (unos cuarenta mil miembros entre
mencheviques y bolcheviques por cincuenta mil eseristas en noviembre de 1906) y casi todos sus
dirigentes estaban en el exilio.84 A pesar del interés de Lenin por la revolución, había permanecido
en Ginebra hasta que la concesión de una amnistía53 que acompañó al Manifiesto de Octubre le
permitió regresar sin peligro a Rusia el 8 de noviembrejul./ 21 de noviembregreg..8586
Durante los primeros diez meses de la revolución redactó diversos artículos sobre la situación del
imperio, pero las disputas en el partido siguieron teniendo prioridad. 87 Para tratar de zanjar las
disputas, convocó, como había reclamado reiteradamente pero en vano, un nuevo congreso del
partido —el tercero— que se celebró en Londres entre el 25 de abril y el 12 de mayo, al que
finalmente solo acudieron sus partidarios.88 El congreso otorgó el control de los órganos centrales
del partido y del nuevo periódico oficial a Lenin y sus seguidores, pero este no logró el respaldo
del Buró Socialista Internacional y tuvo que mostrarse conciliador con sus adversarios en el partido;
el Manifiesto de Octubre reforzó la conveniencia de unidad en la organización ante la situación en
Rusia.88
Lenin, que desde el Domingo Sangriento había estado enviando instrucciones desde Ginebra para
la organización de disturbios, solo regresó en noviembre con la intención de organizar una revuelta
armada.89 En una serie de artículos escritos a lo largo del año, dejó clara su desconfianza ante la
burguesía rusa y su convencimiento que la inminente revolución burguesa no la llevaría a cabo la
burguesía, sino una alianza entre el proletariado urbano y el campesinado.909192 Llegó a la capital
rusa el 21 de noviembre pero ya el 17 del mes siguiente había pasado a la clandestinidad,
incomodado por la vigilancia de la policía.93 No desempeñó un papel activo destacable en los
acontecimientos del momento, no ingresó en el Sóviet de San Petersburgo y, aunque respaldó el
levantamiento de Moscú, su aportación fue mínima.89 Aunque realizó alguna aparición pública, su
principal actividad fue teórica.89 Siguió dedicándose principalmente a la reorganización del
partido.85 Habiendo llegado a Rusia pasado el momento crítico de la revolución, sus llamamientos
a la sublevación resultaron infructuosos; para entonces el Gobierno zarista estaba retomando el
control de los acontecimientos.89
Durante 1905 y 1906, a la vez que otros teóricos socialistas, Lenin estudió la posible evolución de
la revolución en Rusia en varios escritos que no se publicaron hasta después de su muerte.94
Convencido de que solo a través de un enfrentamiento civil primero con la autocracia y más tarde
con la burguesía triunfaría la revolución socialista,94 sostenía que esto sería posible únicamente si
el proletariado ruso, abandonado por las clases medias campesinas en la última fase del conflicto,
contaba con el respaldo del proletariado europeo. 95 La revolución socialista en Rusia, país
atrasado, solo era posible si antes aquella había triunfado en los países más avanzados de Europa
occidental; entonces el proletariado europeo acudiría en ayuda del ruso que había sido el origen de
las revoluciones en cadena con su revolución burguesa en Rusia.96 En su análisis de las
revoluciones decimonónicas europeas, hacía hincapié en la importancia del enfrentamiento armado
y de la necesidad de que el proletariado se mostrase inmisericorde con sus enemigos de clase. 95
Rechazó más tarde la crítica moral de las actividades armadas de sus partidarios durante el
posterior periodo reaccionario que consideraba inadecuada en una situación que describía como
de guerra civil.95 Al mismo tiempo (1908), Lenin exponía la necesidad de que el Estado, inmerso en
la guerra civil, tomase la forma de una dictadura basada en un uso ilimitado de la fuerza, no en las
leyes.95
El Sóviet de San Petersburgo, dominado por los mencheviques y liderado por Trotski, comenzó
una oleada de huelgas, con el resultado de que el 3 de diciembre todos sus dirigentes fueron
detenidos. En respuesta, los socialdemócratas de Moscú declararon la huelga general y
distribuyeron armas entre los obreros. Allí contaron con la ayuda activa de Máximo Gorki, que
había conocido a Lenin en 1902 y se había acercado a los bolcheviques después del Domingo
Sangriento,97 pero con la llegada de refuerzos del ejército hacia mediados de diciembre los
insurgentes fueron aplastados. Trotski fue encarcelado en la fortaleza de San Pedro y San Pablo,
mientras que Gorki y Lenin huyeron a Finlandia, desde donde Gorki marchó a Estados Unidos y
Lenin regresó a Suiza.98 El aumento de la reacción en Rusia y la mayor libertad política de
Finlandia, le hicieron decidirse a abandonar San Petersburgo e instalarse allí. 99 Durante su periodo
en Finlandia, desde marzo de 1906 hasta su regreso a Europa occidental en diciembre de 1907,
realizó varios viajes tanto a San Petersburgo y Moscú como a varias ciudades extranjeras
(Estocolmo, Copenhague, Londres —para acudir al quinto congreso del partido—100 o Stuttgart,
etc), generalmente para asistir a reuniones del partido. 93 Su principal actividad en este periodo fue
la asistencia a diferentes conferencias y congresos del partido en los que se decidía la posición de
este en diversos asuntos.89 Mantuvo durante todo 1906 su respaldo a la insurrección armada, cada
vez menos probable, a la vez que cambiaba de opinión sobre la conveniencia de participar en
la Duma: se opuso a participar en la primera pero defendió la participación en la segunda, aunque
rechazó pactos con los diputados liberales.101 Según avanzaba la decadencia de la revolución, fue
abandonando paulatinamente su defensa de un levantamiento armado para concentrarse en la
utilidad del nuevo Parlamento como instrumento de propaganda del movimiento socialista; con este
objetivo, abogó por la participación en la tercera Duma, elegida por un electorado más
restringido102 que las anteriores.103 En el verano y el otoño de 1907, menguó su interés por la
situación en Rusia y volvió a centrarse en los acontecimientos europeos; la confiscación de una
selección de sus obras por la policía le decidió a abandonar el imperio a finales de año, temiendo
ser arrestado.10399 Partió para un nuevo exilio de diez años.10299
Mientras, continuaban los intentos de reunificar el partido en diversos congresos. 85
El cuarto (1906), que Lenin suponía le sería favorable por el acercamiento de los activistas de las
dos fracciones durante la revolución y su adopción de tácticas similares a las propugnadas por los
bolcheviques, tuvo una mayoría menchevique.85 En el quinto (1907), por el contrario, sus
partidarios contaron con mayoría.85 Para entonces las diferencias entre las dos corrientes se
habían acentuado tanto como para que estos intentos de reunificación fracasasen. 85
El periodo de reacción, exilio y nuevas disputas[editar]
Análisis de la revolución fracasada y preparación para la siguiente[editar]
Tras el fracaso de la Revolución de 1905, Lenin sostuvo que la tarea de los socialdemócratas era
prepararse para una nueva revolución que acabaría con la autocracia e instauraría un Gobierno
provisional de obreros y campesinos.104 Solo este tipo de Gobierno (la «dictadura democrática
revolucionaria de obreros y campesinos») podría, en su opinión, instaurar una república
democrática y derrotar a las fuerzas de la contrarrevolución. 104 Para lograr este objetivo, defendía
una estrategia basada en dos premisas: el mantenimiento del proletariado urbano como
vanguardia de la revolución y la extensión del movimiento socialista a pesar de la represión
gubernamental; para Lenin, estas dos tácticas habían conducido a la primera revolución y servirían
para desencadenar la segunda.104
Regreso a la teoría y a la vida de emigrado[editar]
Regresó a Ginebra en enero de 1908, pero los acontecimientos de la revolución fracasada hacían
la vida de exiliado cada vez menos tolerable.105 Mientras el partido en Rusia sufría una profunda
crisis causada por la persecución oficial, la indiferencia obrera e intelectual tras un periodo de
intenso respaldo, la falta de fondos y la actividad de los infiltrados policiales que fomentaban la
disolución de las células o el arresto de sus menguados miembros, Lenin se trasladó de Ginebra a
París en diciembre de 1908, donde siguió con su habitual actividad como intelectual del partido:
enfrascado en las disputas entre fracciones o preparando mociones para los diversos congresos. 106
Estos años posrevolucionarios fueron para él principalmente una serie de interminables disputas
con las diversas corrientes del partido que tenían sentido por la necesidad de que este adoptase
las posiciones y objetivos que consideraba correctos.107 A pesar del trasladó a París, la situación
no mejoró; el retorno a la inactividad y la intensificación de las disputas en el partido desanimaban
a los exiliados.105 Lenin y Krúpskaya retomaron su vida de disputas en el partido, viajes continuos a
distintas reuniones, observación de la situación internacional y disfrute de la naturaleza. 108
Ruptura en las filas bolcheviques[editar]
Archivo:Vladimir Lenin plays chess with Alexander Bogdanov during a visit to Maxim Gorky (April
,10 (23) - April, 17 (30) 1908).jpg

Bogdánov, Gorki y Lenin en Capri en 1908. Mientras que este mantuvo las relaciones con el
escritor, importante sostén financiero de los bolcheviques, rompió la anterior colaboración con
Bogdánov por sus diferencias ideológicas.

En el clima de reacción de los años posteriores a la revolución fallida de 1905, empezó a ejercer
influencia entre los círculos socialistas rusos y alemanes una nueva filosofía, el empiriocriticismo.
Sus principales representantes fueron Mach y Avenarius.76 Se trataba de una filosofía
pretendidamente marxista, que buscaba abandonar el materialismo inspirándose en la reciente
crisis de la física y en filosofías basadas en el método científico, como el positivismo. El
enfrentamiento de Lenin a esta filosofía, que calificaba de idealista y de sucesora del berkeleísmo,
se concretó en una de sus más importantes obras filosóficas: Materialismo y
empiriocriticismo (1909).109 En esta desató un feroz ataque contra Aleksandr Bogdánov y los
precursores alemanes del monismo, a la vez que criticaba el idealismo y la afirmación de la
imposibilidad de conocimiento más allá de la propia conciencia.109 En una tensa reunión
de Proletarii celebrada en París entre el 21 y el 30 de junio, la posición de Lenin resultó triunfante,
los partidarios de Bogdánov pasaron a la oposición y este fue expulsado 110 de la junta editorial;
nuevamente, Lenin eliminaba del partido a los que consideraba heterodoxos, rompía relaciones
con los principales intelectuales del partido y volvía al aislamiento dentro de la organización.111 El
fracaso de la revolución acabó además con el pasajero acercamiento de bolcheviques y
mencheviques; una vez asentada la reacción, las desavenencias resurgieron rápidamente.101112 En
una carta a Zinóviev escrita en esta época, Lenin expresaba su oposición a mencheviques,
bogdanovistas y a Trotski, al que consideraba peor que las otras dos fracciones, a pesar de los
intentos de este por cooperar con él.111 Durante los años previos a la guerra mundial, abundaron
las disputas entre Lenin y estas tres agrupaciones, que alternaron las rupturas sucesivas con
acercamientos efímeros.110 Con Plejánov, al que aún confiaba en poder atraer, sin embargo,
mantuvo una actitud más cordial.110 Cada vez más, Lenin consideraba que la unificación del partido
no debía llevarse a cabo mediante concesiones a las otras corrientes, sino por la aceptación por
parte de estas de las posiciones que él sostenía.111 A pesar de la derrota de la revolución en Rusia,
que afectaba a todas las corrientes del partido, en vez de tratar de reunificarlo mediante la cesión,
Lenin se dedicó a acentuar las diferencias, tratar de que los partidarios de Bogdánov no fuesen
reconocidos por los socialistas alemanes —que gestionaban los fondos del partido antes las
constantes rencillas de sus miembros— como representantes legítimos del POSDR y castigar en
sus escritos a los «liquidacionistas»e y «revocadores».f
Ruptura con los mencheviques[editar]
A finales del verano de 1910, asistió al congreso socialista internacional del Copenhague;
aprovechó su visita al Báltico para ver a su madre en Estocolmo, última vez que pudo hacerlo
antes de su fallecimiento en 1916.113 Ese mismo año, trabó amistad con Inessa Armand, decidida
bolchevique, quien, según la mayoría de los autores, se convirtió pasajeramente en su amante, lo
que no impidió la amistad de aquella con Krúpskaya ni acabó con su matrimonio. 113 Ni este
episodio, ni los frecuentes viajes y periodos de descanso de las actividades políticas aliviaron el
creciente hastío por la vida en el extranjero especialmente cuando, a partir de 1912 con la matanza
de las minas del Lena, comenzó a resurgir114 la oposición a la autocracia en Rusia y con ella la
esperanza de los revolucionarios exiliados.115 La nueva oleada de protestas y huelgas y aumentó la
militancia obrera; esta favoreció principalmente a los bolcheviques, que comenzaron a contar con
mayorías en sindicatos y cooperativas.116117 Ante la imposibilidad de volver aún a Rusia pero
deseando seguir más de cerca los acontecimientos, se mudó de París a Cracovia116 acompañado
por Zinóviev en 1912, poco después la conferencia de Praga, donde mejoró de ánimo por el
parecido del ambiente con el ruso y el alejamiento de la comunidad emigrada y sus continuas
disputas; allí se sentía solo «semiexiliado».115118 Durante su estancia en Austria-Hungría, Lenin se
dedicó a analizar tanto la situación en Rusia, que creía iba a llevar a un nuevo periodo
revolucionario, como la internacional, caracterizada por tensiones cada vez mayores que
conducían a la guerra, en su opinión consecuencia del imperialismo. 119
Las diferencias entre fracciones eran ya tan grandes que en 1911 Lenin abogaba por la separación
en dos partidos.120 Deseaba expulsar de la formación a los liquidacionistas mencheviques g Tras
diversas maniobras, se reunió la conferencia de Praga de enero de 1912. 118 Fue uno de los hitos
principales en la formación de un partido bolchevique separado de las demás fracciones
socialdemócratas;121 asistieron dieciocho bolcheviques y dos mencheviques y Lenin la controló. 122
Confirmó la división del partido con la formación de un nuevo comité central (que incluyó a Lenin,
Zinóviev y a catorce activistas bolcheviques venidos de Rusia), 118 aunque no sirvió para acabar con
las disputas entre corrientes ni para obtener los fondos del partido custodiados por el Buró
Socialista Internacional.123 Tuvo importantes consecuencias: Lenin ingresó en el comité central y se
le eligió como representante del partido ante el Buró, el 5 de mayo se fundó Pravda116 —en el que
Lenin contribuyó con gran número de artículos— y se reunieron123121 en torno a él la mayoría de los
dirigentes que más tarde colaboraron con él durante la Revolución de 1917.122 En junio de 1914 y
ante los intentos de Buró de retomar los intentos para reunificar las corrientes socialdemócratas
rusas, publicó un artículo en la que dejó claro que la unidad solo se podría lograr si las demás
fracciones aceptaban sus condiciones.122 Rechazando los intentos de los socialistas europeos de
reconciliación entre las fracciones,124 probablemente solo el estallido de la Primera Guerra
Mundial le libró de la condena de aquellos por su oposición total a reconciliarse con los
mencheviques,124 posición que, sin embargo, contaba cada vez con mayor apoyo en Rusia. 116
Nuevamente, la segunda década de su carrera política acabó de forma parecida a la primera: con
su casi total aislamiento de los emigrados pero con notable apoyo entre los activistas en Rusia. 116
Lenin planeaba un sexto congreso del partido para el verano de 1914 que hubiese consumado la
división con los mencheviques iniciada en la conferencia de 1912, a pesar de los intentos de
reconciliación de los socialistas europeos.125
La Primera Guerra Mundial[editar]
Breve arresto y regreso a Suiza[editar]
A comienzos del verano de 1914, consideraba que la guerra podría reducir su trabajo al aislarle de
Rusia pero no esperaba las consecuencias que para el socialismo europeo trajo la contienda. 126 Al
estallar la guerra mundial el 4 de agosto de 1914, Lenin se encontraba en su retiro veraniego de
las montañas, en Poronin a los pies de los montes Tatra, donde había pasado los veranos
anteriores desde su instalación en la Galitziaaustrohúngara.127 Al día siguiente, tras semanas de
protestas de los diversos partidos socialistas contra la guerra, recibió incrédulo la noticia de que los
diputados socialistas alemanes habían aprobado los créditos de guerra en el Reichstag.126
Considerado sospechoso de espionaje, la policía registró su cabaña alquilada el 7 de agosto,
requisó sus notas y le detuvo al día siguiente.127128 Logró su liberación el 19 gracias a la intercesión
del dirigente socialista Victor Adler ante el mismísimo ministro de Interior austriaco, a quién
aseguró la hostilidad de Lenin al zarismo.129 Tras su liberación, recibió otra profunda impresión, la
de los socialistas rusos que se alistaban en el Ejército francés; poco después partió en tren a
Berna, en la neutral Suiza, a donde llegó el 5 de septiembre tras pasar por Viena. 129127 La
aceptación de la ayuda de Adler, a quien Lenin criticaba habitualmente como «oportunista», era
característica de Lenin: durante su carrera aprovechaba si lo creía necesario el sentimentalismo de
sus adversarios; para él, el avance de lo que creía la verdadera revolución era su referente
moral.130
Ruptura del movimiento socialista por la guerra mundial[editar]
Si la guerra mundial acabó con el orden europeo anterior a la contienda, también destruyó el
movimiento socialista hasta entonces conocido.119 El conflicto desbarató la unidad nacional de los
partidos socialistas —divididos generalmente entre una mayoría que respaldaba la participación en
la guerra y una minoría opuesta— y la solidaridad internacionalista entre las formaciones de los
distintos países.119 El bolchevique fue el único partido de izquierda que, casi unánimemente, se
opuso a la Primera Guerra Mundial desde el principio.121 Para sus dirigentes, el apoyo de
los socialdemócratas alemanes a los proyectos bélicos del káiser Guillermo II de Alemania supuso
una auténtica conmoción.131 Nikolái Bujarin lo calificó de «traición», Aleksandra Kolontái tuvo que
abandonar el Reichstag cuando se aprobó el presupuesto militar, y Lenin, que se encontraba
en Suiza como Trotski, inicialmente se negó a creerlo.132 La acción de los alemanes desató un
proceso en cadena en el que la mayoría de los socialistas de los distintos países que participaron
en el conflicto apoyaron131 a sus respectivos Gobiernos, en vez de oponerse a la contienda.133 Las
minorías internacionalistas opuestas a la guerra se mostraron incapaces de formar una alianza ya
que los unía poco más que el rechazo del conflicto.133
Rechazo de la guerra mundial y defensa de la guerra civil[editar]
El mismo día de su llegada a Berna, se reunía con algunos bolcheviques y planteaba la necesidad
de redactar unas tesis para afrontar la guerra mundial. 129 Expuso la necesidad de convertir la
guerra mundial imperialista en una guerra civil: la contienda mundial debía servir para acelerar el
proceso revolucionario tanto en cada país como internacionalmente.134 La actitud mayoritaria de los
socialistas europeos de respaldo a sus respectivos Gobiernos le pareció una señal de oportunismo,
una traición al socialismo revolucionario.134 Según Lenin, su posición no era un cambio respecto a
la anterior al conflicto, eran la mayoría de los dirigentes socialistas los que habían cambiado de
actitud con la guerra.134 Minoritario incluso entre los socialistas opuestos a la guerra, trató de
formar una corriente izquierdista dentro de estos que rechazaba la paz como prioridad. 135 Sostenía
que solo la revolución, que podía temporalmente conllevar un incremento en los combates más
que su reducción, podía acabar con la raíz capitalista de la guerra.135
La guerra provocó el progresivo acercamiento de muchos mencheviques, como Kolontái o Trotski,
a las posturas de Lenin. Su partido, igual que el Partido Social-Revolucionario, se había dividido
entre la corriente «defensista» de Plejánov, que consideraba prioritario evitar la derrota militar de
Rusia, y otra «internacionalista» de ideas pacifistas liderada por Mártov, a quien en principio se
unió también Trotski, mayoritaria.121 Lenin, sin embargo, iba más lejos y aspiraba a aprovechar la
guerra para provocar levantamientos obreros contra sus respectivos Gobiernos o incluso auténticas
guerras civiles.136 Para Lenin, la guerra mundial era un conflicto imperialista,137 consecuencia
natural de la última etapa capitalista y del deseo138 de las distintas potencias por la supremacía, de
la que el proletariado no obtenía ventaja alguna, que había que denunciar sin ambigüedad y
convertir en una lucha contra la burguesía para eliminarla del poder. 136 En su opinión, los pacifistas
estaban equivocados y la guerra civil13996 era necesaria para derrocar el poder burgués.140
Análisis de la guerra mundial: el choque de bloques imperialistas[editar]
Su análisis tenía una gran influencia de la obra Capital financiero del austrohúngaro Rudolf
Hilferding,137 con la que compartía el surgimiento de empresas oligopólicas internacionales que
fomentaban el imperialismo en la búsqueda de beneficios, causaban la carrera armamentística en
su competencia mutua y llevaban a la guerra mundial.141 Lenin también compartía con Hilferding su
convencimiento de que el imperialismo era la causa de la mejora de las condiciones de vida de
ciertas capas obreras en los países más avanzados tecnológicamente; para él, este cambio
explicaba la aparición de las corrientes revisionistas dentro del socialismo. 141 Siguiendo a Hobson y
a diferencia de Hilferding, Lenin sostenía además que el sistema se hallaba en su crisis final. 141
Según Lenin, el conflicto no era más que un choque entre dos bloques capitalistas, el alemán y el
franco-británico, que se disputaban el control de los mercados internacionales y buscaban la ruina
de su adversario; Rusia no era más que un peón del segundo bloque.142 Tras la guerra, utilizó los
tratados de paz de Brest-Litovsk y de Versalles para justificar este análisis.142 La internalización del
capitalismo, indicada por Hilferding, Bujarin o Luxemburgo, le sirvió además para justificar la
posibilidad de una revolución socialista en Rusia: al no ser ya nacional sino internacional el
capitalismo, el desarrollo —condición necesaria para el surgimiento del socialismo según el análisis
marxista— del país no resultaba crucial para el comienzo de la revolución, siempre que luego se
extendiese a los países más desarrollados;130 la revolución podía tener lugar en la atrasada Rusia,
pensaba Lenin, si luego se unían a ella las naciones más desarrolladas. 143137 El marco de análisis
pasaba de ser nacional a internacional.
Según Lenin, las potencias no detendrían el enfrentamiento hasta haber logrado la derrota de sus
rivales que había de otorgarles la primacía.138 Esto llevaría a una polarización de los bandos y,
dentro de cada país, a la creciente búsqueda por parte del proletariado de organizaciones
opuestas a la prolongación del conflicto.138 Esto conduciría finalmente a la revolución burguesa en
Rusia y a la socialista en los países más avanzados de Europa occidental. 138 A pesar de que esta
posición era muy minoritaria144 al comienzo de la guerra, no dudó en sostenerla a lo largo del
periodo bélico.145135 Estaba convencido de que, con el avance de los combates, la mayoría del
proletariado europeo acabaría respaldándola.135
Ruptura con los defensistas[editar]
Denunció con dureza a aquellos socialistas que respaldaban a sus Gobiernos en la contienda ya
que consideraba que engañaban a los trabajadores y los conducían a la defensa de los intereses
de la burguesía.140 Disentía además de la mayoría de socialistas contrarios a la contienda en la
posibilidad y conveniencia de resucitar la Segunda Internacional socialista en compañía de
aquellos que habían respaldado a sus Gobiernos en el conflicto.135 A comienzos de 1916, se mudó
a Zurich para utilizar su biblioteca para la redacción de El imperialismo, fase superior del
capitalismo , obra crítica con el Kautsky bélico; la mudanza, en principio temporal, se convirtió en
permanente.135
Llegó a considerar preferible una derrota121 rusa porque preveía que aceleraría la desintegración
del Imperio zarista, para lo que también proponía estimular los movimientos nacionalistas internos.
Aunque Bujarin, Kolontái, Trotski y otros dirigentes, como Lunacharski o Antónov-Ovséyenko,
discrepaban en estas cuestiones de fondo, lo que veían como inactividad y pasividad en la
estrategia menchevique, provocó su acercamiento a las tácticas más activas de Lenin y, hacia el
final de la guerra en 1917, todos ellos estaban de su lado.146
Actividad en el aislamiento[editar]
Mientras los contendientes se desangraban en las grandes batallas del conflicto, Lenin vivía como
estudioso y escritor en la neutral Suiza, prácticamente aislado de Rusia y del resto del continente
por la guerra.147 A pesar de las dificultades, retomó la publicación de El socialdemócratay se dedicó
de nuevo al estudio filosófico.147 Su repaso de ciertos filósofos, como Aristóteles o Hegel, lo
convenció de la importancia de la dialéctica para entender las obras de Marx y lo llevó a afirmar
que sus seguidores, al descuidarla, no habían sabido interpretarlas correctamente.148 Sus
conclusiones, sin embargo, no se publicaron entonces. 148
Participó en la Conferencia de Zimmerwald en septiembre de 1915 pero, a pesar de que los
socialistas reunidos eran mayoritariamente contrarios a la guerra, su posición quedó en minoría,
como sucedió en la posterior Conferencia de Kienthal de abril149 de 1916.150
También durante la guerra, Krúpskaya y Lenin sufrieron importantes pérdidas personales: el 20 de
marzo de 1915 murió la madre de ella, habitual compañera del matrimonio, y el 25 de julio de 1916
lo hizo la de Lenin.151 Aunque Lenin mantuvo una actitud aparentemente impasible al recibir la
noticia, visitó su tumba horas después de alcanzar Petrogrado en abril de 1917. 151
Lenin y la revolución de 1917[editar]
Artículo principal: Revolución rusa de 1917

Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, con la conmoción que supuso para los bolcheviques
el apoyo de la socialdemocracia alemana a la misma, la situación lo convirtió en una figura clave
cuando la evolución de la contienda se mostró abiertamente desfavorable para Rusia.
A pesar de esperar que pronto la guerra llevase a la revolución en Europa, la Revolución de
Febrero y la caída de la monarquía en Rusia resultaron inesperadas para Lenin, como para otros
muchos observadores del momento, tanto en Rusia como en el extranjero.152 El cambio en Rusia
podía ser el comienzo de una revolución mundial que, en su opinión expresada poco antes, podría
tardar décadas en acabar con el capitalismo mundial.152 La vida de bibliotecas, publicaciones y
conferencias socialistas dio paso bruscamente a un deseo de los emigrados de regresar cuanto
antes a Rusia.153
Las Cartas desde lejos y las Tesis de abril[editar]
Artículos principales: Cartas desde lejos y Tesis de abril.

El 15 de marzo de 1917, tuvo noticia de la Revolución de Febrero, la abdicación del zar, la


formación del Gobierno provisional y del Sóviet de Petrogrado.154 Lenin, que llevaba exiliado
diecisiete años salvo un breve intervalo de seis meses entre 1905 y 1906, al producirse
la Revolución de Febrero se encontraba en Zúrich y deseaba volver a Rusia lo más pronto posible,
algo extremadamente complicado en plena Primera Guerra Mundial.153
Lenin presentando sus Tesis de abril ante el Sóviet de Petrogrado en abril de 1917 en el Palacio
Táuride.

Ante la oposición británica154 incluso Trotski y Bujarin permanecían retenidos en Inglaterra a su


regreso de los Estados Unidos, y fue Mártov el que propuso un canje de exiliados en Suiza a
cambio de otros prisioneros alemanes. Francia también se mostraba opuesta al paso de los
internacionalistas por su territorio y se descartó pronto el paso clandestino por Alemania.153 Como
los bolcheviques eran opuestos a la guerra,155 el Gobierno alemán, que ya financiaba sus
actividades, se mostró inmediatamente de acuerdo. En consecuencia, el Gobierno
Provisional recelaba y el ministro de Asuntos Exteriores, Pável Miliukov, se oponía abiertamente en
vista de la postura «derrotista» de Lenin y a su regreso a Rusia.155 A pesar de ser conscientes de
poder ser acusados de colaboración con los alemanes,155 como así sucedió en efecto más tarde,
treinta y dos emigrados solicitaron la mediación del socialista suizo Fritz Platten, que negoció con
el embajador alemán su traslado a través del imperio hasta Suecia, desde donde habían de pasar
a Finlandia antes de alcanzar Petrogrado.153 La mayoría de los emigrados rusos afincados en
Suiza acabó aceptando la oferta alemana de regresar a Rusia a través de su territorio.154 El 27 de
marzojul./ 9 de abrilgreg.,153 Lenin inició el viaje en un tren «sellado», que los alemanes dejaron
circular sin inspecciones de ningún tipo y llegó a la Estación de Finlandia de Petrogrado la noche
del 3 de abriljul./ 16 de abrilgreg..156157155 El tren sellado había partido de Gottmadingen en la frontera
germano-suiza hasta Sassnitz donde la treintena de emigrados tomaron un transbordador a
Suecia.154 El que los alemanes no pudiesen subir al tren y contactar con los rusos era una
condición que Lenin esperaba sirviese para reducir el impacto negativo del viaje en su imagen; 154
un Gobierno enemigo permitía el paso (como había sucedido en Austria-Hungría en 1914) a un
enemigo del Gobierno ruso.158 Inmediatamente después de su llegada a la capital, acabó con el
carácter festivo de la recepción con un discurso en el que criticó duramente al Gobierno provisional
y la actitud del Sóviet de Petrogrado y que incluyó los puntos fundamentales de sus Tesis de
abril.155159
En estas Lenin desgranó una serie de conceptos claves de su programa para el periodo
interrevolucionario: rechazo frontal al defensismorevolucionario, negativa a apoyar al Gobierno
provisional y decisión de denunciar sus acciones, necesidad de transferir el poder estatal a
los sóviets, exigencia de creación de una república soviética y no parlamentaria o la consideración
de que el poder debía pasar a los obreros y campesinos pobres en una segunda revolución. 160
Las Tesis de abril eran, en realidad casi una repetición de las ya planteadas en octubre de 1915:
rechazo del Gobierno de «chovinistas revolucionarios» empeñado en continuar la guerra, apoyo al
traspaso del poder a los sóviets, defensa de la ocupación campesina de tierras o uso de la
diplomacia para convertir la guerra mundial en una guerra civil.159 Nuevamente, reiteraba su
convencimiento de que la revolución democrática en Rusia facilitaría una socialista en Europa,
condición fundamental para que Rusia pudiese pasar también al socialismo.159 Los dirigentes
políticos de la capital rechazaron en general las tesis,161 pero estas permitieron el surgimiento de
una fuerte corriente de oposición izquierdista, tanto al Gobierno como a las posiciones del Sóviet
de Petrogrado, dirigida por Lenin.160 Lenin rechazaba asimismo cualquier acercamiento con el resto
de formaciones socialistas ya que consideraba fundamental la total independencia del partido para
la lucha que debía conducir al establecimiento del sistema comunista y que, en su opinión, los
otros partidos podían estorbar.139 Esta transición conllevaría un enfrentamiento civil, necesario por
el enfrentamiento entre clases y para el triunfo del proletariado sobre las clases explotadoras a
nivel mundial.162
En la conferencia del partido celebrada entre el 24 de abriljul./ 7 de mayogreg. y el 29 de abriljul./ 12 de
mayogreg., logró que este aceptase la preparación de una nueva revolución, rechazase la
cooperación con partidos no socialistas, criticase al Gobierno y al Sóviet de Petrogrado, acentuase
la división con los mencheviques, exigiese la paz inmediata y la aplicación de profundas reformas
económicas y sociales, tensase las relaciones con las fuerzas burguesas, incluso a riesgo de
provocar una guerra civil y aceptase la revolución rusa como la primera de una serie de
revoluciones europeas que debían acabar con la guerra.160 Para entonces, ya había logrado el
apoyo de la mayoría de los delegados de los distritos de Petrogrado.163 La fecha de la nueva
revolución, sin embargo, quedó sin fijar, en parte para facilitar el acuerdo entre la corriente más
moderada y la más radical del partido.160 Aunque inicialmente con escaso respaldo popular y sin
poder político, la actitud que Lenin logró imponer en el partido hizo que este se convirtiese en el
principal beneficiario de la creciente crisis política, económica y social ya que lo convirtió en el
partido de oposición por excelencia.164 Su radicalismo fue cobrando apoyos según fue aumentando
la crisis en el verano y el otoño de 1917.164 En apenas unas semanas tras su regreso a Rusia y
mediante una intensa campaña de propaganda en la organización,163 Lenin había conseguido
arrebatar la dirección del partido a la corriente moderada encabezada por Kámenev que abogaba
por convertirlo en una oposición pacífica al Gobierno y alinearlo con las exigencias revolucionarias
más radicales de la población.161
El día siguiente Lenin presentó, sin apenas conocimiento de la situación concreta en el territorio
ruso y por su cuenta y riesgo, sus célebres Tesis de abril.
En estas tesis, Lenin aborda las siguientes cuestiones:

 Rechazo de la guerra imperialista, sometida a los intereses del capital. Estos mismos intereses
hacen imposible una paz que sea realmente democrática, no impuesta por la fuerza, y sin
anexiones.
 En Rusia se ha pasado de la primera etapa de la revolución (que da el poder a la burguesía) a
la segunda, que debe poner ese poder en manos del proletariado y de los campesinos pobres.
 Desenmascarar el Gobierno Provisional como gobierno de capitalistas, y negarles todo apoyo.
 Reconocimiento de que el Partido se encuentra en minoría en los sóviets. Necesidad por tanto
de explicar y difundir sus posturas, desde una minoría crítica.
 Reivindicación no de una república parlamentaria, sino de una república de los sóviets. Dentro
de la cual se supriman policía, ejército y burocracia, sin que la remuneración de todos los
funcionarios exceda nunca el sueldo de un obrero cualificado.
 Reforma agraria. Confiscación de las tierras de los terratenientes. Nacionalización de todas las
tierras que se pondrán a disposición de los Sóviets locales.
 Fusión de los bancos en un banco único bajo el control de los sóviets.
 Prioridad del control democrático de la producción y distribución por parte de los sóviets, antes
que "implantación" inmediata del socialismo.
 Como tareas del Partido: (1) Celebración de un nuevo Congreso. (2) Modificación del
programa en relación con la posición ante el imperialismo y ante el Estado, y reforma del
programa mínimo. (3) Cambio de denominación del Partido, que ha de pasar de
"socialdemócrata" a la de Comunista.
En este momento, fue cuando Lenin se encontró completamente solo. El ala derecha de su partido
lo acusa de anarquismo, de aventurerismo y de apelar a una guerra civil. El ala izquierda se
apropia de las Tesis para convertirlas en un programa inmediato para derrocar al Gobierno
provisional. En realidad, por las circunstancias en que se pronunciaron y por la actitud posterior del
propio Lenin (que se alió con esa ala derecha y en contra de los izquierdistas durante la
Conferencia de abril del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia), parece más sensato inclinarse
por una interpretación menos tajante. Las Tesis pretenden ir poniendo sobre la mesa un programa
de medio-largo plazo, una trayectoria política que se debe ir siguiendo durante los meses
posteriores.165
Al frente del Gobierno[editar]
El 12 de marzo de 1918, Lenin, Krúpskaya y el Gobierno soviético se mudaron a Moscú por
motivos de seguridad militar y se instalaron en unas habitaciones del Kremlin de Moscú, junto a la
sala de reuniones gubernamental.216 Fue el último traslado de Lenin, que ya solo abandonó Moscú
para descansar en dachas cercanas a la nueva capital.216217 Después de su traslado a Moscú, se
puso a su disposición una pequeña mansión en la cercana población de Gorki.217
De sesiones nocturnas diarias al comienzo del periodo peterburgués, el Sovnarkom presidido por
Lenin pasó a reunirse menos frecuentemente —un par de veces por semana—, especialmente tras
la creación de organismos como el «Pequeño Sovnarkom» o la Junta de Defensa a los que se
delegó parte de las decisiones gubernamentales.218 El «Pequeño Sovnarkom», encargado de
asuntos de menor importancia delegados por el Sovnarkom, estaba controlado por Lenin, que
seguía con atención lo tratado también aquí, a pesar de su intensa actividad en el Sovnarkom. 219
Las decisiones del órgano tenían la misma autoridad que las del Sovnarkom si las aprobaba el
presidente del Sovnarkom —el propio Lenin— sin necesidad de obtener la aprobación de este
último.220 En ocasiones, utilizaba las prerrogativas del «Pequeño Sovnarkom» para imponer una
acción contraria a la que podría aprobar el Sovnarkom o que deseaba aprobar rápidamente,
simplemente enviando a este sus preferencias y rubricándolas más tarde como presidente del
Sovnarkom.221
Lenin, centro del Gobierno, dio en general prioridad al Sovnarkom frente a los órganos del partido y
fue en su seno en el que desarrolló la mayor actividad hasta su enfermedad final.222 Lenin
desarrolló una intensa actividad no solo en la presidencia del Sovnarkom, sino también en la de la
Junta de Defensa y en el «Pequeño Sovnarkom» mediante la extrema atención a sus tareas. 223 A
pesar de ser el miembro con mayor autoridad del comité central del partido, principal representante
en sus congresos y habitual presidente de las sesiones del poliburó, sus únicos cargos oficiales
eran los de presidente del Sovnarkom y de la Junta de Defensa.223 Nunca tuvo un cargo oficial en
el partido que le otorgase autoridad sobre la organización.223 Tras la toma del poder, la actividad
principal de Lenin se desarrolló en las tareas de gobierno, que relegaron a un papel secundario a
las del partido.223 Su carácter, método de trabajo e intereses, sin embargo, marcaban toda la
estructura central del poder soviético.223 Personalidad dominante del Gobierno, efectivo presidente
y respetado dirigente, su estilo de gobierno se caracterizaba por una intensa actividad e
intervención en gran variedad de tareas, facilitada por su gran capacidad de trabajo y dominio de
los detalles.224 A menudo al tanto al detalle de asuntos de los diversos comisariados, participó con
especial intensidad en la nacionalización de la industria en 1918, las operaciones militares —junto
con Trotski—, la política exterior y las medidas de recuperación económica aplicadas en 1921 y
1922.224 Brillante táctico, gran persuasor en busca de apoyos para sus puntos de vista y buen
organizador, tendía a buscar los apoyos mínimos necesarios para sacar adelante sus objetivos sin
excesivas cesiones.225

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